Está en la página 1de 3

Desarrollo de las meninges

Las envolturas membranosas del encéfalo y la médula espinal aparecen en la cuarta semana como
una única meninge primaria o primitiva, un derivado mesodérmico en el que 1 semana después se
forman tres espacios llenos de líquido y cuya diferenciación posterior da lugar a las tres láminas
que constituyen las meninges: la piamadre (que es la más cercana al tejido nervioso), la aracnoides
y la duramadre, que recubre la cavidad craneal y la médula espinal. El espacio subaracnoideo, que
contiene líquido cefalorraquídeo (LCR), se encuentra entre las dos capas meníngeas internas.
Resumen de las principales regiones del sistema nervioso central A continuación se revisan
brevemente algunas características de las principales regiones del SNC, a modo de introducción y
con el objeto de explicar algunos términos de neuroanatomía.

(Antes de leer los siguientes capítulos, el estudiante debe conocer el significado de todos los
términos utilizados en los párrafos que siguen.) Al final del libro hay un glosario que incluye estos
términos, y en la figura 1-5 pueden consultarse las principales divisiones del cerebro adulto. 22
FIGURA 1-5. Regiones del sistema nervioso central maduro, en un corte sagital. Médula espinal La
médula espinal es la parte menos diferenciada del SNC.

Su naturaleza segmentaria se refleja en las series de pares de nervios raquídeos, que se fijan a ella
por medio de una raíz sensitiva dorsal y una raíz motora ventral. La sustancia gris central, donde se
encuentran los cuerpos de las células nerviosas, tiene forma aproximada de H en un corte
transversal. La sustancia blanca, que consiste en axones mielinizados que recorren la médula
longitudinalmente, ocupa su periferia. Las conexiones neuronales de la sustancia gris de la médula
espinal permiten que tengan lugar los reflejos espinales, y la sustancia blanca contiene axones que
conducen información sensorial al encéfalo y otros que transmiten impulsos, generalmente
motores, desde el encéfalo hasta la médula. Médula oblongada

Los tractos de la médula espinal se prolongan en la médula oblongada, que también contiene
acumulaciones de neuronas denominadas núcleos. Los más prominentes son los núcleos olivares
inferiores, que envían fibras al cerebelo a través de los pedúnculos cerebelosos inferiores, que
fijan el cerebelo a la médula oblongada. Algunos de los núcleos más pequeños forman parte de los
nervios craneales. 23 Puente El puente consta de dos partes diferenciadas. La porción dorsal o
tegumento comparte características con el resto del tronco encefálico, por lo que incluye vías
ascendentes y descendentes, junto con algunos núcleos de nervios craneales. La porción ventral o
puente basal es propia de esta región del tronco encefálico. Su función es permitir las conexiones
extensas entre la corteza de un hemisferio cerebral y el hemisferio cerebeloso contralateral. Estas
conexiones contribuyen a lograr la máxima eficiencia de las actividades motoras. Un par de
pedúnculos cerebelosos medios fija el cerebelo al puente.

N o t a s c l í n i c a s Desarrollo anormal del sistema nervioso Anencefalia y espina bífida Existen


diversas malformaciones congénitas que pueden afectar al sistema nervioso central, como la falta
de cierre normal del tubo neural o las anomalías en el desarrollo del hueso y la piel asociados a
esta estructura. En la anencefalia, los pliegues neurales no se fusionan en el extremo cefálico del
tubo neural en desarrollo, por lo que no se forman el cerebro anterior, la bóveda del cráneo ni
gran parte del cuero cabelludo, de modo que el encéfalo anormal (el tronco encefálico y, en
ocasiones, el diencéfalo) se encuentra expuesto al exterior. La anencefalia afecta a cerca de 1 de
cada 1 000 neonatos, que acaban falleciendo. La alteración equivalente en el extremo caudal del
sistema nervioso central es el mielocele o raquisquisis, en la cual hay una amplia área de tejido
nervioso no funcional expuesto en la región lumbosacra. En ocasiones, un mismo neonato puede
presentar ambas alteraciones. El mielocele es la forma más grave de espina bífida. En los casos
menos graves, la médula espinal y el tejido conectivo adyacente (las leptomeninges; v. cap. 26)
están intactos, pero los derivados mesodérmicos que se encuentran por encima están alterados.
En el mielomeningocele no se forma duramadre, arcos vertebrales ni piel, sino que se observa una
protuberancia que contiene la porción caudal de la médula espinal o sus raíces nerviosas. Si el
conducto vertebral conserva sus elementos nerviosos, el bulto de su superficie es un meningocele,
un quiste que contiene líquido cefalorraquídeo. Estos tipos de espina bífida pueden corregirse
mediante cirugía, pero con frecuencia producen una parálisis o una debilidad de los miembros
inferiores de por vida. La espina bífida oculta es una alteración frecuente en la cual la duramadre y
la piel permanecen intactas, pero uno o más arcos vertebrales no se desarrollan suficientemente.
Por lo general, no se observan otros síntomas que un hoyuelo, un mechón de pelo u otra anomalía
sin importancia en la piel que recubre la zona.

Hidrocefalia Cuando el líquido cefalorraquídeo no fluye debido a una oclusión, se acumula en los
ventrículos del encéfalo (v. cap. 26). La presión que ejerce este líquido destruye el tejido nervioso
y la cabeza puede agrandarse notablemente. Algunas anomalías que pueden causar este
fenómeno son la estenosis del acueducto cerebral y la malformación de Chiari, que consiste en la
localización de la médula oblongada y parte del cerebelo en la porción cervical superior del
conducto vertebral en lugar de en el cráneo. Esta disposición anatómica anómala puede obstruir el
flujo de líquido cefalorraquídeo hacia el exterior del sistema ventricular, dando lugar a una
hidrocefalia interna. Muchos niños que presentan la malformación de Chiari también sufren
espina bífida. La hidrocefalia interna se trata creando una vía alternativa para drenar el sistema
ventricular del encéfalo.

24 Mesencéfalo Al igual que otras partes del tronco encefálico, el mesencéfalo contiene vías
ascendentes y descendentes, además de los núcleos de dos nervios craneales. Su región dorsal, el
techo o tectum, está implicada principalmente con los sistemas visual y auditivo. El mesencéfalo
también incluye dos importantes núcleos motores: el núcleo rojo y la sustancia negra o locus
niger. El cerebelo se fija al mesencéfalo por medio de los pedúnculos cerebelosos superiores.
Cerebelo El cerebelo tiene un tamaño especialmente grande en el encéfalo humano. Se trata de
una estructura que recibe información de la mayoría de los sistemas sensitivos y de la corteza
cerebral, y actúa sobre las motoneuronas que inervan la musculatura esquelética. Las funciones
del cerebelo son la producción de variaciones en el tono muscular relacionadas con el equilibrio, la
locomoción y la postura y la coordinación del momento y la fuerza de contracción de los músculos
que se emplean durante los movimientos finos.

El cerebelo actúa a un nivel subconsciente. Diencéfalo El diencéfalo forma el núcleo central del
cerebro. Su componente de mayor tamaño es el tálamo, que posee varias regiones o núcleos,
algunos de los cuales reciben información de los sistemas sensitivos y se proyectan a áreas
sensitivas de la corteza cerebral. Parte del tálamo está conectado con áreas corticales implicadas
en procesos mentales complejos, otras regiones participan en circuitos relacionados con las
emociones y ciertos núcleos talámicos forman parte de las vías que comunican el cerebelo y el
cuerpo estriado con las áreas motoras de la corteza cerebral. El epitálamo contiene pequeños
tractos y núcleos y la glándula pineal o epífisis, un órgano endocrino. El hipotálamo desempeña
una importante función de control de los sistemas simpático y parasimpático que inervan los
órganos internos, las glándulas exocrinas y los vasos sanguíneos. Además, las células
neurosecretoras del hipotálamo sintetizan hormonas que pasan al torrente circulatorio. Algunas
de estas hormonas actúan sobre los riñones y otros órganos, y otras regulan la secreción hormonal
del lóbulo anterior de la hipófisis (o glándula pituitaria) a través de un sistema específico de vasos
sanguíneos. Algunas de las células neurosecretoras del hipotálamo y de la región adyacente del
telencéfalo derivan de la placoda olfativa, y no del epitelio del tubo neural. Estas neuronas
contienen y secretan un polipéptido denominado hormona liberadora de gonadotropinas, y
migran a lo largo del nervio terminal hasta el prosencéfalo. El nervio terminal es un pequeño
nervio craneal, al que en ocasiones se le asigna el número cero, que se encuentra en posición
cefálica con respecto a los nervios olfativos. En el subtálamo hay vías sensitivas que se prolongan
hasta el tálamo, axones que se originan en el cerebelo y el cuerpo estriado y el núcleo
subtalámico, que ejerce funciones motoras.

También podría gustarte