Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
El Derecho de Sucesiones es la rama del Derecho Civil que es el cierre del mismo,
es decir debe abarcar todas las ramas del Derecho Civil y Derecho Procesal Civil.
Esta rama del Derecho hace referencia a las consecuencias jurídicas de la muerte
de una persona.
La muerte en si misma ha tenido un tratamiento especial dependiendo de la
cultura donde se presente, esto porque tiene trascendencia en la vida humana.
Etimológicamente la palabra sucesión viene del latín “successio” o “sucedere” que
significa entrada de una persona o cosa en lugar de otra. El concepto jurídico de
sucesión tiene dos acepciones: la primera es que es un modo de adquirir el
dominio, y la segunda es que es un fenómeno sustancial en virtud del cual una
persona sustituye a otra en una relación jurídica, incluso si se realiza entre vivos
como en la transferencia de dominio, la representación legal, la curaduría o tutela,
entre otras.
Pero hay que diferenciar entre la sucesión inter vivos y la sucesión mortis causa.
La sucesión inter vivos se genera por un acto o negocio jurídico, mientras que la
sucesión mortis causa se origina por hecho jurídico. La fuente de la sucesión inter
vivos es la ley y el contrato.
la sucesión mortis causa es la ley y la voluntad del causante expresada en un
testamento. Los efectos de la sucesión inter vivos se presenta en vida de las
partes, mientras que los efectos de la sucesión mortis causa se presenta después
de la muerte de una persona.
LA SUCESIÓN EN COLOMBIA
Nuestro Código Civil, aquel descendiente directo de Don Andrés Bello, piedra
angular de nuestra legislación civil, contempló desde su implementación unas
reglas claras en materia de asignaciones testamentarias.
Lo que si puedo decir es que ninguna de las sucesiones que nuestra oficina ha
acompañado ha incluido testamento, acá la trampa esta en saber cuantas hemos
hecho, y la respuesta corta es muchas.
Es un acto jurídico por el cual una persona dispone de su patrimonio con efectos
posteriores a su muerte, lo puede hacer en cualquier tiempo, y sin importar la
edad, siempre y cuando tenga capacidad.
Es una regla del mínimo que le puede corresponder a un cónyuge en una
sucesión. No tiene que ver con ascendientes, o descendiente ya que no se vincula
a ningún orden sucesoral, en su existencia, aunque si en su liquidación.
Esto se encuentra en los artículos 1045, 1046 y 1047 del código civil, en ellos
encontrarían que los primeros y únicos en recibir serían los descendientes (hijos
y nietos), a falta de estos, los ascendientes (padres y abuelos ) con el cónyuge, y
si la soledad fuera mayor, le sucederían sus hermanos y el cónyuge,
Esto quiere decir que como ocurre en la mayoría de los casos habiendo hijos, el
cónyuge no participa en principio en la herencia, y decimos en principio no para
complicarle al lector un texto ya enrevesado, sino porque los puristas de la materia
no admitirían que desconociéramos la porción conyugal, una figura muy poco
usada en la practica.
Quiere decir esto, que todo; cuanto deje el causante se trasladará a sus
descendientes sin que el/la esposo(a) reciba una porcentaje de ellos. La aparente
injusticia que encierra mi manifestación, se soluciona rápidamente con un breve
repaso por las normas de la sociedad conyugal, que indican que lo que adquiere
la pareja y se adquiere durante el matrimonio, unión marital, u hoy unión solemne
corresponde a los dos en igual porcentaje
¿CÓMO NO RECIBIR UNA HERENCIA?
Cesión de la herencia: