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Reimaginar la autoría: la desapropiación

según Cristina Rivera Garza*


Francisco Estrada Medina
University of Houston

Resumen

Siguiendo muy de cerca a la pensadora norteamericana Marjorie


Perloff y su trabajo seminal Unoriginal Genius: Poetry by Other
Means in the New Century (2010), Cristina Rivera Garza pu-
blica en el 2013 Los muertos indóciles. Necroescrituras y des-
apropiación. Además de trasladar al contexto hispanohablante
las reflexiones de Perloff sobre la escritura en la era digital, la
aportación más brillante de Rivera Garza es la del concepto de
desapropiación. Analizando tendencias literarias que se cargan
decididamente hacia las prácticas de apropiación escritural —a
las que ambas pensadoras agrupan bajo la etiqueta de estéticas
citacionistas—, Cristina Rivera Garza nos advierte sobre el peli-
gro de aterrizar de nueva cuenta en el culto excesivo al autor y
las implicaciones políticas que esto conlleva. Para reimaginar el
concepto de autoría, para traspasar sus fronteras, Rivera Garza
nos ofrece la desapropiación: una forma de “desposeerse del
dominio sobre lo propio” a través de la escritura en coautoría.
El objetivo, entonces, sería escapar del circuito de la propie-
dad privada; intentar modificar, aunque sea levemente, las ló-
gicas imperantes de acumulación excesiva de capital cultural
y económico. Aquí propongo una lectura de los supuestos que
sustentan la desapropiación con el propósito de ensanchar la
discusión, argumentando con especial énfasis que las licen-
cias copyleft de distribución comercial —utilizadas en México
por libros como Antígona González, de Sara Uribe— son un
siguiente paso lógico para la desapropiación y, sobre todo, una
medida eficaz en sintonía con las preocupaciones estéticas y
políticas de Rivera Garza.

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Lf 42.2 Cluster: Cristina Rivera Garza

E l nombre de Cristina Rivera Garza


se asocia normalmente con una no-
table obra como prosista de ficción, y
dos supuestas partes a la escritora —de
un lado, estaría la narradora; del otro, la
pensadora— resulta conveniente y útil,
no es para menos. Prolífica escritora, pero no deja de ser una operación im-
el recuento de su bibliografía y de sus precisa. En realidad, estas “dos caras”
premios resulta casi innecesario de tan no están disociadas una de la otra como
conocido. Ante los despistados o recién podría parecer en una primera instan-
llegados, basta decir que ha recibido el cia; más que ser facetas irreconciliables,
Premio Roger Caillois (2013) y el Premio la corta distancia que hay entre las dos
de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz las convierte prácticamente en una sola.
en dos ocasiones (2001 y 2009), y que en- Desde esta perspectiva, referirse a la for-
tre sus obras más conocidas se encuen- mación de Cristina Rivera Garza como
tran Nadie me verá llorar (1999), La muerte académica no es un gesto accesorio, útil
me da (2007) o Verde Shanghai (2011). Difí- como relleno para solapas de libros o in-
cil sería rebatir que Rivera Garza es, des- troducciones de artículos. Se explica así,
de hace años, una de las figuras centrales al menos de manera parcial, su acerca-
en el panorama de las letras mexicanas miento especialmente crítico a la escritu-
en el siglo xxi. ra. Esta voluntad crítica no surge sólo de
Sin ser tan ampliamente visible la potencia de su propio pensamiento,
como su trabajo narrativo, existe también sino que está informada también por el
otra parte de la obra de Rivera Garza: me rigor intelectual de cierta tradición de la
refiero a su producción como pensado- academia. Rivera Garza es, a todas luces,
ra, construida a partir de reflexiones ri- hiperconsciente de su quehacer como es-
gurosas tanto sobre la escritura como, de critora, y procura tensar sus inquietudes
manera más importante, sobre su propio estéticas con una serie de conversacio-
momento histórico. Desde hace aproxi- nes, presentes y pasadas, provenientes
madamente cinco años, esta otra cara de la filosofía, la historia o la sociología.
suya ha ganado notoriedad. Aunque Estas páginas no son el mero regis-
“La mano oblicua” —la columna que tro de las incursiones intelectuales de
mantuvo en el diario Milenio del 2006 al Rivera Garza; mi propósito no es com-
2013— fue el primero de los escenarios pletar el mapa de la historia literaria
en el que avanzó destellos breves de su personal de un autor. Lo que me intere-
pensamiento innovador, los dos hitos sa enfatizar es la relevancia actual de sus
de su trabajo ensayístico aparecieron en aportes teóricos, mostrar que merecen
forma de libros: primero, en el 2011, Do- ser evaluados, discutidos, ampliados en
lerse. Textos desde un país herido y poste- nuestro presente. Son, por desgracia, tan
riormente Los muertos indóciles. Necroes- relevantes puesto que el momento histó-
crituras y desapropiación en el 2013, al que rico del que surgen y al que se dirigen
considero su punto más alto. Es ésta, su no ha sido superado. Aún vivimos en el
faceta de pensadora, la que me interesa México violento de principios del siglo
discutir. xxi, en el país de la llamada guerra con-
En honor a la verdad, y para evitar tra el narcotráfico.
los facilismos de algunas fórmulas re- El objetivo central de esta excur-
tóricas, habría que decir que dividir en sión por el trabajo de Rivera Garza es

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Reimaginar la autoría

comentar, desde frentes distintos, la que esta misma zona de pensamiento hacia
considero su aportación más brillante: el las relaciones entre estética y política.
concepto de desapropiación. Surgida de Aunque podría parecer que Los muertos
las preocupaciones tanto estéticas como indóciles es una simple transposición de
políticas de la autora, la desapropiación Unoriginal Genius, puesto que sigue un
fue conceptualizada formalmente en Los trazado muy similar y desarrolla la ma-
muertos indóciles, y algunos ejemplos de yoría de los temas tratados por Perloff,
su puesta en práctica se encuentran en la desviación principal, su aporte verda-
dos de los libros de Rivera Garza publi- dero, está en aterrizar esas reflexiones en
cados en el 2015: la reedición de Dolerse. el contexto de la violencia del México de
Textos desde un país herido —acompañado principios del siglo xxi.
de su complemento, Con/Dolerse— y el Interesada de manera principal en
poemario La imaginación pública. lo que, siguiendo a Perloff, ha denomi-
Mi intuición principal es que el nado estética citacionista, Rivera Garza
concepto de desapropiación no ha sido agrupa bajo este término aquellas obras
agotado, y encuentro que su relevancia para las que la creación de material ori-
depende también de este hecho. Para ginal no es relevante; su interés está más
evitar la trampa de la obviedad cuando bien en la recontextualización y mani-
se analiza la obra de escritores hiper- pulación de objetos (verbales o visuales)
conscientes, no pretendo traer a cuento preexistentes. A través de estrategias de
los fragmentos que la autora ya ha cita- apropiación textual como la copia, la in-
do tal vez de manera más atinada en su tervención, el reacomodo o el tachado,
propia obra —desde Adriana Cavarero estas obras ponen de manifiesto un prin-
hasta Judith Butler o Jacques Rancière—. cipio fundamental de la escritura —y,
Mi apuesta es más bien pensar en con- por extensión, de la cultura entera—:
junto, en común, con Rivera Garza. Con todo texto, en mayor o menor medida,
Los muertos indóciles como ancla, propon- surge de un proceso de reescritura. Nin-
go una lectura del estado de la desapro- guna producción humana se crea ex nihi-
piación y sus posibles caminos. lo, como lo demuestra Jonathan Lethem
en su famoso ensayo “Contra la origi-
Apropiaciones y autorías nalidad o el éxtasis de las influencias”,
un texto argumentativo armado casi ex-
En Los muertos indóciles. Necroescritu- clusivamente de citas que desmonta de
ras y desapropiación, Rivera Garza presen- manera práctica y convincente las ideas
ta algunas de sus provocaciones intelec- modernas sobre la originalidad. Si Rive-
tuales más sugerentes. Siguiendo muy ra Garza afirma que “un texto citacionis-
de cerca a la pensadora norteamericana ta descree, fundamental y radicalmente,
Marjorie Perloff y su trabajo seminal del concepto de originalidad” (Los muer-
Unoriginal Genius: Poetry by Other Means tos 81) no significa que estas estrategias
in the New Century (2010), Rivera Garza, de apropiación no admitan el empleo de
en este libro atípico en su bibliografía, no una sensibilidad particular o el trabajo
sólo traslada al contexto hispanohablan- arduo o la investigación. Lejos de actitu-
te las reflexiones de Perloff sobre la es- des iconoclastas per se, este escepticismo
critura en la era digital, sino que amplía sobre la originalidad tiene el propósito

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de cuestionar el alto valor social que se del caso)” (Los muertos 241). En contra
le otorga tanto a la originalidad como de la concepción de la escritura como
a la autoría, preguntarse si la forma en un acto exclusivamente personal, esta
la que se les retribuye es excesiva en postura pone de manifiesto el hecho de
ocasiones, incluso cometiendo ciertos que incluso la escritura individualísima
abusos como restringir la circulación —en apariencia labrada con el sudor y
de productos culturales o propiciar una el genio de una sola persona— también
distribución desigual de la riqueza. se vale del trabajo de los demás. Entre
Para comenzar el desmontaje de acuerdos, imposiciones y forcejeos lin-
los privilegios del autor en Occidente, güísticos previos, tanto hablantes vivos
Rivera Garza da en el clavo al pregun- como muertos han contribuido al estado
tarse quién ostenta la propiedad sobre en el que se encuentra cierta lengua an-
cualquier lengua (Los muertos 40). Se tes de que el escribiente se decida a utili-
pueden esgrimir pocos argumentos que zarla y, a través de su uso, la modifique
contravengan la idea de que la lengua es o la deje intacta.
la materia principal de la escritura. Por
más que existan realizaciones personalí- Todavía la propiedad privada
simas de cada idioma (orales o escritas)
que en ocasiones nos permiten incluso Por más que la apropiación sea una
distinguir a un individuo de los otros, buena forma de poner de manifiesto al-
la lengua es un sistema compartido, gunos excesos de la cultura —que a su
modificado constantemente de manera vez se transforman en excesos socioeco-
colaborativa. Nadie, por lo tanto, debe nómicos—, también hay que decir que,
detentar la propiedad exclusiva y abso- evaluadas desde el terreno político, las
luta sobre ella. La propuesta es, en pocas estrategias de apropiación de las que se
palabras, comenzar a ver la lengua como valen las estéticas citacionistas tienen un
un bien común, no como la propiedad punto ciego. Rivera Garza nos advierte
privada de una persona (ya sea física o sobre los riesgos de aterrizar de nueva
corporativa). cuenta en el culto excesivo al autor y las
Una vez modificada nuestra idea implicaciones económicas y políticas
sobre la materia prima, aceptada la na- que esto acarrea:
turaleza comunal y colaborativa de las el apropiacionista, es decir, el que
lenguas, nuestros conceptos imperantes vuelve propio lo ajeno, todavía no es-
de la escritura y su práctica también de- capa, acaso en muchos casos todavía
berán ajustarse. Rivera Garza nos invi- ni se plantea escapar, de los procesos
ta a dejar de creer que “todo lo que se de circulación del capital que facilita y
hace dentro del verbo escribir se hace es facilitado a su vez por la misma no-
ción de una autoría genial y solitaria,
en solitario o sentado o dentro de una
es decir, desconectada del quehacer
torre de marfil. Acaso no fuera mala
de la comunidad. […] El autor como
idea del todo recordar y recordarnos DJ, el autor sampleador (de caminos),
que utilizamos en la escritura un len- el autor que mezcla: todos nuevos
guaje prestado, es decir, un lenguaje estereotipos románticos, si no es que
que es de todos y que, luego entonces, francamente heroicos, de su oficio.
reutilizamos (con o sin las comillas (Los muertos 269)

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Reimaginar la autoría

Lo importante en esta cita anterior productores ni en todo caso una retribu-


es retener el lazo estrecho entre la no- ción social —el libre acceso a estas obras,
ción imperante de autor y los procesos por ejemplo— que compense la vertica-
económicos que se generan alrededor de lidad en la distribución de la ganancia.
la escritura: lo que familiarmente llama- Atrapada todavía en las lógicas de
mos, en una nuez, la industria del libro. la propiedad privada, la meta común se-
Minando el concepto de originalidad de ría pensar en estrategias para hacer de
manera deliberada, manipulando explí- la apropiación una herramienta crítica
citamente la palabra del otro, es muy más efectiva y evitar así, en la medida
factible que las estéticas citacionistas cai- de sus alcances, la acumulación excesiva
gan una vez más en la sobrevaloración tanto de capital cultural como económi-
del supuesto genio irrepetible de cierto co a la que conduce la concepción des-
autor y, así, dejen intactas las circunstan- proporcionada de la figura del autor. Es
cias particulares bajo las que se genera y justo en este punto donde brilla la ima-
se distribuye la riqueza en el ámbito de ginación crítica de Rivera Garza. Para ta-
la escritura. par los huecos de la apropiación, en Los
Una de las circunstancias que reve- muertos indóciles nos propone la desapro-
lan de mejor manera cómo la apropia- piación: “Desapropiar sería, en este caso,
ción no ha logrado salir de la lógica de el nombre del juego. Recuérdese: ‘De des
la propiedad privada es el manejo de los y apropiar. 1. prnl. Desposeerse del do-
derechos de autor y la distribución de minio sobre lo propio’” (91).
ciertos trabajos citacionistas. Son mu- Partiendo de los principios que
chas las obras que siguen los principios animan las estrategias de apropiación,
estéticos de la apropiación y, de manera Rivera Garza propone “ir más allá” y
contradictoria, restringen su circulación renunciar a ciertos privilegios caracte-
entre el público mediante los candados rísticos del autor individual. Según la
habituales de la propiedad intelectual. autora, “ir más allá quiere decir aquí
Es decir, olvidándose de que su materia cuestionar el dominio que hace apare-
prima está compuesta por textos o imá- cer como individual una serie de tra-
genes que con frecuencia pertenecen al bajos comunales —y todo trabajo con y
dominio público, las licencias copyright en el lenguaje es, de entrada, un trabajo
de estas obras privatizan lo que antes de la comunidad— que carecen de pro-
era un bien común. De este modo, la piedad” (Los muertos 270). Para ir más
apropiación deja de ser un término ex- allá de la apropiación, para traspasar
clusivamente escritural para convertirse las fronteras de la autoría convencional,
en una figura legal con consecuencias hay que cuestionar, entonces, el derecho
económicas y sociales. Si consideramos del autor a adueñarse materialmente
que el apropiacionista está cobrando del trabajo hecho en común.
regalías —aunque no sean muchas—
por sus obras y lucrando con el trabajo Atemperar la autoría
ajeno, incluso podría argumentarse que
las estrategias de la estética citacionis- Aclaremos desde ya que cuestionar al
ta se asemejan a la explotación laboral: autor y sus privilegios no significa inten-
ni hay una remuneración justa para los tar borrarlo por completo. El pensamiento

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de Rivera Garza emparenta tan sólo de reseña donde predominan más las desca-
manera un tanto lejana con aquella ola lificaciones viscerales que la crítica aguda,
inspirada por los textos de la década de Christopher Domínguez Michael se pre-
los sesenta escritos por Michel Foucault gunta retóricamente “dónde está el Flau-
y Roland Barthes, pensadores que pro- bert de los necroescritores” (“La teoría y su
ponían derribar la figura del autor como servidumbre”). Domínguez Michael cree
única clave interpretativa de un texto. dar una estocada irrebatible, insinuando
Leída quizá de manera excesivamente li- así que el tipo de escritura que le interesa
teral, la idea de la muerte del autor ayu- a Rivera Garza es tan sólo un movimiento
dó a erigir posturas que concebían las pasajero, sin relevancia histórica, del cual
lenguas —y, por ende, las literaturas que no ha surgido —y probablemente no sur-
se producían con ellas— como organis- girá— un representante igualable a Gus-
mos autónomos, pasando por alto el he- tave Flaubert. No me parece ilegítimo ni
cho bastante evidente de que la lengua mucho menos que defienda la tradición a
no es un sistema dado y autosuficiente: la que se siente afín, pero tampoco puedo
se origina, circula, persiste, cambia en dejar de señalar que Domínguez Michael
y para una comunidad de usuarios pa- obvia el hecho fundamental de que ni los
sados y presentes. En el pensamiento valores estéticos ni los propósitos de las
de Rivera Garza, al contrario, el autor y escrituras que critica son los mismos que
su lugar de enunciación importan. Me- aquellos que él enarbola desde su trinche-
jor sería decirlo en plural: importan los ra. En realidad, por muy inverosímil que
autores y sus lugares de enunciación. le resulte a cierto sector de la crítica litera-
Si la escritura citacionista se vale de la ria, no es arriesgado afirmar que la apa-
copia y el préstamo explícito, es decir, rición y canonización de figuras compa-
si sus operaciones están fincadas en el rables al grandísimo novelista francés ni
trabajo con las palabras de los demás, lo siquiera está entre las prioridades de estas
más congruente sería darle visibilidad a escrituras. Parece incluso que una de las
todos los participantes de esta escritura particularidades de dichas obras es el re-
colaborativa en lugar de, como dicta la chazo de la idea misma de trascendencia.
convención, otorgarle el crédito a una Es decir, este tipo de escritura, preocupa-
sola persona. Tal vez los nombres de to- da por su momento histórico, no aspira a
dos ellos, sugiere Rivera Garza, deberían que se le ascienda a la posteridad literaria
incluirse en las portadas de estos libros ni a encontrar un hueco donde asentarse
(Los muertos 91). Sin caer en la tentación en el canon de la literatura. Al contrario,
de borrar al sujeto que aglutina estas sus esfuerzos se concentran en incidir en
voces, el trabajo del autor ya no debería su presente.
ser visto como una tarea individual, sino Así, el prólogo de la segunda edi-
comunal. No se trata de eliminar al indi- ción de Dolerse Rivera Garza no se con-
viduo de nuestra práctica, sino de atem- gratula por haber vuelto a la imprenta.
perar el concepto de autoría: sobre todo, Su apertura es más bien un lamento:
de atemperar sus consecuencias. Me gustaría que este libro no exis-
Este cambio de intenciones no es tiera.
menor. Ignorarlo lleva a realizar críticas Y qué extraño, y qué justo, iniciar
bastante erradas. Por ejemplo, en una un libro deseando su desaparición.

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Reimaginar la autoría

Es en serio: me gustaría que no mismo tiempo: habitar la economía de


hubiera razones para la existencia de otra manera. Para hackear al copyright
este libro. Me gustaría que no fuera y sus candados restrictivos, habría que
necesario volver a insistir sobre este recurrir a una herramienta eficaz como
libro. (19) el copyleft, concepto que el informático
Aunque estas líneas pueden pare- Richard Stallman y sus pares acuñaron
cer un gesto retórico como tantos otros en la década de los 80 y que, posterior-
que pueblan los prólogos escritos por los mente, Lawrence Lessig trasladaría a
autores mismos, es éste el enfoque más otros ámbitos mediante sus populares li-
provechoso para evaluar los esfuerzos cencias Creative Commons a comienzos
de Rivera Garza, juzgar sus ideas, refu- de nuestro siglo.
tarlas o expandirlas. Su objetivo es averi- Para evitar malentendidos, aclare-
guar qué puede aportar la escritura para mos que el copyleft no está en desacuer-
modificar el estado insostenible de las do con el lucro. Este tipo de licencias no
cosas. Una vez cumplido su propósito, busca negar el mercado (en clara actitud
respondidas las preguntas, este libro de- idealista), sino entrar en él de manera
jaría de tener relevancia, y eso está bien. sesgada, sin seguir sus cauces habitua-
les. Me explico: aunque existe una gama
El copyleft como estrategia amplia de licencias con diferentes gra-
dos de permisividad, la función básica
En la agenda de la desapropiación del copyleft consiste en ser una garantía
se busca intervenir en al menos dos fren- de libre circulación para la obra. Lo cual
tes: el literario y el económico. Rivera no obstaculiza que el autor y los editores
Garza explica en uno de los últimos pa- (es decir, los productores) reciban una
sajes de Los muertos indóciles: retribución justa por el trabajo invertido
Señalar y problematizar puntualmen- en el producto que ponen al alcance del
te procesos coautorales (…) y propi- consumidor (Wu Ming 1 “El copyleft”
ciar formas de circulación que evadan 40-41). Insisto: no se trata de renunciar a
o de plano subviertan los circuitos del la ganancia, el pago justo es bienvenido,
capital fincados en la autoría indivi- incluso necesario. El objetivo, en cambio,
dual son sólo dos formas de poner en es atemperar la autoría simbólica y ma-
práctica una poética de la desapropia- terialmente.
ción. (270) Si la desapropiación tiene la capa-
Para ocuparse específicamente del cidad de desmantelar los sistemas de
segundo frente, la autora propone pres- acumulación excesiva de capital cul-
tarle atención a un tipo de escrituras tural, el copyleft se encargaría, enton-
que “evaden o, de plano, impiden la cir- ces, de disminuir los abusos del capital
culación del texto (a menudo en forma económico en el ámbito literario. De
de libro) en el ciclo económico y cultu- hecho, las licencias copyleft de distribu-
ral del capitalismo global” (Los muertos ción comercial operan ya en el mercado
273). En lugar de evadir o impedir, de- hispanoamericano con cierta eficacia.
beríamos preguntarnos si no resultaría En México, libros como Escritos para des-
más efectivo entrar diagonalmente a los ocupados (2013) de Vivian Abenshushan,
circuitos económicos. Estar y no estar al Antígona González (2012) de Sara Uribe y

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Desobediencia civil (2012) de Henry David el copyleft pueden entenderse como dos
Thoreau —este último título, por cierto, caras de la misma moneda. La primera,
apareció de manera pertinente durante estrategia escritural; la segunda, herra-
el contexto de las últimas elecciones pre- mienta de distribución. Ambas ayudan a
sidenciales mexicanas—, publicados por atemperar el concepto de autoría y sus
editoriales independientes como Sur- implicaciones, tanto en terrenos simbóli-
plus y Tumbona Ediciones, han circulado cos como en los más materiales.
en la web además de conseguir buenas
ventas y reediciones; en Argentina, Tinta Nota
Limón distribuye a través de la red va-
rios de sus títulos imprescindibles. Más * Algunas de las ideas que expongo en este
recientemente, el 17 de octubre del 2016, ensayo provienen de mi tesis de maestría,
la propia Rivera Garza puso en libre cir- Dimensión política de la estética citacionista
en tres obras poéticas mexicanas del siglo XXI:
culación la segunda edición de Dolerse
Herbert, Fabre, Uribe, defendida en agosto
y Con/Dolerse bajo una licencia Creative del 2015 en la Universidad de Guadalajara.
Commons, consumando con este paso lo
que considero su ejemplo práctico más Obras citadas
notable de la desapropiación.
Domínguez Michael, Christopher. “La teoría
Desapropiación, un bien común y su servidumbre”. Letras Libres. 7 abril
2015. Web. 10 enero 2017.
Lethem, Jonathan. Contra la originalidad. Ciu-
Con una notable potencia intelec-
dad de México: Tumbona Ediciones, 2007.
tual, Rivera Garza asedia estos temas en Impreso.
su libro, mas no los agota. Explícitamente Perloff, Marjorie. Unoriginal Genius: Poetry by
suspende su pensamiento para dejarle es- Other Means in the New Century. Chicago:
pacio a la reflexión en común. No hay que The U of Chicago P, 2010. Impreso.
pensar, entonces, en la desapropiación Rivera Garza, Cristina. Los muertos indóciles.
como un concepto cerrado, propiedad de Necroescrituras y desapropiación. Ciudad de
México: Tusquets Editores, 2013. Impreso.
un individuo. Pertenece también al domi-
---. Dolerse. Textos desde un país herido. Oaxaca:
nio de los bienes comunes. Por eso, desde Surplus Ediciones, 2015. Impreso.
una conversación continua que debe rea- ---, et al. Con/Dolerse. Oaxaca: Surplus Edicio-
lizarse en conjunto, hay que hacer inten- nes, 2015. Impreso.
tos por expandirlo, remezclarlo, interve- Wu Ming 1. “Copyright y maremoto”. Contra el
nirlo y, con suerte, potenciarlo. Veo en las copyright. Richard Stallman et al. Ciudad
de México: Tumbona Ediciones, 2008. 23-
licencias copyleft un siguiente paso lógico
32. Impreso.
y una medida eficaz en sintonía con las ---. “El copyleft explicado a los niños para des-
preocupaciones estéticas y políticas de Ri- montar algunos equívocos”. Contra el co-
vera Garza y de la desapropiación. pyright. Richard Stallman et al. Ciudad de
Tal vez engendradas a partir de los México: Tumbona Ediciones, 2008. 35-44.
mismos supuestos, la desapropiación y Impreso.

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