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Asignaturas ;

Derecho Constitucional

Nombre del docente;


Patricia Marleny Melgar Ponce

Nombre del estudiante;


Eva Carolina Posadas Argueta

Número de cuenta;
222440010

Sede de matricula ;
San Lorenzo valle

Nombre del trabajo;


Resumen de los Art.151 al 178

Fecha de entrega

02 de Abril del 2023


INTRODUCCIÓN
La cultura y la educación brindan el espacio social fundamental para construir una
estrategia hacia el futuro. A diferencia de los marxistas, que establecen estas
como subproducto de la economía o afirma que están determinadas en última
instancia por el devenir de la vida material, apuntalamos aquí el territorio de las
ideas, las voluntades, los procesos formativos del espíritu, como factor central en
la evolución histórica, y en las posibilidades de tomar con las manos el destino de
una nación.
Los estudios formales hechos en torno a los problemas desuelo y vivienda social
en Honduras, datan de principios de la década pasada y responden a situaciones
en buena medida diferentes a las que el país muestra ahora
Contenido

¿Qué tipo de ciudadanos debemos crear a través de la educación y la cultura?


Esto es un asunto fundamental porque tiene que ver con la definición de lo que
queremos que sea el costarricense. Es importante que aquí diferenciemos dos
cosas: la educación y la cultura deben generar un ser humano preparado para la
vida colectiva en este momento histórico, y que sea capaz de enfrentar los retos
que se nos imponen.
Esto implica dos cosas: por un lado, adquirir el conocimiento y las destrezas
necesarias, al mismo tiempo que los valores y principios generales necesarios
para abordar la situación actual. Por otro, es necesario crear ciudadanos para una
democracia, y ello implica formar ciudadanos que sepan tomar sus decisiones de
manera colectiva, con base en el consenso y en el respeto a la participación de
todos, al mismo tiempo que de manera responsable puedan ejercer el derecho a
su libertad; pero, aparte de estos dos últimos rasgos que podrían definir una
personalidad democrática, la educación y la cultura necesitan ayudar a crear en el
ciudadano valores más generales que son de naturaleza ética; la educación y la
cultura deben ayudar a promover o a fortalecer la honestidad, la solidaridad, el
respeto, la eliminación de los fanatismos y los dogmatismos, la disciplina y el
trabajo fuerte, el respeto a la naturaleza y el respeto a la opinión de todos los
conciudadanos; entonces, la educación y la cultura deben contribuir a crear una
personalidad democrática pero, sobre todo, una personalidad ética que
fundamente sus acciones y su conducta en principios universales.

No obstante, debemos subrayar que, aparte de crear valores éticos, nuestra


cultura y educación deben crear ciudadanos con altos niveles de instrucción y
formación, dotados del conocimiento y las destrezas necesarias; la educación no
es sólo una educación de valores, involucra ilustración, instrucción, conocimiento y
destrezas; esto es importante señalarlo porque ha habido en este país una
tendencia desde hace bastantes años que busca dejar de lado el conocimiento, la
instrucción de alta calidad y las destrezas; que, sin duda, resultan esenciales en la
definición del costarricense que necesitamos producir en el siglo XXI.
Entonces, tanto como conocimiento, como acción o esparcimiento o vivencia, la
cultura, aunque pueda ser aprehendida de manera diferente por los diferentes
sectores de la sociedad, debe ser ofrecida en su múltiple gama de posibilidades a
la población. Por supuesto, resulta entonces absolutamente inapropiada la idea,
que algunos han expresado, de hacer algo intermedio, de buscar algún tipo de
cultura que pueda satisfacer a las amplias masas y a la minoría; esto es,
simplemente una aberración intelectual; no es posible encontrar esos términos
medios sin entrar en contradicción con las necesidades de algunos de los sectores
de la sociedad; de lo que se trata es de abrir todas las posibilidades, no negar ni
cerrar ninguna puerta a la expresión cultural o al conocimiento en su conjunto y
dejar que sea la población, libre e independientemente, la que escoja sus
opciones culturales; no podemos, bajo ningún concepto, definir a priori bajo
criterios que no estarían suficientemente claros, ni el tipo de cultura, ni el tipo de
conocimientos, ni el tipo de acción cultural que requiere nuestra población; no
existe ente social o individual que pueda definir qué es lo que le conviene
culturalmente a la población. Se trata de ofrecer la mayor flexibilidad, la mayor
amplitud, la mayor libertad en la cultura y la educación.

En otro orden de cosas, es evidente que los medios modernos de comunicación


colectiva juegan un papel esencial en la cultura y en la educación de un país; pero
de igual forma que a través de estos mecanismos se tiene acceso y proyección en
las masas, también se tiene acceso y proyección en minorías selectas que
también usan estos mecanismos de la vida social. Es necesario, entonces,
promover y estimular que estos mecanismos sirvan como medio para un acceso
mayor al conocimiento y a la expresión cultural de los diferentes sectores, en la
medida de sus intereses y en la medida de sus necesidades.
La vivienda es una edificación cuya principal función es ofrecer refugio y
habitación a las personas, protegiéndolas de las inclemencias climáticas y de otras
amenazas. Otras denominaciones de vivienda son: apartamento, aposento, casa,
domicilio, estancia, hogar, lar, mansión, morada, piso, etc.
El concepto de vivienda social nace desde los primeros Tiempos de la revolución
industrial, como respuesta Directa a los problemas de la migración y a la creciente
Proletarización que ese fenómeno produjo, y como una Iniciativa de gobierno
destinada a mejorar la situación Habitacional de los grupos más desposeídos de la
Sociedad.
Si bien desde que surge la vivienda social fue impulsada Como iniciativa
gubernamental concebida para transmitir Beneficios sociales, con los años se
involucraron en ella Emprendedores privados que la asumieron como industria
Lucrativa, abriendo así la contienda entre dos líneas de
Pensamiento: En los proyectos habitacionales los beneficiarios son
Protagonistas de los mismos y deben tener un papel Activo.
En los proyectos habitacionales los destinatarios no Deben involucrarse por
cuanto son catalogados como Clientes.
Conclusiones
Conclusión N° 1 Mediante una búsqueda de con gratuita entre distintos actores
sociales, se debe organizar un gran frente común para gestionar ante el Estado la
constitución inmediata del banco de tierras. Hoy que su esencialidad se ha vuelto
vital, no lograr este objetivo es condenar a la vivienda social a una muerte casi
segura en pocos años. Aunque esta afirmación parezca fatalista, no se ve en el
horizonte del futuro cómo se podrán viabilizar proyectos de vivienda social con un
escalamiento tan alto del precio Del suelo.

Conclusión N° 2 Los organismos privados no mercantiles dedicados a la vivienda


social deberían emprender una gran cruzada para exigir que se elimine el requisito
del ahorro previo en efectivo, promoviendo que con sólo cubrir gastos básicos de
cierre se aplique un sistema de cuota corrida para la población que se postula
para un crédito habitacional.

Conclusión N° 3 La obsolescencia pesa ya varios años sobre los diagnósticos


realizados en cuanto al tema suelo y vivienda, por lo que es de conveniencia
nacional hacer un estudio actualizado en el contexto de las nuevas situaciones
que vive el país, el cual debería incluir un capitulado especial para establecer de
manera muy precisa y objetiva cuál es el déficit habitacional en el país, cuántas
viviendas nuevas deben construirse, cuánto se necesita hacer en lo concerniente
a dotación de servicios básicos en el stock de viviendas carenciadas, cuánto en
sustitución de vivienda totalmente descartable, cuánto en ampliación de vivienda
de tamaño insuficiente, cuánto en reparaciones parciales, etc.

Conclusión N° 4: Se debe lanzar una campaña en contra el asistencialismo


imperante en nuestro país, con la cual se procure hacer conciencia en el gobierno,
las iglesias, las ONG´s y en todas las instancias de la sociedad, del daño presente
y futuro que se incuba en la mentalidad de la población y del costo social que eso
implica. Esta campaña para evitar el asistencialismo debe incluir los planos
locales, de modo tal que con todo el respeto a que son merecedoras las instancias
edilicias, no se tome como una falta a la autonomía municipal sugerir
enfáticamente que se abandone de una buena vez la costumbre, todavía vigente
en varios lugares, de darle todo a la gente de manera gratuita.

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