Está en la página 1de 4

VIDA DE UNA ADOLESCENTE SIN

AUTOESTIMA

En este Word, he escrito toda mi vida y lo mal que lo pase en su entonces.

La verdad es que mi vida ha estado muy bien, pero todo empezó a


empeorar en la adolescencia, donde empecé a tener unos pensamientos
de mí misma muy negativos y comparativos. Recuerdo que me preguntaba
cada día porque no podía ser una chica bajita, flaca y sin granos. Rezaba
para que un día se me quitaran esos defectos y poder ser la chica deseada
por todos, pero claro, como eso no iba a suceder solo me quedaba ser la
chica graciosa y maja del grupo, la que querían estar con ella solo d forma
amigable. Me di cuenta de que ya empezaba a empeorar todo por una
chica de mi clase, la que odiaba completamente. Ella era todo lo que yo
quería ser, la chica perfecta. Todos, pero TODOS querían estar con ella y
yo solo quería que esa tía se fuera del instituto y que nunca volviera. Lo
que yo conseguía tras muchos intentos de ser amiga de los de clase, ella lo
hacía simplemente con una mirada. Recuerdo que siempre intentaba ser
ella me ponía los mismos tops que ella, me planchaba el pelo, me hacia las
uñas… Pero nunca pude hacer el mismo impacto que ella.

No me preocupaba sentirme una mierda, lo único que me preocupaba era


mi físico. Hasta que empecé a preocuparme porque me di cuenta de que
ponerme la misma ropa que ella no iba a cambiar nada, porque claro, ella
era una talla 38 y yo una 42, eso no iba a ser igual. Creí que la única
manera de bajar de peso más efectiva y rápida era no comer. Empezó con
no desayunar porque no me daba tiempo, después siguió que no me
apetecía comer porque me encontraba mal, y finalmente con que no
cenaba porque no me gustaba la comida. Mis padres, no pensaron nada
malo al principio, con lo cual, yo empezaba a adelgazar y ellos
simplemente pasaban. Hasta que se dieron cuenta de que algo iba mal
cuando yo empezaba a marearme, estar todo el día cansada, y la caída tan
excesiva de mi pelo. Decidieron que lo mejor sería una analítica para ver lo
que me pasaba. Obviamente, salió que no tenía nada de hierro y que
estaba utilizando mis ultimas reservas, con lo cual mis padres me
obligaron a tomarme pastillas de hierro rojas super asquerosas y a
empezar a comer mucho más. Eso me puso muy triste porque todo mi
esfuerzo por no comer se fue a la mierda, a los días, volví a ser la misma
de siempre, así que opté por vestirme lo más ancha posible para que no se
notara.

Lloré como nunca, pero esta vez llorar no me desahogaba, y encima con el
pleno divorcio de mis padres y por la cuarentena mi gran pérdida de mis
amigas no sabía cómo resolver ese gran sentimiento de tristeza, y lo
primero que se me ocurrió fue cortarme, si, cogí la cuchilla y mi pierna y
hice una gran fuerza. Como no lo había hecho nunca, por suerte, no me
corte muy gravemente, ósea que termine de llorar y me tape la herida con
una gasa de lo cual no sirvió nada porque al día siguiente tenía todo el
pantalón lleno de sangre, lo puse en la lavadora y juré nunca más hacerlo.

Obviamente no mejoró nada, así que opte por quedarme todos los días
encerrada en mi cuarto pensando. Un día, obligada por mi madre, la
acompañe a comprar la comida de la semana. Llevando la compra ya a
casa con mi madre, vi a mis antiguas amigas, y por suerte, me saludaron.
Recuerdo que sentí un gran alivio, una chispa de emoción, y unas ganas de
llorar enormes al saber que no todo era tan malo. Al día siguiente tras
pensarlo mucho, les envíe un mensaje para quedar con ellas ya que, como
me habían saludado, pensaba que ya todo estaba bien. Pasaron unas
horas terribles, esperando ese dichoso mensaje, hasta que……No me lo
podía creer, ellas habían aceptado, ¡¡NO TODO ESTABA PERDIDO!!

A partir de esa quedada, cambie completamente, estaba más alegre y salía


más, por suerte, ellas no me dijeron nada de mi ropa y de mi aumento de
peso, fueron muy buenas conmigo, incluso me ayudaron con el tema de
mis padres ya que a una de ellas le había pasado lo mismo. ¡Dos
problemas fuera, check!

Ahora solo faltaba el peor, mi peso. Los otros dos problemas se fueron,
pero este empeoro más, ya que mis amigas eran delgadas. Yo seguía sin
comer, y seguían los castigos de mis padres por no hacerlo. Pero un día,
una amiga mía, por la cual ella estaba bastante pasada de peso antes, me
dijo que lo mejor sería tener una propia dieta, para comer, pero ala vez
poder perder peso. OBVIAMENTE le hice caso, bajé algo de peso, pero no
era mucho, yo necesitaba más. Le pregunte que, porque no bajaba de
peso, y me dijo que no solo tenía que seguir la dieta, sino hacer ejercicio.
Primero empecé por mi propia cuenta por las noches en mi habitación,
pero es no servía de nada. Mi hermano justamente una semana después,
decidió ir al gimnasio, por lo que yo también quise. Tras estar mucho
tiempo pidiéndolo ya que no me dejaban, pude apuntarme. Estuve yendo
durante tres meses, y ya todo mejoraba en mi clase, ya que mis granos se
iban porque comía bien, y mi cuerpo cada vez se veía mejor. Pero por
desgracia, yo me veía exactamente igual. Como era de esperar, los de mi
clase si que lo veían, así que si, todos esos ligoteos de parte de los chicos
fueron interminables. Aunque no me hacían sentir mejor, me daban un
momento de felicidad. Pero a lo largo del día me tenía a mí misma
diciéndome que seguía siendo la misma gorda de siempre.

Intentando buscar esa pizca de felicidad y atención de los chicos empecé a


a sexualizarme, poniéndome unos tops y pantalones que mostraban más.
Se sentía bien si, pero yo seguía igual, estaba harta de esa vocecita
diciendo que seguía siendo la chica gorda que nadie quería. Estuve mucho
tiempo contradiciéndome, hasta que me cansé, dije para mí misma, esto
se acabó, si no les gusto, pues que les den.

Desde ese momento empecé a quererme a mii misma y a aceptar mis


defectos y amar mis virtudes. Por fin comenzó mi mejor etapa, la actual.
Hoy en día, sigo teniendo algunos pensamientos de esos, es decir, algunas
recaídas, pero ya no les doy tanta importancia, ahora me visto como
quiero y la verdad que estoy muy bien.

JODER, que bien se siente no estar pendiente de las opiniones y gustarte


tu misma.

También podría gustarte