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DAISAMAR R.

FELIZ VARGAS
100541534
DERECHO DE SUCECIONES Y DONACIONES
TAREA 4

La Reserva Hereditaria
La Reserva Hereditaria es la parte de la herencia que no se puede disponer de
manera gratuita en menoscabo de los herederos, tal y como expresa Pérez
(2014) “la Reserva Hereditaria es la porción de la herencia de la cual no se
puede disponer a título gratuito en detrimento de los herederos”. Por otro lado,
Castillo (2004), la define como la parte del patrimonio que el legislador
prohíbe donar a favor de un tercero, siendo llamada cuota disponible la parte
del patrimonio que si puede donarse.
El legislador dominicano, no estableció de manera puntual cuál es la cantidad
que debe reservarse para los descendientes, al momento de disponer de los
bienes a títulos gratuitos, pero en su artículo 913 establece cual es la porción
que si puede disponerse libremente, llamada cuota disponible, y en
consecuencia podemos fácilmente calcular cual sería entonces la Reserva
Hereditaria.
El artículo 913 expresa que: “Las donaciones hechas por contrato entre vivos
o por testamento, no pueden exceder de la mitad de los bienes del donante, si a
su fallecimiento dejare un solo hijo legitimo; de la tercera parte, si deja dos
hijos, y de la cuarta parte si estos fuesen tres o más”. Según este artículo la
Reserva Hereditaria siempre va a depender de la cantidad de descendiente que
haya dejado el de cujus.
En este punto es importante aclarar, que al momento de la redacción del
Código Civil Dominicano se utilizaba el término de hijos ilegítimos, a los que
no habían nacido dentro de un matrimonio y los cuales no gozaban de los
mismos derechos que los llamados “legítimos”, lo cual fue derogado por la
Ley 136/03, por lo que la Reserva Hereditaria debe hacerse a favor de todos
los hijos, no importando sin son nacidos dentro de una relación consensual o
dentro de un matrimonio.

La reserva hereditaria se determinará dependiendo de la cantidad de sucesores


que deje el de cujus al momento de su muerte; es decir sí hay un hijo es de la
mitad, si hay dos, las dos terceras partes y si hay tres, las tres cuartas partes.
Eso significa que si el difunto ha dejado tres hijos, sólo puede testar a favor de
un tercero por la parte disponible, respetando así la reserva de un cuarto que
debe pertenecer a cada uno de los hijos. En razón de la teoría de la
representación, quienes concurren a la sucesión en lugar de su padre o
predecesor, cuentan por lo que representa.

La reserva de los ascendientes se fija en un cuarto de la sucesión, tanto para la


línea paterna, como la para materna. La cuota disponible es de la mitad o de
las tres cuartas partes, según queden o no ascendientes en ambas líneas.

Porción disponible:
Se trata, pues, de la porción que el de cujus podrá disponer, sin afectar la
legítima hereditaria; para calcular la parte de libre disposición, es necesario
adicionar el activo neto que el de cujus ha dejado al momento de su deceso, al
valor de las donaciones que haya efectuado. Si la comparación del total, así
obtenido con el total de las donaciones y los legados, demuestra que la reserva
hereditaria ha sido perjudicada, los herederos reservatarios pueden intentar
una acción en reducción.

Parte de libre disposición

L=P/(S + C)

L: Parte de libre disposición.


P: Patrimonio del causante.
S: Cantidad de sucesores.
C: Causante.

Condiciones para suceder


Artagnan Pérez Méndez establece que las condiciones para reclamar la reserva
son las siguientes:
1)      El heredero debe ser llamado a la sucesión conforme al grado de
parentesco. Si un heredero se encuentra excluido, este no podrá reclamar. De
igual forma un ascendiente es heredero reservatorio, pero si al de cujus le
sobrevienen descendientes, el ascendiente queda excluido y nada tiene que
reclamar.
Ejemplo:
Juan tiene 3 hijos y le dona a una chica muy amiga dos apartamentos que le
pertenecían 5 años antes de conocer a su amiga. Juan muere dejando a sus tres
hijos y a sus padres sin ningún bien.  En este caso los que tiene la facultad
para reclamar son los 3 hijos de Juan; en caso de que estos no existiesen, los
facultados serían sus padres.
2)      Que el heredero acepte la sucesión, porque si renuncia, no es heredero y
en consecuencia no puede ser reservatorio. Lo mismo pasa en el caso de los
indignos.

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