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HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Aspectos de Formación Permanente


Portada
Rey Salomón
Catedral de Santiago de Compostela

Esta publicación se terminó de imprimir en Julio de 2019 en


la ciudad de Durango, en los talleres de Tradición Impresa,
Ave. Lázaro Cárdenas 503, Colonia Fátima, C.P. 34060.
Tiraje de 500 ejemplares más sobrantes.
INTRODUCCIÓN

Quiero poner como introducción a este libro lo que


dice el PGP 2031-2033 sobre los sacerdotes, la vida
consagrada, los seminaristas, y vocaciones. De alguna
forma, este estudio intenta contribuir para que todos
ellos puedan seguir con fidelidad su formación
permanente, especialmente quienes se encuentren en
dificultades o piensen que la formación permanente no
tiene ningún sentido.
En el número 70 está escrito sobre los sacerdotes:
«Vemos con gratitud a Dios que su pueblo valora la
persona y el trabajo de los presbíteros, que en la
riqueza ministerial de toda la comunidad cristiana, son
los principales colaboradores del obispo en su misión
de enseñar, santificar y guiar a la Iglesia. Son muchos
los testimonios de presbíteros que lejos de los
reflectores ejercen de manera callada, generosa y fiel
su ministerio, muchas veces opacados por los
escándalos provocados por los mismos ministros que
se apartan de su verdadera misión. A lo largo de la
historia de nuestros pueblos han sido fundamentales
para su progreso la presencia y la acción de los
presbíteros, muchos de ellos dejando y marcando de
manera indeleble su vida, en campos como la cultura,
el desarrollo humano, el deporte, etc., pero de manera
especial en el conocimiento y vivencia de su fe».
En el número 71 se dice lo siguiente: «Tenemos que
reconocer que los efectos de esta nueva época han
4 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

llegado y dañado también la vida de los presbíteros.


Fenómenos señalados como el individualismo, el
hedonismo, la superficialidad y la mundanidad, se han
instalado en la vida de muchos de ellos. Vivimos con
mucho dolor y tristeza el sufrimiento de las víctimas
del abuso sexual de menores y de sus familiares por
parte de presbíteros. La Iglesia es la primera institución
que ha de promover el respeto por la ley para que en
estas situaciones tan deplorables, las personas que han
cometido estas transgresiones, sean llevadas hasta las
autoridades correspondientes. Como Iglesia hemos de
comprometernos cada vez más para vigilar y erradicar
este mal: atendiendo los daños de los afectados y de
sus familiares en todos los aspectos; fortaleciendo la
cultura de la denuncia de estos delitos; siendo más
cuidadosos en la idoneidad y la formación para los
candidatos al sacerdocio. Ante esta situación, uno de
los desafíos más importantes de nuestro ministerio
episcopal ha de ser el acompañamiento y la formación
permanente de los presbíteros».
En relación con la vida consagrada, el número 72
señala: «En este camino de fe de nuestro pueblo
mexicano, reconocemos la presencia generosa y
comprometida de las diversas órdenes y
congregaciones religiosas, mujeres y hombres, que
llenos de celo apostólico proclamaron con valentía y
creatividad la Buena Nueva en estas tierras. La vida
consagrada, como parte esencial de la Iglesia, ha sido
desde su inicio una verdadera bendición para la Iglesia
de estos lugares, y como ha mencionado el Papa San
Juan Pablo II: no sólo ha desempeñado en el pasado un
papel de ayuda y apoyo a la Iglesia, sino que es un don
INTRODUCCIÓN 5

precioso y necesario también para el presente y el


futuro del Pueblo de Dios, porque pertenece
íntimamente a su vida, a su santidad y a su misión.
Valoramos la presencia y la entrega sin reserva de
tantos consagrados, que a lo largo de estos siglos han
entregado sus vidas al servicio del Evangelio.
Evidenciamos, sin embargo, que actualmente muchas
de estas órdenes religiosas han perdido su espíritu
evangélico original y les cuesta trabajo integrarse a los
planes de pastoral de las diócesis en las que se
encuentran».
Finalmente, con respecto a seminarios y quienes
inician la formación, el número 73 menciona lo
siguiente: «El seminario constituye la ocupación y
preocupación más honda en el corazón del Obispo.
Entre todas las instituciones diocesanas, el Obispo
considere la primera el seminario y lo haga objeto de
las atenciones más intensas y asiduas de su ministerio
pastoral, porque del seminario dependen en gran parte
la continuidad y la fecundidad del ministerio sacerdotal
de la Iglesia. Nos alegra el trabajo eficaz y
perseverante de la Organización de Seminarios de
México que a lo largo de estos años ha acompañado
los diversos seminarios de nuestro país. También
consideramos que es necesario realizar un profundo
análisis de la realidad de esta institución: de las
personas que están al frente de ellas, de los programas
de formación integral para que estén de acuerdo con
las exigencias de nuestro tiempo; de las estructuras, no
sólo materiales, sino de disciplina y de las dimensiones
de su formación, haciendo énfasis en la dimensión
social de la fe y en su compromiso con los más pobres.
6 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Es necesario fortalecer la convicción de que toda la


Iglesia es responsable de sus sacerdotes y de las
vocaciones y que es necesario recordemos, como
Pueblo de Dios, que la mies es mucha, y los obreros
pocos. Rueguen, pues, al Dueño de la mies que envíe
obreros a su mies (Lc 10,2)».
Vinculado a todo lo anterior, el número 74 es clave,
pues el trabajo generoso y oblativo en el ámbito de la
pastoral vocacional, puede decidir el futuro de la
Iglesia: «Especial atención merece también en la vida
de nuestra Iglesia en México, el trabajo vocacional, la
promoción de las diversas formas de vida con la que se
construye la sociedad y la Iglesia desde un llamado de
Dios. Vemos con mucha esperanza los esfuerzos por
crear una cultura vocacional, para ello creemos que es
necesario seguir impulsando un cambio profundo, un
verdadero salto de calidad en esta área, donde todo el
trabajo pastoral se oriente y se sienta responsable de
esta tarea fundamental. Reconocemos que en muchas
diócesis y órdenes religiosas de México existe una
verdadera crisis de vocaciones para la vida presbiteral
y consagrada. La vocación presbiteral y la vida
consagrada, son un don de Dios para su pueblo, es el
Señor quien habla al corazón de sus hijos para
invitarlos a participar en su proyecto de amor en el
servicio de su Reino dentro de la Iglesia, y aunque este
llamado se da por caminos diversos y sorprendentes,
también madura por el testimonio creíble y
comprometido de sus ministros y seminaristas dentro
de comunidades orantes y vivas en su fe; de familias
que infunden en sus hijos el amor a Dios y el servicio
por sus hermanos y de los jóvenes de nuestras
INTRODUCCIÓN 7

parroquias plenos de alegría cristiana en la vivencia del


kerigma vocacional y los procesos de
acompañamiento, en una estrecha colaboración entre
pastoral familiar, juvenil y de adolescentes».
Termino esta introducción, agradeciendo los
escritos, participación, aportaciones y sugerencias de
los autores y autoras que cito en la bibliografía. Dios
recompense su ayuda, generosidad y valioso tiempo en
sus investigaciones para el bien de la Iglesia y la
humanidad.
I. NINGÚN REY
EMPEZÓ DE OTRA MANERA

Sacerdotes y religiosas corren el riesgo de olvidar su


humanidad. Parece sorprendente, pero muchas veces se
olvida el principio de la vida, y poco a poco, también
el fin. Sacerdotes y religiosas antes que nada son
humanos, nacieron en una fecha determinada y
morirán igualmente cuando Dios los llame a participar
plenamente de la vida eterna. Mientras tanto, se
peregrina, y hay que hacerlo ante todo con consciencia
de humanidad. Si se busca llegar a ser un hombre o
una mujer de Dios, primero habrá que ser hombre y
mujer con todo lo que ello implica, especialmente
saberse creado por Dios, de condición mortal, y
llamado, por gracia, a la resurrección del día final.

1. Sabiduría de Salomón

El libro de la Sabiduría transmite, en primera


persona, una experiencia vital del rey Salomón, a quien
se atribuye este libro:
«También yo soy un hombre mortal, igual que todos,
hijo del primer hombre modelado de arcilla, en el
vientre materno fue esculpida mi carne; tardé diez
meses en tomar consistencia en su sangre, gracias a
la semilla de mi padre y del placer que acompaña al
sueño. Al nacer, también yo respiré el aire común, y
10 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

al caer en la tierra que todos pisan, estrené mi voz


llorando, igual que todos; me criaron con mimo,
entre pañales. Ningún rey empezó de otra manera;
idéntica es la entrada de todos en la vida e igual es
la salida. Por eso supliqué y se me concedió la
prudencia, invoqué y vino a mí el espíritu de
sabiduría» (Sab 7,1-7).

En el texto destaca, en primer lugar, la humanidad y


mortalidad del rey Salomón: «También yo soy un
hombre mortal (qnhto.j a;nqrwpoj)» (Sab 7,1). Eso es el
rey Salomón, un hombre mortal. Parecería hasta cierto
punto redundante juntar ambos vocablos, pues en el
tratado de Lógica, uno de las premisas más comunes a
la hora de elaborar silogismos es precisamente que
todo hombre es mortal. Pensar en un hombre, implica
necesariamente pensar en alguien que va a morir.
Sin embargo, en el contexto del libro de la
Sabiduría, se quiere hacer énfasis en esta condición
mortal del hombre porque a los reyes se les puede
olvidar que son como todos los demás. Salomón quizá
sufrió la misma tentación, o la gente lo consideraba
especial, y por eso expresa con sus palabras la
condición que comparte con todos los demás: «Al
nacer, también yo respiré el aire común, y al caer en la
tierra que todos pisan, estrené mi voz llorando, igual
que todos; me criaron con mimo, entre pañales. Ningún
rey empezó de otra manera» (Sab 7,3-5) 1.

1
Cf. J. R. BUSTO SAIZ, La justicia es inmortal, 72-73.
I. NINGÚN REY EMPEZÓ DE OTRA MANERA 11

Más adelante, en el capítulo 9, en el contexto de una


oración, Salomón continúa con la misma tónica 2. La
debilidad humana es precisamente una de las razones
por las cuales ha de ser escuchada su oración: «yo soy
tu siervo e hijo de tu esclava» (Sab 9,5a). Con esta
expresión, Salomón está reconociendo su condición de
dependencia, de criatura, en definitiva, de debilidad. A
esta condición de siervo se le suma la fragilidad
humana descrita también en términos de mortalidad:
«un hombre débil y de corta vida» (Sab 9,5b).
Finalmente, aparece también la pequeñez,
especialmente en el ámbito de la sabiduría:
«demasiado pequeño para conocer el juicio y las
leyes» (Sab 9,5c). Por eso hay que orar, para pedir la
sabiduría: «Sin la Sabiduría, no podrá Salomón –el
hombre– discernir lo justo de lo injusto, ni aplicar las
leyes en el ámbito público de la vida» 3.
La fuerza que tiene una experiencia de mortalidad
para asumir la condición humana ha quedado reflejada
en muchas de las vivencias de los santos. Conocida es
la historia de San Francisco de Borja:
«Francisco de Borja, antes de ser jesuita, era persona
muy cercana a Carlos V y la emperatriz Isabel.
Cuando la reina murió, su cuerpo fue trasladado
desde Toledo hasta Granada para ser enterrado en la
tumba de los abuelos del emperador. Cuando
llegaron a su destino, las distintas personas que
debían reconocer el cadáver, entre ellos Francisco de
Borja, dieron cuenta de que éste se hallaba en

2
Cf. A. FAVELA, «La oración de Salomón en el Libro de la Sabiduría», 75-
89.
3
J. VÍLCHEZ, El Libro de la Sabiduría, 281.
12 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

avanzado estado de putrefacción. El olor hizo que


todos los presentes retrocedieran, menos Francisco,
que preguntó al despojo, “¿eres realmente mi señora
emperatriz?” De acuerdo con las crónicas, una luz
divina lo llevó a ver las consecuencias de la
desobediencia de los primeros padres para la raza
humana y el castigo para todos sus descendientes.
Aprendió lo engañoso de la seducción de la carne.
Vio claramente el completo horror del infierno. La
luz se estampó en su corazón, haciéndolo desdeñar
todo lo que fuera extraño a Dios y tuvo un poderoso
deseo de conocer y amar las cosas eternas y divinas
que no eran sujeto de muerte y corrupción»4.

Muchos siglos antes, San Agustín había tenido una


experiencia parecida de mortalidad, pero sobre todo de
la posibilidad que allí residía para poder llegar hasta
Dios:
«Grande eres, Señor, y laudable sobremanera;
grande tu poder, y tu sabiduría no tiene número. ¿Y
pretende alabarte el hombre, pequeña parte de tu
creación, y precisamente el hombre, que, revestido
de su mortalidad, lleva consigo el testimonio de su
pecado y el testimonio de que resistes a los
soberbios? Con todo, quiere alabarte el hombre,
pequeña parte de tu creación. Tú mismo le excitas a
ello, haciendo que se deleite en alabarte, porque nos
has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto
hasta que descanse en ti»5.

4
A. SOTO CORTÉS, Reina y soberana, 45.
5
S. AGUSTÍN, Confesiones, I, 1, 1.
I. NINGÚN REY EMPEZÓ DE OTRA MANERA 13

En el caso de San Francisco de Borja, fue la


mortalidad de otra persona la que lo hizo tomar
conciencia de la suya. En San Agustín, más bien la
propia, fue la que generó el deseo de descansar
plenamente en Dios.

2. Mortalidad y pecado

San Agustín reconoce un enemigo singular de toda


persona humana cuando busca reconocer su condición
de creatura, de mortal y de pecador: la soberbia. Una
profundización en este aspecto puede ayudar a
comprender muchas de las situaciones que viven
sacerdotes y religiosas en la dimensión humana.
Muchas veces, antes de que el corazón pueda
descansar en Dios, imagen de la resurrección, variadas
son las tribulaciones y luchas que hay que pasar para
vencer a la soberbia humana.
San Alfonso María de Ligorio, hablando de la
soberbia, ofrece ejemplos que pueden servir a
sacerdotes y religiosas:
«El soberbio es como un globo henchido de aire,
que a sí mismo se considera como algo muy grande,
aun cuando, en realidad, toda su grandeza se reduzca
a un poco de viento, que, roto el globo, se desvanece
súbitamente. Quien ama a Dios es verdaderamente
humilde y no se engríe con sus cualidades
personales, porque sabe que cuanto tiene, todo es
don de Dios, y si algo tiene de sí es la nada y el
pecado. Por consiguiente, cuanto más señaladas
14 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

mercedes recibe de Dios, más se humilla, viéndose


tan indigno y tan favorecido por El….
Tais, primero pecadora y luego Santa, se
humillaba tanto ante Dios, que se creía indigna hasta
de nombrarlo, por lo que no se atrevía a decir: Dios
mío, sino que decía: Creador mío, tened piedad de
mí....
Próximo a la muerte el Beato Juan de Ávila, que
vivió desde pequeñito vida santa, acercóse a él un
sacerdote para asistirlo y le sugería cosas muy
elevadas y sublimes, tratándolo como a gran siervo
de Dios y persona docta como era; pero el P. Ávila
exclamó: «Ruégole, padre, me asista como a
criminal condenado a muerte, pues no soy otra
cosa….
Decía San Francisco de Sales que “el soportar los
oprobios es la piedra de toque de la humildad y de la
verdadera virtud”. ¿Qué decir de una persona que
pasa por espiritual, hace oración, comulga
frecuentemente, ayuna y se mortifica, y, a vuelta de
todo eso, no puede soportar una afrenta ni una
palabrilla punzante? Que es una caña hueca, vacía
de humildad y de virtud….
De especial manera hemos de practicar la
humildad cuando nuestros superiores u otro
cualquiera nos corrigen de un defecto. Personas hay
que se parecen a los erizos: mientras no se les toca,
parecen apacibles y mansos; pero, no bien el
superior o el amigo les corrigen de algún defecto,
enseñan al instante todas sus púas, responden
destempladamente, o que no es cierto o que han
tenido sus razones para obrar de aquella manera, por
I. NINGÚN REY EMPEZÓ DE OTRA MANERA 15

lo que no haya para qué amonestarles de aquella


forma; en una palabra, miran como a enemigo a
quien les reprende, imitando a quienes se irritan
contra el cirujano porque les hace sufrir al curarles
la llaga. “Esto es airarse contra quien le hace la
cura”, dice San Bernardo. El varón santo y humilde,
dice San Juan Crisóstomo, cuando le corrigen, llora
el error cometido, al paso que el soberbio llora
también, pero llora porque aparece su defecto; por
eso pierde la serenidad y por eso responde y se
revuelve contra el que le amonesta»6.

3. Espíritu de Sabiduría

La palabra «espíritu» aparece alrededor de veinte


veces en el Libro de la Sabiduría. En una de estas
ocasiones, Salomón pide a Dios el espíritu de
sabiduría, relacionando de manera especial el espíritu
con la sabiduría: «Por eso supliqué y se me concedió la
prudencia, invoqué y vino a mí el espíritu de
sabiduría» (Sab 7,7). Poco más adelante en el Libro de
la sabiduría, se dice que la sabiduría posee un espíritu
inteligente, santo… dispuesto, benéfico, amigo de los
hombres, estable, firme…» (Sab 7,22-23). Luego se
vincula también a la sabiduría con la justicia, y se
afirma que a quien ama la justicia, «ella le da como
fruto las virtudes, porque le enseña templanza y
prudencia, justicia y fortaleza, y nada hay más útil que
esto en la vida de los hombres» (Sab 8,7). Y por

6
SAN ALFONSO MARÍA DE LIGORIO, Práctica del amor a Jesucristo, 180-
192.
16 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

último, afirma Salomón: «por ella alcanzaré


inmortalidad (avqanasi,an)» (Sab 8,13).
Por lo tanto, el Libro de la Sabiduría presenta un
recorrido desde la humanidad de Salomón hasta la
inmortalidad. Esto entonces reconfigura de algún modo
la condición de mortalidad de la se hablaba
anteriormente. Lejos de ser una perspectiva pesimista o
fatalista, la condición mortal, para Salomón, es la
posibilidad de recibir la inmortalidad a través del
espíritu de Sabiduría y el ejercicio de las virtudes.
Por eso, con toda razón, se puede aseverar: aunque
igual es la salida para todos, es decir, la muerte,
también hay otra salida que se abre como posibilidad
para el hombre, y es la inmortalidad, fundada en la
relación con la sabiduría, con la verdad, con lo que es
eterno, o en términos teológicos, con la resurrección:
«Cuando el mártir muere, sólo aparentemente
muere. Son los necios, o lo que es lo mismo, los
injustos, quienes creen que muere. Pero quienes han
recibido el espíritu de la sabiduría, esto es, los
sabios, los justos, saben que no muere, porque pasa
a la vida de Dios. Aquí radica la razón de la
inmortalidad para el Libro de la Sabiduría. El
hombre es inmortal no tanto porque haya sido
creado por Dios con un alma inmortal – idea que en
algunos pasajes de libro el autor da por supuesta,
pero que es ajena a la discusión que establece–, sino
porque el haber recibido el espíritu de la sabiduría o,
lo que es lo mismo, el espíritu de la justicia, lo ha
convertido en inmortal» 7.

7
J. R. BUSTO SAIZ, La justicia es inmortal, 28.
II. COMER Y BEBER
ES UN DON DE DIOS

Otro libro sapiencial de la Sagrada Escritura también


ayuda a recorrer el camino desde la humanidad hasta la
inmortalidad de la que hablaba el Libro de la
Sabiduría. Se trata de Qohelet o Eclesiastés, donde se
invita a disfrutar de la comida y la bebida porque son
un don de Dios:
«La única felicidad del hombre consiste en comer,
beber y disfrutar de su trabajo, pues he comprendido
que también esto es don de Dios. Porque ¿quién
come o goza sin que Dios lo permita?» (2,24-25).
«Así que esta es mi conclusión: la felicidad consiste
en comer, beber y disfrutar de todo el trabajo que se
hace bajo el sol, durante los días de vida que Dios da
al hombre, porque esa es su recompensa; y si Dios
da a cada hombre bienes y riquezas y le permite
comer de ellas, tomar la parte que le corresponde y
disfrutar de su trabajo, es también un don de Dios.
Porque no pensará mucho en la brevedad de su vida,
si Dios le llena de alegría el corazón» (5,17-19).

Seguramente que ante estas palabras de Qohelet uno


se imagina un gran banquete o recuerda esas ocasiones
en que efectivamente se ha comido y bebido en un
ambiente festivo y de alegría, manifestación del don de
Dios. Sin embargo, también es necesario, sobre todo en
18 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

el ámbito de la formación permanente, aprender a


comer y a beber con sabiduría. En otras palabras, para
que la comida y la bebida aparezcan efectivamente
como un don de Dios, hay que hacer el esfuerzo de
comer y beber saludablemente.
Si se piensa en alguno de los aspectos más
importantes a valorar dentro de la dimensión humana,
sería la salud. Difícilmente se podrá crecer de manera
personal y madurar progresivamente si se deja de lado
el cuidado de la salud. Resultaría un tanto
contradictorio ser personas virtuosas o con valores,
pero sin preocuparse de la salud.
Hoy en día, se viven graves problemas de salud
entre la población, y sacerdotes y religiosas, hombres y
mujeres de Dios, no son ajenos ni inmunes a esta
situación. Según datos del INEGI, en el 2017, éstas
fueron las principales causas de muerte en México:
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 19
20 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

La mayoría de los expertos indican, que buena parte


de estas enfermedades, pueden prevenirse, si se tienen
en cuenta las siguientes indicaciones:
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 21

1. Sana alimentación

En relación con el primer aspecto, el de la


alimentación, una propuesta sería sumar las calorías de
los alimentos que se van a consumir para no sobrepasar
el número necesario de cada día. Una manera de saber
la cantidad de calorías que se deben consumir, entre
otras que pueden recomendar los expertos, es la de
Harris-Benedict 1.
Para hombres: [66 + (13,7 × Peso en kg)]
+ [(5 × Altura cm) – (6,8 × Edad)] × Factor actividad.
Para mujeres: [655 + (9,6 × Peso en kg)]
+ [ (1.8 × Altura cm) – (4,7 × Edad)] × Factor
actividad.

Para saber el factor actividad es necesario reconocer


con cuál de estas condiciones se identifica la persona:
Personas sedentarias (caminan 15 minutos o sólo
hacen tareas domésticas): 1,2.
Poca actividad física (hacen actividad física de 1 a 3
veces por semana): 1,375.
Actividad moderada (hacen actividad física de 3 a 5
veces por semana): 1,55.
Actividad intensa (hacen actividad física de 6 a 7
veces por semana): 1,725.
Atletas profesionales (entrenamientos de más de 4
horas diarias): 1,9.
Después de conocer la cantidad de calorías que se
deben consumir, toca el momento de elegir los
alimentos que, sumándolos, contengan ese número de
1
Cf. E. MORALES LUPAYANTE, ¿Cuántas calorías se deben consumir
diariamente? 18 de junio de 2019. [Consultado: 12.07.2019].
22 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

calorías. Recuérdese que la alimentación ha de ser


balanceada y se recomienda consultar a los expertos.

Entre las proporciones para una comida saludable


están las sugeridas por la Universidad de Harvard 2:

2
Healthy Eating Plate. [Consultado: 14.07.19].
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 23

Las tablas que aparecen a continuación pueden


ayudar a sumar las calorías de los alimentos que se
escojan para cada una de las comidas 3.

3
Guía para elegir los alimentos. [Consultado: 22.07.2019]; KingTaco
Restaurant. [Consultado: 22.07.2019].
24 HUMANO, DEMASIADO HUMANO
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 25
26 HUMANO, DEMASIADO HUMANO
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 27

Otra propuesta más detallada de alimentación, es la


que ofrece la Organización Mundial de la Salud.
Especialmente para los adultos, una dieta sana incluye
lo siguiente:
«Frutas, verduras, legumbres (tales como lentejas y
alubias), frutos secos y cereales integrales (por
ejemplo, maíz, mijo, avena, trigo o arroz moreno no
procesados).
Al menos 400 g (o sea, cinco porciones) de frutas
y hortalizas al día, excepto papas, batatas, mandioca
y otros tubérculos feculentos.
Menos del 10% de la ingesta calórica total de
azúcares libres, que equivale a 50 gramos (o unas 12
cucharaditas rasas) en el caso de una persona con un
peso corporal saludable que consuma
aproximadamente 2000 calorías al día, aunque para
28 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

obtener beneficios de salud adicionales lo ideal sería


un consumo inferior al 5% de la ingesta calórica
total. Los azúcares libres son todos aquellos que los
fabricantes, cocineros o consumidores añaden a los
alimentos o las bebidas, así como los azúcares
naturalmente presentes en la miel, los jarabes y los
zumos y concentrados de frutas.
Menos del 30% de la ingesta calórica diaria
procedente de grasas. Las grasas no saturadas
(presentes en pescados, aguacates, frutos secos y en
los aceites de girasol, soja, canola y oliva) son
preferibles a las grasas saturadas (presentes en la
carne grasa, la mantequilla, el aceite de palma y de
coco, la nata, el queso, la mantequilla clarificada y
la manteca de cerdo), y las grasas trans de todos los
tipos, en particular las producidas industrialmente
(presentes en pizzas congeladas, tartas, galletas,
pasteles, obleas, aceites de cocina y pastas untables),
y grasas trans de rumiantes (presentes en la carne y
los productos lácteos de rumiantes tales como vacas,
ovejas, cabras y camellos). Se sugirió reducir la
ingesta de grasas saturadas a menos del 10% de la
ingesta total de calorías, y la de grasas trans a menos
del 1%. En particular, las grasas trans producidas
industrialmente no forman parte de una dieta
saludable y se deberían evitar.
Menos de 5 gramos de sal (aproximadamente una
cucharadita) al día. La sal debería ser yodada»4.

4
«Alimentación sana». Sitio Web de la Organización Mundial de la Salud.
[Consultado: 12.07.2019].
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 29

2. Ayuda de las Apps

Otro tipo de ayudas, dentro del ámbito de la


tecnología, también pueden ser eficaces para conocer
cantidad de calorías, gasto calórico, etc. Por ejemplo,
están las aplicaciones Fatsecret, Myfitness Pal, etc.,
que se pueden instalar en los dispositivos móviles para
ir registrando los datos necesarios en vistas a un
consumo saludable de comidas y bebidas.
30 HUMANO, DEMASIADO HUMANO
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 31
32 HUMANO, DEMASIADO HUMANO
II. COMER Y BEBER ES DON DE DIOS 33
III. HE TERMINADO LA CARRERA

Otro aspecto importante a considerar, además de la


alimentación, en vistas a una vida saludable, es la
actividad física. San Pablo, en bastantes ocasiones,
utiliza la metáfora de la actividad física, sea de trabajo
o deportiva, para presentar la vida cristiana. Por
ejemplo, a Timoteo le dirige estas palabras: «He
combatido el buen combate, he concluido la carrera,
he conservado la fe. Sólo me queda recibir la corona de
la salvación, que aquel día me dará el Señor, juez justo,
y no sólo a mí, sino también a todos los que esperan
con amor su venida gloriosa» (2 Tim 4,7-8).
A este respecto, el sábado 1 de agosto de 2012, el
Papa Benedicto XVI recibió a una representación de
los participantes en el campeonato del mundo de
Natación, desarrollado en Roma, y les comentaba:
«En la Biblia encontramos referencias al deporte
como imágenes de la vida. Por ejemplo, San Pablo
lo considera como un auténtico valor humano, lo
utiliza no solo como metáfora de los altos ideales
éticos y ascéticos, sino también como un medio para
la formación del hombre y como componente de su
cultura y de su civilización»1.

1
El decálogo de Benedicto XVI sobre el deporte. [Consultado: 14.07.2019].
36 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Si además de considerar la actividad física como


metáfora de ideales éticos y ascéticos, se tiene en
cuenta el componente de la salud, entonces se presenta
como uno de los caminos más atractivos para tener una
vida saludable. Algunos trabajos físicos o manuales
encomendados de manera comunitaria o particular,
también pueden ayudar a la vida saludable. Ya los
monjes eran pioneros en esto. En los monasterios, el
trabajo y la actividad física eran un factor
indispensable para tener alejada a la acedia y la
ociosidad. Había trabajos especiales para los monjes
más perezosos, para que no se quedaran en el ocio.
Incluso los monjes enfermos eran ocupados en algunos
trabajos o actividades compatibles con su condición
para que no estuvieran sin hacer nada. El encargado de
estos trabajos y actividades era el abad, cuyo gobierno
debía fundarse sobre todo en las virtudes de la medida
y la discreción 2.
Entre las propuestas actuales que aúnan actividad
física más salud, están las que ofrecen tres tipos de
niveles de actividad física 3:

2
Cf. A. M. RAPETTI, «Il lavoro dei monaci», 96. 104-105.
3
Cf. J. A. ROS FUENTES, Actividad Física + Salud, 74.
III. HE TERMINADO LA CARRERA 37

1. Nivel Básico

El nivel básico está indicado para personas mayores,


sedentarias o que abandonaron hace tiempo la
actividad física, con enfermedades crónicas, o en
proceso de rehabilitación. En este nivel se pone como
objetivo mínimo caminar durante 30 minutos todos los
días de la semana, y según se vaya dando la adaptación
a esta actividad, se puede ir incrementando hasta un
máximo de 60 minutos.
En cuanto al ritmo, la progresión será desde 3 km/h
(90-100 pasos/minuto) a 5 km/h (110-120
pasos/minuto) con una Frecuencia Cardiaca (FC) que
no sobrepase el 60-70% de la Frecuencia Cardiaca
Máxima (FCM). Todo esfuerzo es importante, y para
hacerlo todavía más verificable, se aconseja ir
anotando lo que se va realizando cada día para
contrastarlo con los expertos y se den las indicaciones
pertinentes para cada persona 4.

4
Cf. J. A. ROS FUENTES, Actividad Física + Salud, 75.
38 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Si se toma el ejemplo de una persona de 70 kg, estos


serían los kilómetros a recorrer y la velocidad
implicada en este recorrido:

En este nivel básico, además de caminar, se


recomiendan las siguientes actividades
complementarias:
III. HE TERMINADO LA CARRERA 39

2. Nivel Plus

En el nivel plus se busca un gasto de calorías situado


entre 1500 y 2000 kilocalorías a la semana. Está
indicado para personas que, superado el nivel básico,
desean mejorar su condición física, para quienes ya
tienen una condición física aceptable, o para quienes
buscan perder peso.

Se estima más o menos que con un gasto calórico


entre 7000-7500 kilocalorías al mes en este tipo de
actividades, se puede perder alrededor de un kilo de
grasa, lo que supondría una pérdida de 12 kilogramos
al año. De esta forma habría una mejora notable de la
composición corporal. Además cuidando la
alimentación y reduciendo la cantidad de comida
ingerida, se podría perder todavía más peso. Evítese,
de todas formas, la decisión solamente personal, y
téngase en cuenta las indicaciones de los expertos.
40 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Para el nivel plus, se sugieren las siguientes


actividades complementarias:

3. Nivel Premium

Finalmente, el nivel premium busca un gasto


calórico entre 2000 y 2500 a la semana. El objetivo en
este nivel es la prolongación de la vida y la reducción
del riesgo de contraer enfermedades. Está dirigido a
personas que habiendo superado los niveles anteriores
se sienten dispuestas a alcanzar este nivel, personas
que tienen buena condición física y que buscan perder
peso. En este nivel, se trata de andar a ritmos
comprendidos entre 7 y 8 km/h o correr a ritmo
moderado de 8 a 10 km/h.
III. HE TERMINADO LA CARRERA 41

Por ejemplo, dependiendo de la velocidad y tiempo


andando, se pueden obtener los siguientes resultados,
considerando un peso de 70 kg.

En relación con otros pesos podemos verificar el


gasto calórico en la siguiente tabla 5.

5
Cf. G. CARBAJAL, Influencia del peso en el gasto calórico.
[Consultado:13.07.2019].
42 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Para el nivel premium, las actividades


complementarias que se sugieren son las siguientes:

4. Otras actividades

Además de la actividad física, las siguientes tablas


presentan otras actividades en las que también se da un
gasto calórico.
Para convertir 1 MET en kcal/min se aplica la
siguiente ecuación: Kcal/min = MET x 0,0175 x peso
(kg).
Ejemplo: Si pesa 70 Kg., y trota a 8,4 km/h.
Kcal/min = 9 MET x 0,0175 x 70 (kg) = 11 kcal/min.
Por cada minuto de trote a 8,4 km/h quemará 11
kcal., y si trota a ese ritmo promedio durante 1 hora
quemará 11 kcal x 60 min = 660 kcal.
III. HE TERMINADO LA CARRERA 43

Activid ad Me ts

Dorm ir 0 ,9

Ver televisión 1,0

Reír 1,0

Leer sentado 1,8

Tocar el acordeón 1,8

Ordenar la habitación 2,0

Manejar un auto 2,0

Trabajo de escritorio 2,3

Tocar el piano 2,3


44 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Cam inar lento en terreno


2,5
plano

Bicicleta (baja resistencia) 3,0

Tocar la guitarra 3,0

Cam inar a paso apurado 4,0

Subir gradas (paso lento) 4,0

Baseball 4,0

Cam inata a 3,5 km / h 4,3

Plantar arboles 4,5

Cam inata a 4,5 km / h 5,3


III. HE TERMINADO LA CARRERA 45

Bicicleta (resistencia
5,5
m oderada)

Montar a caballo 5,5

J ugar al tennis (doble) 6,0

Cortar el pasto 6,0

Cortar leña 6,3

Basquetbol 6,5

J ugar al futbol 7,0

Trotar 7,0

Cam inata a 5 km / h 7,4


46 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Boxing 7,8

J ugar al Tenis (sim ples) 8 ,0

Subir gradas (paso rapido) 8 ,0

Correr (6 Km / H) 10 ,0

Artes m arciales moderadas 10 ,3

Correr (7.5Km / H) 13,0

Natación (estilo m ariposa) 13,8

Bicicleta (alta resistencia) 14,0

Natación (paso vigoroso) 15,6

Correr (10 Km / H) 16,0


III. HE TERMINADO LA CARRERA 47

Por ejemplo, si se registran las actividades


realizadas y se hacen las sumas correspondientes, más
o menos así quedaría un cuadro informativo6:
Actividad Tiempo Factor MET Kcal
realizada Horas del gastadas
GEB
Dormir 8 en 73,5 0.95 558,6
promedio
Levantarse, 15 en 73,5 Promed 1764
bañarse, alistarse, promedio io en
tiempo en el METS
trabajo, tiempo de 1,6
pie caminando y
sentado en el
trabajo, comer,
cenar, televisión,
etc.
Entrenamiento 1 73,5 3,3 242,5
pesas o basquetbol (promedio))
Total 24 2565,1

Para explicar los resultados del cuadro, hay que


tener en cuenta el siguiente procedimiento.
En primer lugar, considerar las fórmulas para
determinar el Gasto Energético Basal (GEB) de
acuerdo al sexo y edad, según la OMS:

6
¿Puedo comer arroz si quiero adelgazar? [Consultado: 15.07.2019].
48 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

El GEB es el Gasto Energético Basal o también


conocido como Tasa Metabólica Basal. Se trata
simplemente del nivel de energía que el cuerpo gasta o
requiere para mantenerse vivo. O sea que lo gasta por
medio de actividades como respirar, por ejemplo.
También para hacer que el corazón y otros importantes
órganos funcionen.
Enseguida hay que hallar una variable que se conoce
como Factor del GEB que no es más que el valor
obtenido del GEB divido entre 24 (número de horas
diarias): GEB/24

EJEMPLO: si tengo 28 años, peso 71 Kg y soy


hombre, voy a utilizar la fórmula para hallar el GEB =
(15,3 * 71) + 679 = 1765,3 calorías. Ahora encuentro
El Factor del GEB = 1765,3/24 = 73,5

GEB = 1765,3 calorías.


Factor del GEB = 73,5

Luego hay que fijarse en la tabla de actividades y el


valor en MET (Medida del Índice Metabólico). Por
ejemplo, la persona que escribió sus resultados registró
la actividad de dormir 8 horas, lo cual se multiplica por
su GEB y luego se multiplica por los MET, lo que
arroja un resultado de 558,6 de gasto calórico por esa
actividad 7.

7
¿Puedo comer arroz si quiero adelgazar? [Consultado 15.07.19].
III. HE TERMINADO LA CARRERA 49

Finalmente, si tenemos en cuenta a personas


mayores de 50 años, y con riesgo de hipertensión, son
importantes las siguientes recomendaciones, de
acuerdo a la Dieta DASH 8:

8
Nutrición y estilo de vida saludable (Eat This Root) [Consultado
15.07.2019].
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE
COMO EL DINERO PROTEGE

La sabiduría de Qohelet también tiene en cuenta el


dinero y reconoce que hay vanidad cuando alguien
ama el dinero, pues no se saciará de dinero, y el que
ama la abundancia no se saciará de ganancias
(Qoh 5,10). Sin embargo, también es consciente de que
el dinero es muy útil y protege a quien lo posee, a
semejanza de la sabiduría, aunque ésta tiene todavía
más beneficios: «Porque la sabiduría protege como el
dinero protege; pero la ventaja del conocimiento es que
la sabiduría preserva la vida de sus poseedores»
(Qoh 7,12).

1. Costos de la salud

El 24 de junio de 2018, en el periódico El


Financiero, fue publicada la siguiente información:

«La diabetes cuesta 2.5 por ciento del Producto


Interno Bruto del país y México no está preparado
para enfrentar este gasto, indica Pablo Escadón,
presidente y director general de Nadro, en La Silla
Roja.
52 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

“Sólo el gasto por diabetes equivale a 2.5 por


ciento (del Producto Interno Bruto), incluyendo
médicos, medicamentos y pérdida de trabajo”,
detalló con base en los estudios que ha realizado la
OCDE.
La cifra equivale a más de 2 mil 500 millones de
pesos, indicó Enrique Quintana, Vicepresidente y
Director General Editorial de El Financiero, quien
también participó en el programa.
Escandón agregó que el país no está preparado
para enfrentar esto porque hay ineficiencias en la
inversión en salud, ya que actualmente México tiene
un gasto administrativo en salud del 5.8 por ciento
del PIB, en comparación con el promedio 9 por
ciento de los países de la OCDE.
“Hay un costo acumulado fundamentalmente
producto del sistema (de salud), es obsoleto, lleva 75
años desde que fue creado el Seguro Social, la
Secretaría de Salud. No ha evolucionado, el único
complemento ha sido el seguro popular”,
argumentó.
Por lo que el incremento de las enfermedades
crónicodegenerativas y el envejecimiento de la
población representan dos grandes retos para el
sistema de salud mexicano.
“En época de (Vicente) Fox hubo una
importante reforma en salud que sí facilitó el
incremento en la cobertura de salud, pero en esos
años nos pasan dos cosas: el cambio de perfil de
enfermedades epidemiológicas a degenerativas,
duraderas, que son más caras; la diabetes,
cardiovasculares, cáncer, que tienen larga duración,
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 53

son para el resto de la vida. El otro fenómeno fue el


envejecimiento. México ha estado envejeciendo en 5
años lo que en Europa tardó dos siglos. Podemos
imaginar una especie de tsunami, que de repente
viene una oleada que nos ha llevado a un
crecimiento en la demanda de servicios de salud“,
señaló el también presidente de la Fundación
Mexicana para la Salud en el programa dirigido por
Leonardo Kourchenko, en compañía de Enrique
Quintana y Víctor Piz.
Indicó que el país requiere un modelo que
prediga y prevenga las enfermedades, además de
una atención personalizada para cada paciente.
“Debería de haber un esfuerzo en prevención.
No podemos minimizar los grandes esfuerzos que
están haciendo los institutos; sin embargo, son
insuficientes. Se necesitan recursos, organización,
capacitar gente; en el momento en que esto suceda
se reducirían los costos. Y ¿cómo? Con hábitos de
alimentación, ejercicio”, describió» 1.

1
La diabetes cuesta 2.5 por ciento del PIB y México no está listo para
enfrentarlo. [Consultado: 20.07.2019].
54 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Ya el 14 de noviembre de 2016 se habían dado


algunas cifras que invitaban a concientizar a la
población de la gravedad de la situación que se estaba
viviendo y que podría vivirse hacia el 2040 2:

Esto ha generado diversas problemáticas,


especialmente la pregunta de si habrá recursos
suficientes para hacer frente a las diversas
enfermedades. En este sentido, empresas privadas han
hecho algunas estimaciones sobre el gasto de cada
persona con alguna enfermedad a partir de los 60 años.

2
Cf. Éste es el costo por tener diabetes en México. [Consultado:
20.07.2019].
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 55

Con lo cual se puede dar una idea de lo que implica la


relación entre enfermedad y economía 3:

3
Cf. I. S. RODRÍGUEZ, Cuánto le costará su salud en el retiro. 26 de enero de
2017. [Consultado: 20.07-2019]; IMCO, Pequeños pasos para transformar
al sistema de salud, 22 de mayo de 2018 [Consultado: 20.07.2019].
56 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Algunas personas no tienen que preocuparse de


estos gastos a partir de los 60 años, sino mucho antes.
Por ejemplo, Yuki Gaspar Gómez, cuyos gastos de su
enfermedad se dieron a conocer en 2016 o el promedio
de gasto de un hombre de 65 años publicado en 2019:

«Yuki Gaspar Gómez padece diabetes Tipo 1 desde


los 12 años, la cual ocurre porque el páncreas no
fabrica suficiente cantidad de insulina. Cada mes
Gaspar Gómez, de 34 años de edad, utiliza un frasco
y medio de insulina, el cual tiene un costo
aproximado de 500 pesos; mientras que diariamente
usa dos tiras reactivas para medición de glucemia,
cuya caja con 50 tiras tiene un costo de entre 300 y
500 pesos. Sin tomar en cuenta los costos por una
mejor alimentación y los medicamentos extra para
otros padecimientos, Yuki Gaspar gasta alrededor de
1,300 pesos mensuales para mantener un control
apropiado»4.

«Un hombre de 65 años con diabetes tipo II e


hipertensión, que recibe una pensión de poco más de
6 mil pesos, tiene que pagar solamente de medicina
1,200 pesos al mes, sin contar consultas médicas,
exámenes de laboratorio y gastos de transporte. Los
ingresos por pensión en México son los segundos
más bajos de los países de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE); si
los gastos en salud de esta persona representan
aproximadamente el 30% de sus ingresos, el
4
K. GÓMEZ, Este es el costo por tener diabetes en México. 24 de julio de
2019. [Consultado: 20.07.2019].
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 57

quebranto financiero para las personas jubiladas es


inevitable» 5.

Ante este panorama, indudablemente se tienen que


tener en cuenta, por lo menos, dos aspectos: los estilos
de vida y la administración de los bienes.

2. Los estilos de vida y bienes

Con respecto a los estilos de vida, diversos estudios


señalan que una vida saludable genera un ahorro
económico significativo6:

5
La prevención en la salud; un ahorro para el retiro. 6 de abril de 2019.
[Consultado 20.07.2019].
6
IMCO, Kilos de más, pesos de menos: el costo de la obesidad en México.
28 de enero de 2015. [Consultado: 20.07.2019]; La diabetes le cuesta a
México 85 mil millones de pesos al año. 25 de enero de 2015. [Consultado:
20.07.2019].
58 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Con relación a los bienes, las opciones son diversas


según las condiciones de cada tipo de persona. A nivel
presbiterio, se cuenta principalmente con la Obra de
Clérigos en ayuda solidaria (OCEAS) y el Plan
Mexicano de Previsión Social Sacerdotal (PMPSS),
signos de la solidaridad entre todos los sacerdotes de
México, pero están también las opciones de los seguros
de gastos mayores. Los precios y paquetes de cada una
de las empresas varían según diversas condiciones. Es
verdad que tienen beneficios, pero también limitantes,
especialmente para quien ya está enfermo o tiene una
edad que no le permite acceder a algunos de estos
servicios. Además, hay quienes cuentan con IMSS o
Seguro Popular. Aquí también, dependiendo del tipo
de afiliación y los beneficios a los que se hacen
acreedores, se pueden aprovechar diversos servicios y
atenciones cuando llega la enfermedad.
En el caso de las religiosas, la situación es muy
variable, y abarca desde quienes gozan de una buena
cobertura en salud con seguro de gastos mayores, están
afiliadas al IMSS, o cuentan con Seguro Popular, hasta
las que dependen muchas veces de la ayuda de las
personas o bienhechores. Habría que procurar en la
medida de lo posible aprovechar las diversas opciones
que estén al alcance de los diversos Institutos y según
los trabajos pastorales que desempeñen. Aunque sea
difícil hacerlo, hay que tratar de combinar la confianza
en la Providencia Divina con la reflexión y la elección
de las mejores opciones para la salud de cada una de
las religiosas. Habría que ver cuáles serán las nuevas
opciones o mejoras que habrá con la propuesta
gubernamental de la creación del Instituto de Salud
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 59

para el Bienestar y también qué opciones siguen


apareciendo en el ámbito privado.
Además de la salud personal de sacerdotes y
religiosas, quizá lo más difícil sea el cuidado y la
atención de los sacerdotes y religiosas mayores.
Normalmente los recursos son insuficientes y hay que
estar haciendo muchos esfuerzos para llevar adelante
las iniciativas espirituales y materiales con vistas a
atenderlos y mantener las casas donde habitan. A veces
también surgen mayores complicaciones porque a
sacerdotes y religiosas se les encomienda, por diversas
circunstancias, cuidar a los familiares cercanos,
especialmente padres o hermanos 7. Cada vez es más
difícil saber hasta qué punto se podrá atender de la
mejor manera todo lo relacionado con la salud. Pero no
hay que dejar de pensar y trabajar por encontrar las
mejores soluciones.
Por eso, hoy más que nunca es necesario ser mejores
administradores y prever de mejor manera los gastos
que se realizarán en un futuro. Por eso, sería bueno
presentar a continuación algunas reflexiones que
puedan dar lugar al diálogo y a la reflexión. En un
primer momento sería bueno considerar qué tanto se
hace la lucha por revisar la forma de vida
administrativa que cada quien lleva. Y también a nivel
comunitario, valorar y sacar adelante los conflictos
relacionados con los bienes, especialmente cuando no
se logran proyectos económicos y de comunión que
sean signo de la unidad que vive un presbiterio o un
Instituto de vida consagrada.
7
Cf. T. BAHILLO RUIZ, «Concesión de permisos de ausencia. Criterios para
su aplicación». [Consultado: 21.03.2019]
60 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

En este sentido, es necesario pensar si no se cae a


veces en una tacañería hasta cierto punto patológica.
En el periódico El País, aparecía lo siguiente el 28 de
mayo de 2006:
«Imaginemos a una persona en apariencia normal
con empleo e ingresos recurrentes que jamás se va
de vacaciones, si no es a casa de amigos y
familiares; que apenas enciende la calefacción,
incluso en los más crudos meses de invierno; que
utiliza el móvil sólo para provocar llamadas perdidas
y esperar a que sea el otro quien le llame; que puede
dedicar media mañana a recuperar una injusta
comisión bancaria de 50 céntimos (a pesar de que
esa media mañana, trabajando, puede ingresar unas
decenas de euros); que no sale a cenar ni al cine, si
no es invitado; que en una hoja de cálculo (a la cual
dedica casi una hora diaria) registra hasta los gastos
más nimios y compara, mes a mes, si está logrando
reducir su gasto mensual. ¿Estamos ante un tacaño o
ante un ahorrador? ¿Cómo saber si la compulsión a
no gastar es fruto de una sana decisión o se está
rayando en lo maniático? ¿Dónde está la frontera?»8

El ahorrador compulsivo, tampoco escapa a la


connotación negativa:
«Al ahorrador compulsivo le produce placer el
propio hecho de ahorrar. No hay medida. Poco
importa si esa persona podrá vivir de sus rentas

8
F. TRÍAS DE BES, ¿Tacaño o ahorrador? 26 de mayo de 2006. [Consultado:
10.07.2019]
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 61

todos los días que le queden de vida. La obsesión


hace que el atesoramiento no sea nunca suficiente»9.

Más o menos se podrían plantear ejemplos parecidos


de vida sacerdotal o consagrada, pero el reto está en
lograr ahorrar de manera sana y sobre todo invertir
para generar mayores ingresos. «Ahorrar es, no sólo
positivo para la economía de un país y las familias,
sino fundamental. Lo que no se consume se ahorra, y
lo que se ahorra, casi siempre, se invierte. La inversión
es un tipo de aplicación de los recursos de un país que
produce crecimiento en el medio y largo plazo. Una
economía que invierte no sólo es menos dependiente
del exterior y de la financiación, sino también mucho
más capaz de generar crecimiento»10.
Por lo tanto, se quiere hacer un ahorro sano e
invertir, es necesario replantear el modo en que se está
llevando la administración de los bienes. Fernando
Torres, en su blog sobre economía y vida religiosa,
presenta algunas perspectivas que pueden ayudar o por
lo menos sugerir ideas que den lugar al diálogo y a la
reflexión para aprovechar mejor los bienes. El 14 de
diciembre de 2018 presentó una reflexión titulada
Unificar:
«Vivimos en un mundo globalizado pero los
institutos religiosos parece que se empeñan a veces
en vivir en el pasado. Queremos que cada
comunidad haga su guerra y sus compras y sus
negocios. Para como decía en el blog anterior,
respetar la autonomía de las comunidades. Así que
9
Idem.
10
Idem.
62 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

vivimos en la contradicción de que somos capaces


de montar cooperativas para que los pobres se unan
y puedan obtener mejores servicios a mejores
precios, pero nosotros preferimos mantenernos
autónomos y hacer cada uno lo suyo aunque nos
resulte más caro. Y, a algunos, cuando oyen el
término unificar servicios o proveedores o empresas
casi que se les ponen los pelos de punta.

Pues aquí va una lista que me ha facilitado un amigo


laico que trabaja con una congregación. Es la lista de
los servicios y/o proveedores que podrían ser
unificados, casi seguro que con grandes ahorros
económicos e igual bienestar para todos. Al repasar la
lista, verán que este es un tema en el que se puede y
debe dar alas a la imaginación.
Aquí va la lista:
Aprovisionamientos
Alimentación/higiene
Farmacia/ortopedia/audífonos
Productos religiosos (vestimentas, libros litúrgicos,
formas…)
Material escolar y de oficina
Mobiliario escolar y de oficina
Editoriales
Uniformes
Equipamiento multifunción (impresoras, escaners)
Informática (computadoras, proyectores).
Vehículos
Suministros
Electricidad
Gasóleo calefacción
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 63

Combustible vehículos
Gas ciudad
Telefonía móvil y fija
Mensajería y paquetería
Construcciones y mantenimientos
Constructoras
Mantenimiento general (fontanería, electricidad…)
Empresas de mantenimiento de ascensores
Mantenimiento de equipos informáticos.
Seguros
De vehículos
De responsabilidad civil
De daños
De seguro escolar
Servicios profesionales
Asesoría socio-laboral (contratación, nominas…)
Asesoría jurídica (mercantil, fiscal, civil, laboral…)
Notarias, procuradores…
Asesoramiento técnico de obra civil
Laboral
Mutuas laborales
Empresas de prevención de riesgos laborales
Financiero
Bancos
Gestoras, EAFI’s
Empresas externas
De restauración
De limpieza
De asistencia en enfermerías
Imprentas
64 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Posiblemente ni están todas las que son ni son todas


las que están pero la lista nos puede dar ideas.
Dependiendo de situaciones y circunstancias unificar
unas será posible y otras no. Es cuestión de empezar y
de ir viendo las ventajas de esta globalización, de
unificar, que nos permitirá aprovechar mucho mejor
nuestros escasos recursos y dedicarlos más y mejor a la
misión del instituto y menos al despilfarro»11.

El 23 de mayo de 2019 ofreció algunas perspectivas


relacionadas con Lo micro y lo macro:

«Hace poco estuve comiendo con un amigo que se


mueve mucho en el asesoramiento de institutos
religiosos en cuestiones financieras. Digamos que ya
nos conoce desde hace tiempo. En un momento de la
conversación hablamos de lo micro y lo macro. Me
dijo algo así como “vosotros, los religiosos y
religiosas, sois muy buenos en lo micro pero muy
malos en lo macro”. Se refería obviamente al mundo
de la administración. En su opinión nos manejamos
muy bien en la administración de las pequeñas
cosas, las compras de cada día. Ahí hacemos
generalmente una administración cuidadosa,
controlamos bien. Pero parece que en lo “gordo”, en
lo grande, en lo macro, nos perdemos un poco.
Me hizo pensar y me recordó a un texto del
Evangelio, uno de esos en los que Jesús apostrofa
sin remilgos a los fariseos, rompiendo con esa
imagen un poco dulzarrona de algunas imágenes

11
F. TORRES, Unificar. [Consultado: 22.07.2019].
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 65

actuales. “¡Guías ciegos, que coláis el mosquito y


tragáis el camello!” (Mt 23,24). La expresión es
fuerte pero diría que se puede aplicar a nuestra
realidad.
A veces, se controla con mucho cuidado que
religiosos y religiosas entreguen sus cuentas
personales con todos los tickets y justificantes. Se
supervisa el detalle. Y se pone el grito en el cielo
cuando un religioso o religiosa gasta dinero en cine
o cosas parecidas. A veces, en las comunidades se
racanea en la calefacción o en la alimentación. Todo
ello llevados de un espíritu de austeridad. No quiero
criticar ese espíritu aunque a veces esos controles
son claramente excesivos y denotan, como ya he
dicho en otra entrada, una cierta falta de confianza.
Lo malo es que todo eso se hace mientras que
nos tragamos el camello y pasamos imperturbables
ante gastos “macro” que dejan nuestras economías
temblando para años: construcciones innecesarias,
siempre con el argumento de las necesidades
pastorales, que no les damos ni tiempo para que se
amorticen/usen, antes de reformarlas para un nuevo
destino. O bien, recursos disponibles que no se
utilizan adecuadamente y que se mantienen sin uso
durante años. Hay comunidades religiosas en el
centro de las grandes ciudades donde cada miembro
de la comunidad dispone de más de 100 metros
cuadrados (entre habitaciones vacías, pasillos y salas
enormes y sin uso). Se podría calcular el despilfarro
con solo entrar en internet y verificar el coste del
metro cuadrado de alquiler en esas ciudades y en el
barrio donde está esa comunidad.
66 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Pero no pasa nada. Parece que eso no tiene nada


que ver con la pobreza. Ni con la buena y cuidadosa
administración de los recursos de que disponemos
en orden a la misión. No hay urgencia para tomar
decisiones en ese sentido.
Y así se confirma que “colamos el mosquito pero
nos tragamos el camello”. O, como lo decía mi
amigo de una manera mucho más fina, somos muy
buenos en lo micro pero no lo hacemos bien en lo
macro»12.

Finalmente, compartió con sus lectores el 27 de


junio de 2019 la reflexión titulada Asumir riesgos:
«En economía siempre hay muchas posibles
soluciones o respuestas a los problemas que se nos
plantean. Un buen administrador debe ser capaz de
asumir riesgos. Su trabajo fundamental es decidir.
Decidir entre las diversas alternativas tratando de
conciliar las múltiples necesidades presentes y
futuras con los recursos, siempre escasos por
definición. No hay una sola solución. No hay una
sola respuesta. No es verdad eso de que no podemos
hacer otra cosa. Hasta el posponer la decisión es ya
tomar un camino concreto.
Esto viene a cuenta de que administrar es
decidir, tomar decisiones. Hay que hacer esta obra
en este colegio o no hay que hacerla. Y en el caso de
que se haga, de qué alcance, qué nivel de inversión,
cómo se va a financiar, en cuántos años se va a
amortizar. Hay muchas preguntas a las que hay que

12
F. TORRES, Lo micro y lo macro. [Consultado: 22.07.2019].
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO PROTEGE 67

responder y las respuestas son necesariamente


muchas y diversas.
Dar una respuesta concreta supone asumir
riesgos. Fundamentalmente el riesgo de equivocarse.
De que los números no salgan como estaba previsto.
De que la inversión no dé los resultados que se
suponía que iba a dar. Podemos poner placas solares
en el tejado de nuestras casas para generar energía
eléctrica (algo que, por cierto, podíamos ir pensando
y planificando y presupuestando ya). Pero,
dependiendo del proveedor que nos la instale
tendrán un precio y unos resultados diferentes. Hay
que decidir y decidir es arriesgar.
O se puede hacer una inversión en una obra de
apostolado. Es una decisión que a veces se toma con
facilidad, basada en el entusiasmo de algunas
personas. Y al cabo de pocos años, descubrir que la
obra no tiene ni el resultado ni el alcance previsto y
que la inversión se ha convertido en realidad en un
despilfarro de los siempre escasos recursos del
instituto.
Por eso, hay que estudiar los proyectos y sus
implicaciones económicas con serenidad. Hay que
darles su tiempo. Es cierto. ¡Pero ni la mitad del que
les solemos dar! Entre nuestros proveedores ya es
común el decir que nos tomamos
muchíiiiiiiiiiiiiisimo tiempo para tomar decisiones.
En algunos casos, casi me atrevería a decir que en
muchos, nos tomamos tanto tiempo que, para
cuando decidimos, ya se ha pasado el tiempo y la
oportunidad. Hasta el plazo que nos dieron en el
presupuesto para dar una respuesta. O, exagerando
68 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

un poco, hasta cerró la empresa que nos había


presentado el presupuesto.
Tendríamos que darnos cuenta de que no tomar
una decisión, seguir penando y dándole vueltas a
cuestión, es ya una forma de decidir y que ya tiene
consecuencias económicas y para la misión. Son
consecuencias que hablan de parálisis, de indecisión.
Y son siempre negativas.
Porque no es lo mismo no tomar una decisión
que decir que no a un proyecto. El “no” puede
abrirnos caminos hacia otras alternativas. No tomar
una decisión nos deja paralizados, sin movernos del
sitio, incapaces de mirar para delante. Retrasar
continuamente las decisiones en un continuo
proceso de reflexión y revisión (eso que nosotros
llamamos discernimiento) habla de nuestra
incapacidad para asumir riesgos, habla de falta de
liderazgo, habla de instituciones estancadas, sin
fuerza vital, paralizadas por el miedo al cambio.
Casi es mejor equivocarse en algunas decisiones
que quedarnos en esa situación intermedia, ni para
delante ni para atrás, siempre pensando, siempre
disimulando nuestros miedos con la necesidad
obsesiva de hacer una consulta más y de pensarlo un
poco mejor.
La situación actual de los institutos religiosos
exige la toma de decisiones arriesgadas, nuevas y
creativas en nombre de la misión, en nombre de la
atención a las personas, en nombre de nuestro
servicio al Evangelio»13.

13
F. TORRES, Asumir riesgos. [Consultado: 22.07.19].
V. TIEMPO PARA CALLAR
Y TIEMPO PARA HABLAR

Además de la sana alimentación y la actividad física,


es importante considerar el silencio y el descanso para
tener un buen desarrollo integral. Qohelet, en este
sentido, recomienda ampliamente reconocer que hay
un tiempo para callar y un tiempo para hablar.
1. La necesidad del silencio

En los libros sapienciales se insiste en el valor del


silencio: «el que menosprecia a su prójimo carece de
entendimiento, pero el hombre prudente guarda
silencio» (Prov 11,12); «El que guarda su boca,
preserva su vida; el que mucho abre sus labios, termina
en ruina» (Prov 13,3); «el que guarda su boca y su
lengua, guarda su alma de angustias» (Prov 21,23).
Qohelet, como ya se mencionaba, destaca la
necesidad de reconocer que hay un tiempo señalado
para todo, y hay un tiempo para cada suceso bajo el
cielo. Particularmente dice que hay un tiempo para
callar y un tiempo para hablar (3,7). Esto de es de vital
importancia para la formación permanente. Todo
parece indicar que cada vez es más difícil reconocer
que debe haber un tiempo para callar y un tiempo para
hablar. Por mucho, en la actualidad, lleva la delantera
el tiempo para hablar. El hombre, habla y habla sin
70 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

parar, y mucho le cuesta callar. O también, mucho


escucha sin discernir, olvidando la importancia del
silencio. El hombre puede estar perdiendo un tesoro
muy preciado llamado silencio, poniendo en riesgo la
escucha más importante de su vida: la voz de Dios.
Cuenta San Agustín una experiencia muy interesante
acerca del problema con el ruido que puede llegar
ensordecer los oídos del corazón, imposibilitando así la
escucha de la voz de Dios:
«Tendría yo unos 26 o 27 años cuando escribí
aquellos libros, dando vueltas en mi mente a
imágenes corporales, cuyo ruido ensordecía los
oídos de mi corazón. Intentaba aplicar mis oídos,
¡Oh dulce verdad!, a tu melodía interior, pensando
en lo “hermoso y lo conveniente”, con el deseo de
estar delante de ti, con el deseo de estar delante de ti,
y oírte y saltar de gozo al oír la voz del esposo; pero
no podía porque las voces de mi error me
arrastraban hacia afuera y caía en el abismo por el
peso de mi soberbia. Tú no dabas a mis oídos el
gozo y la alegría, ni se alegraban mis huesos, que no
habían sido aún humillados»1.

A lo largo de la historia de la Iglesia, además de San


Agustín, han habido otros personajes que han buscado
la manera de hacer realidad las palabras de Qohelet.
De San Jerónimo se narra lo siguiente:
«También Jerónimo habría utilizado una cueva
desocupada. Sería relativamente amplia y
“confortable” para tratarse del desierto, ya que pudo

1
SAN AGUSTÍN, Confesiones, IV, 15, 27.
V. TIEMPO PARA CALLAR 71

montar allí toda su biblioteca, copiar libros y recibir


visitas esporádicas. Los ermitaños mantenían
algunos vínculos entre ellos y con el mundo exterior.
Jerónimo recibía y enviaba con regularidad su
correspondencia. Conservamos de ese tiempo una
serie de sus cartas tempranas, dirigidas a amigos en
todo el mundo y casi cada una de ellas expresa el
anhelo de que le escriban de una vez; que no
importa lo que le escriban, pero que le escriban.
Jerónimo encomia el silencio y la vida santa que él
ha encontrado, pero el silencio no le hace
enmudecer. Por ser de un carácter muy social él
saluda solo la soledad sólo para ordenar sus ideas y
darles la forma correcta. Una vez que consigue ese
objetivo, arde en deseos de comunicarlas a otros, de
hacer intercambios y de mantener una relación al
menos epistolar, con personas de sentimientos
parecidos»2.

San Ambrosio, por su parte, inauguró con su lectura


en silencio una forma de leer hasta entonces inusitada.
El Obispo de Milán, dejó de leer en voz alta y prefirió
leer en silencio y meditando:
«…leía deslizando los ojos sobre las páginas, y
aunque su corazón buscaba el sentido, su voz y su
lengua descansaban. Jamás leía en voz alta. Pasado
el tiempo, él mismo aprendería a leer en silencio y
caería en la cuenta que esa distancia silente y
reflexiva era la misma que le había iluminado el

2
H. VON CAMPENHAUSEN, Los Padres de la Iglesia: Padres latinos, II, 189.
72 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

corazón y le había dotado de una nueva sabiduría


inefable»3.

Para San Bruno, el silencio formaba parte


imprescindible de la mística del desierto:
«Es en efecto, desierto, y también paraíso. Es
soledad humana, y es amistad y compañía con Dios.
Es silencio impresionante, y es diálogo y
comunicación con el Señor. Es despojo y pobreza, y
es riqueza y plenitud del Espíritu. Es compunción
por el pecado, y gozo por la misericordia del Padre.
Es abnegación y lucha formidable, y es máxima
libertad interior. Es permanente quietud, y es un
divagar espiritual incesante. Es presente realidad, y
es llamada y esperanza escatológica. En una palabra,
es ya posesión, y a la vez es búsqueda de Dios»4.

Finalmente, Pastores Dabo Vobis, hace una


vinculación muy interesante entre soledad, silencio y
formación permanente:
«En el contexto de la Iglesia comunión y del
presbiterio, se puede afrontar mejor el problema de
la soledad del sacerdote, sobre la que han
reflexionado los Padres sinodales. Hay una soledad
que forma parte de la experiencia de todos y que es
algo absolutamente normal. Pero hay también otra
soledad que nace de dificultades diversas y que, a su
vez, provoca nuevas dificultades. En este sentido,

3
Cf. Ibid., 168; G. STEINER, No Passion Spent. Essays 1978-1996, 8-9.
3
El silencio y la lectura. [Consultado: 13.07.2019]; SAN AGUSTÍN,
Confesiones VI, 3, 3.
4
POR UN CARTUJO, Maestro Bruno. Padre de Monjes, 227-228.
V. TIEMPO PARA CALLAR 73

“la participación activa en el presbiterio diocesano,


los contactos periódicos con el Obispo y con los
demás sacerdotes, la mutua colaboración, la vida
común o fraterna entre los sacerdotes, como también
la amistad y la cordialidad con los fieles laicos
comprometidos en las parroquias, son medios muy
útiles para superar los efectos negativos de la
soledad que algunas veces puede experimentar el
sacerdote”.
Pero la soledad no crea sólo dificultades, sino que
ofrece también oportunidades positivas para la vida
del sacerdote: “aceptada con espíritu de
ofrecimiento y buscada en la intimidad con
Jesucristo, el Señor, la soledad puede ser una
oportunidad para la oración y el estudio, como
también una ayuda para la santificación y el
crecimiento humano”. Se podría decir que una
cierta forma de soledad es elemento necesario para
la formación permanente. Jesús con frecuencia se
retiraba solo a rezar (Cf. Mt 14, 23). La capacidad
de mantener una soledad positiva es condición
indispensable para el crecimiento de la vida interior.
Se trata de una soledad llena de la presencia del
Señor, que nos pone en contacto con el Padre a la
luz del Espíritu. En este sentido, fomentar el silencio
y buscar espacios y tiempos “de desierto” es
necesario para la formación permanente, tanto en el
campo intelectual, como en el espiritual y pastoral.
De este modo, se puede afirmar que no es capaz de
verdadera y fraterna comunión el que no sabe vivir
bien la propia soledad» (PDV 74).
74 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

2. Palabra y silencio en la homilía

Discernir el tiempo para callar y el tiempo para


hablar es importante sobre todo en la Eucaristía. El
aprendizaje del silencio y del uso de la palabra es una
tarea humana y litúrgica fundamental. El alimento de
la Palabra y el alimento del Cuerpo y la Sangre de
Cristo, se reciben mejor si hay respeto de los silencios
y de las palabras. De manera particular, esto se pone en
práctica durante la homilía. Además del Directorio
Homilético, el Papa Francisco no deja de insistir una y
otra vez en la necesidad de hacer una homilía breve y
bien preparada, parámetro indiscutible para medir la
vida espiritual del sacerdote.
«“Me decía un sacerdote –relató Papa Francisco–
que una vez había ido a otra ciudad donde vivían sus
padres y su papá le había dicho: ‘¿Sabes? Estoy
contento porque mis amigos y yo hemos encontrado
una iglesia donde se dice Misa sin homilía”». El
Papa preguntó «cuántas veces vemos que durante la
homilía algunos se duermen, otros charlan o salen a
fumarse un cigarrillo». «Por eso, por favor, que la
homilía sea breve, pero (que) esté bien preparada. Y
¿cómo se prepara una homilía, queridos sacerdotes,
diáconos, obispos? ¿Cómo se prepara? Con la
oración, con el estudio de la Palabra de Dios y
haciendo una síntesis clara y breve; no tiene que
durar más de diez minutos, por favor» 5.

5
PAPA FRANCISCO, Audiencia General, 7 febrero de 2018, [consultado
14.07.2019].
V. TIEMPO PARA CALLAR 75

3. Dios lo da a sus amigos mientras duermen

Hubo un santo, llamado Macario de Alejandría,


célebre por su ascetismo relacionado con la comida, la
bebida y el sueño:

«Sólo comía una vez por semana. En una ocasión, su


discípulo Evagrio, al verle torturado por la sed, le
rogó que tomase un poco de agua; pero Macario se
limitó a descansar brevemente en la sombra,
diciéndole: “En estos veinte años, jamás he comido,
bebido, ni dormido lo suficiente para satisfacer a mi
naturaleza”. Su cuerpo estaba debilitado y
tembloroso; su rostro, pálido. Para contradecir sus
inclinaciones, no rehusaba beber un poco de vino,
cuando otros se lo pedían, pero después se abstenía
de toda bebida durante dos o tres días. En vista de lo
cual, sus discípulos decidieron impedir que los
visitantes le ofrecieran vino. Macario empleaba
pocas palabras en sus consejos, y recomendaba el
silencio, el retiro y la continua oración -sobre todo
esta última- a toda clase de personas. Acostumbraba
decir: “En la oración no hace falta decir muchas
cosas ni emplear palabras escogidas. Basta con
repetir sinceramente: Señor, dame las gracias que Tú
sabes que necesito. O bien: Dios mío, ayúdame”…
para vencer el sueño que le estorbaba la oración,
estuvo veinte noches sin acostarse debajo del
tejado»6.

6
Un gran asceta egipcio: Macario de Alejandría, el Grande. [Consultado:
15.07.2019].
76 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Teniendo en cuenta el género literario del texto


anterior, donde se resaltan hechos excepcionales de los
santos, de todas formas la narración es útil para hacer
ver la necesidad de otro tipo de ascetismo como
camino de santidad. Hoy en día, todo indica que el
ascetismo consiste en la fidelidad a dormir, descansar y
reparar las fuerzas para desempeñar mejor el ministerio
pastoral.
Estudios recientes han encontrado que las personas
con trastornos de sueño, como el sueño de duración
corto y largo, la mala calidad del sueño, los trastornos
del ritmo circadiano, el insomnio y el SAOS
(Síndrome de apnea obstructiva del sueño), tienen un
riesgo 1,55, 1,65 y 3,78 veces mayor de desarrollar EA
(Enfermedad de Alzheimer), DCL (Deterioro
Cognitivo Leve) y EA preclínica 7.
También se ha demostrado que la privación del
sueño empeora el rendimiento de la memoria al día
siguiente8. En cambio, dormir bien, repara y fortalece
el sistema inmunitario, se regula la temperatura
corporal y el metabolismo; entre otras funciones 9.
Además, la calidad del sueño es decisiva para el
aprendizaje de nuevos conocimientos y para la
capacidad de atención y de concentración, por
supuesto, junto con la nutrición y la práctica del
deporte10.

7
Cf. D. LIRA – N. CUSTODIO, «Los trastornos del sueño y su compleja
relación con las funciones cognitivas», 25-26.
8
Cf. Ibid., 23.
9
Cf. Ibid., 22.
10
Cf. Ibid., 23.
V. TIEMPO PARA CALLAR 77
78 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Hay un Salmo en la Sagrada Escritura que invita a la


calidad del sueño basado en la confianza en el Señor:
«Si el Señor no edifica la casa, en vano trabajan los
que la edifican; si el Señor no guarda la ciudad, en
vano vela la guardia. Es en vano que os levantéis de
madrugada, que os acostéis tarde, que comáis el pan
de afanosa labor, pues Él lo da a sus amigos
mientras duermen» (Sal 127,1-5).

Qohelet también manifiesta que «el sueño del


trabajador es dulce, coma poco o mucho, pero al rico
no lo dejan dormir sus riquezas» (Qoh 5,11).
Proverbios, en cambio, advierte de un sueño que no sea
reparador sino más bien manifestación de pereza:
«Vete a ver a la hormiga, perezoso, observa sus
costumbres y aprende. Aunque no tiene capataz ni
jefe ni inspector, reúne su alimento en el verano,
recoge su comida durante la cosecha. ¿Hasta cuándo
dormirás, perezoso? ¿Cuándo te levantarás de tu
sueño? Duermes un rato, dormitas otro rato, cruzas
los brazos y a descansar. Y te llega la miseria del
vagabundo y la pobreza del mendigo» (Prov 6,6-11).

La tarea, por lo tanto, está en buscar el equilibrio


entre el servicio pastoral y el sueño reparador, evitando
la pereza y la ociosidad. En este sentido, resultan
ilustrativos dos textos, uno de Raniero Cantalamessa y
otro de Joseph Ratzinger con respecto al sueño y la
interioridad. Como estos teólogos advierten, hay que
buscar el buen sueño, el buen descanso, la buena
interioridad, y alejarse lo más posible del mal sueño,
insomnios, hábitos y vicios.
V. TIEMPO PARA CALLAR 79

«En el plano físico hay sustancias que «inducen» y


ayudan a conciliar el sueño; se llaman somníferos y
son bien conocidos por una generación como la
nuestra, enferma de insomnio. También en el plano
moral existe un terrible somnífero. Se llama hábito.
El hábito es como un vampiro. El vampiro –al
menos según cuanto se cree– ataca a las personas
que duermen y, mientras les chupa la sangre, a la
vez les inyecta una sustancia soporífera que hace
experimentar aún más dulce el dormir, de modo que
el desafortunado se hunde cada vez más en el sueño
y el vampiro le puede chupar toda la sangre que
quiera. También el hábito en el vicio adormece la
conciencia, por lo que uno ya no siente ni siquiera
remordimiento; cree estar muy bien y no se percata
de que está muriendo espiritualmente.
La única salvación, cuando este «vampiro» se te
ha pegado encima, es que llegue algo de improviso
para despertarte del sueño. Esto es lo que se
determina a hacer con nosotros la palabra de Dios
con esos gritos de despertar que nos hace oír tan
frecuentemente en Adviento: «¡Velad!».
Concluimos con una palabra de Jesús que nos abre
el corazón a la confianza y a la esperanza:
«Dichosos los siervos que el Señor al venir
encuentre despiertos; yo os aseguro que se ceñirá,
los hará ponerse a la mesa y, yendo de uno a otro,
les servirá» (Lucas 12,37)»11.

11
R. CANTALAMESSA, Comentario al Evangelio del Domingo I de Adviento.
[Consultado: 15.07.19].
80 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

«La desilusión de no pocos sacerdotes, que se


habían acercado a su misión con gran idealismo,
consiste en definitiva en esa sospecha acerca de la
interioridad. Tiempo para Dios, para el propio estar
interior ante él, es una prioridad pastoral que, en
cierto modo, y valga la redundancia, es prioritaria
respecto a todas las demás prioridades que son
igualmente importantes. No es una carga añadida,
sino la respiración del alma, sin la cual nos
quedamos necesariamente sin aliento, perdemos el
aliento espiritual, el aliento del Espíritu Santo.
También son importantes y oportunas otras formas
de descanso, pero la manera fundamental de
descansar de la obra y aprender a amar de nuevo es
la búsqueda interior del rostro de Dios, que siempre
nos devuelve de nuevo la alegría en Dios» 12.

4. Peligros del cansancio: Burnout

Entre los factores decisivos del desarrollo humano


de cualquier persona se encuentran la personalización
y la realización personal. Hoy los embates de
despersonalización e insatisfacción con lo que se hace
son innumerables y amenazan con crecer de forma
incontrolada. El vacío existencial llena,
paradójicamente, muchas de las vidas de las personas.
Sacerdotes y religiosas no son ajenos a esta situación.
Incluso, por su forma de vida y labor que realizan,
están expuestos en un alto porcentaje a sufrir todo esto

12
J. RATZINGER, «Ministerio y vida del sacerdote», en: Convocados en el
camino de la fe: La Iglesia como comunión, 176-177.
V. TIEMPO PARA CALLAR 81

con mayor intensidad. Por eso, se requiere poner


manos a la obra y combatir lo que hace algunos años se
ha denominado como Burnout. Este síndrome presenta
generalmente tres rasgos fundamentales. El primero de
ellos es el cansancio, el segundo, la
despersonalización, y el tercero, la falta de realización
personal. En cuanto al cansancio, se experimenta un
agotamiento de los propios recursos físicos,
psicológicos y emocionales. En el caso de la
despersonalización, aparecen continuamente respuestas
negativas e insensibles ante situaciones que merecen
enfrentarse de buena manera o ante personas que
merecen recibir un buen trato, además de un servicio
cuidadoso y esmerado. Y, finalmente, con respecto a la
realización personal, se tienen sentimientos de declive
en relación con la competencia y los buenos resultados
en el trabajo, dando lugar a una insatisfacción en todo
lo que se hace 13. A la luz de algunos ejemplos de la
Sagrada Escritura, se intentará dar luces para combatir
esos aspectos típicos del Burnout y superarlos de
forma satisfactoria.

4.1 El descanso de Dios

El primer personaje que descansa en la Biblia es


Dios. El libro del Génesis narra que el día séptimo,
Dios descansó de su obra que había hecho (Gn 2,2). El
primer aspecto que aparece del descanso de Dios es su
vinculación a la terminación de la creación. El

13
Cf. F. DÍAZ BÁMBULA – I. C. GÓMEZ, «La investigación sobre el síndrome
de Burnout en Latinoamérica entre 2000 y el 2010», 114-115.
82 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

paralelismo del texto hebreo pone de relieve,


precisamente, que es sobre todo el descanso de Dios el
que pone un término momentáneo a su creación. Se
puede decir que Dios establece una relación sana con
su obra a la manera de un Señor que sabe qué hacer
con su trabajo y sus bienes cuando termina, puesto que
no se deja envolver por un hacer incontrolable que lo
lleve al cansancio y al hastío. Dios es capaz de
detenerse y poner una pausa a su propia potencia
creadora para bendecir y consagrar la obra realizada:
«Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque
ese día Dios descansó (tb;v)' de toda su obra que había
creado por hacer» (Gn 2,3) 14.
El segundo aspecto a subrayar, es que hay un día en
concreto en el que Dios descansó: «día séptimo». Más
adelante, en el libro del Éxodo, cuando Dios conceda a
su pueblo el don de los mandamientos, este día
aparecerá denominado como el «sábado»: «más el
séptimo día es sábado» (Ex 20,10). Teniendo esto en
cuenta, se puede percibir un juego de palabras entre el
verbo «descansar» (tb;v') y el sustantivo «sábado»
(tB'v;). Esto ayuda al lector a vincular estrechamente la
acción de descansar con un tiempo o un día
determinado para hacerlo. Y en este sentido, el tiempo
aparece como un aliado de Dios para su descanso,
alianza ratificada precisamente con la bendición y
consagración.
Dios, por lo tanto, aparece como ejemplo de
descanso en cuanto es capaz de terminar lo que hace y
darse un tiempo en concreto para valorar lo realizado.
14
Cf. A. WÉNIN, Da Adamo ad Abramo o l’errare dell’uomo. Lettura
narrativa e antropologica della Genesi. Gen 1,1-12,4, 26.
V. TIEMPO PARA CALLAR 83

De alguna forma, descansar de lo realizado para ver y


decir «he aquí que todo era muy bueno» (Gen 1,31).

4.2. El descanso del hombre y la mujer

Hay varios tipos de cansancio relacionados con el


síndrome de Burnout, pero queremos hablar de dos en
particular: el cansancio laboral y el digital. Descansar
del trabajo realizado ha de conducir a valorar la
bondad de las obras realizadas, a ejemplo de Dios, y
también, descansar de los medios tecnológicos, ha de
permitir realizar otras actividades, especialmente
físicas, que mejoren la salud.

4.2.1. Combatiendo el cansancio laboral

La bendición y consagración del día séptimo da


inicio a una realidad a la que hombres y mujeres están
llamados a participar. Ellos, son invitados a consagrar
también este día. De esta forma, el descanso humano
aparece como una imitación del descanso de Dios:
«Recuerda el día sábado para consagrarlo. Durante
seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo
es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios:
no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni
tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el
emigrante que viva en tus ciudades» (Ex 20,8-11).

Al leer esta descripción del mandato de recordar el


sábado, se percibe que no solamente el israelita debe
84 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

descansar, sino toda persona y animales que dependan


de él. En este sentido, el texto ilustra que el descanso
tiene una dimensión social. El israelita no ha de tener
en cuenta un mero descanso personal o individual sino
que tiene que promover el descanso de los demás,
especialmente de todo aquello que esté a su cuidado.
De alguna forma, es como si el descanso se lograra no
únicamente descansando de forma individual, sino
sobre todo haciendo descansar todo lo demás. En
definitiva, el mandato intentaría lograr efectivamente
un verdadero descanso, pues sólo haciendo descansar a
las personas, animales y cosas con las que el israelita
se relaciona, descansaría también el israelita en
realidad.
Por eso, con justa razón, el profeta Isaías proclama:
«Si dejas de profanar el sábado, y no haces negocios
en mi día santo; si llamas al sábado “gozo” (gn[), y al
día santo del Señor, “honorable”; si te abstienes de
profanarlo, y lo honras no haciendo negocios ni
profiriendo palabras inútiles, entonces hallarás tu
gozo (gn[) en el Señor; sobre las cumbres de la tierra
te haré cabalgar, y haré que te deleites en la herencia
de tu padre Jacob. El Señor mismo lo ha dicho»
(Is 58,13-14).

El profeta está convencido de que una relación


saludable con Dios, como se expresa en la frase «hallar
gozo en el Señor» (gn[), está en consonancia con llamar
al sábado «gozo» (gn[). Dejar los negocios para gozar
del sábado es el camino necesario para hallar gozo
también en el Señor. De esta manera, se cumple todo el
ciclo instaurado desde el descanso de Dios en el libro
V. TIEMPO PARA CALLAR 85

del Génesis. El hombre y la mujer descansan


disfrutando del sábado, y esto les permite también
descansar y gozar del descanso en el Señor. Si no se
descansa de hacer los propios negocios, entonces lo
que surge es la búsqueda de sí mismo y la no apertura
a otro tipo de búsquedas. El círculo del gozo es más
pequeño, por así decirlo, cuando se encuentra
solamente en los negocios, pues todo queda entre el
hombre y sus obras. Isaías, por el contrario, amplía ese
círculo de gozo descansando, por así decirlo, de los
propios deseos, obras, negocios, para abrirse a otro tipo
de realidades que posibiliten, en último término,
descansar en el Señor 15.
A este propósito, la programación del descanso
diario, semanal, mensual y anual ha llegado a cobrar
una importancia especial como factor de madurez
humana 16. Descansar implicaría tener la capacidad de
gozar del trabajo realizado y de reconocimiento de los
dones otorgados por Dios. Instrumentos para el
descanso los hay de diversos tipos, basta echar una
mirada a la Ley Federal del Trabajo para tomar
conciencia de la necesidad de relacionar de mejor
manera el trabajo y el descanso: «Durante la jornada
continua de trabajo se concederá al trabajador un
descanso de media hora, por lo menos» (Art. 63); «Por
cada seis días de trabajo disfrutará el trabajador de un
día de descanso, por lo menos, con goce de salario
íntegro» (Art. 69); «Los trabajadores domésticos
deberán disfrutar de reposos suficientes para tomar sus

15
Cf. P. V. NISKANEN, Isaiah 55-66, 24.
16
Cf. J. D. BOTIA APONTE, Lavarnos los pies los unos a los otros. Manual de
Pastoral Presbiteral Diocesana, 293.
86 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

alimentos y de descanso durante la noche» (Art. 333);


y «Los trabajadores que tengan más de un año de
servicios disfrutarán de un período anual de vacaciones
pagadas, que en ningún caso podrá ser inferior a seis
días laborables, y que aumentará en dos días
laborables, hasta llegar a doce, por cada año
subsecuente de servicios» (Art. 76). Habría que
verificar cuáles son los deseos y negocios que hay que
dejar o que se pueden dejar para conseguir un descanso
gozoso. Sobre todo, desde la perspectiva bíblica que
estamos proponiendo, dejar de hacer los negocios
permitiría tener un descanso personal que posibilitaría
un descanso social y además daría lugar al descanso en
el Señor, siguiendo la estela del Decálogo y de lo dicho
por el profeta Isaías.

4.2.2. Combatiendo el cansancio digital

Otro de los cansancios que más afecta a las personas


en estos días es el digital. El uso de la tecnología agota
desde tres puntos de vista. En unas ocasiones, porque
las personas se sienten incapaces de utilizar
eficazmente los avances tecnológicos. En otras, porque
hay un consumo digital desordenado que acaba por
agotar a quien hace uso de estos medios. Y,
finalmente, porque estar siempre conectados a los
medios aumenta el sedentarismo. Una opción para
combatir la primera forma de cansancio es la toma de
conciencia de las habilidades propias y hacer un voto
de confianza hacia sí mismo en vistas al uso eficaz de
los medios tecnológicos. En relación con el segundo
V. TIEMPO PARA CALLAR 87

tipo de agotamiento digital, se requiere llevar a cabo


un proceso para ordenar la vida, de tal forma que
permita consumir y compartir saludablemente la
información. Por último, con respecto al sedentarismo,
el ayuno de los medios y la práctica de la actividad
física aparecen como necesidades imperiosas para
gozar de una buena calidad de vida. En cada uno de
estos casos, intentaremos mostrar algunos pasajes de la
Escritura que estimulan a combatir el cansancio digital.

a) Voto de confianza hacia sí mismo

En el libro de los Números, hay una historia en


la que se narra el envío de unos exploradores por parte
de Moisés para que vieran cómo era la tierra de
Canaán, y éste fue el informe que dieron a su regreso:

«Hemos llegado hasta el país adonde nos


enviaste, y realmente es un país que mana leche y
miel. ¡Vean aquí sus frutos! Sin embargo, el
pueblo que habita el país es fuerte, y las ciudades,
fortificadas y muy grandes. Allí hemos visto
también a los descendientes de Anaq. Amaleq
habita el país del Négeb; el hittita, el yebuseo y el
amorreo habitan en la montaña, y el cananeo
mora junto al mar y a la orilla del Jordán» (Num
13,27-29).

Algunos estudios relacionados con el Burnout y la


tecnología mencionan que la falta de confianza en las
propias competencias puede dar lugar a este síndrome.
88 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

En realidad, el Burnout sería esencialmente una crisis


en la autoeficacia. Cada vez que las personas
experimentan sentimientos de incompetencia personal,
profesional y colectiva, especialmente en el uso de la
tecnología, hay una fuerte probabilidad de que
aparezca el Burnout 17. Este tipo de cansancio también
es llamado tecnoestrés. Se trata de un término acuñado
por el psicólogo Craig Brod en 1984 para definir a la
enfermedad de adaptación provocada por la falta de
habilidad para interactuar de manera saludable con las
nuevas tecnologías 18.
De acuerdo con esto, la información de los
exploradores, de que tanto los habitantes del país,
como las ciudades, son fuertes y están muy bien
fortificadas, hace pensar que estos hombres
experimentan sentimientos de incompetencia. Parece
ser que estos sentimientos de ineficacia o autoeficacia
negativa surgen, por una parte, del reconocimiento de
una fuerza más grande que la propia: «No podemos
subir contra ese pueblo, pues es más fuerte que
nosotros» (Num 13,31). Y, por otra, del miedo ante lo
que podría suceder si enfrentan a estos pueblos: «El
país por donde hemos pasado al hacer su exploración
es un país que devora a sus habitantes» (Num 13,32).
El combate, por lo tanto, tiene dos frentes, uno es
externo, suponiendo que efectivamente los enemigos
fueran más fuertes, pero también está el interno, el
miedo que tienen de esos pueblos.

17
Cf. M. SALANOVA SORIA, «Trabajando con tecnologías y afrontando el
tecnoestrés: el rol de las creencias de eficacia», 238.
18
Cf. Ibid., 229.
V. TIEMPO PARA CALLAR 89

Lo llamativo es que hay dos exploradores que tienen


otra percepción, y entonces, surgen nuevas
posibilidades para enfrentar las dificultades que se
presentan. Josué y Caleb dijeron: «La tierra que
acabamos de recorrer y explorar es una tierra muy
buena. El Señor está de nuestra parte; él nos hará entrar
en ella y nos la dará; es una tierra que mana leche y
miel» (Num 13,7-8). Antes que fijarse en el pueblo al
que se van a enfrentar, Josué y Caleb ponen atención a
la tierra. Y en este sentido, como un símil de la
tecnología, ésta aparece como la tierra que mana leche
y miel. La tecnología aparece como una suerte de tierra
nueva en la que muchas cosas pueden fructificar. Por
lo tanto, es necesario entrar en ella, y hay que
conseguir las habilidades suficientes para hacer un uso
eficaz de ella. Además, hay que confiar en las
habilidades propias y en la perseverancia cotidiana
para hacerlo cada día mejor. Algunos estudios
muestran que algunos factores que influyen para que
esto suceda son hacer ver al operador de estos medios
que sigue conservando un papel fundamental, pues es
quien tiene la capacidad de reconocer pautas, razonar
de forma abstracta, hacer síntesis, relacionar los
distintos elementos, etc 19. Además es necesario
fortalecer a las personas con las cuatro principales
fuentes de autoeficacia y de eficacia colectiva:
experiencias de éxito, experiencia vicaria, la
persuasión y los estados emocionales y somáticos 20.

19
Cf. Cf. M. SALANOVA SORIA, «Trabajando con tecnologías y afrontando el
tecnoestrés: el rol de las creencias de eficacia», 235.
20
Cf. Ibid., 239-240.
90 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

En el caso de Josué y Caleb, cuando dan su punto de


vista sobre la tierra, mencionan palabras fundamentales
para tener confianza: «si el Señor así lo quiere, nos
hará entrar en ella y nos la dará» (Num 14,8); así
como: «El Señor está con nosotros» (Num 14,9). El
Señor aparece aquí entonces como fuente de
autoeficacia y de eficacia colectiva. Quien se enfrenta
a una nueva tierra no está solo, sino que cuenta
también con la benevolencia del Señor. A lo largo de la
historia, el Señor ha capacitado de la mejor manera a
los líderes de Israel. Josué, más adelante será el
sucesor de Moisés, pero ya desde ahora está
aprendiendo a poner su confianza no sólo en sus
habilidades, sino también en el Señor.

b) Uso saludable de los medios digitales

Hoy en día es una realidad que el uso excesivo de


las redes sociales, o estar conectados de forma
permanente, ha provocado un síndrome clínico muy
similar al que se da con las adicciones químicas. Está
claro que las ciberadicciones están provocando un
fuerte daño en la salud de las personas, interfiriendo en
el desarrollo de las actividades de la vida diaria y
afectando el desarrollo físico, psicológico y social de
quienes lo padecen 21. Por lo tanto, es necesario
aprender a usar estos medios de forma saludable, sin
que lleguen a ser una adicción, sino un instrumento
para tener mejor calidad de vida.

21
Cf. A. TERÁN PRIETO, «Ciberadicciones. Adicción a las nuevas tecnologías
(NTIC)», 131.
V. TIEMPO PARA CALLAR 91

A este respecto, es pertinente recordar esta


exhortación de San Pablo: «Todo está permitido, dicen
algunos. Sí, pero no todo es conveniente, y aunque
todo esté permitido, no todo aprovecha a los demás» (1
Cor 10,23). Por eso, el usuario de los medios digitales,
lo primero que tiene que evitar es la infoxicación. Este
fenómeno tiene lugar cuando la persona recibe una
información mayor de la que es capaz de procesar,
generando así, consecuencias negativas en su salud22.
Entre algunas claves para procesar mejor la
información está la de profundizar en un tema. No es
necesario, para estar bien informado, recibir toda la
información sobre algo, sino profundizar o focalizar la
atención en algunos aspectos que permitan procesar la
cantidad de información que se recibe. Obviamente la
profundización requiere tiempo, reflexión y silencio,
realidades que pueden parecer extrañas y difíciles para
quien vive inmerso en el multitasking:
«La cultura requiere un entorno en el que sea
posible una atención profunda. Esta es
remplazada progresivamente por una forma de
atención por completo distinta, la hiperatención.
Esta atención dispersa se caracteriza por un
acelerado cambio de foco entre diversas tareas,
fuentes de información y procesos. Dada, además,
su escasa tolerancia al hastío, tampoco admite
aquel aburrimiento profundo que sería de cierta
importancia para un proceso creativo»23.

22
Cf. B. GÓMEZ NIETO, «El consumidor ante la infoxicación en el discurso
periodístico», 314.
23
Cf. B.-C. HAN, La sociedad del cansancio, 35.
92 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Otro elemento para evitar la infoxicación sería


discernir qué información es útil y cuál es inútil. En
realidad buena parte de las ciberadicciones viene del
consumismo imprudente. Es decir, solamente se está
conectado, se pasan imágenes y más imágenes, se leen
textos y más textos, se ven videos y más videos, y así
se permanece cargando una y otra vez la roca para
tirarla y volverla a levantar, como en el mito de
Sísifo 24. Toda la atención se vuelca al exterior, estamos
enterados de lo que sucede fuera de nosotros, pero
difícilmente hacemos una rejilla para cribar lo que
consideramos útil y de calidad para nuestra salud.
En algunos casos, puede ser muy difícil alcanzar un
grado de discernimiento profundo a la hora de valorar
la información de calidad, pero por lo menos habría
que descubrir cuándo la salud ya se ve afectada por el
uso de los medios digitales. Ciertamente habrá
personas que maduren personalmente y socialmente a
través de estos medios y su vida sea más eficaz y feliz,
pero también habrá quienes se vean afectados en su
personalidad, en su tiempo para dormir, y en sus
labores cotidianas. Los medios, para algunas personas,
pueden convertirse en una segunda vida, en una
invitación constante a vivir con extimidad, exponiendo
la intimidad en las redes sociales y exhibiendo en las
pantallas globales lo que es, siente, quiere, y espera o
lo que ni es, ni siente, ni quiere, ni espera, con todo lo
que conlleva de imagen, percepción social, aceptación,
autoestima, etc. 25.

24
Cf. HOMERO, Odisea, Canto XI, 593-600.
25
Cf. C. SAVATER FERNÁNDEZ, «La vida privada en la sociedad digital. La
exposición pública de los jóvenes en internet», 10.
V. TIEMPO PARA CALLAR 93

c) Ayuno de los dispositivos digitales

Aunado a lo anterior, es preciso reconocer que uno


de los retos principales, derivado del uso de las
tecnologías, es el combate al sedentarismo. Según
cifras de la OMS, el sedentarismo es uno de los
principales factores de riesgo de mortalidad, junto con
las enfermedades cardiovasculares, cáncer y niveles
elevados de glucosa en la sangre26. Hoy en día, se da
sobre todo el sedentarismo tecnológico, es decir, se
sustituyen las actividades físicas por el uso de las
tecnologías, como televisión, computadora, celular,
internet, redes sociales, etc 27. Desgraciadamente, con
el desarrollo de estos medios, han descendido los
esfuerzos físicos, ocasionando una serie de daños al
bienestar personal. Y junto al sedentarismo, ha
aumentado el descontrol en la alimentación, así como
el consumo de tabaco y alcohol.
Es verdad que la conexión a las redes u otros medios
digitales a veces descansan, distraen, y eliminan algo
del estrés generado durante el día, pero hay que
desconectarse en un determinado momento. No se
puede esperar tener la salud deseada descansando
únicamente con el uso de estos medios. La tarea es
ardua, pero la adicción está al acecho, y si no se ponen
en marcha mecanismos concretos de desconexión,
difícilmente se podrá superar la adicción a los medios
digitales y el sedentarismo que esto conlleva. A este

26
Cf. Actividad física. Sitio Web de la Organización Mundial de la Salud
[Consultado: 21.03.19]
27
Cf. J. A. RIVERA-TAPIA, et al., «Uso de tecnologías, sedentarismo y
actividad física en estudiantes universitarios», 18-19.
94 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

respecto, y como motivación, es preciso decir que


dejar a un lado a las tecnologías para realizar
actividades físicas, tiene beneficios directos a nivel
físico, psíquico y social, así como beneficios indirectos
especialmente en relación con estilos de vida
saludables como control de la alimentación, práctica
del deporte, actividades artísticas o artesanales, no
consumo del tabaco y uso moderado del alcohol 28.
En este sentido, el ayuno de los medios digitales
puede ser un medio indispensable para la realización
de actividades que generen una vida más saludable. El
profeta Isaías presenta el ayuno con la finalidad de
obtener salud y su exhortación puede ser de mucha
utilidad en estos días:
«¿Acaso el ayuno que he escogido es sólo un día
para que el hombre se mortifique? ¿Y sólo para que
incline la cabeza como un junco, haga duelo y se
cubra de ceniza? ¿A eso llaman ustedes día de ayuno
y el día aceptable al Señor? El ayuno que he
escogido, ¿no es más bien romper las cadenas de
injusticia y desatar las correas del yugo, poner en
libertad a los oprimidos y romper toda atadura? ¿No
es acaso el ayuno compartir tu pan con el
hambriento y dar refugio a los pobres sin techo,
vestir al desnudo y no dejar de lado a tus
semejantes? Si así procedes, tu luz despuntará como
la aurora, y al instante llegará tu salud; tu justicia te
abrirá el camino, y la gloria del Señor te seguirá»
(Is 58,5-8).

28
Cf. J. A. ROS FUENTES, Actividad + Salud. Hacia un estilo de vida activo,
Consejería de Sanidad, Murcia 2006, 33.
V. TIEMPO PARA CALLAR 95

Si pensamos en un ayuno de medios digitales,


probablemente implique una gran mortificación para el
hombre, pero posibilitaría la práctica de acciones que
generen salud. Compartir el pan con el hambriento
sería mejorar también la propia alimentación; dar
refugio a los pobres sin techo incluiría la propia
pobreza de estar apegados a los medios digitales; vestir
al desnudo implicaría ponerse la ropa para hacer
actividades físicas; y no dejar de lado a los semejantes,
promover todo esto entre los demás. Haciendo esto, la
salud no tardará en llegar, como lo proclama el profeta
Isaías. En primer lugar, se generarán sentimientos de
satisfacción con la vida, la familia y el trabajo. En
segundo lugar, crecerá la autoestima. En tercer lugar,
se reducirán los síntomas depresivos. Y, finalmente, 30
minutos al día de ejercicio aeróbico de intensidad
moderada producirá mejoras significativas a partir del
décimo día a nivel físico, psíquico, y espiritual 29.

4.3. Judith: combate a la despersonalización


con resistencia y sentido de coherencia

Una personalidad resistente, según Suzanne C.


Kobasa, Salvatore R. Maddi y S. Kahn, combina tres
actitudes: el compromiso, el control y el reto 30. La
resistencia se manifiesta en que la persona prefiere
comprometerse a aislarse, aunque las situaciones sean
difíciles; también tiene el control para poder influir en

29
Cf. S. MÁRQUEZ ROSA, et al., «Sedentarismo y salud: efectos beneficiosos
de la actividad física», 20-21.
30
Cf. S. C. KOBASA – S. R. MADDI – S. KAHN, «Hardiness and Health: A
Prospective Study», 168-177.
96 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

los eventos que vienen a continuación sobre todo a


través de sus habilidades y aptitudes; y, por último, en
cuanto al reto, las situaciones difíciles se ven como una
oportunidad para aprender, desarrollarse y crecer en
sabiduría 31.
Aaron Antonovsky, por su parte, basa la explicación
del sentido de coherencia en los aspectos activos de la
conducta que llevan al sujeto a desarrollar acciones
adaptativas y positivas frente a los factores de estrés y
cansancio, por ejemplo, el apoyo social, la formación,
los medios económicos, la familia, las creencias, etc 32.
En general, son tres los componentes a considerar en
una personalidad con sentido de coherencia:
comprensibilidad, que es el componente cognitivo; la
manejabilidad, que es el componente instrumental; y la
significatividad, que es el componente motivacional.
En la historia de Judith aparecen reflejados estos
aspectos, de tal forma que se puede considerar a este
personaje como una personalidad resistente y con
sentido de coherencia. Antes de la presentación de
Judith, el narrador da una información de la situación
en la que se encuentran los israelitas: «en la ciudad
todos estaban profundamente desconsolados» (7,32).
El origen de este desconsuelo se encuentra en diversas
reacciones que se han suscitado entre los habitantes del
país porque Holofernes llegó a Betulia con una
muchedumbre incontable. Por lo cual, «se
aterrorizaron» (7,4) y se dijeron unos a otros «estos
arrasarán toda la tierra, y ni las altas montañas, ni los

31
Cf. A. MARTÍNEZ PÉREZ, «El síndrome de Burnout. Evolución conceptual
y estado actual de la cuestión», 52.
32
Cf. Ibid., 52-53.
V. TIEMPO PARA CALLAR 97

valles, ni las colinas podrán detener su avance» (7,4).


Además, como los enemigos cercaron a los israelitas
para que no escaparan y murieran de hambre, estos se
pusieron a invocar al Señor «totalmente desanimados»
(7,19) al ver que sus enemigos los habían cercado y no
había escape posible. Por último, se amotinaron contra
Ozías diciéndole que era preferible que se entregaran y
ser esclavos, antes que ver la muerte de sus familiares,
pues Dios los estaba castigando por sus pecados y los
de sus antepasados (cf. 7,27-28). Y Ozías, por su parte,
les pidió que esperaran cinco días, y si no llegaba
ayuda de parte del Señor, haría lo que estaban pidiendo
(7,30-31).
La comprensibilidad tiene que ver sobre todo con la
capacidad del sujeto para establecer conexiones con lo
que sucede en el ambiente. De alguna forma, hay un
sentido cognitivo de lo que sucede en el presente y de
que las cosas irán bien en un futuro tanto cuanto
razonablemente se pueda esperar 33. Y en este sentido,
Judith tiene una comprensibilidad muy distinta de la de
Ozías y el pueblo. En primer lugar, el narrador dice
que se enteró de lo que estaba pasando. Aquí empieza
la posibilidad de reaccionar de la misma forma que el
pueblo o esperar razonablemente que las cosas vayan
de otra manera. Lo que hizo primero Judit fue llamar a
los ancianos Jabrís y Jarmís (8,10) buscando de esta
forma establecer una conexión con lo que sucedía en el
ambiente. En segundo lugar, afirmó categóricamente
que no era acertado lo que habían hecho, pues no eran

33
Cf. A. ANTONOVSKY, Health, Stress and Coping, 123; A. I. BURGUILLOS
PEÑA, «Sentido de Coherencia e Inteligencia Emocional: Efecto en la
ansiedad social de estudiantes universitarios», 296.
98 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

nadie para poner a prueba a Dios, pues Dios no es


como un hombre al que se pueda amenazar y presionar
(8,16). En tercer lugar, dijo que era posible esperar
razonablemente la salvación de Dios y solicitar su
ayuda, pues ellos no han pecado como lo hicieron los
antepasados (8,20). Finalmente, hizo ver a los
ancianos, que si son conquistados, ellos serán los
responsables por no defenderse y Dios les pedirá
cuentas de la profanación del santuario cuando sea
saqueado (8,21). Como puede verse, Judit manifestó
una nueva comprensibilidad de la situación y Ozías no
tuvo más que elogiarla: «Cuanto has dicho está lleno
de sensatez y nada hay que oponer a tus palabras»
(8,28).
Judith, por lo tanto, no sólo se entera de lo que pasa,
sino que comprende lo que sucede y se compromete.
De alguna forma, no cumple estrictamente con lo que
el narrador cuenta que sucedió después del discurso de
Ozías: «a las mujeres y a los niños los despacharon a
sus casas» (Jdt 7,32). Ella no permanece en casa, y
aunque ya ha estado en ella durante tres años y cuatro
meses, tiempo que lleva de viuda, ha llegado el
momento de salir: «oyó las duras palabras del pueblo
contra el jefe, porque se habían acongojado ante la
escasez de agua; todas las palabras que les dirigió
Ozías… despachó a su doncella, la que estaba a cargo
de todos sus bienes para que llamase a Jabrís y Jarmís,
los ancianos de su ciudad» (Jdt 8,9-10).
En su discurso a los ancianos de la ciudad, Judith
insiste en el compromiso, que poco a poco se va
convirtiendo en un reto. La situación no tiene solo dos
salidas, como ha manifestado el pueblo y Ozías,
V. TIEMPO PARA CALLAR 99

entregarse o esperar, sino que se puede hacer algo más.


En realidad, la situación que se presenta como
dificultad es una prueba de Dios. Y, en este sentido,
Judith plantea el reto de demostrar que son capaces de
superar la prueba que Dios está poniendo a su pueblo:
«Ahora, hermanos, demostremos a nuestros
hermanos que de nosotros depende su vida; los
santuarios, la casa y el altar están apoyados en
nosotros. Aparte de todo esto damos gracias a
Dios al Señor nuestro Dios, que nos pone a
prueba lo mismo que a nuestros padres.
Acuérdense de cuanto hizo con Abrahán, de
cuántas formas probó a Isaac y todo lo que
ocurrió a Jacob en Mesopotamia de Siria mientras
pastoreaba las ovejas de Labán, hermano de su
madre» (Jdt 8,24-26).

De acuerdo con estas palabras, se ve muy claro que


Judith no sólo quiere comprometerse de manera
individual, sino que involucra a otras personas en el
compromiso. Ahí radica, en este caso, el tipo de
compromiso que está buscando Judith. Se trata de que
los ancianos de la ciudad caigan en la cuenta de que de
ellos depende la vida del pueblo. Judith lo subraya: «de
nosotros depende su vida» (Jdt 8,24). En segundo
lugar, se puede pasar de un compromiso a un reto
porque el origen del reto mismo está en Dios. Judith
comprende que Dios los está probando. Es decir, el
hecho de comprometerse es ya una primera respuesta a
la prueba que Dios está poniendo. Lo que sucede no
hay que verlo de manera amenazante o como preludio
de la muerte, sino como una prueba de Dios. Y
100 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

entonces, como consecuencia, aparece claramente la


oportunidad de superarse, desarrollarse y lograr algo
más de lo que hasta el momento se ha conseguido. Por
eso, con justa razón, señala Judith: «Voy a hacer algo
que llegará hasta varias generaciones de los hijos de
nuestro pueblo» (Jdt 8,32). El pueblo no llegará a su
fin ante estas dificultades, sino que saldrá adelante por
varias generaciones.
Para conseguir todo esto, Judith reconoce sus
habilidades y aptitudes, y busca la mejor manera de
aplicarlas en vistas a superar el reto que se presenta.
Durante su oración a Dios, Judith dice lo siguiente:
«Mira su arrogancia, envía tu cólera a sus cabezas,
pon en mi mano de viuda la fuerza que he calculado.
Aplasta por la seducción de mis labios a los esclavos
y a los amos, a los jefes y a sus servidores; desgarra
su altivez por medio de una mujer. Ya que tu poder
no radica en el número, ni tu potencia en los fuertes,
sino que eres un Dios de los humildes, auxiliador de
los más pequeños, defensor de los débiles, protector
de los marginados, salvador de los desesperados. Sí,
sí, Dios de mi padre y Dios de la heredad de Israel,
Señor de los cielos y de la tierra, creador de las
aguas, rey de toda la creación, escucha mi súplica; y
que mis palabras y mi astucia se conviertan en
lesión y herida de aquellos que tramaron planes
crueles contra tu alianza, tu casa santificada, la
cumbre de Sión, y la casa que ocupan tus hijos. Da a
todo pueblo y a toda tribu conocimiento para que
sepan que tú eres el único Dios, Dios de toda fuerza
y poderío y que no hay otro que proteja a la raza de
Israel fuera de ti» (Jdt 9,9-14).
V. TIEMPO PARA CALLAR 101

Se puede observar que Judith manifiesta un alto


grado de manejabilidad, pues aparece muy consciente
de los recursos que tiene a su disposición para hacer
frente a las demandas del entorno, y al mismo tiempo
no confunde esto con tener el control de la situación 34.
Judith reconoce los recursos con los que cuenta, pero
ubica perfectamente que a ella le corresponden ciertas
cosas y otras a Dios.
Por eso, el principal recurso que aparece es la
oración, dando preeminencia a las habilidades de Dios,
pero sin rechazar las propias: «Escucha, Dios mío, a
esta viuda. Tú hiciste el pasado, el presente y el futuro.
Tú proyectas el pasado y el futuro. Todo lo proyectado
ha sucedido… concede a esta viuda poder realizar lo
que ha planeado» (Jdt 9,5-9).
En la misma oración, Judit da a conocer a Dios los
recursos con los que cuenta: «Aplasta por la seducción
de mis labios a los esclavos y a los amos, a los jefes y a
sus servidores… escucha mi súplica; y que mis
palabras y mi astucia se conviertan en lesión y herida»
(Jdt 9,10-13). Judith confía en su lengua seductora y
pide a Dios también que le conceda eficacia a la hora
de poner en práctica estas aptitudes. Junto a la
habilidad de los labios, aparece también la belleza de
Judith, suscitando una oración para que Dios la
favorezca: «Cuando la vieron con aquel rostro tan
cambiado y con aquellos vestidos, quedaron cautivados
por su belleza y le dijeron: “El Dios de nuestros
antepasados te favorezca y lleve a término lo que vas a

34
Cf. A. ANTONOVSKY, Health, Stress and Coping, 127-128;
A. I. BURGUILLOS PEÑA, «Sentido de Coherencia e Inteligencia Emocional:
Efecto en la ansiedad social de estudiantes universitarios», 296.
102 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

hacer para gloria de los israelitas y exaltación de


Jerusalén”» (Jdt 9,7-8). Finalmente, además de los
recursos con los que se cuenta, Judit misma se
considera en su cántico como el recurso que Dios tuvo
a su disposición para vencer al enemigo: «El Señor
todopoderoso los anuló por mano de una mujer»
(Jdt 16,5).
El último componente del sentido de coherencia es
el de la significatividad, donde se descubren los
valores otorgados a lo que sucede entorno, las
emociones que suscitan las diversas situaciones y sobre
todo el sentimiento de que la vida merece la pena ser
vivida 35. Estos sentimientos a veces derivan del
exterior y se tiene la sensación de estar abandonado o
de haber perdido una gratificación por causas externas
(helplessness). O también puede provenir de un
sentimiento interno de que uno mismo es el
responsable de la pérdida y de que no hay nada que se
pueda hacer (hopelessness) 36. En el caso de Judith, hay
mucho que se puede hacer y se cuenta con la presencia
libre de Dios que fortalece a los humildes. El valor que
mantiene a toda costa Judith es la libertad de Dios. Ella
está convencida que a Dios no se le puede amenazar ni
juzgar como a un hombre: «Por eso, en espera de su
salvación, invoquémosle en nuestro favor y oirá
nuestra voz si quiere» (8,17). En cuanto a las
emociones, Judith no se desconsuela ni teme a los
enemigos como el pueblo, sino que concentra sus
emociones en el temor de Dios, que pone a prueba y

35
Cf. A. I. BURGUILLOS PEÑA, «Sentido de Coherencia e Inteligencia
Emocional: Efecto en la ansiedad social de estudiantes universitarios», 296.
36
Cf. A. ANTONOVSKY, Health, Stress and Coping, 137-138.
V. TIEMPO PARA CALLAR 103

que al mismo tiempo suscita la confianza para obtener


la fuerza que un viuda necesita (9,4.9). Por último, el
sentimiento de que la vida merece la pena ser vivida
queda expresado en la esperanza de Judith. Ozías lo
reconoce cuando triunfa sobre el enemigo: «Porque tu
esperanza no se apartará nunca del corazón de los
hombres que se acuerdan de la fuerza de Dios»
(13,19). Judith sabía que la conservación de la vida no
dependía de la fuerza militar ni de la confianza en los
escudos (9,7), sino de las propias habilidades
fortalecidas por el Dios de los humildes, auxiliador de
los más pequeños, protector de los marginados y
salvador de los desesperados (9,11).
Para terminar esta reflexión, sobre los aspectos más
relevantes en el combate a la despersonalización,
conviene relacionar la personalidad resistente y el
sentido de coherencia de Judith, con lo que en
espiritualidad se considera como una fuerte identidad
espiritual. Lo que hizo Judith pone de relieve que la
consecución de una identidad espiritual no puede dejar
de tener en cuenta los desafíos de la realidad externa ni
el propio dinamismo psíquico que posibilita la
comprensión, la manejabilidad y la significatividad de
aquellos. La persona con una fuerte identidad espiritual
está llamada a asumir la complejidad de la realidad, y a
discernir, junto con otras personas, en comunión y
ayuda mutua, cuál es la voluntad de Dios y cómo se
puede colaborar para que el plan de salvación de Dios
siga adelante 37.

37
Cf. E. MONTAGNE, «Identidad espiritual y psicoanálisis. Una aproximación
psicoanalítica a la autobiografía de San Ignacio de Loyola», 270.
104 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

4.4. Moisés y San Pablo:


combatientes contra la falta de realización personal

4.4.1. Los beneficios de delegar

Un relato muy interesante del libro del Éxodo es el


encuentro entre Jetró y Moisés. El narrador cuenta que
entraron en la tienda de campaña y entonces Moisés
platicó con su suegro sobre todo lo que había hecho el
Señor al faraón y los egipcios. También habló con él
sobre las dificultades que habían encontrado por el
camino y de las cuales los había librado el Señor.
Aparentemente fue una conversación llena de
satisfacción y alegría. Sin embargo, un día después,
sucedió algo que no le pareció bueno a Jetró:
«Al día siguiente, Moisés se sentó a resolver los
asuntos del pueblo y todo el pueblo acudía a él de la
mañana a la noche. Viendo el suegro de Moisés todo
lo que hacía éste por el pueblo, le dijo: “¿Qué es lo
que haces con el pueblo? ¿Por qué estás sentado tú
solo mientras todo el pueblo acude a ti de la mañana
a la noche?”. Moisés respondió a su suegro: “El
pueblo acude a mí para que consulte a Dios; cuando
tienen pleito vienen a mí a que se lo resuelva y a que
les explique las leyes y mandatos de Dios”. El
suegro de Moisés le replicó: “No está bien lo que
haces, ciertamente son unos insensatos, tú y el
pueblo que te acompaña; la tarea es demasiado
pesada y no puedes realizarla tú solo» (Ex 18,13-
18).
V. TIEMPO PARA CALLAR 105

Jetró califica la acción de Moisés como la de un


insensato. El verbo hebreo que aparece es lbn, con
fuertes connotaciones sapienciales. Se refiere a una
incapacidad de reflexionar y responder con sabiduría a
las diversas situaciones que se presentan en la vida. El
personaje Nabal es el prototipo de esta incapacidad (1
Sam 25), pero en los Salmos y libros sapienciales
también aparece esta actitud de diversas formas (Sal
14,1; Prov 17,21; 30,32). Ahora bien, llama la atención
que Jetró también considera insensato al pueblo que
está con Moisés. Es decir, ni Moisés ni el pueblo se
dan cuenta de lo insensatos que están siendo al actuar
así. De alguna forma, tanto Moisés como el pueblo son
incapaces de darse cuenta de que el trabajo es
demasiado pesado.
Jetró, por lo tanto, aparece como un hombre sabio
que percibe la situación en su justo sentido y es capaz
de anunciar un mal mayor si se continúa con esta línea
de actuación. Por eso, exhorta a Moisés:
«Busca entre todo el pueblo algunos hombres
hábiles, que respeten a Dios, sinceros, enemigos del
soborno, y nombra entre ellos jefes de mil, de cien,
de cincuenta, y de veinte; ellos administrarán
justicia al pueblo regularmente: los asuntos graves
que te los pasen a ti, los asuntos sencillos que los
resuelvan ellos; así se repartirá la carga y tú podrás
con la tuya. Si haces lo que te digo y Dios te da
instrucciones, podrás resistir, y el pueblo se volverá
a casa en paz» (Ex 18,21-23).

En otro pasaje similar al antes mencionado, Moisés


se enfrenta a las quejas del pueblo y llega a tal grado
106 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

su experiencia de Burnout que se dirige a Dios con las


siguientes palabras:
«¿Por qué tratas mal a tu servidor? ¿Y por qué no he
hallado gracia a tus ojos, para que hayas echado la
carga de todo este pueblo sobre mí? ¿Soy yo quien
ha concebido a todo este pueblo? ¿Soy yo quien lo
ha parido, para que me digas: “Llévalo en tu regazo
como lleva la nodriza al niño de pecho, hacia la
tierra que prometiste con juramento a sus padres”?
¿De dónde saco yo la carne para dar a todo este
pueblo?, pues se me quejan diciendo: ¡Danos carne
que comamos! Yo solo no puedo sobrellevar a todo
este pueblo, pues es demasiado pesado para mí. Si
así has de tratarme, mátame del todo, por favor, si he
hallado gracia a tus ojos, para que de ese modo no
vea yo más mi desventura» (Num 11,11-15).

Los aspectos que destacan en el texto y que son


importantes a la hora de reflexionar sobre la
realización personal son los siguientes: responsabilidad
sobre un pueblo que no es pertenencia personal e
imposibilidad de dar lo que el pueblo pide. Por una
parte, Moisés, en la mayoría de sus palabras, expresa
que no es responsable del pueblo porque no lo ha
concebido ni lo ha dado a luz. Él siente que no tiene
nada que ver con Israel. De alguna forma, se trata de
una carga injusta, y Dios ha sido injusto al encargarle
la misión de llevarlo a la tierra prometida. Por otra,
Moisés reclama a Dios que él no puede dar la carne
que el pueblo le está exigiendo. Moisés experimenta la
incapacidad de satisfacer las necesidades de Israel. Y
como consecuencia de todo esto, Moisés explota,
V. TIEMPO PARA CALLAR 107

manifestando así su falta de realización personal y su


deseo de morir: «mátame del todo, por favor» (Num
11,15).
Sin embargo, no todo está perdido, pues Moisés
alcanza a detectar el origen tóxico de todo esto, como
ya antes lo había advertido Jetró: «Yo solo no puedo
sobrellevar a todo este pueblo, pues es demasiado
pesado para mí» (Num 11,14). Quizá sin quererlo,
Moisés le da el punto de partida a Dios para que lo
ayude a encontrar la salida a esta problemática. La
solución, en este caso, será doble, por un lado, la
institución de setenta ancianos a los que Dios
compartirá el espíritu de Moisés y, por otro, el don de
la carne por parte de Yahveh:
«Reúneme setenta hombres de los ancianos de
Israel, de los que te consta son los ancianos del
pueblo y sus comisarios; llévalos a la Tienda de
reunión, donde estén contigo. Bajaré y hablaré
contigo allí y tomaré del espíritu que hay sobre ti y
lo infundiré en ellos, para que lleven contigo la
carga del pueblo y no la lleves tú solo. Y al pueblo
dirás: “Santifíquense para mañana, pues comerán
carne, ya que han llorado a oídos de Yahveh
diciendo: “¿Quién nos dará a comer carne? ¡En
verdad, bien nos iba en Egipto!” Yahveh les dará
carne para que coman» (Num 11,16-18).

A diferencia del pasaje del Éxodo, donde es Jetró


quien sugiere a Moisés una solución, aquí es Dios
mismo quien ordena a Moisés la reunión de setenta
ancianos para compartirles del espíritu de Moisés.
Resulta interesante destacar que no se trata de un
108 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

espíritu directamente infundido por Dios, sino que es


tomado de Moisés para infundirlo en los setenta
ancianos (Num 11,17.25). Esto quiere decir que
Moisés no pierde su responsabilidad con respecto al
pueblo, simplemente distribuye esta responsabilidad
con setenta ancianos. Moisés podrá buscar una
realización personal, pero no al margen del pueblo,
sino con el pueblo y ayudado de los setenta ancianos.
Y Dios, en este caso, posibilita que la realización
personal se distribuya también a través de la
distribución del espíritu.
En este sentido, resulta interesante destacar la
relación entre carga y espíritu, pues si la carga era
demasiada para uno poseyendo uno solo el espíritu,
ahora con un espíritu compartido entre setenta la carga
es más ligera y llevadera, posibilitando así una mejor
realización personal y hasta comunitaria. A este
propósito, conviene recordar la reflexión que hace el
Concilio Vaticano II sobre este pasaje, donde se
destaca precisamente esta distribución del espíritu para
ayuda y gobierno del pueblo de Dios, anticipando así,
soluciones a las experiencias diversas de Burnout por
falta de realización personal:
«Todos los presbíteros, juntamente con los obispos,
participan de tal modo del mismo y único sacerdocio
y ministerio de Cristo, que la misma unidad de
consagración y de misión exige una unión jerárquica
de ellos con el Orden de los obispos, unión que
manifiestan perfectamente a veces en la
concelebración litúrgica, y unidos a los cuales
profesan que celebran la comunión eucarística.
V. TIEMPO PARA CALLAR 109

Por tanto, los obispos, por el don del Espíritu


Santo que se ha dado a los presbíteros en la Sagrada
Ordenación, los tienen como necesarios
colaboradores y consejeros en el ministerio y
función de enseñar, de santificar y de apacentar el
pueblo de Dios. Cosa que proclaman
cuidadosamente los documentos litúrgicos ya desde
los antiguos tiempos de la Iglesia, al pedir
solemnemente a Dios sobre el presbítero que se
ordena la infusión “del espíritu de gracia y de
consejo, para que ayude y gobierne al pueblo con
corazón puro”, como se propagó en el desierto el
espíritu de Moisés sobre las almas de los setenta
varones prudentes, “con cuya colaboración en el
pueblo gobernó fácilmente multitudes
innumerables”.
Por esta comunión, pues, en el mismo
sacerdocio y ministerio, tengan los obispos a sus
sacerdotes como hermanos y amigos, y preocúpense
cordialmente, en la medida de sus posibilidades, de
su bien material y, sobre todo, espiritual. Porque
sobre ellos recae principalmente la grave
responsabilidad de la santidad de sus sacerdotes:
tengan, por consiguiente, un cuidado exquisito en la
continua formación de su presbiterio. Escúchenlos
con gusto, consúltenles incluso y dialoguen con
ellos sobre las necesidades de la labor pastoral y del
bien de la diócesis. Y para que esto sea una realidad,
constitúyase de una manera apropiada a las
circunstancias y necesidades actuales, con estructura
y normas que ha de determinar el derecho, un
consejo o senado de sacerdotes, representantes del
110 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

presbiterio, que puedan ayudar eficazmente, con sus


consejos, al obispo en el régimen de la diócesis»
(Presbyterorum Ordinis 7).

El don del Espíritu, así como fue dado a los setenta


ancianos, también es concedido a los sacerdotes, y así
como efectuó en aquellos ancianos no solo una
transformación personal, sino también ministerial, de
la misma forma, en el sacerdote se opera una
transformación personal y se le delega una
responsabilidad eclesial 38. Espíritu, carga y realización
personal están intrínsecamente relacionados. Moisés y
los setenta ancianos, con el don del Espíritu
compartido, podrán llevar a cabo, efectivamente, una
auténtica realización personal y comunitaria en las
tareas que el pueblo de Dios exige. De esta manera, el
síndrome del Burnout no podrá vencer ni a Moisés ni a
los setenta ancianos, pues vivirán y sobrellevarán las
cargas que impone el pueblo de Dios a la luz del
Espíritu y con las fuerzas personales unidas a las
fuerzas y el espíritu de todos los demás.

4.4.2. El trabajo realizado no fue en vano

San Pablo, es uno de los personajes de la Escritura


que está atento a que su trabajo no sea realizado en
vano, y sus cartas testimonian que combatió
asiduamente la falta de realización personal.
Ciertamente que las comunidades daban a veces

38
Cf. M. CAPRIOLI, «Lo Spirito Santo e il sacerdote. In margine al dibattito
conciliare sul Decreto “Presbyterorum Ordinis”, 604-605.
V. TIEMPO PARA CALLAR 111

motivos para pensar que el trabajo realizado había sido


inútil, pero san Pablo ya había sentido esta posibilidad
desde el inicio de su ministerio. Sin embargo, en lugar
de dejarse vencer por la duda de si estaba
evangelizando bien o por los diversos conflictos que
tenía, visitó a los Apóstoles para asegurarse de que no
había corrido en vano y exhortó una y otra vez a sus
comunidades para que perseveraran en la fe, de tal
forma que el trabajo realizado no hubiera sido inútil.
En relación con la posibilidad de que san Pablo
considerara el peligro de haber trabajado en vano si no
contaba con la aprobación de los Apóstoles, está el
testimonio de una de sus cartas: «Subí impulsado por
una revelación y, en conversación privada con los
principales dirigentes, les di cuenta del evangelio que
anuncio a los paganos, no sea que estuviera corriendo
o hubiera corrido en vano (keno,j)» (Gal 2,2). La
expresión utilizada por san Pablo aparece en textos del
Antiguo Testamento, en Flavio Josefo, Diódoro Sículo
y en algunas otras cartas del apóstol con el sentido del
resultado de una acción. De tal forma que con esta
expresión se estaría diciendo que el apóstol estaba
preocupado de que sus acciones o trabajos quedaran
sin efecto. De alguna manera, es como si no fuera
suficiente que san Pablo corriera, y se esforzara por
llevar adelante la misión. Aun así, todo podría quedar
sin efecto debido a la falta de una especie de
autorización por parte de los Apóstoles para realizar
esta misión 39.

39
Cf. E. DE WITT BURTON, A Critical and Exegetical Commentary on The
Epistle to the Galatians, 73.
112 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

En este sentido, este texto es importante para el tema


del Burnout, porque san Pablo tiene que combatir la
amenaza de no sentirse realizado. Llama la atención
que san Pablo maneja varios ámbitos de realización
personal en relación al trabajo que está realizando. Él
sabe perfectamente que ha evangelizado y lo ha hecho
con esfuerzo y preparación, como lo manifiesta la
metáfora de la carrera. Más aún, reconoce abiertamente
que Jesús lo llamó personalmente, lo cual daría toda la
garantía a su trabajo misionero que redundaría en una
realización personal muy satisfactoria. Sin embargo,
no es suficiente, todo puede ser inútil, si no recibe la
mano de los Apóstoles. Por eso se pone en camino, y
no ceja en los esfuerzos por alcanzar esta aprobación.
Probablemente si san Pablo no hubiera hecho esto,
quién sabe si su misión hubiera resultado tan exitosa
como al final sucedió 40.
Por otra parte, con respecto a la misión en las
comunidades, san Pablo también tuvo muchas veces la
sensación de que el trabajo realizado podría haber sido
inútil, poniendo en riesgo su salud integral. A san
Pablo le preocupaba mucho que sus esfuerzos fueran
inútiles. Por ejemplo, en la Carta a los Gálatas dice:

40
Comenta J. Ratzinger: «Este “apretón de manos” por la communio – que se
puede identificar con el llamado sínodo de los Apóstoles del que se informa
en los Hechos de los Apóstoles (Hch 15,1-35)– legitimó la dirección
emprendida por Pablo y Bernabé en las iglesias paganas libres de la ley judía,
y sólo con ello se estableció la communio eclesial en sentido propio: el nuevo
pueblo de judíos y paganos, acogidos ambos por los brazos abiertos de Cristo
crucificado (cf. Jn 12,32)» (Convocados en el camino de la fe. La Iglesia
como comunión, 70-71). Para el tema que estamos tratando, este “apretón de
manos” significó la realización personal en el trabajo misionero que Pablo
estaba buscando y que le permitió combatir con certeza toda posible amenaza
de Burnout derivada de la posibilidad de correr en vano.
V. TIEMPO PARA CALLAR 113

«Temo que mi trabajo entre ustedes haya sido inútil


(eivkh/|)» (Gal 4,11). Y a los Corintios les escribe: «Les
recuerdo hermanos, el Evangelio que les prediqué, el
que recibieron, en que se mantienen firmes, y por el
que están en camino de salvación, si es que se
acuerdan en qué términos se los prediqué; a no ser que
hayan creído inútilmente (eivkh/|)» (1 Cor 15,2). Esto
manifiesta que san Pablo estaba preocupado de que las
comunidades no hubieran recibido como debía de ser
lo que él había predicado, y era necesario, confirmar de
alguna manera, lo que hasta entonces se había
realizado. Podemos decir que san Pablo sabía que
todavía no estaba todo perdido y por eso luchaba por
sus comunidades, buscando pasar siempre del temor de
correr en vano a la esperanza de que los frutos se
estaban dando 41.
En el caso de los Gálatas hay tres textos que ayudan
a comprender los intentos del apóstol por hacer valer
su trabajo realizado en esta comunidad. Uno de ellos es
donde les dice que los vuelve a dar a luz entre dolores
hasta que Cristo se forme en ellos (Gal 4,19). El otro es
una exhortación a mantenerse firmes para que no se
dejen sujetar otra vez al yugo de la esclavitud, cuando
para la libertad los ha liberado Cristo (Gal 5,1). Y,
finalmente, el tercero es donde casi al final de la Carta
insiste en que no se desalienten de hacer el bien, «pues
a su debido tiempo, cosecharemos, si no nos
cansamos» (Gal 5,9).
De manera particular, este último texto refleja el
verdadero espíritu del apóstol. San Pablo combate
41
Cf. E. DE WITT BURTON, A Critical and Exegetical Commentary on The
Epistle to the Galatians, 151.
114 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

cualquier posibilidad de Burnout con la firme


convicción de que a su debido tiempo se cosechará. Es
decir, no sólo hay temor de que el trabajo misionero
sea inútil, sino que también hay esperanza de que si se
está haciendo el bien, llegará la cosecha. Ciertamente
que hay un espacio de tiempo en el que el síndrome del
Burnout puede hacer su aparición y carcomer la
esperanza puesta en las obras realizadas, pero san
Pablo no deja que esto suceda. Por eso insiste, «si no
nos cansamos» (evklu,w).
Este cansancio del que habla san Pablo a veces
puede experimentarse por no comer (Mt 15,32; Mc
8,3); otras por desánimos del interior, especialmente
por las dificultades que aparecen durante la
competición (Heb 12,3); y por último, también por la
corrección recibida por parte de Dios en vistas a la
participación de la santidad (Heb 12,5). La
exhortación, de todas formas, es clara, no hay que
cansarse, hay que esperar, pues a su debido tiempo,
cosecharemos. La conservación de la esperanza vence
al cansancio, y a su debido tiempo, el trabajo en las
comunidades, fructificará.
Con respecto a los Corintios, san Pablo acentúa
fuertemente que les predicó el Evangelio, y que lo hizo
en unos términos muy bien conocidos por esta
comunidad, pero teme que se les haya olvidado todo
esto, y entonces hayan creído inútilmente. Aquí no
sólo se teme que los Corintios hayan creído
inútilmente, sino que también se pone en entredicho la
misión del Apóstol, pues al final de cuentas se les ha
olvidado lo que Pablo les dijo.
V. TIEMPO PARA CALLAR 115

Pero Pablo no se deja arrastrar por el desconsuelo y


la resignación, sino que manifiesta la esperanza de la
resurrección: «Si sólo estamos esperando en Cristo
para esta vida, somos los más dignos de lástima de
todos los hombres» (1 Cor 15,19). Los corintios tienen
que entender que la resurrección de Jesús acrecienta la
esperanza enormemente. Ya nada se hace sólo con el
límite de esta vida, sino que va mucho más. San Pablo
sabe que se está jugando el todo por el todo de su
ministerio si los Corintios no entienden lo que les está
diciendo. Es decir, la realización personal de Pablo, la
realización de la comunidad y la superación de toda
amenaza de Burnout, pasan también por una fe sólida.
Por eso, san Pablo recurre a su propia experiencia:
«¿Por qué nosotros también pasamos peligros a todas
horas? Cada día estoy a punto de morir; lo juro por el
motivo de orgullo que tengo por ustedes, hermanos en
Cristo Jesús, nuestro Señor. Si limitado a un horizonte
humano luché con las fieras en Éfeso, ¿qué provecho
he sacado? Si los muertos no resucitan, “comamos y
bebamos, pues mañana moriremos”. No se dejen
engañar; “malas compañías corrompen buenas
costumbres”» (1 Cor 15,30-34).
San Pablo mismo es consciente de la importancia de
la fe en la resurrección. En este sentido, el combate
contra el Burnout en el apóstol no se realiza sólo a un
nivel meramente teórico, sino que sabe bien que los
peligros de muerte en los trabajos misioneros son la
prueba visible de que el sentido último de todo esto
está en la resurrección de los muertos 42. La realización
42
Argumentación de tipo práctico-existencial, la denomina R. FABRIS, Prima
Lettera ai Corinzi, Paoline, 195.
116 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

personal en el trabajo misionero, por lo tanto, deriva en


último término de estar al servicio de la fe en la
resurrección. Como el mismo Apóstol lo subraya, no
se trabaja buscando meramente frutos en esta vida, y
tampoco se trata de evitar a toda costa los peligros
suscitados por la fe, como las fieras en Éfeso, sino que
se trabaja en la misión últimamente para que este
cuerpo corruptible llegue a revestirse de inmortalidad:
«La muerte quedó absorbida en la victoria. ¿Dónde
está muerte, tu victoria? ¿Dónde, muerte, tu aguijón?»
(1 Cor 15,54).
Y por eso, con justa razón, termina exhortando el
Apóstol: «De manera que, queridos hermanos míos,
permanezcan firmes, inconmovibles, progresando
siempre en la obra del Señor, sabiendo que el trabajo
de ustedes, no es vano en el Señor (o` ko,poj u`mw/n ouvk
e;stin keno.j evn kuri,w|)» (1 Cor 15,58). Estas palabras
sintetizan todo lo anterior. Es de vital importancia
resaltar mucho en los trabajos de cada persona o de la
comunidad, que el sentido último y quizás también
primero, está en el Señor. El esfuerzo en realidad no es
aislado, ni mucho menos, y los trabajos no se hacen
simplemente por llevar a cabo una misión que tuviera
significado en sí misma o de la que se esperaran frutos
únicamente para esta vida. Es necesario creer y
aceptar, como indica san Pablo, que el trabajo nunca es
en vano, si en definitiva, es realizado en el Señor.
VI. AQUÍ VENGO, OH DIOS,
PARA HACER TU VOLUNTAD

Indudablemente que la vida espiritual debe forjar en


sacerdotes y religiosas la firme convicción de que han
sido llamados para hacer la voluntad de Dios. La
alimentación, la actividad física, el silencio y el
descanso han de disponer a una sana vida de
obediencia. La formación permanente, especialmente
en su dimensión humana, necesita urgentemente
retomar el valor de la obediencia y también aprender a
integrar las desobediencias que surgen y seguirán
surgiendo inevitablemente.

1. Oración, obediencia y desobediencia

La Carta a los Hebreos en el capítulo 10, para


sorpresa del lector, explica el misterio de Cristo desde
el punto de vista de la obediencia a la voluntad de
Dios. Dios ya no quiere sacrificios ni ofrendas, o
sacrificios por el pecado, sino alguien que quiera hacer
su voluntad. Cristo, añade la carta, inauguró un camino
nuevo y vivo a través del velo, es decir, de su cuerpo
(10,20). Esto es muy llamativo, porque Cristo logra
inaugurar un camino nuevo a través de su humanidad,
es decir, de su vivencia de la dimensión humana.
118 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

La consecuencia de esto es que la Carta pide a los


lectores que se animen unos a otros para poner en
práctica el amor y las buenas obras. Además exhorta a
no abandonar las reuniones, y fortalecerse
mutuamente, subrayando que se tiene una necesidad de
perseverar, para que cumpliendo la voluntad de Dios,
se obtenga la promesa (10,24-25).
La vivencia de la obediencia a la voluntad de Dios
ha sido difícil a lo largo de la vida de la Iglesia, pero es
una piedra fundamental para forjar una verdadera vida
espiritual. Ahora bien, es necesario aclarar que es
necesario estar muy atentos, porque muchas veces se
confunde obediencia con servilismo, y en este sentido
el mismo Evangelio es una advertencia, pues a veces
quien desobedece en un primer momento, al final es
quien realmente manifiesta o descubre el verdadero
sentido de la obediencia:
«Pero, ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos, y
llegándose al primero, le dijo: “Hijo, ve, trabaja hoy
en la viña”. Y respondiendo él, dijo: “No quiero”;
pero después, arrepentido, fue. Y llegándose al otro,
le dijo lo mismo; pero él respondió y dijo: “Yo iré,
señor”; y no fue. ¿Cuál de los dos hizo la voluntad
del padre? Ellos dijeron: El primero. Jesús les dijo:
En verdad os digo que los recaudadores de
impuestos y las rameras entran en el reino de Dios
antes que vosotros. Porque Juan vino a vosotros en
camino de justicia y no le creísteis, pero los
recaudadores de impuestos y las rameras le
creyeron; y vosotros, viendo esto, ni siquiera os
arrepentisteis después para creerle» (Mt 21,28-32).
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 119

Otro texto del Evangelio que ilustra las posibilidades


que tiene una persona desobediente es la parábola del
hijo pródigo. El hijo menor descubre por su
desobediencia la misericordia del Padre. La obediencia
del hijo mayor, en cambio, aparece como un estorbo
para aceptar la novedad de la misericordia del padre
que sobrepasa toda justicia:
«Su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino y
se acercó a la casa, oyó música y danzas. Y
llamando a uno de los criados, le preguntó qué era
todo aquello. Y él le dijo: “Tu hermano ha venido, y
tu padre ha matado el becerro engordado porque lo
ha recibido sano y salvo”. Entonces él se enojó y no
quería entrar. Salió su padre y le rogaba que entrara.
Pero respondiendo él, le dijo al padre: “Mira, por
tantos años te he servido y nunca he desobedecido
ninguna orden tuya, y sin embargo, nunca me has
dado un cabrito para regocijarme con mis amigos;
pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido
tus bienes con rameras, mataste para él el becerro
engordado”. Y él le dijo: Hijo mío, tú siempre has
estado conmigo, y todo lo mío es tuyo. Pero era
necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque éste, tu
hermano, estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba
perdido y ha sido hallado» (Lc 15,25-32).

San Pedro también llegó a una verdadera obediencia


después de muchos esfuerzos, entusiasmos, malos
entendidos y recaídas. Sólo el evangelio de Juan
presenta la escena en la que Jesús resucitado, después
de comer, le pregunta a Simón, hijo de Juan, más
conocido como Pedro, si lo ama más que estos.
120 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Después de haber comido, es decir, después de haber


alcanzado la lucidez de la dimensión humana, Jesús
entra en el terreno espiritual y confronta a Pedro, para
obtener una respuesta lo más consciente posible.
Pedro respondió, aunque entristecido, a la pregunta
del Señor: «Señor tú lo sabes todo. Tú sabes que te
quiero» (Jn 21,17). Muchas veces, aunque con tristeza
y reconociendo las propias debilidades, como San
Pedro, es necesario responder a la pregunta del Señor.
Pedro entristecido respondió, y su respuesta ha sido el
fundamento de la caridad pastoral sacerdotal. Pues,
como testimonia Pastores Dabo Vobis:
«La caridad del sacerdote se refiere primariamente a
Jesucristo: solamente si ama y sirve a Cristo, Cabeza
y Esposo, la caridad se hace fuente, criterio, medida
e impulso del amor y del servicio del sacerdote a la
Iglesia, cuerpo y esposa de Cristo… Esta es la
enseñanza explícita y programática de Jesús, cuando
confía a Pedro el ministerio de apacentar la grey
sólo después de su triple confesión de amor e
incluso de un amor de predilección» (PDV 23,5).

Pedro, en esta conversación con Jesús, comprendió


plenamente que Jesús estaba interesado en su
ministerio y le pedía algo que quizá no podría realizar
con sus propias fuerzas ni por demasiado tiempo. Por
eso, Jesús inmediatamente añadió: «Apacienta mis
ovejas. Te aseguro que cuando era más joven; tú
mismo te vestías e ibas adonde querías; pero cuando
seas viejo extenderás los brazos y será otro quien te
vestirá y te conducirá adonde no quieras ir» (Jn 21, 17-
18).
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 121

Así son, en su origen, la obediencia y caridad


pastoral. Se trata de una respuesta muchas veces
entristecida a la llamada del Señor que pide más de lo
que parece estar al alcance y, sin embargo, es la única
respuesta que por el momento se puede dar. Se trata de
obedecer cuando está claro que se ha sido
desobediente, de responder cuando no se puede
responder, y de apacentar cuando ya ha quedado claro
que se ha fallado con anterioridad. En definitiva, se
trata de amar cuando ya se ha visto que no se puede
amar como se pensaba anteriormente, como Jesús
ejemplarmente lo puso de relieve en la cena: «Lo que
estoy haciendo, tú no lo puedes comprender ahora; lo
comprenderás después» (Jn 13,7).
El mismo Señor Jesús tuvo que enfrentar una
situación difícil en relación con la obediencia.
Testimonio de esto son los evangelios y la Carta a los
Hebreos. En el huerto de Getsemaní Jesús oró al Padre
una de las oraciones más difíciles de su vida. Todo
parecía como de costumbre: «sus discípulos lo
siguieron» (Lc 22,39). Sin embargo, se alejó de ellos,
como si quisiera orar a solas, como si supiera que
había llegado el momento de hablar a solas con el
Padre: «si quieres aleja de mí este cáliz, pero no se
haga mi voluntad, sino la tuya» (Lc 22,42).
Y en la Carta a los Hebreos está escrito: «Cristo, en
los días de su carne, habiendo ofrecido oraciones y
súplicas con gran clamor y lágrimas al que podía
librarle de la muerte, fue oído a causa de su temor
reverente; y aunque era Hijo, aprendió obediencia por
lo que padeció; y habiendo sido hecho perfecto, vino a
ser fuente de eterna salvación para todos los que le
122 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

obedecen, siendo constituido por Dios sumo sacerdote


según el orden de Melquisedec» (Heb 5,7-10).
La oración fundamental, por lo tanto, es unir la
propia voluntad con la de Dios. La oración no ha de
tener otro objetivo. Jesús mismo lo enseña y lo
propone. En la oración, si algo hay que decir, es que se
haga la voluntad de Dios. Esto ya Jesús lo había
enseñado a sus discípulos: «Padre nuestro, que estás en
el cielo, santificado sea tu nombre, hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo, venga a nosotros tu reino»
(Mt 6,9-10). Es muy difícil vivir la dimensión
espiritual si no se ora de esta forma. En cualquier
momento del día, o ante situaciones que sean difíciles,
es necesario imitar la oración de Jesús en Getsemaní.
Nunca habrá verdadera vida espiritual cuando se
pretende que sea la propia voluntad la que se haga o la
que se tenga en cuenta. Ciertamente no es que se
desprecie o sea irrelevante la propia voluntad, en
ciertos casos hasta manifestaría madurez espiritual,
pero en último término, ha de estar en consonancia con
la voluntad de Dios.

2. Cuídense ustedes mismos

La unión de la propia voluntad a la de Dios ha de


manifestarse en la aceptación responsable del cuidado
de sí mismo en la formación permanente. La Nueva
Ratio Fundamentalis Institutionis Sacerdotalis,
retomando algunas indicaciones de la Exhortación
Apostólica Pastores Dabo Vobis, acentúa que la
formación es un proceso unitario e integral, que inicia
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 123

en el Seminario y continúa a lo largo de la vida


sacerdotal, como formación permanente. Esta
formación exige sobre todo atención y cuidado a cada
paso. Por un lado, ciertamente que «gran parte de la
eficacia formativa depende de la personalidad madura
y recia de los formadores». Sin embargo, por otro
lado, hay que insistir una y otra vez, que el seminarista,
en un primer momento – y el sacerdote después – es el
«protagonista necesario e insustituible de su
formación».
Hoy en día, hay diversos cuidados a considerar. San
Pablo, en Hechos de los Apóstoles, advirtió de algunas
situaciones a los responsables de la Iglesia de Éfeso
con las que deberían tener cuidado (Hch 20,17-38).
Sobre todo cuidado de ellos mismos y del rebaño que
el Señor había adquirido con la sangre de su propio
Hijo. La Iglesia, a lo largo de su historia, no ha dejado
de insistir una y otra vez en los cuidados que se han de
tener de manera personal con la propia vocación y con
la comunidad en la que cada quien se encuentra.

2.1 Buscar el cuidado en los grupos de formación

En el último relato de aparición de Jesús Resucitado


narrado por San Juan, aparecen rasgos decisivos para
la formación permanente en grupos, sea por provincia,
de región pastoral, de decanato, de generación, por
edades de ordenación o simplemente grupos de
amigos: «Simón Pedro les dijo: “Voy a pescar”. Ellos
le respondieron: “Vamos nosotros contigo”. Salieron y
subieron a la barca. Pero esa noche no pescaron nada»
124 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

(Jn 21,3). De manera sorprendente, los discípulos no


dudaron en seguir a Pedro: “Vamos contigo”. Estas
palabras de los discípulos son fundamentales para la
formación permanente. Detrás de estas palabras hay
muchas realidades indispensables para crecer en la
formación, por ejemplo, aceptar una convocatoria, ir a
una reunión, seguir acuerdos pastorales, involucrarse
en las decisiones, jugársela con los hermanos para ir
por una u otra dirección, etc. Aparentemente no
importa si la pesca sale bien o sale mal, aquí lo
destacado es que van juntos atendiendo a una iniciativa
del líder del grupo. Así, esto no se queda sólo en una
brillante idea, o en las ganas de pescar de uno solo.
Ciertamente, como cualquier encargado de un grupo,
Pedro se arriesgaba a eso, a quedarse solo, incluso
después de haber comunicado que iba a pescar. Sin
embargo, comunicando, se gana a los discípulos.
Gracias a que Pedro compartió su deseo y no tuvo
vergüenza de decirles que iba a pescar, ellos quisieron
acompañarlo.
Luego aparece la realidad de la muerte. Como se
trata de un relato pascual, no es extraño que la muerte
haga su aparición y se manifieste en una pesca que es
nula: «aquella noche no lograron pescar nada». El
problema es grave. Toda la noche de esfuerzo, y nada.
Han estado juntos pescando, pero nada. He aquí otro
rasgo de la formación permanente: se quiere pescar
juntos, pero nada; se siguen las iniciativas de Pedro,
pero nada; y, sin embargo, hay que hacerlo, hasta esto
puede tener un sentido. Efectivamente, el tiempo
pascual recuerda que sin muerte no hay resurrección.
Esto lo viven los discípulos, están junto al lago, están
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 125

juntos, siguen a Pedro, ciertamente no pescaron nada,


pero ahí están reunidos, cumpliendo de alguna manera
las condiciones para que el Resucitado se manifieste.
El Señor podría haberse manifestado a los discípulos
desde el inicio del relato, dirigirles algunas palabras
motivándolos a pescar, e incluso indicarles dónde
estaban los peces. De alguna forma, haciendo más fácil
todo. Pero no lo hizo. Los discípulos necesitan tener
experiencia de la muerte para pasar a la vida. Si no
sucede esto, entonces es falsa la experiencia de la
Resurrección. Por eso, todas las experiencias de muerte
de la formación permanente, pueden ser entendidas
también como posibilidades de nueva vida.
Ante esta situación, al clarear el día, Jesús se
presentó en la orilla del lago. Sin embargo, los
discípulos no lo reconocieron. Con esto da comienzo
una trama de anagnórisis o reconocimiento. Los
discípulos no lo reconocieron y el lector deberá estar
atento para descubrir los pasos que se irán dando para
que los discípulos puedan reconocer al Señor.
Teológicamente aparece aquí lo que implica la realidad
de la Resurrección: ya no se trata solo de ver a Jesús,
sino de reconocer al Señor Resucitado. Y para eso hay
que hacer un proceso de reconocimiento. Quizá la
formación permanente de los discípulos pueda ser
entendida de esta forma: un continuo proceso de
reconocimiento del Señor Resucitado, especialmente
cuando no se ha pescado nada.
En este proceso de reconocimiento y de formación
permanente se pueden destacar varios aspectos. Uno de
ellos es la capacidad de manifestar la verdad. Los
discípulos contestaron a Jesús que no habían pescado
126 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

nada. Para reconocer al Resucitado hay que reconocer


primero la situación discipular: hay experiencias de
muerte. Y entonces Jesús responde, Jesús indica, Jesús
ayuda para pasar de la muerte a la vida: «Echen la red
al lado derecho de la barca y encontrarán peces»
(Jn 21,6).
Otro aspecto, es tener aptitud para reconocer la
abundancia, pues por la cantidad de peces que habían
juntado, sucede el reconocimiento del discípulo a
quien Jesús tanto amaba, quien le comunicó a Pedro:
«Es el Señor». Es interesante constatar cómo comunicó
Pedro primero su iniciativa los demás discípulos y
cómo ahora el discípulo amado le comunica su
reconocimiento del Señor. No grita el discípulo
simplemente: «Es el Señor». Lo podría haber hecho,
quedarse con la experiencia pascual como una
experiencia personal. Sin embargo, comparte su
reconocimiento con Pedro.
Algo semejante había pasado con las llamadas
vocacionales al inicio del Evangelio de Juan: unos a
otros se fueron comunicando la invitación para llegar
hasta Jesús. Aquí también el reconocimiento del
Resucitado se comparte y se hace fraternal, poniendo
así de relieve que el reconocimiento del Resucitado
genera fraternidad y comunión.
Finalmente, con la invitación de Jesús a comer, los
discípulos confirmaron seguramente sus expectativas y
supieron claramente que era el Señor. Pascua y
Eucaristía aparecen íntimamente unidas. Jesús tomó el
pan en sus manos y lo repartió y lo mismo hizo con los
peces. Hasta ahora todo era cuestión de peces, pero
ahora aparece el pan. El lector puede hacer memoria de
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 127

la multiplicación de los panes y de todo lo que Jesús


dijo sobre el Pan vivo bajado del cielo. Al final el
lector puede percibir que todo este relato comenzó
junto al lago, donde estaban reunidos los discípulos, y
todo termina también junto al lago, pero ahora
reunidos con el Señor. Todo comenzó con la iniciativa
del líder del grupo para convocar, pero termina con la
iniciativa del Señor para comer todos juntos con Él,
como sigue sucediendo hasta el día de hoy en las
diversas reuniones de sacerdotes y religiosas.

2.2 Buscar el cuidado en la vida de comunidad

El libro de Hechos de los Apóstoles narra que la


comunidad de los creyentes tenían un solo corazón y
una sola alma. Esto puede comprenderse también
como que todos pensaban, sentían y vivían la
comunión. Y no se trataba de que pensaran lo mismo o
fueran todos de la misma manera, sino que en su
diversidad tendían a la unidad. Efectivamente, por eso
nadie consideraba como propio nada de lo que poseía,
sino que tenían en común todas las cosas,
manifestación de la unidad que se buscaba. Comunión
de personas y de bienes aparecen como los cuidados
fundamentales a tener en cuenta en una comunidad.
Ciertamente esto a veces no es nada sencillo y
cuesta mucho trabajo. Testimonios sobran de luchas y
búsquedas en relación con la comunión y los bienes.
José Rafael Prada, misionero redentorista, en algunas
cartas o circulares que dirigió a los religiosos comenta:
128 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

«Pensemos en el caso de un estudiante clérigo o


religioso que se ilusiona con enamorarse, con
estudiar otra carrera y ganar buen sueldo, pero no se
decide a dialogar con sus formadores por temor a
tener que tomar una decisión. O, en el caso de un
joven sacerdote que, ante la primera dificultad con
sus compañeros de trabajo, piensa seriamente en
buscarse un obispo para hacerse diocesano. O en la
religiosa que se siente más a gusto con los amigos
de afuera que con sus hermanas de comunidad. O,
incluso, pensemos en la situación de un religioso(a)
ya mayor que vive sin entusiasmo su vida
consagrada, que anda a tropezones con los votos
religiosos, pero que teme tomar decisiones honestas
y prefiere seguir vegetando su vejez. Todos estos
son casos de pertenencia sin referencia»1.

La tarea, por lo tanto, está en lograr que los


miembros de una comunidad pertenezcan a ella, no
sólo jurídicamente, o por incardinación, o incluso por
inscripción o afiliación, sino que verdaderamente
puedan compartir y vivir el carisma, los valores, la
caridad pastoral, los proyectos, los ideales, y los
trabajos pastorales que configuran al grupo de
pertenencia. Es necesario buscar continuamente tener
sentido de pertenencia y de referencia para poder
cuidar mejor la propia vocación y la de los demás.
Teodoro Bahillo, enriquece esta reflexión señalando
la importancia y el equilibrio que se debe mantener

1
J. R. PRADA RAMÍRES, La vida consagrada hoy, 11.
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 129

entre la vida en común y vida común, sin perder la


riqueza de ambas:
«Puede ayudar distinguir entre “vida en común” y
“vida común”. La primera comprende el sentido de
pertenencia al Instituto y de comunión fraterna con
los miembros del mismo; es un elemento integrante
de la vida religiosa que no puede faltar. La segunda,
en cambio, conlleva la cohabitación y un estilo de
vida organizado comunitariamente; este elemento
siendo característico de la vida religiosa, en algunos
casos determinados puede no estar presente en la
vida de un religioso. A este segundo nivel afecta de
modo inmediato la ausencia en cuanto impide la
vida común en una casa (disciplina, actos litúrgicos
comunes...); no debería impedir, en cambio, la vida
en común entendida como pertenencia y comunión
con el Instituto. La vida en común, en este sentido,
es mucho más que unos actos realizados
comunitariamente o vivir bajo un mismo techo; es
más incluso que la simple adscripción a una casa o
la simple pertenencia formal a un Instituto. Es la
propia vida proyectada y vivida, bajo el aspecto
espiritual, apostólico, disciplinar y económico, en
comunión con el propio Instituto al que se pertenece.
La ausencia no priva de esto, sino sólo del cuadro de
la vida común»2.

Lógicamente que la buena relación entre vida en


común y vida común pasa por la fraternidad. Una

2
T. BAHILLO RUIZ, «Concesión de permisos de ausencia. Criterios para su
aplicación». [Consultado: 21.03.2019].
130 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

manera de poner esto en práctica sería visualizar la


vida sacerdotal y consagrada desde un punto de vista
trinitario. La Trinidad es la comunidad de
comunidades y ha de iluminar la vivencia de cualquier
otro tipo de comunidad. Por eso, la vida fraterna, en
virtud de la cual las personas consagradas se esfuerzan
por vivir en Cristo con “un solo corazón y una sola
alma” (Hch 4, 32), es una clara manifestación de la
vida trinitaria:
«La vida fraterna manifiesta al Padre, que quiere
hacer de todos los hombres una sola familia;
manifiesta al Hijo encarnado, que reúne a los
redimidos en la unidad, mostrando el camino con su
ejemplo, su oración, sus palabras y, sobre todo, con
su muerte, fuente de reconciliación para los hombres
divididos y dispersos; manifiesta al Espíritu Santo
como principio de unidad en la Iglesia, donde no
cesa de suscitar familias espirituales y comunidades
fraternas» (Vita Consecrata 21).

Humanamente hablando, siempre se vivirán de


mejor manera los consejos evangélicos cuando se tiene
la perspectiva de la comunidad. Aislamiento, soledad
vacía, individualismo, etc., son caldo de cultivo para la
mala vivencia de la pobreza, la castidad y la
obediencia. Por tanto, la llamada a profundizar
continuamente la relación entre vida fraterna y
consejos evangélicos es urgente. Esta relación se
podría formular de la siguiente manera: ¿Se puede ser
realmente pobre sin compartir con mis hermanos(as)?
¿Ser célibe o casto(a) sin amar a mis hermanos(as)?
¿Ser obediente sin servir a mis hermanos(as)?
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 131

Todo comienza desde los primeros pasos en la


vocación. Un signo claro para descubrir si alguien
tiene vocación es cómo se comporta en la vida de
fraternidad. En los procesos formativos, por lo tanto,
habría que ver muy bien si alguien que dice tener
vocación colabora realmente a la vida de fraternidad, si
acepta recibir, y también dar. O cuando alguien se
ordena o hace profesión temporal o perpetua, estar
atentos a si está dispuesto a colaborar en comunión con
los demás, especialmente con el presbiterio de la
propia Diócesis o con las hermanas del Instituto.
Es decir, es necesario convencerse de que hay un sí
en la consagración a Dios, pero “viviendo con”,
“entregándose con”, “contando con”, “orando con”,
“compartiendo con”, “estudiando con”, “trabajando
con”, “divirtiéndose con”, “descansando con”, etc., los
hermanos(as). Probablemente si no se trabajan estos
aspectos con renovado ahínco en la formación
permanente, tarde o temprano se terminará
produciendo un daño cada vez mayor en cada
sacerdote o religiosa, y por supuesto, en toda la
comunidad.
Para esto se podrían formular algunas preguntas e
intentar responderlas de acuerdo a la experiencia que
cada quien ha tenido o tiene en su vida sacerdotal o
consagrada. Por ejemplo con respecto a la pobreza,
¿pienso en mis hermanos(as) al hacer uso de los
bienes? ¿Las cosas que se tienen, favorecen una vida
en fraternidad? ¿El estilo de vida pobre genera paz en
la comunidad o conflictos? ¿Tengo problemas
conmigo, con un hermano(a) o con los hermanos(as)
por cuestiones del uso de los bienes?
132 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Y si pasamos al celibato y la castidad, ¿se viven de


forma personal, solamente, sin pensar en el servicio a
la Iglesia? ¿Hay cuidado sexual solamente por
escrúpulos de pureza o presunción? ¿Hay
preocupación por el celibato y la castidad de mis
hermanos(as)? ¿Se promueve un ambiente propicio
para tener manifestaciones afectivas sanas? ¿Hay
escucha, comprensión, acompañamiento y ayuda a
alguien que se enamora? ¿Se dice o se cree amar a
Dios, pero no a los hermanos(as)? ¿Se ama a la
familia, amigos, laicos, etc., pero no a los
hermanos(as)?
Finalmente, en relación con la obediencia, ¿se cae
en la cuenta de que obedeciendo se puede fomentar la
vida en fraternidad? ¿Se descubre que por no haber
obedecido ha habido consecuencias en la vida fraterna?
¿He valorado en las desobediencias la oportunidad de
obedecer más tarde con mayor verdad y
convencimiento? ¿Se ha vivido la obediencia de
manera pobre y servil más que como una riqueza al
servicio de la Iglesia?
Aún con el riesgo de una perspectiva equivocada, es
posible que esto se haga más difícil en muchas
ocasiones a quienes ya tienen años de vida sacerdotal o
de profesión perpetua. Normalmente se corre el riesgo
de que habiendo alcanzado etapas sucesivas de
formación, o se crece de forma integral o
necesariamente se va para abajo en diversos ámbitos,
sean humanos, espirituales, académicos, pastorales, o
comunitarios. Es muy difícil que alguien se mantenga
en equilibrio si deja de esforzarse por crecer y
perseverar en su vocación. Y sucede con frecuencia
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 133

que los momentos más difíciles de la vida sacerdotal o


consagrada no se presentan en el período de formación
inicial, sino a veces inmediatamente después de la
ordenación o de la profesión; a veces a la mitad del
camino, o incluso, no hay que darlo por descontado,
hacia la tercera edad.
Karl Rahner, hablando de los primeros años, subraya
lo difícil de la fidelidad:
«Cada elección es una decisión para un futuro que
nunca se puede calcular o controlar; y es válido para
el matrimonio, la profesión y todas las demás
decisiones importantes de la vida. ¿Por qué no
debería ser así también para el celibato? ¿Por qué el
hombre (o la mujer) de 28, de 35 años –si la edad de
la ordenación debe ser esta– no debe saber que elige
sin la posibilidad de volverse atrás, con la confianza
del Evangelio, una determinada forma de vida? No
sabe el sujeto hacia qué abismos, crisis, desafíos,
estados de desesperación, de soledad lleva el
camino. Puede ser que justo después de haber
tomado la decisión uno se tope con la mujer que
pudiera aparecer como la última y única alegría de la
vida. Pero se ha elegido ya; se seguirá el camino y
se mantendrá la fidelidad a la propia vocación y a la
propia misión, porque queremos ser fieles y porque
la “quimera” de la vida eterna y del amor a Dios, de
la confesión de la cruz de Cristo exactamente así
debe llevarse a cabo en su caso»3.

3
Este texto, citado por T. CANTELMI – P. LASELVA, La vida consagrada en la
sociedad líquida, 137, pertenece a K. RAHNER, Lettera aperta sul celibato,
24-26.
134 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

Y lo mismo puede suceder más tarde, a los 10, 15,


25 o 50 años de ordenado o de vida consagrada.
Especialmente, cuando se trata de humanidad y
afectividad, no hay que perder de vista que por su
misma naturaleza exigen siempre gradualidad y
variabilidad. La fidelidad puede parecer muy limitada,
a lo mejor se añoran grandes fidelidades, pero muchas
veces es suficiente una serena lucidez para comprender
y aceptar con paciencia y radicalidad lo que significa la
condición humana en constante combate espiritual,
como subraya Sacerdotalis Caelibatus:

«El sacerdote no debe creer que la ordenación se lo


haga todo fácil y que lo ponga definitivamente a
seguro contra toda tentación o peligro. La castidad
no se adquiere de una vez para siempre, sino que es
el resultado de una laboriosa conquista y de una
afirmación cotidiana. El mundo de nuestro tiempo
da gran realce al valor positivo del amor en la
relación entre los sexos, pero ha multiplicado
también las dificultades y los riesgos en este campo.
Es necesario, por tanto, que el sacerdote, para
salvaguardar con todo cuidado el bien de su castidad
y para afirmar el sublime significado de la misma,
considere con lucidez y serenidad su condición de
hombre expuesto al combate espiritual contra las
seducciones de la carne en sí mismo y en el mundo,
con el propósito incesantemente renovado de
perfeccionar cada vez más y cada vez mejor su
irrevocable oblación, que la compromete a una
plena, leal y verdadera fidelidad» (73).
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 135

O como lo ponen de relieve Tonino Cantelmi,


Presidente dell’AIPPC (Asociación Italiana de
Psicólogos y Psiquiatras Católicos) y Pasquale
Laselva, psicólogo y psicoterapeuta:
«Permanecer en el amor quiere decir simplemente
que el amor tiene sus estaciones y todas son
importantes para el ciclo completo de la vida en
Cristo del consagrado, y para el florecimiento de su
amor por él y, a través de él, para muchos otros…
No siempre quien se consagra a Dios puede tener en
el corazón el fuego encendido de la pasión de amor
por Cristo; a veces ese fuego parecerá apagado y, en
el lugar de la llama, habrá solo cenizas. Siempre y
cuando debajo estén las brasas aún prendidas y
dentro del corazón haya ganas de soplar. Dicho de
otro modo: lo que califica la existencia y el amor del
consagrado no es la posesión tranquila de un amor
fácil, sino a veces sólo la nostalgia de una pasión o
tristeza por haberla quizá renegado, y en todo caso
el esfuerzo de dirigir y reorientar continuamente su
amor hacia aquella relación total y exclusiva, que
unifica y concentra, libre y liberadora, santificadora
y matrimonial con Cristo»4.

Algunos años atrás, Bernanrd Bonnot, hablaba de


estadios en la vida celibataria, teniendo en cuenta
edades y tareas a desarrollar. Se trata de una propuesta
que quizá siga siendo útil a la luz del aspecto de

4
T. CANTELMI – P. LASELVA, La vida consagrada en la sociedad líquida,
136.
136 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

gradualidad y variabilidad del que se está hablando,


especialmente en el caso del celibato y la castidad 5:
• Celibato adolescente (de la pubertad hasta los 20
años), el joven debe encontrar el sentido de la
castidad y llegar a un estado de control aceptable de
sus emociones y sentimientos.
• Celibato generativo (de los 20 a los 35 años), el
consagrado casto aprende a vivir su generatividad
espiritual y abrirse a un apostolado que dé vida
espiritual a quien se acerque a él.
• Celibato de intimidad (de los 35 a los 55 años),
la persona consagrada no sólo renuncia al ejercicio
de la sexualidad y a la paternidad/maternidad, sino a
compartir intimidad afectiva con otra persona, pero
lleva a plenitud toda su capacidad afectivo-sexual en
su comunidad religiosa y en su trabajo pastoral, por
amor a Jesucristo y a su reino.
• Celibato integral (después de los 55 años), el
consagrado casto comprende, en gozo y paz, que su
vida no ha sido en vano y que su castidad le ha
ayudado a integrar todos los niveles de su vida y a
ser “padre” o “madre” espiritual de otros
muchos(as).

Como puede verse, la vida a veces puede ser muy


sencilla y no se duda de sacerdotes y religiosas que
quizá les haya ido muy bien a lo largo de su vida. Pero
también a veces puede ser muy complicada. Hoy más
que nunca se experimenta con mayor intensidad lo que

5
Cf. B. BONNOT, «Stages in a Celibate’s Life», 18-22, citado por J. R.
PRADA RAMÍREZ, La vida consagrada hoy, 50.
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 137

significa participar del misterio de la Encarnación. Han


pasado años en que se subrayaba mucho más la
separación del mundo, obviamente siempre necesaria
en la vida sacerdotal y consagrada, pero también hoy
se palpa más que nunca que se está en el mundo, que
se quiere, se siente, y se piensa muchas veces como
piensa el mundo, con sus virtudes y sus vicios. Todo
esto es inevitable. Por eso, sobre todo, formadores,
maestras, superiores y responsables de la Comisión del
Clero o de la Pastoral sacerdotal, deberían tener una
sabiduría espiritual fundamental: tratar hasta donde se
pueda, hasta que no haya más que hacer, y hasta que
todas las posibilidades sean agotadas, para que se
persevere en la vocación. Si no pasa esto, no hay que
felicitarse, sino preocuparse y repensar una y otra vez
qué es lo que está pasando, y reconocer humildemente
también si con gestos o palabras no se ha sabido
conducir a la comunidad como se debería.

3. Cuidado como prevención de los abusos

En los últimos años ha habido reflexiones muy


interesantes sobre el cuidado de los demás,
desgraciadamente, motivadas muchas veces por los
escándalos de diversos tipos que se han dado en la
Iglesia. A veces, por las circunstancias, o por la
velocidad con que circula la información hoy en día,
los pensamientos corren el riesgo de caer en el olvido,
pero siempre hay posibilidad de rescatarlos. A
continuación, se presentan algunas de esas
aportaciones dignas de seguir siendo valoradas,
138 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

criticadas y enriquecidas en vistas a una mejor


formación permanente 6.
José María Fernández-Martos, s.j., entonces Rector
del Colegio Mayor Comillas en 2009, se hacía las
siguientes preguntas: ¿Qué debe hacer la Iglesia para
poner coto a la pederastia eclesiástica? ¿Mejorar la
formación humana y espiritual? Era un hecho conocido
desde el 20 de mayo, las abrumadoras conclusiones de
la Comisión de Investigación sobre Abuso Infantil en
Irlanda. Las estimaciones más fiables (Plante, 1999),
dieron menos de un 2% de sacerdotes implicados en
pedofilia. De todas formas, el dato no resta la enorme
gravedad del “crimen anormal” como lo llamó el Papa
Benedicto XVI, sino que la agrava.
Es indudable que un número porcentualmente no tan
elevado daña muchísimo la fiabilidad de todo el clero y
de religiosos a costa del abuso brutal en niños y
preadolescentes que se les han confiado y que quedan
dañados de por vida. Y, con respecto a lo económico,
añadía el jesuita, hay diócesis que han pagado más de
mil millones de dólares. Ante este panorama, José
María Fernández-Martos hace algunas sugerencias
que, desde su perspectiva, sería válidas para toda la
formación afectiva:
En relación con la selección y admisión de
candidatos, hay que tener en cuenta lo siguiente:
 La vida religiosa y sacerdotal no pide un
“minus” sino un “plus” de salud mental. Generosidad
de por vida, acogida de toda clase de personas y

6
ROMO SÁNCHEZ-HEREDERO, J.R., – FERNÁNDEZ-MARTOS., J. M., ¿Cómo
prevenir los abusos sexuales en la Iglesia? [Consultado: 19.07.2019].
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 139

situaciones, celibato, recortes de la libertad, tolerancia


sana de la soledad, no son para espaldas blandas.
 No aceptar a quien no encaja con holgura en el
mundo civil (raros, de escasos amigos, repetidores
impenitentes, metidos en lo suyo, huidores del mundo).
 No aceptar a “dudosos” porque “lo quieren y son
buenos”. Jesús rechazó a éstos (Mc 5,18). San Ignacio
de Loyola aconseja: “Mire quien ha de recibir que la
caridad particular no perjudique a la universal, que
siempre debe preferirse como más importante para la
gloria y honor de Cristo Señor” (Const., 189). Uno
solo, dañado, descalifica a muchos.
 No aceptar a nadie con experiencias traumáticas
de abusos sexuales y afectivos familiares o similares, a
manos de adultos. El motivo es que suelen
reproducirlos de maneras patéticas.

En el caso de la formación:
 Desentrañar a muerte el “Veníos conmigo y así
os haré pescadores de hombres” (Mc 1, 17). Las
grandes cumbres se escalan desde el enamoramiento
por la cima y el descubrimiento alborozado de la perla
preciosa. El formando que no ha tenido esta
experiencia fundante o no responde cotidianamente a
ella, no vale, y acabará por extraviar en lugar de
ayudar. Se requiere gente capaz del don total de su
vida (Pastores Dabo Vobis 42 y 46).
 Recabar un informe de personalidad apoyado en
técnicas proyectivas -no simples cuestionarios- que
muestran el hondón de la urdimbre afectiva. Cuarenta
años de psicoterapia me mostraron espléndidas
fachadas, carentes de sala de estar o cocina.
140 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

 Formar y sondear las capacidades de


comunicación. Se necesita gente capaz de vivir con
otros. Sobran raros. La veneración sacral y la distancia
del ministerio ha desaparecido, tensando la dificultad
de brindar amor cercano a todos sin enredarse
 Formar en la libertad. Santo Tomás y Suárez
llaman al celibato “status libertatis“, frente al “status
coniugalis“. Hay “buenos seminaristas y religiosos”
que, dejados a su aire, se pierden en el primer chat de
Internet que los excita y degenera.
 El celibato es místico o es garabato de hormonas
y contención ridícula. Formar “gentes de oración” no
es igual a “gente piadosa”, es “dedicarse a Él en cuerpo
y alma” (1 Cor 7, 34). Pastores Dabo Vobis dice:
“Formarse para el sacerdocio es aprender a dar una
respuesta… a la pregunta fundamental de Cristo: “¿Me
amas?” (Jn 21, 15).
 Desechar a quienes se asientan en “pactos a la
baja” y en la “mediocridad”. Un hilo basta para retener
a la paloma. Decía Benedicto XVI: “El verdadero
fundamento del celibato sólo puede quedar expresado
en la frase: Dominus pars (mea), Tú eres el lote de mi
heredad. Sólo puede ser teocéntrico. No puede
significar quedar privados de amor; debe significar
dejarse arrastrar por el amor a Dios y luego, a través de
una relación más íntima con Él, aprender a servir
también a los hombres” (22/12/2006).

También hay tareas para la Iglesia, pues ésta como


Institución tiene algunos pendientes por cumplir:
 Benedicto XVI señaló el itinerario a los obispos
irlandeses en la visita ad limina de 2006: establecer lo
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 141

ocurrido, tomar medidas para que no se repita y


asegurar la justicia y la reparación de las heridas de
“todos los que han sido golpeados por estos crímenes
anormales”.
Por último, para los cristianos, sigue siendo válido
lo que decía Ignacio de Antioquía: “Lo que necesita el
cristianismo cuando es odiado por el mundo, no son
palabras persuasivas, sino grandeza de alma”. De la
misma manera, es necesario preguntarse
humildemente: estos escándalos gravísimos ¿dañan la
imagen social de la Iglesia, pero ¿cuánto dañamos
otros su vitalidad y congruencia con la extendida
termita de la vulgaridad y el ir pasando de los
muchos?».
Por su parte, José Ramón Romo Sánchez-Heredero,
Sacerdote Operario Diocesano y párroco de Gamonal-
El Casar de Talavera, Toledo en 2009, comenta que a
los largo de su vida sacerdotal, he entrado en contacto
con otros sacerdotes, religiosos y religiosas que han
sufrido problemas emocionales. Entre ellos,
alcoholismo, drogadicción, abusos sexuales…
Menciona incluso que algunos traspasaron los límites
de la ley y se enfrentaron a la justicia.
Movido precisamente por esto y comprometido con
el dolor y ese lado oscuro del ministerio y la vida
consagrada, señala los siguientes puntos como
indispensables para el cuidado de sacerdotes y
religiosas:
 «La primera palabra es transparencia.
Algunos casos en la historia reciente de la Iglesia
tienen un denominador común: el silencio culpable.
La tentación infantil de cerrar los ojos para no ver y,
142 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

por tanto, para borrar la realidad ha desembocado en


fúnebre connivencia y más graves daños, en la
enfermedad y, a veces, el escándalo. Los casos de
los Estados Unidos, sobre todo en la archidiócesis de
Boston, algunos en la vecina Portugal, los de Irlanda
y algún otro reciente en España son exponentes de
ese silencio que termina siendo cómplice.
 La segunda palabra es formación. ¿Será
necesario recomendar que el discernimiento en el
seminario mayor atienda los posibles casos de
abusos sexuales de los candidatos en su entorno
familiar? Y si hay causa, hay que ponerse en manos
de profesionales que hagan un diagnóstico sereno y
honesto. La formación requiere un contexto pastoral
en el seminario en el que la vida de fraternidad, la
comunicación personal con los formadores y en el
pequeño grupo, sean características normales. En el
que la misericordia del Señor cale en la experiencia
y sea sanadora, y no una excusa para seguir sin darse
a conocer. En nuestro mundo, que percibimos día a
día con una gran carga erótica y consumista, el
sacerdote tiene que recibir una conformación de la
propia afectividad a semejanza de Cristo Pastor, que
le ponga en relación abierta y a la vez protegida con
el mundo y con las gentes.
 La tercera palabra es aprender a
cuidarse. A veces puede ocurrir que el sacerdote
joven es enviado al medio rural (por cierto, sin
mayor formación para ese mundo), lejos de la
ciudad, de la familia y de los amigos y amigas. A
veces puede ocurrir que este joven sacerdote tiene
tantas actividades que no le queda tiempo ni para
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 143

descansar. En la vida del sacerdote hay una palabra


clave que dará fidelidad, disfrute y ánimo al
ministerio: autocuidado. Empezando por lo
espiritual e intelectual, siguiendo por la salud física
y psíquica, y terminando por el cultivo y gozo de la
amistad y las propias aficiones en tiempos
adecuados de descanso consciente.
 Una última palabra, acompañamiento.
Los programas de formación permanente necesitan
hoy más que nunca desarrollarse en un plan amplio
que se interrelacione: la pastoral familiar, la pastoral
con los jóvenes y pastoral de las vocaciones, la
formación básica en el seminario mayor y la
formación continuada en el ministerio.
Específicamente, el acompañamiento espiritual.
Entrar en la mirada del Padre, respirar el ambiente
del Espíritu, dejarse guiar por la Palabra del Pastor
para recomponer una historia que ya no existe
quebrada en múltiples pedazos que a veces se dañan
y se asfixian. Un proceso en el que el/la guía
espiritual tiene una palabra de ayuda para pasar del
daño a la salud y de la salud a la fecundidad, es
decir, a la misión.
El acompañamiento de los compañeros. Saber
escuchar y saber contrastar. El silencio clerical es
una de las pesadas losas que el sacerdote joven tiene
que cargar, y no debiera ser así. A veces ocurre que
en los grupos de sacerdotes se insiste en que lo
mejor es callar, que nadie sepa nada. Hay sacerdotes
mayores enfermos que podrían dar testimonio de lo
que digo. Por último, el acompañamiento de obispos
y superiores. Nuestros obispos tienen un deber
144 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

principal: el cuidado de sus hermanos sacerdotes.


Ellos han de vincular continuamente a sus hermanos
con la institución, y lo han de hacer sobre la base de
la comunicación, la colaboración y el
discernimiento. Iglesia, pastores y comunidades
tienen la responsabilidad de saber conjugar las
palabras que he subrayado. Seguramente se podrían
evitar muchos casos de abusos, de dolor, y
convertirlos hacia la esperanza y el gozo del Señor
resucitado».

4. Líneas Guía de la CEM

A la luz de los casos de pederastia y otros abusos, la


CEM ha dado líneas guía que es necesario señalar para
dar la debida importancia a las indicaciones y tratar de
cuidar lo más posible a los menores, así como velar
para que sacerdotes y religiosas no cometan delitos en
contra de ellos. Estos son algunos de los números más
importantes que vale la pena resaltar y cumplir:

7.- «Para organizar ambientes seguros y la


protección de las niñas, niños, adolescentes y de
quienes tienen uso imperfecto de la razón y/o voluntad
en aras de un futuro mejor, la Conferencia Episcopal
Mexicana (CEM) impulsará en las Diócesis y en las
Provincias Eclesiásticas centros adecuados,
precisamente para la protección de las niñas, niños,
adolescentes y de quienes tienen uso imperfecto de la
razón y/o voluntad. Estarán dirigidos por personal
competente y destinados a la comunidad en general, a
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 145

la formación de los seminaristas, a la formación


permanente del clero y a la formación de otros
colaboradores de la pastoral.

10.- Corresponde al Obispo diocesano y a los


Superiores Mayores la tarea de verificar que dentro de
las parroquias y en las otras instituciones de la Iglesia
se garantice la seguridad de las niñas, niños y
adolescentes, y de quienes tienen un uso imperfecto de
la razón y/o voluntad. Como expresión del deber de la
Iglesia de manifestar la compasión de Jesús a los que
han sufrido abuso sexual y a sus familias; se insta a las
Diócesis y a los Institutos de Vida Consagrada y a
las Sociedades de Vida Apostólica (IVC y SVA) a
establecer programas y contar con profesionistas de
servicios psicológicos y espirituales.

11.- Entre las responsabilidades de los Obispos y de


los Superiores Mayores, para asegurar el bien común
de los fieles, especialmente la protección de las niñas,
niños y adolescentes, y de quienes tienen uso
imperfecto de la razón y/o voluntad, está el deber de
dar respuesta pronta y adecuada a los eventuales
casos de abuso sexual. Para estar en posibilidad de dar
esta respuesta, se debe aplicar el Derecho Canónico en
la materia y, al mismo tiempo, se deberán tener en
cuenta lo que establecen al respecto las leyes del
Estado Mexicano.

22. La mejor manera de asistir al acusado o


denunciado es ayudarle a enfrentar la falta o el posible
delito cometido. Deberá someterse a un programa
146 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

terapéutico inspirado en los modernos protocolos


clínicos especialmente elaborados para tratar
patologías.

23. En la medida de lo posible cada Diócesis


contará con psiquiatras y psicólogos especialistas en
temas relacionados de abuso sexual, sin excluir la
posibilidad de terapia en Centros Especializados para
sacerdotes a nivel de la Conferencia Episcopal
Mexicana (CEM) o de las Provincias Eclesiásticas

25. Cuando no se compruebe una acusación o


denuncia falsa en contra de un clérigo, se deberá
restablecer el buen nombre, derechos, buena fama,
habilitación en el ministerio, integración a la
comunidad, del clérigo o el miembro de un Instituto de
Vida Consagrada o Sociedad de Vida Apostólica (IVC
y SVA). Se deberá asistir y acompañar al mismo, a su
familia, y a los demás clérigos.

26. Queda excluida la reintegración al ministerio o


el traslado a otra Diócesis, Instituto de Vida
Consagrada o Sociedad de Vida Apostólica (IVC o
SVA) en caso de que el clérigo culpable represente un
peligro para las niñas, niños y adolescentes o exista
riesgo de escándalo para la comunidad de acuerdo a los
informes que corresponda.

27. En los seminarios y casas de formación de los


Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida
Apostólica (IVC o SVA) debe ser reforzada la
formación en las dimensiones humana, afectiva, moral,
VI. PARA HACER TU VOLUNTAD 147

espiritual, legal, intelectual y pastoral con la ayuda que


ofrecen las disciplinas humanas, asegurando así la
protección de las niñas, niños, adolescentes y de
quienes tienen un uso imperfecto de la razón y/o
voluntad.

28. Téngase particular cuidado en el


acompañamiento y discernimiento de las vocaciones
sacerdotales, de modo que únicamente ingresen a los
seminarios los candidatos que manifiesten los signos
mínimos e indispensables de idoneidad para asumir
un proceso formativo. Considérense también
oportunamente los diversos orígenes familiares,
sociales y culturales de los candidatos, de modo que se
les asegure un acompañamiento personalizado.

30. La dimensión humana es el fundamento


indispensable de toda la formación sacerdotal. Con
ella el Seminario Mayor persigue en continuidad con
las etapas anteriores la formación gradual de hombres
maduros, responsables y equilibrados, fieles a su
condición humana y cristiana, honestos y veraces,
capaces de obrar en libertad, ecuánimes, aptos para
tomar decisiones bien ponderadas, virtuosos,
disciplinados y alegres, que se esfuercen por reflejar en
sí mismos la perfección humana que brilla en el Hijo
de Dios hecho hombre, a fin de que, desde una actitud
de diálogo que lleve a la comunión, sirvan de puente y
no de obstáculo a los demás en el encuentro con
Jesucristo Redentor del hombre”.
148 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

31. Los formadores estén atentos al proceso personal


de cada formando, para acompañarlos y discernir a
tiempo los casos de inadecuada identidad psicosexual,
falta de sentido de la verdad y la justicia, o cualquier
otro desequilibrio de la personalidad que los haga no
aptos para la vida y el ministerio sacerdotal. Téngase
en cuenta que la promoción de candidatos no idóneos
compromete no sólo el bienestar y la realización de las
personas interesadas, sino también de la Iglesia,
incluso puede llegar a tener repercusiones penales,
canónicas y/o civiles.

34. Se debe dar particular atención al necesario


intercambio de información sobre los candidatos al
sacerdocio o a la vida consagrada que se trasladan de
un seminario a otro, de una Diócesis a otra, o de un
Instituto de Vida Consagrada o Sociedad de Vida
Apostólica (IVC o SVA) a una Diócesis.

74. Como el Seminario es uno de los lugares donde


más atención debe poner el Obispo para conocer a sus
futuros sacerdotes, lo visitará con frecuencia y tratará
personalmente a los seminaristas para evitar hasta
donde sea humanamente posible que desde el corazón
de la Diócesis se filtren personas que no son idóneas
para recibir las Órdenes Sagradas. Además, cuide que
el equipo formador sea el adecuado para que en
conjunto se elaboren programas y estrategias para
obtener resultados óptimos en todas las dimensiones de
la formación. Esto mismo hagan los Superiores
Mayores en sus casas de formación.
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ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ............................................................. 3
I. NINGÚN REY EMPEZÓ DE OTRA MANERA ....... 9
1. Sabiduría de Salomón ................................................... 9
2. Mortalidad y pecado ................................................... 13
3. Espíritu de Sabiduría .................................................. 15
II. COMER Y BEBER ES UN DON DE DIOS ............ 17
1. Sana alimentación ....................................................... 21
2. Ayuda de las Apps ...................................................... 29
III. HE TERMINADO LA CARRERA ......................... 35
1. Nivel Básico................................................................ 37
2. Nivel Plus .................................................................... 39
3. Nivel Premium ............................................................ 40
4. Otras actividades......................................................... 42
IV. LA SABIDURÍA PROTEGE COMO EL DINERO
PROTEGE ........................................................................ 51
1. Costos de la salud ....................................................... 51
2. Los estilos de vida y bienes ........................................ 57
V. TIEMPO PARA CALLAR Y TIEMPO PARA
HABLAR ........................................................................... 69
1. La necesidad del silencio ............................................ 69
2. Palabra y silencio en la homilía .................................. 74
3. Dios lo da a sus amigos mientras duermen ................ 75
158 HUMANO, DEMASIADO HUMANO

4. Peligros del cansancio: Burnout ................................. 80


4.1 El descanso de Dios .............................................. 81
4.2. El descanso del hombre y la mujer ...................... 83
4.2.1. Combatiendo el cansancio laboral................. 83
4.2.2. Combatiendo el cansancio digital ................. 86
a) Voto de confianza hacia sí mismo....................... 87
b) Uso saludable de los medios digitales ................ 90
c) Ayuno de los dispositivos digitales ..................... 93
4.3. Judith: combate a la despersonalización con
resistencia y sentido de coherencia ............................. 95
4.4. Moisés y San Pablo: combatientes contra la falta
de realización personal .............................................. 104
4.4.1. Los beneficios de delegar ............................ 104
4.4.2. El trabajo realizado no fue en vano ............. 110
VI. AQUÍ VENGO, OH DIOS, PARA HACER TU
VOLUNTAD ................................................................... 117
1. Oración, obediencia y desobediencia ....................... 117
2. Cuídense ustedes mismos ......................................... 122
2.1 Buscar el cuidado en los grupos de formación ... 123
2.2 Buscar el cuidado en la vida de comunidad ....... 127
3. Cuidado como prevención de los abusos ................. 144
4. Líneas Guía de la CEM ............................................ 144
BIBLIOGRAFÍA ............................................................ 149

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