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LA REGIÓN DEL COLORADO 1

Historia, cultura y paisaje en la frontera


LA REGIÓN DEL COLORADO 3
Historia, cultura y paisaje en la frontera

La región del Colorado


Historia, cultura y paisaje en la frontera.
Sili, Marcelo
La región del Colorado : historia, cultura y paisaje en la frontera. - 1a ed. -
Ciudad Autónoma de Buenos Aires : el autor, 2015.
216 p. ; 24x29 cm.

ISBN 978-987-33-6700-7

1. Historia Regional. I. Título


CDD 982

Fecha de catalogación: 14/01/2015

Diseño y maquetación: Diseño Rimbombante

Cartografía: Jorge Gentili


LA REGIÓN DEL COLORADO 5
Historia, cultura y paisaje en la frontera

LA REGIÓN DEL COLORADO


Historia, cultura y paisaje en la frontera.
LA REGIÓN DEL COLORADO 7
Historia, cultura y paisaje en la frontera

Agradecimientos

Ésta es una obra colectiva que pudo ser realizada gracias al esfuerzo de numerosas
personas. A todas ellas se les desea agradecer su apoyo y acompañamiento
permanente.

En primer lugar, se desea agradecer al Dr. Javier Ortega, Director de la Fundación


ArgenINTA, quien desde el origen apoyó con pasión la gestación y realización de la
obra.

Al Ing. Carlos Casamiquela, por su valioso Prólogo y el interés y apoyo brindado a


esta obra.

A la Arq. Graciela Oporto, por su inestimable colaboración y apoyo para la realización


de varios de los estudios que forman parte del volumen.

A todos los autores que participaron del proyecto. En las páginas que siguen, ellos
comparten con el lector sus conocimientos y experiencias de vida sobre la región
del Colorado. Si la obra consigue hacer visibles numerosos aspectos de la realidad
regional es fundamentalmente gracias a su desinteresado aporte.

Al personal de la Fundación ArgenINTA, por su acompañamiento en la realización de


esta obra.
1
índice EL SUR, EL RÍO, EL CORAZÓN, EL CANTO
Ramón MINIERI
TIERRA DE INDÍGENAS. Pág. 28

Pág. 10 1 Arqueología y pobladores antiguos


de la cuenca del río Colorado. Pág. 29
Gustavo Martínez
PRESENTACIÓN
Carlos CASAMIQUELA 2 Los caminos del ganado. Circuitos de
Pág. 12 intercambio y transformaciones socio-culturales.
Pág. 49
Sara Ortelli

PRÓLOGO 3 Pewenche y peguelchus en las márgenes


Graciela OPORTO del río Colorado (1760-1830). Pág. 55
Pág. 14 Juan F. Jiménez y Sebastián L. Alioto

4 Pehuenches, mercados y puertos


en la primera mitad del siglo XIX. Pág. 59
INTRODUCCIÓN Fabián Arias y Cristian Quiroga
Pág. 16
5 Darwin en el río Colorado. Pág. 63
Héctor A. Palma
LA REGIÓN DEL COLORADO 9
Historia, cultura y paisaje en la frontera

4
(1970-2013)
LOS ESFUERZOS DE

3
INSTITUCIONALIZACIÓN Y
DESARROLLO REGIONAL. Pág.128

2 (1914-1970)
LA DIFÍCIL CONSTRUCCIÓN
14 Desafíos por el agua en la cuenca del río
Colorado. Pág. 129

5
(1879-1914) Juan Enrique Perl
DE UNA SOCIEDAD. Pág. 96
LOS PRIMEROS ESFUERZOS 15 Casa de Piedra y el “nuevo” río Colorado.
DE ORGANIZACIÓN Pág. 135
TERRITORIAL. Pág. 68 10 Antecedentes políticos e institucionales de la H. Walter Cazenave
provincialización de los territorios nacionales 16 Apuntes sobre la problemática del riego en Río
(1884-1955). Pág. 97 Colorado, provincia de Río Negro. Descripción
6 Construcción y primeros años de vida de los Marisa Moroni
LOS DESAFÍOS
del sistema y análisis de una experiencia de DE FUTURO. Pág. 178
pueblos. Pág. 69
Raúl O. Hernández
11 Regadío y colonización social en la provincia de abordaje. Pág. 141
La Pampa. Elementos para un análisis crítico. Rafael de Rossi
7 La congregación salesiana en la Patagonia: Pág. 103 21 Habitar la región del río Colorado.
17 Los viejos actores y sistemas, siempre
proyectos sociales, educativos y pastorales. Juan José Michelini
Situación actual y desafíos de futuro. Pág. 179
presentes. Veranadores, colonos y ganaderos.
Pág. 75 Marcelo Sili y Loreana Espasa
María Andrea Nicoletti
12 El Valle Bonaerense del río Colorado. Pág. 149
El esfuerzo chacarero frente al agua. Pág. 111 Roberto Bustos Cara y Mariano Pla
22 El manejo del agua en tiempos de escasez.
8 Presencia del ferrocarril. Pág. 81 Mariano Pla
Pág. 189
Martín C. Testani y Héctor F. Guerreiro
18 Nuevas inversiones, nuevos desafíos.
La producción emergente en la región del río Fernando O. Andrés
Poesía "Recojan mi muerte del surco". Mariano Pla.
9 La gran inundación del río Colorado. Pág. 89 Colorado. Pág. 155 23 Desafíos y oportunidades ambientales para
Raúl O. Hernández 13 La conquista del petróleo. Marcelo Sili y Andrés Pazzi
la cuenca del río Colorado. Pág. 195
La experiencia de Rincón de los Sauces. Pág. 117 Ernesto Viglizzo
Juan Remigio Tapia Palomo
19 El petróleo en tierras del Colorado:
impacto social y económico en la última 24 Economías regionales sostenibles en contextos
década. Pág. 163 inestables para nuevos modelos de desarrollo
Beatriz S. Dillón y Stella Maris Shmite
sustentable. Pág. 199
20 Las dinámicas migratorias en la región. El caso Ricardo Dominic Thornton
del sudoeste de la provincia de Buenos Aires. 25 Consideraciones sobre la identidad regional
Pág. 171 coloradense. Pág. 203
Marcela Torrez Gallardo y Roberto Bustos Cara Andrés Kozel y Florencia Grossi

"OTROS". Ramón MINIERI. Pág. 211


LA REGIÓN DEL COLORADO 55
Historia, cultura y paisaje en la frontera

3 Pewenche y peguelchus en las


márgenes del río Colorado (1760-1830)
Juan F. JIMÉNEZ *
Sebastián L. ALIOTO **

> Introducción

El presente trabajo trata de las poblacio- e inferior: así los muestran al menos los a fines del periodo imperial. Esta relativa mentos vegetales que les proporciona-
nes que ocuparon las márgenes del río mapas de la región elaborados a fines del abundancia se debió en parte a que tan- ban los hidratos de carbono necesarios
Colorado en el lapso temporal que va siglo XIX por Estanislao Zeballos y Ma- to Pewenche como Peguelchu mantuvie- para complementar una dieta rica en pro-
desde mediados del siglo XVIII hasta la nuel Olascoaga. Esta percepción tardía ron, durante estos años, una relación casi teínas animales.
tercera década del XIX: se trata de los se debe en parte a razones geográficas: siempre pacífica con la sociedad colonial.
pewenche, que habitaban en las nacien- la región está rodeada por travesías, es- Los motivos para marcar la finalización
tes del río, y los peguelchus, que mora- pacios anecuménicos de condiciones del periodo están todavía más claros: > Los pewenche
ban en su desembocadura. Utilizando ambientales exigentes para la vida hu- ocurrió que las poblaciones nativas que
variado material documental nos propo- mana. ocuparon este espacio fueron eliminadas En el caso de los pewenche de las Barran-
nemos hacer una reseña de sus relacio- como grupos autónomos durante los tur- cas, sabemos que su territorio contaba
nes con otras sociedades indígenas y El inicio de la periodización que utiliza- bulentos años de disolución del imperio con buenas pasturas, numerosas fuentes
con la sociedad colonial hispano-criolla. mos se debe sobre todo a una cuestión y aparición de los estados provinciales y de agua potable, y leña. Sin embargo, le
de visibilidad documental: el registro nacionales que lo sucedieron. faltaban los frutales: no había árboles de
Históricamente, las márgenes del río Co- escrito para la región, las fuentes en pehuén; por lo tanto, no había piñones1.
lorado han sido consideradas o bien una las que obligatoriamente debemos ba- Por lo que sabemos, estas poblaciones
zona desocupada –en el caso del curso sarnos quienes hacemos historia de los no tenían un origen común, pero sí una Afortunadamente para ellos, en su territo-
medio del río–, o como mucho un área de indígenas, es más abundante a partir de economía muy similar. Consistía en una rio había un recurso que les permitía suplir
tránsito, en el caso de su curso superior la segunda mitad del siglo XVIII, es decir combinación de explotación tradicional indirectamente esa carencia: la sal, apre-
de recursos silvestres –caza y recolec- ciada por los hispano-criollos, los habilita-
ción– con otra de recursos domésticos ba a través del intercambio a obtener el
* Profesor, Licenciado y Doctor en Historia por la Universidad Nacional del Sur. En la actualidad se desempeña como generalmente de origen europeo, como trigo por ellos cultivado (Villalobos, 1989,
docente en la misma casa de estudios, donde además realiza tareas como referencista en el Centro de Documentación la cría de ganado mayor y menor. Ambas pp. 73-76; Casanova Guarda, 1996, pp.
Patagónica. Se especializa en la historia de las sociedades indígenas pampeanas, nordpatagónicas y araucanas de actividades eran complementadas con el 83-84; Vera Rodríguez, 2003; Valuenzuela,
los siglos xviii y xix. Es autor de numerosos estudios sobre la temática. En 2012 coeditó, junto a Daniel Villar, el libro comercio con los hispano-criollos, me- 2007). Cuando el comercio que involucra-
Amigos, hermanos y parientes. Líderes y liderados en las sociedades indígenas de la pampa oriental (siglo xix). diante el cual no sólo obtenían productos ba la sal se interrumpía, como ocurrió a
** Profesor, licenciado y doctor en Historia por la Universidad Nacional del Sur, donde actualmente se desempeña
manufacturados, sino también los ali- partir de 1769 con motivo de la ruptura de
como docente. Fue becario doctoral y postdoctoral del CONICET. Sus investigaciones se refieren distintos aspectos de
la historia de los indígenas y de las relaciones inter-étnicas de la región pampeano-nordpatagónica y Araucanía entre
los siglos XVI y XIX, temas sobre los cuales ha escrito varios trabajos, entre ellos el libro que es resultado de su tesis En 1804 el cacique Juan Yampilanguef de Truf-truf, describiendo el valle de Geyeltue en la cordillera, mencionó que allí existía todo
1

lo necesario para la vida, y enumeró “carnes, aguas, leñas, frutales y árboles muy grandes.” Esto nos permite conocer qué factores
doctoral: Indios y ganado en la frontera: la ruta del río Negro (1750-1830), Rosario, Prohistoria Ediciones/CEDOP, 2011. eran importantes según el criterio de los nativos al seleccionar un sitio para ocuparlo, ya fuera permanente o temporariamente.
1 TIERRA DE INDÍGENAS 3 - Pewenche y peguelchus en las márgenes del río Colorado (1760-1830)

la alianza hispano-pewenche, los habitan- García en 18222. Negro sostenía que a pañoles fueron vencidos en Sierra de la Consuegra, el cacique Negro y sus alia-
tes del obispado de Concepción se veían él y a parte de su tribu se les había des- Ventana por una alianza que incluía a los dos y dependientes tenían “mucha Cava-
perjudicados. Las fuentes alternativas de pojado de terrenos que habitaban con peguelchus. Allí fueron ultimados los líde- llada, Ganado Baquno, y algunos tienen
abastecimiento, las salinas de Boyeruca anterioridad: res de la expedición; sin embargo, rápida- obejas y Gallinas” (Relacion q.e da el
en el centro de Chile o las de Chanco, mente se llegó a un acuerdo de paz, pues Cavo de Blandengues Manuel Consue-
presentaban diversas dificultades: las pri- que a parte de su tribu y a él se les ha- el cacique Negro negoció con el virrey Lo- gra delo acahesido en el viaje q.e hizo por
meras, la inestabilidad de su producción bía despojado por un derecho injusto de reto el canje de los cautivos indígenas re- ord.n del Exmo S.or Virrey a los estableci-
y el hecho de que gran parte de su con- los terrenos que antes habitaban desde tenidos en Buenos Aires por la liberación mientos de Patagones. Octubre de 1782.
sumo estuviera destinado al Obispado de el Cabo San Antonio o Rincón del Tuyú, de los españoles que los indios tenían AGN IX 30.1.2.).
Santiago y al Norte Chico (Vera Rodríguez, hasta las faldas del monte Volcán y princi- apresados en las sierras. Con el estableci-
2003). Juan de Ojeda consideraba la sal palmente al que habitaba la laguna de los miento de las paces en la década de 1790 No se menciona el cultivo, ni cómo se las
cordillerana “pura i sin mezcla”, y por su Camarones Grandes y Chicos: que estas los peguelchus pudieron comerciar en arreglaban para obtener los hidratos de
suavidad “salutifera, estimable i preferible pérdidas las había sufrido por no mezclar- Carmen de Patagones y en Buenos Aires. carbono necesarios. Aunque el aguardien-
a las demas” (Ojeda, 1806, p. 289). se en cuestiones que más le hubiesen te y los objetos manufacturados aparecen
hecho perder que lo que podían haber En 1779, cuando Francisco de Viedma lle- como el principal rubro de intercambio
Los pastos y las aguadas abundantes faci- conseguido, prefiriendo retirarse a vivir a gó a la región encontró a poblaciones a las con Carmen de Patagones, entre los ob-
litaban lo que parecía ser la principal acti- las riberas del Colorado en paz, sin que que primero denominó pampas, para lue- sequios recibidos por los nativos figuraba
vidad de estas poblaciones: la ganadería, nadie perturbase su tranquilidad. (García go adoptar el nombre peguelchu. Hay que la harina:
que incluía la cría de “ganados mayores 1910 [1822], p. 108). tener en cuenta que es el primer contacto
y menores de todas especies, especial.te que tiene Viedma con los grupos regiona- como q.e impuestos los Indios de q.e los
Yeguas de q.e comen lo más del año”; en Esa pérdida territorial debió ocurrir con les y que entonces, además de carecer nuestros les havian de comprar las Pie-
cambio, el cultivo faltaba pues “no siem- anterioridad a 1760, ya que en 1765 los de experiencia previa sobre la identidad les de Quillapi, y de otras clases, Botas
bran cosa alguna” y sólo utilizaban las tie- peguelchus estaban instalados firme- étnica de los grupos regionales, no dispo- de cuero, Riendas, Lazos, Ponchos, de
rras “p.a los pastos y morar sobre ella” mente en las riberas del río Colorado, nía de intérpretes de confianza. los asen los Peguenches, sudaderos para
(Diario de Viaje de José Barros. Linares desde donde realizaban incursiones hacia Caballos, Plumeros, y otras varias cosas
25 /III/1804. AGN IX 19.7.4.). Las especies el norte en busca de animales alzados en La economía de los peguelchus también q.e solo ellos las asen, y fabrican bendrian
ganaderas incluían, en orden de impor- los campos de castas. Fueron expulsados combinaba pastoralismo con caza y re- con gusto conduciendolas aunque fue-
tancia, a yeguarizos, vacunos, ovinos y definitivamente de las sierras luego de la colección. Con respecto a los animales se de mui lejos, sabiendo q.e en cambio
caprinos. alianza entre los españoles y los aucas, domésticos, los primeros datos obteni- avian de llevar Arina, Aguard.te Yerva,
que se materializó en la expedición de dos por Viedma mencionan sólo a los ca- Frenos, espuelas ropa de la tierra, y otras
17703. Los aliados mantendrían a raya a ballos, (Oficio de Francisco de Viedma al cosas q.e ya se sabe apetesen (Anónimo,
los peguelchus durante el resto de la dé- Virrey Juan José Vértiz, Carmen de Pata- Informe reservado al Intendente de Ejér-
> Los peguelchus cada, pese a sus esporádicas incursiones gones, 4-VI-1779. AGN IX 16.3.2.). cito y Real Hacienda Manuel I. Fernan-
hacia el norte. Todo cambiará a fines de la dez, Buenos Aires, 12-3-1782. AGN, IX,
En cuanto al ámbito más cercano al At- década de 1770, por dos razones conflu- La caza aparece mencionada tangencial- 16.3.9., s.f.).
lántico, teguelchus, peguelchus y che- yentes: por un lado, Negro colaborará con mente cuando habla de que el principal
chuelchus son nombres que aparecen los españoles en la fundación de Carmen producto intercambiado por los peguel-
en la documentación para referirse a de Patagones; y por otro, establecerá chus con unos europeos misteriosos
las poblaciones que, entre aproximada- una alianza con los aucas contra Buenos son las pieles de los animales cazados, y
mente 1760 y 1830, ocuparon el territo- Aires. Al mismo tiempo que comerciaba otros efectos que pueden ser artesanías
rio situado entre la margen norte del Río con Viedma en Carmen, el cacique y sus en cuero (Viedma, 1938 [1779b], pp. 421-
Negro, el Colorado y la Sierra de la Ven- seguidores incursionaban con sus aliados 22). En la descripción que los huilliches le
tana. Todo indica que eran de origen lo- en los campos de Buenos Aires, llevando hicieron al capitán de amigos Fermín de
cal. Durante las décadas de 1760 y 1770 cautivos y ganado, como en el ataque de Villagrán, los españoles compraban a los
libraron una serie de luchas con los au- noviembre de 1780. peguelchus “Bacas, Caballos y obejas,
cas por el acceso a los campos de cas- p.r Bino, Aguardiente, ropa, Espuelas y García los denominó en ese momento huilliches.
2

tas. Un testimonio tardío de ello es el En 1785 fueron atacados desde Carmen Añil” (Declaración del Capitán de Amigos Esta expedición, dirigida por el Sargento Mayor Pinazo, re-
3

reclamo que el cacique Negro, líder de de Patagones por una expedición armada Fermín Villagrán. Concepción, 18-II-1782. sultó en fuertes pérdidas para los peguelchus. Entre otras
cosas, y fundamentalmente, perdieron sus territorios al norte
los peguelchus, le hizo a Pedro Andrés por el comisario Juan de la Piedra; los es- AGN IX 20.3.3.). Según el testimonio de del Colorado.
LA REGIÓN DEL COLORADO 57
Historia, cultura y paisaje en la frontera

> Las poblaciones del río Oficio de José Benavente al Ministro de Antical y su gente estaban sobrepasados de Rauch); b) incorporarse a los boroga-
Colorado en el siglo XIX: Guerra, Talca 30-XII-1825, AN Ministe- en número pues calculaban que la fuerza nos en contra de los porteños; o c) man-
conflictos y reacomodamientos rio de Guerra, Vol. 98, Foja 192-192vta.). enemiga superaba los mil combatientes tener un curso de acción independiente.
Aprovechando esta situación, el Coman- (Oficio de Valentin Moya al Intendene de Las tres vías condujeron a la desaparición
luego de las guerras de dante de Concepción, Barnachea, logró Curico Francisco Yañez, Malargüe, 15-III- del grupo étnico como tal: los que se
independencia que la mayoría de los caciques pewenche 1827. AN Minsterio de Guerra, Vol. 38, aliaron a los porteños terminaron como
–incluyendo a la gente del río Barrancas– 265-265vta.). La ayuda solicitada no fue “indios amigos” en el centro de la provin-
La Guerra a Muerte4, desarrollada en Chi- se unieran a la expedición que emprendió enviada y el malal fue capturado, Antical cia, primero en Tapalqué y luego en Azul.
le entre 1819 y 1824, incluyó violentos ese verano para destruir a las montoneras murió, y las familias pewenche fueron Quienes se unieron a los boroganos con-
enfrentamientos en los que participaron realistas (sobre los antecedentes y resul- “dispersadas”, lo que significó el fin de la cluyeron por adoptar esa nueva identidad.
todas las agrupaciones indígenas del tados de esta expedición, véase Villar y Ji- reducción como unidad política indepen- Finalmente, los que siguieron un camino
área, a favor de uno u otro bando. Los ménez, 2001 y 2003). El verano siguiente diente5. propio sufrieron las consecuencias de la
eventos bélicos se extendieron hacia la la alianza se repitió y nuevamente los mo- derrota militar, al igual que los pewenche
vertiente oriental de la Cordillera, las pam- cetones de Malargüe y Barrancas se unie- La década del 1820 fue testigo también (Ratto, 1998; Villar, 1998).
pas y Nordpatagonia, dejando profundas ron a las tropas patriotas en un esfuerzo de la dispersión de los peguelchus. En
secuelas de muerte y destrucción en las final por destruir los asentamientos de los el Río de la Plata, la disolución del orden
poblaciones nativas de la región (Bechis, realistas en la cordillera. En un primer mo- colonial y los intentos posteriores de
1984; Villar, 2003; Villar y Jiménez, 2001 mento, los logros de la expedición fueron construir las repúblicas herederas fueron
y 2003). Durante aquellos años tuvo lugar impresionantes, pues se tomó el campa- procesos marcados por la violencia. El
un reacomodamiento a gran escala, inclu- mento principal de los realistas, capturan- malón contra Salto protagonizado por los
yendo migraciones de contingentes ente- do a muchas familias y a las caballadas de ranqueles y la montonera de Miguel Ca-
ros desde la Araucanía hacia las pampas, la montonera. Sin embargo, no se logró rrera en diciembre 1820 fue el inicio de un
fusión de grupos y otros procesos etno- eliminar al grueso de los combatientes nuevo ciclo de conflictos que puso fin a
genéticos que involucraron serias dispu- (Carta de B. Viel al Ministro de Guerra, Ra- dos décadas de paz (Bechis, 1984; Ratto,
tas por los espacios disponibles. rin Leubu 1-II-1827, AN AMG Intendencia 1998; Villar, 1998). Con el pretexto de
de Concepción, Volumen 101). Al retirarse castigar ese malón, el gobernador Mar-
Los grupos pewenche que ocupaban las las tropas patriotas, dejaron a los pewen- tín Rodríguez dirigió sus tropas contra los
nacientes del Colorado no lograron sobre- che expuestos a la represalia de la gente grupos que ocupaban el sudoeste bonae-
vivir a las disputas que marcaron el fin del de Pincheira, la cual no se hizo esperar: rense –aucas y peguelchus–. Su objetivo
orden imperial en la región. Inicialmente, durante el otoño de 1827, una fuerza mixta era hacer avanzar la línea de frontera más Esta denominación que la historiografía liberal chilena aplicó
4

y al igual que la mayoría de los pewenche, de realistas y nativos del sur de Neuquén allá del Salado, ocupando terrenos que la al conflicto obedecía al propósito de acentuar su carácter muy
cruento e irregular, derivado en buena medida de la importan-
se aliaron a las guerrillas o montoneras encabezada por el cacique Neculman y el corona había reconocido como propiedad te participación de líderes y grupos indígenas interesados en
realistas encabezadas por los hermanos comandante Hermosilla se lanzó sobre de esos grupos indígenas. La fundación restablecer viejos acuerdos con la administración colonial y –a
esos fines– aliados con los restos del ejército realista derrota-
Pincheira, las cuales actuaron en la cordi- los asentamientos pewenche siguiendo en 1823 del Fuerte Independencia en las do en Maipú y refugiado en los territorios ultra-fronterizos (cf.
llera sosteniendo la causa del rey de Es- un afán vindicativo. Los resultados de sierras de Tandil materializó este proceso por ejemplo Vicuña Mackenna, 1940). Jorge Pinto Rodríguez,
por su parte, argumenta que la mayoría de los miembros de la
paña (Contador Valenzuela, 1998; Varela esta expedición fueron desastrosos para de ocupación territorial y fue seguida por sociedad hispano-criolla regional y de los nativos que habían
& Manara, 2001). Esta actitud inicial de los pewenche del norte de Neuquén y del un ciclo de malones en represalia. estado involucrados en los negocios que, durante el período
colonial, prosperaron en el borde meridional del imperio toma-
adhesión cambió durante el transcurso sur de Mendoza. Según Valentín Moya, ron las armas en contra de las nuevas autoridades de Santiago,
del año 1825. El 23 diciembre de ese año, que estaba en Malargüe refugiado en el La situación se agravó con el ingreso a la medrosos de que éstas alteraran un estado de cosas del que se
habían beneficiado. Y agrega: “Creo que aquí está la clave para
Antecal, el cacique gobernador de Malar- malal que daba su nombre a la reducción, región de contingentes boroganos prove- entender lo que la historiografía liberal del siglo pasado llamó
güe, se dirigió personalmente a Santiago junto con el Cacique Gobernador Antical, nientes de la Araucanía. Los boroganos ´La Guerra a Muerte.” (Pinto Rodriguez, 1998).
de Chile para negociar con la autoridades doscientos mocetones y todas las fami- se instalaron en territorio auca y mantu-
En 1838 el naturalista francés Claudio Gay entrevistó en Chi-
5

patriotas, y el 30 del mismo mes fue- lias, los pewenche no le permitieron aban- vieron una actitud de hostilidad contra la llán a un pewenche sobreviviente de este ataque, quien le
ron los caciques de Río Grande los que donarlos y le hicieron pedir ayuda militar a frontera bonaerense, colocando de esa narró que esa desgracia fue precedida por un eclipse de sol,
y empleó el término “dispersar” para describir lo ocurrido a su
ofrecieron ayuda militar para acabar con las autoridades de Curico. La situación era manera a los peguelchus y a sus aliados comunidad: “Un día en su juventud el indio que consulto, fue
los Pincheira (Oficio del Comandante del desesperada: en su marcha hacia el norte, aucas ante una serie de opciones difíciles: con muchos caciques a Guanqueros y antes del medio día el
sol se eclipsó tanto que sólo quedó una luz semejante a la de
Cantón del Maule al Ministro de Guerra, los realistas habían arrasado las reduccio- a) aliarse a los porteños en contra de los una vela. Todos los caciques gritaron y se pusieron a llorar y
Quechereguas, 23-XII-1825. AN Ministe- nes del río Barrancas, Río Grande y Plan, boroganos (política que se materializó en los jóvenes se pusieron a chivatear los cual pareció un gran
desastre para su reducto que fue dispersado a consecuencia de
rio de Guera, Vol. 38, foja 193-193vta. y y sólo les quedaba capturar Malalgüe. términos militares durante las campañas las guerras de la Independencia” (Gay, 1999, p. 44).
1 TIERRA DE INDÍGENAS 3 - Pewenche y peguelchus en las márgenes del río Colorado (1760-1830)

Bibliografía citada

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Historia, cultura y paisaje en la frontera

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