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El Sistema Público de Salud © Ediciones Roble, S.L
El Sistema Público de Salud © Ediciones Roble, S.L
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El sistema público de salud
I. INTRODUCCIÓN
En esta unidad se va a profundizar sobre los contenidos y la organización de nuestro SNS, las bases
legales que lo sustentan, la distribución de funciones y la organización, así como la cartera de servicios y
una descripción del gasto, sus orígenes y su distribución.
Se tratarán también los retos a los que se enfrenta y las estrategias para poder hacerlo, entre ellas, la
atención a la cronicidad y el papel de los sistemas de información (SI).
II. OBJETIVOS
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Los principios y criterios sustantivos que permiten el ejercicio de este derecho son los siguientes:
1
Financiación pública, universalidad y gratuidad de los servicios sanitarios en el momento del uso.
2
Derechos y deberes definidos para los ciudadanos y los poderes públicos.
Prestación de una atención integral de la salud procurando altos niveles de calidad debidamente
evaluados y controlados.
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Las competencias del Ministerio (Administración Central) en el ámbito sanitario quedan definidas en
la Ley General de Sanidad y el documento de definición de competencias, estructura y organización del
Ministerio de Sanidad y Consumo (los contenidos relativos a estructura y funciones en este apartado
emanan de dichos documentos):
1
Coordinación en salud.
2
Sanidad exterior y acuerdos sanitarios internacionales.
Las actividades de sanidad exterior se realizan en materia de vigilancia y control de los posibles
riesgos para la salud derivados de la importación, exportación.
Epidemiología.
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2
Enfermedades transmisibles.
3
Medioambiente.
4
Normativas internacionales.
5
Investigación.
1
Legislación sobre medicamentos y productos sanitarios.
2
Evaluación, autorización y registro de medicamentos humano y animal.
3
Autorización de laboratorios.
4
Vigilancia de los medicamentos.
5
Control de ensayos clínicos.
6
Precio de los medicamentos y productos sanitarios.
7
Depósito de sustancias estupefacientes.
8
Importación de medicación extranjera.
9
Depósito de medicamentos para emergencias.
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Calidad en el SNS.
Cada una cuenta con un servicio de salud, que es la estructura administrativa y de gestión que integra
todos los centros, servicios y establecimientos de la propia CC. AA., diputaciones, ayuntamientos y
cualesquiera otras administraciones territoriales intracomunitarias.
La Administración Central del Estado mantiene, a través de Instituto Nacional de Gestión Sanitaria
(INGESA), la gestión de la asistencia sanitaria en las ciudades con estatuto de autonomía de Ceuta y
Melilla.
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La transferencia de competencias sanitarias a las CC. AA. busca una mayor proximidad a las
necesidades de los ciudadanos e intenta garantizar:
1
Equidad.
2
Calidad.
3
Participación.
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Su fin es garantizar la cohesión del SNS a través de la garantía de los derechos de los ciudadanos y
pacientes de toda España.
2
Comisión delegada, presidida por la secretaria general de sanidad y viceconsejeros, que establecen
las subcomisiones y los grupos de trabajo.
Comisiones técnicas.
4
Grupos de trabajo.
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Es el órgano dependiente del CISNS mediante el cual se hace efectiva, de manera permanente, la
participación social en el SNS y en él se ejerce la participación institucional de las organizaciones
sindicales y empresariales en el SNS.
Sus funciones son informar, asesorar y formular propuestas sobre materias que resulten de especial
interés para el funcionamiento del SNS.
Figura 2. CISNS
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El acceso a los servicios sanitarios públicos se realiza a través de la tarjeta sanitaria individual
expedida por cada servicio de salud.
En España, son titulares de los derechos a la protección de la salud nacional de la atención sanitaria
con cargo a fondos públicos, a través del SNS, aquellas personas que tienen la condición de
asegurado.
Esta condición la reúnen todos aquellos que cumplan alguno de los siguientes requisitos:
1
Ser trabajador por cuenta ajena o propia, afiliado a la Seguridad Social (SS) y en situación de alta o
asimilado al alta.
3
Percibir cualquier otra prestación periódica, incluidas la prestación y el subsidio de desempleo.
Haber agotado la prestación o subsidio por desempleo y figurar inscrito como demandante de
empleo, no acreditando la condición de asegurado por cualquier otro título.
El cónyuge o persona con análoga relación de afectividad, quien deberá acreditar la inscripción
oficial correspondiente.
2
Serán también beneficiarios el excónyuge a cargo del asegurado.
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Los descendientes del mismo que sean menores de 26 años o tengan una discapacidad en grado
igual o superior al 65 %.
Las personas adscritas en dichas mutualidades que optan por recibir asistencia sanitaria a través
de las entidades de seguro deberán ser atendidas en los centros sanitarios concertados por estas
entidades; si recibieran asistencia sanitaria en centros sanitarios públicos, el gasto derivado será
reclamado al tercero obligado.
El INSS comunica los datos necesarios a las administraciones sanitarias para verificar en cada
momento que se mantienen las condiciones y los requisitos exigidos para el reconocimiento del
derecho a la asistencia sanitaria, sin precisar para ello el consentimiento del interesado.
Los extranjeros no registrados ni autorizados como residentes en España pueden recibir asistencia
sanitaria en las mismas condiciones que los españoles:
1
De urgencia por enfermedad grave o accidente hasta la situación de alta médica.
De asistencia al embarazo, parto y puerperio (periodo de tiempo que dura la recuperación completa
del aparato reproductor después del parto).
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A continuación se muestran algunas tablas con los últimos datos (publicados por el Ministerio de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad) sobre la población de referencia, así como datos de
mortalidad y patologías crónicas de la población española.
Asimismo, y como se ha comentado en la introducción del módulo, cabe destacar las denominadas
enfermedades crónicas en la población, tanto por el impacto económico y en la sostenibilidad del
sistema como por la articulación de políticas y planes de cronicidad puestos en marcha tanto por los
ministerios como por las diferentes CC. AA. con el fin de mejorar y hacer más eficiente la atención a
este tipo de pacientes.
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Atención primaria
Los dispositivos asistenciales principales son los centros de salud, donde trabajan equipos
multidisciplinares integrados por médicos de familia, pediatras, personal de enfermería y personal
administrativo, pudiendo disponer también de trabajadores sociales, matronas y fisioterapeutas.
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Atención especializada
Esto permite que la continuidad de los cuidados siga caracterizada por la equidad,
independientemente del lugar de residencia y las circunstancias individuales de autonomía, dado
que la atención llega hasta el propio domicilio del paciente.
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El conjunto de servicios que ofrece el SNS a los ciudadanos incluye actividades preventivas,
diagnósticas, terapéuticas, rehabilitadoras, de promoción y de mantenimiento de la salud.
Prestación farmacéutica.
Prestación ortoprotésica.
Incluye todas aquellas actividades y servicios o técnicas, sin carácter de prestación, que no se
consideran esenciales o que son coadyuvantes o de apoyo para la mejora de una patología de
carácter crónico.
Las actividades, servicios o técnicas incluidas en esta modalidad de cartera están pendientes de
hacerse efectivas una vez se aprueben por orden del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e
Igualdad.
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El contenido de la cartera común de servicios del SNS se actualizará mediante orden del
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, previo acuerdo del CISNS, a propuesta
de la comisión de prestaciones, aseguramiento y financiación dependiente del mismo.
En pacientes hospitalizados
La prescripción farmacéutica comprende los productos que necesite cada paciente según la
cartera de servicios comunes.
En pacientes no hospitalizados
Comprende la prescripción de aquellos medicamentos que han sido autorizados y registrados por
la AEMPS, las fórmulas magistrales y los preparados oficiales elaborados por las oficinas de
farmacia según lo establecido en el formulario nacional, y las vacunas antialérgicas y bacterianas;
excluyendo los productos de utilización cosmética, dietéticos, aguas minerales, elixires, dentífricos
y otros productos sanitarios, los medicamentos calificados como publicitarios, los medicamentos
homeopáticos, los efectos y accesorios de los que se realice publicidad dirigida al público general.
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La reforma que recoge el RDL 16/2012 modifica el sistema de aportaciones del usuario en farmacia
que existía previamente, estableciendo distintos niveles de aportación para el copago de
medicamentos o productos sanitarios financiados por la SS.
Farmacia hospitalaria
Renta.
Edad.
Grado de enfermedad.
Los parados que han perdido el derecho a percibir el subsidio de desempleo y los perceptores
de rentas mínimas de inserción, de pensiones no contributivas y situaciones análogas no pagarán
nada.
Los pacientes con enfermedades graves y con enfermedades crónicas tendrán una aportación
reducida del 10 % en los medicamentos y productos sanitarios para el tratamiento de dichas
enfermedades, con un límite máximo de aportación actualizado al índice de precios al consumo
(IPC).
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Con carácter general, se establecen tres tramos de aportación en función de la renta (de 0 % a
60 %).
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Llevando a cabo este análisis, nos podremos hacer una primera composición de lugar de los
problemas endémicos de nuestro SNS, así como dónde se han llevado a cabo más esfuerzos a la hora de
contener el gasto sanitario en los últimos años, en un intento titánico de mantener la viabilidad del
sistema en el medio y largo plazo.
Para realizar este análisis, partiremos de los últimos datos disponibles por el Ministerio de Sanidad,
Servicios Sociales e Igualdad correspondientes al cierre de 2015, base del presente apartado.
Según el Sistema de Cuentas de Salud, el gasto total del sistema sanitario español se entiende como la
suma de los recursos asistenciales públicos y privados y ascendió en 2015 a 99.974 millones de euros
(71.036 millones financiados por el sector público y 28.937 millones financiados por el sector privado).
La media anual de crecimiento del gasto sanitario total en el periodo 2011-2015 fue de un 0,2 %.
El gasto sanitario público presentó una tasa del -0,8 %, mientras que el gasto privado creció de media
un 2,8 % anual, algo muy significativo e indicativo de la contención del gasto público sanitario en el
periodo de crisis aguda de nuestro sistema y de la economía en general.
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Figura 6. Variación interanual en tanto por ciento del gasto sanitario público y privado
En 2012 y 2013, el gasto sanitario público cayó con respecto a los años anteriores hasta sumar una
caída del 9,4 % del 2011 al 2013, siendo la sanidad privada la que incrementó en gasto sanitario.
En el quinquenio 2011-2015, la participación del gasto público en el total del gasto sanitario bajó 2,8
puntos porcentuales, ya que pasó de un 73,9 % en 2011 a un 71,1 % en 2015.
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En relación a la población, el gasto sanitario total aumentó de 2.125 €/habitante en 2011 a 2.152
€/habitante en 2015, lo que supone un incremento anual medio del 0,3 % en el quinquenio.
Se observa que el gasto en servicios de asistencia curativa y de rehabilitación, que en 2015 alcanzó
57.884 millones de euros, absorbe más de la mitad del gasto sanitario total.
Así, en 2015, un 57,9 % del gasto sanitario total se destinó a servicios de asistencia curativa y de
rehabilitación.
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Sin embargo, el peso del gasto en las principales funciones de atención de la salud fue desigual
durante el periodo 2011-2015.
Por su parte, la contribución del gasto en formación de capital de las instituciones proveedoras de
atención de la salud al gasto sanitario total disminuyó 0,5 puntos porcentuales, dado que pasó del 1,9
% en 2011 al 1,4 % en 2015.
Por el contrario, si se excluyen los gastos de formación de capital, la mayor tasa anual media de
crecimiento negativa corresponde al gasto en administración de la salud y a los seguros médicos.
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Por su parte, tras una caída del 36,8 % en el periodo 2011-2014, el gasto en formación de capital de
las instituciones proveedoras de atención de la salud se incrementó un 17,1 % en 2015, con respecto a
2014.
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Tres cuartas partes del gasto en servicios de asistencia curativa y de rehabilitación se financiaron
con recursos públicos en 2015.
La asistencia ambulatoria supuso el 91,8 % del gasto privado, debido al peso de la asistencia
odontológica.
En 2015, el sector privado costeó el 40,7 % del gasto en medicamentos y otros productos
médicos perecederos y el 95,8 % del gasto en dispositivos terapéuticos y otros productos sanitarios
no perecederos.
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Atención hospitalaria.
Atención domiciliaria.
En 2015, el gasto en cuidados de larga duración se cifró en 9.066 millones de euros, lo que
supuso un 9,1 % del gasto sanitario total.
Este gasto se desglosa en 7.582 millones de euros financiados por el sector público y 1.484
millones de euros financiados por el sector privado.
Tabla 11. Gasto sanitario en millones de euros en servicios de atención de larga duración
(2015)
En términos de gasto total, la atención hospitalaria representó el 67,8 % del gasto en servicios de
atención de larga duración; la atención domiciliaria, el 21,2 %; la atención en hospitalización de
día, el 11,0 %.
Por el contrario, el gasto en atención domiciliaria disminuyó, en términos anuales medios, un 1,7
%.
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El gasto de los hospitales, que en 2015 ascendió a 41.897 millones de euros, supone el mayor
porcentaje del gasto sanitario total.
Tabla 12. Gasto sanitario en millones de euros según el proveedor de atención de salud
En 2015, un 41,9 % del gasto sanitario total fue generado por los hospitales. Además del gasto de
los proveedores de atención ambulatoria, con un 25,8 %; el de los minoristas y otros proveedores de
productos médicos, con un 21,9 %; y el de los establecimientos de atención medicalizada y
residencial, con un 5,6 %.
Es importante señalar que la categoría "otras ramas de actividad" incluye a los hogares como
proveedores de atención domiciliaria.
En este mismo periodo, los gastos del suministro y la administración de programas de salud pública
y de la administración general de la salud y los seguros médicos disminuyeron, en términos medios
anuales, un 2,8 % y un 2,4 %, respectivamente.
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En España, en 2015, el gasto sanitario público y el gasto sanitario privado sumaron 71.036 millones
de euros y 28.937 millones de euros, respectivamente. Por tanto, las administraciones públicas fueron
responsables del 71,1 % del gasto sanitario mientras que el sector privado contribuyó al 28,9 %
restante.
En 2015, las administraciones regionales, con una participación del 91,8 %, son el agente que
soportó una mayor SS (que en este esquema de clasificación incluyen a las mutualidades de
funcionarios ‒MUFACE, ISFAS y MUGEJU‒) contribuyeron al 6,7 % del gasto sanitario público. El
menor peso recayó sobre la administración central, un 0,6 %.
Desde 2009, año en que finalizó la tendencia alcista que venía experimentando históricamente el
gasto sanitario público, el gasto de las Administraciones Públicas disminuyó un 6,0 %, lo que traduce
el efecto de las medidas extraordinarias para la reducción del déficit público adoptadas a partir de
mayo de 2010 a consecuencia de la crisis económica.
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De hecho, entre los mayores descensos del gasto sanitario público, destaca el de los productos
farmacéuticos y otros productos médicos perecederos, que cayó un 21,6 % desde 2009.
Figura 10. Gasto sanitario total. Estructura porcentual según agente de financiación. España,
2015
En 2015, con respecto a 2014, se incrementó el gasto sanitario de todas las Administraciones
Públicas. Los aumentos más importantes se produjeron en las Administraciones Regionales (6,6 %),
en las Administraciones Locales (4,8 %) y en la Administración Central (4,4 %).
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A pesar del incremento del gasto sanitario de las administraciones locales en el último año, el gasto
de este agente de financiación disminuyó un 46,2 % con respecto a 2009, año en que finalizó la
tendencia alcista que venía experimentando históricamente el gasto sanitario público, lo que se
atribuye, en términos relativos, a la reducción del gasto de capital (inversiones).
Las Administraciones Públicas financian servicios de asistencia sanitaria que se prestan no solo con
producción propia, sino también mediante la contratación o concierto de medios privados de
producción.
Más de la mitad del gasto sanitario público dedicado a financiar la asistencia prestada en
establecimientos de atención medicalizada y residencial corresponde a conciertos. Igualmente, el 29,2
% de los recursos financieros de las administraciones públicas para proveedores de atención
ambulatoria y el 11,6 % para hospitales se dedicaron a sufragar servicios prestados en
establecimientos sanitarios de titularidad privada.
En cuanto a la evolución, la media anual de crecimiento del gasto sanitario público empleado en
financiar medios de producción privados (conciertos) en el periodo 2011-2015 fue de un 0,8 % en el
caso de los establecimientos de atención medicalizada y residencial, de un 0,7 % en el de los
hospitales y de un -1,6 % en el de los proveedores de atención ambulatoria.
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Figura 12. Gasto sanitario público según proveedor de atención de la salud. Contribución
porcentual por titularidad de los medios de producción. España, 2015
Nuestro SNS se financia totalmente vía impuestos, distribuidos y gestionados en su mayoría por las
CC. AA. y gestionados por los servicios regionales de salud, que son los responsables y garantes
últimos de la prestación sanitaria en nuestro país.
Vía este presupuesto, las CC. AA. financian la atención sanitaria en los diferentes niveles
asistenciales (fundamentalmente hospitales y centros de especialidades y centros de AP).
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A través de los conciertos se financian y pactan prestación de servicios sanitarios con hospitales
militares (por ejemplo, el acuerdo que existe entre la Madrid y el Hospital Militar Gómez Ulla), así
como fundamentalmente con centros y organizaciones privadas que complementan la prestación de
servicios sanitarios al ámbito público.
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Las mutuas de funcionarios, de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales, así como las
CC. AA. e INGESA en menor medida, pueden realizar pago directo a profesionales privados de la
salud por la prestación de ciertos servicios.
Vía cotizaciones de la SS, todos los trabajadores financian la prestación de servicios relacionados
con los accidentes de trabajo y las enfermedades profesionales, como es el caso de los funcionarios
distintos al disponer de una mutualidad de funcionarios públicos (MUFACE, ISFAS…), las cuales
llevarán a cabo la prestación de los servicios de salud acordados por acuerdos con entidades privadas.
Los ciudadanos pueden optar por llevar a cabo el pago directo tanto a profesionales como
organizaciones privadas para la prestación de los servicios que ellos decidan y que, aunque prestados
por la sanidad pública, el ciudadano entienda que su demanda de servicio requiere mayor agilidad o
calidad en la prestación del mismo.
Tanto los ciudadanos individuales como las mutuas de funcionarios recurren a un seguro privado
para la prestación de servicios de salud acorde a unas coberturas y servicios pactados o reflejados en
la póliza del seguro de salud.
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Uno de los aspectos más relevantes para estudiar un SNS es el análisis de su población y,
fundamentalmente, de su estructura.
En los siguientes gráficos de la OMS se muestra el total de la población por país, así como la parte
baja y alta de la pirámide poblacional.
Si bien España está alineada con la media europea en los estratos de 0-14 y 65 y más años, la pirámide
poblacional europea, y por ende la española, ha sufrido un envejecimiento progresivo debido a la menor
tasa de natalidad, así como al incremento de la esperanza de vida.
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Además, las previsiones para España en este sentido no son muy buenas, ya que dispone de una
de las tasas más bajas de la UE en cuanto al número de hijos por mujer.
A esto hay que añadirle que España es el país de la UE con la mayor esperanza de vida, por lo que la
evolución de la pirámide poblacional en el futuro será más descompensada y, por tanto, es de prever que
las necesidades y coste de nuestro SNS se incrementará (si no se toman medidas relacionadas con la
eficiencia estructural del sistema) para responder a las necesidades de una población cada vez más
envejecida.
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La tasa de médicos levemente superior a la media europea y destaca la baja tasa de enfermeros por
número de habitantes en nuestro SNS.
Estos indicadores dan una imagen de la "cantidad" de servicios demandados por los ciudadanos con
respecto a la eficiencia del sistema de salud en la prestación de dichos servicios.
A medio y largo plazo, estos estudios (sin entrar en detalle ya que no es el objetivo de este programa)
se complementan y contrastan con los resultados en salud y análisis de coste-efectividad para determinar
si la prestación del servicio/tratamiento es efectivo, no solo desde el punto de vista de coste, también
desde el punto de vista de los resultados en salud y calidad de vida del paciente a largo plazo.
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Figura 21. Consultas médicas a AP. Porcentaje de población adulta que ha consultado en el
último mes
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Figura 22. Consultas médicas a AE. Porcentaje de población adulta que ha consultado en el
último mes
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Figura 25. Ingresos en hospitales. Porcentaje de población adulta que ha ingresado en hospital
en el último año
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Después de analizar los anteriores indicadores de actividad, así como la infraestructura de camas
hospitalarias (uno de los mayores costes del SNS junto al gasto farmacológico), podemos
determinar que nuestro SNS, de media y con respecto al resto de países de la UE, está bien
dimensionado (a excepción de la ratio enfermería/ciudadanos, que requeriría un mayor estudio),
tanto desde el punto de vista de recursos humanos como de estructura, atendiendo de manera
eficiente la demanda de servicios de los ciudadanos y estando por debajo de la media europea en
las ratios de actividad de consultas y hospitalización.
Evidentemente se están comparando los indicadores agregados de las diferentes CC. AA. con
respectos a otros sistemas de salud de países europeos, diluyendo por tanto algunos elementos que en
algunas CC. AA. están detectados como elementos con gran ámbito de mejora, como podría ser la lista
de espera (de consultas y la quirúrgica, sobre todo).
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Figura 29. Esperanza de vida al nacer y gasto total sanitario por habitante en dólares
España es el país con mayor esperanza de vida al nacer de la UE, el gasto sanitario por habitante
está en la media, y es el quinto país en cuanto a población de referencia para el SNS.
Aunque existe una cierta diversidad en las actuaciones funcionales, hay una coincidencia plena en
cinco grandes líneas de actuación:
La informatización de los registros clínicos de cada usuario o paciente (historia clínica digital).
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Un sistema que soporte y relacione entre sí todos los procesos, que es necesario realizar para hacer
efectiva la prestación farmacéutica a los pacientes y usuarios (prescripción, visado, dispensación…).
Mecanismos que ayuden a agilizar la citación de los usuarios con su médico de familia o pediatra de
AP y con los especialistas de área (telecita), dispositivos de diagnóstico y tratamiento a distancia,
evitando desplazamientos (telemedicina).
El marco de desarrollo se basa fundamentalmente en la Ley 16/2003, de Cohesión y Calidad del SNS,
que establece el marco normativo y de desarrollo, en el ámbito del SNS, para:
La receta electrónica.
Cada ciudadano tendrá asignado un código de identificación personal único para todo el SNS.
Las CC. AA. dispondrán de un sistema de intercambio de datos entre sus bases de datos y la base de
datos del SNS, que permitirá mantener actualizada la información protegida sobre población.
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La gestión general está encomendada a las CC. AA., quienes dotan a cada persona tenedora de la
TSI de un código de identificación personal propio de cada ámbito territorial (CIP-CA).
Este tiene como principal cometido asegurar la asociación biunívoca de la persona con su
información administrativa y clínica dentro de cada CC. AA.
Cada CC. AA. dispone de una base de datos de TSI (BDTSI-CA) que contiene los registros de los
ciudadanos protegidos en su ámbito.
El SNS, a través del Ministerio de Sanidad Servicios Sociales e Igualdad, dispone a su vez de una
base de datos de TSI común (BDTSI-SNS) que recoge información procedente de las anteriores, a
través de un conjunto de datos, básicos pero suficientes, para identificar correctamente a cada
ciudadano y mantener actualizada su situación de ubicación y aseguramiento.
De este modo, permite la identificación única y unívoca de cada persona en todo el SNS, requisito
imprescindible para establecer cualquier sistema de acceso e intercambio de información clínica entre
los agentes que lo componen.
Siguiendo el documento arriba mencionado del Ministerio de Sanidad, para lograr cubrir las
exigencias mencionadas el sistema TSI-SNS, integra los siguientes componentes:
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Cada CC. AA. gestiona los datos de la población protegida en su ámbito territorial (BD SNS-TSI) y
recibe información de apoyo para dicha gestión.
La información que suministra procede tanto de las propias CC. AA. como de la Tesorería General de
la Seguridad Social (fichero general de afiliación), mutualidades (afiliados y beneficiarios) y del
Ministerio de Justicia (personas fallecidas).
Su funcionamiento respeta el modelo operativo y de gestión de las bases de datos de TSI de cada CC.
AA.
Un identificador único, el CIP-SNS que la BD TSI-SNS asigna a cada ciudadano incluido en ella,
vitalicio e intransferible
Bajo este código se agrupan los diferentes CIP que un ciudadano pueda tener por pertenecer y haber
pertenecido a distintos servicios de salud autonómicos (CIP-CA).
Un diseño técnico con diferentes elementos en los que se apoyan los requerimientos funcionales
Unos requisitos y estándares necesarios sobre los dispositivos que las TSI incorporen para almacenar
la información básica y las aplicaciones que las traten de modo que se permita la lectura y
comprobación de los datos en todo el territorio del Estado.
Un sistema de mensajería XML que permite el intercambio de mensajes entre bases de datos.
En este sistema, el Ministerio actúa como nodo central de interoperabilidad, sin invadir los
sistemas de gestión propios de cada CC. AA.
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La Historia Clínica Digital (HCD) es un registro electrónico específicamente diseñado para facilitar la
anotación de las observaciones, acciones e instrucciones de manera automática y ofrece la posibilidad de
acceso remoto a la misma.
CC. AA.
Corresponde a las CC. AA. la regulación de la estructura y contenidos de las HCD en su ámbito y a
ellas corresponde igualmente la gestión de su establecimiento y utilización, en desarrollo de la
normativa básica de ámbito estatal.
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Ministerio de Sanidad
Corresponde al Ministerio establecer los mecanismos de intercambio electrónico de información
clínica y de salud individual, previamente acordados con las CC. AA., con el fin de que los
ciudadanos reciban la mejor atención sanitaria posible en cualquier centro o servicio del SNS.
El Ministerio de Sanidad ha elaborado una propuesta a las CC. AA. que agrupa las funcionalidades en
dos grupos, atendiendo al tipo de usuarios a quienes van dirigidas.
La orientación estratégica que se propone es afrontar el proyecto con dos ritmos temporales
distintos.
En primer lugar, con actuaciones a corto plazo y de baja complejidad, el proyecto puede avanzar
con cierta rapidez y con indudable impacto funcional utilizando la información que ya existe y en los
mismos formatos en que se encuentra. En el caso más desfavorable, sería preciso realizar algunas
actuaciones previsiblemente poco complejas y de coste asumible.
Simultáneamente se deben iniciar otras actuaciones que requieren más esfuerzo en inversión, en
transformación organizativa, en formación y en la adopción de determinados acuerdos, lo cual
condiciona un tiempo de planificación y ejecución más largo.
Según lo expuesto, es necesario escalar los esfuerzos en dos niveles de complejidad distintos:
Nivel básico
En este nivel se debería situar aquella información individual de salud, que ya existe en el
momento actual en soporte digital.
Informes clínicos.
Informes de pruebas diagnósticas.
Historia clínica resumida.
El resumen estructurado del núcleo básico de la historia clínica podría ser también objeto de
vista e impresión como los anteriores pero, a diferencia de estos, sería posible consolidar su
contenido en el sistema remoto que consulta, si el responsable asistencial pudiera considerarlo
relevante para la atención del paciente.
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Nivel avanzado
A fin de garantizar la confidencialidad de los datos, la entrada al sistema solo sería posible a través
de accesos seguros proporcionados por cada CC. AA., siendo condición necesaria que quien lo desee
se haya dotado previamente, de forma voluntaria, de los requisitos de acceso y autentificación que se
establezcan en su momento.
Su finalidad es que cada persona pueda conocer el listado de profesionales que han accedido a
través del sistema SNS a alguno de los conjuntos de datos clínicos a su nombre.
El objetivo es que en el conjunto del SNS se permita el acceso del usuario que lo desee y
disponga de los elementos de identificación adecuados, a la copia de sus informes clínicos que
puedan estar disponibles en formato digital en los diferentes servicios de salud.
Este servicio al ciudadano ya está siendo contemplado, por otra parte, en la mayoría de las CC.
AA.
Siguiendo con el "Plan de calidad para el sistema de salud" del Ministerio de Sanidad (2006), para
lograr el objetivo de acceso a información, es necesario contar con un sistema de intercambio de
información clínica en el SNS integrado por los siguientes componentes:
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A través del CIP autonómico, es posible obtener el código SNS a través de la consulta a la BD de
TSI-SNS.
La generación de normativa que recoja las formas adecuadas de proteger los bienes jurídicos,
conforme a los retos y las oportunidades que plantea el formato digital de HC, especialmente en lo
que se refiere a los elementos de seguridad, garantía de confidencialidad de la información y autoría
de las anotaciones.
Garantizar a los ciudadanos poder retirar los medicamentos que tienen prescritos desde cualquier
farmacia del país sin necesidad de presentar una receta en papel.
2
Desligar al médico de la función económico-administrativa de la receta médica.
3
Favorecer el desarrollo de los programas de uso racional del medicamento.
Avanzar en la implantación de sistemas de información, que permitan a las CC. AA. conocer las
transacciones que se realizan entre ellas.
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El sistema público de salud
Receta médica
La receta médica es el documento normalizado por el cual los facultativos médicos legalmente
capacitados prescriben la medicación al paciente para su dispensación por las farmacias.
La receta médica electrónica es un procedimiento tecnológico que permite desarrollar las funciones
profesionales sobre las que se produce la prescripción de medicamentos de manera automatizada, de
manera que las órdenes de tratamiento se almacenan en un repositorio de datos al cual se accede
desde el punto de dispensación para su entrega al paciente.
Del mismo modo, la Ley de Cohesión y Calidad del SNS atribuye al MSC la competencia de
garantizar la interoperabilidad y circulación de los datos de receta electrónica a través de la intranet
sanitaria, además del desarrollo del sistema de información farmacéutico en el SNS.
Si bien son diferentes las aplicaciones que soportan las experiencias existentes en receta electrónica en
las CC. AA., todas ellas presentan características comunes en cuanto a las funcionalidades que ofrecen:
2
La prescripción se realiza contra un nomenclátor (oficial del SNS o adaptación del mismo).
3
La prescripción médica se registra automáticamente en la HCD del paciente.
Las recetas se generan de forma electrónica y se validan automáticamente con la firma electrónica del
facultativo, almacenándose en una base de datos de prescripción.
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El sistema público de salud
5
El médico imprime el volante de instrucciones del paciente, en soporte papel.
La oficina de farmacia realiza la identificación automática del paciente y sus datos a través de la TSI y
accede a una o varias prescripciones pendientes de dispensar.
Con ello, se colaborará a reducir la parte de actividad administrativa de los profesionales dirigida a la
prescripción de tratamientos de continuación en usuarios desplazados, aportando eficiencia adicional a
todos los servicios de salud (y, con ellos, al SNS).
Además, este sistema permite una imputación de los costes a quien origina la prescripción, basada en
datos reales.
Para atender a las exigencias anteriores, es necesario contar con un sistema de interoperabilidad en el
SNS integrado por los siguientes componentes:
2
La identificación inequívoca del medicamento prescrito bajo marca comercial o principio activo, y
productos sanitarios prescritos para su dispensación en cualquier oficina de farmacia, a través del
nomenclátor (base de datos de medicamentos) oficial del SNS, que posibilita la identificación
inequívoca de los medicamentos.
3
Un modelo de datos básico y común para todas las recetas del SNS en relación con la identificación
del paciente, medicamentos y prescriptor.
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El sistema público de salud
Los servicios del SNS se basan en un esquema de interoperabilidad que posibilita la integración de los
distintos sistemas de las CC. AA. al utilizar estándares de intercambio de información a través de
mensajes XML y permitiendo la independencia de las plataformas y aplicaciones (estos conceptos se
describirán en detalle en módulos posteriores).
El SNS, por tanto, se configura tecnológicamente como una arquitectura orientada a servicios (SOA)
que apoya la descentralización poniendo a disposición de los servicios de salud de las autonomías la
información y los servicios que garantizan la atención sanitaria al ciudadano.
A través de la intranet sanitaria, el intercambiador de XML del SNS es el nexo de unión entre
los diferentes agentes (CC. AA., otros ministerios…) que interactúan con los servicios SNS y
viceversa.
Volviendo al "Plan de calidad para el sistema de salud 2006" (Ministerio de Sanidad y Consumo),
el acceso de los sistemas cliente a este núcleo central se realiza a través de la intranet sanitaria, lo que
garantiza los niveles de servicio respecto al ancho de banda, tiempo de respuesta…, y aumenta la
seguridad del sistema.
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El sistema público de salud
La inclusión de nuevos servicios se realiza mediante la definición de nuevos mensajes XML, lo que
permite la prestación de nuevas funcionalidades reutilizando la plataforma existente. El modo de
operación no cambia.
El núcleo del SNS no dispone de usuarios físicos, se realiza siempre el intercambio de información
entre los servidores de los sistemas agente y el servidor central.
Las aplicaciones instaladas oficialmente en los servidores de los Servicios Regionales de Salud,
son los únicos responsables de generar el correspondiente mensaje XML.
Para garantizar la seguridad, las comunicaciones entre los sistemas cliente y el núcleo del SNS se
realizan encriptadas.
De igual forma, todos los mensajes de intercambio entre el SNS y los sistemas cliente van firmados
digitalmente por el emisor y comprobados por el receptor.
Al ser un nodo central, se pueden implementar las reglas, establecer procedimientos de calidad de
la información y de los procesos.
En el caso especial del servicio de TSI, el SNS genera un código único de identificación para cada
persona protegida, que es accesible desde cualquier CC. AA. y que posibilitará la interoperabilidad de
las diferentes tarjetas, manteniendo las particularidades existentes en cada una de ellas.
epSOS
Su objetivo es mejorar la atención sanitaria de los ciudadanos cuando están fuera de su país y
permitir a los profesionales de la salud de cualquier país participante en epSOS acceder a sus datos
médicos.
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El sistema público de salud
Para alcanzar la meta de epSOS (el intercambio transfronterizo de datos de salud), las entidades
proveedoras de servicios sanitarios que participan en el proyecto cooperan compartiendo sus datos para
probar el servicio.
Por primera vez, los europeos podrán utilizar estos servicios transfronterizos cuando necesiten
servicios sanitarios en cualquiera de los países participantes en epSOS como turista, hombre de
negocios, estudiante en intercambio o viajero en cercanías transfronterizas.
En el proyecto se comprobarán extensivamente durante un año todos los aspectos técnicos, legales y
organizacionales para las siguientes áreas de eSalud:
Receta electrónica
2
Integración de la tarjeta sanitaria europea (EHIC).
3
Acceso del paciente a sus datos médicos (historia clínica resumida).
Algunos de los elementos de seguridad, normalización e interoperabilidad son comunes para el punto
descrito anteriormente referido al modelo de interoperabilidad del propio SNS.
Puntos fuertes
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El sistema público de salud
Es muy equitativo.
Está bien valorado por los ciudadanos a pesar de las listas de espera.
Es relativamente barato.
Excelente nivel de médicos y equipo humano, aunque con algunos problemas en lo que respecta
a formación continuada y carrera profesional.
En los últimos años, la incorporación de técnicas de gestión del sector privado (compras, stocks,
organización de servicios centrales, sistemas de información…) han permitido mejorar la
productividad de los centros.
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El sistema público de salud
Puntos débiles
Marco jurídico constituido por una normativa administrativa, burocrática, como si se tratase de
un servicio administrativo más.
Asignación monopolística de la población a los centros que los atienden, con muy poca libertad
de elección.
Consumo excesivo:
Desviaciones entre regiones; en algunas de ellas se practican tres veces más TAC, cinco veces
más resonancias y siete veces más mamografías.
Este es uno de los motivos por los que en el gasto medio por habitante en euros estamos en la
media o por debajo de la UE, no así en cuanto a consumo en unidades.
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El sistema público de salud
La sostenibilidad económica del sistema sanitario está en riesgo debido al elevado déficit,
aunque en los últimos años se ha controlado y reducido sustancialmente.
Insuficiente liderazgo del Ministerio de Sanidad y del CISNS, lo que supone riesgos para la
cohesión e igualdad básica del modelo.
Actualmente, aunque las nuevas tecnologías de la información han avanzado mucho, cada CC.
AA. ha desarrollado su propio sistema de información, su propia tarjeta sanitaria, su propia historia
clínica y, desde el Ministerio, se ha creado un nodo de interoperabilidad para poder integrar la
información de las diferentes CC. AA. en ciertos niveles mínimos (receta, tarjeta sanitaria, historia
clínica mínima) con unas dificultades de integración elevadas y unos tiempos en muy dilatados
algunos casos.
Por tanto, no es suficiente a la hora de mantener información integrada del SNS y queda mucho
donde avanzar, sobre todo desde el punto de vista de una historia clínica (incluso sociosanitaria
dadas las competencias del Ministerio de Sanidad, Servicio Sociales e Igualdad), única en nuestro
SNS.
La proyección de la población de España a corto plazo pone de manifiesto una población más
envejecida.
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El sistema público de salud
Se estima que para 2021 el número de personas mayores de 64 años se incrementará en 1,4
millones, en un contexto de decrecimiento demográfico total de 0,5 millones.
La tasa de dependencia, el cociente entre la población que no está en edad de trabajar (menores de
16 y mayores de 64) y la población potencialmente activa (entre los 16 y 64 años), tendrá un
crecimiento sostenido, pasando de un 49,4 % que existía en 2011 a un 57,3 % en 2021 (es decir, en
diez años se incrementará casi un 8 %).
Por tanto, las estimaciones de futuro son muy preocupantes desde el punto de vista de
sostenibilidad del sistema, ya que además generará tensiones financieras en el sistema de
pensiones.
En este escenario, la demanda sanitaria cambiará su composición hacia la atención, por tanto, al
paciente crónico.
1
Actualmente, atender a las personas que padecen enfermedades crónicas es el principal reto del
sistema sanitario.
La atención a los pacientes crónicos explica un importante porcentaje del gasto sanitario.
4
Más de tres quintas partes del gasto sanitario lo consume la atención a enfermos pluripatológicos
(aquellos que tienen dos o más enfermedades crónicas), muchos de ellos, además, se encuentran en
situación dependencia, con el coste añadido desde el punto de vista de servicios sociales que
representa.
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El sistema público de salud
El sistema sanitario actual, diseñado para la atención de agudos (pacientes que tienen un proceso
clínico en un momento de su vida, que es atendido en los diferentes niveles asistenciales y con
los tratamientos correspondientes, finalizando dicho proceso en un momento del tiempo), debe
adaptarse al nuevo patrón epidemiológico de las enfermedades crónicas.
La historia de las enfermedades y la atención sanitaria ha evolucionado desde el inicio del siglo
XX, cuando la atención estaba centrada en la lucha contra las enfermedades infecciosas (tuberculosis,
neumonía, gripe y otras agravadas por deficientes condiciones de salubridad) y la salud pública, con
grandes avances en la mejora de la salud en términos de mortalidad, hacia un modelo de atención a
las enfermedades agudas no infecciosas (infarto de miocardio, accidente cardiovascular…) tratadas de
manera episódica (curar), con mejoras notables son solo en supervivencia, sino también calidad de
vida a lo largo de la segunda mitad del siglo XX.
Desde finales de este siglo, sin embargo, el patrón epidemiológico está dominado por las
enfermedades crónicas (diabetes, artritis, enfermedades respiratorias, obesidad, enfermedades
mentales…) que presidan de una atención continuada e integrada (Bengoa y Nuño, 2008).
Esto está propiciando un cambio notable en la tecnología, con nuevas modalidades de atención, los
nuevos sistemas de monitorización a distancia, los telecuidados, la telemedicina, los sistemas de
información de apoyo a la decisión clínica, la tarjeta sanitaria electrónica, el apoyo tecnológico a la
prevención y promoción de la salud…
La HCD y compartida.
2
La receta electrónica.
3
El apoyo a la decisión clínica en línea.
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El sistema público de salud
1
La historia sociosanitaria del ciudadano.
3
Los sistemas y dispositivos de comunicación paciente-profesionales, y de ayuda al autocuidado
(mensajes, alertas, sensores biomédicos, sistema de formación y promoción de la salud en línea)...
Además, los avances tecnológicos posibilitan la atención sistemática a las necesidades de información
y cambio conductual de los pacientes:
1
Información.
Multicanal y estratificado según el riesgo (portal del paciente, centro de contactos, foros
interactivos…).
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El sistema público de salud
Las barreras tradicionales entre niveles se difuminan y surge un modelo de atención integrada con
soluciones innovadoras, donde se potencia al máximo la capacidad resolutiva en el nivel de AP y se
presta especial atención a la minimización de las hospitalizaciones que son vistas como un "fallo del
sistema".
Para ello, identifica tres niveles de intervención según el nivel de complejidad del paciente, lo que
permite una gestión más eficiente de los recursos sanitarios.
En esta intervención adaptada a las necesidades de cada nivel de riesgo, la población general es
susceptible de intervenciones de prevención y promoción que traten de controlar los factores de riesgo
que pueden llevar a los individuos a padecer una patología crónica.
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El sistema público de salud
Una vez que se establece la condición de cronicidad, la intervención varía según su complejidad.
Así, distinguimos:
Nivel 1
Nivel 2
Pacientes de mayor riesgo que presentan menor complejidad; requieren una gestión de la
enfermedad que combina autogestión y cuidados profesionales.
Nivel 3
Pacientes de mayor complejidad, con frecuente comorbilidad, precisan una gestión integral del caso
en su conjunto, con cuidados fundamentalmente profesionales.
Por tanto, el objetivo que se persigue con la estratificación es evitar que la población sana
enferme, fortaleciendo la prevención y promoción de la salud, que los pacientes enfermos se
mantengan controlados y no desarrollen complicaciones desarrollando su implicación, su
autonomía y el apoyo profesional adecuado y que los pacientes pluripatológicos o complejos
sean atendidos de la manera más adecuada asegurando la coordinación sistemática de todos los
profesionales implicados en su tratamiento y seguimiento.
El modelo káiser permanente ha sido aplicado en el Reino Unido en los últimos años como
consecuencia de la publicación de un estudio comparativo con el National Health Service (NHS) del
Reino Unido, que mostraba un mejor rendimiento de káiser permanente de California en la mayoría de
los indicadores analizados (destaca la frecuentación hospitalaria, aproximadamente una tercera parte en
káiser respecto al NHS).
El modelo del King´s Fund (Reino Unido) realiza una adaptación de la pirámide de káiser
combinando la visión sanitaria y social como dos partes integradas de la atención que requiere el
paciente:
El King’s Fund examina en un informe las tendencias recientes del gasto en servicios sociales
dirigido a las personas mayores y resume la evidencia acerca de la interdependencia de estos recursos
con los del NHS.
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El sistema público de salud
Destaca el impacto que tiene el programa Partnership for Older People Projects en la utilización de
los servicios y en consecuencia en el coste.
Dicho cambio tuvo un impacto en los costes, con una reducción total de 123 libras (140,5 €) por
persona durante un periodo de seis meses.
Siguiendo este modelo, se representa una distribución por niveles káiser y por patologías crónicas,
obtenida de una CC. AA., pero que es extrapolable (con algunas particularidades al ámbito nacional
según el grado de incidencia de determinadas patologías crónicas en determinadas zonas geográficas)
al resto de nuestro SNS.
Figura 33. Modelo de káiser permanente adaptado desde la visión social y sanitaria
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El sistema público de salud
La importancia de este modelo viene por intentar incidir lo antes posible y de la forma más
eficiente en la base de la pirámide para intentar evitar o retrasar al máximo el hecho de que un
paciente "escale" en la pirámide, ya que supondrá una mayor demanda de servicios sanitario por
su parte.
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El sistema público de salud
Por tanto, y de forma evidente, el gasto incurrido por los servicios de salud en la atención de estos
pacientes cuando suben de nivel o se incrementa la morbilidad (complicaciones de una determinada
patología) que termina en pluripatología, es mucho mayor que incidir en elementos de prevención,
promoción, autocuidado en los momentos incipientes de la enfermedad, incluso en políticas de salud
pública orientadas a la población sana.
Tabla 16. Gasto per cápita comparativo entre crónicos y no crónicos por grupo de edad
Cuando se analiza la utilización de servicios de los pacientes crónicos por su grado de severidad, se
constata que el gasto per cápita de un paciente crónico severo es 12 veces superior a la de un crónico
leve y 23 veces mayor que la de un adulto sano.
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El sistema público de salud
Estos datos evidencian la importancia para la sostenibilidad del sistema de adaptar el modelo de
atención integral para este tipo de pacientes, incidiendo más en aspectos como la prevención y
promoción de la salud, la corresponsabildiad del paciente en su enfermedad, la integración de los niveles
asistenciales y la creación de equipos multidisciplinares, así como la creación o adaptación de roles
profesionales (enfermería gestora de caso, enfermería de enlace entre primaria y especializada…).
Tabla 17. Gasto per cápita de crónicos por proceso y grado de severidad
En este tipo de aspectos y otros más, incide el Modelo de Cuidado Crónico (CCM) desarrollado por
Ed Wagner y asociados, en el MacColl Institute for Healthcare Innovation de Seattle (EE. UU.).
CCM
El CCM fue el resultado de una amplia revisión bibliográfica y las aportaciones de un grupo de
expertos que identificaron las intervenciones que podrían mejorar la atención de los pacientes con
enfermedades crónicas (Estrategia de atención a pacientes con enfermedades crónicas en la
Comunidad de Madrid, 2013).
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El sistema público de salud
Tomando como referencia este modelo, la atención a los pacientes crónicos debe discurrir en tres
planos que se superponen: las políticas y los recursos establecidos por la comunidad, la organización de
la asistencia sanitaria determinada por los sistemas sanitarios y la interacción de los pacientes que se
produce en la práctica clínica.
El CCM identifica seis elementos clave que interactúan entre sí y son esenciales para el logro de una
atención óptima a pacientes con patologías crónicas.
Estos son:
2
El estrechamiento de relaciones con la comunidad.
3
El apoyo y soporte al autocuidado.
5
El apoyo a la toma de decisiones.
6
El desarrollo de sistemas de información clínica.
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El sistema público de salud
De esta forma, la atención a la cronicidad debe producirse en un contexto en el que los pacientes
suficientemente informados tengan un papel activo y sean los auténticos protagonistas de su enfermedad
dentro de un modelo asistencial orientado a ellos de forma proactiva.
Todos los componentes del modelo, a excepción de la participación comunitaria (sobre la que
se carece de un mínimo de estudios), mejoran los resultados clínicos y de proceso.
Los componentes del modelo que se muestran más efectivos de forma aislada son la mejora
en la atención clínica y el apoyo al autocuidado.
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El sistema público de salud
Nos es objetivo de este módulo ofrecer fórmulas mágicas ni soluciones definitivas a los problemas
estructurales que llevan tiempo identificados por diferentes actores, investigadores y gestores de nuestro
SNS.
El objetivo es aglutinarlos, reflejarlos y argumentar las líneas de trabajo que, cada vez, se hacen más
imprescindibles afrontar por todos los partícipes en este complejo, pero a la vez reconocido y valorado
SNS.
1
Más del 50 % del gasto público de las CC. AA. se destinará a la sanidad.
Cada español deberá trabajar al menos 30 días al año para cubrir el coste del sistema sanitario público.
3
El déficit de financiación del sistema sanitario crecerá de forma considerable como consecuencia de
la brecha entre el crecimiento del gasto sanitario y el crecimiento del PIB, alcanzando más de 50.000
millones de euros en 2020.
Es probable que parte de la solución incluya un aumento de los recursos públicos y privados
destinados a sanidad en el futuro, pero también es necesario asegurar una correcta utilización de los
mismos por parte de todos los agentes.
Las líneas de actuación definidas en este apartado proceden del documento "Impulsar un cambio
posible en el sistema sanitario" (FEDEA) y "100 medidas para mejorar nuestro sistema de salud"
(Fundación Economía y Salud).
Los datos indican que una de las claves para asegurar la sostenibilidad del sistema es aumentar la
responsabilidad de pacientes, profesionales y gestores.
Los pacientes deben ser más corresponsables con su salud, sobre todo en lo referente al autocuidado y
aspectos relacionados con la promoción y prevención de la salud, desarrollando hábitos de vida
saludable.
Es necesario que los profesionales sean los catalizadores del cambio y ayuden a lograr un mayor
equilibrio entre los objetivos de calidad y eficiencia del sistema:
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El sistema público de salud
No siempre se observa un uso eficiente de los recursos por parte de los profesionales sanitarios.
Por ejemplo, las diferencias regionales en cuanto a pruebas diagnósticas son de hasta tres
veces para TAC, de hasta cinco para resonancias magnéticas y de más de siete para
mamografías.
La variabilidad de resultados clínicos es una realidad tanto entre regiones como dentro de una
misma, como demuestran las tasas de mortalidad infantil, que pueden variar hasta en un 80 % entre
CC. AA.
Sin embargo, en muchos casos no es posible comparar el desempeño de los distintos servicios o
profesionales, lo que dificulta establecer mecanismos que incentiven suficientemente a aquellos que
mejor realizan su trabajo.
Figura 35. Estimación del gasto público de las CC. AA.; 2020
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El sistema público de salud
Los médicos son el grupo profesional, científico y cualificado con porcentaje más elevado de
trabajadores con contratos temporales (10,5 % frente al resto de sectores cuya distribución se
encuentra entre el 0,3-3,3 %).
Según una encuesta del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona, el 53 % de los médicos se
sienten mal valorados por quienes les emplean y el 58 % por la sociedad.
Los gestores y administradores del sistema tienen que asegurar la utilización más eficiente y equitativa
de los recursos públicos puestos a su disposición.
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El sistema público de salud
Para muchas CC. AA., la sanidad pública es su mayor empresa tanto en número de trabajadores como
en presupuesto de gasto; como tal, debería incorporar las mejores prácticas probadas en otros sectores
productivos y adaptarlas a las especificidades del sector sanitario (transparencia en los resultados,
incentivos a los proveedores, uso de sistemas de información, técnicas de mejora de la productividad…):
La productividad en los hospitales públicos, medida en actos quirúrgicos por médico, apenas ha
mejorado desde 1995.
El crecimiento del gasto en productos sanitarios y nuevos tratamientos no siempre se justifica por
la mejora de salud real de la población.
Por ello, es necesario analizar el coste-beneficio de las nuevas prestaciones y reforzar el rol de las
agencias de evaluación creadas en nuestro país, para encontrar una solución óptima a este problema.
En este sentido, en España y Europa existen buenos ejemplos de colaboración con el sector privado
con resultados positivos para la gestión y los pacientes.
Los ejemplos engloban ámbitos muy diversos, desde una mayor coordinación en la provisión de
servicios hasta el impulso activo de los seguros privados como vía de descarga del sistema sanitario
público y complemento al mismo.
Las medidas para lograr una mayor responsabilidad de los agentes y asegurar que el sistema sanitario
sea sostenible en el tiempo son conocidas.
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El sistema público de salud
Las experiencias y la literatura sobre reformas en el sistema sanitario son extensas, tanto a nivel
nacional como internacional.
En concreto, las medidas disponibles pueden agruparse en torno a tres grandes bloques:
Distintos países han puesto en marcha medidas de gestión de demanda para asegurar que pacientes y
profesionales hacen un uso eficiente del sistema.
Invertir en prevención, con especial atención a las enfermedades crónicas y sus causas, como una
de las principales áreas de mejora de la esperanza y calidad de vida de la población, aunque su
impacto sea más visible en el largo plazo.
Como parte de su reforma del sistema sanitario, algunas regiones de Suecia han limitado, desde
2003, sus prestaciones sanitarias, basándose en criterios de priorización del gasto y análisis de coste-
beneficio.
Fomentar un consumo responsable de los servicios sanitarios con medidas que pueden ir desde la
educación sanitaria y la concienciación hasta una corresponsabilización más directa con mecanismos
de copago.
En países como Singapur, por ejemplo, se trata de desincentivar el mal uso de las urgencias
médicas a través de un pago para acceder a este servicio. Como resultado, su uso es,
aproximadamente, la mitad que el de Londres.
Es la palanca más directa e inmediata para cambiar el sistema sanitario, aunque también la más difícil
de revertir.
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El sistema público de salud
Para optimizar la oferta, es necesario reorganizar y dimensionar correctamente los servicios sanitarios,
asegurando un nivel de capacidad eficiente de infraestructura, recursos humanos y tecnología.
Muchos países están adoptando medidas de muy diversos tipos para reducir los costes.
Por ejemplo, el National Health System (NHS) británico está estableciendo tarifas estándares para
distintos tratamientos con el objetivo de mejorar la eficiencia.
Otros países, como Suecia o Italia, se están orientando más a la mejora de la productividad y a la
reducción de costes generales.
Mejorar los resultados clínicos, reduciendo la variabilidad en las prácticas y dando mayor
transparencia al desempeño tanto a nivel de unidades proveedoras (hospitales, centros
ambulatorios…) como a nivel de profesionales (líneas de servicio, médicos…).
Para optimizar el sistema sanitario, es imprescindible contar con una organización y unos mecanismos
que establezcan los incentivos correctos a todos los agentes y que definan un modelo de financiación que
resulte sostenible a largo plazo.
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El sistema público de salud
En Noruega, por ejemplo, los hospitales públicos adoptan la forma de empresas públicas con
responsabilidad sobre su cuenta de resultados.
Por ejemplo, se podría fomentar un mayor uso de los seguros privados para descargar al
sistema público (por ejemplo, vía desgravaciones fiscales).
Sin embargo, implantar estas medidas no es fácil porque existen importantes barreras que dificultan el
cambio:
El sistema sanitario está entre los servicios públicos mejor valorados por los españoles.
Según el barómetro sanitario, que publica anualmente el CIS, la sanidad aprueba casi con notable y
menos del 5 % de la población considera que son necesarios cambios profundos en el sistema, frente a
un 10 %.
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El sistema público de salud
Las expectativas de los pacientes son muy elevadas en cuanto a acceso, gratuidad y coberturas.
Los usuarios del sistema sanitario son cada vez más exigentes con sus derechos pero no se ha
realizado un esfuerzo para concienciarlos de sus obligaciones.
Los ejemplos de mal uso del sistema sanitario que hemos revisado son una prueba de ello.
La sanidad es entendida como un bien de consumo del cual no se percibe su coste, por lo que es
difícil racionalizar su demanda.
Los profesionales tienen que ser el eje central y motor del cambio, pero lograr su implicación es un
reto.
Los profesionales son la clave del sistema sanitario porque sus decisiones son las que finalmente
determinan su calidad y eficiencia.
Pero su implicación podría ser complicada porque, en su actual situación, no existen los incentivos
adecuados para promover el cambio.
Los plazos políticos son cortos para cualquier reforma que se quiera proponer o implementar, y el
coste político de determinadas reformas necesarias dificulta las buenas intenciones, incluso de
aquellos decisores ampliamente comprometidos con las necesidades del sistema.
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Las amenazas a la salud pública de los últimos años, así como los retos similares que supone el nuevo
contexto económico, han generado un elevado nivel de consenso entre las diferentes fuerzas políticas y
también con el resto de los agentes sociales.
Esta situación es una oportunidad inmejorable para empezar a debatir los retos que debe afrontar la
sanidad pública a futuro y a proponer vías de avance.
Esta necesidad de acuerdo es especialmente relevante y exigible a las distintas administraciones que
tienen la responsabilidad última sobre la gestión del sistema.
En este sentido, independientemente del vehículo que se escoja finalmente para materializar este
acuerdo, aparece como absolutamente crítica la necesidad de aprovechar el incipiente espíritu de
consenso para la coordinación de esfuerzos entre administraciones y demás agentes.
Un pacto por la sanidad con acuerdo sobre tres o cuatro medidas concretas sobre los problemas o
ámbitos de mejoras necesarios descritos previamente que permitan "empezar a caminar" puede ser el
camino, con el objetivo de asegurar, a futuro, un sistema sanitario público universal y equitativo, que
mantenga o incluso mejore la calidad del sistema sanitario actual.
VIII. RESUMEN
En esta unidad hemos aprendido cómo se organiza el SNS español, su origen y las bases
legales que lo soportan. Hemos profundizado, una vez conocidas las premisas analizadas en la
unidad anterior, su distribución de funciones y cómo se organiza. Asimismo, se ha analizado la
cobertura de servicios que ofrece el SNS, cartera de servicios, descubriendo cómo se distribuye
el gasto y su evolución.
Por último, para entender las siguientes unidades, se han descrito los retos a los que se
enfrenta nuestro SNS y las estrategias para afrontarlos, entre ellas, la atención a la cronicidad y
el papel que juegan los sistemas de información.
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Ejercicios
CASO PRÁCTICO
25
1
Garantizar la sostenibilidad de nuestro SNS.
2
Mejorar la calidad de la atención sanitaria.
Accede al portal estadístico del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad (conocer esta
base de información te será de gran utilidad para el desarrollo del caso final del curso):
1
Número de facultativos por habitante en España y por CC. AA. ¿Están por encima o por debajo de
Reino Unido, EE. UU. y Alemania?
2
Principales causas de muerte por cáncer en hombres y mujeres en España.
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El sistema público de salud
Recursos
Documentos
Giménez Artes, A. et al. 100 medidas que mejoran el sector de la salud. Fundación Econo
mía y Salud; 2017
http://diarioenfermero.es/wp-content/uploads/2017/09/100-Medidas-que-Mejoran-el-Sector-de-la-Salud.pdf
Publicación
Rodríguez Blas, M.C.; Lillo Fernández de Cuevas, J.M. Sistema de cuentas de salud. Prin
cipales resultados 2015. Ministerio de Sanidad, Servicios Social e Igualdad; 2017
https://www.msssi.gob.es/estadEstudios/estadisticas/sisInfSanSNS/pdf/SCSprincipalesResultados.pdf
Publicación
Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad. SNS (SNS) España 2012. Monografí
a en internet. Madrid: MSSSI; 2012
https://www.msssi.gob.es/organizacion/sns/docs/sns2012/SNS012__Espanol.pdf
Publicación
Estatutos de Autonomía
https://www.boe.es/legislacion/codigos/codigo.php?id=17&modo=1¬a=0&tab=2.
Legislación y normativa
Bibliografía
Publicación : Bodenheimer, T.; Wagner, E.H.; Grumbach, K. Improving primary care for
patients with chronic illness: the Chronic Care Model. Part 2. JAMA. 2002; 288(15):1909-14.
Publicación : Bengoa, R.; Nuño, R. Curar y cuidar. Innovación en la calidad y la gestión de las
enfermedades crónicas. Guía Práctica para Avanzar. 2008.
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Glosario.
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