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MENSAJ E D E LA S MAESTRA S VISITANTE S

RECORDÉMOSLE DURANTE LA SANTA CENA

“Y TOMO EL PA N Y DIO GRACIAS , Y LO PARTI Ó Y LE S DIO, DICIENDO : EST O E S M


I CUERPO , QU E POR VOSOTRO S E S DADO ; HACE D EST O E N MEMORI A D E MÍ "
(LUCA S 22:19) . Un domingo por la mañana, Janalee Gale, enfermera de uno de los
hospitales de Salt Lake City, oyó un anuncio por los parlantes de la sala invitando a
los pacientes a asistir a los servicios religiosos. Ella les preguntó si querían ir, pero
la mayoría de ellos estaban muy enfermos o demasiado cansados y dijeron que no.
No obstante, una señora le dijo que le gustaría asistir a los servicios de La Iglesia de
Jesucristo de los Santos de los Últimos Días. Janalee rápidamente le ayudó a
arreglarse y la peinó; si bien la paciente tenía dolores constantes, no se quejó.
Unos días después, la enferma tomó la mano de Janalee y le dijo: "Sólo quería
agradecerle por haberme preparado para ir a la reunión de la Iglesia el domingo.
Hacía mucho que no iba por lo enferma que he estado, y usted no puede imaginar
lo que significó para mí ir ese día. Cuando tomé la Santa Cena", hizo una pausa y
continuó con voz trémula, "sentí el Espíritu de Dios y supe que Cristo es mi
Salvador". Ambas mujeres lloraron de emoción. (Véase "Un domingo como
cualquier otro", Liahona, diciembre de 1983, págs. 20-22.) El recordar al Salvador
es un aspecto muy importante de la reunión sacramental. Los emblemas de los que
participamos todos los domingos nos recuerdan los convenios que hicimos al
bautizarnos, cuando tomamos sobre nosotros el nombre de Cristo y nos
declaramos sus discípulos. CuL O S EMBLEMAS QUE TOMAMOS TODOS LOS
DOMINGOS NOS RECUERDAN LOS CONVENIOS QUE HICIMOS AL BAUTIZARNOS.
ando se ofrecen las oraciones par a bendecir el pa n y el agua, se nos da tiempo par
a recordarl e y reflexionar acerca del sacrificio que el Salvador hizo par a paga r por
nuestros pecados. También se nos recuerda n las bendiciones que podemos recibir
si nos esforzamos por guarda r los convenios bautismales, o sea, tene r el Espíritu
del Señor siempre con nosotros. ¡Qué promes a más hermosa ! Del mismo modo
que la pacient e del hospital sintió el consuelo del Espíritu del Señor, nosotros
también podemos tener Su consuelo y Su guía si cumplimos con los convenios que
hacemos cuando participamos de la Sant a Cena y nos esforzamos po r seguir el
ejemplo de Cristo. Si hemos cometido un pecado, por ejemplo, que haya
perjudicado a otr a persona o tenemos malos sentimientos hacia alguien, debemos
arrepentimo s y reconciliarnos con esa persona . Entonces, al recorda r al Salvador,
estaremos en condiciones de seguir su ejemplo. SUGERENCIAS PARA LAS
MAESTRAS VISITANTES 1. Ya sea ustedes o las hermana s que visiten pueden conta
r alguna experiencia por medio de la cual haya n comprobado que somos
bendecidos cuando le damos al sacramento la importanci a que realment e merece
. 2. Recalquen manera s de recorda r y adora r mejor al Salvador cuand o se
participa de la Sant a Cena . ¿En qué forma puede el recorda r a Cristo ayudarnos
en el diario vivir? (Si desea consultar materiales relacionados con este tema, vea el
Manual de Sugerencias para la noche de hogar, págs. 62 — 72.)

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