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MÓDULO 2

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DERECHO CIVIL VI: SUCESIONES


INDIVISION DE LA HERENCIA

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UNIDAD II: Indivisión de la herencia

a) Cesión de derechos hereditarios.


Momento a partir del cual produce efectos. Forma. Publicidad. Evicción. Cesión de
gananciales y cesión de bienes determinados.

b) Responsabilidad de los herederos y legatarios.


Liquidación del pasivo. Preferencias. Extensión de la responsabilidad del heredero a los
propios bienes. Eliminación de la figura del beneficio de inventario. Separación de
patrimonios

c) Petición de herencia - Heredero Aparente.


Régimen jurídico aplicable a la acción. Procedencia. Imprescriptibilidad. Restitución de
los bienes. Administración y disposición de inmuebles por el heredero aparente. Buena
y mala fe. Tercer adquirente.

d) Administración extrajudicial.
Comunidad hereditaria. Actos conservatorios, de administración y disposición. Canon
locativo por uso exclusivo de bienes sucesorios. Indivisión forzosa, distintos supuestos.

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UNIDAD II: INDIVISIÓN DE LA HERENCIA

a) Cesión de derechos hereditarios.

La regulación de la cesión de herencia resulta una novedad relevante ya que no


estaba sistemáticamente incluida en el Código Civil Velezano y ahora lo está en el
Título III, cesión de herencia (arts. 2302 a 2309 CCyC).

Se expresa en los “Fundamentos del Anteproyecto” que: “se regula la cesión de


herencia. Aunque se trata de un contrato, se entiende, por razones prácticas, que no es
metodológicamente incorrecto incluirlo entre las normas que regulan el derecho de
sucesiones. Se aclaran cuestiones que han merecido posiciones encontradas en la
doctrina, precisamente por falta de regulación legal, tales como, el momento a partir del
cual produce efectos entre los contratantes, los otros herederos y los deudores de un
crédito de la herencia; se establece con claridad qué queda comprendido y qué excluido
dentro del contrato a falta de previsión en contrario; se regula la garantía por evicción
según la cesión sea a título gratuito u oneroso; se aclara que las previsiones legales rigen
también para el supuesto de que el cónyuge supérstite ceda su parte en la indivisión
postcomunitaria causada por la muerte, aunque en definitiva este no sea heredero
porque todos los bienes son gananciales; en cambio, no rigen para el supuesto de que no
se contrate sobre la indivisión, sino sobre bienes determinados”.

La cesión de herencia (o de derechos hereditarios) ha sido definida como el


contrato mediante el cual el heredero (titular del todo o de una parte alícuota), cedente,
transmite a un coheredero o a un tercero, cesionario, la universalidad jurídica –herencia-
o una cuota de ella, sin consideración especial de los elementos singulares que la
componen.

El art. 1614 del CCyC define el contrato especial “cuando una de las partes
transfiere a la otra un derecho” aclarando que se aplican las reglas de la compraventa, la
permuta o la donación según la contraprestación que se pacte, o si no hay ninguna.

En virtud de la cesión de herencia (especie de cesión de derechos con


particularidades) el heredero cedente transmite a un coheredero o a un tercero- llamado
cesionario la universalidad jurídica de sus derechos hereditarios, el objeto del contrato
es de contenido patrimonial.

En casos de herederos únicos como no se produce ningún estado de indivisión y la


universalidad está compuesta por cada uno de los bienes que la integran en este único
caso puede ceder sus derechos hereditarios en forma total o sobre un bien particular.

Forma

La cesión de herencia es un contrato formal. El CCyC exige la escritura pública


como requisito formal para la cesión de herencia, cuya norma se inserta en el libro
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Tercero; Título IV; capítulo 26, cesión de derechos: “Deben otorgarse por escritura
pública: a) La cesión de derechos hereditarios” (art. 1618 CCyC).

Momento a partir del cual produce efectos

Solo pueden cederse los derechos sobre una herencia ya deferida (a partir de la
muerte del causante) y en tanto y en cuanto los bienes hereditarios se encuentren
indivisos, esto es, hasta el momento de la partición. El art. 2302 CCyC alude a la
“cesión del derecho a una herencia ya deferida o a una parte indivisa de ella”, en
concordancia con el nuevo art. 2286 CCyC, que establece que “las herencias futuras no
pueden ser aceptadas ni renunciadas”. A su vez, el CCyC ratifica esta tesitura cuando
establece que “la indivisión hereditaria solo cesa con la partición” (art. 2363, CCyC). Es
dentro de este lapso de tiempo acotado pertinentemente en el ordenamiento, que se
puede ceder la herencia, y no en otro; no se puede ceder la herencia, o una parte indivisa
de ella, antes de la muerte -arts. 2302, 2286 CCyC-, ni después de la partición -art. 2363
CCyC-.

Momento a partir del cual produce efectos:

a) Entre contratantes desde la celebración. Al ser la cesión de herencia un contrato


consensual, produce efectos entre las contratantes, desde su celebración, en escritura
pública (art. 2302, inc. a, y art. 1618, inc. a, CCyC).

b) Respecto de otros herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde que la


escritura pública se incorpora al expediente sucesorio (art. 2302, inc. b, y art. 1618, inc.
a, CCyC). Ponemos de relieve que respecto de los terceros, un sector relevante de la
jurisprudencia interpretaba en el derecho anterior, que la cesión de herencia producía
efectos desde la agregación del testimonio de escritura al juicio sucesorio, quedando a
salvo los derechos transmitidos a título oneroso sobre bienes singulares a terceros de
buena fe. Puede interpretarse que el art. 2302, inc. b, CCyC, recoge esta inteligencia
preconsignada, de modo más amplio y diverso: exige la escritura pública para la cesión
sin distinguir bienes o derechos muebles o inmuebles, sin prever en su letra que esté
inscripta tal escritura en el registro pertinente.

En el caso de bienes inmuebles, desde su inscripción en el Registro de la


Propiedad, solución que fue debatida en la doctrina (pues no todos los registro tienen
libros de Cesiones de Dchos).

La cesión de derechos hereditarios, entonces, tiene efectos contra los otros


herederos, legatarios y acreedores del cedente, desde el momento de la presentación de
la escritura pertinente al expediente sucesorio, que se agrega.

Resulta una hipótesis posible que el juicio sucesorio aún no esté iniciado, en cuyo
caso entendemos que el cesionario está habilitado para iniciarlo, más allá de las
disposiciones de los Códigos locales.

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Este sistema contenido en el art. 2302 CCyC es el más adecuado, simple y eficaz
que brinda seguridad al tráfico jurídico: el proceso sucesorio concentra todo lo relativo a
la apertura de la sucesión, define el acervo hereditario y la extensión del derecho
hereditario del cedente. Por su parte, ante el juez del sucesorio se tramitan todas las
cuestiones que se susciten sobre la herencia (art. 2336 CCyC) por lo que, realmente, la
consulta del expediente es un espacio para quien quiera conocer las disyuntivas de la
sucesión: en él cualquier interesado puede acceder a conocer la cesión, a rebatirla, a
impugnarla, etc., lo que conforma una publicidad amplia.

c) Respecto al deudor de un crédito de la herencia. La cesión produce efectos


desde que se le notifica la cesión de derechos hereditarios (art. 2302, inc. c, CCyC).
Sobre este punto, debe tenerse en cuenta lo establecido por el art. 1620 CCyC -en
general- que determina que “la cesión de derechos tiene efectos respecto de terceros
desde la notificación al cedido por instrumento público o privado de fecha cierta, sin
perjuicio de las reglas especiales relativas a los bienes registrables”.

Extensión y exclusiones.

ARTÍCULO 2303. Extensión y exclusiones. La cesión de herencia comprende las


ventajas que pueden resultar ulteriormente por colación, por la renuncia a
disposiciones particulares del testamento, o por la caducidad de éstas. No comprende,
excepto pacto en contrario: a) lo acrecido con posterioridad en razón de una causa
diversa de las expresadas, como la renuncia o la exclusión de un coheredero; b) lo
acrecido anteriormente por una causa desconocida al tiempo de la cesión;
c) los derechos sobre los sepulcros, los documentos privados del causante,
distinciones honoríficas, retratos y recuerdos de familia.

Los efectos de la colación, de la renuncia o caducidad de disposiciones


testamentarias, no previstos por el cedente al momento de suscribir o celebrar el
contrato de cesión de derechos hereditarios, pueden importar un acrecentamiento de la
herencia cedida, decidiendo la norma que corresponde el beneficio al cesionario. Así,
por una acción de colación triunfante para los legitimados activos, se incorpora un valor
a la masa partible -cómputo e imputación- que favorecerá al cesionario en cuanto a la
proporción que le hubiere correspondido al cedente. Lo mismo acaece con las
disposiciones testamentarias. Un legado de cosa cierta que ha caducado por
premoriencia del beneficiario, o porque el instituido legatario renunció al beneficio
otorgado en el testamento, beneficiará al cesionario. Tales bienes o valores permanecen
en la masa partible y benefician al cesionario por ocupar la posición patrimonial del
cedente

Derechos del cesionario. Garantía de evicción.

ARTÍCULO 2304. Derechos del cesionario. El cesionario adquiere los mismos


derechos que le correspondían al cedente en la herencia. Asimismo, tiene derecho de
participar en el valor íntegro de los bienes que se gravaron después de la apertura de

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la sucesión y antes de la cesión, y en el de los que en el mismo período se consumieron


o enajenaron, con excepción de los frutos percibidos.

ARTÍCULO 2305. Garantía por evicción. Si la cesión es onerosa, el cedente


garantiza al cesionario su calidad de heredero y la parte indivisa que le corresponde en
la herencia, excepto que sus derechos hayan sido cedidos como litigiosos o dudosos, sin
dolo de su parte. No responde por la evicción ni por los vicios de los bienes de la
herencia, excepto pacto en contrario. En lo demás, su responsabilidad se rige por las
normas relativas a la cesión de derechos. Si la cesión es gratuita, el cedente sólo
responde en los casos en que el donante es responsable. Su responsabilidad se limita al
daño causado de mala fe.

El código regula la responsabilidad por evicción -en general- en los arts. 1044 a
1050 CCyC. La responsabilidad por evicción asegura la existencia y legitimidad del
derecho transmitido en la extensión fijada por la ley.

El art. 2305 CCyC distingue el alcance de la garantía de evicción según que la


cesión sea a título oneroso (párr. 1) o gratuito (párr. 2). En la cesión onerosa, el cedente
garantiza al cesionario su calidad de heredero y la parte indivisa que le corresponde en
la herencia (por ejemplo, si en lugar de un medio, recibe un tercio), excepto que sus
derechos hayan sido cedidos como litigiosos o dudosos, sin dolo de su parte. No
transmite la calidad de heredero pero la garantiza. No responde por la evicción ni por
los vicios de los bienes de la herencia, excepto pacto en contrario. En lo demás, su
responsabilidad se rige por las normas relativas a la cesión de derechos.

El cedente debe entregar al cesionario los bienes que componen la herencia, en la


medida del derecho cedido. Hay que tener en cuenta que se trata de un contrato
aleatorio, cuyo carácter está dado por el objeto del contrato, ya que no se transmiten
bienes específicamente individualizados, sino el derecho hereditario que puede variar en
su extensión. El cedente debe responder por la evicción que excluye su calidad de
heredero y no por la de los bienes de que la herencia se compone. Por ende, si resulta
vencido en una acción de petición de herencia, el cedente debe resarcir los daños y
perjuicios ocasionados al cesionario.

En cambio, si el cedente cede su derecho como “litigioso o dudoso” en ese caso


no responde por evicción. Si se pacta excluir la garantía de evicción y el cedente es de
buena fe, este no respondería por daños y perjuicios pero debería restituir el precio que
recibió del cesionario.

Si la cesión es gratuita, el cedente solo responde en los casos en que el donante es


responsable. Su responsabilidad se limita al daño causado de mala fe.

Obligaciones del cesionario.

El art. 2307 CCyC enumera las obligaciones del cesionario. La norma alude a dos
clases de obligaciones: a) las deudas y cargas de la sucesión; y b) las cargas particulares

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del cedente y tributos que gravan la transmisión hereditaria. La norma limita la


responsabilidad del cesionario a las deudas y cargas de la sucesión, siempre que no
excedan del valor de la porción de la herencia recibida. Respecto a las cargas
particulares del cedente y los tributos que gravan la transmisión hereditaria, están a
cargo del cesionario, en caso de no estar satisfechas al tiempo de la cesión.

La cesión y la extinción del régimen patrimonial matrimonial por muerte.

Si el causante era una persona casada, bajo el régimen de comunidad de


ganancias, presente el orden hereditario de los descendientes y/o de los ascendientes, la
apertura de la sucesión da inicio a un estado de indivisión hereditaria.

También puede originar la indivisión postcomunitaria, dada la disolución de la


comunidad de ganancias, que se produce por el hecho de la muerte (art. 481 CCyC y
ss.), si ese fuera el régimen patrimonial vigente entre los cónyuges.

En el CCyC vigente, la comunidad de ganancias se rige en la disolución, por el


art. 481 CCyC y ss. si el cónyuge supérstite cede los derechos indivisos, ese contrato se
rige por las reglas del Título III, de la cesión de herencia (art. 2302 CCyC y ss.).

Podrían presentarse diferentes supuestos en los que siempre se ha debatido el


alcance de los derechos cedidos, distinguiéndose si el cónyuge actualiza solo su
vocación hereditaria o si el cónyuge concurre con descendientes o con ascendientes.

a) El cónyuge solo. Es una situación en la que no opera la indivisión hereditaria


(art. 2323CCyC). El cónyuge puede celebrar los contratos que estime pertinentes.

b) El cónyuge concurre con el orden hereditario de los descendientes. El cónyuge


supérstite ostenta un derecho indiviso a la extinción de la comunidad de ganancias
según los arts. 475, inc. a, 481 (con remisión al art. 2323 CCyC y ss.), 498 y conc., 2433
CCyC, que puede ceder. La mitad de gananciales que correspondan al supérstite pueden
cederse, y ese contrato se rige por la cesión de herencia, conforme al art. 2308 CCyC.

c) El cónyuge concurre con el orden hereditario de los ascendientes. El cónyuge


supérstite ostenta un derecho indiviso a la extinción de la comunidad de ganancias
según los arts. 475 inc. a, 481 (con remisión al art. 2323 CCyC y ss.), 498 y concs.,
2434 CCyC que puede ceder. La mitad de gananciales que correspondan al supérstite
pueden cederse, y comprenden la indivisión postcomuntaria del régimen de comunidad.
El contrato por el que cede estos derechos se rige por la cesión de herencia, conforme el
art. 2308 CCyC. Quede claro que de la porción de gananciales del causante, recibe a
título hereditario la mitad (art. 2434), que comparte con el orden de los ascendientes, al
igual que los bienes propios. Estos escapan a la previsión del art. 2308 CCyC, en caso
de ser cedidos.

Cesión de herencia e indivisión postcomunitaria.

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El art. 2308 CCyC solo establece que las disposiciones referidas a la cesión de
herencia se aplican a la cesión de los derechos que correspondan a un cónyuge en la
indivisión postcomunitaria que acaece por muerte del otro cónyuge. Sin embargo, se ha
observado que la norma no zanja la cuestión referida a cómo debe interpretarse la cesión
de derechos hereditarios por el cónyuge, lo que exigirá una tarea de
interpretación relevante, dirigida a distinguir lo que configuran “derechos hereditarios”
de “derechos a la indivisión postcomunitaria”: los derechos indivisos del cónyuge
supérstite, postcomunitarios, previstos en el art. 2308 CCyC, no son derechos
hereditarios. En todo caso creemos que la expresión de la cesión debe ser clara y
expresar que es lo que realmente se cede.

Esto es importante porque en la práctica es frecuente el error en que se incurre al


ceder solo los bienes hereditarios y no asi los indivisos pos comunitarios , o a la inversa
y considerar que se ha cedido todo cuando no es así, a veces en una misma propiedad
se dan ambas situaciones, por ejemplo si una cónyuge sobrevive a su esposo y no tienen
hijos, si están vivos sus suegros y la casa es ganancial, ella tiene por un lado su derecho
como miembro de la comunidad al 50% y respecto del resto concurre con los suegros
con un 25% cada uno, en este caso si efectivamente quiso disponer el todo deberá
realizar cesión de derechos de la comunidad y hereditarios.

Cesión de bienes determinados.

ARTÍCULO 2309. Cesión de bienes determinados. La cesión de derechos sobre


bienes determinados que forman parte de una herencia no se rige por las reglas de este
Título, sino por las del contrato que corresponde, y su eficacia está sujeta a que el bien
sea atribuido al cedente en la partición.

La doctrina ha interpretado que el contrato de cesión de derechos hereditarios


comprende la universalidad de bienes que le corresponden a una persona en su carácter
de heredera, con prescindencia de la calidad de heredero que no es cesible. El cesionario
adquiere de esa forma la totalidad o la parte alícuota del acervo sucesorio que le
corresponde cuando el cedente integra la comunidad hereditaria con otros coherederos.
Es por ello que la norma expresa claramente cuál es el objeto sobre el que puede recaer
la cesión de herencia: una universalidad jurídica o parte de ella, pero no bienes
especificados como regla.

Se transmite una “universalidad”, no puede implementarse la cesión de derechos


hereditarios para transmitir bienes particulares que componen la herencia; si así se
hiciera la cesión, la eficacia de este tipo de transmisiones está sujeta a que el bien
sea atribuido al cedente en la partición es decir, entonces si se cedió el derecho a un
bien determinado a cambio de un precio, cuando este resulte adjudicado al cedente se
aplicaran las normas de la venta y sol asi el cesionario podrá titularizarlo; si se cedió
gratuitamente, y le corresponde ese bien será aplicable las reglas de la donación.

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Es un tema muy relevante en la práctica profesional se deberá leer de la


bibliografía obligatoria el artículo de Carolina Duprat en el Manual de Sucesiones de
Eudeba 2016 HERRERA-PELLEGRINI.

b) Responsabilidad de los herederos y legatarios.

Liquidación del pasivo. Preferencias.

En el Código de Vélez no se establecía expresamente la división de las deudas del


causante, por eso los acreedores de este mantenían todo el haber sucesorio afectado
hasta que se satisfacían los créditos, no estaban obligados a esperar que se produjera la
partición para percibir sus créditos y podían perseguir su cobro sobre todos los bienes
hereditarios, podía oponerse al partición y si no podía también demandar a cada
heredero por la parte de la deuda que le correspondía y debía este responder con los
bienes.

Actualmente desde el art 2316 al 2322 CCyC regula de modo más sencillo. En
primer lugar es expresa la preferencia de los acreedores por deudas del causante y por
cargas a la sucesión y legatarios tienen sobre los acreedores de los herederos. El modo
en que lo harán también está regulado en el art 2356, 2357, 2358,2359 (capítulo referido
al proceso).

La preferencia de los acreedores del causante, o sea por deudas que el contrajo en
vida, es diferente, a las cargas de la sucesión o sea las que se generaron después de la
muerte del causante; estas serían por ejemplo los gastos funerarios, los derivados de la
conservación, liquidación y división de la masa partible, o los alimentos posdivorciales
de ex cónyuge enfermo (art. 434, inc. a CCCN) y otros serían los legatarios.

La liquidación del pasivo, se debe realizar afectando la masa, al pago de las


deudas y cargas de la sucesión, pues el patrimonio hereditario en estado de indivisión es
la prenda común de los acreedores, quienes pueden ejecutar los bienes para cobrarse.
Esto significa que mientras subsista la indivisión los acreedores deben reclamar el cobro
de sus créditos a la sucesión.

Por ultimo tienen preferencia los legatarios; conforme el art. 2318, si el legado es
de una universalidad de bienes y deudas, el legatario tiene dos alternativas para los
acreedores del causante y por las cargas de la sucesión, con diversos alcances de la
responsabilidad: a) la suficiencia de los bienes que integran la universalidad legada; y b)
la insuficiencia de los bienes que integran la universalidad legada. En el primer caso el
legatario responde intra vires (bienes de la herencia) y pro viribus por las deudas
comprendidas en la universalidad, cuando la sucesión sea solvente.

La norma del art. 2319 establece la responsabilidad de los legatarios frente a los
acreedores del causante, con límite en el valor de lo recibido en el legado. También se
establece para los acreedores del causante un plazo de caducidad breve -un año- para el
ejercicio de la acción, a contarse desde el día en que cobran sus legados.

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Si excede lo que debió soportar, en cuando ha satisfecho lo requerido por el


acreedor del causante, puede pedir el rembolso al igual que el heredero que paga una
porción de las deudas o los legales superior a su parte (art. 2320).

Extensión de la responsabilidad del heredero a los propios bienes. Eliminación de


la figura del beneficio de inventario. Separación de patrimonios

Hay una separación de patrimonios de pleno derecho el del heredero y el de la


herencia, la responsabilidad del heredero/a es limitada al valor de los bienes que reciba.
Desaparece la terminología de “beneficio de inventario” no obstante es claro que el
principio general será aceptar la herencia con responsabilidad limitada al valor de ellos

Esa regla o principio general se debe profundizar con la lectura y análisis del art
2317, 2280 y conc; y tiene dos excepciones en el art 2295 para el supuesto en que el
heredero oculte o sustraiga bienes de la herencia, porque en ese caso tendrá que restituir
el valor si no puede hacerlo con la cosa y en el 2321 cuando los acreedores o legatarios
lo hayan intimado a hacer inventario y pasaren 3 meses sin que lo haga, o bien por
ocultamiento de bienes en ese inventario o exageración del pasivo , en esos caso
responde con sus bienes propios.

c) Petición de Herencia

La acción de petición de herencia es la que tiene un heredero en la sucesión del


causante para desplazar o concurrir con otra persona -que también invoca la calidad de
heredero- y obtener la entrega de los bienes hereditarios, en general. Dicho instituto se
encuentra regulado en los art. 2310 a 2315 CCyC de estudio obligatorio. Es
fundamentalmente una acción mediante la cual el heredero reclama la entrega de los
bienes que componen el acervo sucesorio de quien los detenta invocando también
derechos sucesorios.

Es necesario que:

a) los bienes se encuentren en poder de un tercero.

b) el reclamante invoque para fundar su acción su título de heredero.

c) el detentador de los bienes también invoque el carácter de heredero: si adujere


un derecho de propiedad no derivado de la sucesión no procede la acción de petición de
herencia sin la reivindicación. En la petición de herencia el demandante no está
obligado a probar el dominio del causante sobre la cosa, se limitara a demostrar el título
hereditario. Con ello es suficiente, porque el derecho del detentador de las cosas se
funda también en el carácter de heredero1.

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HERRERA MARISA, PELLEGRINI MARIA VICTORIA, Manual de Derecho Sucesorio. Eudeba Bahía Blanca:
Editorial de la Universidad Nacional del Sur ed. 2016. P. 201.

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La disputa se centra entre dos o más personas que invocan la calidad de herederos
y se resuelve: a) haciendo lugar al llamamiento preferente a favor de aquel que tenga un
mejor derecho, o b) declarando la procedencia del llamamiento concurrente a quienes
tienen igual derecho y deberán compartir la condición de herederos del causante.

Quienes pueden plantearlo o sea quienes tiene legitimación activa las personas
que tiene igual o mejor derecho que quien ostenta hasta el momento la calidad de
heredero.

A quienes se demanda o contra quien se dirige la acción: contra quien se


encuentra ostentando la calidad de heredero y controvierte el derecho del accionante. En
definitiva la acción puede dirigirse contra: a) un heredero de grado más remoto b) un
heredero del mismo grado y que no reconoce la calidad de heredero de quien lo
pretende.

El trámite de esta acción de petición de herencia es ante el juez competente para el


sucesorio o sea el del último domicilio del causante.

La acción de petición de herencia es IMPRESCRIPCTIBLE, es decir cuando toma


conocimiento que otro heredero está ejerciendo el derecho sobre la cosa puede
plantearla independientemente del tiempo transcurrido pero si se trata de cosas
singulares puede confrontarse con la prescripción adquisitiva, por eso de algún modo
los diez años es tiempo importante para peticionar la entrega de bienes.

Heredero Aparente

Hemos dicho que se es heredero desde la muerte del causante , no se necesita


ninguna formalidad ni intervención judicial para ser “investido de la calidad de
heredero” , y aunque se ignore la apertura de la sucesión y su llamamiento a herencia
ante la muerte, lo suceden ascendientes, descendientes y cónyuge .En razón de esto el
heredero puede ejercer todas las acciones transmisible que correspondiera al causante,
ahora bien si quiere vender inmuebles va a necesitar la declaratoria judicial de herederos
y autorización de venta según el caso como veremos más adelante.

Los que si tendrían que solicitar ser investidos como herederos a los jueces serían
los colaterales, o los herederos testamentarios que requieren la declaración de validez
del testamento. La investidura es el reconocimiento de la calidad de heredero.

Es decir que heredero tiene reconocida por la ley su calidad y el goce de los
derechos hereditarios será para ascendientes, descendientes y cónyuge desde el día de la
muerte (2337) de pleno derecho y los restantes serán investidos desde que el juez
confiere (2338). La investidura tratándose de parientes muy próximos por lo notorio del
vínculo no requiere intervención judicial para dar a publicidad, pero si para los demás
casos porque hace a la publicidad y por eso la diferencia.

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El art. 2337 continua diferenciando la investidura de la calidad de heredero que


hace a la publicidad de la declaratoria judicial de herederos que es el pronunciamiento
judicial por el cual se reconoce el carácter de heredero, que opera como una suerte de
control de legalidad respecto de los que acreditaron su derecho.

Entonces cuando se dicta la declaratoria de herederos es sin perjuicio que terceros


y cualquier pretendiente podrá promover demanda impugnando la validez o exactitud
para excluir al heredero declarado o ser reconocido por él.

En este contexto ¿Quién sería el heredero aparente? Decimos es quien, invocando


título de heredero, ha estado en posesión material de la herencia, siendo luego
desplazado parcial o totalmente por quien también invoca un llamamiento hereditario
concurrente o preferente -que es el actor en el ejercicio de la acción de petición de
herencia-.

Ante la interposición de la acción de petición de herencia, que pone en discusión


la calidad de heredero, quien resulte vencedor es el heredero real y el vencido el
heredero aparente, sea porque este estaba en posesión de la herencia, porque había
obtenido la declaratoria de herederos a su favor o por aprobación del testamento en
razón que se demuestra en el proceso que n oes heredero real.

Asimismo, desde la doctrina se plantean otras hipótesis configurativas de


procedencia de la acción de petición de herencia: a) pariente de un orden más próximo
contra pariente de un orden más lejano; b) dentro de un mismo orden hereditario,
pariente de un grado más próximo contra pariente de un grado más lejano; c) dentro de
un mismo orden hereditario, pariente de igual grado; d) pariente de un orden hereditario
subsiguiente o grado más lejano, contra pariente de orden preferente o grado más
cercano; e) heredero con llamamiento prioritario contra heredero con llamamiento
supletorio; f) heredero testamentario contra heredero forzoso; g) heredero testamentario
posterior contra heredero testamentario anterior; h) heredero con llamamiento supletorio
contra heredero testamentario; i) el cesionario de derechos hereditarios contra quien
resulte legitimado pasivo; j) el heredero del heredero contra quien devenga posible
legitimado pasivo.

Como quien es demandado (antes heredero real después convertido en heredero


aparente) tiene que restituir los bienes va a tenerse en cuenta su conducta; se aplican las
pautas para la reivindicaciones, en cuanto a las obligaciones del poseedor de buena o
mala fe, gastos, mejoras, apropiación de frutos y productos, responsabilidad por
perdidas y deterioros.

La buena o mala fe con la que el heredero aparente actuó es importante : a) si


tuvo buena fe, lo que se presume, debe restituir el precio obtenido por la cosa; b) si es
de mala fe , cuando conoce o debió conocer la existencia de herederos preferentes o
concurrentes que ignoraba a su llamamiento, debe indemnizar por los perjuicios (2313,
2315).

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En los casos en que se recurre a tribunales muchas veces se da la petición de


herencia contra quien adquirió derechos y acciones por cesiones de herencia, esto es un
serio problema porque el cesionario queda equiparado al heredero aparente en las
relaciones con el heredero real o reclamante, y por lo tanto según la buena o mala fe de
otro tendrá que asumir las consecuencias.

Tercero Adquiriente

La actuación del heredero aparente no solo produce efectos entre coherederos sino
frente a terceros.

La regla es que para asegurar el tráfico de bienes y la seguridad jurídica el


Código Civil y Comercial en el art. 2315 admite la validez de los actos de
administración y disposición a título oneroso realizados por el heredero aparente.

Respecto a los actos de administración: el heredero real deberá respetar lo que


hizo el heredero aparente hasta la notificación de la demanda de petición de herencia,
excepto que haya habido mala fe suya y del tercero con quien contrato.

Respecto a los actos de disposición: a título gratuito: no tiene validez; a título


oneroso : muebles no registrables validos (art. 1895 CCyC), salvo que se pruebe mala
fe; muebles registrables si están inscripto y tiene coincidencia entre los elementos
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HERRERA MARISA, PELLEGRINI MARIA VICTORIA, Manual de Derecho Sucesorio. Eudeba Bahía Blanca:
Editorial de la Universidad Nacional del Sur ed. 2016. P. 206

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identificatorios son válidos sino no son oponibles ; y por ultimo si se trata de inmuebles
será válido si el tercero ignoraba la existencia de herederos de mejor o igual derecho,
eso no quiere decir que el heredero aparente no deba restituir el precio recibido .

d) Administración extrajudicial

Comunidad hereditaria

Los derechos que se transmiten por causa de muerte no se confunden con los
créditos y deudas del heredero, tampoco este responde por las deudas del causante más
que con los bienes que recibe, hasta delimitar la parte del patrimonio que se debe
destinar al pago de dudas y cargas de la sucesión y lo propio del heredero hay una etapa
de indivisión, que requiere el cuidado del patrimonio.

Se trata de un estado de indivisión dispuesta por ley, transitoria, derivado de la


adquisición legal universal, que evita que los derechos y deberes patrimoniales
transmitidos por muerte carezcan de titular.

Comienza cuando existe más de un heredero y la transmisión abraca más que


créditos y deudas, su contenido está constituido por la masa indivisa de titularidades
patrimoniales transmisibles del causante, menos los créditos y las deudas. Finaliza con
la partición.

Por eso el Código Civil y Comercial propone normas precisas sobre la


administración extrajudicial que es la que tiene lugar en tano no se designe
administrador (2323) y la administración definitiva que incluye el pago de deudas y
legados (2345-2362).

Actos conservatorios, de administración y disposición

La finalidad de la administración de la herencia es mantener una correcta


conservación del haber hereditario, desde la muerte del causante y hasta la adjudicación
individual.

Actos de conservación son aquellos dirigidos a preservar y mantener la integridad


del patrimonio relicto, o acervo hereditario; los actos de administración tienen como
función obtener rentas, utilidades o productos que correspondieran al destino económico
de los bienes y los de disposición son los que importan una alteración en el acervo.

Si bien por regla general los actos de conservación no requieren consentimiento


de todos los coherederos y en principios los de administración tampoco, podría darse
algún caso en que si se requiera, lo mismo que alguno de disposición cuando se lo
realiza para pagar deudas o evitar mayores daños.

El código dispone resoluciones desde la norma según el tipo de actos, leer arts.
2323, 2324, 2325, 2326 y 2327.

Canon locativo por uso exclusivo de bienes sucesorios

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Todo heredero tiene derecho a usar y goza de los bienes indivisos, conforme a su
destino y sin generarles deterioros Si uno lo utiliza en forma exclusiva los restantes
herederos no están obligados a soportar este uso exclusivo sin contraprestación alguna
para la masa hereditaria, corresponderá entonces la fijación de un canon locativo.

El art 2328 del CCCN regula el uso y goce de los bienes, y especifica el modo de
proceder cuando un coparticipe usa privativamente y no se pactó otra cosa. Esto guarda
relación con el principio por el cual ningún coheredero es dueño exclusivo de un bien
determinado hasta que se produzca la partición.

Indivisión forzosa, distintos supuestos.

La indivisión no vista como situación transitoria de la comunidad hereditaria sino


como una restricción a la disposición, se llama indivisión forzosa. Puede ser una
decisión del testador o un pacto entre herederos, o disposición del cónyuge supérstite o
a pedido de un heredero.

En el art 2330 se analizan los primeros supuestos, distintos supuestos: a) la


indivisión de toda la herencia; b) la indivisión de un bien precisado o sobre un
establecimiento comercial, industrial, agrícola, ganadero, minero u otro que constituya
una unidad económica; c) Las partes sociales, cuotas o acciones de la sociedad de la
cual era principal socio o accionista el causante.

Esto responde al principio tuitivo familiar, de la unidad económica o unidad de


negocio, el plazo máximo otorgado al testador es de 10 años, salvo que por haber
personas menores de edad se pueda extender hasta que alcancen la mayoría. Esta regla
no es absoluta porque el juez puede autorizar la división total o parcial a pedido del
interesado antes del plazo cuando concurran vicisitudes graves o motivos de evidente
utilidad.

En el art 2331 se regula el pacto de indivisión: dando la posibilidad a los


herederos también de convenir una indivisión por el mismo plazo, esto es 10 años, aun
cuando puede complementarse con la partición provisional de uso y goce. Este convenio
requiere aprobación judicial si entre los herederos hay representantes de ellos, sean los
apoyos, progenitores o tutores por ser personas no incapacidad o restricción a la
capacidad, o menores de edad.

También se deja la opción de renovar por un periodo más, pues ellos se


encuentran en mejores condiciones de evaluar sobre sus propios intereses y postergar el
derecho a solicitar la partición voluntariamente, por eso a la vez tiene la posibilidad de
pedir la división antes del plazo.

En el art 2332, se establecen los supuestos en que el cónyuge supérstite puede


solicitar la indivisión, según el supuesto por diez años sobre partes sociales, acciones o
cuotas de una sociedad, siempre que haya adquirido o constituido en todo o en parte el
establecimiento o que sea principal socio o accionista de la sociedad, excepto que
puedan serle adjudicados en su lote, y al cónyuge que aunque no contribuyo a su
formación, participa activamente en la explotación. Judicialmente se puede prorrogar

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hasta el fallecimiento del cónyuge supérstite si se trata de la vivienda sede del hogar y
sus muebles, como se profundizara en otras unidades.

Por ultimo también puede plantear la indivisión un heredero conforme art 2333 si
el establecimiento es una unidad económica y ha participado activamente de la
explotación, por el plazo de 10 años.

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