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Al final del Imperio:
La guerra de las Malvinas de 1982 en el Aire (Falklands)
En las operaciones militares del futuro, los Estados Unidos quizá tengan
que pelear y ganar más lejos de casa con muchas menos fuerzas que en el pa-
sado. Un factor seguirá siendo constante en el futuro - la confianza de los EE.UU.
en el poder aéreo para la victoria. ¿Cómo podría el poder aéreo contribuir a una
operación exitosa, extendida con «condiciones mínimas de preparación de base»
lejos de casa? Un estudioso del poder aéreo debe examinar como los ingleses
vencieron a las fuerzas argentinas numéricamente superiores y los difíciles retos
geográficos durante la Guerra de las Malvinas (Falklands) de 1982. El poder aé-
reo contribuyó significativamente al éxito de la campaña británica. A la inversa, el
mal uso del poder aéreo por la fuerza aérea y armada argentinas desempeñó un
papel significativo en su derrota. Este caso discute los antecedentes de la guerra
en que las fuerzas británicas y argentinas emplearon el poder aéreo y las impor-
tantes lecciones a extraerse de la guerra.
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Fig. 13 . La Argentina y las Islas Malvinas (Islas Falklands)
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también el principal aeropuerto de la isla, que tenía una pista de aterrizaje de
4,100 pies que no podía soportar operaciones de los grandes aviones jet.
Otro evento clave que influyó la decisión argentina de invadir fue la política
local británica. John Nott, ministro de defensa británico, había propuesto varias
reducciones a la defensa, que incluían el retiro -- sin remplazo -- del HMS Endu-
rance, la única presencia naval británica estacionada permanentemente en las
Malvinas. Nott también recomendó que los dos únicos portaaviones de la Real
Armada -- HMS Hermes e Invincible -- fueran retirados del inventario activo y
vendidos a Australia debido a reducciones presupuestarias hizo planes para re-
ducir también las fuerzas aéreas y terrestres. A la luz de la escasa reacción con-
cerniente a la invasión de Georgia del Sur, una fuerza militar británica que dismi-
nuía y las grandes distancias desde las bases militares británicas y buscando una
forma de apoyar al gobierno militar impopular, el 23 de marzo la junta argentina
decidió volver a capturar el prestigio nacional y desembarcó exitosamente en las
Malvinas el 2 de abril. Después de una resistencia simbólica, el gobierno britá-
nico de las Malvinas se rindió a los argentinos. Las fuerzas militares argentinas
instalaron rápidamente un radar AN/TPS-43F, un centro de control de tráfico aéreo
y sistemas de defensa aérea en el aeropuerto de Port Stanley. Las fuerzas terres-
tres argentinas desplegaron más de 10,000 soldados alrededor de las Malvinas.
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ce. Los militares británicos necesitaban desarrollar acciones contrapuestas a las
fuerzas aéreas argentinas numéricamente superiores.
La RAF y la Real Armada tenían mejores aviones que la FAA o CANA, pe-
ro el limitado número de aeronaves y las largas distancias afectaban su capaci-
dad para desplegar las fuerzas y realizar operaciones. Las reducciones presu-
puestarias del pasado habían obligado a la RAF a una transición a una fuerza
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más pequeña. Por varias décadas, la RAF mantuvo una fuerza de bombarderos
estratégicos de largo alcance «V». Su fuerza única de cinco aviones Avro Vulcan
– Escuadrón No. 44 -- fue salvado de la desactivación y puesto en alerta des-
pués que los argentinos invadieron las Malvinas. El Vulcan tenía un alcance para
atacar blancos a 4,600 millas. La RAF estaba en el proceso de reemplazar al
Vulcan con un avión de ataque Panavia Tornado de más corto alcance. La RAF
también mantenía varios aviones cisterna para reabastecimiento en vuelo Hand-
ley Page Victor K.2 (bombarderos modificados), Phantoms F-4 McDonnell-
Douglas, jets de ataque British Aerospace Buccaneer, transportes C-130 y VC-10,
Jaguars Sepecat, reconocimiento marítimo Hawker-Siddley Nimrod y aviones de
ataque y una variedad de helicópteros. Los F-4, igual que los Vulcan, estaban
inscritos como candidatos para reemplazo por Tornados. La RAF y la Real Arma-
da tenía una fuerza de British Aerospace Harrier multiuso y jets Sea Harrier de
despegue y aterrizaje corto/vertical para apoyo cercano.
Otro objetivo del poder aéreo británico era dar protección para trasladar una
flota de invasión desde el Reino Unido o para trasladar una ensamblada en la Isla
de Ascensión. Afortunadamente, la Real Armada no desmontó inmediatamente
los portaaviones HMS Hermes e Invincible después que Nott divulgó su política.
Estos portaaviones servirían como la base para la agrupación táctica inicial. Nor-
malmente operaban con cinco Sea Harriers y unos 10 helicópteros Sea King cada
uno. El Sea Harrier era el avión de elección por defecto ya que podía despegar y
aterrizar desde barcos que podían trasladarse cerca de las Malvinas. La agrupa-
ción táctica de portaaviones podía incrementar la carga útil del Sea Harrier redu-
ciendo el alcance operativo efectivo y convirtiendo a estos aviones en una fuerza
militar más viable. Los aviones Sea Harrier de la Real Armada estaban armados
con misiles AIM-9L Sidewinder aire-aire (AAM) todo aspecto proporcionados por
los EE.UU. para misiones de patrullaje aéreo de combate sobre la flota. Adicio-
nalmente, los aviones fueron también requeridos para salidas de ataque terrestre
a apoyar y defender operaciones terrestres británicas una vez que una fuerza de
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invasión desembarcaba en las Malvinas. Las agrupaciones tácticas británicas pos-
teriormente llevaban Harrier GR.Mk.3 de la RAF para reemplazar los Sea Harrier
perdidos por desgaste y complementar las misiones de ataque terrestre.
Aunque los aviones jet de las fuerzas aéreas argentinas no podían usar el
aeropuerto Port Stanley, la FAA tenía significativos recursos de poder aéreo con
base en las Malvinas. Si los ingleses podían neutralizar las operaciones de la
FAA en las Malvinas, entonces se eliminaría una seria amenaza para la invasión y
operaciones terrestres británicas. Los argentinos entonces tendrían que confiar en
un apoyo aéreo mayor de tierra firme. Sin una capacidad de reabastecimiento en
vuelo importante, los aviones argentinos podrían atacar a las fuerzas británicas
solamente a alcances extremos. Esto permitió a cualquier agrupación táctica
británica emplear más eficientemente la Patrulla Aérea de Combate de Sea
Harrier y armas de defensa aérea para aumentar la posibilidad de parar de golpe
los ataques aéreos argentinos y proyectar exitosamente el poder de combate.
Los británicos podían también atacar las bases de la FAA y CANA en tierra firme
usando su flota de Vulcan. Sin embargo, los ataques británicos sobre tierra firme
podrían resultar en un alargamiento de la guerra. Como resultado los británicos
limitaron el poder aéreo argentino en dos formas – estacionando una fuerza en
Chile y atacando las Malvinas desde la isla Ascensión.
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campo de aterrizaje para la FAA. El 1º de Mayo, un Vulcan B.2 procedente de
Wideawake realizó Black Buck 1. Esta misión Vulcan necesitó 18 operaciones
de reabastecimiento en vuelo y 15 salidas de aviones cisterna Victor K.2, con el
bbombardero en vuelo durante 14 horas y 50 minutos. Los Vulcan arrojaron 21
bombas de 1,000 libras, pero solamente una bomba dio en el campo de aterrizaje.
La única bomba abrió un cráter en el centro del campo de aterrizaje, pero el daño
fue reparado rápidamente. Una posterior misión Black Buck incluyó una exitosa
misión antirradar usando misiles AGM-45 Shrike contra el radar AN TPS-43F en
el aeropuerto de Port Stanley. Si bien el daño causado por la misión Black Buck
fue menor, grande fue la repercusión psicológica en el gobierno argentino. Los
británicos demostraron su capacidad para atacar a larga distancia desde Widea-
wake. Esta acción tiene más significado cuando uno cuando se da cuenta que
Buenos Aires está mucho más cerca de Wideawake que las Malvinas. Después
de Black Buck 1, la FAA sacó cazas de apoyo a las Malvinas a bases muy al
norte para proteger las ciudades argentinas. Black Buck 1 fue solamente una ac-
ción de calentamiento. La agrupación táctica británica equipada con Sea Harriers,
estaba ahora a tiro para operaciones de ataque terrestre.
Los repentinos ataques de Vulcans y Sea Harriers sobre las fuerzas milita-
res argentinas en las Malvinas fueron un choque para los argentinos. Sabían de
la existencia de la agrupación táctica británica y la habían localizado el 21 de
abril con un Boeing 707 de la FAA; la idea de una invasión inminente produjo
una reacción inmediata de la FAA y CANA. La FAA realizó salidas desde campos
de aterrizaje en tierra firme en San Julián y Río Gallegos contra la agrupación
táctica británica. Los argentinos lanzaron aviones A-4 y Canberra apoyados por
cazas Mirage III y Dagger contra los barcos de la Real Armada. Los A-4 no tuvie-
ron éxito en encontrar los blancos. Los Canberras si localizaron a la agrupación
táctica y trataron de atacarla. Los Sea Harriers los interceptaron y un Canberra
fue abatido por un AIM-9L. Adicionalmente, el único encuentro aire-aire de la
guerra se produjo como resultado del primer ataque de la FAA sobre la flota de
la Real Armada. Los Mirage III procedentes de la única unidad dedicada de in-
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terceptores de la FAA chocaron con los Sea Harriers que realizaban misiones de
patrulla aérea de combate (CAP) sobre la agrupación táctica y perdieron dos avio-
nes por los misiles AIM-9. La FAA perdió también un Dagger. El poder aéreo
británico dominaba los cielos después del primer día de conflicto. Sin embargo,
el poder aéreo argentino estaba equilibrado para un golpe más letal a las fuerzas
británicas en las semanas venideras.
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El HMS Broadsword, un veterano de la Guerra de las Malvinas de 1982, fue
atacado por fuerzas aéreas argentinas con base en mar y tierra.
Los militares británicos incrementaron los ataques sobre las fuerzas argen-
tinas en las Malvinas, confiando en otras fuerzas singulares que influyeran en su
limitado poder aéreo. Unidades procedentes de fuerzas de comando de los Ser-
vicios Aéreos Especiales británicos operaban como observadores aéreos avan-
zados y ayudaron a neutralizar las bases de la FAA en las Malvinas. El 14 de
mayo, las fuerzas de los Servicios Aéreos Especiales atacaron el campo de ate-
rrizaje en la Isla Pebble cerca de las Malvinas Occidentales. La incursión destruyó
seis Pucaras, cuatro T-34 y un avión de transporte, no sólo reduciendo los avio-
nes de apoyo terrestre argentinos disponibles para impedir la invasión, sino tam-
bién desmoralizando a las fuerzas terrestres argentinas. Se dieron cuenta que las
fuerza británicas, con más por venir, las estaban aislando lentamente.
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previnieron la ola en aumento de fuerzas británicas alrededor de las Malvinas.
Adicionalmente, las fuerzas navales británicas llevaban más aviones, helicópte-
ros, suministros y fuerzas terrestres al sur desde la Isla Ascensión. La guerra in-
gresaba a a su fase final --- una invasión anfibia británica para arrebatar con vio-
lencia el control de las Malvinas a los argentinos. Los británicos no fueron disua-
didos por los ataques aéreos argentinos. El poder aéreo británico variaba de
una fuerza principalmente dedicada a la defensa de la flota y ataques sobre los
campos de aterrizaje en las Malvinas a una lista para la invasión de las Malvinas.
Los recursos de la RAF y Real Armada centraron sus acciones en proteger las
fuerzas terrestres que había desembarcado y en apoyar la ofensiva terrestre.
Sin embargo, la FAA y CANA poseían todavía la capacidad de atacar y destruir
partes de la agrupación táctica. El 21 de mayo, las fuerzas británicas desembar-
caron en la Bahía de San Carlos con el objetivo principal de reocupar Port Stan-
ley. Aproximadamente 2,000 soldados británicos compuesto de unidades co-
mando y paracaidistas atacaron la playa.
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Los ataques argentinos fueron también sumamente costosos para la FAA
y CANA. Los pilotos argentinos no solamente volaron largas distancias desde sus
bases, sino también enfrentaron un guante de Sea Harriers, SAMs con base en el
mar, artillería antiaérea, sistemas de defensa con base en tierra y también con-
tramedidas electrónicas (ECM). Los argentinos perdieron más de 40 aviones, en
su mayoría ante los Sea Harriers, durante este período. Los ataques aéreos ar-
gentinos jamás lograría aproximarse a la intensidad o magnitud de las acciones
previas.
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cos utilizaron también aplicaciones innovadoras del poder aéreo a lo largo de la
campaña.
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hundimiento de estas naves habría sido duro golpe para la invasión debido a la
pérdida de fuerzas terrestres militares y el efecto político de grandes bajas.
Otra falla argentina involucró el uso del principio de masa. Aunque la FAA y
CANA tenían superioridad numérica, jamás generaron un ataque de gran enver-
gadura contra la agrupación táctica británica o fuerza invasora. Los ataques aére-
os argentinos se limitaron a menos de doce aviones en una sola oportunidad.
Imagínese lo que podría haber ocurrido si los argentinos hubieran utilizado una ola
de ataque de 75 aviones contra la agrupación táctica británica. La patrulla aérea
de combate de Sea Harrier y defensas aéreas de barco causaron grandes pérdi-
das entre los aviones argentinos, pero algunos llegaron a sus blancos; un ataque
en gran escala habría arrollado a las defensas y resultado ser desastroso para la
fuerza invasora. El deficiente planeamiento impidió montar un ataque en gran es-
cala.
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de la patrulla aérea de combate se ilustra con los resultados de los pilotos de la
Real Armada. Lanzaron 27 AIM-9L y acertaron en 24 blancos, que destruyeron
19 aviones (11 interceptores Mirage III y 8 Dagger). A pesar de estos peligros,
los pilotos y tripulantes de la FAA y CANA se colocaron a la altura del desafío
para defender las Islas Malvinas.
La primera tarea para la RAF y Real Armada fue neutralizar el poder aéreo
argentino y negarle el dominio del aire. La Real Armada inicialmente desplegó
solamente 20 Sea Harriers. Los británicos necesitaron girar sobre estos limitados
recursos y otras fuerzas para reducir el poder aéreo argentino. Estas operaciones
incluyeron la realización de patrullas aéreas de combate sobre la agrupación
táctica con Sea Harriers armados con AIM-9Ls, lanzamiento de misiones Black
Buck, mantenimiento del único portaaviones de CANA en el puerto, ataque de los
campos de aterrizaje con las fuerzas de los Servicios Aéreos Especiales y
Harriers y desplegando sistemas de defensa aérea aerotransportado y con base
en tierra. Si bien las fuerzas británicas no pudieron alcanzar la supremacía aérea
a lo largo del teatro, sus limitadas fuerzas frustraron los diversos intentos de la
FAA y CANA de bombardear la agrupación táctica y las fuerzas de invasión. Lo
más importante, la combinación de superioridad aérea local usando la patrulla aé-
rea de combate, capacitación y armamento superiores y proporciones favorables
de desgaste redujeron significativamente la ventaja numérica Argentina. La ele-
vada proporción de desgaste de la Argentina afecto las acciones de la FAA y CA-
NA para detener las acciones británicas de invasión.
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Mientras la FAA y CANA no utilizaron los multiplicadores de fuerzas, los
británicos confiaban en varios para compensar las dificultades operacionales que
enfrentaban. El reabastecimiento en vuelo mejoró significativamente la capacidad
de la RAF para atacar a larga distancia desde Wideawake. La Real Armada pudo
usar el reabastecimiento en vuelo para extender las misiones de reconocimiento y
recopilación de inteligencia de los Nimrod. Los británicos emplearon también el
puente aéreo estratégico. El uso de la Isla de Ascensión como una base logística
de larga distancia obligó a la RAF a confiar en el puente aéreo estratégico de sus
fuerzas C-130 y VC-10 para asegurar que la agrupación táctica recibiera perso-
nal, repuestos y suministros vitales.
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militares en formas innovadoras. La agrupación táctica británica operó lejos de
las fuentes logísticas logró una victoria importante. Considerando que los Esta-
dos Unidos pueden enfrentar una situación similar en el futuro, la Fuerza Aérea
debe aprender de la experiencia de las fuerzas británicas en las Malvinas.
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Figura 15. Líbano y Valle Bekaa.
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estructura de la OLP a menos que se detuvieran los ataques. Con los israelíes
saliendo de la Península de Sinaí en observación de los acuerdos de Camp David
y logrando la paz con Egipto, Siria se convirtió en el principal enemigo de Israel. El
gobierno israelí pudo relevar fuerzas militares de la frontera egipcia para futuras
operaciones en el Líbano contra la OLP y Siria. Una justificación para lanzar la
invasión libanesa vino después de otro ataque de la OLP. Esta vez un grupo te-
rrorista vinculado a la OLP intentó asesinar a Shlomo Argov, embajador israelí
ante el Reino Unido, el 3 de junio de 1982 en Londres. Al día siguiente, las
Fuerzas de Defensa Israelíes Fuerza Aérea (IDF/AF) realizaron 60 ataques aére-
os sobre puestos de avanzada en el sur de Líbano; la OLP respondió con intensi-
ficación de fuego de artillería y ataques con cohetes Katyusha sobre los asientos
israelíes. El Gabinete israelí se reunió y autorizó
Una fuerza israelí compuesta de 500 tanques inició un ataque sobre una
fuerza de 60,000 soldados en la frontera libanesa a las 1100 el 6 de junio de
1982. Israel lanzó la Operación Peace para Galilea, ostensiblemente para elimi-
nar la amenaza procedente de la PLO y otros grupos terroristas localizados en el
sur del Líbano, para desmilitarizar la frontera libanesa y sacar las fuerzas sirias
del país. Las fuerzas militares israelíes necesitarían establecer una zona desmili-
tarizada desde la frontera hasta una distancia de 40 kilómetros (aproximadamente
25 millas) para suprimir la amenaza de ataques futuros de artillería o cohetes. La
OLP y el medio militar sirio controlaba una serie de zonas montañosas que rode-
an el Valle Bekaa. Los sirios habían desplegado varios sistemas de radar, arti-
llería antiaérea, para proteger sus fuerzas de los israelíes. A fin de expulsar a la
OLP y fuerzas sirias del Valle Bekaa, la IDF/AF necesitaba rivalizar con estas de-
fensas. La IDF/AF encaraba una situación similar a la que encontró con Egipto en
1973 – un paraguas de defensa aérea fuertemente defendido pero con una más
letal combinación de armas modernas de defensa aérea y emplazamientos es-
condidos entre las escarpadas montañas en lugar de expuesto sobre un terreno
desértico plano del Sinaí. Los sirios también poseían muchos aviones caza MiG-
23 y MiG-25 que complicaban los problemas de la IDF/AF.
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remoto (RPV), que incluían el Firebee de Ryan Teledyne (Aqm-34L) y el Scout
de la Industria Aeronáutica Israelí. Los Firebees estaban dotados de sensores
electrónicos y ópticos para rastrear las ubicaciones de unidades SA-6 SAM móvi-
les de construcción soviética y reunir información acerca de las frecuencias radá-
ricas. Los RPV Scout estaban equipados con cámaras de televisión y película
gran angular para análisis posterior a los ataques.
Las Fuerzas Terrestres Israelíes avanzaron en dos frentes, por la costa li-
banesa y a través de Valle Bekaa. Estas acciones iniciales en el sur del Líbano
apoyadas por helicópteros de ataque y ataques aéreos, hicieron retroceder a
unos 15,000 guerrilleros de la OLP y 100 tanques. Los campamentos de la OLP
fueron destruidos o capturados. Los israelíes intentaron una invasión anfibia de
Sidón pero fueron rechazados. La IDF entonces trató un ataque terrestre una se-
gunda vez para invadir Sidó pero tuvo que enfrentar los ataques de la SAAF. Los
aviones caza de la IDF/AF dominaron fácilmente los intrusos de la SAAF y derri-
baron por lo menos dos MiG-21 y seis aviones de ataque terrestre. Los israelíes
estaban sacando a la OLP y los sirios del Líbano. Las fuerzas de la OLP estaban
en peligro de ser aplastadas. El gobierno sirio no tuvo otra alternativa que despla-
zarse contra la agrupación táctica IDF para salvar la OLP y detener cualquier
avance israelí adicional hacia el Líbano.
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siones de reconocimiento de RF-4E y RPV habían localizado muchos de los em-
plazamientos de SAM, AAA y radares sirios. Antes de los ataques aéreos, un ata-
que coordinado mediante fuerzas especiales de las Fuerzas de Defensa Israelí,
artillería, y cohetes ablandarían las defensas aéreas sirias. Las fuerzas terres-
tres de las Fuerzas de Defensa Israelí usaban misiles superficie-superficie Lance
fabricados en los Estados Unidos. Adicionalmente, utilizaron un misil antirradar
superficie-superficie recientemente desplegado de diseño israelí, el Ze’ev
(Wolf), para ataca los sistemas de radar. Adicionalmente, la IDF/FA empleó un
Boeing 707 especialmente modificado para interferir las señales radáricas sirias,
redes de control de cazas y ayudas a la navegación. El Boeing 707 también ten-
ía radar de vista lateral que permitía a los pilotos detectar posiciones de baterías
SAM y otros sistemas, así como las frecuencias de los radares enemigos usadas
para sintonizar los compartimentos de contramedidas electrónicas de los aviones
IDF/AF. Los Vehículos a Control Remoto (RPV) recogieron las frecuencias apro-
piadas para esta interferencia y la IDF/AF las utilizó también en el ataque inicial
para obtener información actualizada. Los israelíes también usaron helicópteros
CH-53 para misiones de interferencia «stand-off.» Los israelíes armaron sus avio-
nes de ataque con una variedad de municiones guiadas de precisión para atacar
los emplazamientos de radar y SAM. La IDF/AF había adquirido misiles antirra-
diación AGM-78 Standard y AGM-45 de largo alcance de fabricación norteameri-
cana para destruir emplazamiento de radar. Afortunadamente para la IDF/AF,
los sirios no utilizaron emplazamientos de radar ficticios que emitieran señales
para confundir los misiles antirradiación disparados contra los sistemas de radar
operativos. Finalmente, la IDF/AF operaron un sistema de alerta aérea temprana
(AEW) compuesto de dos aviones E-2C Hackeye en órbita. Estos aviones permi-
tieron a los comandantes israelíes reunir información en tiempo real acerca de los
movimientos de la SAAF para los pilotos de caza de la IDF/AF y proporcionaron
una herramienta valiosa para mantener el comando y control (C 2 ) sobre el
campo de batalla. Los israelitas usaron también un sistema de unidades de ra-
dares AN/TPS-63 Westinghouse de baja altitud desplegados bajo globos atados
para mantener la vigilancia permanente sobre la SAAF.
El primer ataque contra las defensas aéreas del Valle Bekaa fue lanzado
el 9 de junio a las 1414. Una fuerza de ataque compuesta de 40 Phantoms F-
4E, Skyhawks A-4 y Kfirs, apoyados por cazas F-15 y F-16, atacaron las defen-
sas aéreas sirias. La IDF/AF lanzó varios vehículos a control remoto para con-
fundir las operaciones de los radares sirios y recoger los datos de las frecuencias
actuales cuando estos técnicos de radares detcctaran y engancharan los SAMs y
RPVs. Los aviones de la fuerza de ataque estaban bien equipados con comparti-
mientoos de contramedidas electrónicas (ECM) y «chaff» para contrarrestar la
detección radárica (los Firebees pueden haber usado «chaff» también). Los
blancos principales fueron instalaciones sirias de interceptación controladas des-
de tierra, emplazamientos de radar SAM y baterías SAM. La destrucción de las
facilidades de interceptación dirigida desde tierra (GCI) dejaría a la SAAF incapaz
de realizar misiones de superioridad aérea defensiva (DCA) contra la IDF/AF o
ataques sobre las fuerzas terrestres IDF. La eliminación de los emplazamientos
de radar SAM volvería invisible cualquier batería SAM. Finalmente, los ataques
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aéreos contra las baterías SAM eliminarían la capacidad de SAAF para amena-
zar cualquier sistema aerotransportado israelí dirigiendo operaciones de super-
visión aérea ofensiva (OCA) o apoyo aéreo cercano (CAS).
La SAAF envió una fuerza de aviones MiG-21, -23, -25 y Su-22 a ata-
car una fuerza de IDF/AF de fortaleza y ubicación desconocidas. La segunda ola
de aviones de IDF/AF estaba en pleno centro de las operaciones de limpieza con-
tra las defensas aéreas sirias. Los aviones escolta israelíes F-15 y F-16 se en-
frentaron a los interceptores sirios en uno de los más grandes enfrentamientos
aéreos desde la II Guerra Mundial. Los aviones israelíes tenían misiles aire-aire
(AAM) Sparrow AIM-7F, Sidewinder AIM-91 y Shafrir 2 y Python 3 fabricados en
Israel, junto con cañones internos. El Sparrow permitía a los pilotos IDF/AF ata-
car los aviones SAAF más allá de los alcances visuales y más allá de cualquier
AAM de fabricación soviética usado por los sirios. Adicionalmente, la misión de
todo aspecto de AIM-9L permitió a los pilotos de caza israelíes atacar a los jets
de SAAF de frente. Los AAM israelíes finalmente totalizaron el 93 por ciento de
todos los derribamientos de la IDF/AF. Los AAM Atoll AA-2 y Aphid AA-8 de
guiado por infrarrojos eran utilizables solamente si el piloto SAAF se las arre-
glaba para maniobrar y atacar un avión de IDF/AF desde la parte posterior. Esto
colocaba a los pilotos sirios en una grave desventaja en un combate aéreo.
Las pérdidas aéreas sirias sobre el Valle Bekaa fueron grandes. Después
de los combates en el aire, la SAAF afirmaba haber abatido 26 jets de la IDF/AF y
haber perdido 16 aviones. Los sirios posteriormente reajustaron este total a 19
aviones enemigos destruidos y una pérdida de 16 MiG. La IDF/AF se jactaba que
había derribado 29 aviones de SAAF sin pérdida. Los israelíes redujeron su
afirmación a 22 jets sirios, nuevamente sin ninguna pérdida. La mayor parte de
las pérdidas SAAF se debieron a los AAM AIM-9L «modificados.» Estos misiles
195
fueron modificados específicamente de la experiencia de IDF/AF en el Líbano
desde 1976.
196
Estados Unidos estima que las pérdidas de la IDF/AF incluye dos aviones A-4,
un F-4E, un F-16A y siete aviones dañados.
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sus enemigos armados y entrenados por los soviéticos. La avanzada tecnología
otorgó a la IDF/AF capacidad para localizar y liquidar los aviones de SAAF antes
que pudiese disparar un solo misil. Los ataques sobre los sistemas radáricos y
SAM con mísiles antirradiación permitieron también a los israelíes derrotar esos
sistemas fuera del alcance efectivo de las armas de SAAF. Las defensas sirias,
una vez cegadas, no pudieron detener los ataques de IDF/AF sobre los emplaza-
mientos SAM y fuego antiaéreo con sus armas con sus armas menos sofisticadas.
Por último, el uso de activos de alerta aérea temprana (AEW) permitió a los isra-
elíes detectar los aviones de SAAF cuando despegaban de sus bases, eliminan-
do por lo tanto cualquier posibilidad de ataques sorpresivos. Esta información
permitió también a la IDF/AF disponer un mejor C2 de sus limitados recursos pa-
ra hacer frente a la amenaza aerotransportada o desviar los aviones para atacar
blancos terrestres. Esta información en tiempo real contribuyó enormemente a
que la IDF/AF interceptara y derrotara las fuerzas SAAF durante la campaña.
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Parando en seco a la Luftwaffe:
La Gestión Aerotáctica Soviética en la II Guerra Mundial
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nes son particularmente interesantes dado el hecho que la VVS fue virtualmente
destruida en el aire y en tierra durante el primer día de la Operación Barbarossa.
¿Qué hicieron para ganar la guerra contra la Luftwaffe superior y lograr el dominio
de los cielos en el frente oriental? El enfoque de la Fuerza Aérea Soviética (VVS)
para pelear con Alemania es una lección sobre como una fuerza aérea derrotada
puede usar sus fortalezas y capacidad variando sus operaciones para alcanzar la
victoria bajo condiciones sumamente difíciles.
Entonces, ¿cómo la Fuerza Aérea Soviética cumplió esta misión? Una es-
trategia clave fue utilizar la aglomeración para aplastar las fuerzas militares sovié-
ticas. Temiendo por su industria aeronáutica, los soviéticos trasladaron todas sus
líneas de producción al otro lado de los Montes Urales, lejos de una posible cap-
tura o destrucción. Esta hercúlea acción exigió que los soviéticos pudieran en
acción 10,000,000 de trabajadores; 1,360 plantas de producción; y 1,500,000
200
toneladas de equipo para iniciar la producción. Antes de la guerra, en 1939 y
1940, la industria soviética había producido aproximadamente 10,000 aviones por
año. En junio de 1944, la industria aeronáutica soviética pudo impulsar su pro-
ducción de 2,000 aviones por mes en 1942 a más de 3,355 aviones por mes.
Estos aviones incluían mejores versiones de los aviones existentes y varios tipos
nuevos que demostraron ser sólidos, de mantenimiento y efectivos en combate.
En contraste, la confianza de la Luftwaffe en una estructura de fuerza Blitzkrieg
resultó en la producción de los tipos inexactos de aviones hasta finales de la gue-
rra.
201
bombarderos estratégicos americanos e ingleses consumían recursos de comba-
te valiosos. Esta acción redujo aún más la posibilidad de poner fuera de com-
bate a la VVS. En realidad, en 1943 la Luftwaffe desplegó solamente 375 cazas
monomotores dedicados a misiones de superioridad aérea sobre el frente soviéti-
co contra miles de aviones de la VVS.
202
militar reemplazó al comandante de la VVS por Alexander Novikov, quien pro-
porcionó el impulso, energía y capacidad para modernizar la VVS. Así como la
RAF cambió sus tácticas de cazas en la Batalla de Ingalterra, igualmente Novikov
modificó las operaciones de la VVS para contrarrestar las tácticas de la Luftwaffe y
comenzó a fabricar aviones más capaces. También formó ejércitos aéreos. En
lugar de conservar las actuales operaciones segmentadas de la VVS (por ejemplo,
comandos de bombarderos, cazas separados y otros comandos), el ejército aéreo
colocó elementos de cada tipo de comando bajo una organización única, contro-
lada por un comandante terrestre soviético. Los comandos separados de la VVS
habían trabajado previamente independientemente -- la mayor parte del tiempo
en una forma desordenada. Los nuevos ejércitos aéreos pudieron proporcionar
rápidamente mejor apoyo y ataque en las posiciones alemanas en todo el frente.
Esto dio a la VVS y el ejército soviético la flexibilidad necesaria de un frente flui-
do, continental contra los alemanes. Novikov formó también enormes ejércitos
aéreos como reservas para taponar las brechas a lo largo del frente. El incremen-
to de la producción de aviones permitió a la VVS mantener el 43 por ciento de su
fortaleza en estos ejércitos aéreos de reserva al fin de la guerra. Los ejércitos
aéreos crecieron también en cifras de 1,000 en 1942 a más de 2,500 en 1945.
Estas fuerzas no solamente pudieron pulverizar a las fuerzas terrestres alemanas,
sino también a la Luftwaffe.
203
una larga línea logística en la Unión Soviética. También estaba combatiendo con-
tra una mejor VVS. Los oficiales de la Fuerza Aérea Alemana se vieron forzados
a utilizar sus magros recursos en formas no convencionales para detener a los
soviéticos en Stalingrado. Las unidades de transporte utilizaron bombarderos para
llevar suministros para formar una flota de 800 aviones, pero las mejores opera-
ciones de los cazas soviéticos y la cada vez más reducida capacidad de los cazas
de la Luftwaffe resultó en pérdidas alemanas mayores. Las pérdidas de transpor-
tes alemanes se elevaron a 481 aviones y en promedio, alcanzaron un porcen-
taje de reabastecimiento de menos de 31 por ciento del objetivo diario. Los sovié-
ticos tuvieron éxito en capturar Stalingrado y se perdió el Sexto Ejército Alemán.
Esto aseguró el colapso de la principal ofensiva alemana en el frente soviético
central.
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Una vez que fue destronada la Luftwaffe, la VVS mantuvo la ofensiva de
Kursk a Berlín. Pudo retener la iniciativa debido a su capacidad para producir
cantidades masivas de aviones. La incapacidad de la Luftwaffe para destruir las
instalaciones soviéticas de producción permitió a los rusos construir miles de
aviones modernos y continuar una larga guerra de desgaste. Adicionalmente, los
aliados pudieron suministrar a los soviéticos miles de otros aviones y apoyar con
materiales de guerra hasta que los soviéticos pudieron incrementar su propia pro-
ducción aeronáutica. El suministro constante de aeronaves locales e importadas
permitió a los soviéticos alcanzar una superioridad mínima de 10 a uno desde el
punto de vista de aviones operativos hasta el final de la guerra.
Aún sin una fuerza de bombardeo estratégico como la de los EE.UU. o In-
glaterra, la VVS pudo todavía vencer la jactanciosa maquinaria militar germana
solamente con la fuerza aérea táctica. Los soviéticos utilizaron aviones tácticos
debido a los recursos limitados, experiencia, emergencias de tiempo de guerra y
doctrina. La operación de los aviones soviéticos era más refinada en condiciones
inconvenientes (como campos de aterrizaje no preparados, condiciones inverna-
les, largas líneas de apoyo logístico y mantenimiento limitado). Los soviéticos pu-
dieron adaptarse a las condiciones que la Luftwaffe enfrentó en 1941 y 1942 y
tener éxito mientras los alemanes se empantanaron. Este ejemplo ilustra la po-
sibilidad de ganar una guerra importante sin el poder aéreo estratégico. Algunos
pueden argumentar que la Ofensiva Combinada de Bombardeo apoyó a los sovié-
ticos reduciendo la producción militar alemana y distrayendo la fuerza de cazas
de la oposición. A la inversa, el fracaso de la Luftwaffe en destruir los campos de
aviación de la VVS e instalaciones de producción de aviones se debió a una ca-
rencia de poder aéreo estratégico. Sin embargo, el énfasis de la VVS en el apo-
yo táctico mantuvo al ejército soviético en el campo y le permitió avasallar la ma-
quinaria bélica germana. La VVS finalmente pudo hacer frente a la calidad ale-
mana con la cantidad soviética y desgastar a la una vez poderosa Luftwaffe y
reducirla a una cáscara de su anterior identidad.
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viética pudo canjear el espacio por el tiempo. Este intercambio permitió a la
Unión Soviética reagruparse y reconstituirse. La Luftwaffe no esperaba un contra-
ataque pero creía que tendría una victoria rápida en 1941. La Unión Soviética
planificó una estrategia de desgaste que finalmente colocaría más presión sobre
excesivamente abrumada Luftwaffe. La capacidad soviética de permanecer
flexible y adaptarse a la doctrina, estrategia y estructura de fuerzas se convirtió
en un elemento importante de su victoria. Los estrategas del poder a 0reo en el
futuro necesitan estar enterados de las cambiantes condiciones y comprender
que algunas situaciones quizá no requieran usos del poder aéreo como el bom-
bardeo estratégico aceptados por el tiempo o inspirados en dogmas.
Resumen
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