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TEMA 25: JESÚS ME ALIMENTA EN LA EUCARISTÍA

OBJETIVO
Reconocer que en la Última Cena cumplió su promesa de entregarse Él mismo
como Pan de Vida.
Materiales:
papelógrafos, plumones, cinta masking tape, Biblia.
1. AMBIENTACIÓN
Tener preparado: una mesa, la Biblia, una vela grande encendida, un mantel, platos
y vasos suficientes. Un pan grande, refresco o limonada.
2. MOTIVACIÓN
Canción: “El Señor nos da su amor” “Tan cerca de mí”.
San Tarsicio
En los comienzos de la Iglesia muchos cristianos eran perseguidos y martirizados
por defender la fe en Jesús. En una noche de aquellas ocurrió que varios cristianos
estaban reunidos en una casa de Roma. Uno de ellos se puso a leer una carta que les
habían enviado secretamente otros cristinos que están prisioneros. En ella estos
cristianos le pedían que le llevasen la comunión todos los días.
El cristiano de más edad –era sacerdote– dice a los demás: “¿Qué podemos hacer?
No nos dejan pasar.
Y, de pronto, alguien dice: “Yo me ofrezco voluntario”. Todos le miran
sorprendidos. Es un niño. “Pero si eres muy pequeño”, le dicen. Y él contesta:
“Mejor, así podré pasar sin que nadie se dé cuenta de mí”
El niño llevaba todos los días la Comunión a los cristianos presos sin que los
guardias no sospechasen nada. Desde entonces los cristianos tienen más fuerzas para
amar a Jesús y perdonar a los que los mataban. La Comunión les daba esa fuerza. Y
el niño amaba cada día más a Jesús.
o ¿Cómo se llamaba el niño? ¿A quién se ofreció a llevar?.
o ¿Tu también serías valiente de llevar a Jesús Eucaristía a los demás?
o ¿El niño respetaba a Jesús Eucaristía? ¿Tú también lo respetas?...
3. ILUMINACIÓN
Jn. 6, 54-57; Mt. 26, 26-29. 1Cor. 11, 27-28
 Jesús promete darnos de comer su cuerpo y de beber su sangre, lo prometió en la
última cena al convertir el pan en su cuerpo y el vino en su sangre. El Señor sabe
que tenemos necesidad de una vida plena, que tenemos hambre de Él porque
somos débiles que necesitamos fortalecernos para el combate de la vida, para
vencer el mal y vivir el mandamiento del Amor. En la misa nos alimentamos de
Jesús Pan de Vida.
 Jesús celebra la primera misa con sus Apóstoles el Jueves Santo; se ofrece como
alimento y lo dejo par siempre en la EUCARISTIA.
 Así como el pan es necesario para la vida del cuerpo del mismo modo el pan de
la Eucaristía es necesaria para la vida del alma. Además es garantía de nuestra
futura resurrección.
 Antes de instituir la Eucaristía, quiso preparar a sus discípulos anunciándoles
este maravilloso misterio y les dijo: “El que come mi cuerpo y bebe mi sangre,
tiene vida eterna…” (Jn. 6, 54-57).
 La Eucaristía solo se entiende con fe y amor. Recibimos a Cristo, recibimos a
Dios. En la Sagrada Eucaristía está Jesucristo realmente presente con su Cuerpo,
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Sangre, Alma y Divinidad, lo mismo bajo las especies de vino; por eso el que
comulga recibe a Jesucristo, Verdadero Dios y Verdadero Hombre, por eso hay
que hacerlo con las debidas disposiciones: 1Cor. 11, 27-28.
 La Iglesia desea que comulguemos con frecuencia, y a poder ser, cada día. “El
comulgar cada día y participar del Cuerpo y Sangre de Cristo, es bueno y
útil…”. Así se expresaba san Basilio. Nosotros recibimos la sagrada Comunión
para que alimente nuestras vidas, nos aumente la gracia, nos conceda nuevas
fuerzas para que podamos vivir como hijos de Dios y nos dé la vida eterna.
 Para recibir la comunión se necesita tres condiciones: estar en gracia de Dios,
que significa no tener pecado mortal, guardar el ayuno eucarístico, que
significa no comer nada una hora antes de comulgar y saber a quién se va a
recibir, que significa que sé que Cristo está presente en la Hostia Sagrada.
 Si he perdido la amistad con el Señor; si por soberbia, egoísmo, orgullo,
sexualidad, codicia he destrozado esa CARIDAD que es toda la vida de los hijos
de Dios, es preciso que, antes de mostrar mi voluntad de comunión con Dios y
con mis hermanos, (en la comunión eucarística), de muestre mi voluntad de
convertirme y de reparar ofensa hechas a Dios y a mis hermanos. (El
sacramento de la Penitencia es el signo eficaz de esta reconciliación).
 Las razones malas por las cuales no es bueno jamás comulgar:
 BORREGUISMO: por el hecho de que todos van, voy yo también.
 COMO “ROBOT”: se tiene costumbre y se hace sin pensar, mecánicamente.
 POR TIMIDEZ: ¿si no voy, que pensarán de mí los demás?.
 POR HIPOCRESÍA: para ganarme el aprecio de los demás.
4. INTERIORIZACIÓN
En el momento indicado el catequista pedirá que algunos del grupo acomoden, en el
centro del salón, la mesa con el mantel, la Biblia, la vela encendida, los platos y vasos,
el pan y el refresco o limonada. Invitará a todos a que se sienten en el suelo formando
un círculo. Seguidamente, el catequista toma la palabra e dirá a los niños que observen
lo que hay sobre la mesa y reflexionen en el gesto amoroso de Jesús, que estando
reunido con sus amigos en una comida, realizó el misterio de hacerse comida y bebida
de salvación para todos. Un niño a leerá de nuevo el texto del Evangelio de Juan, se
dejará un tiempo para interiorizar y cada uno tomará un trocito del pan que hay sobre
la mesa. Cuando cada uno tenga su parte de pan en la mano, antes de comerlo, hará
una oración de acción de gracias. Finalmente, el catequista hará la repartición del
refresco que se ha traído. Puede comentarse respecto a cómo se han sentido y si han
captado, un poco mejor, la importancia que tiene la Eucaristía cuando la celebramos
con atención. Se terminará con un canto apropiado.
5. COMPROMISO
 Asistir a la Eucaristía el domingo siguiente tratando de vivir con más
profundidad lo aprendido en la catequesis.
 Rezar cada día para que los jóvenes que Jesús llama al sacerdocio le den su sí
con alegría, para que, nunca nos falten buenos sacerdotes.
6. ORACIÓN
Gracias, Jesús por la Santa Misa y por la comunión.
¡Qué bueno eres y cuanto me amas!
Yo te adoro y te amo.
Quiero amarte, más mucho más.
Ayúdame porque a veces me olvido de Ti
y otras, me vence la tentación y la maldad.
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