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Si el fallecido deja viudo o viuda, tendrá derecho al usufructo viudal de una tercera parte de
la herencia (tercio de mejora). Los hijos heredarán "por cabezas", es decir por partes iguales y los
descendientes "por estirpes" es decir, por partes iguales, la parte que hubiera correspondido a su
padre.
Se extingue con el fallecimiento del usufructuario. El valor del usufructo en este caso no puede ser
inferior al 10% del valor de la vivienda y se considera igual al 70% si el usufructuario es menor de
20 años y se reduce un 1% por cada año que pase desde esa edad.
En el caso de los hijos Pese a todo, desheredar es posible, pero únicamente en casos extremos, casi
delictivos. La legislación española las denomina “causas de indignidad” y se refieren a hechos como
haber sido condenado en juicio por haber atentado contra la vida del testador, es decir, de quien
deja la herencia.
Las herencias están legalmente sujetas a ser divididas por tercios o fracciones. El tercio de la
legítima es el que será repartido a partes iguales para cada heredero legítimo. Estos herederos son
estrictamente la persona de la viuda o cónyuge y los descendientes, o los hijos de éste, en caso de
no sobrevivir.
En relación con la participación en el capital, los principales derechos del socio en una
sociedad de responsabilidad limitada, serían los siguientes:
Derecho a constar en el Libro Registro de socios.
Derecho a la debida información.
Derecho a instar la celebración de Juntas.
Derecho a asistir y votar en las Juntas.
Derecho a impugnar los acuerdos sociales.
Derecho a participar en los beneficios de la sociedad.
Derecho a transmitir y gravar sus participaciones.
Derecho a separarse de la sociedad en determinados casos.
Derecho a mantener su porcentaje de participación en el capital social, sea
haciendo uso del derecho de preferente adquisición o el derecho de preferente
asunción en el caso de aumento de capital o mantener su participación en caso de
reducción de capital.
Derecho a la cuota de liquidación, en el caso de extinción de la sociedad.
De acuerdo con Ley de Sociedades de Capital, cuando una sociedad no está obligada a
auditarse, los socios que representen al menos un 5% del capital (por sí solos o agrupados)
pueden solicitar al registrador que nombre a un auditor para que revise las cuentas.