0 calificaciones0% encontró este documento útil (0 votos)
155 vistas2 páginas
Este relato mítico andino cuenta la historia de amor entre Huandoy, la hija del dios sol Inti, y Huascarán, un joven mortal. Cuando Inti se entera del amor entre su hija y el mortal, se enoja y los maldice convirtiéndolos en dos grandes montañas nevadas separadas por un valle profundo. A pesar de poder verse, las montañas nunca podrán volver a tocarse, representando así el amor eterno pero imposible de los enamorados.
Este relato mítico andino cuenta la historia de amor entre Huandoy, la hija del dios sol Inti, y Huascarán, un joven mortal. Cuando Inti se entera del amor entre su hija y el mortal, se enoja y los maldice convirtiéndolos en dos grandes montañas nevadas separadas por un valle profundo. A pesar de poder verse, las montañas nunca podrán volver a tocarse, representando así el amor eterno pero imposible de los enamorados.
Este relato mítico andino cuenta la historia de amor entre Huandoy, la hija del dios sol Inti, y Huascarán, un joven mortal. Cuando Inti se entera del amor entre su hija y el mortal, se enoja y los maldice convirtiéndolos en dos grandes montañas nevadas separadas por un valle profundo. A pesar de poder verse, las montañas nunca podrán volver a tocarse, representando así el amor eterno pero imposible de los enamorados.
En el reino de la cordillera de los Andes, en el paraíso del
valle del Callejón de Huaylas, vivían los dioses. El dios supremo, Inti (el sol), tenía una hija llamada Huandoy.
Huandoy era una bella joven. Su padre pensaba casarla para
toda la eternidad con un dios de belleza similar, de iguales virtudes y tan poderoso como él. Pero en el corazón del valle, en el poblado de los yungas, Yungay, vivía un gentil y valiente joven mortal, llamado Huascarán, que se enamoró profundamente de Huandoy. Huandoy correspondía al gran amor de Huascarán.
Cuando el dios padre se enteró de los amores entre su hija
y el joven mortal, le suplicó que le dejara, que vivir con un mortal no era conveniente para una diosa: pero la pasión de los jóvenes era superior a las súplicas del padre, a sus consejos y sermones.
Tan grande fue la rabia que sintió el dios supremo, Inti,
ante la fuerza de este amor con un mortal, que maldijo a la pareja de amantes y los condenó para la eternidad a vivir separados. Los convirtió en dos grandes montañas de granito y los cubrió de nieves perpetuas para calmar su ardiente pasión. Entre las dos montañas situó un valle estrecho y profundo para que estuvieran totalmente aislados. En su furia, el dios padre elevó las montañas a una altura majestuosa, para que los jóvenes se pudieran ver, pero que nunca más se pudieran llegar a tocar.
Los enamorados lloran por su dolor, funden gota a gota la
nieve que los cubre y sus llantos de amor se unen en un lago de color azul turquesa para toda la eternidad. En Perú, en la Región de la Cordillera de los Andes, se alzan dos imponentes montes nevados, el Huandoy y el Huascarán. El lago conocido como Llanganuco separa estas montañas.
Esta antigua leyenda andina trata de dar una explicación acerca del origen de estas formaciones montañosas a través de una historia de amor.