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Oraciones

para encender la corona


de adviento
Presentación
Hemos llegado a esa fecha en la que

los corazones se llenan de júbilo

porque ya se acerca el día en el que

conmemoramos la venida de Nuestro

Salvador. Entre las luces, las fiestas de

fin de año y las celebraciones, a veces

nos mareamos y olvidamos la causa

que originó toda esta ebullición. Afortu-

nadamente siempre hay una guía,

medios concretos para no olvidar a

quién estamos celebrando. Uno de

estos medios es la corona de Adviento.

¿Ya tienes la tuya?

Una iniciativa de:


La corona de Adviento es uno de los

símbolos característicos de esta época

litúrgica, pero no es solamente un

objeto de adorno sino que hay toda

una liturgia que te ayudará cada uno de

estos cuatro domingos a recordar hacia

dónde te diriges.

La corona de Adviento consta de una

base circular hecha de hojas de ciprés,

eucalipto o algo similar (cabe resaltar

que también hay bases sintéticas, pero

es más bonito que sean naturales). La

forma circular representa el amor de

Dios que es eterno, sin principio ni fin, y

así como ese amor, la manera en que

nosotros debemos amar a los demás,

renovandonos en ese amor siempre.

Son ramas verdes porque el color

verde representa la esperanza y la vida.

Estas ramas también nos representan a

nosotros que somos parte de un árbol

más grande: Dios. Las cuatro velas

representan a las tinieblas derrotadas

poco a poco a medida que se acerca la

luz que trae el nacimiento del Señor.


En muchos lugares, como iglesias y

colegios, es ya costumbre la bendición

de las coronas de Adviento. Pregunta

en tu parroquia y asiste a la ceremonia.

Si no has podido hacerlo, aquí te deja-

mos una pequeña oración de bendición

que podrás realizar en familia. Por lo

general son papá o mamá quienes la

dirigen:

«Señor Dios, bendice con


tu poder nuestra corona de
Adviento para que, al encen-
derla, despierte en nosotros el
deseo de esperar la venida de
Cristo practicando las buenas
obras, y para que así, cuando
Él llegue, seamos admitidos al
Reino de los Cielos. Te lo pedi-
mos por Cristo nuestro Señor.
Amén».

Que durante este #CaminodeEsperan-

za, sepamos descubrir la grandeza en

la pequeñez, lo inmenso en el fragmen-

to, la divinad en nuestra humanidad.


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domingo
Pr

M BRE
2 8 D E N OV I E

Morado
Encendemos, Señor, esta luz,
como aquel que enciende su lám-
para para salir, en la noche,
al encuentro del amigo que ya
viene. En esta primer semana de
Adviento queremos levantarnos
para esperarte preparados, para
recibirte con alegría. Muchas som-
bras nos envuelven. Muchos hala-
gos nos adormecen. Queremos
estar despiertos y vigilantes,
porque tú traes la luz más clara, la
paz más profunda y la alegría más
verdadera.

¡Ven, Señor Jesús!


¡Ven, Señor Jesús!
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S

IEM BRE
05 dE DIC

Morado

Los profetas mantenían encendida


la esperanza de Israel. Nosotros,
como un símbolo, encendemos
estas dos velas. El viejo tronco
está rebrotando se estremece
porque Dios se ha sembrado en
nuestra carne. Que cada uno de
nosotros, Señor, te abra su vida
para que brotes, para que florez-
cas, para que nazcas y mantengas
en nuestro corazón encendida la
esperanza.

¡Ven pronto, Señor!


¡Ven, Salvador!
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domingo
Te

EM BRE
1 2 DE DICI

Rosa
En las tinieblas se encendió una
luz, en el desierto clamó una voz.
Se anuncia la buena noticia: ¡El
Señor va a llegar! ¡Preparen sus
caminos, porque ya se acerca!
Adornen su alma como una novia
se engalana el día de su boda. ¡Ya
llega el mensajero! Juan Bautista
no es la luz, sino el que nos anuncia
la luz. Cuando encendemos estas
tres velas cada uno de nosotros
quiere ser antorcha tuya para que
brilles, llama para que calientes.

¡Ven, Señor, a salvarnos,


envuélvenos en tu luz,
caliéntanos en tu amor!
go • Cuar
m in

to
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domingo
Cu

EM BRE
1 9 DE DICI

Morado
La Virgen y San José, con su fe,
esperanza y caridad salen victorio-
sos en la prueba. No hay rechazo,
ni frío, ni oscuridad ni incomodidad
que les pueda separar del amor de
Cristo que nace. Ellos son los ben-
ditos de Dios que le reciben. Dios
no encuentra lugar mejor que
aquel pesebre, porque allí estaba
el amor inmaculado que lo recibe.
Nos unimos a La Virgen y San
José con un sincero deseo de
renunciar a todo lo que impide que
Jesús nazca en nuestro corazón.
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BRE
24 d E D I C I E M

Blanco

Derrama Señor, tu gracia sobre


nosotros, que, por el anuncio del
ángel, hemos conocido la encarna-
ción de tu Hijo, para que lleguemos
por su pasión y su cruz a la gloria
de la resurrección. Por nuestro
Señor Jesucristo. Amén.

Él ha sido pequeño, Él ha sido niño,


para que tú puedas ser varón perfecto;
Él ha sido ligado con pañales, para que tú
puedas ser desligado de los lazos de la muerte;
Él ha sido puesto en un pesebre, para que tú
puedas ser colocado sobre los altares;
Él ha sido puesto en la tierra, para que tú
puedas estar entre las estrellas;
Él no tuvo lugar en el mesón, para que tú
tengas muchas mansiones en los cielos.

(San Ambrosio de Milán


«Expositio Evangelli secundum Lucam»)
Ven,
Jesús,
Señor
despiértanos de la
indiferencia
y la mediocridad.
Mensaje del papa Francisco para el adviento 2021.

Una iniciativa de:

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