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Presses Universitaires du Mirail

LOS PAISAJES SOCIALES DEL CAFE. REFLEXIONES COMPARADAS


Author(s): Mario SAMPER
Source: Caravelle (1988-), No. 61, LES CULTURES DU CAFÉ (1993), pp. 49-60
Published by: Presses Universitaires du Mirail
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C.M.H.L.B. CARAVELLE
n°61, pp. 49-60, Toulouse,1993

LOS PAISAJES SOCIALES DEL CAFE.


REFLEXIONES COMPARADAS

PAR

Mario SAMPER
Centrode Investigaciones
Históricas,Universidadde Costa Rica, San José.

Una de las particularidadesde la caficultura,como actividad sociopro-


ductiva y por ende de relación entre personas que cultivan, procesan,
venden,transportan,comprany consumencafé,es su notoriapolivalen-
cia social. La encontramosasociada, históricamente,a grandeshaciendas
y pequeñas fincas,al trabajo libre o coaccionado, a la acentuada acumu-
lación de riqueza y poder o a su distribución- desigual pero relativa-
mente amplia - entresectoresdiversosde la sociedad. Se observa tam-
bién una extraordinariavariabilidad en las interrelacionesentreorgani-
zación técnica y social de la producción cafetalera,insertaa su vez en
muy diversos sistemas productivos,estructurassocioeconómicas,rela-
ciones de poder y manifestaciones culturales.
En este breveensayopresentaremos, escuetamente,algunos elementos
para una interpretación históricade los distintossignificadoso conteni-
dos sociales de la actividad cafetaleraen Centroamérica.En particular,
interesacontrastarlas diversasformasen que han sido "internalizadas"
localmentelas demandas del mercado cafeterointernacionalduranteel
período de expansión cafetalera,con disímiles legados precafetalerosy
bajo cambiantes relacionessocial-agrarias(1).Por cierto que la fase de
crecimientoextensivo,en los cinco casos centroamericanos, no transcur-
re en un mismo tiempo cronológicosino en formasucesiva con traslapes
parciales. No se recapitularáel proceso bisecular que media entre la

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introducciónde coffeaarabica al istmo y el azaroso presentede la cafi-


cultura centroamericana.En cambio, según los requerimientosde esta
interpretacióngeneral y comparada,se mencionaránaspectos de esa his-
toriaque sería necesarioretomarmedianteun análisis más sistemáicoen
perspectivadiacronica. Obviaremos, por consiguiente,la fiindamenta-
ción empírica detallada, y las referenciasbibliográficasserán de tipo
general(2).
El primer contrasteque salta a la vista, al analizar los significados
históricosde la caficulturaen distintosperíodosy regionesdel istmo,es la
divergenciaen sus connotacionessociales: se caracterizaal cafécomo cul-
tivo "oligárquico"en Guatemala y El Salvador,donde pese a la existencia
de un sector de caficulturacampesina, es patente la concentraciónde
riqueza y de poder,asociada durantealrededorde un siglo a la actividad
cafetalera(3).En el caso de Nicaragua, la caficulturatambiénha sido vin-
culada a la consolidaciónde su burguesíaagroexportadora desde finesdel
siglo XIX, aunque el campesinadocaficultorha jugado un papel econó-
mico y político claramenteapreciable,sobre todo en el nortedel país (4).
En Costa Rica y, más recienemente,en Honduras, el café es visualizado
como un cultivo socialmente "democrático",vale decir, como sustento
económico de una clase media rural cuya produccióncafetalerase basa
primordialmente en la fuerzalaboral familiar,complementadaocasional-
mentepor el trabajoasalariado.Tal imagenprevaleceaun cuando es claro
que también allí se da, por diversosmedios, una significativaacumula-
ción de capitalesy cuotasde poderpolítico muydispares(5).

Hay, pues, algunas percepcionesmás o menos generalizadasdel café


como ámbito de relación social en cada caso, las cuales se basan en la
aceptación selectiva de informacionesy afirmacionesacerca de la diná-
mica social cafetalera.Así, por ejemplo, diversossectoresacadémicos y
políticos de la sociedad costarricenseconcuerdanen que el campesinado
caficultores uno de los pilares de la democraciaeconómica y política en
este país. Existen, indudablemente,argumentosrespetablesa favorde
esta visión,que no es una mera "fabricación",totalmentearbitraria,sino
una imagen mítico-realfundada parcialmenteen procesos objetivos y
adoptada casi por consenso. En Honduras, el fuertepeso de unidades
productivasrelativamentepequeñas en la recienteexpansión cafetalera
ha creado la expectativa de que también allí pueda jugar un papel
"democratizador"en el plano sociopolítico. De modo análogo, en otros
casos centroamericanos, la imagen predominantedel cafécomo factorde
concentraciónde poder económico y político tiene un obvio sustento
real, pero simplificaal extremouna dinámica social-agrariamucho más
compleja, en la cual otrossectoresde la sociedad ruralhacen valer tam-
bién su voz, aunque no siempresu voto.

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En cada caso nacional hay, asimismo, posiciones discrepantesacerca


del impacto social del café, esto es, perspectivasque enfatizanel lado
oculto de esa realidad agraria. Con frecuencia,tales contra-argumentos
unilateralizantambiénel análisis,al minimizarla importanciade aquel-
lo que dio sustentoa la visión preponderanteacerca de la caficulturaen
esa sociedad. La formaen que se representael contenidosocial de la acti-
vidad cafetaleraen la respectivasociedad no es, pues, unívoca. La exis-
tencia de interpretaciones contrapuestasde una base fácticacomún (v.g.
los censoscafeterosde cada país centroamericano)no hace más que resal-
tarlos rasgosintrínsecamente contradictoriosde la realidad social que se
busca interpretar.
A continuación se mencionarán algunos aspectos que convendría
incorporaral análisis históricode los significadossociales de la caficultu-
ra centroamericana.Se enfatizaránaquéllos de tipo socioeconómico,pero
también se harán algunas referenciasa procesos sociopolíticosy cultu-
rales pertinentes.Al mismo tiempo, se insinuaráalguna reflexióncom-
parada sobre ciertospuntos medulares,aunque no se intentarásu plena
sistematización.
Antes que nada, hay que precisary contrastarlos distintosmomentos,
ritmosy alcances de la expansión cafetaleracentroamericana,sabemos
que fue tempranay rápida en Costa Rica; posteriorpero también acele-
rada en Guatemala y El Salvador; tardíay limitada en Nicaragua, y muy
recienteaunque fuertey cada vez más aceleradaen Honduras. Hay, pues,
varios ciclos específicosque han venido sucediéndose durante más de
siglo y medio, con variantesregionales.Las condicionestantodel merca-
do mundial como de las respectivaseconomías nacionales han sido
obviamentemuy distintasen cada uno de ellos. Costa Rica participódel
auge de preciosasociado a la gran expansióndecimonónicade la deman-
da mundial de café; Guatemala y El Salvador volcaron sus economías
hacia este producto cuando se aproximaba el final de dicha expansión;
Nicaragua entróde lleno al comerciocafeteroprecisamentecuando ya se
acentuaba la sobreproducción con las masivas cosechas brasileñas;
y Honduras debió esperar al auge económico internacional de la
posguerra,que hoy ha cedido ante un nuevo período de sobreproduc-
ción.
El caféimpulsó el crecimientoagroexportadoren todo el Pacíficocen-
troamericano,pero su peso macroeconómicofuevariable,según el caso y
a lo largo del tiempo. Dominó abrumadoramentela economía salvado-
reña desde el estancamientode la producción añilera en la segunda
mitad del siglo XIX hasta la industrializaciónsustitutiva y parcial
diversificaciónagroexportadoraa partir de mediados del siglo XX.
Controló también el sector de exportación nacional en Guatemala y

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Costa Rica, aunque fiiecontrapesadoen el comercioexterior,desde el fin


de siglo, por la actividad bananera,principalmente,y luego por otras
produccionesagrícolase industriales.En Nicaragua, el caféfueel princi-
pal productode exportacióndurantelas décadas iniciales del siglo XX,
aunque su predominio fue menos contundenteque en los casos ante-
riores.En Honduras, el auge cafetalerocreó por primeravez un fuerte
renglónagroexportadornacional cuando comenzaba a declinarsu impor-
tancia relativaen las restanteseconomías centroamericanas, ya después
de mediados de este siglo.

Las razones de la tempranao tardía y más o menos fuerteexpansión


cafetalerason varias, y sólo pueden mencionarseaquí(6). Conciernen,
sobre todo, a la mayoro menor rigidez de las herenciasprecafetaleras,
usualmentede origen colonial (por ejemplo, los sistemas laborales y el
tipo de unidades productivas,las formasde tenenciay las redesmercan-
tiles, pero también las estructurasde poder y las relacionesinterétnicas)
y a factoresque fueroninterviniendoposteriormente:cambios en la ren-
tabilidad relativa de otros productos (v.g. tintes o ganadería) y en las
opciones de inversión existentes; la disponibilidad efectiva tanto de
capital como de mano de obra; a las estrategiaseconómicas y valora-
ciones culturales del propio campesinado; la ubicación espacial de las
tierrasaptas para el café (distancia a los puertos,grado de dispersión,
etc.); las transformaciones en su tenencia; la eficacia de las soluciones
al problema de los costos de transporte;las relaciones de poder en
el campo, los efectos de las guerras civiles, y las políticas estatales,
en particular aquellas que usualmente se asocian a las Reformas
Liberales.

Las consecuenciasde estos procesosson crucialesno sólo para el creci-


miento económico, sino también para la redefiniciónde las relaciones
social-agrariasy para la constitucióny consolidación (o no) de los res-
pectivos Estados nacionales. Ciertamente,ello ocurrió más pronto en
Costa Rica por la flexibilidadde las formasde producción y relación
social heredadasde la colonia; por la inexistenciade un fuertey lucrati-
vo producto competidor;por la posibilidad real de asignar los escasos
recursoslaborales y de capital al nuevo renglónagroexportador;por la
participaciónactiva de un amplio segmentodel campesinado en la pro-
ducción mercantil,incentivadapor el capital comercialy luego agroin-
dustrialmediantefacilidadescrediticias;por el tempranoy exitosorefor-
mismo agrarioliberal; por la pronta superaciónde problemasde trasn-
porte comparativamentemenores; y por la viabilidad política de su
Estado nacional, hegemonizadopor una élite relativamentehomogénea
y no desgarradapor luchas intestinas.

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En Guatemala y El Salvador,el primerobstáculo a la tempranadifu-


sión de la cafículturafiie la existencia de una lucrativa producción
exportadora,estructuradasegún lincamientoscoloniales. La aceleración
de la expansióncafetaleradebió esperara la decadencia de la cochinilla,
en el caso guatemalteco,y al estancamientodel añil en el salvadoreño.
Pero también se requería de una sustancial reorganización de las
relacionessocial-agrarias,que en ambos casos fue resueltapor la oligar-
quía local desde una posición de fuerza: en Guatemala mediante el
reclutamientocoercitivode mano de obra indígena para la caficulura
(aunque también hubo apropiación de tierras pertenecientes a
comunidades indígenas por hacendados blancos y por ladinos); y en El
Salvador mediante la privatización impuesta de sus tierras aptas
para este cultivo (pese a la resistencia que dilató el proceso varias
décadas).
En Nicaragua había, antes del café, una estructura productiva
diversificada,eficazmenteorientadahacia los mercados ístmicos,y una
evidente fragmentacióndel poder tanto económico como político.
La contraposiciónde interesesregionales,subyacentesen los reiterados
conflictos interpartidistas,dificultó la articulación de un proyecto
nacional oligárquico. Y cuando el autoritarismomodernizantede fin
y principio de siglo comenzó a cimentarlo en las bases de la
producción agroexportadora, fue truncado por la intervención
extranjera.
En Honduras, finalmente,se conjuntarondiversosfactorespara pos-
tergartanto el crecimientoagroexportadornacional como las propias
ReformasLiberales: la debilidad económica de una clase terrateniente
primordialmenteganadera; la casi inexistenciade un Estado nacional
propiamentedicho, capaz de llevara términolas obras de infraestructura
y transformaciones agrarias requeridas; la ubicación geográficade las
tierraspotencialmentecafetaleras,remotasy dispersas;la eficaz defensa
de formasde posesión ejidales por parte del campesinado; y a partirdel
fin de siglo el fuertey distorsionantepredominio del enclave sobre la
economíay la política hondurenas.
Retomemosahora algunos aspectos específicospara reflexionaracerca
de su impactosobreel paisaje social de la actividadcafetaleraen el istmo.
Los espacios histórico-geográficos del café fuerondisímiles entre sí:
ecúmenes coloniales, usualmente bien comunicados con los puertos (el
Pacíficosur nicaragüense,el occidentesalvadoreño,la zona de Choluteca
en Honduras, la Meseta centralcostarricense);áreas relativamentevacías
incorporadas,en un principio,mediante la extensiónde rudimentarias
redes carreteraso trochasmuleras (la Bocacosta guatemalteca, la zona

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cafeteranorcentralde Nicaragua, el noroestedel Valle Centraly algunas


zonas periféricasde Costa Rica); áreas habilitadas mediante la construc-
ción de vías férreas- y,algunas veces, cables transportadores- a finesdel
siglo XIX y principios del XX (oriente del Valle Central costarricense,
así como variaszonas del Pacíficoístmico); áreas remotasy discontinuas,
conectadasduranteel siglo XX mediantela extensiónde la red vial y el
transporteautomotor(interiorde Honduras, zonas cafeterasmarginales
del restodel istmo).
Con algunas salvedades, puede afirmarseque las mayores y más
persistentesdificultadesde transportefavorecieron- en conjunto con
factorescomo la existenciade opciones de inversiónmás lucrativas,las
relacionesde fuerzaentreproductoresdirectosy dueños de capital en el
plano regional,y las políticas agrariasdel Estado - la consolidación de
una caficulturapredominantementecampesina en ciertas zonas. En
cambio, los bajos costos de transporteatrajeronfrecuentementea los
inversionistasnacionales, y en algunos casos extranjeros,hacia la fase
agrícolade la actividadcafetaleraen zonas específicas.
Hay al menos dos situaciones discrepantes en que los costos de
transporte fueron contrarrestadospor otras consideraciones. Una
correspondeal establecimientode haciendascafeteterasen zonas de acce-
so difícil donde fue necesariosuperarmayúsculosproblemas de trans-
porte (v.g. ciertaszonas ocupadas por alemanes en el interiorde Guate-
mala, o las haciendas matagalpinas,donde los costos de transporteeran
muy superioresa los del Pacífico nicaragüense).La segunda situación
correspondeal afincamientode una caficulturacampesinaentremezclada
con haciendas en zonas bien comunicadas con los puertos, como es el
caso de la Meseta Central costarricense,pero también algunas partesde
El Salvador.
Otras coordenadasde la ubicación de tierrasaptas para la caficultura
incidían también en la connotaciónsocial de ésta. El mejoramientode
las comunicaciones valorizaba más a unas tierras que a otras, y la
cercanía a ciudades principales e intermedias encarecía la tierra, y
estimulaba la venta de parcelas campesinas - fragmentadaspor vía
hereditaria- para emigrar hacia las fronterasde colonización en los
cuales había la posibilidad de reconstituirunidades de producción
mayores.Por otra parte, cuando las tierrasde poblaciones indígenas o
ladinas eran idóneas para cultivar esta baya, como en el occidente
salvadoreño o en el área matagalpina de Nicaragua y en la propia
Meseta Central costarricense,la presión sobre ellas era mucho mayor
que en casos como el de Guatemala, donde la superposiciónera sólo
parcial.

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En un planomásgeneral,la abundanciao escasezrelativade tierraen


cada caso es indispensable paracomprender el contenidosocialque fiie
la
adquiriendo caficultura, aunquepor sí misma no explicala dinámica
de las relacionesentrefuerzassociales,en la cual intervienen muchos
otroselementos. La densidadpoblacionalmáselevada,a todolo largode
la expansióncafetalera, fue sin duda la de El Salvador,donde casi no
había frontera agrícola.Le seguía Guatemala,con tierradisponible
aunque mucha de ella no era apta para caféni, quizá, para agricultura
intensiva.De hecho,el áreaagrícolaefectivapor habitanteno era muy
distintaa la salvadoreña. En cambio,Honduras,CostaRica y Nicaragua
teníanuna densidadpoblacionalmuchomenor,aunque desigualmente
distribuidaen sus respecivosterritorios. La población rural tenía,
en consecuencia, mayor acceso potencial a la tierraen los últimostres
países que en los dos primeros, aun cuando las condicionespara
dichoaccesodependíande relaciones de fuerzay políticasgubernamen-
tales.
Con el tiempo,fiieacelerándoseel crecimiento demográfico por la
inmigración y,despuésde finesdel siglo XIX, por la reducciónde la
mortalidad,primeroen el caso costarricense y luego en el restodel
istmo.Aunadoa la colonizaciónagrícolay los masivosdenuncios,ello
condujoal agotamientode la frontera agrícolano apropiadaen zonas
potencialmente cafetaleras, situación a la cual Hondurassólo se aproxi-
ma actualmente.Con ello han ido cerrándoseen la mayorpartedel
istmolas opcionesde reconstitución del campesinado caficultormedian-
te la incorporación de nuevastierras.
La evoluciónde la tenenciade la tierraes un factordecisivoaunque
algunasvecesmal entendidoen la dinámicasocialcafetalera. La privati-
zación, asociada lo
por general a las Reformas Liberales,aunque fiie
impulsada también por algunosgobernantesconservadores, fiie muy
temprana y rápida en las zonas cafetaleras de Costa Rica, donde la desa-
mortización de bieneseclesiásticos y tierras comunales se habíacomple-
tado antesde I860. La escasapoblaciónindígenano pudo oponeruna
resistencia eficaza la reducción de sus atractivas tierrasa dominiopriva-
do en la primerazonade expansióncafetalera, y "leguas"ladinasfue-
las
ronrepartidas conla anuenciade los pobladores.Los clérigosprincipales
participaron alegremente de la reapropiación de bienesdesamortizados,
lo cual quizá hayamoderadosu posiciónrespectodel procesoy minimi-
zado las confrontaciones liberal-conservadoras. Por otraparte,el meca-
nismodel denunciopermitióa un sectordel campesinado(ciertamente
no los más pobres)accedera la posesiónfundiáriaen las fronteras de
colonización, donde los al
allegados poderconstituyeron, su
por parte,
grandespropiedades.

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En El Salvadorla disolución de las comunidadesindígenas,cuyas tier-


ras se superponíanen alto grado con las aptas para la cafìcultura,fuemás
violentay generouna resistenciaindígenaque se expresóen las revueltas
de finde siglo contralos jueces repartidoresy resurgióen la rebeliónde
1932, cuyassecuelas represivascompletaronel largoprocesode ladiniza-
ción. Junto con la privatizaciónde los ejidos no indígenas,ello desem-
bocó en la formaciónde un campesinadopequeño propietario,y frecuen-
tementecaficultor,paralelamentea la crecienteconcentraciónde la pro-
piedad fundiáriay la constitución - a faltade fronteraagrícola y a pesar
de que hubo alguna emigración hacia Honduras - de un
amplio sectorde población ruraldefintivamente desprovistade tierras.
En Nicaragua,donde la primeraexpansióncafetalerase basó en hacien-
das ya establecidasen el Pacíficosur,las comunidadesindígenasde zonas
cafeterascentro-norteñas resistierondurantevarias décadas su privatiza-
ción, pero sucumbieron finalmente ante las presionesy coacciones. Por
otra parte,el nortede Nicaragua (principalmentelas Segovias) se consti-
tuyó en una fronterade colonizaciónpredominantemente campesina,en
la cual fueadquiriendorelevanciala produccióncafetalera.
Para el caso guatemalteco,fue más importantela desamortizaciónde
bienes eclesiásticosy la apropiaciónlatifundiáriade grandesextensiones
de baldíos nacionales,como tambiénde tierrasindígenas,en la Bocacos-
ta y otras zonas cafetaleras.En cambio, las comunidades indígenas del
altiplano conservaronbuena parte de su tierra,situada a alturas que no
permitíaneste cultivo. Ello, a su vez, redujo la presiónsobre las nuevas
tierrascafetaleras.
En Honduras, el mínimo desarrollode la producciónagroexportadora
se conjugó con la debilidad del Estado nacional y las relacionesde fuerza
entre élite y campesinado para que más bien se reforzarala propiedad
ejidal en zonas hoy cafetalerasmediante la creaciónde nuevos derechos
comunitariosa lo largo del siglo XIX. No ha sido sino hasta en los últi-
mos años que ha comenzado a completarseel procesode privatizaciónen
dichas zonas.
La creaciónde un mercado de tierras,como corolariode la privatiza-
ción, permitió en todo el istmo un reforzamientode la concentración
por vía de transaccionesinmobiliarias.Y en coyunturascríticas,pese a
algunas medidas compensatorias,se aceleró el traspasode tierrascafeta-
leras a manos más pudientes,sobre todo cuando el caficultorhabía ten-
dido a especializarseo había hipotecadosu finca.
Allí donde hubo comunidades indígenas que fungieroncomo fuente
estacionalde mano de obra para las cosechas,muchos hacendadoscafeta-
leros - guatemaltecosy nicaragüenses- desarrollaronmecanismos que

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combinabanlas deudas pagaderasen trabajo (la habilitacióno enganche)


con la coacción. Esto les permitióasegurar,duranteel último terciodel
siglo XIX y primerodel XX, el abastecimientode trabajadoresestacio-
nales con bajos nivelesde remuneración.Solía estarasociado, asimismo,
con sistemasde cultivoextensivosy , frecuentemente, a zonas con costos
de transportecomparativamenteelevados. El reclutamientocoercitivo
reflejaba nítidamente las desiguales relaciones de poder interétnicas.
Posteriormente,se transitóhacia formasde trabajo asalariado más o
menos "libre",pero el sistemadejó su improntaen la texturade las rela-
ciones social-agrariasen ambos países.
En todo el istmo hubo, a lo largo del período de expansióncafetalera,
trabajo propiamenteasalariado,pero fue característicosobre todo de las
haciendas costarricensesy salvadoreñas.Se asociaba, pues, a situaciones
en que había un avanzado proceso de privatizaciónde la tierra,con una
población ruralpersonalmentelibre y geográficamentemóvil, en que el
sistemade cultivo era relativamenteintensivodentrode un modelo tec-
nológico que se basaba más en insumos laborales que en insumos tec-
nológicos.
El trabajo familiaren pequeñas fincascafetaleras,ya fuesende propie-
dad privada o ejidal, bajo arrendamientoo ciertasformasde mediería,
tuvo una importanciavariableen el istmo: históricamentefue menoren
el caso de Guatemala y en el Pacífico sur nicaragüense; secundaria
aunque significativaen El Salvador; predominanteen el nortede Nica-
ragua y en varias zonas cafetalerasde Costa Rica, aunque a menudo en
combinacióncon trabajo asalariado; y claramentedominanteen la cafi-
cultura hondurena,pese a que también allí hay unidades suprafami-
liares.
En el plano de los sistemasde producción,se observansituacionesque
van desde el semicultivode café en medio del bosque, sin mayoraten-
ción duranteel año, hasta la especialización monocultivista.En alguna
medida se tratade una progresiónen el tiempo,v.g. del cafécomo culti-
vo secundario,luego como eje de un sistemapolicultivista,y finalmente
como monocultivoa nivel de finca.Pero mientrasunas zonas se especia-
lizan, sobre todo en el Pacífico centroamericano,otras se conviertenen
fronteras del caféy se recreanallí distintasmodalidades de policultivo e
incluso de semicultivo,como ha ocurridodurantelas últimas décadas en
ciertaszonas de Honduras.
El procesamientohúmedo en centralesde beneficiofue,desde media-
dos del siglo XIX, la formacasi única de beneficiadoen Costa Rica, y
Guatemala evolucionó claramenteen esa misma dirección,con la parti-
cularidad de que los grandes finquerosguatemaltecosprocesaban,pro-

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porcionalmente,más café propio que los costarricenses,quienes usual-


mente tenían numerosos "clientes". En El Salvador y Nicaragua se
continuó procesandopor vía seca buena parte de la cosecha - propia y
ajena - hasta bien entradoel siglo XX, por una combinaciónde factores
entrelos cuales se destacan: la escasez de agua en ciertaszonas; el siste-
ma de cosecha por "corteparejo", que ahorrabamano de obra y supervi-
sión en comparación con la recolección selectiva; las dificultadesde
transportedel café en cereza a centrales de beneficiado; y decisiones
empresarialessobre la conveniencia y rentabilidad de las inversiones
requeridaspara el procesamientohúmedo en esas zonas. En Honduras
hay todavía una combinaciónde formasde procesamiento:seco y húme-
do, como también predominantementecampesino en algunas zonas y
agroindustrialen otras.
Las diversas modalidades de beneficiadose insertaban,a su vez, en
extensas redes mercantil-crediticiasen las cuales entraban inevitable-
mente los caficultorescampesinos.Las condicionesde su relacióncon el
capital mercantily agroindustrialvariabansegún predominaseel benefi-
ciado húmedo o seco, según el grado de centralizacióndel mismo, y
según el porcentajecompradoo producidopor las propias firmasagroin-
dustríales.
Los interesesciertamentecontrapuestosde productoresdirectos - ya
fuesenformalmenteindependienteso asalariados- y dueños de capital se
expresaronde formasmuy variadas en el universocafetalerocentroame-
ricano: abierta o veladamente,pacíficao violentamente,por vía institu-
cional o contestataria,etc. No es posible aquí, por razones de espacio,
ensayarsu análisis comparado. Pero son fundamentalespara comprender
no sólo esas contradiccionesy sus vías de expresiónsociopolítica, sino
tambiéncómo fueronconstituyéndosea travésde ellas distintasmodali-
dades de confrontacióny negociaciónentrefuerzassociales organizadas,
distintas interaccionesentre la sociedad civil y el Estado, y distintas
connotacionespara la caficulturadel istmo.

Résumé - Basespourune interprétation historiquedes contenussociauxde l'activité


caféière
en Amériquecentrale. Différences
entreles processus desdiverspaysde l'Isthme,
différences au seindes processusnationaux,
régionales ressemblances de régionà région
par-dessusles frontières
d'Etats.Apparitiontardivede la caféiculture
hondurienne.
Resumen - Bases para una interpretación históricade los contenidossocialesde la
actividadcafetaleraen Centroamérica.Diferencias entrelos procesosde los países del
istmo,diferenciasregionalesdentrode los procesosnacionales, parecidosentreregiones
porencimade las fronteras.
Aparicióntardíade la caficulturahondurena.

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SOCIALES
PAISAJES DELCAFE 59

NOTAS

(1) William Roseberryhace una sugerenteaplicación de este concepto a la caficultura


latinoamericanaen su introducciónal tomo colectivo compilado por él y otros, Coffee,
societyand powerin Latin America(en preparación,JohnsHopkins).

(2) Como análisis comparados generales de la cafìcultura centroamericanapueden


verse,para el primersiglo de expansión cafetaleraen el istmo: Helen Louise Hearst, The
coffeeindustryofCentralAmerica(tesis de maestríaen geografía,Universidad de Chicago,
I929); el artículoclásico de Ciro Cardoso, "Historia económica del caféen Centroamérica
(siglo XIX). Estudio comparativo",en EstudiosSocialesCentroamericanos, n° 10, 1975, pp.
9-55, ampliado luego en el libro conjunto con Héctor Pérez, Centroamérica y la economía
occidental(San José, Editorial Universidad de Costa Rica, 1977); Héctor Pérez, "Creci-
miento agroexportadory regímenespolíticos en Centroamérica:un ensayo de historia
comparada",en Héctor Pérez y Mario Samper (compiladores),El Caféy la historiaagraria
centroamericana(San José, Flacso, 1992, en prensa);yMario Samper, "Café, trabajo y socie-
dad en Centroamérica,1870-1930: una historiacomún y divergente",en HistoriaGeneral
de Centroamérica,tomo IV (Flacso, en prensa). Para el período posteriora 1930, destaca el
estudio de JefferyPaige, "Coffeeand politics in Central América",en Richard Tardanico
(compilador),Crisesin theCaribbeanBasin (Newbury Park, Sage Publications, 1987). Cf.
también Mario Samper, "Policultivo, modernizacióny crisis: paradojas del cambio técni-
co/socialen la cafìcultura centroamericana",CuadernosAgrarios(Universidad Nacional,
Costa Rica, en prensa,y Memoria del Coloquio MesoamericanoSistemas de Producción y
Desarrollo Agrícola,Colegio de Posgraduados,Texcoco, México, en preparación).

(3) Para El Salvador,las obras clásicas son: David Browning,El Salvador:Landscapeand


Society(Oxford : Clarendon Press, 1971). Héctor Lindo, Weak Foundations.The economy of
El Salvadorin thenineteenth century,1821-1898 (Berkeley,California,1990); Rafael Men-
jívar,Acumulación originariay desarrollodel capitalismoen El Salvador (San José,Costa Rica
: Educa, 1980). En lo concernientea Guatemala: Julio Castellanos Cambranes,Coffee and
peasants.The originsofthemodemplantationeconomy in Guatemala, 1853-1897 (Estocolmo,
Institute of Latin American Studies, 1985); David McCreery,Rural Guatemala, 1760-
1885 (Stanford,StanfordUniversityPress, 1992).

(4) Al respecto,ya es clásica la visión de Jaime Wheelock, Imperialismo y dictadura:cri-


sis de unaformación social (México, Siglo XXI, 1975). Entre otrosestudios sobre el caféen
Nicaragua pueden mencionarse: David Radell, Coffeeand transportation in Nicaragua
(Informede trabajo de campo, Departamentode Geografía,Universidadde Californiaen
Berkeley, 1964); Jaime Biderman, Class structure, the State and capitalistdevelopmentin
Nicaraguanagriculture (tesis doctoral en economía, Universidad de Californiaen Berke-
ley,1982). Respecto del norte segoviano, Y por eso defendemos la frontera(Managua,
CIERA, 1984). En cuanto a la importanciarelativade la cafìculturacampesina, pueden
contrastarselas posiciones de Michel Merlet, "El siglo diecinueve en Nicaragua. Auge y
derrotade la vía campesina (1821-1934)" (ponencia presentadaal simposio "Las socie-
dades rurales centroamericanas",en Costa Rica, 1990, versión preliminar); y Elizabeh
Dore, "La producción cafetaleranicaragüense, 1860-1960: transformacionesestructu-
rales". Sobre el trabajo forzadode los indígenas,Cf. Jeffrey Gould, "El café,el trabajo y la
comunidad indígena de Matagalpa, 1880-1925". Los dos últimos trabajos se publican en
Pérez y Samper,El caféenla historiaagraria...

(5) Los trabajosclásicos sobre el café en Costa Rica son: CarolynHall, El caféy el desar-
de Costa Rica (San José, Editorial Costa Rica, 1976), y Ciro Cardo-
rollohistórico-geograftco

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60 C.M.H.LB. Caravelle

so, "La formaciónde la hacienda cafetaleraen Costa Rica (siglo XIX)", en EstudiosSociales
Centroamericanos ' L 19, 1973. Un buen modelo de su funcionamientoinicial es el ofrecido
por Héctor Pérez, "Economía política del café en Costa Rica, 1850-1950", en Avancesde
Investigación(Centro de Investigaciones Históricas, Universidad de Costa Rica), L 5,
1981. La colonización en zonas cafeterases analizada en Mario Samper, Generations ofsett-
lers(Boulder, Colorado, EEUU, Westview Press, 1990). Víctor Hugo Acuña analiza los
"Patrones del conflicto social en la economía cafetalera costarricense(1900-1948)"
(ponencia presentadaal 45 Congreso de Americanistas,Bogotá, Colombia, 1985). El eco-
nomistaagrícola Paul Sfez esboza "La formacióny el desarrollodiferenciadode una de las
caficulturasque figura entre las más productivas del mundo: el caso de Costa Rica"
(ponencia presentadaal simposio "Las sociedades agrariascentroamericanas.Siglos XIX y
XX, Costa Rica, 1990).
Sobre el café en Honduras es más escasa la bibliografíageneral,entrela cual cabe des-
tacar : Eduardo Baumeister,"El caféen Honduras", en Pérez y Samper,El caféen la histo-
ria agraria...; y Robert Williams, "Coffee,class, and the State in Honduras: A comparati-
ve sketch"(ponencia presentadaen el XV Congreso de LASA, 1989). Hay también algu-
nos diagnósticospara zonas cafetalerasespecíficas,como los de Edgar G. Nesman y Mit-
chell A. Seligson, "Baseline surveyof the Honduran small farmertitlingproject: descrip-
tive analysis of the 1985 sample" (Madison, LTC Research Paper 93, mimeo, 1987); y
Earl Joneset al., "Baseline surveyof the Honduran small farmertitlingproject: Descrip-
tive analysis of the 1983 sample" (San Francisco, Development Associates) (mimeo,
1984).
(6) Para una explicación más detallada al respecto,Cf. Samper, "Café, trabajo y socie-
dad".

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