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Derecho constitucional I.
(Capítulos I, II y parte del III de la Constitución)
Prof. L. Iván Díaz García.
Apuntes de clase. Borrador. Favor no citar.
Palabras previas.
La idea de estos apuntes de clase es que puedan circular libremente entre los estudiantes y
egresados de Derecho de la Universidad Católica de Temuco, con miras a sus estudios de
pregrado y del examen de grado.
Por último, les deseo mucho ánimo y éxito a todos mis estudiantes, en especial si se
encuentran en el árido, pero también intelectualmente atractivo período de estudio del
examen de grado.
1
Agradezco sinceramente a los siguientes estudiantes y egresados que han respondido a esta invitación a
comunicarme los errores que subsissten en estos apuntes: Diego Belmar Ojeda, Natalia Calderón Orias.
Capítulo I.
Introducción al Derecho constitucional.
1. Definición sustancial.
Son muchas las definiciones que se han dado para explicar qué es el Derecho
constitucional. Prácticamente cada autor que se interesa en estudiar de manera íntegra y
sistemática esta área del Derecho tiene una propuesta al efecto. Parece posible sostener que
casi todos ellos optan por una definición que aquí llamaremos sustancial. En ese sentido,
habitualmente se dice que el Derecho constitucional estudia el conjunto de normas jurídicas
que establecen la organización básica del Estado y los derechos y deberes fundamentales de
las personas. Así, por ejemplo, Jorge Quinzio en su Tratado de Derecho constitucional,
ofrece tres definiciones de propia autoría, todas las cuales tienen este carácter sustancial 2.
Verdugo, Pfeffer y Nogueira, por su parte, en su obra Derecho constitucional ofrecen seis
conceptos, tres de autores nacionales y tres de tratadistas extranjeros, algunas de las cuales
presentan esas dos partes de la definición sustancial y otras sólo una 3.
Esta opción coincide con lo que normalmente regula una Constitución y, en ese sentido,
ayuda a comprender qué es el Derecho constitucional. Sin embargo, una definición
sustancial no es exacta por dos razones.
En primer lugar, porque el Derecho constitucional puede estudiar más o menos aspectos
que la organización del Estado y los derechos y deberes fundamentales de las personas. Un
par de ejemplos ayudarán a comprender esta idea.
En 1787 se aprobó la Constitución de Estados Unidos de América. Ese texto original sólo
reguló los órganos del Estado, y singularmente al Ejecutivo, al Congreso y al Poder
Judicial. Sin embargo, el texto constitucional de 1987 no incluyó derechos ni deberes de las
personas. Sólo en 1791 se incorporaron algunos derechos a la Constitución, en virtud de las
primeras enmiendas a su texto. De este modo, quien hubiera querido estudiar Derecho
constitucional en Estados Unidos entre 1787 y 1791 sólo habría analizado normas relativas
a la organización del Estado.
La Constitución chilena no sólo incluye la organización básica del Estado y los derechos y
deberes de las personas. Además incluye un capítulo inicial en el que se expresan los
valores constitucionales y un capítulo final en el que se regula el modo en que se debe
reformar la Constitución. De este modo, quien quiera estudiar Derecho constitucional en
Chile deberá analizar no sólo las normas relativas a la organización del Estado y a los
derechos y deberes fundamentales de las personas, sino también otros aspectos adicionales.
2
Quinzio Figueiredo, Jorge Mario, Tratado de Derecho constitucional, tomo I, LexisNexis, Santiago de Chile,
2006, p. 67.
3
Verdugo Marinkovic, Mario, Pfeffer Urquiaga, Emilio, y Nogueira Alcalá, Humberto, Derecho
constitucional, tomo I, Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 1999, pp. 7 y 8.
2. Definición formal.
Desde una perspectiva formal se puede decir que el Derecho constitucional no estudia
determinadas normas atendiendo a su contenido, sino a su jerarquía. En este sentido, lo
importante no es qué regulan las normas que son objeto de estudio del Derecho
constitucional, sino la posición que ocupan en el ordenamiento jurídico. Desde esta
perspectiva formal, el Derecho constitucional puede definirse como aquella área del
Derecho que estudia las normas que tienen jerarquía constitucional.
El segundo problema es más importante. Todos los autores incluyen en sus tratados y
manuales de Derecho constitucional no sólo el estudio de las normas constitucionales, sino
también el de ciertas normas de jerarquía inferior a la Constitución. Y ello aunque no existe
consenso respecto de cuáles de esas normas infraconstitucionales deben ser estudiadas. Esta
práctica obliga a considerar como parte de los estudios del Derecho constitucional ciertas
normas no constitucionales y a desechar un concepto estrictamente formal.
3. Definición mixta.
En este curso se seguirá un criterio mixto, que define al Derecho constitucional tomando
elementos de la definición material y de la definición formal antes explicadas. En este
sentido, el Derecho constitucional es el área del Derecho que estudia el conjunto de normas
constitucionales y, además, ciertas normas de jerarquía inferior a la Constitución que se
refieren a la organización básica del Estado y a los derechos y deberes fundamentales de las
personas. Esta definición exige precisar dos cosas.
La expresión fuente del Derecho constitucional es ambigua. Aquí interesa explicar una de
las fuentes del Derecho constitucional, que son las fuentes formales. Las fuentes formales
son los hechos o actos que generan normas constitucionales.
1. El texto de la Constitución.
El texto constitucional incluye no sólo el texto original de la Constitución, sino también las
leyes de reforma constitucional y los decretos leyes de jerarquía constitucional, todos los
cuales se integran al texto de la Constitución, modificándolo.
4
Alexy no habla de <normas constitucionales directamente estatuidas=, sino de <normas iusfundamentales
directamente estatuidas= en la Constitución, pues formula esta propuesta de denominación para referirse a los
derechos fundamentales en particular y no a las normas constitucionales en general. Sin embargo, la propuesta
puede ser perfectamente adaptada para las normas constitucionales en general, como aquí se ha hecho. Ver
Alexy, Robert. Teoría de los derechos fundamentales. Centro de Estudios Políticos y Constitucionales,
Madrid, 2001, especialmente pp. 63 a 66.
Las leyes interpretativas de la Constitución son aquellos textos jurídicos que tienen por
finalidad precisar el significado de una determinada norma de la Constitución.
3. La jurisprudencia constitucional.
a) Que se trate de sentencias. Estas sentencias deben emanar del Tribunal Constitucional o
de algunos de los tribunales que integran el Poder Judicial.
5
Textualmente disponía el inciso primero del único artículo de ese proyecto de ley: <Artículo único.
Declárase, interpretando el alcance de la garantía constitucional del derecho de propiedad prevista y regulada
por los artículos 10, N° 10, de la Constitución Política de 1925, 1°, N° 16, del Acta Constitucional N° 3, de
1976, mientras dichos preceptos tuvieron vigencia, y 19, N° 24, de la Constitución Política vigente, que, en
materia de pensiones integrantes de un sistema de seguridad social, cualquiera sea su naturaleza, y aun cuando
aquellas pensiones revistan carácter indemnizatorio, esta garantía sólo ha amparado y ampara el otorgamiento
del respectivo beneficio y el monto global que éste hubiere alcanzado, pero no se ha extendido ni se extiende
a los sistemas de actualización, reajustabilidad, reliquidación u otra forma de incremento o base referencial de
cálculo=.
se debe tratar de cualquier norma, sino de una norma directamente estatuida en el texto
constitucional.
Un ejemplo permitirá comprender la definición. Según se dijo más arriba, el artículo 19,
número 5, de la Constitución dispone que la Constitución asegura a todas las personas la
inviolabilidad del hogar. La norma aquí expresada es que se manda a la Constitución
asegurar la inviolabilidad del hogar.
Pues bien, supóngase que se discute en un juicio si la entrada de la policía en una cabaña de
veraneo vulnera el derecho a la inviolabilidad del hogar, con la finalidad de sancionar a los
policías que ingresaron. Para que el tribunal tome una decisión al respecto deberá
interpretar la palabra hogar.
Bajo cualquiera de las dos interpretaciones se cumplen los tres requisitos señalados. Hay
una sentencia, que contiene una interpretación de una norma directamente estatuida en la
Constitución y dicha interpretación sirve de fundamento a la decisión de no sancionar a los
policías (decisión fundada en la interpretación 1) o sancionarlos (decisión fundada en la
interpretación 2).
1. Disposición y norma.
El nivel básico consiste en redactar la norma iniciando con una modalidad deóntica y luego
copiar la disposición, modificando sólo lo que sea necesario para una adecuada redacción
desde el punto de vista de las exigencias de la lengua española. En este caso se mantienen
las palabras del enunciado casi textualmente.
Por ejemplo, la disposición <La ley protege la vida del que está por nacer= expresa, en el
nivel más básico, la siguiente norma: Se manda que la ley proteja la vida del que está por
nacer. Como se puede advertir, en este caso la norma utiliza las mismas palabras empleadas
por la disposición.
El nivel avanzado de la interpretación consiste en generar una norma que utiliza palabras
distintas de las empleadas en el enunciado. Por ejemplo, la disposición la ley protege la
vida del que está por nacer expresa la norma <Se prohíbe el aborto=. Como se puede
apreciar, en este caso se han utilizado palabras totalmente distintas de las contenidas en el
enunciado. Para llegar a estas normas es necesario realizar un proceso de argumentación
jurídica, de modo que no basta la sola identificación de la norma directamente expresada en
el texto constitucional.
Es necesario decir que la norma constitucional adscrita cumple una función de precisión de
la norma directamente estatuida. Que cumpla una función de precisión significa que
especifica el significado prescriptivo de la norma directamente estatuida. En otras palabras,
especifica o determina qué es lo que manda, prohíbe o permite la norma directamente
estatuida.
Por ejemplo, si se quiere dictar una ley que permita el aborto, algunos parlamentarios
sostendrán que la Constitución prohíbe el aborto y otros dirán que no lo prohíbe. Sin
embargo, la norma directamente estatuida en el artículo 19, número 1, inciso segundo, no
prohíbe ni permite el aborto, como hemos visto. Sólo ordena que la ley proteja la vida del
que está por nacer. El problema deberá ser resuelto por el Tribunal Constitucional. Si el
Tribunal Constitucional hace una interpretación avanzada de dicha disposición y señala que
la Constitución prohíbe el aborto, entonces esta última es una norma adscrita a la
directamente estatuida y precisa su significado. Y lo mismo ocurrirá si sostiene lo contrario.
Que las disposiciones constitucionales son semánticamente abiertas significa que muchas
veces las palabras utilizadas son muy generales, indeterminadas, y por tanto es necesario
precisar o especificar su significado. Por ejemplo, en el enunciado <la ley protege la vida
del que está por nacer= no se sabe quién es el que está por nacer, es decir, desde cuándo se
puede decir que el que está por nacer debe ser protegido por la ley. Puede ser desde la
concepción, desde la anidación, desde que inicia su actividad cerebral, etcétera. Las
palabras utilizadas son imprecisas. En consecuencia, dependiendo de la interpretación que
se dé, una ley que impida la anidación del óvulo fecundado podría ser constitucional o
inconstitucional, y lo mismo una ley que permita interrumpir el embarazo antes del inicio
de la actividad cerebral del embrión.
Que las disposiciones constitucionales son estructuralmente abiertas significa que muchas
veces no se sabe si establecen una prohibición, un mandato o una permisión. Así, por
ejemplo, en el enunciado <La familia es el núcleo fundamental de la sociedad= se puede
dudar respecto de si hay un mandato, una prohibición o una permisión. La apertura
estructural también significa que muchas veces no se sabe quién es el destinatario de esa
prescripción. Así por ejemplo, en la disposición <La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad= se establece una prescripción para algunos o todos los órganos del Estado y para
los particulares están incluidos en la prescripción. Por último, la apertura estructural
significa que no se sabe si una disposición además de establecer una prescripción, confiere
un derecho. Así por ejemplo, está claro que en <La familia es el núcleo fundamental de la
sociedad= hay una prescripción, pero no se sabe si alguien tiene derecho a exigirle algo a un
tercero y demandarlo ante tribunales para que cumpla con esa prescripción.
directamente estatuidas no serán suficientes para resolver los problemas jurídicos que se
presenten a la consideración de los tribunales.
Como expresa De Asís Roig, lo que habitualmente son denominados reglas o métodos de la
interpretación jurídica y que se encuentran en el Código Civil, como el literal, el histórico,
el sistemático y el lógico, no son, en realidad, métodos o reglas de interpretación. Y ello
porque ninguno de tales criterios debe ser seguido de manera obligatoria. En realidad son
argumentos para la interpretación, es decir, razones que se aducen para interpretar un
determinado enunciado normativo en un cierto sentido.
En el ámbito constitucional se debe sostener lo mismo. Pero junto con los argumentos
tradicionales del Código Civil, se pueden utilizar muchos otros argumentos. A continuación
se recordarán los del Código Civil y algunos otros utilizados por el Tribunal Constitucional
y por el Poder judicial, debiendo destacarse que ya no se les llamará criterios o métodos de
interpretación, sino argumentos de interpretación.
Estos métodos o mejor dicho argumentos se podrán apreciar al revisar diversas sentencias a
lo largo del curso.
IV. Conexiones del Derecho constitucional con los Derechos internacional y comparado.
En efecto, y por una parte, tanto la actividad del constituyente derivado al reformar la
Constitución, como la actividad de los órganos jurisdiccionales al interpretar las
disposiciones constitucionales tienen en cuenta las disposiciones del Derecho internacional
de los derechos humanos y la interpretación que los tribunales internacionales hacen de
esas mismas disposiciones.
Por otra parte, tanto la actividad del constituyente derivado al reformar la Constitución,
como la actividad de los órganos jurisdiccionales al interpretar las disposiciones
constitucionales tienen en cuenta las disposiciones del Derecho comparado, singularmente
las de ordenamientos jurídicos que se consideran más avanzados que el chileno.
Capítulo II.
Introducción al estudio de la Constitución chilena. 3 sesiones.
1. Etapas constitucionales.
a) Entre 1811 y 1833. En este período, que puede ser denominado de ensayos
constitucionales, se dictan siete textos constitucionales, todos ellos de breve vigencia y
escaso impacto. Entre ellos se pueden distinguir los tres primeros, que declaran tener
carácter provisorio, de los otros cuatro que se dictan una vez que el país ya ha alcanzado la
independencia. Esos textos son:
Entre 1970 y 1973 la sociedad chilena se encontraba dividida en dos bloques que postulan
divergentes modelos de sistema político, económico y social. Mientras unos pretendían
avanzar hacia una sociedad inspirada en la ideología socialista, los otros rechazaban este
modelo. Se produce una efervecencia social, en la que algunos quieren evitar los cambios y
otros quieren avanzar más rápido en ellos. En este contexto se produce el golpe militar de
1973, en virtud del cual los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas y el Director
General de Carabineros asumen lo que ellos llaman <el mando supremo de la nación=, es
decir, el Poder Constituyente, el Poder Legislativo y el Poder Ejecutivo (decreto ley 128, de
16 de noviembre de 1973).
En lo normativo, entre septiembre y diciembre de 1973 la Junta Militar dictó casi 250
decretos leyes, lo que, según explica el Informe de la Comisión Nacional de Verdad y
Reconciliación, prácticamente equivale a la cantidad de leyes dictadas durante el último
año de democracia en Chile. Esto se debió, según el mismo informe, a la concentración de
funciones estatales, a la inexistencia de oposición institucional y a los propósitos de cambio
que orientaban a la Junta y a los sectores políticos que la acompañaban. Siempre según
dicho Informe, los valores y principios que inspiraron la acción legislativa del régimen
militar en estos primeros meses fue profundamente diversa de los valores y principios que
inspiraron al ordenamiento jurídico chileno hasta entonces. En lo esencial, esos valores y
principios de la dictadura consistieron en fortalecer las facultades coactivas y sancionadoras
del Estado y en robustecer el poder de la autoridad pública en un ejercicio totalitario y
autoritario del poder.
Esa actividad legislativa tuvo por finalidad la concentración total del poder, la eliminación
de posibles focos de oposición y la dictación de una nueva Constitución.
En relación al control del poder total, la Junta Militar disolvió el Congreso Nacional
(decreto ley 27, de 1973) y el Tribunal Constitucional. Además, declaró en internato a
todos los funcionarios públicos (decreto ley 6, de 1973) y dispuso que a cualquier
funcionario se le podía poner término a su vínculo laboral en forma discresional y sin
sujeción a procedimiento alguno (decreto 22 de 1973).
Derecha (Enrique Ortúzar, Jaime Guzmán y Sergio Diez) y uno radical (Jorge Ovalle). El 9
de octubre se incorporaron tres abogados más, uno de Derecha (Gustavo Lorca) y dos
vinculados con la Democracia Cristiana (Alejandro Silva y Enrique Evans). En noviembre
de 1973 se formalizó la existencia de esta Comisión, pues el Ministerio de Justicia dictó un
decreto supremo en virtud del cual se constituyó la Comisión de Estudios de una Nueva
Constitución. Por último, el 21 de diciembre del mismo año se integró una última abogada,
también de Derecha (Alicia Romo). Esta Comisión con los ocho integrantes mencionados
fue conocida como Comisión Ortúzar, en atención al apellido de su Presidente. En marzo
de 1977 renunciaron Alejandro Silva y Enrique Evans, y en mayo del mismo año lo hizo
Jorge Ovalle. En su reemplazo se nombró a tres abogados de Derecha: Luz Bulnes, Raúl
Bertelsen y Juan De Dios.
En 1976 la Junta Militar dictó cuatro textos de jerarquía constitucional denominados <actas
constitucionales=. El acta constitucional número 1, de 9 de enero de 1976, creó el Consejo
de Estado. Este Consejo era un órgano asesor del Presidente de la República que estaba
integrado por personas de la confianza del régimen militar y lo presidió el ex Presidente
Jorge Alessandri. La número 2, de 13 de septiembre de 1976, se denominó <Bases
esenciales de la institucionalidad chilena=. En ella se expresaron los valores y principios
básicos del orden constitucional que se deseaban implementar y su contenido se
corresponde con el Capítulo I de la Constitución de 1980, denominado <Bases de la
institucionalidad=. El acta constitucional número 3 (decreto ley 1552, de 13 de septiembre
de 1976), trató de los derechos y deberes constitucionales y su contenido se corresponde
con el Capítulo III de la Constitución de 1980. Por último, la número 4, también de 13 de
septiembre de 1976, se refiere a los estados de excepción constitucional. En ella se
establecen las circunstancias bajo las cuales, debido a ciertas situaciones política o
socialmente complejas, se pueden limitar o suspender los derechos constitucionales, y su
contenido se corresponde con el articulado que sigue al epígrafe Estados de excepción
constitucional del Capítulo IV de la constitución de 1980.
Interior, la Ministra de Justicia, los auditores de las tres ramas de las fuerzas armadas y de
Carabineros, y el secretario de legislación de la Junta Militar. La Junta, con el apoyo de este
grupo, redactó el proyecto de Constitución. En ella se incluyeron las disposiciones
permanentes, destinadas a regir en democracia, y los 29 artículos transitorios que
modificaban en lo sustancial las disposiciones permanentes. En efecto, en lugar de elegirse
al Presidente, se disponía que seguiría en el cargo Pinochet, que en lugar de elecciones
democráticas al cabo de los ocho años de su período presidencial se realizaría un plebiscito
para que la ciudadanía decidiera si continuaba en el cargo o se llamaba a elecciones libres,
en lugar de reinstalarse el Congreso se dispuso que la Junta ejercía las funciones de aquél, y
se incluyó un artículo 24 transitorio que otorgó amplias facultades al Presidente para privar
de sus derechos fundamentales a las personas. En virtud del mismo decreto ley 3464 de
1980, la Junta convocó a plebiscito para aprobar la Constitución.
Segundo, lo relativo a la ciudadanía, indicándose quiénes son ciudadanos, los derechos que
confiere y desde cuándo se pueden ejercer estos últimos (art. 13). También regula el
derecho a sufragio de los extranjeros y el derecho a ser elegido por parte de los extranjeros
nacionalizados conforme al art. 10 número 3 (art. 14). Luego se definen las características
del sufragio. Por último, se regulan los casos en que el derecho de sufragio se suspende (art.
16) y los casos en que se pierde la calidad de ciudadano (art. 17).
Lo tercero que se establece es la existencia de un sistema electoral que regulará todas las
elecciones (art. 18).
Se tratan esencialmente tres cosas. En primer lugar, se establecen los derechos que la
Constitución confiere (art. 19), los que a su turno implican determinados deberes para
terceros, en algunos casos el Estado y en otros casos los particulares.
Segundo, se regulan los aspectos esenciales de dos mecanismos de tutela de los derechos
concedidos por la Constitución: la acción de protección (art. 20) y la acción de amparo (art.
21).
En segundo lugar se regulan los Ministros de Estado. Se les define como colaboradores
inmediatos del Presidente (art. 33), se señalan los requisitos para ser Ministro (art. 34) y las
incompatibilidades (art. 37).
En cuarto lugar se trata de los estados de excepción constitucional , que son aquellas
situaciones en las que todo o parte del territorio de la república se ve enfrentado a hechos
que ponen en riesgo la seguridad del país, la salud o la vida de las personas. Bajo tal
escenario la Constitución permite que se limiten los derechos conferidos por la
Constitución (arts. 39 a 45).
En el capítulo V se tratan cinco asuntos. Primero, se define que el Congreso Nacional tiene
dos cámaras (art. 46).
Tercero, se regulan las atribuciones exclusivas de la Cámara de Diputados (art. 52), del
Senado (art. 53) y del Congreso (art. 54).
Cuarto, se señala quiénes no pueden ser parlamentarios (art. 57), con qué funciones o
cargos es incompatible el de parlamentario (art. 58 y 59) y las causales de cesación en el
cargo (art. 60).
Quinto, se regula lo relativo a las leyes. Al respecto se señala cuáles materias deben ser
objeto de una ley (art. 63), se regulan Los derechos fundamentalesL (art 64), y el
procedimiento de formación de la ley (art. 65 a 75), incluyendo las clases de leyes y sus
quórum (art. 66) y la facultad de veto que se otorga al Presidente (art. 73).
Se regulan las facultades del Poder Judicial (art. 76), la composición de la Corte Suprema,
la forma en que se nombran los Ministros y jueces (art. 78), y las facultades directivas,
correccionales y económicas de la Corte Suprema (art. 82).
El capítulo VII regula al Ministerio Público (art. 83 a 91), el capítulo VIII al Tribunal
Constitucional (art. 92 a 94), el capítulo IX a la justicia electoral, regulando al Tribunal
Calificador de Elecciones y a los Tribunales Electorales Regionales (arts. 95 a 97), y el
capítulo X regula la Contraloría General de la República (art. 98 a 100). El capítulo XIII,
por último, se refiere al Banco Central (art. 108 y 109).
8. Capítulos XI y XII.
Los capítulos XI y XII constituyen una huella del origen de la Constitución, la que se
generó durante un régimen en que las Fuerzas Armadas y de Orden ejercieron el poder. Por
ello desearon quedar reguladas como tales (capítulo XI, art. 101 a 105) e instaladas en un
órgano inicialmente poderoso, pero que con el avance de la democracia ha perdido toda
significación (Consejo de seguridad nacional, capítulo XII, art. 106 y 107).
A continuación se revisan las dos reformas más importantes, para mencionar luego el
contenido de las tres últimas.
La finalidad de esta reforma constitucional de 1989 fue, en general, atenuar los rasgos
antidemocráticos de la Constitución. De las cincuenta y cuatro enmiendas que incluyó, a
continuación se mencionan las diez más significativas.
1) Se incluye la siguiente disposición en el artículo 5°, inciso segundo: <Es deber de los
órganos del Estado respetar y promover tales derechos, contenidos, garantizados tanto en la
Constitución como en los tratados internacionales ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes=. La importancia de esta reforma es que desde entonces se discute si las normas
sobre derechos humanos conferidas por el Derecho internacional tienen jerarquía
supraconstitucional, constitucional o infraconstitucional.
2) Se derogó el artículo 8°, en virtud del cual se sancionaba aquellos partidos, movimientos
y personas que profesaran la lucha de clases. La idea expresada en este artículo se trasladó
al artículo 19, número 15, sobre derecho de asociación, sancionándose ahora las conductas
de personas y asociaciones que atentaran contra el régimen democrático y no la mera
profesión de una determinada ideología (inciso sexto y siguientes del artículo 19, número
15).
superior de una organización gremial con el cargo directivo superior nacional o regional de
un partido político.
5) Se suprime el número 5 del artículo 32, que facultaba al Presidente para disolver la
Cámara de Diputados por una vez durante su período presidencial.
9) Se aumentó el quórum para reformar los entonces Capítulos I, III, VII, X, XI y XIV, de
tres quintos a dos tercios de los parlamentarios en ejercicio (art. 116).
10) Se estableció que el primer período presidencial posterior a la dictadura duraría cuatro
años.
La finalidad de esta reforma fue eliminar los vestiguios antidemocráticos que pervivían en
la Constitución chilena, tras quince años de democracia. Esta reforma fue posible gracias a
que los partidos de la Derecha concurrierno con sus votos a la aprobación de las enmiendas.
De las cincuenta y cuatro enmiendas que incluyó, a continuación se mencionan las diez más
significativas.
5) En los derechos a la vida privada y a la honra (art. 19, número 4), se elimina el carácter
delictivo que se atribuye a las conductas realizadas a través de un medio de comunicación
social que atenten contra estos derechos.
La reforma prescribe que toda persona natural víctima de delito tiene derecho a defensa
jurídica gratuita para ejercer la acción penal, en los casos y forma establecidos por la ley
(nuevo enunciado final del inciso tercero del número 3 del artículo 19). Dispone también
que toda persona imputada de delito tiene derecho a defensa letrada proveída por el Estado,
si no nombra un abogado en la oportunidad correspondiente (inciso cuarto nuevo
intercalado en el número 3 del artículo 19).
Capítulo III.
Bases de la institucionalidad.
1. Concepción de la persona.
Pese a que la Declaración habla de <todos los seres humanos=, en la versión original de la
Constitución se utilizó la expresión <los hombres=. Esto sólo se sustituyó por <las
personas= en virtud de la ley de reforma constitucional 19.611, de 16 de junio de 1999. El
cambio no tiene efectos jurídicos, sino más bien políticos, en el sentido de igualar también
en el discurso normativo a varones y mujeres.
Para Hernán Molina el artículo 1° inciso primero expresa una concepción iusnaturalista de
la persona, porque entiende que los seres humanos tienen tres características desde que
nacen: libres, iguales en dignidad e iguales en derechos. Esa libertad, esa igualdad en
dignidad y esa igualdad en derechos no le son conferidos por el Estado, sino reconocidos
por éste. Al efecto relaciona esta disposición con el artículo 5°, inciso segundo, que
prescribe que el ejercicio de la soberanía reconoce como limitación el respeto de los
derechos esenciales que emanan de la naturaleza humana. También la relaciona con el
6
José Luis Cea Egaña, Derecho constitucional chileno, tomo I, Universidad Católica, Santiago de Chile,
segunda edición, 2008, p. 164.
encabezado del artículo 19, en el que se expresa que la Constitución reconoce, no otorga, a
todas las personas los derechos que luego se indica 7.
En opinión de Verdugo, Pfefer y Nogueira, el inciso primero expresa tres valores: libertad,
igualdad y dignidad8. Es necesario reconocer que esta idea constituye una opinión
relativamente extendida en la doctrina.
Sin embargo, resulta más preciso afirmar que la Constitución dispone que los seres
humanos son libres, la igualdad en dignidad de todos ellos y la igualdad en derechos de los
mismos. Estos enunciados, además, se expresan en un sentido normativo y no en un sentido
descriptivo. Y es desde este plano que deben ser explicados.
En este sentido, cuando la Constitución enuncia que las personas nacen libres no significa
describir que en los hechos son libres, ni prescribir que normativamente deben serlo en un
sentido absoluto. Siguiendo a Alexy, que las personas sean libres significa que el Derecho
les permite hacer u omitir lo que deseen, siempre que no concurran restricciones normativas
en sentido contrario. Estas restricciones normativas pueden provenir de los derechos de
otros o de ciertos bienes o intereses que el Derecho desea proteger (el bien común, el orden
público, la seguridad de la Nación).
7
Hernán Molina Guaita, Derecho constitucional, LexisNexis, Santiago de Chile, sexta edición, 2006, pp. 55 a
57.
8
Mario Verdudgo Marinkovic, Emilio Pfeffer Urquiaga y Humberto Nogueira Alcalá, Derecho
constitucional, tomo I, Jurídica de Chile, Santiago de Chile, segunda edición, 2002, p. 110.
la existencia misma del Derecho. En consecuencia, lo que se quiere decir en este caso es
que todas las personas son iguales en derechos siempre que coincidan en todas sus
propiedades relevantes. De este modo, si no coinciden en todas sus propiedades relevantes,
el ordenamiento jurídico les puede asignar diversos derechos.
2. Concepción de la familia.
Esta disposición debe ser relacionada con el inciso quinto, en el que se dispone que es
deber del Estado proteger a la familia y proponder a su fortalecimiento. Esto implica dos
cosas. Por una parte, que el Estado no está obligado a proteger ni a fortalecer aquellas
estructuras de convivencia que no constituyan familia. Por otra parte, que debe eliminar
aquellas estructuras fácticas o jurídicas que atenten contra la familia.
El problema es que el enunciado normativo no precisa qué se entiende por familia. Por
tanto, dependiendo de la concepción que se tenga sobre la idea de familia dependerá la
conducta que debe tener el Estado respecto de las diferentes estructuras de convivencia. En
los últimos años se han producido ciertos debates respecto de si igualar a los hijos o
permitir el divorcio atentan contra la concepción de familia que tiene la Constitución. El
primero de esos problemas fue resuelto por la ley 19.585 (Diario Oficial de 26 de octubre
de 1998) y el segundo por la ley 19.947 (Diario Oficial de 17 de mayo de 2004).
El problema en actual debate es si permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo
atenta contra la familia. Si para la Constitución la familia sólo puede estar formada por una
pareja heterosexual, una ley que pretendiera reconocer la validez de uniones homosexuales
sería inconstitucional.
Este tema está en pleno debate debido al reconocimiento jurídico que han tenido las
uniones homosexuales en algunos países occidentales. Así ha ocurrido, por ejemplo,
mediante leyes en España y Argentina, y mediante decisiones jurisprudenciales en Estados
Unidos. Si en Chile se estimara que las uniones homosexuales constituyen familia en el
sentido constitucional de la expresión, el Estado estaría obligado a protegerlas y
fortalecerlas. Si, por el contrario, se considerara que atentan contra esa concepción de
familia, serían constitucionalmente inadmisibles.
3. Concepción de la sociedad.
Como destaca el propio Silva Bascuñán, son cuerpos intermedios tanto los que tienen
personalidad jurídica como aquellos que carecen de la misma.
1) Reconocer significa que el Estado no los crea, sino que constata su existencia. Por tanto,
sólo puede prohibir su conformación o subsistencia si el cuerpo intermedio atenta contra el
sistema jurídico, como ocurre con las restricciones al pluralismo político.
2) Amparar significa que el Estado debe protegerlos de las amenazas de que puedan ser
objeto. Del mismo modo, debe remover los obstáculos que impiden su mejor existencia.
Por último, el inciso final del artículo 1° expresa algunos deberes del Estado. Ya se
mencionaron dos de ellos al tratar de la concepción de familia que tiene la Constitución: el
deber de protegerla y el deber de propender a su fortalecimiento. A ellos deben añadirse
otros cuatro:
Todo esto demostraría que la Constitución entiende que el Estado debe ser muy activo en la
construcción del bien común, en la creación de condiciones de bienestar para todos y, como
medio para ello, la aplicación de políticas de redistribución de ingresos quitando a los que
tiene más para mejorar la situación de los que tienen menos.
1. Estado unitario.
Existen diversas interpretaciones en la doctrina chilena para explicar en qué consiste que el
Estado sea unitario. Según algunos significa que hay un único centro de impulsión política.
Según otros, que hay un único ordenamiento jurídico. Una tercera posibilidad es entender
que existe una cuádruple unidad: de territorio, de población, de ordenamiento jurídico y de
gobierno. Así lo explica el Tribunal Constitucional en su sentencia 1669, de 15 de marzo de
2012, que en lo pertinente a continuación se transcribe:
Por su parte, Hernán Molina (Derecho Constitucional, 6a. edición, Editorial Lexis
Nexis, Santiago, 2006, p. 65) señala que <el Estado unitario se caracteriza por tener
un gobierno político que ejerce el poder sobre todo el territorio estatal con un solo
ordenamiento constitucional y legislativo=.
Para José Luis Cea (Derecho Constitucional Chileno, tomo I, 2a. edición, Ediciones
PUC, 2008, p. 196), la fórmula reconoce que existe una cuádruple unidad: de
ordenamiento jurídico, de autoridades gubernativas, de gobernados, de territorio.
Para Verdugo y García Barzelatto (Manual de Derecho Político, tomo I, 3a. edición,
Editorial Jurídica de Chile, Santiago, 2004, p. 152-153), <Estado unitario es aquel
que no posee más que un solo centro de impulsión política y gubernamental. Es
servido por un titular único, que es el Estado. La estructura de poder, la
organización política es única, en tanto que un solo aparato gubernamental cumple
todas las funciones estatales. Los individuos obedecen a una sola y misma
autoridad, viven bajo un solo régimen constitucional y son regidos por una
legislación común. El poder estatal se ejerce sobre todo el grupo humano que habita
el Estado, se dirige a una colectividad unificada. Las decisiones políticas obligan
por igual a todos los gobernados. Además, el Estado unitario se caracteriza porque
la organización política abarca todo el territorio estatal y rige para todo su ámbito
sin entrar a considerar las diferencias locales o regionales que pudieren existir. El
Estado unitario, por tanto, es aquel en que el poder conserva una unidad en cuanto a
su estructura, al elemento humano y al territorio sobre el cual recae=.
De entre las explicaciones ofrecidas, parece preferible la que define al Estado unitario a
partir de la existencia de un único ordenamiento jurídico. Ello se debe, en primer lugar, a
que la expresión <centro de impulsión política= es imprecisa. Y, en segundo lugar, a que
presenta caracteres más políticos que jurídicos.
Ahora bien, el carácter unitario del Estado de Chile no implica que se deban aplicar las
mismas normas a todos los habitantes del territorio. Así lo ha sostenido el Tribunal
Constitucional, siguiendo a Alejandro Silva, en su sentencia 1669 de 15 de marzo de 2012:
La desconcentración funcional consiste en que parte de las atribuciones del delegante son
ejercidas por uno de sus órganos dependientes en todo el territorio. Así, por ejemplo, una de
las funciones que tiene el Ministerio de Agricultura es el estudio de la realidad
silvoagropecuaria y la planificación de las políticas que se aplicarán en este sector. Pues
bien, para cumplir dichas funciones creó la Oficina de Estudios y Planificación
Agropecuaria, ODEPA que, por cierto, actúa con la personalidad jurídica y patrimonio del
Ministerio, y ejerciendo facultades que a este último pertenecen.
La desconcetración territorial consiste en que parte de las atribuciones del delegante son
ejercidas por uno de sus órganos dependientes en una determinada zona geográfica del país.
Por ejemplo, la Dirección del Trabajo tiene entre sus funciones la fiscalización del
cumplimiento de la legislación laboral y de seguridad social. Para el mejor cumplimiento de
esta tarea se desconcentra a nivel provincial y comunal en Inspecciones provinciales e
Inspecciones comunales, las que por cierto actúan en sus respectivos territorios utilizando
la personalidad jurídica y patrimonio de la Dirección del Trabajo y ejerciendo atribuciones
que la ley ha confiado a este ente.
1) Las regiones son cada una de las unidades político administrativas en que se divide el
territorio nacional (art. 110). Esto significa que se le encomiendan tareas de gobierno y
administración en este nivel de división territorial
2) Las provincias son cada una de las unidades político administrativas en que se dividen
las regiones (art. 110). Esto significa que se le encomiendan tareas de gobierno y
administración en este nivel de división territorial (art. 110). A la cabeza de cada provincia
se encuentra la Gobernación, que son órganos territorialmente desconcentrados del
Intendente. La gobernación está a cargo de un Gobernador, que es de la exclusiva confianza
del Presidente de la República (art. 116).
3) Las comunas son cada una de las unidades administrativas en que se dividen las
provincias (art. 110). Esto significa que se le encomiendan tareas de administración en este
nivel de división territorial. La administración de cada comuna o agrupación de comunas
corresponde a una municipalidad, la que está constituida por el Alcalde (que es su máxima
autoridad) y por el Concejo comunal (art. 118).
Que el desarrollo de las regiones, provincias y comunas deba ser equitativo significa que
debe ser igualitario, es decir, que todas ellas deben tender a un similar nivel de desarrollo
económico, social y cultural. En consecuencia, al hablar de desarrollo equitativo se alude al
objetivo o finalidad que se debe alcanzar.
Que el desarrollo de las regiones, provincias y comunas deba ser solidario significa que se
debe quitar parte de sus recursos a las que tienen un más alto nivel de desarrollo para
entregarlos a las que tienen uno menor. En otras palabras, el principio de solidaridad apunta
a la redistribución de la riqueza, esto es, de los recursos económicos. En consecuencia, al
hablar de desarrollo solidario no se alude al objetivo, sino al medio o mecanismo a través
del cual lograr similares niveles de bienestar.
será difícil precisar si se trata de una democracia o de un gobierno autocrático. Por último,
están los totalitarismos, que presentan las características de las autocracias, pero además
existe un control total de la sociedad por parte del Estado, de modo que el poder político
priva o restringe las manifestaciones autónomas de la sociedad en lo religioso, sindical,
económico, educacional, cultural, etcétera.
Por último, aunque no se expresa directamente, Chile, además de ser una República
democrática, es presidencial. Esta forma de gobierno se contrapone al gobierno
parlamentario, diferenciándose ambos en la relación que existe entre Ejecutivo y
Parlamento9. Entre las diferencias existentes entre ambos se pueden destacar las siguientes:
Es necesario hacer presente que cada una de las clases de gobierno de cada una de las tres
categorías recién mencionadas pueden mezclarse entre sí. Así, por ejemplo, puede existir
una República democrática presidencial, como el caso de Chile desde 1990. También puede
existir una República autocrática presidencial, como Perú bajo el gobierno de Alberto
Fujimori. También puede existir una República democrática parlamentaria, como el caso de
9
Atendiendo a la relación entre el Ejecutivo y el Parlamento es posible distinguir varias formas de gobierno,
tales como el de asamblea, el presidencial, el semipresidencial o semiparlamentario, y el parlamentario. Sin
embargo, para efectos del presente curso basta con diferenciar al presidencial de su opuesto directo que es el
parlamentario.
Alemania. También se puede dar el caso de una monarqía democrática parlamentaria, como
el caso de España o Reino Unido.
IV. Soberanía.
1. Concepto de soberanía.
La soberanía fue definida por Jean Bodin, pensador francés del siglo XVI, en su obra <Los
seis libros de la República=, de 1576, como el poder absoluto y perpetuo de una República.
Se refiere a quien tiene el máximo poder de decisión al interior de un Estado, sin
contrapeso, sin que nadie se le pueda oponer o lo pueda doblegar dentro de su territorio.
Este concepto de soberanía fue ideado por Bodin para fortalecer el poder del rey frente a los
demás poderes que se le oponían, como el de otros señores feudales (condes, duques,
etcétera) y a la Iglesia, por lo que constituía un atributo del monarca que era precisamente
llamado <soberano=.
En verdad este concepto de soberanía aparece hoy debilitado fundamentalmente por dos
razones. En primer lugar, por el funcionamiento de los mercados y las finanzas mundiales.
En segundo lugar, por el Derecho internacional de los derechos humanos.
Es verdad que los Estados siguen siendo formalmente autónomos, es decir, soberanos para
decidir qué políticas adoptar, qué leyes aprobar o qué decisiones dictar. Sin embargo, esto
está relativizado por el funcionamiento del libre mercado internacional y de los créditos
internacionales, aspectos que colocan exigencias o límites a los Estados respecto de lo que
pueden hacer o no hacer. Ejemplos evidentes de ello son Portugal y Grecia en la crisis
Europea 2011-2012. Y lo mismo puede decirse respecto del Derecho internacional de los
derechos humanos, que también colocan exigencias o limitaciones a las posibilidades de
actuación de los Estados. Ejemplos evidentes de ello son el caso Atala y la tuición de sus
hijas decidido en marzo de 2012 por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la
que Chile aparece condenado y deberá aplicar lo resuelto por la Corte Interamericana. Lo
mismo ocurre con la decisión del Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas, que
estimó que, una regulación francesa que exige aparecer con la sien descubierta en
fotografías de identificación para permisos residencia –impidiendo, de esta forma, el uso de
turbantes Sikh– constituía una vulneración de la libertad religiosa protegida en el Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
2. El enunciado normativo.
Segundo, quién ejerce la soberanía, señalándose al efecto que son el pueblo y las
autoridades que la Constitución establece. En el caso del pueblo, la soberanía sólo se ejerce
a través del plebiscito y de elecciones periódicas. Esto expresa un cierto temor hacia el
pueblo, pues debe relacionarse con el artículo 18 de la Constitución que sólo permite
V. Estado de Derecho.
La expresión Estado de Derecho fue acuñada por el alemán Robert von Mohl, bajo la
fórmula Rechtsstaat. En el sentido más elemental posible, el Estado de Derecho es aquel
Estado en el que el ejercicio del poder se encuentra sometido al Derecho. Pero más allá de
esta definición, parece interesante revisar cuáles son los elementos que deben concurrir o
los requisitos que deben cumplirse para afirmar que se está frente a un Estado de Derecho,
pues ello permite tener una definición más completa del mismo.
1) Separación de funciones.
3) Imperio de la ley.
El imperio de la ley consiste en que la ley regula el modo en que se accede al poder, la
forma en que se ejerce y las potestades que se otorgan, y el modo en que los titulares de las
funciones políticas cesan en sus cargos.
Por su parte, según Kamel Cazor, el principio de legalidad consiste en que los entes
públicos sólo pueden actuar si cuentan con una norma que se los permita, de modo que no
lo podrán hacer si carecen de ella, (legalidad en sentido positivo o vinculación positiva de
los entes públicos al Derecho) y sólo dentro de los márgenes que esa norma les permite
(legalidad en sentido negativo o vinculación negativa de los entes públicos al Derecho).
El principio de responsabilidad del Estado significa dos cosas. Primero, que el Estado debe
responder por los daños que cause por actuar al margen del ordenamiento jurídico.
Segundo, que el Estado puede ser llevado ante tribunales para que se haga efectiva esa
responsabilidad y se apliquen las sanciones que corresponda, sean civiles, penales,
administrativas o políticas.
4) Supremacía constitucional.
La supremacía constitucional significa que tanto las actuaciones de los entes públicos como
de los particulares deben someterse a lo que dispone la Constitución, tanto en sus
actuaciones que realicen como en las normas que dicten o suscriban. En sus actuaciones,
por ejemplo, al momento de seleccionar personas para un trabajo no deben discriminar. En
las normas que dicten, las leyes o contratos que se dicten o suscriban no pueden atentar
contra derechos fundamentales de terceros.
A ello se añade el control de constitucionalidad de las leyes, que expresa parte importante
de lo que significa dicha supremacía, y la estructura jerárquica del ordenamiento jurídico,
que implícitamente incluye dicha supremacía.
Aunque la doctrina también menciona otros elementos o requisitos, carecen del consenso
doctrinario necesario como para considerarlos constitutivos del Estado de Derecho.
que los órganos del Estado deben someter su acción a la Constitución y a las normas
dictadas conforme a ella.
4) Supremacía constitucional.
La supremacía constitucional se expresa en los incisos primero y segundo del artículo 6°.
En el primero de ellos se dispone que los órganos del Estado deben someter su acción a la
Constitución y a la ley. El segundo, que es todavía más preciso por su amplitud, prescribe
que los preceptos de la Constitución obligan tanto a los titulares e integrantes de los
óragnos del Estado, como a toda persona, institución o grupo.
VI. Probidad.
1. Antecedentes.
El otro episodio se denominó <caso Dávila= que significó la pérdida de 217 millones de
dólares para Codelco entre el año 1992 y 1994. Los hechos fueron los siguientes: en 1990
Codelco inició la transacción de cobre en mercados a futuro, lo que en términos civiles más
o menos simplificados significa la venta de una cosa que no existe, pero se espera que
exista, en este caso el cobre. Para realizar estas ventas a futuro Juan Pablo Dávila, que era
2. Regulación.
3. Concepto.
4. Contravenciones a la probidad.
terceros. Además, eludir u omitir propuestas públicas cuando la ley lo exige, atentar contra
los principios de eficiencia, eficacia y legalidad, y hacer denuncias infundadas de atentados
a la probidad.
El millaje u otro beneficio similar que otorguen las líneas aéreas por vuelos nacionales o
internacionales a los que viajen como autoridades o funcionarios, y que sean financiados
con recursos públicos, no podrán ser utilizados en actividades o viajes particulares;
7) Propuesta pública. Omitir o eludir la propuesta pública en los casos que la ley la
disponga;
VII. Transparencia.
1. Antecedentes.
El año 2006 Chile fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos por no
entregar a un particular la información que le solicitaba relativa al caso de la forestal
Trillium. En los años noventa esta forestal adquirió 250 mil hectáreas de bosque en la
región de Magallanes, y obtuvo autorización de los órganos estatales pertinentes para
proceder a la explotación de la masa forestal. En ese contexto, ecologistas opositores al
proyecto solicitaron al Estado información relativa al proyecto que se encontraba en poder
de sus instituciones, lo que fue denegado. La justicia nacional confirmó la negativa,
rechazando la pretensión de los ecologistas de acceder a la mencionada información. Es
contra esta decisión que se acudió a la Corte Interamericana.
2. Regulación.
En ese contexto, los parlamentarios de la UDI Hernán Larraín y del PPD Jaime Gazmuri
presentan un proyecto de ley para asegurar la transparencia de la información que se
encuentra en poder del Estado. Este proyecto culmina su tramitación en 1999, dando lugar a
la ley 20.285 (D.O. 20.08.2008).
3. Concepto.
El sistema de transparencia diseñado por la ley 20.285 se edifica sobre la base de tres
pilares: transparencia activa, transparencia pasiva y control por una institución autónoma.
La transparencia activa consiste en que los órganos e instituciones del Estado deben
mantener permanentemente a disposición del público en general cierta información que la
propia ley establece. Esto se cumple manteniendo actualizada mensualmente dicha
información en la página web del respectivo órgano o institución.
La transparencia pasiva consiste en que los órganos e instituciones del Estado deben
entregar a quienes lo soliciten la información relativa a actos, decisiones, procedimientos y
fundamentos, que estén en su poder, o derivar al solicitante a la institución que
corresponda, con las excepciones señaladas en la Constitución. El plazo para entregar la
información solicitada es de veinte días, prorrogable por otros diez. En caso de negarse la
información, se puede acudir ante el Consejo para la Transparencia, que tiene un plazo de
quince días para resolver la solicitud.
VIII. Terrorismo.
1. Concepto.
La Constitución declara que el terrorismo es por esencia contrario a los derechos humanos
y que los delitos terroristas serán siempre considerados comunes y no políticos. Sin
embargo, no ofrece una definición de lo que se entiendde por terrorismo, lo que ha sido
precisado por la ley 18.314, de 1984. De acuerdo con dicha ley, para estar en presencia de
un delito terrorista es necesario que concurran dos requisitos copulativos:
a) Que se trate de alguno de los delitos que la propia ley menciona en su artículo 2°. Tales
delitos son:
1) El parricidio (artículo 390 del Código Penal) y el homicidio (artículo 391 del Código
Penal).
2) La castración (artículo 395 del Código Penal), las mutilaciones (artículo 396 del Código
Penal), las lesiones graves (artículo 397 del Código Penal) y las lesiones menos graves
(artículo 399 del Código Penal).
6) Atentar contra la vida o integridad corporal del Jefe de Estado, las autoridades políticas,
judiciales, militares, policiales o religiosas, o de personas internacionalmente protegidas en
razón de sus cargos.
2. Sanciones.
Los delitos terroristas tienen, por mandato constitucional, al menos dos clases de sanciones:
penales y constitucionales.
a) Sanciones penales.
La Constitución establece que una ley de quórum calificado debe determinar qué conductas
se considerarán terroristas y cuál será su penalidad. Se trata de la misma ley que define el
terrorismo, esto es, la 18.314, que dispone que las sanciones establecidas por el Código
Penal para los delitos que menciona la misma ley 18.314 serán las siguientes:
La Constitución prohibe aplicar el indulto particular a esta clase de delitos, salvo que se
trate de conmutar la pena de muerte por la de presidio perpetuo (artículo 9°, inciso final).
Además, se establece que, en caso de concederse la libertad a un imputado por delito
terrorista, la apelación debe ser conocida por la Corte de Apelaciones integrada
exclusivamente por ministros titulares (y no por abogados integrantes o por interinos) y
concederse por unanimidad (artículo 19, número 7, letra e). estas disposiciones
reemplazaron el inciso final del artículo 9°,, pues el texto original disponía la prohibición
de aplicar la amnistía y el indulto, así como la posibilidad de conceder la libertad
provisional a los imputados por esta clase de delitos, lo que era contrario a la Convención
Americana sobre Derechos Humanos.
b) Sanciones constitucionales.
Sin perjuicio de esas sanciones penales, regula las sanciones constitucionales que se
aplicarán a quienes incurran en esta clase de delitos. Al efecto dispone que los responsables
de estos delitos quedarán inhabilitados por el plazo de quince años para realizar las
siguientes actividades:
Capítulo IV.
Nacionalidad y ciudadanía.
I. Nacionalidad.
1. Concepto de nacionalidad.
El concepto más habitual de nacionalidad es <el vínculo jurídico que une a una persona con
un Estado determinado=. Sin embargo, esta definición tiene dos problemas, si se entiende
por vínculo jurídico un conjunto de derechos y obligaciones.
Primero, los nacionales tienen otros muchos vínculos jurídicos con el Estado distintos de su
nacionalidad. Por ejemplo, los funcionarios públicos, los contribuyentes, los que inician
una actividad económica empresarial.
Segundo, los extranjeros también pueden tener un vínculo jurídico con Estados diversos del
propio. Por ejemplo, si van a otro país y realizan actividades gravadas con tributos, o si
pretenden internar mercaderías a ese país.
Las fuentes de la nacionalidad son los hechos jurídicos cuyo acaecimiento confiere la
nacionalidad a una persona determinada. Se clasifican en:
a) Primero, hijo de padre o madre extranjero en actual servicio de su país. En este caso es
necesario que ambos sean extranjeros y que al menos uno esté en actual servicio de su país.
Si uno es chileno o ninguno está al servicio de su país, el hijo es chileno.
b) Segundo, los hijos de extranjeros transeúntes. Se requiere que ambos sean extranjeros y
transeúntes. En general, es transeúnte el que se encuentra de paso en Chile. En
consecuencia, si uno es chileno o uno es residente, el hijo es chileno.
El nacimiento de los hijos de extranjeros que se encuentran en alguna de las dos situaciones
mencionadas debe ser igualmente inscrito en el Registro Civil de la comuna en que tuvo
lugar el nacimiento. Sin embargo, el Oficial de Registro Civil deberá dejar constancia de la
especial circunstancia de los padres con la finalidad de advertir que, pese a haber nacido en
Chile, el inscrito es extranjero.
En consecuencia, son tres los requisitos que se deben cumplir para que una persona
adquiera la nacionalidad chilena en virtud del artículo 10, número 2: (1) que su padre o su
madre sean chilenos, por cualquiera de las cuatro fuentes de la nacionalidad estatuidas en la
Constitución, (2) haber nacido en el extranjero y (3) que cualquiera de sus ascendientes de
primer o segundo grado hayan adquirido la nacionalidad chilena en virtud de los números
1, 3 ó 4 del artículo 10 de la Constitución.
Para efectos de disfrutar de esta nacionalidad el hijo nacido en el extranjero debe ser
inscrito en el registro del Consulado chileno del país en que se produjo el nacimiento. Al
formular la solicitud de inscripción, el interesado debe acompañar el correspondiente
certificado de nacimiento. El Cónsul enviará copia de esta inscripción y del respectivo
certificado de nacimiento al Ministerio de Relaciones Exteriores, quien los remitirá al
Servicio de Registro Civil de Santiago para su inscripción.
Esta fuente de la nacionalidad, denominada ius sanguini, es la que tuvo mayores cambios
respecto de la redacción original de la Constitución de 1980. En efecto, antes de la reforma
constitucional de 2005 no bastaba ser hijo de padre o madre chileno. Adicionalmente se
exigía que el padre o madre de la persona que nace en el extranjero se encuentre en actual
servicio de la República al momento del nacimiento o que el hijo de padre o madre chileno
nacido en el extranjero se avecinde por un año a lo menos en Chile. Si no se cumplía
alguno de estos requisitos adicionales, no se obtenía la nacionalidad chilena en virtud de ius
sanguini. Según se dijo, actualmente basta que el ascendiente en la línea recta en primer o
segundo grado hayan adquirido la nacionalidad chilena en virtud de los números 1, 3 ó 4
del artículo 10.
La ley 18.005 de 1981 y el Decreto 5.142 de 1960, del Ministerio del Interior, regulan los
requisitos para nacionalizarse. Tales requisitos son:
2) Residencia continuada por cinco años en Chile. El Ministerio del Interior califica si los
viajes al extranjero interrumpen la residencia continuada.
Una persona puede tener doble nacionalidad o dos nacionalidades. Estas situaciones son
diversas y no deben ser confundidas.
Una persona tiene doble nacionalidad si, por cualquier razón, ha adquirido la nacionalidad
de dos Estados diversos y existe un tratado entre ambos Estados en virtud del cual se
admite que sus nacionales puedan ser, al mismo tiempo, nacionales del otro Estado. En este
caso la persona tiene las dos nacionalidades frente a cada uno de los países contratantes,
como así también frente a terceros países.
Ese es, por ejemplo, el caso de Chile y España, cuyos nacionales pueden disfrutar,
simultáneamente, de ambas nacionalidades en virtud de un tratado suscrito en 1958. El
artículo primero de este <Convenio de doble nacionalidad entre España y Chile= dispone al
efecto lo siguiente: <Los españoles nacidos en España, y recíprocamente los chilenos
nacidos en Chile, podrán adquirir la nacionalidad chilena o española, respectivamente, en
las condiciones y en la forma prevista por la legislación en vigor en cada una de las Altas
Partes contratantes, sin perder por ello su anterior nacionalidad=.
Una persona tiene dos nacionalidades si, por cualquier razón, ha adquirido la nacionalidad
de dos Estados diversos, sin que exista tratado entre ambos Estados en virtud del cual se
admita que pueden tener, simultáneamente, ambas nacionalidades. En este caso la persona
tiene sólo una nacionalidad: la del país que se la otorgó cuando se encuentre en cualquiera
de los dos que se la otorgó, y la del país que elija cuando se encuentre en el territorio de
terceros Estados.
Así, por ejemplo, si una persona ha adquirido la nacionalidad chilena y la argentina, tendrá
la primera nacionalidad en Chile, la segunda en Argentina y la que desee de esas dos
cuando se encuentre en cualquier otro país.
5. Pérdida de la nacionalidad.
b) Por decreto supremo, en caso de prestación de servicios durante una guerra a los
enemigos de Chile o a sus aliados. No se precisa el carácter de los servicios. Sin embargo,
no coincidimos con Nogueira, quien señala que tales servicios pueden no ser bélicos. En
cualquier caso, debe ser durante la guerra y no antes ni después.
6. Tutela de la nacionalidad.
El afectado por sí o por cualquiera a su nombre puede acudir ante la Corte Suprema dentro
del plazo de treinta días. La Corte conoce en pleno y como jurado, es decir, resolviendo en
conciencia, esto es, sin justificar su decisión. La interposición del recurso suspende los
efectos del acto o resolución recurridos, de modo que la persona conserva (o recupera) su
nacionalidad mientras no se haya resuelto este recurso judicial por la Corte Suprema.
II. Ciudadanía.
El artículo 13 de la Constitución señala que son ciudadanos los chilenos que hayan
cumplido dieciocho años y que no hayan sido condenados a pena aflictiva.
Respecto del tercer requisito, se requiere ser condenado por sentencia firme, pues la
privación de la ciudadanía debe ser interpretada restrictivamente. El artículo 37 del Código
Penal dispone que son penas aflictivas las iguales o superiores a los tres años y un día de
privación de libertad.
a) Concepto.
El sufragio es personal (indelegable), igualitario (mismo valor), secreto (no puede ser
conocido por terceros) y obligatorio para los ciudadanos (artículo 15).
Los nacionales por ius solis lo tienen desde que cumplen la mayoría de edad, si no han sido
condenados a pena aflictiva. Los nacionalizados por ius sanguini y por gracia sólo tienen
los derechos de la ciudadanía (sufragio y ser elegido) desde que cumplen 18 años, si no han
sido condenados a pena aflictiva y se avecindan por un año en Chile. Los nacionalizados
por carta lo tienen tan pronto como obtienen la nacionalidad porque un requisito para
obtenerla es tener residencia por cinco años en Chile, si son mayores de 18 años y no han
sido condenados a pena aflictiva.
Son cargos de elección popular los de Concejal, A alcalde, Diputado, Senador y Presidente.
Sin embargo, para este último se requiere ser chileno en virtud de lo establecido en los
números 1 ó 2 del artículo 10 de la Constitución (artículo 25).
Tienen derecho de optar a cargos de elección popular los chilenos por ius solis si son
ciudadanos y desde que cumplen las edades requeridas para los diversos cargos. Los
nacionalizados por ius sanguini y por gracia sólo tienen los derechos de la ciudadanía
(sufragio y ser elegido) si cumplen los requisitos para ser ciudadanos y, además, se
avecindan por un año en Chile. Los nacionalizados en virtud del número 3 del artículo 10
sólo podrán ejercer estos derechos transcurridos cinco años desde que están en posesión de
sus cartas de nacionalización y han cumplido los demás requisitos para ser ciudadanos
(artículo 14, inciso segundo).
Ejemplos de otros derechos que confiere la ciudadanía: ser funcionario público (ley 18.834,
cuyo texto refundido se fijó mediante El derecho fundamentalL 29, del Ministerio de
Hacienda, D.O. 16.3.2005, artículo 12) y ser funcionario municipal (ley 18.883, D.O.
23.9.1989, artículo 10), pues en ambos casos se exige ser ciudadano. Para ser vocal de
mesa, pues no pueden serlo los extranjeros (ley 18.700, D.O. 6.5.1988, artículo 40).
3. Pérdida de la ciudadanía.
Los extranjeros tienen derecho a sufragio en los casos y formas establecidos en la ley si son
mayores de dieciocho años, no han sido condenados por delito que merezca pena aflictiva y
se han avecindado por más de cinco años en Chile (artículo 14, inciso primero). Esta
residencia por cinco años puede ser anterior o posterior a la fecha en que cumple 18 años de
edad (artículo 60 de la ley 18.700).
Los casos son todas las elecciones políticas y plebiscitos, pues la ley 18.700 les permitió
inscribirse en los registros electorales. El requisito de avecindamiento por más de cinco
años en Chile se acredita mediante certificado expedido por la Gobernación respectiva.
a) Territorio electoral.
Desde el punto de vista del territorio electoral, los sistemas electorales pueden ser
clasificados en dos grupos.
Primero, el territorio electoral único o nacional, que consiste en que existe un solo territorio
electoral cuya extensión se identifica con la del territorio del Estado. Evidentemente, en
este caso la totalidad de los escaños a elegir son asignados al referido territorio electoral.
Segundo, el territorio electoral múltiple, que consiste en que el territorio del Estado se
divide en varios territorios electorales. En este caso es posible que a cada territorio electoral
se asigne un escaño (sistema uninominal), dos escaños (sistema binominal) o tres o más
escaños (sistema plurinominal).
c) Fórmula electoral.
El tercero pretende favorecer a las minorías estableciendo, por ejemplo, que cada lista
deberá presentar una cantidad de candidatos inferior a la totalidad de escaños a elegir en el
territorio electoral de que se trata. Otra posibilidad es asignar un mínimo de candidatos
electos a cada lista que supere un cierto porcentaje de votos, sin importar el número de
votos que obtenga.
Capítulo V.
Derechos fundamentales.
I. El derecho a la vida.
No resulta posible exponer aquí el extenso tratamiento dado por el Derecho internacional al
derecho a la vida, al que se asocian o vinculan una serie de derechos adicionales. Por ello se
han seleccionado aquellos más directamente vinculados con la regulación constitucional del
mismo en Chile. Por ello, y en concreto, se analizan el derecho a la vida, el aborto y la pena
de muerte, desde el punto de vista de su regulación internacional, esencialmente a la luz del
Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (adoptada en 1966 y vigente en Chile
desde 1972), y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos (adoptada en 1969 y
vigente en Chile desde 1990).
1) Sólo procede por los delitos más graves (Pacto, artículo 6.2; Convención Americana,
artículo 4.2).
2) Sólo puede aplicarse de conformidad con leyes que estén en vigor al momento de
cometerse el delito (Pacto, artículo 6.2), es decir, vigentes con anterioridad a la comisión
del hecho (Convención Americana, artículo 4.2)
3) Sólo puede aplicarse por un tribunal competente (Pacto, artículo 6.2; Convención
Americana, artículo 4.2).
6) No se puede aplicar la pena de muerte por delitos políticos ni por delitos comunes
conexos con aquellos (Convención Americana, artículo 4.4).
10) No se aplicará la pena de muerte a las mujeres en estado de embarazo (Pacto, artículo
6.5; Convención Americana, artículo 4.5).
11) No se aplicará la pena de muerte a los mayores de setenta años de edad (Convención
Americana, artículo 4.5).
1.3. El aborto.
En los tratados internacionales no hay pronunciamientos expresos respecto del aborto. Sin
embargo, hay disposiciones que se relacionan con la vida del que está por nacer.
Así, y en cuanto al momento desde el cual se debe proteger el derecho a la vida, conviene
destacar que en el caso de la Convención Americana el derecho a la vida se entiende
protegido por la ley, en general, desde el momento de la concepción. El Preámbulo de la
Convención sobre los derechos del niño, por su parte, dispone que el niño debe contar con
la <debida protección legal, tanto antes como después del nacimiento=.
Con todo, estos enunciados no pueden considerarse como un rechazo del aborto por parte
del Derecho internacional. En el caso de la Convención Americana, porque la disposición
expresa que la protección legal de la vida procede <en general= desde la concepción. Esto
da un margen a los Estados, precisamente para que puedan adoptar sus propias decisiones
respecto del aborto. Por otra parte, y en cuanto a la Convención sobre los derechos del niño,
el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas ha manifestado su interés en que los
Estados ayuden a las mujeres <a prevenir embarazos no deseados y para que no tengan que
recurrir a abortos clandestinos que pongan en peligro su vida= (Observación General N° 28,
de 2000, párrafo 11).
El artículo 19, número 1, que se refiere al derecho a la vida, incluye normas de derechos
fundamentales, algunas de las cuales conceden derechos y otras no. En particular contiene
cuatro disposiciones. La primera de ellas confiere los derechos a la vida, a la integridad
física y a la integridad síquica. La segunda, siguiendo la regulación internacional, prescribe
que la ley protege la vida del que está por nacer. La tercera manda que sólo en virtud de una
ley de quórum calificado se pueda establecer la pena de muerte. La última prohibe todo
apremio ilegítimo, lo que en Derecho internacional responde a la prohibición de torturas o
tratos inhumanos, crueles o degradantes.
<En efecto, si al momento de la concepción surge un individuo que cuenta con toda
la información genética necesaria para su desarrollo, constituyéndose en un ser
distinto y distinguible completamente de su padre y de su madre –como ha sido
afirmado en estos autos-, es posible afirmar que estamos frente a una persona en
cuanto sujeto de derecho. La singularidad que posee el embrión, desde la
concepción, permite observarlo ya como un ser único e irrepetible que se hace
acreedor, desde ese mismo momento, a la protección del derecho y que no podría
Para fundar esta firmación se apoyó tanto en la opinión de constitucionalistas chilenos (José
Luis Cea, Francisco Cumplido, Alejandro Silva Bascuñán, Humberto Nogueira y Ángela
Vivanco) como en las jurisprudencias del Tribunal Constitucional de Costa Rica y de la
Corte Suprema de la Nación Argentina. Todas estas fuentes coincidieron en sostener que la
vida humana comienza en la concepción y que desde ese momento se está frente a un ser
humano.
Conviene advertir que en este caso no se evaluó la constitucionalidad del uso o venta de la
píldora denominada Postinor II, sino la constitucionalidad del acto administrativo en virtud
del cual se disponía la distribución de este fármaco de manera gratuita a través del sistema
de redes asistenciales de los servicios de salud del Estado. Al efecto precisó el Tribunal
Constitucional en el considerando décimo de la mencionada sentencia:
El año 1995, es decir, con anterioridad a la sentencia sobre la píldora del día después, el
Tribunal Constitucional debió pronunciarse respecto del cese de la vida humana. Esto
ocurrió a propósito de la sentencia recaída en la causa rol 220, de 13 de agosto de 1995, en
la que un grupo de Senadores impugnó la constitucionalidad de la ley de transplante de
órganos que se tramitaba en el Congreso Nacional.
La pena de muerte se conserva sólo para ciertos delitos del ámbito militar en tiempos de
guerra. Así, por ejemplo, el artículo 244 del Código de Justicia Militar aplica la pena de
presidio mayor en su grado mínimo a muerte al militar que incurra en los delitos previstos
en los artículos 106, 107, 108 y 109 del Código Penal. Y castiga con presidio mayor en su
grado medio a muerte al militar que incurra en el delito del artículo 110 del Código Penal.
Artículo 106. El que indujere a una potencia extranjera a hacer la guerra a Chile.
Artículo 107. El chileno que milite contra Chile bajo banderas enemigas.
Artículo 109. El que facilite al enemigo la entrada a territorio chileno, el que entregue
ciudades, plazas, buques, almacenes, puertos o fortalezas u otros bienes pertenecientes al
Estado y de reconocida utilidad para el progreso de la guerra, ocultar soldados o espías
enemigos, etcétera.
En primer lugar, la igualdad es un valor. Esto significa que es una cualidad que se puede
predicar de ciertas realidades que, en consecuencia, son estimables o apetecibes. Al igual
que algunos valores (como la libertad) y a diferencia de otros (como la justicia) se
encuentra expresamente positivizado en la Constitución.
Por otra parte, en el Derecho internacional existe cierta confusión entre el derecho a la
igualdad y la no discriminación, al punto que algunos tribunales internacionales se refieren
a ellos como si fueran un solo derecho.
Las dos partes de esta formulación clásica tienen un problema. El primero de ellos consiste
en dilucidar qué es lo igual y qué es lo desigual. El segundo problema consiste en precisar
qué significa tratar de la misma manera y qué significa tratar de diversa manera.
Para resolver el primer problema es necesario definir qué se entiende por igualdad. Una
mejor comprensión del significado de esta última recomienda atender a la distinción
efectuada por Comanducci entre identidad, igualdad y semejanza. La expresión identidad se
utiliza cuando se está frente a dos elementos que coinciden en la totalidad de sus
propiedades. Se habla de igualdad cuando los elementos en comparación coinciden en la
totalidad de sus propiedades relevantes, sin que importe si existe coincidencia o divergencia
entre las propiedades irrelevantes. Por último, se emplea la expresión semejanza cuando los
elementos en comparación coinciden en al menos una de sus propiedades relevantes y
divergen en al menos una de sus propiedades relevantes. De este modo, lo igual y lo
desigual están determinados por las propiedades relevantes. Si los elementos coinciden en
todas ellas, entonces son iguales. Si divergen en una o más de sus propiedades relevantes,
entonces son desiguales.
La respuesta a los dos problemas permite generar una definición desarrollada o extensa del
principio de igualdad, que es la siguiente: el principio de igualdad exige tratar de la misma
manera, es decir, atribuyendo las mismas consecuencias jurídicas, a lo igual, esto es, a los
elementos que coincien en la totalidad de sus propiedades relevantes, y tratar de diversa
manera, es decir, atribuyendo diversas consecuencias jurídicas, a lo desigual, esto es, a
elementos que divergen en una o más de sus propiedades relevantes.
a) Es una expresión del ámbito deontológico y no del fáctico 10. En efecto, aquella no
describe un estado de cosas, no alude a la realidad, a cómo se presentan los hechos en el
mundo11. No nos dice si los seres humanos, las cosas o las situaciones son efectivamente
10
En similar sentido, Atienza opone la igualdad de trato (lo que aquí se ha llamado igualdad en el plano
jurídico) a la igualdad de características (lo que aquí se ha denominado igualdad fáctica). (ATIENZA, Manuel,
Introducción al Derecho, segunda reimpresión, Fontamara, México, 2003, p. 94).
11
En el mismo sentido, expresa Calsamiglia: <el principio de igualdad es un concepto normativo. Cuando
decimos que todos los hombres son iguales no estamos describiendo lo que ocurre en el mundo, que todos los
hombres tienen más o menos las mismas capacidades o el mismo talento, sin distinciones de razas o de sexos
(...). El principio de igualdad no es un principio descriptivo de la realidad social, sino que es una exigencia,
nos indica cómo deben ser los hombres en una sociedad justa= (CALSAMIGLIA, Albert, <Sobre el principio de
igualdad=, en MUGUERZA, Javier, y otros, El fundamento de los derechos humanos, Debate, Madrid, 1989, p.
98).
iguales, sino que exige tratarlas de la misma manera en cuanto son iguales y tratarlas de
diversa manera en cuanto son desiguales.
c) Es un concepto relativo. Esto significa que su aplicación está condicionada por la época
y el lugar en el que se formula. En efecto, lo que en un momento determinado fue lo
desigual, puede que en otro momento sea lo igual, y viceversa. En consecuencia, puede que
en un momento el principio de igualdad exija tratar de diversa manera a elementos que en
otro momento deban ser tratados de la misma manera. Ejemplo, hijos nacidos dentro y
fuera de matrimonio.
12
Verdugo y Pfeffer en VERDUGO MARINKOVIC, Mario, PFEFFER URQUIAGA, Emilio, y NOGUEIRA ALCALÁ,
Humberto, Derecho constitucional, tomo I, segunda edición, Jurídica de Chile, Santiago de Chile, 2002, pp.
214 y 217; y MOLINA GUAITA, Hernán, Derecho constitucional, LexisNexis, Santiago de Chile, 2006, pp. 260
y 262, coinciden en distinguir entre igualdad ante la ley e igualdad ante la justicia.
13
En este sentido, CEA EGAÑA, José Luis, Derecho constitucional chileno, tomo II, Ediciones Universidad
Católica de Chile, Santiago de Chile, 2004, p. 141; y FIGUEROA, Igualdad, cit., nota n. 19, p. 34, aunque este
último utiliza indistintamente las expresiones igualdad ante la ley e igualdad en la aplicación de la ley.
c) Igualdad y discriminación.
Pues bien, el principio de no discriminación prohíbe establecer diferencias de trato entre los
iguales. De este modo, constituiría una aplicación de la primera parte del principio de
igualdad (la igualdad por equiparación), pero bajo fórmula de prohibición. En efecto,
mientras la primera parte del principio de igualdad exige tratar de la misma manera a lo
igual, el principio de no discriminación prohíbe tratar de diversa manera a lo igual. En
consecuencia, el principio de no discriminación constituiría una aplicación o explicación de
la primera parte del principio de igualdad, pero bajo la modalidad de prohibición.
Sin embargo, en los últimos años algunos autores han comenzado a sostener que también
existe discriminación cuando se trata de la misma manera a lo desigual. Es lo que se
denomina discriminación por indiferenciación, aunque también se han empleado las
expresiones <discriminación por indiscriminación= y <desigualdad por indiferenciación 14.
Sin embargo, en este caso no se trata del principio de no discriminación, sino de un
principio que puede ser denominado de no discriminación por indiferenciación y que
prohibiría tratar de la misma manera a lo desigual. Este principio de no discriminación por
indiferenciación constituiría una aplicación o explicación de la segunda parte del principio
de igualdad (la igualdad por diferenciación), pero bajo la modalidad de prohibición.
14
Ver COBREROS (2007) pp. 71-114. La misma distinción entre estas dos clases de discriminación se puede
encontrar en FERNÁNDEZ (2001), especialmente pp. 55-57.
a) Igualdad en la ley.
b) Igual protección en el ejercicio de los derechos (artículo 19, número 3, inciso primero).
La Constitución prohíbe, en el inciso tercero del artículo 19, número 16, la discriminación
en materia laboral. Sin embargo, permite establecer diferencias de trato basadas en la
idoneidad o capacidad del trabajador, así como exigir la nacionalidad chilena o establecer
límites de edad para desarrollar ciertas actividades.
En el artículo 19, número 17, la Constitución asegura a todas las personas: La admisión a
todas las funciones y empleos públicos, sin otros requisitos que los que impongan la
Constitución y las leyes. Se trata de una disposición que establece un mandato dirigido a
quienes intervienen en los procesos de selección de postulantes a funciones o empleos
públicos. Dicho mandato ordena otorgar igual tratamiento a todos los tales postulantes, sin
considerar a su respecto más requisitos que aquellos establecidos por el ordenamiento
jurídico. La disposición supone, por cierto, que las normas de dicho ordenamiento son
igualmente respetuosas del principio de igualdad, es decir, que tratan de la misma manera a
lo igual y de diversa manera a lo desigual.
e) Igual tratamiento del Estado en materia económica (artículo 19, número 20).
6. El juicio de igualdad.
Las propiedades deben ser relevantes, pero no en abstracto, sino por referencia a un
determinado tratamiento. Así, por ejemplo, no interesa la propiedad consistente en tener
nacionalidad chilena en sí misma, sino para efectos de determinar si se le otorgará el
derecho a sufragio o el derecho a trabajar en Chile. De este modo, las propiedades son
relevantes o irrelevantes en relación con un determinado tratamiento, es decir, con relación
a determinadas consecuencias jurídicas. El juicio de igualdad no consiste, por tanto, en
analizar si una cierta propiedad es relevante en sí misma, sino en relación con ciertas
consecuencias jurídicas.
El juicio de igualdad exige, por tanto, atender a las propiedades de los elementos en
comparación y considerarlas respecto de un tratamiento específico. Para este efecto es
necesario atender a las razones que se aducen para formular un juicio de relevancia. De este
modo, una propiedad será relevante para un determinado tratamiento si existen razones que
lo justifiquen y, por el contrario, será irrelevante si existen razones que justifican esta otra
opción. Por tanto, se está en presencia de un problema de argumentación.
Ahora bien, como el juicio de igualdad es siempre una evaluación del tratamiento otorgado
a pares en comparación, la identificación de las propiedades y del tratamiento debe hacerse
considerando cuáles son los pares en comparación. Por ejemplo, si a una persona no la
dejan entrar en un bar por ser menor de edad y a otra sí por ser mayor de edad, entonces la
propiedad relevante para la diferencia de trato es la edad. Si a un varón le permiten entrar y
a una mujer no se lo permiten, entonces la propiedad relevante es el sexo. En ambos casos
se está considerando algo que es discutible si se debe considerar o no para efectos del
tratamiento en cuestión.
Uso de un motel por una pareja de lesbianas. Tanto el dueño del motel como las lesbianas
que alegan discriminación están de acuerdo en el derecho de las parejas homosexuales de
utilizar moteles. No obstante, discrepan respecto de si pueden utilizar el mismo motel que
las parejas heterosexuales o si deben utilizar exclusivamente moteles para parejas
homosexuales.
La prohibición de la discriminación se aplica en dos sentidos. Por una parte, para evitar
diferencias de trato en el disfrute de derechos estatuidos por los instrumentos
internacionales. En tal caso, los requisitos de una discriminación son tres: diferencia de
trato, falta de criterios razonables y objetivos, y afectación en el disfrute de derechos
estatuidos en tratados internacionales. Por otra parte, para evitar injustificadas diferencias
de trato en cualquier ámbito, sin referencia a otros derechos. En tal caso los requisitos de
una discriminación son dos: diferencia de trato y falta de criterios razonables y objetivos.
Así lo han establecido el Comité de Derechos Humanos, el Comité de Derechos
Económicos, Sociales y Culturales y la Corte Interamericana.
15
Artículo 2 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo 2 del Pacto, artículo 1 de la
Convención Internacional sobre la eliminación de todas las formas de discriminación racial, artículo 1 de la
Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer, artículo 2 de la
Convención de los derechos del niño y artículo 2 de la Convención sobre los derechos de las personas con
discapacidad.
16
Artículo II de la Declaración Americana de los derechos y deberes del hombre y artículos 1 y 24 de la
Convención Americana.
17
La expresión propiedades es utilizada en ALEXY (2001) pp. 384 y ss.
Se trata de la ley 19.253, de 1993, que establece normas sobre protección, fomento y
desarrollo de los indígenas, y crea la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena.
18
El término características es empleada en COMANDUCCI (1999) pp. 84 y ss.
19
La palabra rasgos es utilizada en RUBIO (1991) pp. 9-38.
20
Las expresiones <condición= y <condición social= son las habitualmente empleadas en el Derecho
internacional de los derechos humanos. Al respecto ver, por ejemplo, el artículo 2 de la Declaración Universal
de Derechos Humanos, los artículos 2 y 26 del Pacto, el artículo 2 de la Convención de los derechos del niño
y los artículos 1 y 24 de la Convención Americana.
21
En este mismo sentido, la Corte Constitucional colombiana ha explicado en la sentencia T-1258/08, de 15
de diciembre, párrafo 4.1.3, que a estas propiedades o condiciones se les ha dado el nombre en la doctrina
constitucional contemporánea de <categorías sospechosas=, porque han estado ligadas históricamente a
prácticas discriminatorias. Ver Henry Páez Guzmán c. Corte Constitucional y Sala Administrativa del
Consejo Superior de la Judicatura, rol T-1258/08 (2008).
22
Corte Interamericana de Derechos Humanos (2003) párrafo 101. Similar doctrina se puede encontrar en
Corte Interamericana de Derechos Humanos (2012) párrafo 79 y Corte Interamericana de Derechos Humanos
(2010) párrafo 269.
El día 04 de Noviembre de 1998 se apela en contra de este fallo para que conozca de ella,
la Corte de Apelaciones de Temuco; la cual, en sentencia de 08 de Septiembre de 1999,
revoca la resolución de primera instancia, declarando que se hace lugar a la querella y
condena a la querellada como autora de la falta contemplada en la Ley Indígena. El fallo
del Tribunal señala que <ha quedado demostrado que la querellada, caprichosa e
irracionalmente, se negó a conceder el beneficio de los viáticos a la ofendida,
encontrándose tal negativa fundada en la calidad de indígena de ésta, lo cual constituye
una discriminación manifiesta e intencionada en razón del origen y cultura de la
querellante=. Que, lo anterior vulnera, no sólo lo dispuesto por el artículo 8 de la Ley
Indígena, sino además derechos esenciales consagrados en la Constitución Política chilena
como en otros instrumentos internacionales, ratificados por Chile y de rango
Constitucional, conforme lo señala el Tribunal.
El Código del Trabajo, cuyo texto refundido, coordinado y sistematizado fue fijado por el
decreto con fuerza de ley 1, de 2002, del Ministerio del Trabajo y Previsión Social,
contiene una definición de discriminación laboral, una exigencia de igual remuneración por
igual trabajo y un procedimiento judicial relativo a la igualdad.
1) Definición de igualdad. El artículo 2° del Código del Trabajo (2002) prescribe que <Los
actos de discriminación son las distinciones, exclusiones o preferencias basadas en motivos
de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión política, nacionalidad,
ascendencia nacional u origen social, que tengan por objeto anular o alterar la igualdad de
oportunidades o de trato en el empleo y la ocupación=.
remuneraciones entre personas del mismo sexo. Segundo, durante la tramitación del
proyecto de la ley 20.348, que incorporó el artículo 62 bis en el Código del Trabajo, se
explicitó que la comparación sólo se debe hacer al interior de cada empresa y no con otras
empresas o con el mercado en general. Por último, se debe destacar que no se aplica esta
norma en caso de existir diferencias de capacidad, idoneidad, calificación, responsabilidad
o productividad.
El artículo 17 de esta ley establece lo siguiente: <Prohíbese todo acto de discriminación que
se traduzca en exclusiones o preferencias basadas en motivos de raza, color, sexo, edad,
estado civil, sindicación, religión, opinión política, ascendencia nacional u origen social
que tengan por objeto anular o alterar la igualdad de oportunidades o trato en el empleo=.
En los últimos años se han presentado diversos reclamos ante la Contraloría General de la
República acusando prácticas discriminatorias. Sin embargo, en general ellas no han tenido
acogida por estimar el órgano contralor que se ha actuado conforme a la legislación vigente
sin incurrir en discriminación.
Así, por ejemplo, el 2011 un médico reclamó porque en un llamado a concurso para
proveer un cargo en un establecimiento hospitalario del norte del país se exigió que los
postulantes, de preferencia, tuvieran la especialidad de pediatría. La Contraloría estimó que
dicho requerimiento respondía a la necesidad de prestar un mejor servicio y resultaba
coherente con la autorización constitucional del artículo 19, número 16, de establecer
diferencias basadas en la idoneidad o capacidad de los trabajadores.
El año 2010, por su parte, una persona que obtuvo el título de abogado en Salamanca,
España, alegó que el Ministerio de Relaciones Exteriores no le había reconocido su título
para ejercer en Chile como abogado, pese a que existe un tratado en tal sentido entre Chile
y España. La Contraloría advirtió que la negativa del Ministerio se justificaba en que el
título no venía certificado en la forma establecida por la ley para dar fe de su autenticidad,
por lo que no se había incurrido en discriminación.
La ley 19.496 (1997) dispone en su artículo 3°, letra c) que es un derecho básico del
consumidor no ser discriminado arbitrariamente por proveedores de bienes y servicios.
b) El 10 de agosto del 2006 un grupo de personas con síndrome de Dawn y dos educadoras
diferenciales, integrantes todos de una compañía de teatro, solicitaron atención en un bar y
restaurante de Ñuñoa. Se les negó la atención aludiendo que eran menores de edad y que si
no exhibían sus cédulas de identidad no se les atendería. Los clientes alegaron que eran
mayores de edad y que sólo consumirían bebidas no alcohólicas y comida. La Corte
Suprema, revocando el fallo de la Corte de Apelaciones de Santiago que había confirmado
la de primera instancia, sostuvo que sí había existido discriminación, pues el local no sólo
expendía alcohol, sino también bebidas no alcohólicas y comida, de modo que antes de
negar la atención debía consultar a los clientes qué deseaban consumir. Por lo demás, había
otros clientes con sus hijos que sí eran atendidos.
La ley 20.422, de 2010, que establece normas sobre igualdad de oportunidades e inclusión
social de personas con discapacidad, define en su artículo 6°, letra a), la discriminación de
la siguiente manera: Toda distinción, exclusión, segregación o restricción arbitraria fundada
en la discapacidad, y cuyo fin o efecto sea la privación, perturbación o amenaza en el goce
o ejercicio de los derechos establecidos en el ordenamiento jurídico.
Esta ley contra la discriminación trata fundamentalmente cuatro cosas. En primer lugar el
mandato al Estado de establecer políticas para que todas las personas disfruten de sus
derechos sin discriminación. En segundo lugar hay un concepto de discriminación. En
tercer lugar, se establece una acción judicial a favor de las personas que han sido víctimas
de discriminación. Por último, se establece una agravante de la responsabilidad penal para
quien ejecute el delito en considración a alguna de las propiedades o características de la
víctima que la misma ley señala.
Luego la ley 20.609 añade lo siguiente: <Se considerarán razonables las distinciones,
exclusiones o restricciones que, no obstante fundarse en alguno de los criterios
El primero es que exige, para que exista discriminación, tres requisitos: una distinción,
exclusión o restricción, que dicho trato carezca de justificación razonable y que dicho trato
produzca una privación, perturbación o amenaza en el legítimo ejercicio de derechos
fundamentales. Esto difiere de la acción constitucional de protección, que sólo exige los
dos primeros requisitos. En consecuencia, la acción establecida por la ley pone exigencias
adicionales a quien la utiliza, respecto de la acción constitucional, al incrementar los
aspectos que debe comprobar. Por tanto, resulta preferible utilizar la segunda.