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El origen y

concepto de la
palabra trabajo
Año: 2022.

Profesor: Ruben N. Sykora

VALENTINO IAPOZZUTO
6°A Aeronáutica.
Tema: “El origen y concepto de la palabra trabajo”-

Los primeros contenidos a trabajar son “El origen y concepto de la palabra


trabajo” y “El derecho del Trabajo”.

Al respecto vale mencionar que nos referimos al trabajo como una ocupación
retribuida, una labor a cambio de la cual se recibe una compensación en dinero y, por el
origen etimológico de la palabra, refiere a un esfuerzo del ser humano.

Trabajar constituye un derecho fundamental del ser humano y como tal debe ser
respetado por todos. Desde el Derecho, la sociedad plantea reglas para dirigir lo recursos
humanos. En particular, desde el Derecho del Trabajo se pretende regular las relaciones
entre los involucrados en las relaciones laborales (empleadores, empleados, sindicatos,
entre otros).

Todo trabajador necesita el amparo de una ley que le otorgue derechos, lo proteja
de los abusos que se puedan realizar y establezca obligaciones.

En las últimas décadas del siglo XIX y en las primeras del siglo XX, todas las
legislaciones ampliaron las normas de protección a los trabajadores, buscando controlar,
humanizar o dignificar la relación de trabajo. Es así que surgió el derecho del trabajo
como materia con autonomía propia.

Con este trabajo trataremos de ahondar en estos temas. Les propongo entonces
que, buscando en libros que tengan en casa o bien con la vasta información que
encontrarán en distintas plataformas virtuales, pongan manos a la obra en esta actividad
que desarrollarán en sus carpetas y entregarán una vez retomemos la actividad áulica.

ACTIVIDADES:

1. ¿Cuál es el origen de la palabra trabajo?

2. Investiga y sintetiza la evolución del trabajo a lo largo de la historia (desde las


primeras etapas de la humanidad, la esclavitud, la Edad Media, la Rev. Industrial, el rol
de la tecnología, la globalización, llegando hasta nuestros días).

3. Investiga y sintetiza cuáles son las fuentes del Derecho del Trabajo en la Argentina.
1. ¿Cuál es el origen de la palabra trabajo?

Según la Real Academia Española la palabra trabajar deriva del latín tripaliāre,
que a su vez significa torturar. De allí deriva el latín tardío tripalium traducible a
“instrumento de tortura compuesto de tres maderos”.

En las diferentes culturas y comunidades el trabajo es tomado desde diversas


miradas, una de ellas es la definición de trabajo que propone la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), el cual lo define como todas las actividades llevadas a
cabo por el ser humano, tanto sean con remuneración o no. Mediante este se producen
bienes o servicios. Esto requiere de nuestro esfuerzo, tanto físico como mental.

2. Investiga y sintetiza la evolución del trabajo a lo largo de la historia (desde las


primeras etapas de la humanidad, la esclavitud, la Edad Media, la Rev.
Industrial, el rol de la tecnología, la globalización, llegando hasta nuestros
días).

Podemos iniciar este trayecto de la evolución del trabajo desde el Paleolítico,


donde el hombre nómade se trasladaba en busca de los medios necesarios para subsistir.
Aquí no se distinguía el trabajo de la vida cotidiana, debido a que se utilizaba todo su
tiempo en actividades de recolección, pesca y caza. En este periodo, el trabajo pasa de ser
individual a grupal, colaborativo. Todos los miembros de la familia y/o clan, participaban
de ella. La división jerárquica se basaba en la experiencia y antigüedad de sus miembros.
Era una sociedad igualitaria, sin clases sociales. Las tareas se repartían de manera
solidaria, al igual que el fruto del trabajo.

En el Mesolítico la caza y la recolección siguieron siendo básicas para la


supervivencia humana. La caza se especializó en unas pocas especies, intensificándose y
la recolección se organizó y se convirtió en forrajeo organizado.

En algunas regiones, los nómadas se fueron transformando en semisedentarios.


Poseían diversas herramientas rudimentarias para cosechar y elaborar cereales
panificables. Luego, se comenzaron a fabricar el arco y las flechas para facilitar el trabajo.

En el periodo Neolítico, iniciaron las actividades de agricultura y ganadería. Este


adelanto le permitió al ser humano poder controlar los recursos alimentarios, lo posibilitó
que dejara de ser nómade y se volviese sedentario.
Además, se comenzó a trabajar el barro para moldear vasijas donde cocinaban y
guardaban alimentos.

Luego vino la Edad de los metales, en donde se comenzó a trabajar con estos
materiales. Primero se utilizó el cobre para hacer adornos y armas, luego se utilizó el
bronce que era un metal más resistente y más tarde el hierro. Con esos metales se hicieron
cuchillos, vasijas, armas, etc.

A partir de la Edad Antigua, surgieron las primeras aldeas y más tarde las
ciudades dando comienzo al proceso de urbanización. Florecieron civilizaciones como la
Sumeria, Egipto, las védicas en la India, la China, Grecia, Roma, el Imperio Aqueménida
en Persia, entre muchas otras. Aparece el poder político y se constituyen los primeros
gobiernos monárquicos, con lo cual nacen el Estado, el derecho y la ley. Se definen
conceptos sociopolíticos como la ciudadanía y libertad personal. Se desarrollan las
grandes religiones como la budista y la judaico-cristiana.

Se forman las jerarquías y la estratificación social. Con esto el poder, la riqueza y


el conocimiento se comienzan a distribuir desigualmente entre los miembros de la
sociedad. Esto trajo consigo los primeros impuestos y tributos.

Además, en este periodo se llevó a cabo el comercio a larga distancia.

Por otra parte, se establece la prestación de trabajo obligatorio denominado


esclavitud. Este era un modo de producción que consistía en el trabajo manual realizado
por esclavos. También fue la primera relación de dependencia laboral.

Los esclavos eran considerados como una cosa, sin derecho, que servía a la
nobleza para realizar los trabajos más sucios y pesados. Eran obligados a trabajar en tareas
militares o civiles, como mano de obra para trabajos de construcción, ingeniería o
agricultura. También era común su utilización para el servicio doméstico. Eran personas
capturadas en la guerra, compradas en el extranjero, sancionadas penalmente o que caían
en esa condición por el impago pago de sus deudas.

Los considerados trabajadores en este periodo eran los soldados y generales, los
comerciantes, los artesanos, los campesinos y los esclavos.

En la Edad Media se desarrolla el feudalismo, un sistema de gobierno y de


organización económica, social y política basada en una serie de lazos y obligaciones que
vinculaban a los señores feudales sus vasallos.
Los señores eran los dueños de la tierra y el capital, por lo cual necesitaban de los
vasallos o siervos que contribuían con su trabajo para la producción principalmente
agrícola y ganadera. A cambio de este trabajo los señores feudales entregaban a los
vasallos protección y un porcentaje de la producción. Existía una división social entre
señor y siervo. Los siervos además del trabajo campesino trabajaban para particulares y
para la iglesia, pero los señores feudales eran sus dueños absolutos.

Los principales lugares de producción eran la tierra y el taller. El lugar central de


la comunidad eran los feudos.

Se difundieron las corporaciones que reunía a personas con un mismo oficio o que
ejercían la misma actividad comercial, con el objetivo de establecer las normas a las que
se sometía el ejercicio de sus prestaciones.

Existía autarquía económica sistema económico en el que un estado se abastece


con sus propios recursos, evitando en lo posible las importaciones.

La influencia creciente del clero que se convierte en un factor dominante en la


vida social, política y económica. En este periodo las religiones pasaron a ser
principalmente monoteístas.

En la etapa siguiente, la Edad Moderna, aparece el Racionalismo. La religión deja


de ser la base de la comprensión y explicación del mundo, y en su lugar la ciencia se
instaura como discurso legitimador. El mito es reemplazado por la razón. La subjetividad,
base de la racionalidad, se vuelve central. La reflexión individual posibilita la crítica, a
través de la estructura de la autorrealización.

Empiezan a delimitarse estructuras político-territoriales similares a las que existen


actualmente. Un Estado nación tiene un territorio delimitado, una población constante
(aunque existan los fenómenos migratorios) y un gobierno definido.

La Modernidad trae consigo la división del poder en tres instituciones


diferenciadas el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial.

La llegada de Colón a América es uno de los desencadenantes de la Modernidad,


pero a la vez es uno de sus síntomas. El viaje en gran medida fue posible debido a que
gracias al cálculo científico se demostró que la Tierra no era plana. Además, esta colosal
travesía fue motivada por fines de expansión comercial. El hallazgo de un continente
desconocido por Europa permitió la explotación de nuevos territorios y mano de obra
esclava y gratuita, siendo la base para desarrollos económicos posteriores.

El cambio de una sociedad rural a una sociedad industrial fue paulatino, pero no
por eso menos decisivo. La producción aumentó a través de la organización y división
del trabajo en insipientes fábricas. La invención y fabricación de máquinas comienzan a
reemplazar lentamente al trabajo manual. Aparecen nuevos sectores sociales los
empleadores y los asalariados. A consecuencia de esto las ciudades comienzan a
desarrollarse.

En cuanto a la religión en este periodo tiene cabida la Reforma Protestante.

En el arte y el pensamiento, se busca el conocimiento en el pasado remoto (la Edad


Antigua), y no en el pasado próximo (la Edad Media).

Llegada la Revolución Industrial, se genera un proceso de transformación


económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el
Reino de Gran Bretaña, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió
el mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia
de la humanidad desde el Neolítico.

Se pasó desde una economía rural basada fundamentalmente en la agricultura y el


comercio a una economía de carácter urbano, industrializada y mecanizada. Marca un
punto de inflexión en la historia, modificando e influenciando todos los aspectos de la
vida cotidiana de una u otra manera.

La producción tanto agrícola como de la naciente industria se multiplicó a la vez


que disminuía el tiempo de producción. A partir de 1800 la riqueza y la renta per cápita
se multiplicó como no lo había hecho nunca en la historia, pues hasta entonces el PIB per
cápita se había mantenido prácticamente estancado durante siglos. A partir de este
momento se inició una transición que acabaría con siglos de una mano de obra basada en
el trabajo manual y el uso de la tracción animal, siendo estos sustituidos por maquinaria
para la fabricación industrial y para el transporte de mercancías y pasajeros. Esta
transición se inició hacia finales del siglo XVIII en la industria textil, así como en lo
relacionado con la extracción y utilización de carbón.

La expansión del comercio fue posible gracias al desarrollo de las


comunicaciones, con la construcción de vías férreas, canales, y carreteras. El paso de una
economía fundamentalmente agrícola a una economía industrial influyó sobremanera en
la población, que experimentó un rápido crecimiento sobre todo en el ámbito urbano.

La introducción de la máquina de vapor de James Watt (1769) en las distintas


industrias, fue el paso definitivo en el éxito de esta revolución, pues su uso significó un
aumento espectacular de la capacidad de producción. Más tarde, el desarrollo de los
barcos y de los ferrocarriles a vapor, así como el desarrollo en la segunda mitad del XIX
del motor de combustión interna y la energía eléctrica, supusieron un progreso
tecnológico sin precedentes.

Como consecuencia del desarrollo industrial nacieron nuevos grupos o clases


sociales encabezadas por el proletariado (los trabajadores industriales y campesinos
pobres) y la burguesía, dueña de los medios de producción y poseedora de la mayor parte
de la renta y el capital. Esta nueva división social dio pie al desarrollo de problemas
sociales y laborales, protestas populares y nuevas ideologías que propugnaban y
demandaban una mejora de las condiciones de vida de las clases más desfavorecidas, por
la vía del sindicalismo, el socialismo, el anarquismo y el comunismo.

Llegamos así a la Época Contemporánea, periodo que se conoce desde la


Declaración de la Independencia de Estados Unidos o la Revolución Francesa, hasta la
actualidad. Durante esta etapa, la humanidad experimentó un amplio desarrollo en sus
diversas áreas como la ciencia, el arte, la política, la economía, la tecnología, etc.). Es un
período marcado por las revoluciones, conflictos bélicos y en el que el método científico
adquiere gran nivel de importancia. Existe una disputa entre las grandes potencias por el
territorio y sus zonas de influencia.

Entre sus desarrollos en la economía se pueden distinguir la imposición de la


industrialización y con ella el capitalismo. El uso intensivo del capital, basada en la
manufactura de máquinas, mano de obra especializada y la industria en general. Esto hizo
que se desplegaran nuevas formas de trabajo. Se incrementan los niveles de productividad
provocando una búsqueda de nuevas fuentes de materias primas y nuevas fuentes de
energía. El consumo y el medio de trasporte se revolucionan y desarrollan nuevamente.

Se da una expansión de la economía de los estados capitalistas. Aparece lo


globalizado, el carácter internacional.
Hay un desarrollo de las actividades bancarias, que facilitan los créditos, las
operaciones a plazo, el uso de las letras de cambio, el sistema de cuentas corrientes, de
hipotecas, el uso de cheques de gerencia y de cheques viajeros, etc.

Además, se enfatizan las diferencias que hay de un país a otro en cuanto a la


existencia de materia prima y a su capacidad como productor.

Y, por último, podemos mencionar que el respeto de las libertades de emprender,


libertad de empelo y de intercambio.

3. Investiga y sintetiza cuáles son las fuentes del Derecho del Trabajo en la
Argentina.

Las fuentes del Derecho del Trabajo es la base por la que se originan las normas
que reglan las relaciones laborales.

Están las fuentes reales o materiales, que son los hechos de la realidad o intereses
sectoriales que determinan que se dicten las normas laborales. Son metas jurídicas o
sociológicas.

Con respecto a las fuentes formales, estas son normas propiamente dichas, que
nacen en consecuencia de fuentes materiales, para reglar en el marco jurídico los deberes
y derechos de las partes, y las partes se podrán amparar en ellas para realizar el reclamo
judicial ante si violación.

Ahora bien, en Argentina, las fuentes formales del Derecho Laboral son:

- Constitución Nacional, (incluye los derechos sociales a partir de la reforma de 1956).


- Los Tratados Internacionales, a partir de su reforma de 1994, forma parte del Derecho
Interno automáticamente cuando son suscriptos y ratificados por el Estado.
- Las leyes dictadas por el Congreso Nacional.
- Los convenios colectivos y los laudos con fuerza de tales.
- Las leyes provinciales.
- La voluntad de las partes.
- Los usos y costumbres, cuando la ley se remita a ellos.
- La doctrina de los autores.
- La jurisprudencia.
Bibliografía:

- Organización Internacional del Trabajo. (2004). ¿Qué es el trabajo decente?


Recuperado de: https://www.ilo.org/americas/sala-de-
prensa/WCMS_LIM_653_SP/lang--
es/index.htm#:~:text=El%20Tesauro%20de%20la%20Organizaci%C3%B3n,sustent
o%20necesarios%20para%20los%20individuos.
- Real Academia Española. (s.f). Trabajo. Recuperado de: https://dle.rae.es/trabajo.
- La Guía. (3 de noviembre de 2010). Fuentes del derecho del trabajo. Recuperado de:
https://derecho.laguia2000.com/derecho-laboral/fuentes-del-derecho-del-trabajo.

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