Juro solemnemente no estar diciendo la verdad

Si bien es cierto que la idea de ser vigilados por dispositivos tecnológicos,

ocultos a la vista del humano promedio, parece ser una escena digna y
exclusiva de las películas de ficción, la realidad es que el mundo nunca había
estado tan cerca de cruzar la línea que lo separa de tales producciones, en las
que las máquinas se imponen y las personas hacen su vida bajo la lupa de los
aparatos. 

Esta aproximación de la realidad a la ficción ha sido protagonizada los

últimos días por el derribo de un "globo espía" en Estados Unidos, uno de los
que la República Popular de China ha desplegado y se han desplazado a
distintas partes del mundo, y cuyos objetivos se disputan entre ser la ejecución
de investigaciones científicas, según el país oriental, o ser parte de una
operación de vigilancia militar, de acuerdo con funcionarios de inteligencia del
país norteamericano. ¿Cuál es el verdadero propósito de este globo? ¿Está
China ocultando información?

El pasado jueves 2 de febrero estalló la noticia de que el Departamento de

Defensa Estadounidense había detectado "un globo de vigilancia a gran altitud"
ubicado sobre el territorio continental de Estados Unidos. Asimismo, el
secretario de prensa del Departamento de Defensa, Patrick S. Ryder, indicó
que estaban seguros de que el globo le pertenecía a la República Popular de
China. 

Dos días más tarde, el sábado 4 de febrero, un avión de combate de EEUU

derribó el globo y sus restos cayeron en el mar frente a la costa de Carolina del
Sur, donde los soldados de la Fuerza Marítima, a bordo de una lancha,
comenzaron a recogerlos para analizarlos. 

Sobre este primer globo del que se tuvo conocimiento, los funcionarios
estadounidenses afirmaron que estaba siendo utilizado para vigilancia, y
añadieron que el mismo estuvo merodeando sobre sitios delicados de misiles
en Montana. Por otra parte, mostrándose indignada ante la destrucción del
globo y oponiéndose a estas declaraciones, China respondió que se trataba de
un dirigible civil usado con fines de investigación, principalmente
meteorológicos, que se desvió de su curso previsto. 

Ahora, con la aparición de un segundo globo que ha sido observado sobre

Colombia y Costa Rica; con el recuerdo de una China que mantiene vigilada
con cámaras a toda su población y, como cereza del pastel, la memoria de un
Partido Comunista Chino que exige guardar sus secretos como parte de su
ceremonia de iniciación y que prohibió hablar sobre democracia y derechos
universales en un documento divulgado por sus opositores, la idea de que el
país asiático pretenda vigilar la actividad en otros territorios con estos globos y
usar la información obtenida en beneficio propio no parece tan descabellada, y
el temor de que China tenga objetivos mucho más radicales que científicos con
estos globos cobra vida rápidamente.