Está en la página 1de 60

GÉNEROS LITERARIOS

¿QUÉ ES LA LOS CLÁSICOS


LITERATURA?
EL CONCEPTO DE
FICCIÓN

EDIPO REY
SÓFOCLES 340 A.C
ODISEA
HOMERO - SIGLO VIII A.C
ROMEO Y JULIETA
WILLIAM SHAKESPEARE - 1597

LAZARILLO DE DON QUIJOTE DE LA


TORMES MANCHA
ANÓNIMO - 1554 MIGUEL DE CERVANTES
SAAVEDRA 1605 - 1615

LA CASA DE
BERNARDA ALBA
FEDERICO GARCÍA LORCA – 1936
LA METAMORFOSIS
FRANZ KAKFA - 1915
CASA DE MUÑECAS
ENRIK IBSEN - 1936

ESCRIBIR A PARTIR DE LA LECTURA


E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Leo clásicos, luego existo


Artusi se puso serio y recomienda leer. Pero no tuits, leer de verdad:
Cervantes, Tolstoi y Dostoyevski.

Por Nicolás Artusi


@sommelierdecafe

Agotado de la urgencia en la comanda laboral o de la fugacidad en los vínculos líquidos,


el hombre moderno tiene un arma secreta para ganar una batalla decisiva entre la guerra de
la calle y la paz del espíritu: leer a Tolstoi. O a Dostoyevski. O a Cervantes. Que el ánimo se
disponga a sumergirse en novelones de mil páginas y decenas de personajes: en los clásicos
de la literatura está la "invención de lo humano", según la totémica definición del crítico
Harold Bloom .

Ahora, un estudio publicado en la revista Science demuestra que leer los grandes
clásicos aumenta la inteligencia emocional y la habilidad social. En épocas de textos a 140
caracteres, un desafío de resistencia para el lector fugaz: si hace unos años un best seller de
autoayuda proponía "más Platón y menos Prozac" como la receta filosófica contra el trastorno
de ansiedad generalizada, las novelas sagradas aguantan como un bastión de resistencia
contra el imperio de lo efímero: un camino para ir en busca del tiempo perdido leyendo tuits
o actualizando nuestro "estado" ante el interrogatorio diario del Facebook: "¿Qué estás
pensando?".

Las conclusiones del estudio son contundentes: las personas que leen literatura seria
tienen mayores niveles de empatía con los demás, percepción sobre los otros e inteligencia
emocional. Ahí donde El jugador nos devele el sinsentido de desafiar el destino por medio del
azar, o Muerte en Venecia nos advierta de lo inexorable de la decadencia, el lector tendrá una
imaginación más fecunda y, sobre todo, una agudeza mayor para el desempeño social:
acostumbrado a "tratar" con semejantes personajes, tendrá sus propias interpretaciones
sobre la naturaleza humana y será más sensible a los matices de la complejidad de carácter.

2
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Lo cual será muy útil en el trabajo o en el amor. Si es cierto que todas las historias posibles ya
fueron escritas y que cada nueva aventura es apenas una variación de los clásicos, en una
oficina pública el hombre leído podrá reconocer los tormentos burocráticos que someten a
un procesado José K. y en cualquier ama de casa insatisfecha, la posibilidad tramposa de una
madame Bovary. Aun en la dispersión que provoca cada "notificación" inútil de las redes
sociales, todas con la misma urgencia admonitoria de una citación a la dirección de la escuela
(e iguales consecuencias para la vida adulta: nulas), el hombre moderno puede disfrutar a
Charles Dickens o Jane Austen con la emoción del reencuentro con un amigo del colegio: que
lea de a diez páginas por día. Si quiere, más. Pero nunca menos. En el mismo tiempo que
dedica a confirmar si el tema que discutió en el almuerzo es trending topic, podrá obtener los
beneficios intangibles de la literatura y conocer a los personajes más fabulosos que hayan
pasado por esta Tierra. Recién entonces alumbrará grandes esperanzas de tener, por fin,
sensatez y sentimientos.

Fuente: www.conexionbrando.com%2F1664160-leo-clasicos-luego-existo

Los géneros discursivos

Tanto los textos que circulan en diferentes ámbitos de la vida cotidiana, como los que
están relacionados con las esferas artística, académica o profesional presentan una serie de
características comunes que permiten agruparlos en diferentes clases. Por ejemplo, se puede
diferenciar fácilmente un folleto publicitario de un cuento, y a su vez, son evidentes las
diferencias de cualquiera de estos con una demanda judicial o una crónica periodística, por
ejemplo. Cada una de esas clases de texto recibe el nombre de género discursivo.

Los géneros discursivos son incontables porque existe una gran variedad dentro de cada
uno de los ámbitos de la actividad humana. Dentro del campo del periodismo pueden
mencionarse la crónica, la nota de opinión, el reportaje, el editorial y otros; dentro de la
actividad judicial: la demanda, el alegato, la sentencia, las leyes, etcétera; y así podría seguir la
enumeración casi hasta el infinito.

3
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Lo que permite reconocer un texto como perteneciente a uno u otro género discursivo es
que estos organizan la forma de usar la lengua en cada situación y forma parte del código de
comunicación de una comunidad. Es decir, cada uno tiene una estructura y un estilo particular
que permiten su reconocimiento. Los géneros discursivos son categorías útiles para el lector,
ya que le permiten posicionarse ante los textos con algunas herramientas que los definen y los
caracterizan, facilitando la lectura y la comprensión.
Los géneros discursivos se clasifican en primarios y secundarios. Los primarios o
simples, que pueden ser tanto orales como escritos, son todos los que tiene que ver con la
comunicación en la esfera cotidiana y tienen relación directa entre el emisor, el receptor, el
enunciado y su contexto.
Los secundarios o complejos, como las novelas, las obras dramáticas, las investigaciones
científicas, los grandes géneros periodísticos, etcétera, que surgen en situaciones de
comunicación más complejas, son más desarrollados y organizados, por lo que circulan
principalmente en forma escrita, y pueden contener diversos géneros primarios. Un claro
ejemplo es la novela Boquitas pintadas, que incluye cartas, avisos fúnebres, actas policiales,
diarios personales, textos de radioteatro, letras de canciones y artículos de revistas dentro de la
narración. La literatura se incluiría dentro de los géneros secundarios dada la complejidad de
su producción, pero a la vez, se divide en géneros menores, que pueden clasificarse en tres
grandes grupos llamados géneros literarios.

Los géneros literarios

4
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Las obras literarias presentan características formales muy diferentes. La clasificación


actual establece también tres géneros: narrativo, lírico y dramático; cada uno de ellos
presenta un discurso con características específicas.
El género narrativo se construye valiéndose de una voz, el narrador, que puede narrar
en primera o en tercera persona del singular. Pueden ser textos de carácter extenso,
como la novela, o más breves, como el cuento. Este género se caracteriza por contar
una historia, que sucedió en un espacio y en un tiempo determinados, en la que
participan personajes. Dado su carácter ficcional, estas historias pueden ser realistas,
maravillosas, fantásticas, o como el autor imagine. Generalmente están escritas en
prosa, pero existen también géneros narrativos en verso, como el poema narrativo o el
romance. Algunos géneros narrativos son: novela, cuento, mito, leyenda, fábula,
apólogo, parábola y biografía.
El género lírico, llamado también poesía , se caracteriza por expresar emociones,
sentimientos o sensaciones mediante un uso especial del lenguaje. Jugando con los
sentidos y la musicalidad de las palabras, el lenguaje poético es el que más se
diferencia del lenguaje cotidiano: se caracteriza por su forma particular de distribución

5
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

en verso, según una cierta métrica y respetando (o no) una determinada rima, lo que
le confiere la musicalidad propia del género. Además, emplea recursos, llamados
figuras retóricas, como la metáfora, la metonimia, la aliteración, y otros. El significado
de los poemas surge no tanto del significado de las palabras como de la red de
relaciones y asociaciones que se forma entre ellas, y se construye en base a una voz
que se llama yo lírico o yo poético.

El género dramático se caracteriza por ser un texto creado para la representación. En


este tipo no existe ni una voz que narra ni un yo lírico, los personajes hablan entre sí;
el discurso teatral se reconoce por la alternancia de voces. Existen acotaciones o
aclaraciones escénicas, que son intervenciones del autor orientadas a los actores y al
director para indicar el modo en que debe representarse la obra. Se puede dividir en
tres subgéneros que se clasifican en función del argumento: la tragedia, la comedia y
la tragicomedia.
• En la tragedia los personajes viven hechos serios y situaciones difíciles, y
generalmente incluye muerte y sufrimiento. Según Aristóteles, este era un género
elevado y tenía la finalidad de generar conmiseración en el espectador para producir
su catarsis (algo así como una purificación espiritual).
• La comedia presenta los hechos con un tono humorístico. Para Aristóteles este era
un género liviano ya que tenía como finalidad divertir al espectador. -
• La tragicomedia presenta hechos serios, a través de la comedia.

Los géneros literarios son categorías flexibles, que pueden combinarse y


presentarse en forma variable, por lo tanto hay géneros que podrán desaparecer con
el tiempo, como también podrán surgir géneros nuevos en función de nuevas obras
artísticas que lo requieran para su clasificación.

La polifonía
Polifonía es una palabra de origen griego que significa muchas voces y hace referencia a
las múltiples relaciones que un enunciado mantiene con otros textos que circulan en su entorno.

6
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Socialmente, se considera que cada enunciado está relacionado con todos los discursos
que circulan en el contexto donde se produjo, esto es, todos los discursos que conformaron la
experiencia y la ideología del enunciador. En la narración literaria, este recurso permite plasmar
visiones del mundo totalmente diferentes, y las diversas voces aparecen de la siguiente manera:
- Discurso directo: aparece la voz original, la frase se presenta entre comillas o con raya de
diálogo y el personaje habla por sí mismo. Las marcas gráficas diferencian claramente ambas
voces. Ejemplo: Ella sonrió y le respondió: “Entonces seremos vecinos nuevamente”.
- Discurso indirecto: el narrador utiliza verbos de decir para traer la voz al momento narrativo,
acompañados por los subordinantes que o si. Ejemplo: Ella sonrió y le dijo que entonces serían
vecinos nuevamente.
- Discurso indirecto libre: la voz del narrador y del personaje se confunden porque el narrador
toma la palabra del personaje pero siempre en tercera persona. No presenta marcas gráficas ni
verbos de decir. Ejemplo: Ella sonrió; entonces serían vecinos nuevamente.

Ruptura estilística: ocurre cuando se incluyen en el discurso voces que presentan diferencias de
registro, ya sea por su condición social, económica, cultural o etaria.

Ejemplo: Se despertó temprano y vio a Don Miguel terminando de preparar la tropilla. –Podés
dir juntando tus priendas y el recao

Intertextualidad
Las obras literarias están escritas por un autor formado a partir de lecturas y
relatos que conformaron su universo literario, y con frecuencia pueden reconocerse en
las obras ecos de otras lecturas preexistentes.
Se llama intertextualidad a la relación que se establece entre dos textos a partir
de la inclusión de uno en otro. La referencia puede estar hecha en forma de cita o de
alusión, o bien puede estar dada por la presencia de un personaje o de una situación
ya presentada en otro texto, o por la cita de un fragmento de la obra.
El reconocimiento de la intertextualidad está en relación directa con la
competencia cultural e ideológica de los receptores. Su decodificación es más fácil
cuanto más estereotipado y “universal” es el enunciado aludido o citado. Por ejemplo,
si en una novela se cita a Don Quijote, la gran mayoría de los lectores podrán reconocer

7
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

la intertextualidad; si, en cambio, se hace referencia a un personaje menos conocido,


serán menos los lectores capaces de reconocerla.
“Los confines de la palabra: lo poético”, de Liliana Bodoc.

https://www.youtube.com/watch?v=JKvczu72IC g

Puntos de vista sobre el valor de la individualidad humana

REIVINDICACIÓN DE LA LITERATURA

CLARÍN - cultura y nación


Por Marco Denevi
Buenos Aires, jueves 15 de marzo de 1979 Mucho que hacer. Porque, por empezar,
siempre habrá un distingo en el
¿Qué tiene que hacer la literatura, que comportamiento (en el comportamiento
tienen que hacer las novelas, los cuentos y recalco) entre el hombre leído y no leído y
(con permiso de Verlaine) la poesía en la siempre en favor del hombre leído. Y según
instrucción de un pueblo, para emplear la sea la conducta de cada uno de sus habitantes,
terminología de Smiles? Todavía la historia, será la conducta del país todo. Pues bien: la
la ciencia, la filosofía... Pero, ¿la literatura? mayor parte de los hombres leídos

8
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

adquirieron esa condición a partir y gracias a


la lectura de un buen libro de literatura. Si no
tuviese otra virtud que esa, la literatura ya sería
imprescindible para la buena marcha de una
nación.
Pero tiene más. Mientras la historia se
dedica a las acciones generales ( y no toma en
cuenta las particulares sino en lo que influyan
sobre las generales), mientras la ciencia se
dedica a las leyes y la filosofía a las ideas, la
ficción literaria es la única que presta atención
a la individualidad y a la singularidad
humanas. De donde nunca le faltarán
materiales con que trabajar, pues los
individuos son siempre distintos y siempre
irrepetibles.
Nadie le disputará ese dominio. Si
suprimiésemos la literatura y se nos borrase la
memoria que de ella tenemos, solo nos
quedarían como patrimonio legible,
abstracciones y generalizaciones. Es decir,
poca cosa para el conocimiento del concreto
individuo de carne y hueso con nombre y
apellido y un alma propia. Indigencia que
sería lamentable, porque en el individuo viene
a resumirse toda realidad posible.
Únicamente la literatura nos lo revela, mucho
más allá de los alcances siempre modestos de
la experiencia personal.

9
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

¿Qué es lo que define que una obra sea literaria?

Explicar qué es la literatura es una tarea muy compleja y es necesario recurrir a


múltiples enfoques teóricos para tratar de bosquejar una respuesta, ya que su concepto
ha ido variando a lo largo de la historia, y aun dentro de una misma época, los criterios
no son idénticos.
La palabra “literatura” viene de la latina littera , que circula en los textos latinos
con significados diversos: gramática, escritura, alfabeto y otros. En realidad, lo que hoy
se conoce como literatura era llamado por los antiguos griegos poiesis , que significa
“creación o producción”, término que da origen a la palabra “poesía”.
Durante el siglo XVIII, la literatura constituyó el saber del hombre de letras,
correspondía al saber culto y recién a partir del 1800 pasó a entenderse a la literatura
como creación estética.
Ya bien entrado el siglo XX, una corriente literaria conocida como el formalismo
ruso se propone hacer de la literatura una ciencia concreta, con objeto y método
propios, que estudie las propiedades intrínsecas del texto literario. Los formalistas
sostienen que el objeto de la ciencia literaria es la literaturidad, es decir, lo que hace
que un texto sea una obra literaria.
Entre los formalistas puede mencionarse al crítico Viktor Shklovski, quien en su
artículo “El arte como artificio” distingue entre dos tipos de lenguajes: el ordinario o
cotidiano y el literario. Este teórico sostiene que el lenguaje se constituye como literario
a partir de una desviación del uso de la lengua, mediante un proceso que él llamó
extrañamiento , que provoca en el receptor una “desautomatización” de su percepción,
es decir que lo lleva a comprender el texto de un modo diferente, y que en ese
extrañamiento reside la literaturidad. Por lo tanto, el lenguaje literario estaría orientado
a lograr este efecto de extrañamiento y su diferencia con el cotidiano radicaría
simplemente en la forma de utilizar el lenguaje.
Otro exponente de esta línea fue Roman Jakobson, quien en su artículo
“Lingüística y poética”, en el que desarrolla el tema de las funciones del lenguaje,
establece que los textos literarios serían aquellos en donde predomina la función
10
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

poética, es decir, la que se centra en la construcción del mensaje mismo. Dicho de otro
modo, los textos literarios serían aquellos donde más que lo que se dice importa el
cómo se lo dice. Estas posturas presuponen la intencionalidad de la creación poética;
esto es, que el escritor en el momento de pensar su obra , la pensó como literatura y
la construyó como tal. Por lo tanto, quedarían excluidas de su análisis las obras nacidas
como textos políticos, religiosos o filosóficos que hoy son considerados dentro del
dominio de la literatura.
En oposición a estas, surgen otras posturas teóricas llamadas “relacionales”,
que se centran en la relación que el texto establece con ciertas instituciones sociales y
culturales y con ciertos modos de ser leído. Esta perspectiva niega la posibilidad de
que un texto adquiera su carácter literario por su propia naturaleza, ya que se considera
que la obra literaria adquiere su valor por parte de un consenso social, que a su vez es
dinámico e inestable. Según esta perspectiva, entonces, lo literario y lo no literario
estaría definido por factores socioculturales fluctuantes.

El concepto de ficción

Aunque la literatura no se pueda definir, las representaciones sociales nos


permiten establecer un punto de partida para conocerla mejor: la literatura son los
textos que nosotros y nuestra cultura creemos que le pertenecen.
Otro hecho que nos ayuda a comprender qué es la literatura, aunque no nos
permita definirla por completo, es su carácter ficcional. Ficción no significa "mentira",
sino invención. Nosotros y nuestra sociedad consideramos que un texto es literario
cuando percibimos que es una ficción, es decir, una invención de la realidad, más allá
de cuánto se acerque o se aleje de lo que percibimos como real.

Pero el concepto de ficción no puede ser concebido como rasgo común de toda
la literatura, porque no todas las sociedades, en tiempos pasados y en el presente,
compartieron o comparten los mismos criterios en cuanto a lo que es la ficción. Por
ejemplo, algunas personas leen las biografías de personajes famosos como literatura,
como ficción, porque perciben que parte de esa historia de vida que se relata allí fue
inventada por el biógrafo; por el contrario, otras personas las leen como si fueran textos
11
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

históricos, considerándolas relatos que cuentan sucesos verdaderos. También, como


explicaremos más adelante en relación con el mito y la literatura oral, el concepto de
lo que es ficción y lo que no lo es ha cambiado a través del tiempo, y cambia, de
acuerdo con los distintos grupos sociales que conforman una cultura. Tomaremos
como uno de los ejes centrales para conocer más a la literatura su carácter ficcional,
ya que estamos en condiciones de afirmar que, en la actualidad, nosotros llamamos
"textos literarios" a aquellos que presentan ficciones, las que pueden estar, como
señalamos antes, más cercanas a lo que percibimos como real o muy alejadas de ello.
La literatura tiene relieves que abarcan parte de lo que se mueve en nuestra historia y
en nuestra memoria colectiva. Hay motivos de la literatura que resuenan porque han aparecido
en distintas culturas y en distintos momentos de la humanidad. Somos la suma de lo que hemos
podido conocer y de lo que hemos podido imaginar; nos erigimos en los deslindes, nos
levantamos a distancia de la sombra que se nos atribuye, y nos definimos favoreciendo lo
luminoso, poniendo a salvo lo que amamos, aquello que, esencialmente, necesitamos para vivir.
Quien acerca la literatura permite hacer pie en territorios de la imaginación. Quien
acompaña a leer literatura permite a los lectores avanzar por experiencias que van más allá de
lo conocido y posibilitan, poco a poco, el despliegue de lo íntimamente personal.
María Cristina Ramos

Los factores que permiten comprender qué es la literatura

Existen una serie de factores para determinar si un texto es literario o no, ante
la imposibilidad de elaborar una definición de la literatura que pueda explicar
absolutamente todas sus características, manifestadas a través de todos los textos
literarios existentes. Esos factores, que ya hemos explicado detalladamente, son
hechos que envuelven al mundo de la literatura.

■ Las representaciones sociales que cada uno tiene acerca de lo que es la


literatura. Esas representaciones pueden ser diversas, porque no todas las personas
pensamos igual, ni pertenecemos a los mismos grupos sociales que conforman

12
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

nuestra cultura, ni hemos tenido, ni tenemos, la misma relación con la literatura. De


ahí, que no todos hayamos leído la misma cantidad de textos literarios, que algunos
juzguemos la literatura como interesante y otros como aburrida, y que ciertas
personas la conozcan más que otras.

■ Considerar que la literatura es ficción. Esto significa que lo que cuenta un texto
literario es "inventado", más allá de que se asemeje o no a lo que ocurre en la realidad.
La ficción no es una característica intrínseca de la literatura: no está en su interior, ni
la compone como una hoja a un libro, sino que las personas le otorgan esa
característica. En otras palabras, nosotros consideraremos que un texto es literario si
lo percibimos y lo entendemos como ficcional. De lo contrario, pensaremos que
estamos leyendo otra clase de textos, que se distinguen de la literatura porque no los
concebimos como ficcionales. Es el caso de los textos periodísticos y científicos, lo
que esperamos que nos transmitan son hechos o historias verídicas, no inventadas.

■ La presentación editorial de los textos. Esto se refiere a cómo las editoriales


diseñan los libros y qué dicen acerca de ellos, básicamente en las tapas y las
contratapas. Si la presentación editorial de un libro nos indica que se trata de un texto
literario, nos predispondremos a leerlo como tal, es decir, como una ficción. Sin
embargo, puede suceder que al avanzar en su lectura no nos parezca literario, porque
no condice con nuestras representaciones sociales acerca de la literatura.
■ La manera en que están escritos los textos. Hay que tener en cuenta que, como
hemos señalado anteriormente –a partir de los ejemplos de los textos de Daniel Callo
y Manuel Puig–, este factor resulta bastante relativo. No existen temas ni maneras de
utilizar la lengua que caractericen únicamente a la literatura. Este factor debe
relacionarse con los anteriores porque, como ustedes ya experimentaron, si se lo
toma solo es el que menos nos ayuda a determinar si un texto pertenece o no a la
literatura.

Esta cantidad de factores nos demuestran que la literatura no se puede definir


de una vez y para siempre. Además, cada texto literario es un mundo aparte y tiene
sus propias características; entonces, dar una definición de la literatura que pueda
explicar cómo son todos los textos que pertenecen a ella sería imposible.
13
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

¿Qué es un clásico?

En la historia del arte occidental, el arte clásico es el arte griego, que floreció hacia el
siglo V a.C. y duró hasta el imperio de Alejandro Magno. Muchas veces se asocia la palabra
“clásico” a la imagen de algún templo antiguo griego o romano y obras de arte de ese período.
En música, se denomina “clásica” a la música culta compuesta a mediados del siglo XVIII
hasta principios del siglo XIX, como la compuesta por Mozart o por Betthoven.

¿Y en la literatura, a qué nos referimos cuando hablamos de los clásicos?


Durante la Edad Media y el Renacimiento, los textos más importantes que se enseñaban eran
de autores griegos y romanos del período clásico, como “Antígona” de Sófocles o “La Ilíada” de
Homero. Un clásico debía tener un cierto nivel de excelencia. “Clásico” significaba “superior”.
Con el tiempo la palabra “clásico” comenzó a usarse para señalar las máximas
expresiones culturales de un pueblo. El concepto de clásico dejó de usarse para los autores
griegos o romanos que eran los únicos estudiados en las aulas y otros autores comenzaron a
considerarse también clásicos.
Los textos clásicos tratan sobre problemas universales, sobre las preocupaciones de
hombres y mujeres de todos los tiempos. Lo que caracteriza a los clásicos es su permanencia a
través de los años.

Qué tiene que tener una obra para ser un clásico, según Mauricio Kartun
Como toda obra de arte, en principio, lo que hace a sus virtudes son la belleza, la armonía
y el significado . En un clásico se potencian esas tres virtudes. La belleza que está dada por el
texto, por las imágenes que crea ese texto. La armonía se refiere al equilibrio entre las partes del
texto, su estructura. Y lo que hace un clásico es fundamentalmente el significado: en todo clásico
hay algo que significa sobre su época y la trasciende, que habla de algo o que representa el
momento en el que fue escrito pero de hecho tiene tanta fuerza, condensa tanto significado, que
trasciende por sobre esa época y con el paso de los años se lo sigue recuperando. Ese significado
14
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

condensa lo que nosotros llamamos un mito. En todo clásico hay un mito. Hay algo que de
alguna manera el espectador recibe como una especie de saber superior, una manera de mirar
la realidad, que se la explica de manera mucho más clara que cualquier teoría.
“Romeo y Julieta” es un clásico, en principio, por belleza y armonía. El texto presenta
belleza poética, una armonía en la manera de contarlo, en la estructura, es un relato que
encuentra la economía más absoluta para contar una historia enorme, con muchos personajes.
Esto con respecto a las virtudes de belleza y de equilibrio. Pero por sobre todo lo que hace un
clásico a “Romeo y Julieta” es ese sentido, ese mito profundo que hay en su historia.
Siempre que se habla de Romeo y Julieta, se hace referencia a ese amor adolescente, de esa
pasión que hay a los quince años; en realidad, cualquiera que vea a Romeo y Julieta se va a
encontrar con que empieza con un Romeo que está muerto de amor pero no por Julieta, sino
por Rosalinda y en la escena siguiente conoce a Julieta y está muerto de amor por Julieta. Lo
que hace de Romeo y Julieta un clásico es un carozo, algo más potente, que es la idea horrorosa
de que las guerras las crean los padres y la paz se funda a partir de la muerte de los hijos. Las
historias que cuentan los clásicos tratan problemas universales, conflictos propios de los seres
humanos que van más allá de una época determinada. La trascendencia de estas obras se
distingue por su atemporalidad.

El canon
En el origen la palabra canon significa metro, medida, patrón, medida de valores.
Se supone que en la música, en la pintura o en la literatura son aquellas obras que
se miden por ese patrón y en ese patrón estaría lo máximo de la belleza, lo máximo
del patriotismo, lo máximo del heroísmo y así sucesivamente.
Literatura canónica significa los mayores valores, representaciones que un
pueblo, una nación y aún la humanidad encuentra en esos patrones de medida. Pero
no hay que creer que los cánones son tranquilos, es decir que tienen una relación
pacífica, a veces los cánones compiten, pelean entre sí.
No toda obra que habla de temas universales es un clásico. Si es un clásico o
no, si pertenece al canon o no, se debe a un lento proceso de lectura. Son los lectores,

15
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

la masa de lectores los que deciden que determinados temas, obras, poetas resultan
de interés nacional o universal y forman parte de lo clásico.
Los clásicos no se eligen, se hacen lentamente, a través de los siglos, de los
años, del tiempo. Pero si la pregunta es cómo elegir un clásico, hay muchas maneras
de elegir un clásico. En todo caso lo bueno que tienen los clásicos es que hablan a
distintas épocas con el lenguaje de su propia época. Uno elige en distintos momentos
de la vida un clásico distinto. Es la vida misma la que elige un clásico.
Las obras clásicas aparentemente son clausuradas, cerradas, pero en realidad
es todo lo contrario: una obra clásica es absolutamente abierta, significa que en esa
especie de huecos son señales para que distintas otras épocas pongan ahí su propio
lenguaje, transformen ese texto con el lenguaje de cada época. Es por ello que un
clásico se sigue representando.
Sólo a través del tiempo se comprueba si un texto es un clásico. Cuando un
texto ofrece a sus lectores la posibilidad de encontrar nuevos significados, más allá
de los cambios de épocas y de costumbres, seguramente estamos frente a un clásico.

Odisea

16
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

El pensamiento mítico
El hombre siempre ha tenido la necesidad de conocer y dominar el mundo. En las
primeras etapas de la humanidad, así como en las primeras fases de la evolución de una persona,
la falta de conocimiento lleva a la construcción de explicaciones que apelan a la intervención de
fuerzas o seres sobrenaturales.
Existe una forma particular de pensamiento social, el pensamiento mítico, que genera
historias y creencias que funcionan como sistemas interpretativos del mundo y tienen la
característica de que la sociedad que las crea las considera verdaderas y mediante ellas explica
cómo y por qué los dioses han creado la realidad que les toca vivir. Hasta principios del siglo
XX, se consideraba el mito como una ficción o intervención con finalidad explicativa, que tenía
como base la ignorancia y la superstición. Pero a partir del primer cuarto del siglo, las
intervenciones antropológicas dieron al mito el sentido que le daban las sociedades arcaicas: una
historia verdadera, sagrada, ejemplar y significativa, como una dimensión sustancial de la
experiencia humana. Ambos enfoques se superponen y la palabra mito se emplea tanto para
referirse a ficciones de ubicación temporal imprecisa y con características fabulosas, como a
verdad sagrada; el pensamiento mítico se refiere a esa segunda acepción.
Los mitos son considerados hechos verdaderos por los pueblos a los cuales pertenecen,
pero no porque estos no distingan realidad de ficción, sino porque lo sagrado es para ellos la
verdad, mientras que consideran falsas las historias profanas. Para el pensamiento mítico, estas
historias primordiales son las que explican la existencia de la humanidad: así como el hombre
moderno se considera el resultado de todo un proceso histórico, el hombre de pensamiento mítico
cree ser el resultado de los acontecimientos míticos que le han contado durante toda su vida, y
esto es lo que le da sentido a su existencia.

El mito
El mito cuenta una historia sagrada; relata un acontecimiento que ha tenido lugar en el
tiempo primordial, el tiempo fabuloso de los comienzos. Dicho de otro modo: el mito cuenta
cómo, gracias a los seres sobrenaturales, una realidad ha venido a la existencia, sea esta la vida,
el cosmos, o solamente cataratas, una montaña, un árbol o una determinada práctica cultural,
como un rito o el modo de hacer un determinado trabajo.

17
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Constituyen la religión de los pueblos que los crean porque cuentan la irrupción de los
sagrado en el mundo material y humano. Por ese motivo, sus personajes son seres sobrenaturales,
más poderosos que los hombres. Tienen el valor de lo originario y lo eterno, explican en forma
indiscutible lo que da motivo y justifica la existencia y el modo de existir de todo lo que se
relaciona con la vida del hombre, y del hombre mismo.
Los mitos tienen la cualidad de ser historias sagradas, y por lo tanto verdaderas para el
pueblo al que pertenecen, debido a que se refieren a realidades concretas: se cree en los mitos
que cuentan el origen del mundo porque el mundo existe, y eso los hace verdaderos; se cree en
los mitos que hablan del origen de los hombres, porque los hombres están ahí para probarlo.

La mitología griega
Lo que hoy se conoce como mitología griega involucra mucho más que los mitos
propiamente dichos que cuentan cómo los poderes sobrenaturales crearon el cosmos, el hombre
y los dioses. Incluye gran cantidad de ciclos heroicos y también cuentos populares, pero todas
estas narraciones tienen como personajes a dioses que, si bien podían dominar las fuerzas de la
naturaleza y eran inmortales, se parecían mucho a los humanos en cuanto a que experimentaban
las mismas pasiones: celos, ira, amor, rencor, y también tenían defectos y virtudes, se
equivocaban, se arrepentían se enojaban.
Los griegos no tuvieron un libro sagrado como el Popol Vuh de los indios quiché o la
Biblia del pueblo hebreo, sino que todas estas historias circulaban oralmente, y algunas fueron
tomadas por los poetas para componer epopeyas o tragedias; de ese modo es como llegaron hasta
la ciudad.

Los dioses y los hombres


Para la época en la que se compusieron la Ilíada y la Odisea , los dioses principales eran doce
y se los conocía como los Olímpicos, ya que se creía que tenían su residencia en la cima del Monte
Olimpo, la máxima elevación de Grecia. El más importante y poderoso de ellos era Zeus, que presidía
las asambleas divinas de las que participaban su esposa (y hermana) Hera, la diosa de la fecundidad;
Apolo, el dios de la medicina, la música y los oráculos; Poseidón, el dios del mar; Deméter, la diosa
de la agricultura; Ártemis, la diosa de la caza y la virginidad; Ares, el dios de la guerra; Atenea, la
18
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

diosa de la inteligencia y la sabiduría; Afrodita, la diosa del amor; Hefeso, el dios del fuego; Hestia, la
diosa del hogar; y Hermes, el dios del comercio y mensajero de las deidades.

Pero estos dioses solían abandonar el Monte Olimpo para inmiscuirse en los asuntos
humanos y, dado que no podían presentarse ante los mortales con su verdadera apariencia porque
la energía que emanaba resultaba mortal, resolvían esta cuestión adoptando la forma de algún
humano. Las relaciones entre dioses y hombres eran muy frecuentes y heterogéneas. De Zeus,
por ejemplo, existen al menos una decena de historias en las que se cuenta cómo descendió de
su morada sagrada para disfrutar de la compañía de distintas mujeres adoptando formas tan
curiosas como las de toro blanco, lluvia de oro, cisne, o esposo; Atenea en la Odisea ayuda
permanentemente a Odiseo y a su hijo Telémaco ya sea con la apariencia de anciano o de
muchacha. Es el mortal Paris quien tiene que actuar como juez en una contienda que consistía
en determinar cuál era la más hermosa de las diosas, y puesto que eligió a Afrodita por sobre
Hera y Atenea, la triunfadora le otorgó como recompensa a Helena, la más bella de las mortales,
mientras las otras planeaban la venganza. Este es el episodio mítico que da origen a la célebre
Guerra de Troya y en la que algunas deidades participan activamente. Aquiles, uno de los héroes
de Troya, era hijo de una ninfa y un mortal.
Sin embargo, no debe pensarse que los humanos podían rivalizar con los dioses. Para los
griegos, los habitantes del Olimpo eran los jugadores de una partida en la que los hombres eran
solo las piezas. Eran los dioses quienes decidían si soplaba o no el viento, si oscurecía o
amanecía, si en una batalla obtenía la victoria uno u otro bando. Por eso los hombres realizaban
sacrificios en su honor, para demostrar el respeto que se les tenía y lograr, así, que quedaran
complacidos y les fuera favorables.

El camino del héroe en la Odisea


Todos los héroes siguen un camino de pruebas y superación, que es lo que los convierte en
héroes: el héroe no nace, sino que se construye a partir de la experiencia. Este proceso, llamado
camino del héroe, comienza siempre con el abandono del lugar natal, a raíz de una necesidad o de un
llamado. En el caso de Odiseo, es llamado para participar en la Guerra de Troya.
La Odisea narra el viaje de regreso de Odiseo a su hogar, desde Troya. Antes de la guerra,
Odiseo reinaba en una isla llamada Ítaca, en el Mar Egeo. Cuando se desató la Guerra de Troya,

19
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

se unió al ejército de Agamenón; se despidió de su amada Penélope y de su hijo Telémaco sin


saber que pasarían veinte años hasta su retorno. Con el tiempo, la ausencia del rey se hizo
notable: algunos hombres comenzaron a cortejar a Penélope, y fueron consumiendo la hacienda
de Odiseo en un banquete casi continuo. En algún momento, se lo supuso muerto, pero Odiseo
era uno de los favoritos de la poderosa Atenea, que no lo abandonaría.
En Troya, los griegos no podían franquear los muros y los troyanos no podían
expulsarlos. Odiseo tuvo la idea de construir un enorme caballo de madera que fue dejado en las
puertas de la ciudad como tributo a los dioses. Los griegos simularon una retirada y los troyanos
introdujeron el regalo en la ciudad, sin saber que en su interior estaban escondidos los mejores
guerreros enemigos. Esa fue la última noche de Troya. Finalizada la guerra, cada uno debía
regresar a su patria y entonces Odiseo comenzó un camino que le demandaría diez años.
Salió de Troya al mando de una flota, saqueó la ciudad de los cicones, llegó a la isla de los
lotófagos donde debió salvar a sus hombres enajenados por comer una planta narcótica, llegó a
la isla de los cíclopes –rústicos gigantes de un solo ojo e hijos de Poseidón, dios del mar–. Uno
de los cíclopes, Polifemo, encerró a Odiseo y otros compañeros en su gruta, y devoró a algunos
de ellos. El ingenioso héroe pudo huir después de cegar a Polifemo con una estaca pero se ganó
el odio de Poseidón por haber maltratado a uno de sus hijos. Llegar a Ítaca sería una verdadera
proeza: nada menos que el dios del mar haría todo lo posible por evitarlo. Odiseo y los
compañeros sobrevivientes llegaron hasta Eolia, donde Eolo –el rey de los vientos– le regaló al
héroe una bolsa con vientos. De vuelta en el mar, y mientras Odiseo descansaba, la tripulación
sintió curiosidad por el contenido de la bolsa, la abrió, todos los vientos contenidos se soltaron
y se desató una tormenta que les hizo perder el rumbo; Eolo, enojado porque había desobedecido
la orden de no abrir la bolsa, prometió no volver a ayudarlo. Llegaron a la isla de los lestrigones,
gigantes caníbales de los que solo pudo escapar la nave de Odiseo. La siguiente escala fue Eea,
la isla de la poderosa Cirse, que convirtió en cerdos a los otros tripulantes menos a Odiseo, ya
que Hermes le había facilitado un antídoto contra los poderes de la hechicera.
Luego de un año de permanecer allí, el héroe le pidió ayuda a Cirse para regresar a la
patria. Pero el que sabía el camino era Tiresias, un famoso adivino ciego que ya había muerto.
Entonces debió descender al mundo de los muertos, donde también debió valerse de su astucia
para poder regresar al de los vivos.

20
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

La ruta que debían navegar pasaba por los dominios de las Sirenas, seres mitad ave y
mitad mujer que atraían a los navegantes con su canto y ya no los dejaban ir. Prevenido del
riesgo, Odiseo tapó con cera los oídos de sus compañeros para que no escucharan el irresistible
y enloquecedor canto de las sirenas. Él, en cambio, se hizo atar al mástil y así pudo oír el canto
sin caer en el encantamiento. Debieron atravesar después un riesgoso estrecho custodiado por
dos horribles monstruos: Escila y Caribdis, que provocaron más bajas en la ya escasa tripulación.
Los sobrevivientes llegaron a la isla de Hiperión, el Sol.
Allí hicieron, a pesar de la clara orden de Odiseo, lo único que tenían prohibido: comer
las vacas sagradas. Como castigo, Zeus envió una tormenta que lo demoró y finalmente llegó a
Feacia. Odiseo impresionó a los feacios narrándoles todos sus padecimientos y estos,
conmovidos, lo colmaron de regalos y lo llevaron hasta Ítaca. Una vez en su patria, el héroe se
reunió con su ya maduro hijo Telémaco y, con la ayuda de Atenea, mataron a todos los
pretendientes de Penélope, quien había aguardado fielmente el regreso de su esposo; se
reencontró con su padre, y volvió a reinar en su isla.

Me gusta contarme mi historia para convencerme de éste


que está aquí acostado soy yo. Me llamo Eduardo. Hace
cinco años que murió papá. Yo tenía siete pero me acuerdo
bien de que lo primero que sentí fue mucho miedo y ganas
de irme a acostar. Cuando se quedó así, como dormido,
mamá me dijo que no sabía qué iba a pasar, si iba a
despertar para volver con nosotros o no. Mi mamá no me
miente nunca. Desde que era chico me repite siempre lo
mismo. “Eduardo aunque sea fea, te vaya decir la verdad.
Porque yo quiero que me creas siempre, siempre." Como
esa vez, de papá. Por eso ahora le puedo creer. Aunque ella
no me escuche aunque ella no lo sepa, yo estoy aquí
creyéndole. Lo siento con mis ojos cerrados. Con los ojos
cerrados siento su mano en mi frente y su boca que me hace cosquillas en la oreja y me

21
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

gustaría reírme no para que deje de hacerme cosquillas, sino para que sepa que me gusta.
Antes, cuando podía mirarla y decirle y era de verdad yo, no me gustaba, pero ahora sí, ahora
no quiero que pare. A veces hasta tengo ganas de saltar y agarrarla fuerte, pero no sé cómo
se hace cuando uno está dormido. Bueno, yo digo "dormido” porque así deben verme, pero no
es lo mismo... porque antes cuando estaba dormido en mi cama, yo no sabía si mi mamá me
hacía cosquillas en la oreja; y ahora que estoy dormido en este hospital sí lo sé. Pero eso era
antes. Antes. Cuando dormía en mi cama pero con la oreja y la piel funcionándome.

Síndrome de Melas-Me había dicho Fabián, amigo médico de Federico-. No te voy a


volver más loca con explicaciones médicas pero el asunto viene con toda la mala suerte del
mundo. Primero Porque es una enfermedad rarísimo, algo que no anda bien en el código del
ARN.Y después porque es hereditaria, el 98% de los casos de madre a hijo. A Federico
Seguramente se lo transmitió su madre. Pero que él se lo haya trasladado a Eduardo es
todavía más increíble. Salió todo mal, Moni.
¿Puede volver?- le pregunté.

Puede- me dijo-. Hay derrames internos y eso provoca esta especie de coma. El cuadro puede
revertirse, pero también puede pasar lo contrario .No sabemos. No está muy estudiado.
Yo lo escuchaba Fabián pero estaba como volando. Mi amor grande estaba en una habitación
de ese hospital horrible como todos los hospitales, durmiendo en un por ahora que podía ser
un para siempre, y mi amor chiquito estaba sentado afuera y ahora yo tenía que decirle que
quién sabe si el papá... pero de él, no. Del resultado de los análisis, no. Nunca. Que el futuro
hable y entonces hablaré yo, me dije. Pero como me había advertido Fabián, siguió saliendo
todo mal. Federico no pudo volver a nosotros y Eduardo como buen varón que rechaza que
la mamá le haga mimos quiere seguir al papá. O sea, el futuro volvió hablar y ahora soy yo la
que tiene que hacer oír su voz ¿Cómo es de fuerte una palabra que grite más que el tiempo?
No lo sé. Pero sí sé que la voy a encontrar. Que los médicos hagan su trabajo. Yo voy a hacer
en mío.

22
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Estoy hablando con él, con Eduardo. Lo estoy trayendo de vuelta. Si él necesita de mí voz la va a
tener toda, así el mundo ensordezca.
Aquí estamos los dos chiquito mío. Yo y tus doce años que pronto van a ser trece. Te prometí
que no te iba a mentir nunca y voy a cumplir mi promesa aunque ya la rompí una vez cuando
me enteré de que tu cuerpito de siete tenía lo mismo que el de papi y no te conté nada porque
me habían informado los médicos que tal vez todo siguiera bien para vos. Qué tal vez no pero
qué tal vez sí, me aclararon y yo me agarré con todas mis fuerzas de ese “tal vez sí”, porque ya
no quería más partidas en mi alma. Pero fue tal vez no, y por eso estamos ahora los dos solos
en esta pieza de hospital hablándonos. Ya no voy a mentirte más ni a ocultarte nada. Lo que
tenés se llama Síndrome de Melas. Es una enfermedad muy rara que ataca tu cerebro y te crea
allí como pequeñas heridas. Por eso estás dormido. Vos ya sabés que se puede no volver, así
que no voy a engañarte pero también tenés que saber que sí se puede volver, y yo voy a estar
aquí para decirte cómo. Todos los días voy a estar aquí para ayudarte a regresar, vida. El viaje
de vuelta de verdad lo vas a hacer vos, pero yo voy a ser como una especie de mapa con los
caminos que tenés que seguir para volver. Ahora voy a acercar mi boca aunque sé que no te
gusta porque te hago cosquillas pero no importa porque quiero que me escuches bien. Oíme.
¿Ves? Eso es lo primero que tenés que hacer. Nunca dejar de oírme. Aunque no estés de
acuerdo, aunque pienses que es una tontería lo que te digo. Después, cuando sepas qué puerta
es la que hay que abrir, me peleas todo lo que quieras. Por ahora vas a tener que obedecerme
sin protestar ¿por qué? ¿cómo qué por qué? Porque para eso soy tu madre, jovencito. Le falta
tomar mucha sopa para mandarse sólo ¿estamos?
Ya me viene con eso de que todavía soy chico. A ver cuántos tipos con tus años de aguantarían
esto que me dijiste, que tengo lo mismo que papá. Bueno, yo ya me lo sospechaba .Era mucha
casualidad que me quedara dormido como él y que fuera otra cosa .Y sí, miedo tengo ¿por qué
te voy a mentir si vos prometiste de nuevo decirme siempre la verdad? yo voy a hacer lo mismo,
ma. Así, cada vez que nos decimos, sabemos que es cierto lo que nos decimos y no nos
complicamos con el asunto ese de los engaños. Ah, sobre eso de que me molesta que me hagas
cosquillas en la oreja con la boca, creo que ya te dije que ahora sí me gusta .Bueno, en realidad
no te lo dije, lo pensé, pero no te hagas problemas. Es decir podés seguir, que no está tan mal
23
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

después de todo. Y ya que estamos: no pienso irme a ningún lugar (je, a ver cuántos tipos con
tus años hacen bromas con esto; sí, muy chiquito…) y voy a empezar a confesarte algunas cosas
que no sabías.
¿Te acordás de aquella vez que apareció el cuadro de la gorda bailando hecho moco en el piso
y preguntaste quién había sido porque esa tarde estuvieron los primos en casa, y yo dije que
había sido uno de ellos porque total ya no estaban y vos no lo ibas a castigar por teléfono?
Bueno, no fueron ellos. Fui yo con un pelotazo. Ustedes se fueron con los tíos a dar una vuelta y
nos quedamos jugando dentro y un tiro se me escapó y le di con todo al cuadro ese de la gorda.
Después escondimos los pedazos para que no nos retaran y cuando ellos se fueron lo saque para
que los vieras porque ya había decidido culpar a los primos. Y estuvo bien. Jugamos y nadie salió
perjudicado. Bueno, la gorda pero esa nunca me gusto, se merecía el golpazo por gorda y fea y
por meterse justo donde fue mi tiro. Encima ni gol fue… ¿Qué me estás diciendo? Ah, que te vas
a trabajar. Pero ¿podés dejar de hablarme en la oreja, si sabes que no me gusta? Qué ganas de
hacerme enojar al cuete. Bueno, te acabo de decir que me gusta y ahora te digo que no. Me
parece que me estoy haciendo demasiado lío por todo. Voy a tener que ser más cuidadoso con
lo que pienso o no me voy a entender nada. Si, ya te oí, te vas a ir a trabajar. Andá pero volvé
pronto, ¿eh grandecita?

Voy en el tren camino a mi trabajo y por suerte conseguí un asiento porque desde que el
futuro dijo lo que dijo, siento como un cansancio eterno y hasta estar parada me cuesta.
Además, así me resulta más fácil pensar porque es esa otra cosa que me pasa: pienso todo el
tiempo. Salvo cuando estoy con él, que le digo lo que pensé antes. Cuando salgo para el
hospital a la mañana, cuando voy para el trabajo, cuando vuelvo al hospital a la tarde, cuando
me quedo a dormir allí o cuando me vuelvo a mi casa, pienso. Por ejemplo, ahora estoy
pensando que dije “mi casa” y la verdad que no sé, como decía ese poema que decía una vez,
si yo sigo siendo yo y si mi casa sigue siendo mi casa. Creo que soy como un caracol que anda
con su techo a cuestas. Y mi mejor techo está al lado de una cama de hospital, con un chiquito
24
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

al que tengo que enseñarle el camino de vuelta. El resto del mundo me parece una enorme
intemperie, con lluvia y frío, aunque haya sol y calor. Mi único lugar cobijado es esa cama.
Tampoco sé si los demás siguen siendo tanto “los demás”. Están, claro, y hasta me llevan por
delante cuando bajamos del tren y me piden cosas en el trabajo y yo les doy direcciones en
los taxis, pero son como extras en mi película. Tal vez también los médicos tengan una
existencia más…, no sé cómo decirlo, más real. Pero eso porque son los que me informan
cómo sigue estas película mía. Son los que me escriben parte del libreto el resto abunda.
Menos mal que entre la estación y mi trabajo hay apenas cinco cuadras. Caminarlas me gusta
porque hay muchos árboles, poco tránsito y puedo seguir pensando. Pensar otra cosa ahora.
Pensar en un camino que nunca recorrí pero tengo que averiguar cómo es para decirle a
alguien cómo se vuelve. Pensar en aprender de los senderos que se meten en bosques oscuros
o en montañas altísimas y pasan por abismos impenetrables, para contarle a un chiquito cómo
tiene que ir por esos lugares, que pasos tiene que dar para no perderse, para no tener miedo
a la oscuridad, para no correr el riesgo de trastabillar y caerse en algún precipicio. Pensar
ahora en sonreír unos centímetros porque mi jefe, qué es un buen tipo, me saluda lindo como
siempre y dice: Hola, Moni ¿cómo anda todo hoy?
Y yo tengo que hacer como que escucho a este extra de mí película que ni siquiera libretista
es y decirle:
Bien Carlos, gracias sin novedades - y asegurarle- : Cuando pase algo gordo vas a ser de los
primeros en saberlo-. Entonces me siento al escritorio y me pongo hacer mi trabajo y los
extras circulan a mi alrededor y sólo caminan en un universo que está lleno de otros que
abundan, algunos libretistas y dos que existen.
Estoy solo. Lo sé porque no siento ninguna mano sobre mi frente y ninguna cosquilla en la
oreja y además nadie me habla. Eso es bueno. Un poco de soledad de vez en cuando también
me gusta ¿Y, grandecita? Sigo haciendo bromas con la historia y vos no me decís nada .Te
cuesta reconocer que así te tapé la boca con eso de que soy chiquito ¿eh?, te cuesta. Bueno,
tampoco me decís nada ahora porque ahora no estás, así que lo mío es otra vez bastante pavo.
Así que síndrome de Melas. Mirá vos. Melas... vas a pagar cuando te agarre. Gracioso el
nombre del sueño éste que me cayó de golpe. Lástima que solamente sirva para sacarme.
25
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Cómo en los partidos, cuando el profe me sacaba y hacía entrar a otro que estaba afuera. Yo
no quería salir pero él me explicaba que todos tenían que jugar. A mí me daba rabia pero, yo
qué sé, así eran las cosas. Todos tenían que jugar y yo nunca fui de los mejores. Ahora el
profesor Melas me hizo lo mismo. Me dijo que todos tienen que jugar y me sacó de la cancha.
¿Quién habrá entrado en mi lugar? Y además, ¿tan mal estaba jugando? Cuando venga mamá
se lo voy a preguntar. No, no me volví loco. Ya sé que no puede escucharme. Pero eso no tiene
nada que ver. Yo puedo preguntar lo que se me ocurra. Algún día, me enteraré de las
respuestas. O no. No sé.
Tiempo tengo.
Sí, miedo también tengo.
Ya no puedo esperar más. Ya tengo que empezar mi trabajo de guía. Y voy a largar con lo que
se me ocurrió. Que no sé si es lo que él espera de mí o lo que esperaría alguien perdido de su
guía pero es lo que puedo hacer yo, está que soy ahora, tan llena de dudas pero a la vez tan
llena de mi decisión. Estoy regresando, estoy abriendo la puerta del ascensor. Estoy subiendo
al piso indicado y miro en silencio la pantallita que indica los números porque nada me
importa de esta gente que viaja conmigo, que ni extras llegan en mi película. Son apenas el
decorado y no se le habla a lo peor telones del teatro. Ahora bajo y mi soledad de estos
pasillos hasta la habitación me hacen bien. Bueno, ya llegué, aquí estoy. Me saco el tapado
porque afuera hacía frío de verdad y me siento en la silla que está siempre esperándome al
lado de su cama.

Aquí estoy, chiquito. Ya llegué Te cuento cómo está el día fuera. Son las siete de la tarde. Ya
no hay sol y hace bastante frío. Yo me tuve que poner un abrigo grueso, ese que no te gusta
nada porque decís que me tapa toda, pero precisamente por eso me lo tuve que poner. Ah,
te digo lo que se me ocurrió para hoy. Estuve pensando que si yo estuviera así, como estás
vos, una de las cosas que más rabia me daría sería no poder enterarme de las respuestas a las
dudas que tuvieras porque claro, si no me escuchan, no puedo hacer preguntas. Y esa rabia
me distraería de mi trabajo de encontrar el camino de vuelta. No quiero que eso pase con

26
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

vos. No quiero que nada te distraiga de eso. Así que voy a hacerme yo las preguntas que me
parecen podés hacerte vos y te las voy a contestar.
Je je, ¿qué decía yo sobre que nadie me escuchaba? A ver qué me digo ahora. No, no soy mago,
no adivino el futuro. No, es ella, en serio. Se le ocurrió sola. Yo no tengo poderes mentales.
Bah, nunca me dijeron que los tenía ¿A ver con qué me sale ahora la grandecita?.
-Lo primero que me preguntaría es por qué me pasó esto, qué hice mal. Y yo diría que la
primera obligación que tenés es olvidarte de hacer esa pregunta. Es tonto preguntarse por
qué nos pasan las cosas malas que nos pasan. No nos pasan porque hayamos hecho las cosas
mal. Solamente los tontos se preguntan por qué nos pasan las cosas inevitables.
Bueno, ahora me dicen tonto hasta dormido. Linda mamá. Dejá, no te preocupes. En estos días
ya me dije yo varias veces que era un tarado…

Bah, no quiero decir que seas un tonto por hacerte esas preguntas. Digo que es una tontería
pensar en eso. No hace falta ser tonto para pensar tonterías. Así que nada de pensar en eso.
Otras preguntas sí, esa no, ¿estamos? Y sí, si querés también porque soy tu madre. Vas a tener
que aceptar varias de estas órdenes mías aunque no te gusten. Acordate que también soy tu
guía. Y no se les discute a un tipo que conoce bien un lugar qué camino hay que tomar. Se lo
obedece y a otra cosa. Ya sé, ahora vas a decirme que yo no conozco para nada el lugar en el
que vos estás. Pero no es tan cierto eso. Yo ya estuve allí con papá y sé bastante de esas
sombras. Además es lo mejor que tenés a mano, ¡qué tantas pretensiones! Bueno, sigamos.
Dale, grandecita, hacete, haceme, otra pregunta y deja de enojarte todo el tiempo. Es raro
esto de tener dudas ajenas. Aunque a veces pareciera que me escucharas.

También me preguntaría cuándo va a terminar este lío. No lo sé, vida pero tené en cuenta que
cuando termine tu parte en esta historia también va a terminar la mía. Es decir, cuando vos
vuelvas, yo también voy a volver .Cuando vos encuentres la puerta que hay que abrir yo
también voy a girar ese picaporte, así que esa duda es tanto tuya como mía. Igual no creo que
nadie nos dé una respuesta exacta. Me parece que vamos a tener que aprender a
conformarnos con esas seguridades de cuando eras muy chiquito: hoy es lunes, afuera hace

27
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

frío, me gusta la torta de manzana .Dejemos las preguntontas, esas que necesitan de gente
muy sabias, para días que no podamos dar esos lujos. Por ahora conformémonos con que sea
lunes, con que haga frío, con que te guste la torta de manzana Aunque ahora que lo pienso,
no estoy segura, ¿te gusta la torta de manzana?
Sí, grandecita. Lo que pasa es que no la hacés casi nunca pero me encanta. Sí, ahora me
acuerdo de que sí te gusta. Lo que pasa que casi no la hago.Es lo que digo. A veces parece que
me escucharas...
Otra duda sería la que tiene que ver con esta seguridad que yo tengo de tu vuelta a este lado
del sueño. De dónde me sale. Es difícil de explicar... pero a la vez me es tan evidente como el
hecho de que ahora estás del otro lado. No es una esperanza estúpida de una mamá que
quiere que su hijo se quede con ella. Es tan seguro como que mañana va amanecer. O sea
puede haber sol o llover o estar nublado, pero de que va amanecer no hay duda. Con tu
despertar me pasa algo parecido. Puede tardar más o menos, puede haber más o menos
problemas, pero yo sé que vas a abrir los ojos.
Está bien, ma. Si vos estás segura, para mí está bien .Te digo que no me parece mal. No sé si
es una esperanza estúpida, pero no me parece mal.
Bueno, amor .Ya es de noche tarde. Me quedo a dormir aquí, con vos. Mañana la seguimos.
Ahora estoy solo con las respuestas que me dio y con las preguntas que me sigo haciendo. Yo
sé que no tengo que volverme loco con eso de “por qué a mí” y tampoco tengo que querer
saber hasta cuándo va a durar esta historia. “No hay que distraerse”, dice la grandecita. No
hay que olvidar el camino de regreso. Pero es que yo tampoco lo conozco mucho, mamá.
Nunca hablamos de la muerte de pa. Nunca nos sentamos a conversar sobre lo que le pasó a
cada uno en ese momento. Yo no sabía que yo tenía la misma enfermedad. Me parece que
estuviste bien de no decírmelo. Me hubiera asustado mucho y no habría servido para nada.
Como el cuento aquel que leí del tipo al que le dicen que se va a morir un jueves. Entonces
cada miércoles y jueves son una tortura. Al final se muere un lunes cualquiera y el pobre se
pasó la vida temblando todos los jueves. Pero sin saber eso, igual me sentí distinto a los demás,
con más peligros a mi alrededor. Como si no tener papá me hubiera hecho más frágil. Ahora
que lo pienso me parece que a vos te pasó algo parecido .Y supongo que ahora tendrás la
28
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

sensación de que todo puede volver a pasar y tenés miedo de quedarte todavía más, ah no sé
cómo decirlo, más... rompible. Eso. ¿Quién de los dos tendrá más noches en este momento,
grandecita ?porque el que se puede ir soy yo, ya lo sé, con mi siempresueño y todo el asunto.
Pero la que se va a quedar sos vos. No se te va a ocurrir esa pregunta (y si se te ocurre es que
me escuchas en serio), pero me vendría bien saber que te gustaría más. Si pudieras elegir,
¿qué harías? ¿Irte o quedarte?
Buen día, amor ¿cómo pasaste la noche? Ah, mira, aquí me traen el desayuno. Café con leche,
una tostada y mermelada. Debe estar rico, como siempre. Ahora que se fue la enfermera, te
puedo decir que la verdad tuviste bastante suerte. No sabes lo linda y jovencita que es. A vos
te encantaría.
Buen día, grandecita. No. No sé lo linda y jovencita que es pero puedo imaginarlo. Aunque
tampoco sé si tengo ganas de imaginarlo. Mejor hablemos de otra cosa. Que la enfermera
linda me hace acordar a Camila, la enfermera tiene la cara de Camila y eso sí me pone de mal
humor.
Rubiecita, chiquita. Una muñeca, vea, caballero. Lucía se llama.
Y dale con los ¿cómo se llamaba?, ¿los diminutivos, eran? Si, eran los diminutivos. Que
“jovencita” que “rubiecita” qué “chiquita” ¿Qué te picó hoy? ¿No te dije que no quiero que me
cuentes más de la enfermera, que me pone de mal humor? ¿No me escuchas, tonta? No, no
me escuchas. ¿Para qué me hago el idiota sí sé que no me escuchas.
Antes de irme quiero contarte algo de ese tipo, ese griego que tardó 10 años en volver a casa.
¿Cómo quién? Ese Ulises qué te conté un día que era el rey de una isla que se llamaba a Ítaca
Sí, el de la mujer que tejida para retrasar el momento de casarse de nuevo. Que se llamaba
Penélope. La pobre estaba acosada por los pretendientes que querían casarse con ella para
apoderarse del reino, pero como última resistencia se le ocurrió la idea es decir que elegiría
marido cuando terminara su tejido. Sin embargo, para retrasar lo más posible ese momento,
deshacía de noche todo lo que tejía de día. Los tipos que querían el trono eran los guarangos
que vivían a costa de las riquezas de Ulises y no les importaba nada todo el desastre que
hacían Porque estaban seguros de que el rey había muerto al volver a su tierra. Pero no. Ulises
Tuvo que pasar por un montón de Aventura para estar otra vez en su reino, porque en la
29
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

conquista de Troya se había ganado el odio eterno del dios del mar, Poseidón, cosa nada
buena si uno tiene que volver a su patria en barco. Pero su mejor historia es la que le pasó
con un cíclope
¿Qué es un cíclope?
Seguro que te estás preguntando qué demonios es un cíclope. Te digo. Un cíclope es un
gigante en lugar de tener dos ojos tiene uno solo en medio de la frente. Se llamaba Polifemo
y era poderoso y malvado como nadie. El tema es que Ulises y sus compañeros llegaron hasta
su caverna, llena de ovejas y otros alimentos, casi preparados para que ellos se lo llevaran.
Los compañeros de Ulises le rogaron a su jefe que, como el cíclope no estaba, lo dejara cargar
todo lo que pudieran y que luego huyeran de esa cueva siniestra. Pero él era un hombre que
disfrutaba nada antes que nada vivir grandes aventuras y no quiso irse antes de conocer al
terrible Polifemo. Cuando llegó, el cíclope les preguntó quiénes eran ellos. Ulises le respondió
que viajeros perdidos y que él debía atenderlos según las reglas de la hospitalidad que ordena
el propio Zeus, el padre de los dioses. Pero el monstruo se rió y le respondió que los cíclopes
no le debían obediencia a nadie y que Zeus se podía ir a freír churros. Bueno, no se lo dijo así
porque en esa época no había churros, pero eso es lo que le quiso decir.
Sí, me imagino al cíclope ese diciendo que cualquier queja de Zeus que le hable por teléfono.
Pero seguí. Me gusta tu forma de contarlo
Y allí nomás se comió a dos de ellos. Para que no pudieran escapar, cerró la entrada de la
caverna con una roca enorme que sólo alguien con su enorme fuerza podía mover. Al día
siguiente se comió a otros dos pero Ulises era muy astuto y le dijo que después de almorzar
lo mejor era tomarse un buen vaso de vino. Y le dio una copa que llevaba. El gigante comenzó
a tomar, tomar y tomar, hasta que se agarró una borrachera que no se podía tener en pie. Y
claro, se quedó dormido. Entonces Ulises y los suyos aprovecharon para clavarle en el ojo un
tronco de árbol con una punta al rojo vivo que habían preparado en el fuego… y ¡zas! Lo
dejaron ciego. El cíclope se puso como loco y empezó a preguntarle a gritos como se llamaba
y Ulises le contestó que se llamaba Nadie. Parecía tonta la respuesta de Ulises, y sus amigos
no lo entendieron demasiado. Pero cuando otros cíclopes quisieron averiguar quién lo había
herido, Polifemo les respondió que había sido Nadie. Entonces, ellos le dijeron que no podían
30
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

hacer nada porque su herida había sido voluntad de los dioses. Con los manotazos de ciego
que empezó a dar el cíclope sacó la roca que impedía la salida, y así Ulises y los suyos pudieran
escapar y volver a su barco para irse de aquel lugar ¿te gustó el cuento, amor?
Muy lindo, grandecita. Está genial eso del gigante de un solo ojo. Así que el tipo le dijo que se
llamaba Nadie. Nadie está dormido en esta cama, Nadie tiene miedo cuando no oye más la
voz de la grandecita, Nadie está empezando pudrirse de no poder levantar los párpados.
Bueno, ahora me voy a trabajar. A la tardecita te voy a contar algo nuevo.
Espero que no tenga que ver con la enfermerita y sí con el Ulisito. Chau, que te vaya bien en el
trabajito.
Mi vuelta, ¿tendrá que ver con los aparatos? Sé que me enchufaron varios tubos y que por ahí
me dan de comer, pero no sé si lo que dice la grandecita de “volver” tiene que ver con ellos.
No me gusta tener tantas cosas metidas. Debo parecer como uno de estos robots de las
películas y no quiero. Dale, grandecita, volver rápido que sin vos me cuesta caminar con tanto
cablerio. Bueno, hablando de otra cosa, ahora que nadie me escucha lo que pienso, eso de que
la enfermera tenga la cara de Camila no está tan mal. Puedo imaginar las manos que me
limpian y me acomodan y puedan darle una cara a las manos. No me gustan las manos solas
me hacen acordar a las películas de terror y me da miedo muchas veces en esas películas
cuando van a matar a alguien, solamente aparecen las manos del asesino. No sé cómo será la
carita de la enfermerita pero pensarla con la cara de Camila me acorta el susto. Ahora estoy
despierto. Me da algo como risa que los de afuera piensen que para mí todo es lo mismo, que
no se den cuenta de que ahora estoy distinto de hace un rato cuando estaba dormido dormido.
Es decir, dormido estoy siempre, pero a veces estoy dormido despierto, como ahora, y a veces
no escuchó nada ni pienso nada y entonces estoy dormido para ellos y para mí. Oia, recién
ahora me doy cuenta de que para hablar de los que vienen a verme dije “los de afuera” ¿Eso
quiere decir que yo estoy adentro? ¿Adentro de qué estaré? ¿Adentro de un sueño? Tengo que
pensar más sobre eso. Después. Ahora me quiero dormir dormir.

31
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Los extras de mi película hoy están tranquilos. No me los crucé mucho en mi caminata al
trabajo y tampoco me pidieron demasiadas cosas para hacer. Se ve que se están
acostumbrando a esto de que no me interesan. Puede ser que no esté bien, puede ser que
tenga que seguir prestándole atención al mundo que al fin de cuentas sigue teniendo los
mismos problemas que antes; pero no puedo evitar sentir que desde el sueño de mi chiquito
yo estoy entre paréntesis, esperando simplemente a que él vuelva, a qué dos párpados
testarudos se dejen de embromar con eso de seguir cerrados y se levanten de una buena vez
para volver a cerrarse solamente cuando el dueño se le dé la gana. Pienso en Penélope, que
se la pasaba tejiendo para retrasar el momento de tener que elegir un reemplazante para su
marido, y mirando hacia el mar, para ser la primera en ver el barco en el que Ulises regresara.
También su único mundo debía ser esa manta de lana. También a ella los otros debían
interesarle menos que un grano de trigo de sus sembrados. Su universo era el telar, los dibujos
del tejido y un hombre que no llegaba. El mío es una cama. Soy Mónica-Penélope y tejo las
ganas de unos ojos abiertos.
Estoy leyendo cosas sobre el Síndrome de Melas. Es una rareza increíble la transferencia de
padre a hijo. No se lo voy a decir a Eduardo porque le va a dar más furia saber que lo que le
pasó no tendría que haber pasado. Va ser otra especie de mentira pero Zeus debe haber
entendido a Penélope cuando hacía su engaño de lana. Y si no me quiere perdonar me
importa lo mismo que mis extras. No les doy bolilla a los mortales que me rodean, miren si
me voy a hacer mala sangre con un inmortal que lo más importante hace es no morirse.
Estoy volviendo el hospital y se me acaba de ocurrir que tampoco le voy a decir más que es
mi chiquito. Al menos no se lo voy a decir a él. Alguien que pelea por volver desde una cama
llena de tubos merece ser llamado por su nombre. Ya va a cumplir 13. Ah, por cierto. Tengo
que festejar el cumpleaños. Y prepararle el regalo. Ya volví, hijo. Ya estoy aquí, Eduardo.
Uy, ¿qué pasó grandecita? ¿Qué pasó con eso de “chiquito” y “eduardito”? ¿Crecimos desde
la mañana y no nos dimos cuenta? Ya sé, te fue mal en el trabajo y volviste de mal humor.
Como cuando me portaba mal y me retabas con nombre y apellido y tratándome de usted ¿te
acordás? “Eduardo Alayes, ¿se puede saber de dónde viene con todo ese barro? ¿Estas son
32
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

horas de llegar a su casa y en este estado? ¿Usted está seguro de las cosas que hace?” ¿Eso
pasó grandecita? ¿estamos enojadas?

Habrás notado que no te dije “chiquito”. Estoy segura de que lo habrás notado porque esas
cosas no se te escapan nunca. O no se te escapan casi nunca. En todo caso estoy segura de
que esto no se te escapó. Lo que pasa es que estuve pensando…

Mirá vos, ¿cómo te contestaba papá cuando decías eso? Ah, sí. “Bueno, de vez en cuando te
va a hacer bien pero tampoco exageres”.
...y me parece que estás aquí, peléandola casi solo. Y que ya tenés casi 13 años (porque no sé
si sabrás que dentro de dos días es tu cumple) y que, está bien, creo que tengo que aceptar
que ya no sos tan chiquito. Mientras te hablo me estoy agarrando una mano con la otra
porque me cuesta mucho decir esto. Es difícil aceptar que ustedes crecen ¿sabes? Es cómo
confirmar que nosotros nos hacemos más viejos y que ya no nos necesitan tanto. Pero igual
no me voy a privar todo el tiempo de decirte “chiquito” porque me gusta y porque para eso
sigo siendo tu madre. ¿Me entendió, señor?
Sí, ya te entendí, grandecita. Vas a hacer todo lo posible pero de vez en cuando se te va a
escapar. No es un mal acuerdo. Pero,además, que yo sea más grande no quiere decir que vos
seas más vieja. No sé, yo al menos no te veo vieja. Bueno, ahora no te veo, así que estuvo bien
eso que dijiste de que te agarrabas las manos porque así puedo seguir lo que hacés.Ah, así
que es mi cumple, mirá vos. ¿En qué estaría pensando que se me pasó tanto? ¿Qué me vas a
regalar?
Vamos a ver: ¿qué me preguntaría yo si tuviese 13 años y algún adulto me dijera que pronto
va a ser mi cumpleaños? De eso no tengo ninguna duda. Podré estar más vieja (aunque no
tanto, eh, no tanto) pero todavía me acuerdo de esas cosas. Me preguntaría por lo que me
van a regalar. Pero va a tener que esperar, caballero, porque el regalo va a ser una sorpresa
para ese día. Lo que te puedo decir es que no va a hacer una cosa. A mí me encantaría
regalarte, yo qué sé, una pelota. Pero me di cuenta de que eso me gustaría a mí y yo no quiero
regalarte algo para el futuro, para que lo uses cuando despiertes ¿entendés, amor? No quiero

33
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

hacerme la trampa de darte algo que me deje a mí más tranquila pensando en más adelante.
Yo no quiero estar más tranquila, quiero que vos estés más fel... no, más feliz no, más
contento. Quiero regalarte algo que disfrutes ese día y ningún objeto te serviría ahora. Pero
no te digo nada más porque te vas a dar cuenta y quiero que sea una sorpresa. Una vez con
papá te regalamos una salida a la cancha y a comer pizza cuando terminó el partido. Ahora va
a ser algo parecido, aunque de salir ni hablar porque vos sabés bien que por ahora no
podemos; pero por ahí va a ir la cosa.
Bueno, no te preocupes. Yo sé que no me vaya ir a ningún lado. Ya estoy bastante
acostumbrado a esperar, así que me va a gustar tener que esperar algo lindo. Entiendo eso de
que no va a ser una cosa, como la vez esa del partido y la pizzería, pero para serte sincero los
regalos que más me gustan son los que se pueden agarrar. Porque si un regalo no es una cosa,
me parece menos regalo, ¿me entendés? ¿Qué hace un tipo (o un Eduardo, digamos) cuando
se le regala algo que no puede poner en ningún lado? No sé, grandecita, no me vaya hacer
más preguntas. Creo que vaya dejar que me sorprendas.
Bueno, hoy es día. Hace casi tres meses que estamos durmiendo con Eduardo. Y qué
cosa...Hace tres meses que apenas duermo. Qué raro es a veces lo que nos pasa. Él no
despierta y yo no puedo cerrar los ojos. ¡Cuánto daría para poder regalarle muchos de mis
párpados abiertos! Pero hoy no tengo que pensar en eso, hoy es el cumpleaños y tengo que
llevarle el regalo. Bien, ¿a ver si tengo todo? la olla, sí; el secador de pelo, sí; el plumero, sí; el
tambor, sí; los jazmines, sí; el guiso que quedo de ayer, sí; un pedazo de manguera, sí. Listo,
está todo. Vamos.
Uy, que lindo que está el cuarto, con los globos y las guirnaldas. Hola, Edu. ¿Qué te tenía que
decir? Ah, sí, ¡Feliz cumpleaños! No sabés qué preciosa que está la habitación. Está Lucía que
te tocó, es una maravilla. Bueno, trece años, amor, ¿qué se siente?
Nada, mamá no se siente nada. O sí. Se sientes ganas de sentir. Pero dejá no estoy del mejor
humor. Debe ser que me hablas de globos que no puedo ver, de guirnaldas que no puedo tocar
y de amigos que no están. Me acuerdo de mis otros cumpleaños y me da rabia.
A ver, por aquí tengo el regalo, espera que lo preparo porque es bastante complicado. Ya te
dije que no era una cosa, así que tené paciencia mientras pongo estas cosas… a ver… la olla,
34
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

la manguera en la canilla del baño… se enchufa aquí el secador… ya está. Ah, ya vino Lucia.
Bue, podemos empezar. ¿Estás preparado?

Si , grandecita , dale que no aguanto más la curiosidad


Este regalo no es una cosa, es una serie de sensaciones. Te voy a regalar cosas para que
sientas, Edu, momentos que tienen que ver con nosotros. Por ejemplo, ¿te acordás que
teníamos que hacer cuando te lavabas la cabeza, qué era lo primero que hacía cuando eras
más chiquitos y te sacaba del agua? A ver, te ponía arriba del inodoro, ¿y qué pasaba?
No sé, ma , no me la hagas dificil , ¿qué pasaba?
Te secaba el pelo con el secador, con esto - Y aquí te mando todo el aire caliente, mi chiquito,
por la cabeza y te revuelvo el pelo como te hacía hasta bastante antes que te durmieras, para
que te quede bien seco, y no te resfries porque afuera del baño hace más frío que adentro. Y
los cambios de temperatura son peligrosos -Aire caliente, aire caliente “toc toc y el agua que
se va…”

Como la canción que te cantaba, ¿te acordas?


...toc,toc, y el agua que se va a dormir en el viento
para no molestar…

Mira vos, grandecita lo que se te ocurrió como regalo. No está mal este viento que me da en
la cara y esas manos en mi cabeza. Sí, me acuerdo me acuerdo del secador rojo y del “toc, toc”
que me cantabas. ¿Qué sigue?
Ahora: el jardín. Cuando volvía de primavera en la escuela, el jazmín estaba con todas las
flores. Me decías que el jazmín iba a ser tu flor favorita para siempre. A vos te gusta ese
perfume.
Me gusta, grandecita, me gusta. Todavía estoy aquí.
Bueno, es éste. Te traje los jazmines de nuestro jardín -y te muevo los jazmines delante de la
nariz.
Seguimos con el olfato. Entrás a casa y hay guiso de fideos para comer. Hice el guiso que más te
gusta -y ahora lo que remuevo es el envase abierto que tiene los fideos y la carne y el tomate y
la cebolla.
35
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Pero basta de nariz. Siempre te encanto ponerte el plumero en la cara. Nunca supe qué le
encontrabas de lindo pero cada vez que yo lo ocupaba para quitar el polvo, en cuanto me
descuidaba te lo llevabas a la cara y yo te retaba. Pero ahora no te voy a retar, te voy a pasar
yo misma el plumero por tu piel. Sentilo, Edu, sentilo. Estas son las plumas. Sentilas, sentilas
todas.
-Si , están llenándome la cara.
Escucha: el tambor que te regalaron cuando cumpliste seis años y con el que nos volviste locos por
una semana porque no había forma de que te lo quitaras ni de que lo dejaras de tocar; y hasta que
te olvidaste de él fue bastante difícil tener un ratito de silencio y la casa parecía un regimiento
preparándose para el combate todo el tiempo.
El agua golpeando sobre nuestro techo de chapa cuando llovía -y le digo a Lucía que abra la
canilla del baño y hago caer el agua con la manguera adentro de la olla-o Escuchá, Edu,
escuchá cómo cae. Sentí, olé, escuchá. Este es mi regalo, amor. Tus sensaciones que vuelven,
que no se fueron y vuelven.
Ya entendí, grandecita. Ahora dejame que quiero quedarme con estos recuerdos que me
trajiste. Muy lindo todo. Pero yo sigo sin poder probar el guiso. Y sigo sin poder ver los
jazmines.
Y para terminar, otro pedacito de la historia de Ulises, que se enfrentaba con tantos
problemas para volver a Ítaca. Resulta que navegando con sus amigos llegó hasta donde
estaban las sirenas. Todos ellos sabían, como buenos marinos, que si escuchaban su canto se
irían sin remedio hacia ellas y chocarían contra las rocas de los acantilados, que estaban llenos
de los esqueletos de otros hombres que habían caído en la trampa y se habían dejado
encantar por esas voces maravillosas. Pero Ulises quería escucharlas. Entonces ordenó que
todos los tripulantes del barco, pusieran cera en las orejas y que a él lo ataron al palo mayor,
para poder oír el canto sin peligro de ordenar a su tripulación que guiara el barco hacia los
acantilados. Así lo hicieron, pero la voz de las sirenas era dulcísima y contaba que ellas sabían
los secretos que pueden llevar a la felicidad de los hombres y también conocían el destino
que habían corrido en esos años todas las personas que Ulises amaba. Ulises hacía esfuerzos
terribles por zafarse y salir corriendo hacia ellas. Trató y trató pero no sirvió de nada porque
36
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

sus hombres sabían hacer ataduras muy duras y hasta alguno se paró y ató todavía más
fuertemente a su jefe. Él se lastimó las muñecas y las piernas y quedó agotado, pero fue el
único hombre que pudo oír la melodía de las sirenas y contar luego lo que se sentía al
escucharlas.
Es de noche, amor. Ya son más de las doce, así que tu cumpleaños legalmente terminó. Espero
que te haya gustado mi regalo. Lo pensé mucho, te lo aseguro. Ojalá haya acertado. ¿Sabés
qué acabó de decidirme? ¿Te acordás cuando leímos El señor de los anillos, que Gandalf le
dice a Frodo, una vez que se quedan hablando solos, que lo que tienen que hacer los hombres
es lo mejor que puedan en el tiempo que les toca vivir? Bueno, eso quise hacer. Sentí que nos
había tocado este tiempo oscuro, cielo, y que si no podíamos hacer lo que queríamos al menos
teníamos que intentar hacer lo más lindo que se nos ocurriera en estos días que llevamos
aquí. No sé... me gustaría no haberme equivocado.
Yo tampoco sé, mamá. Creo que los dos estamos haciendo lo que podemos. A mí también me
hubiera gustado más la pelota pero tenés razón, ¿de qué me hubiera servido ahora? Estuvo
lindo tu regalo. Lo que más me gustó fue el secador de pelo.

Eso del viento en la cara estuvo bueno.


Ah, Y la historia de Ulises y las sirenas también estuvo buena.
¿Qué te estarás diciendo, Edu? Me pone loca no poder escucharte.
¡Que la historia estuvo bien pero que lo que más me gustó fue eso del secador de pelo, del
viento en la cara! ¿Qué tenés en las orejas? ¿Un elefante muerto?
Seguro que te estás preguntando por papi.
No, te grité que el que estaba muerto era el elefante, no mi papá. Pero si querés, dale, seguí.
Nunca habíamos hablado de... de eso.
El otro día, mientras te preparaba las cosas para tu cumple, se me ocurrió que nunca hablamos
de la muerte de papi. Debe ser porque yo no quería darme por enterada de que había perdido
a mi amor grande y que encima mi amor chiquito (porque en esa época sí eras chiquito) iba
a... tener que pelear... para... Pero estuve tonta. Tendría que haberte sentado en un sillón
para que me dijeras todo lo que sentías.

37
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Ya te lo dije hace bastante, pero no me escuchás lo que pienso... lo mismo que hacía yo antes,
y vos me retabas porque no te daba bolilla. Pero igual te lo vaya repetir. Cuando pasó lo de
papá me sentí más, eh, frágil. Ahora también me siento más frágil. Mirá vos, vengo a descubrir
ahora que un papá sirve para ser más fuerte. Yo pensaba que jugar con él a la pelota era jugar
a la pelota y listo. A otra cosa. No sabía que era una especie de cemento. Bah, en esos días yo
no pensaba en eso ni en nada. Lo único que me preocupaba era que no me metiera goles,
sobre todo esos tiros despacito, cerca del palo, que eran los que me daban más rabia. y él me
los acomodaba lo más lento posible para que me diera en serio mucha más bronca. Era bueno
en eso el viejo. Yo qué sé. Era bueno. Hasta que se durmió. Y ahora yo que no me despierto
por más fuerza que haga. Tengo miedo de que me pase lo mismo.
Debés tener un miedo bárbaro de que todo esto termine igual que aquello. Pero ya te dije que
no, Edu. Ahora sé que tengo que traerte de vuelta. Y, sobre todo, vos sabés que tenés que volver
a casa.
Sí, ya sé que tengo que volver, grandecita. El problema es que no sé cómo. Me pasa lo mismo que
a Ulises. Mirá qué hago fuerza para abrir los ojos, eh. Y no hay caso. No se quieren abrir por nada.
Me la paso tirándolos para arriba y siguen más cerrados que no sé qué. Bueno, ahora estoy
cansado, ma. No sé de qué pero estoy cansado. Así que voy a dormirme dormirme. Ya me pudrí
de estar dormido despierto.
Bueno, Edu. Ya es tarde y la verdad no doy más. Mañana cuando vuelva del trabajo la seguimos.
Hasta mañana, chiquito.
Hasta mañana, grandecita.
Hace tres semanas que fue el cumple de Edu y él sigue igual y yo sigo igual y el mundo sigue igual.
Estoy aquí en la oficina, arreglando papeles que no me interesan para mandarles cosas que no
me interesan a gente que no me interesa. Lo único que de verdad me importa sigue dormido en
una cama de hospital. Y ahora encima suena el teléfono y es una voz horrible que me dice no sé
qué de complicaciones y de dificultades y que mejor vaya y yo ya no escucho más y manoteo la
cartera como puedo y salgo corriendo y todos me miran y lo que me importa que me miren pero
corriendo llego al tren porque es más rápido que un taxi y corriendo lo tomo y corriendo voy
llorando en el viaje y pidiendo que otra vez no, que no con mi sueñito dormido. Y bajo del tren y
38
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

corro hasta el hospital y subo las escaleras y ahora no me dejan entrar porque te están haciendo
no sé qué cosa y yo me quedo afuera con una puerta cerrada y mis ganas de prenderle fuego al
universo.
El Melas es una suma de minihemorragias -me dice Fabián-. Yo ya te avisé que de ese tema se
podía despertar o no. Eso sigue igual. Pero como el cerebro no está trabajando a pleno, las demás
funciones del cuerpo también se ven dificultadas. Ahora tuvimos una complicación respiratoria.
Para que entiendas, tuvimos que hacer una limpieza de los pulmones de Eduardo. Parece que lo
peor ya pasó. Pero no te puedo asegurar que no se vuelvan a repetir cosas así. Podés pasar a
vedo pero hoy solamente un ratito. Ah, y no te quedes a dormir, al menos por esta noche. Ya
mañana, si todo sigue mejorando, hacés lo que tengas ganas.
Eso me dijo Fabián, amor. Que hubo un problema en tus pulmones, es como si se hubieran
ensuciado, pero que ya te los limpiaron y que a partir de mañana puedo hacer lo que quiera. Pero
eso es mentira y vos y yo sabemos que es mentira, porque si pudiera hacer lo que quisiera, te
llevaría conmigo a la plaza y aprendería a patear fuerte únicamente para molerte a pelotazos.
¿Cómo te decía papá? Ah, sí, para llenarte la canasta. Hace no sé cuánto que no hago lo que
quiero. Apenas hago lo que puedo y nunca me alcanza.
A mí tampoco, ma. También tengo ganas de hacer eso que decís, lo de la plaza, digo, y todo el
asunto, pero igual los que más me costaban no eran los fuertes sino los que me colocaba al lado
del palo, como pidiendo permiso. Pero no ahora, porque lo de la limpieza de mis pulmones me
dejó un desastre. Fue feo, ma. No sé, como cuando alguna ola del mar me revolcaba y empezaba
a tragar agua por todos lados y no sabía cómo salir, aunque el agua no me llegara a la cintura.
Bueno, algo así. Tenía ganas de llamarte, grandecita, pero ni mi voz de la cabeza me salía. ¿Así
que no te podés quedar a dormir aquí? Es una porquería porque esta noche voy a tener miedo.
Ahí está de nuevo, ma, ahí está otra vez el mar, otra vez se me viene toda el agua que me revuelca
y yo no sé cómo salir. Dame la mano, dame la mano y sacame.
Te veo moverte como no te vi nunca y sé que hay otra vez complicaciones, sé que otra vez hay
que limpiar tus pulmones y corro a avisar porque es lo único que puedo hacer porque yo no sé
de tu cuerpo más que lo que siempre supe por afuera y ahora me arrepiento de no haber
estudiado más en estos años todo lo que se hubiera publicado sobre lo que tenés, como aquel
39
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

papá de Estados Unidos que (descubrió la cura para su hijo sin ser médico ni nada y yo no descubrí
ni siquiera la forma de avisar más rápido.
Estoy afuera de tu pieza, chiquito. Ya terminaron de limpiarte por segunda vez y no me dejan
entrar pero hoy me quedo aquí en el pasillo y miro tu puerta cerrada. Mi mundo se hace cada
vez más estrecho. Hasta ayer era una pieza de tres por tres y ahora es apenas un pasillo y una
puerta cerrada. Estoy diciendo esto en voz alta porque quiero convencerme de que todo sigue
siendo posible y la gente pasa y me mira. Pero pienso en la vergüenza que te daría si me vieras y
me sonrío sola, y sé que te daría más vergüenza y me vuelvo a reír y así. Y como no quiero jugarte
sucio (digo, hacer cosas que sé que no te gustarían solamente porque no podés verlas), dejo de
hablar sola pero no de sonreír y sigo en mi nuevo mundo de pasillos y de puertas con muchos
amigos y muchos parientes que vinieron a verme para estar conmigo y yo tan sin vos.
Ya pasó una semana de la limpieza de tus pulmones, amor, así que podemos festejar que hoy se
cumplen siete días de tus pulmones limpiecitos. ¿O se dice "limpitos"? Bah, no importa. No
usemos tanto diminutivo que ya habíamos quedado en que vos no eras más chiquito sino
grandecito... Es decir, qué tonta que soy. Que vos no eras más chico sino grande.
Menos mal que te diste cuenta sola, grandecita. ¿Ves? Yo sí puedo seguir usándolos porque son
para mí solo y así sí vale. Así que una fiesta. Y qué vendría a ser; ¿un cumplepulmón?, ¿un
pulmeaños feliz? ¿Ya pusiste las guirnaldas? Ya no quiero más festejos acostados, mami. Quiero
pararme.
Aunque ya debés estar hasta el pelo de mis festejos idiotas.
No, grandecita, no son idiotas. Guau, en serio que a veces me parece que me escuchás. Lo que
pasa es que no sé qué hacer para despertarme y eso me pone triste. Pero no me hagas caso. Si
querés festejar que estoy limpito o limpiecito o como se diga, lo hacemos y está todo bien, ¿eh?
Con tanto lío que se vino en los últimos días nos olvidamos de seguir dándole bolilla a los caminos
de tu regreso. ¿Cómo va ese tema, Edu?
No sé, ma. Creo que no va. Yo me siento siempre igual. No entiendo qué querés decir con eso de
que tengo que trabajar para el regreso, si desde que me quedé dormido no hago más que empujar
para arriba los párpados, para afuera los dedos y lo único que consigo es cansarme la cabeza.

40
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Supongo que muchas veces te preguntarás cómo se vuelve, qué podés hacer para despertarte.
Nada, amor. Es decir, nada distinto de lo que estás haciendo. Escucharme. Saber que estoy aquí.
Mientras me escuches es que estás volviendo. Se empieza a volver por las orejas. Las orejas son
las primeras que vuelven. Tus orejas. Como el día de tu cumple, ¿te acordás? Primero aparecen
las orejas, después la nariz, después la piel, y al final van a llegar los ojos y la boca. Eso es lo más
difícil, lo que lleva más tiempo. Lo que no tenés que hacer es perder la paciencia. Volver de la
panadería vuelve cualquier pelagatos. Volver de un sueño como este es bastante más complicado
Sí, el tema es que a la panadería yo ni siquiera puedo ir. Bueno, ahora dejame que estoy cansado.
Tanto ir y venir hace mal. Mañana sigo caminando.
Hoy le voy a contar sobre las vacas del Sol. Eso le va a gustar, Mientras voy en el tren releo la
historia porque mi Homero me quedó un poco lejos y ya no me acuerdo tanto todo lo que pasa...
Hola, amor, ya llegué. Vine todo el viaje desde el trabajo pensando en lo que te iba a contar y
después de mucho meditar llegué a una conclusión llena de sabiduría. Hoy te preparé la terrible
historia de las vacas del Sol.
Uy, grandecita. Muy prometedor tu cuento esta vez... no, muy sabio en serio. Me imagino la
espantosa lucha de Ulises contra la peligrosísima vaca. No, es que de verdad hay cada ternera
que mete un miedo que mejor ni te digo.
No te lo conté, bueno, no te lo conté porque hay varias cosas de la vida de Ulises que todavía nos
falta conocer, pero resulta que una vez llegó a una isla que estaba habitada por una hechicera
muy poderosa llamada Circe, que además de ser muy poderosa era enormemente bella.
Ya sé. Y se mandaba sus buenos asaditos con las vacas esas del Sol. Horripilante.

Bueno, los compañeros de Ulises llegaron hasta el palacio de Circe, ella los hizo pasar como si
fuera la mejor anfitriona del mundo y una vez que estuvieron adentro, pum, los convirtió en
chanchos. Pero uno de ellos, Euríloco, pudo escapar y corrió a avisarle a Ulises. Nuestro hombre
volvió y, con la ayuda de un dios, consiguió rescatar a sus amigos, hacer que Circe los volviera a
su forma humana y hasta logró que ella se enamorara de él. Estuvieron un año en el palacio de
Circe comiendo y pasándola bárbaro hasta que decidieron partir para tratar de llegar al fin a Ítaca.
Pero antes de irse, la hechicera les previno que por nada del mundo se detuvieran en la isla donde

41
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

estaban las vacas del Sol y sobre todo que, si las veían, no les hicieran nada. Ya te imaginarás lo
que pasó.
Sí, me imaginaré, pero igual preferiré que me lo contarás. O sea, me gustará que me lo contarás
vos. Llegaron a la isla. Ulises se quedó dormido y sus compañeros no pudieron aguantarse el
hambre. Hicieron todo lo posible pero algunos de ellos dijeron que preferían morir aplastados
por los dioses que de hambre, que era la peor de las muertes y la más indigna para un guerrero.
Se ve que varios estaban bastante cansados de Ulises porque los metía en un problema detrás
de otro. Así que aprovecharon que el jefe no estaba y pusieron manos a la obra. Mataron varias
vacas y se las comieron. Como las vacas pertenecían a Apolo, el dios del Sol, cuando este se
enteró le pidió a Zeus que castigara a los asesinos. Zeus estuvo de acuerdo con su hijo en que los
culpables debían ser castigados y, lleno de furia, mandó un terrible rayo contra el barco, lo hundió
y mató a todos los tripulantes menos a Ulises, que logró flotar sobre uno de los mástiles hasta
una isla. ¿Qué tal? Una buena historia, ¿no?
Sobre todo porque Ulises sale vivo. Aunque ahora voy a pensarlo dos veces cada vez que me
prepares una hamburguesa. Pero no, en serio. Estuvo bueno. La verdad que esa historia de las
vacas no prometía demasiado y al final creo que fue la mejor. Y Ulises se salva, no nos olvidemos
de eso.
Bueno; vaya buscar más historias de Ulises a ver con cuál seguimos. Ahora volvamos un poco a
nuestra propia aventura que está bastante buena para escribirla, no te vayas a creer. Estuve
pensando en lo de tus pulmones del otro día, cuando hubo que limpiártelos, y en que te habrás
quedado pensando sobre lo que se puede hacer para que no te vuelva a pasar.
No, la verdad que no, ma. No lo pensé para nada. Me pareció que si había pasado dos veces era
porque podía pasar tres. Yo qué sé, grandecita, no te puedo decir las cosas que se me ocurren o
las que no se me ocurren porque no te puedo decir. Pero a ver, contame vos. Te estás haciendo
una experta en hacer de Eduardo. Ya no sé si me escuchás o te estás volviendo de yo.
Y como ya te dije mil veces que no te vaya mentir nunca, en esto tampoco lo voy a hacer. No se
puede hacer mucho. O sí, estar atento, para que si vuelve a pasar te limpiemos otra vez, y así
hasta que te despiertes. En fin, que al final vas a ser el tipo con los pulmones más limpios del
mundo. Bueno, amor, ahora me voy a casa que mañana tengo que hacer varias cosas temprano.
42
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

En cuanto salgo del trabajo vengo y me quedo, ¿eh? Esperame que ya sabés que odio que me
dejen plantada. Chau. Graciosita.
Siguen pasando los días y cada vez tengo menos recuerdos de cómo era todo antes del sueño.
Creo que ya me había empezado a acostumbrar a la ausencia de mi amor grande, aunque no
podría asegurarlo... En una de esas lo digo ahora porque desde que empezó el sueño de Eduardo
hasta esa memoria se me hizo borrosa. No es que se me haya quitado del alma ni nada por el
estilo pero se me puso en suspenso, en una parte del corazón que ya no uso. Tal vez cuando
pueda dejar mi tarea de guía pueda volver a tener un corazón sin desvanes para guardar los
cachivaches más amados del pasado. Es que me volví toda presente, toda hoy. Una gran ahora
que camina. ¿Qué pensará mi chiquito de esta madre en polvo, esta madre instantánea que le
cayó de golpe?
¿Cómo vivía yo antes de quedarme dormido, antes del mar revolcándome en esta playa de
hospital con pulmones sucios y pulmones limpitos, antes de estas charlas de mamá entre ella y
ella-yo, entre yo-ella y ella? ¿Cómo era mi vida sin el cablerio? Cuando despertarme no era una
obligación ni el final de ningún viaje que no entiendo ni nada, sino abrir los ojos para ir a la escuela
o para ser sábado o martes o partido o prueba de Historia o Camila, y no enfermera con cara de
Camila sino Camila de verdad? Ya no quiero más Ulises de los griegos, ni peleas contra gigantes
estúpidos que se tragan eso de que un tipo se puede llamar Nadie, ni Ulises que tienen que atarse
para no ir a estrellarse contra las rocas porque unas tipas con cola de pescado los llaman, ni dioses
que hagan bolsa los barcos porque unos marineros con hambre se hicieron un asado con sus vacas
de cuarta. Ya no quiero más los viajes de Ulises.
Otra vez mi llegada. ¿Cuántas veces llegué ya? ¿Cómo diría Homero? Ah, sí. ¡Ea, mortales, yo,
Mónica, la de relucientes tobillos, volveré al sitio de mi juramento tantas veces como lo disponga
el padre Zeus, que amontona las nubes, así mi destino le sea ingrato a los inmortales todos que
habitan el vasto Olimpo! No sería una mala frase para 1a Odisea. Tiene que ver con Ulises y
además es verdad, aunque mis tobillos ya no sean tan relucientes.
Buen día, Edu. Hablé con Fabián para preguntarle si é1 me podía decir cuándo podía pasar algo
que apurara tu regreso, y me contó que hay algunas cosas adentro tuyo que le parece que van
mejor. Me dijo que eso es bueno, pero que tampoco me puede asegurar nada. En realidad, ya
43
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

sabía su respuesta, pero ¿sabés? A veces me pasa lo que te digo siempre que no te tiene que
pasar a vos: perder 1a paciencia. Tengo tantas ganas de tenerte entero que me cuesta aceptar
que por ahora tengo solamente tu sueño.
Acordate de lo que le dijo Gandalf a Frodo, mami. Lo que tenemos que hacer es lo mejor que
podemos en el tiempo que nos toca. ¿Ya te olvidaste, grandecita? Vos me lo leías y me lo dijiste
varias veces en este tiempo. Y después está Ulises, el que oyó a las sirenas, el que con el gigante
de un solo ojo se hizo pasar por Nadie. Es como yo. Nadie está dormido. Nadie quiere volver.
Nadie es Eduardo. Tengo que dejar de ser Nadie. Eso es lo mejor que puedo hacer en el tiempo
que me toca. Dejar de ser nadie. Dejar de ser nadie. Creo que ahora entiendo. Creo que estoy
empezando entender.
Bueno, ya que tenemos un ratito los dos solos, volvamos a nuestra historia de Ulises. Otra cosa
que no te conté, y qué le pasó al pobre hombre antes del asunto de las vacas del sol, fue el
encuentro con dos monstruos terribles que tenían su morada acerca de los límites del mar. Uno
de esos monstruos era Escila, la aulladora, una bestia con doce patas (que en realidad eran doce
muñones) y seis cuellos largos, que podían llegar hasta las mismísimas cubiertas de los barcos. El
otro monstruo que encima vivía enfrente de Escila, se llamaba Caribdis y chupaba el agua del mar
y después la vomitaba. Y claro, si en el agua que se tragaba había un barco, chau barco y chau la
gente que estuviera arriba. Caribdis era la muerte segura para todos, y Escila para seis, porque
solamente podía llevarse a un hombre en cada uno de sus cuellos. Ulises eligió pasar más cerca
de ella y ocurrió lo que tenía que ocurrir: perdió a seis de sus compañeros.
Fuera los monstruos. Pasemos rápido y perdamos lo menos que se pueda. No, si ya voy a agarrar
tu paso, grandecita. Escila y Caribdis, al canasto de la ropa sucia. Que mis amigos no están para
hacer el almuerzo en ningún bicharraco, por más bocas que tenga.
Tengo que terminar, amor, porque al final después de polifemo, y de Circe, y de Escila, y de
Caribdis, y de Apolo y sus vacas y de toda la historia, Ulises llega finalmente a Ítaca y ahora voy a
hacer un silencio para darte tiempo que me preguntes, a que te preguntes, o sea a que te/me
preguntes.
Sí ya te entendí, grandecita. Te/me tengo que preguntar qué pasó cuando el bendito Ulises llegó
a la bendita Ítaca. Espero que le haya ido bien, porque si no, tanto lío para nada.
44
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Supongo que como corresponde a un chico inteligente querrás saber qué pasó con Ulises cuando
llegó a su reino. Su esposa ya no tenía más excusas para retrasar la elección de su marido y futuro
rey de Ítaca. El truco de la manta ya había sido descubierto y debía elegir entre los pretendientes
que, de paso, estaban comiendo y tomando a costa de Penélope sin que ella pudiera hacer nada
para evitarlo. Ulises apareció disfrazado de mendigo, se aguantó la burla de los pretendientes y
cuando llegó el momento tomó su viejo arco, uno que sólo él podía tensar, agarró varias flechas
y no dejó títere con cabeza. Así volvió a ser el rey de su tierra y recuperó a su esposa y a su hijo.
Lindo, ma. Yo que sé. Lindo. Pero yo sigo dormido.
Ahora estoy sola en la hora del almuerzo en el trabajo, pero no fui a ningún restaurante ni bar
ni nada. Me vine hasta la plaza que queda cerca de la oficina a sentarme debajo de estos árboles
que son tan enormes que necesitan de unos palos gordísimos para sostener sus ramas más
grandes. Y vuelvo a pensar en Ulises, cuando por fin pudo volver a su isla, a Ítaca, y a Penélope
y a su hijo. ¿Cómo se llamaba el muchacho? Ah sí, Telémaco. Y cuando pudo volver a tener a
Telémaco entre sus brazos. ¿Qué habrá sentido? Es tan difícil volver a Ítaca si en el camino hay
sirenas, cíclopes, brujas y naufragios. Y cuando finalmente se llega ¿Qué pasará por la cabeza?
¿Qué estará pensando por la cabecita de mi chiquito querido? Ufa, otra vez los diminutivos.
Bah, ahora estoy sola me puedo permitir ciertas cosas mi chiquito amadito, eh mi dormidito
loquito? Pero algo está pasando también adentro mío. Nunca hablé así. Nunca me permití
hablarme así. Así, digo, con tanta seguridad que Ítaca está cerca, de que Telémaco está cerca,
de que la manta de Penélope y el tejido interminable sirvieron para que el rey vuelva a su reino.
Tengo que ir al hospital. Hay un rey que quiere su isla.
¡Tengo que volver! No hay trabajos a la tarde. Tengo un rey que quiere su isla. No hay ni siquiera
tarde a la tarde. ¡Hay solamente un rey que quiere su isla- y voy gritando como loca porque ahora
sé que lo que me pasa es que no entiendo cómo ni por qué descubrí que él quiere su isla y va a
tener su isla. Con sus ojos abiertos la va a tener y con dedos enteros la va a tener, con su boca
hablando.
¡Ítaca, amor, allá está Ítaca, amor!- y todos me miran con pena por esa mujer tan joven y tan loca
pero, es que no saben de todos mis tejidos con sus lanas. De todas mis noches tejiendo,
esperando, y ahora de golpe sé que Ítaca está tan cerca, tan a la mano.
45
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Ya no sé de párpados. Pero este de la derecha está más livianito


Y en el tren me voy riendo sola y voy llorando sola porque, gracias, isla mía, y alguien me alcanza
un pañuelo y, gracias, pañuelo ajeno ¿Y cómo lo sé? No lo sé cómo lo sé, pero sé que lo sé.
¡Tierra a la vista! Sí, amor, es Ítaca. Es tu isla, majestad.
Yo no sé mucho de dedos, pero este dedo gordo del pie se movió. Poquito pero se movió.
Yo estaba segura que encontraría el camino- le digo a mi vecino de asiento que me mira raro
porque no entiende nada de lo que le digo, pero igual le sigo contando que nada de cíclopes, ni
sirenas, ni brujas hermosas, ni monstruos aulladores de seis cuellos, sino solo el camino. Un
camino y una isla. Una Ítaca que espera y una mujer que ha tejido.
Ahora sí que se movió. Ahora seguro. Ese dedo gordo se movió. No, el dedo solo no, ese pié entero
se movió ¿Y la pierna? ¿A ver la pierna?
Ahora voy tranquila por la calle que llega al hospital. Hoy todos los caminos son para llegar, todos
los senderos van a una sola cama. No necesito apurarme. LA puerta va a estar abierta. Está.
Sí, la pierna también. ¿Y el párpado? También.
El ascensor va a estar en planta baja. Está.
Y de golpe todo este movimiento a mi alrededor que es como en las películas, pero ahora puedo
verlo y esa rubiecita chiquita debe ser Lucía: y sí, era linda en serio pero sin la cara de Camila; y
allí está Fabián con cara de querer hablarme y me habla; y supongo que tengo que contestarle y
le digo “hola”, y pucha, qué pedazo de sonrisa por un “hola” así nomás.
Fabián va a estar en la puerta del cuarto con una sonrisa de oreja a oreja. Está Fabián. Está la
sonrisa. Y yo lo abrazo fuerte porque fue buen libretista. Y entro a ver como es Ítaca. Y él está
sentado en la cama, con pijama nuevo. Y no tiene tubos. Y está solo él mirándome, y yo me
recuesto contra la puerta y lo miro largo, largo y apenas me sale una nada de voz, un como
perdón de mi voz de siempre, y puedo decirle
¡Hola Ulises!
¡Hola mami!- me dice
Y entonces sí. Entonces puedo dejar que me venga todo el llanto de golpe, todo, todo, todo junto,
y me empiezo a resbalar por la puerta hacia el piso, hasta quedarme sentada con toda el agua

46
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

que me cae como desde diez meses me cae, como desde un chiquito dormido me cae, y ya no
me importa nada, ahora de verdad solamente quiero que me digan para siempre que el tejido
está terminado y que Ulises ha vuelto.

LA ODISEA (Fragmentos) HOMERO

“No hay cosa más dulce que la patria y los padres, aunque se habite en una casa opulenta, pero
lejana, en un país extraño, alejado de aquellos. Pero voy a contarte mi vuelta, llena de trabajos, la cual
me ordenó Zeus desde que salí de Troya”

CANTO I

Háblame, Musa, de aquel varón de multiforme ingenio que,


después de destruir la sacra ciudad de Troya, anduvo
peregrinando larguísimo tiempo, vio las poblaciones y conoció las
costumbres de muchos hombres y padeció en su ánimo gran
número de trabajos en su navegación por el Ponto, en cuanto
procuraba salvar su vida y la vuelta de sus compañeros a la patria. Mas ni aun así pudo
librarlos, como deseaba, y todos perecieron por sus propias locuras. ¡Insensatos!
Comiéronse las vacas de Helios, hijo de Hiperión; el cual no permitió que les llegara el
día del regreso. ¡Oh diosa, hija de Zeus!, cuéntanos aunque no sea más que una parte de
tales cosas...

Canto V: “La balsa de Odiseo”

La Aurora se levantaba del lecho, dejando al ilustre Titón, para llevar la luz a los inmortales y
a los mortales, cuando los dioses se reunieron en junta, sin que faltara Zeus altitonante cuyo poder
es grandísimo. Y Atenea, trayendo a la memoria los muchos infortunios de Odiseo, los refirió a las
deidades; interesándose por el héroe, que se hallaba entonces en el palacio de la ninfa. ATENEA: -
¡Padre Zeus, bienaventurados y sempiternos dioses! Ningún rey, que empeñe cetro, sea benigno, ni
blando, ni suave, ni emplee el entendimiento en cosas justas; antes, por el contrario, proceda siempre
47
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

con crueldad y lleve al cabo acciones nefandas; ya que nadie se acuerda del divino Odiseo, entre los
ciudadanos sobre los cuales remaba con blandura de padre. Hállase en una isla atormentado por
fuertes pesares: en el palacio de la ninfa Calipso, que le detiene por fuerza; y no le es posible llegar a
su patria porque le faltan naves provistas de remos y compañeros que le conduzcan por el ancho
dorso del mar. Y ahora quieren matarle el hijo amado así que torne a su casa, pues ha ido a la
sagrada Pilos y a la divina Lacedemonia en busca de noticias de su padre. Respondióle Zeus, que
amontona las nubes:

ZEUS: –¡Hija mía! ¡Qué palabras se te escaparon del cerco de los dientes! ¿No formaste tú misma ese
proyecto: que Odiseo, al tornar a su tierra, se vengaría de aquellos? Pues acompaña con discreción
a Telémaco, ya que puedes hacerlo, a fin de que se restituya incólume a su patria y los pretendientes
que están en la nave tengan que volverse. Dijo; y dirigiéndose a Hermes, su hijo amado, hablóle de
esta suerte:

ZEUS: –¡Hermes! Ya que en lo demás eres tú el mensajero, ve a decir a la ninfa de hermosas trenzas
nuestra firme resolución –que el paciente Odiseo torne a su patria– para que el héroe emprenda el
regreso sin ir acompañado ni por los dioses ni por los mortales hombres: navegando en una balsa
hecha con gran números de ataduras, llegará en veinte días y padeciendo trabajos fértil Esqueria, a
la tierra de los feacios, que por su linaje son cercanos a los dioses; y ellos le honrarán cordialmente
como a una deidad, y le enviarán en un bajel a su patria tierra, después de regalarle bronce, oro en
abundancia, vestidos, y tantas cosas como jamás sacara de Troya si llegase indemne y habiendo
obtenido la parte de botín que le correspondiese. Dispuesto está por la Parca que Odiseo vea a sus
amigos y llegue a su casa del alto techo y a su patria. Así dijo. El mensajero Argifontes no fue
desobediente; al punto ató a sus pies los divinos talares dorados, que le llevaban sobre el mar y sobre
la tierra inmensa con la rapidez del viento, y tomó la vara con la cual adormece los ojos de los
hombres que quiere o despierta a los que duermen. Teniéndola con las manos, el poderoso Argifontes
emprendió el vuelo y, al llegar a la Pieria, bajó del éter al ponto y comenzó a volar rápidamente
sobre las olas, como gaviota que, pescando peces en los grandes senos del mar estéril, moja en el
agua sus tupidas alas: tal parecía Hermes mientras volaba por encima del gran oleaje.

Cuando hubo arribado a aquella isla tan lejana, salió del violáceo ponto, saltó en tierra,
prosiguió su camino hacia la vasta gruta donde moraba la ninfa de hermosas trenzas, y hallola
dentro. Ardía en el hogar un gran fuego, y el olor del hendible cedro y de la tuya, que en él se
quemaban, difundíase por las islas hasta muy lejos; mientras ella, cantando con voz hermosa, tejía
en el interior con lanzadera de oro. Rodeando la gruta, había crecido una verde selva de chopos,
álamos y cipreses olorosos donde anidaban aves de luengas alas; búhos, gavilanes y cornejas marinas,
48
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

de ancha lengua, que se ocupaban en cosas del mar. Allí mismo, junto a la honda cueva, extendíase
una viña floreciente, cargada de uvas; y cuatro fuentes manaban muy cerca la una de la otra,
dejando correr en varias direcciones sus aguas cristalinas. Veíanse en contorno verdes y amenos
prados de violetas y apio; y, al llegar allí, hasta un inmortal se hubiese admirado, sintiendo que se le
alegraba el corazón. Detúvose el Argifontes a contemplar aquello; y después de admirarlo, penetró
en la ancha gruta, y fue conocido por Calipso, la divina entre las diosas, desde que a ella se presentó;
que los dioses inmortales se reconocen mutuamente aunque vivan apartados; pero no halló al
magnánimo Odiseo, que estaba llorando en la ribera, donde tantas veces, consumiendo su ánimo
con lágrimas, suspiros y dolores, fijaba los ojos en el ponto estéril y derramaba copioso llanto.

Y Calipso, la divina entre las diosas, hizo sentar a Hermes en espléndido sitial y preguntole de
es-ta suerte:

CALIPSO: –¿Por qué, oh Hermes, el de la áurea vara, venerable y caro, vienes a mi morada? Antes
no solías frecuentarla. Di qué deseas, pues mi ánimo me impulsa a ejecutarlo si de mí depende y es
ello posible. Pero sígueme, a fin de que te ofrezca los dones de la hospitalidad. Habiendo hablado
de semejante modo, la diosa púsole delante una mesa, que había colmado de amborsía y mezcló el
rojo néctar. Allí bebió y comió el mensajero Argifontes. Y cuando hubo cenado y repuso su ánimo
con la comida, respondió a Calipso con estas palabras:

HERMES: –Me preguntas, oh diosa, a mí, que soy dios, por qué he venido. Voy a decírtelo con
sinceridad, ya que así lo mandas. Zeus me ordenó que viniese, sin que yo lo deseara: ¿quién pasaría
de buen grado tanta agua salada que ni decirse puede, mayormente no habiendo por ahí ninguna
ciudad en que los mortales hagan sacrificios a los dioses y les inmolen selectas hecatombes? Mas no le
es posible a ningún dios ni transgredir ni dejar sin efecto la voluntad de Zeus, que lleva la égida. Dice
que están contigo un varón, que es el más infortunado de cuantos combatieron alrededor de la
ciudad de Príamo durante nueve años y, en el décimo, habiéndola destruido, tornaron a sus casas;
peor en la vuelta ofendieron a Atenea, y la diosa hizo que se levantara un viento desfavorable e
hinchadas olas. En estas hallaron la muerte sus esforzados compañeros; y a él trajéronlo acá el viento
y el oleaje. Y Zeus te manda que a tal varón le permitas que se vaya cuanto antes; porque no es su
destino morir lejos de los suyos, sino que la Parca tiene dispuesto que los vuelva a ver, llegando a su
casa de elevada techumbre y a su patria tierra. Así dijo. Estremecióse Calipso, la divina entre las
diosas, y respondió con estas aladas palabras:

CALIPSO: –Sois, oh dioses, malignos y celosos como nadie, pues sentís envidia de las diosas que no se
recatan de dormir con el hombre a quien han tomado por esposo. Así, cuando la Aurora de rosáceos

49
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

dedos arrebató a Orión le tuvisteis envidia vosotros los dioses, que vivís sin cuidado, hasta que la
casta Artemis, la de trono de oro, lo mató en Ortigia alcanzándole con sus dulces flechas. Asimismo
cundo Demeter, la de hermosas trenzas, cediendo a los impulsos de su corazón juntóse en amor y
cama con Yasión en una tierra noval labrada tres veces, Zeus que no tardó en saberlo, mató al héroe
hiriéndole con el ardiente rayo. Y así también me tenéis envidia, oh dioses, porque está conmigo un
hombre mortal, a quien salvé cuando bogaba solo y montado en una quilla, después que Zeus le
hendió la nave, en medio del vinoso ponto, arrojando contra la misma el ardiente rayo. Allí acabaron
la vida sus fuertes compañeros; mas a él trajéronlo acá el viento y el oleaje. Y le acogí
amigablemente, le mantuve y díjele a menudo que le haría inmortal y libre de la vejez por siempre
jamás. Pero, ya que no le es posible a ningún dios ni transgredir ni dejar sin efecto la voluntad de
Zeus, que lleva la égida, váyase aquél por el mar estéril, si ese le incita y se lo manda; que yo no le
he de enviar, pues no dispongo de naves provistas de remos, ni puedo darle compañeros que le
conduzcan por el ancho dorso del mar; aunque le aconsejaré de muy buena voluntad, sin ocultarle
nada, para que llegue sano y salvo a su patria tierra.

Replicole el mensajero Argifontes:

HERMES: –Despídele pronto y teme la cólera de Zeus, no sea que este dios, irritándose, se ensañe
contra ti en lo sucesivo. Y oído el mensaje de Zeus, fue a buscar al magnánimo Odiseo, y díjole de
esta suerte la divina entre las diosas:

CALIPSO: –¡Desdichado! No llores más ni consumas tu vida pues de muy buen grado dejaré que
partas. ¡Ea! Corta maderos grandes: y, ensamblándolos con el bronce, forma una extensa balsa y
cúbrela con pido de tablas, para que te lleve por el oscuro ponto. Yo pondré en ella pan, agua y el
rojo vino, regocijador del ánimo, que te librarán de padecer hambre; te daré vestidos y te mandaré
próspero viento, a fin de que llegues sano y salvo a tu patria tierra si lo quieren los dioses que habitan
el anchuroso cielo; los cuales me aventajan, así en trazar designios como en llevarlos a término. Así
dijo. Estremecióse el paciente divinal Odiseo y respondió con estas aladas palabras:

ODISEO: –Algo revuelves en tu pensamiento, ¡oh diosa!, y no por cierto mi partida, al ordenarme
cruzar en una balsa el gran abismo del mar, tan terrible y peligroso que no lo pasarán fácilmente
naves de buenas proporciones y veleras, animadas por un viento favorable que les enviara Zeus. Yo
no subiría en una balsa, mal de tu grado, si no te resolvieras a prestar firme juramento de que no
maquinarás causarme ningún otro pernicioso daño. Así habló. Sonrose Calipso, la divina entre las
diosas: y acariciándole con la mano, le dijo estas palabras:

50
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

CALIPSO: –Eres en verdad injusto, aunque no sueles pensar cosas livianas, cuando tales palabras te
has atrevido a proferir. Sépalo ahora la Tierra y desde arriba el anchuroso Cielo y el agua corriente
de la Estix, que es el juramento mayor y más terrible para los bienaventurados dioses: no maquinaré
contra ti ningún pernicioso daño, y pienso y he de aconsejarme cuanto para mí misma discurriera si
en tan grande necesidad me viese. Mi intención es juta, y en mi pecho no se encierra un ánimo férreo
sino compasivo.

Cuando así hubo hablado, la divina entre las diosas echó a andar aceleradamente y Odiseo
fue siguiendo las pisadas de la deidad. Llegaron a la profunda cueva la diosa y el varón, este se
acomodó en la silla de donde se había levantado Hermes, y la ninfa sirviole toda clase de alimentos,
así comestibles como bebidas, de los que se mantienen los mortales hombres. Luego sentose ella
enfrente del divino Odiseo, y sirviéronle las criadas ambrosía y néctar. Cada uno echó mano a las
viandas que tenía delante; y, apenas se hubieron saciado de comer y de beber, Calipso, la divina
entre las diosas, rompió el silencio y dijo:

CALIPSO: –¡Laertíada del linaje de Zeus! ¡Odiseo fecundo en ardides! Así, pues, ¿deseas irte en
seguida a tu casa y a tu propia tierra? Sé, esto no obstante, dichoso. Pero si tu inteligencia conociese
los males que habrás de padecer fatalmente antes de llegar a tu tierra, te quedarías conmigo,
custodiando esta morada, y serías inmortal, aunque estés deseoso de ver a tu esposa, de la que
padeces soledad todos los días. Yo me jacto de no serle inferior ni en el cuerpo ni en el natural, que
no pueden las mortales competir con las diosas ni por su cuerpo ni por su belleza. Respondiole el
ingenioso Odiseo:

ODISEO: –¡No te enojes, venerada deidad! Conozco muy bien que la prudente Penélope te es inferior
en belleza y en estatura; siendo ella mortal y tú inmortal y exenta de la vejez. Sin embargo, deseo y
anhelo continuamente irme a mi casa y ver lucir el día de mi vuelta. Y si alguno de los dioses quisiera
aniquilarme en el vinoso ponto, lo sufriré con el ánimo que llena mi pecho y tan paciente es para los
dolores; pues he padecido mucho así en el mar como en la guerra, y venga este mal tras de los otros.
Así habló. Púsose el sol y sobrevino la oscuridad. Retiráronse entonces a lo más hondo de la profunda
cueva; y allí muy juntos, hallaron en el amor contentamiento. (…) Al cuarto día ya todo estaba
terminado, y al quinto despidióle de la isla la divina Calipso, después de lavarlo y vestirle perfumadas
vestiduras.

Entregole la diosa un pellejo de negro vino, otro grande de agua, un saco de provisiones y
muchos manjares gratos al ánimo; y mandole favorable plácido viento. Gozoso desplegó las velas el
divinal Odiseo y sentándose, comenzó a regir hábilmente la balsa con el timón, sin que el sueño

51
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

cayese en sus párpados, mientras contemplaba las Pléyades, el Bootes, que se pone muy tarde, y la
Osa, llamada el Carro por sobrenombre, la cual gira siempre en el mismo lugar, acecha a Orión y es
la única que no se baña en el Océano; pues habíale ordenado Calipso, la divina entre las diosas, que
tuviera la Osa a la mano izquierda durante la travesía. Diecisiete días navegó, atravesando el mar,
y al décimoctavo pudo ver los umbrosos montes del país de los feacios apareciéndosele en la parte
cercana, como un escudo en medio del sombrío ponto. El poderoso Poseidón, que sacude la tierra,
regresaba entonces al país de los etíopes y vio a Odiseo de lejos, desde los montes Solimos, pues se le
apareció navegando por el ponto. Encendióse en ira la deidad y, sacudiendo la cabeza, habló entre
sí de semejante modo:

POSEIDÓN: –¡Oh dioses! Sin duda cambiaron las deidades sus propósitos en orden a Odiseo, mientras
yo me hallaba entre los etíopes. Ya está junto a la tierra de los feacios, donde el hado dispone que
se libere del cúmulo de desgracias que le han alcanzado. Creo, no obstante, que aún habrán de
cargar sobre él no pocos males. Dijo; y echando mano al tridente congregó las nubes y turbó el mar;
suscitó grandes torbellinos de toda clase de vientos; cubrió de nubes la tierra y el ponto, y la noche
cayó del cielo. Soplaron a la vez el euro, el noto, el impetuoso céfiro y el bóreas que, nacido en el
éter, levanta grandes olas. Entonces desfallecieron las rodillas y el corazón de Odiseo; y el héroe,
gimiendo, a su magnánimo espíritu así la habló:

ODISEO: –¡Ay de mí, desdichado! ¿Qué es lo que al fin me va a suceder? (….)

52
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Edipo rey
El teatro en la Antigüedad
Desde sus orígenes hasta el presente, el género dramático se fue modificando junto con
los cambios de la humanidad. Sin embargo, algunos de sus rasgos principales persisten en las
obras actuales.
Los documentos más antiguos que se conservan sobre el género dramático en Occidente
corresponden a la Antigüedad clásica. Más precisamente, se originaron en Grecia alrededor del
siglo VI a. C. En la vida de la polis, el teatro estaba destinado a las representaciones que se
realizaban durante los festejos en honor a los dioses. Las más importantes eran las fiestas en
honor a Dioniso, en cuyos festivales los autores presentaban sus obras. A estas celebraciones
asistían los ciudadanos y eran motivo, no sólo de entretenimiento, sino también de formación
del espíritu helénico. Es decir, tenían la finalidad de inculcar en la población los valores éticos
correspondientes a la época.

Características del teatro clásico


Las obras del teatro clásico se clasifican en tragedias y comedias. Las tragedias se
ocupaban de asuntos tomados de la mitología, en las cuales el héroe o protagonista se enfrentaba
contra las fuerzas del destino, es decir, contra la voluntad de los dioses. Como resultado de esta
lucha desigual, el héroe resultaba castigado, generalmente, con la muerte. Las tragedias tenían
como finalidad mostrar cómo las acciones que se oponían a la voluntad de los dioses eran
debidamente castigadas. Las comedias, en cambio, eran obras basadas en la vida cotidiana, con
una resolución positiva u optimista. Su intención era provocar la risa.
Muchos de los temas tratados en las obras de este período –por ejemplo, cumplir con la
justicia divina en Electra , el reconocimiento de la identidad en Edipo rey, o la necesidad de
honrar a los muertos, como en Antígona – continúan vigentes y se presentan, con variaciones,
en obras de actualidad.

53
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Antiguos escenarios
En Atenas había una construcción destinada a las representaciones: el teatro de Dioniso.
La estructura principal del área de actuación era la orquesta circular, donde se ubicaba el coro.
Junto a la orquesta había un altar para los dioses y las ofrendas, y un edificio donde los actores
se vestían, ambos construidos en madera. El público se sentaba en rampas, inicialmente de tierra
y luego de madera, dispuestas alrededor de la orquesta.
A medida que el teatro creció como espectáculo, el tamaño del altar fue disminuyendo,
el edificio de las ofrendas se transformó en la tesorería y el edificio de los camarines se convirtió
en skene , es decir, el lugar donde los actores representaban (en oposición a la orquesta, donde
solamente actuaba el coro).

El género dramático
El género dramático es una de las artes que imitan o representan acciones humanas, por
eso se lo considera un arte mimética. La esencia de este género es la representación del
enfrentamiento de dos o más fuerzas que se oponen –sean internas o externas, humanas o no– y
plantean un conflicto y su resolución. En la tragedia de Sófocles, Electra trata de cumplir por
todos los medios con la justicia que los dioses le indican. Debe castigar al asesino del padre,
aunque para ello tenga que enfrentarse a su propia madre, ya que los seres humanos no pueden
alterar lo que los dioses han designado.
A diferencia de la narrativa, el género dramático no se vale de un narrador que orienta el
desarrollo de la trama, sino que por medio del discurso directo –el diálogo– el espectador o el
lector conoce a los personajes, sus luchas, las fuerzas que actúan sobre ellos y los modos de
resolver los conflictos.
En su Poética , un estudio sobre la literatura, el filósofo Aristóteles (384-322) sostenía
que la función primordial del teatro era provocar la “catarsis”, esto es, la purificación del espíritu.
¿De qué modo se lograba? Al identificarse con la suerte o la desgracia del héroe, el espectador
podía experimentar compasión y terror ante lo representado, y liberar así sus emociones a través
de la risa o del llanto.

54
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

El texto teatral y la puesta en escena


El género teatral requiere de la puesta en escena para completar un proceso artístico
sumamente complejo. Sin embargo, los estudios literarios tienen en cuenta sólo uno de sus
componentes: el texto teatral, es decir, el plano lingüístico del género, que comparte con los
otros géneros literarios el predominio de la función poética del lenguaje, esto es, la preocupación
por el aspecto estético del mensaje, la utilización de los recursos literarios y la expresión de la
subjetividad. Por lo tanto, queda afuera de los estudios literarios la puesta en escena del teatro
dramático.
El texto teatral o dramático incluye no sólo que los actores tendrán que decir, sino
también todas las indicaciones necesarias para la puesta en escena: elementos del vestuario,
decorado, intencionalidad de los actores, iluminación. En este sentido, se puede decir que es un
texto doble. Por una parte, presenta el diálogo o parlamento de los personajes y, por otra, las
acotaciones o didascalias –también llamadas texto secundario–, es decir, las indicaciones para
la escenificación.
Tanto en la Antigüedad como en la época del teatro isabelino, el autor del texto llevaba
adelante la puesta en escena. Por esta razón aparecen pocas acotaciones, como pueden observar
en los textos clásicos. A medida que son personas diferentes quienes desempeñan los roles de
autor y director teatral, se hace más necesario que el autor incluya detalladamente las
indicaciones para la puesta en escena. Por esto, las acotaciones se multiplican.

La organización del teatro teatral: actos, cuadros y escenas


En el teatro teatral, el diálogo se desarrolla a partir de situaciones que se relacionan en
cadena y forman una estructura coherente. Esta estructura externa se organiza en actos, escenas
y cuadros.
El acto es la división de la obra en partes más o menos iguales en función del tiempo y
el desarrollo de la acción. Tradicionalmente, se considera cada acto como una unidad de tiempo
y de acción. La forma de distinguir entre un acto y otro, así como el número de actos en una
obra, han variado históricamente. La más frecuente son la caída del telón, el cambio de
iluminación o el oscurecimiento del escenario. La división en escenas se establece en función
de la entrada y salida de los personajes (muchas veces no están indicadas en el teatro teatral).
55
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

El cuadro está relacionado con la ambientación de la acción, es decir, con los cambios
de espacio, ambiente o época. A cada cuadro le corresponde, por lo general, un elemento
diferente a la escenografía.

El género dramático y los medios de comunicación


En la actualidad, los medios audiovisuales de comunicación ofrecen una gran variedad
de géneros, como los informáticos, los programas humorísticos o los de entretenimientos.
Algunos presentan elementos en común con el género dramático. Por ejemplo, algunos
procedimientos o características propias del teatro se pueden reconocer en una película o en una
telenovela.
Básicamente, tanto las películas como las telenovelas y las comedias televisivas son
géneros que mantienen el sentido mimético del teatro en tanto imitación de la realidad. También
toman del teatro la estructura dramática de resolución de conflictos y la función catártica, es
decir, la identificación del espectador con la suerte o la desgracia de los protagonistas y su
consecuente descarga emocional.
En sus comienzos, tanto el cine como la televisión reprodujeron las técnicas teatrales. A
medida que se desarrollaron tecnológicamente, se distanciaron del teatro y adquirieron
características propias. Sin embargo, aspectos como la mímesis, la presencia del conflicto y la
catarsis se observan inclusive en las publicidades actuales, que tienen un esquema dramático y
narrativo: presentación de la situación, conflicto y resolución.
Las artes audiovisuales también cuentan con un texto, el guion audiovisual o
cinematográfico, semejante al texto teatral, en el cual el componente lingüístico, la palabra, es
vehículo para la imagen y la acción. Los parlamentos de los actores se caracterizan por la
brevedad ya que la palabra está en función de la imagen. Esto significa que la palabra debe
reforzar lo que muestra la imagen, pero no repetirlo.

Sófocles
En el siglo V a.C., Sófocles, uno de los más grandes autores griegos de tragedias, se basó
en el mito para escribir Edipo rey .

56
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Sófocles nació en Atenas (497-406), en el seno de una familia acomodada, y recibió una
esmerada educación. Además de ser autor de una abundante producción dramática, Sófocles
intervino en asuntos públicos. De sus obras, que se estima fueron 130, sólo se conservan siete
tragedias: Ayax, Las Traquinias, Antígonas, Edipo rey, Electra, Filoctetes, Edipo en Colona, y
un drama satírico, Los rastreadores.

Conócete a ti mismo
La historia de Edipo es, para la cultura occidental, el mito arquetípico de la búsqueda
de la identidad. Es el mito por excelencia del autoconocimiento, del poder y de la debilidad
humanas, de las fuerzas determinantes del nacimiento. Se marca la antítesis entre el ser humano
y la voluntad inescrutable de los dioses. En esa oposición es donde el hombre puede alcanzar su
mayor grandeza al oponerse a ese destino ciego al que no se rinde, o bien puede adoptar una
actitud conformista ante las dificultades. La lucha lleva al hombre al sufrimiento y aun a la
muerte, pero esa actitud es la que muestra su valor moral.
El responsable de la difusión actual del mito clásico fue el padre del psicoanálisis,
Sigmund Freud. Este psicólogo enunció la teoría de que el hijo varón cuando es niño se apega
de tal modo a su madre que siente la presencia del padre como la de un rival, al que
simbólicamente desearía ver “muerto”. Fantasea con ser el sustituto de su padre y casarse con
su madre. El psicoanálisis considera actualmente que en los primeros años de vida (de los tres a
los cinco) el niño o la niña se enamoran del progenitor del sexo opuesto y rechazan al de su
mismo sexo. A esta etapa, clave para la definición de la sexualidad adulta, se la denomina
“complejo de Edipo”.
En la búsqueda de la identidad, para saber quiénes somos y superar este complejo, es
fundamental la reflexión sobre los vínculos con los padres. En ellos encontramos nuestros
57
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

primeros “modelos”, en ellos nos miramos para recibir aceptación o rechazo, amor o
indiferencia, contención o descuido, seguridad o incertidumbre.
La “mirada” de nuestros padres va ayudándonos a construir nuestra propia mirada; por ejemplo
si nuestra madre ha sido sobreprotectora tendemos a prolongar nuestro “yo” infantil. No
crecemos en la responsabilidad personal y podemos proyectar en una futura relación de pareja
la necesidad de dependencia y subordinación.
La licenciada Olga Paissanidis afirma que en cada uno de nosotros hay un Edipo, pero
también existe, como en el héroe trágico la humildad y ferviente voluntad de descubrirnos. Es
por eso que la tragedia de Sófocles puede servir de ejemplo para descubrir la propia verdad.
Edipo personifica al héroe trágico por excelencia del “conócete a ti mismo”, famosa expresión
formulada por el filósofo griego Sócrates. El proceso iniciado por Edipo para desenmascarar al
culpable llevará al protagonista al conocimiento de sí mismo.
Los vínculos con los padres, origen y fundamento de nuestra identidad , constituyen el
pilar fundamental a partir del cual se entiende la manera en que nos relacionamos con nosotros
mismos y con los otros.

58
E.N.S N° 40 “MARIANO MORENO”
LENGUA Y LITERATURA
PROFESORAS: ELISABET SCHABERGER y VIRGINIA BALDINI

Audiolibro Edipo Rey - Sófocles (completo)


Youtube
https://www.youtube.com/watch?v=ryuAMsOx6zA

59

También podría gustarte