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Reúne un estudio del "capitalismo integrado" en sus formas más avanzadas; analíticas del

poder conjugadas a las formaciones del deseo- las "máquinas deseantes" de Deleuze- y puntos
de vista prácticos y concretos acerca de la condición de la subjetividad en la ciudad
contemporánea.
Fuente: Editor
Félix Guattari no cree que sea posible aislar el elemento inconsciente en el lenguaje o
estructurarlo dentro de unos horizontes significantes. Por el contrario, el inconsciente
remite a todo un campo social, económico y político. Los objetos del deseo se determinan
como realidad coextensiva al campo social (y en consecuencia a aquel definido por
la economía política).
Una cartografía de la subjetividad, para tener un alcance analítico, debe según él
deshacerse de todo ideal de cientificidad. Dicha cartografía se basaría en una contundente
crítica de los métodos de subjetivación subordinados al régimen identitario y al modelo de
la representación, sobre lo que la psicoanalista y colaboradora Suely Rolnik llama «el
malestar en la diferencia».2 La ética de Guattari consiste en oponer a este ideal un
constructivismo ontológico a todos los niveles, tanto en el caso de aprehensión de los
niveles etológicos en los bebés como en el de la función existencial del rock en los
jóvenes, e incluso en el de la aprehensión pática en la psicosis, en que pueden ser
incluidos los más diversos componentes semióticos (incorporación de la ciencia o de los
medios de comunicación como elementos de la novela familiar moderna, por ejemplo). Por
ello debería aceptarse que la psique es el resultado de componentes múltiples y
heterogéneos. Ella desarrolla el registro verbal, pero también los medios de comunicación
no verbales, las relaciones con el espacio arquitectónico, los comportamientos etológicos,
los estatutos económicos, las aspiraciones éticas y estéticas, etc. Esto implica que no se
puede tomar la subjetividad como algo dado, configurado por las estructuras universales
de la psique, sino que, al contrario, permite suponer mecanismos diferenciados de
subjetivación. Ello es debido a que el inconsciente no es estructural, sino procesual; no
puede darse referido solamente al quehacer familiar y cotidiano, a dicha "novela familiar",
sino igualmente a las maquinarias técnicas y sociales. No puede dirigirse solamente hacia
el pasado, sino también hacia el futuro.
Pensador de la natalidad, de los comienzos, la búsqueda radical de Guattari de una
capacidad para dar forma conceptual y pragmática a interrogantes existenciales, para
reintegrar la complejidad de los individuos, su libido, sus sueños e inclinaciones en la
ecuación política, le llevan a promover lo que llamará una ecosofía.

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