Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Este concepto, tal como lo señalamos al subrayarlo, contiene dos componentes esenciales.
Dentro del marco de los elementos constitutivos del proceso productivo, se entiende al
costo como el “vínculo coherente”, es decir un vínculo racional. Para dotar de coherencia a
la vinculación propuesta en este concepto entre objetivos y factores necesarios, se hace
necesario estudiar los procesos productivos, es decir, las acciones que en su combinación
sistémica, terminan utilizando los factores para alcanzar los resultados. No sería racional
concebir información de costos ignorando lo que sucede en los procesos productivos,
justamente el lugar y la instancia en la cual los factores agotan su potencialidad productiva
para transformarse en objetivos. Por otra parte, el concepto, también hace referencia a la
“necesariedad” de los factores. Algo sobre lo que hablaremos en los párrafos siguientes.
En vinculación con los conceptos desarrollados en el punto 7, se podría agregar que si bien
los conceptos de costo, valor y precio son diferentes, los tres están ligados estrechamente,
ya que el costo trata de encontrar la vinculación entre los factores y los objetivos, buscando
de alguna forma una relación que permita medir la eficiencia y la productividad en el
agregado de valor a los resultados productivos. Este agregado de valor propuesto, es en
referencia a su concepción económica, la cual será percibida por el consumidor como la
capacidad que tenga el bien o servicio para satisfacer sus necesidades. En función de esa
percepción, se establecerá la relación de intercambio, es decir el precio. Encontrar los
mejores costos, me permitirán un mayor valor agregado a mis productos o servicios y al
mismo tiempo esto redundará en una mejor relación de intercambio en el mercado, es decir
en un mejor precio.
En los procesos productivos, por tanto, cuando se trata de analizar información de costos,
implicaría encontrar esa vinculación coherente entre los objetivos productivos y los factores
necesarios para alcanzarlos. Para poder lograrlo, deberemos prestar especial atención a
como están dispuestas y relacionadas las acciones en los procesos productivos. Por otra
parte, y en función de lo expuesto, podríamos decir que todo costo, en esencia, está
basado en relaciones de productividad FÍSICAS, las cuales luego serán expresadas
en términos monetarios.
Esto quiere decir, que al tratar de vincular factores con objetivos, la primer relación que
encontraremos será física, y luego de obtenida esta vinculación, estaremos en condiciones
de monetizarla. No se trata con esto de dar mayor importancia a una sobre otra, sino
simplemente establecer un orden en la fase de vinculación de los recursos con las acciones
que los consumen. Por tanto, en la formación de un costo, deberemos tener en cuenta:
En función de lo expresado, podríamos decir que el costo de un factor “X(i)” necesario para
alcanzar un objetivo “a” surgiría del producto entre la cantidad física de factores necesaria
para alcanzar el objetivo “a”, con su componente monetario.
En donde:
C X(i); a : es el costo de un factor “X(i)” necesario para alcanzar el objetivo productivo “a”
Q X(i); a : es la cantidad física de factor “X(i)” necesaria para alcanzar el objetivo productivo
“a”, medida en unidades de uso o empleo del factor en las acciones del proceso de
producción
P X(i) : es el valor considerado necesario para disponer de una unidad de uso o de empleo
de factor en el proceso
Ahora bien, cuando queremos establecer una ecuación general para obtener el costo del
objetivo “a”, deberemos hacer referencia a la sumatoria de los costos de los factores
Cabe señalar, que entre las unidades físicas de factor necesarias y las unidades físicas de
objetivos productivos alcanzados, se establece siempre una relación de productividad. Esta
relación física es esencial en la determinación de la vinculación coherente, y sin ella, sería
imposible poder medir el grado de eficiencia en el uso de los recursos en relación con los
objetivos alcanzados.
En el cuadro 1.19, expresamos la ecuación general del costo, como la sumatoria de los “n”
factores necesarios para alcanzar un objetivo productivo. En la misma se puede observar
tanto la relación física de productividad (componente físico), como la consideración del valor
necesario, para disponer en los procesos, de cada una de esas unidades físicas.
Dentro del concepto económico del costo, trazamos dos ejes temáticos fundamentales, que
derivan en dos conceptos claves para poder entenderlo. El concepto de “necesariedad de
los factores” y el concepto de “coherencia” en el vínculo
Relaciones causales: son vínculos objetivos, los cuales están basados en el “principio de
causalidad”. En ellas un fenómeno “efecto” se verifica, siempre y necesariamente, como
consecuencia de la ocurrencia, sea previa o simultánea, de un fenómeno “causa” es decir,
son relaciones objetivas, causa-efecto. En general, en el análisis de costos de los procesos
de transformación, se relevan muchas relaciones causales, muchas de ellas detectadas en
el vínculo que genera el uso de los factores por las acciones que se desarrollan en los
procesos. En esta relación, los factores se emplean para desarrollar acciones y las acciones
se verifican como consecuencia necesaria del empleo de factores.
“EL NAPOLITANO”, es la pizzería del barrio. Su dueño, desde hace 20 años, es Vito; un
italiano muy agradable y que nos conoce desde nuestro nacimiento. Vio el pasacalle que
decía, “Felicidades Contador”, cuando nos recibimos. Ni lerdo ni perezoso, al vernos
ingresar a la noche siguiente a comprar la pizza de los sábados, nos encaró, hablando de
lo difícil que estaba todo, y que ya se le hace complicado sostener su negocio. Que no tiene
idea de sus costos, y que como se enteró de nuestro título reciente, nos pide que le demos
una mano para ordenar sus cuentas, o sus costos, o simplemente algo que lo ayude en su
devenir diario.
Medio para sacarnos el problema de encima, le pedimos a Don Vito, que nos haga una lista
de sus gastos mensuales reales, y que nos avise cuando los tenga. Al otro día, toca el
timbre de casa Don Vito, y arremete con su lista de gastos, costos, o vaya uno a saber.
La primer pregunta que se nos ocurre, es cuantas pizzas por mes, aproximadamente,
podría cocinar el local con la estructura que nos muestra. Don Vito, dice que trabajando de
martes a domingos, podría lograr 15.000 pizzas mensuales. Pero que hoy, al cierre de estos
datos, llegó a vender 10.000 en el mes. El precio de venta de cada pizza de mozzarella es
de $ 160.
Al cabo de una semana, y con los datos que nos dieron, sacamos un costo. Pero Don Vito,
como no muy conforme, vuelve a la carga:
El costo que calculaste, ¿es un buen costo, o se puede mejorar? ¿Qué tendría que tener
en cuenta para mejorarlo, si es que se puede?
Cuando ya creíamos que habíamos solucionado el problema de Don Vito, y sabiendo que
tendríamos pizza por unos meses, sonó el timbre intensamente, en la siesta de la semana
previa al año nuevo. Mirilla de por medio, vemos los bigotes de Don Vito, con una cara de
ansiedad importante.
Dada la hora, fuimos al grano. El supermercado chino de la vuelta, le ofreció a Don Vito,
comprarle 3.000 pizzas por mes. Y le ofrece pagarle $ 120 por pizza. Y nos pedía ayuda.
No sabe qué hacer.
Si es por el costo que le pasamos la semana pasada, diría que no. Sin embargo no se
anima a cerrar por la negativa.
¿Por qué, si el costo calculado la semana pasada, es mayor que el precio que pagaría el
supermercado, tiene dudas?