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A menudo el índice de viscosidad (IV) no es considerado como un parámetro en la selección

de lubricantes. La razón, es que es poco conocido y entendido. Algunos piensan que el índice
de viscosidad está incluido en el grado de viscosidad ISO de los aceites, pero no es así. Este es
por sí mismo un diferenciador independiente del desempeño de un lubricante.

Todos sabemos que la viscosidad es la propiedad más importante de un lubricante. Es una


medida de la constitución molecular desde el punto de vista del tamaño de la cadena de
hidrocarburos que conforman un lubricante. La viscosidad se origina por la fricción interna de
las moléculas cuando el fluido se pone en movimiento. Mientras más grande sea la fricción
intermolecular (moléculas más grandes), mayor será la viscosidad.

La viscosidad determina el espesor y la resistencia de la película lubricante dentro de la


máquina. Sobre ella también influyen algunos factores importantes como los que se
mencionan en la tabla 1.

Sin embargo, la viscosidad de un lubricante no tiene significado alguno a menos que se indique
la temperatura, es decir, la temperatura a la cual fue determinada. Por el contrario, las
máquinas no tienen en cuenta la temperatura en lo que a la viscosidad se refiere (en términos
generales). Los requisitos de viscosidad mínima, máxima y óptima requerida por las máquinas
no toman en cuenta la temperatura. En lugar de esto, los requerimientos de viscosidad de las
máquinas están basados en aspectos tales como el diseño del componente (por ejemplo,
rodamientos), la carga y la velocidad. Recuerde, por ejemplo, que la conocida curva de Stribeck
no considera la temperatura como una variable.
Dicho lo anterior, ya que las máquinas requieren de una cierta viscosidad, y se sabe que la
temperatura tiene una dramática influencia sobre la viscosidad, es imperativo que al momento
de seleccionar un lubricante se tome en cuenta la temperatura promedio de operación y el
rango de temperatura en que opera la máquina. Recuerde, el sistema de clasificación de
viscosidad ISO sólo reporta la viscosidad a una temperatura: 40°C. Más importante aún, para
un aceite candidato, usted necesita saber cómo cambia la viscosidad del aceite con respecto al
cambio de temperatura.

El índice de viscosidad fue desarrollado para este propósito por E. Dean y G. Davis en 1929
(ASTM D2270). Es un número derivado empíricamente y adimensional. Está basado en la
siguiente metodología, un crudo de Pennsylvania (parafínico) se fijó como punto de referencia
en un extremo, representando un producto cuya viscosidad varía poco con los cambios de
temperatura. El otro extremo fue asignado a un crudo de la costa del golfo de Texas
(nafténico). Si un lubricante era similar al crudo de Pennsylvania, a este se le asignaba un
índice de viscosidad (IV) de 100. Si era similar al crudo del golfo de Texas, se le asignaba un IV
de 0. A uno que estuviese en la mitad, se le asignaba un IV de 50 y así sucesivamente. Mientras
mayor el IV, más estable será la viscosidad a través de un rango de temperaturas (más
deseable). Las temperaturas utilizadas para determinar el índice de viscosidad son 40 y 100°C.

Una búsqueda en Internet de “calculadores del índice de viscosidad” lo llevará directamente a


varios sitios Web. Estos calculadores se pueden utilizar de diferentes formas. Por ejemplo, si se
conoce la viscosidad del aceite a dos diferentes temperaturas, se puede usar el calculador para
estimar el IV del aceite. Mejor aún, se puede introducir una sola viscosidad (y la temperatura) y
el IV (normalmente se encuentra en las hojas de productos) y calcular la viscosidad del mismo
lubricante a cualquier otra temperatura (por ejemplo, a la temperatura de operación del
equipo).

Hoy se pueden encontrar lubricantes con IV tan bajos como 60. Otros lubricantes pueden
tener IV por encima de los 400. Sin embargo, la mayoría de los lubricantes en el mercado
tienen IV que se ubican entre 90 y 160.

Echemos un vistazo a dos tipos de lubricantes que comparten una propiedad común – ambos
son ISO VG 150. Sin embargo, uno de estos aceites el (A) tiene un IV de 95 (aceite mineral),
mientras que el otro (B) tiene un IV de 150 (sintético). Examinemos ahora la viscosidad de
estos aceites a menos 20°C y a 100°C. Esto se muestra en la tabla 2.
Comparando el aceite con IV de 95 con el de IV de 150, hay una diferencia de +236% en la
viscosidad a una temperatura de -20°C y una diferencia de -25% en viscosidad a 100°C. Por
supuesto, a 40°C no hay diferencia. Como se mencionó previamente, la máquina determina
sus requerimientos de viscosidad basado en el diseño y en las condiciones de operación. Estas
condiciones influyen en la temperatura, que a su vez influye en la viscosidad, lo cual influye al
final en la protección requerida por la máquina.
Muchas máquinas utilizan un solo tipo de lubricante en diferentes zonas de fricción y operan a
diferentes cargas, velocidades y temperaturas. Equipos móviles a la intemperie típicamente
trabajan bajo estas condiciones. Para estos equipos, no hay una forma fácil de determinar la
viscosidad óptima utilizando un cálculo teórico. En su lugar, la viscosidad ideal se determina
haciendo mediciones de campo utilizando evaluaciones de ensayo y error (simplemente
probando con varios aceites de diferentes viscosidades y midiendo la temperatura y la
protección contra el desgaste).

Para máquinas que operan a carga, velocidad y temperatura constante, la viscosidad ideal a
menudo resulta en la menor temperatura del aceite una vez estabilizada. Aceites con menor o
mayor viscosidad (que la viscosidad óptima) incrementarán la temperatura a la cual el aceite
se ha estabilizado, bien sea por excesivas pérdidas por batido (mucha viscosidad) o por fricción
mecánica (muy poca viscosidad).

Si las condiciones no son constantes (cargas, velocidad y temperatura variables, etc.), se crea la
necesidad no sólo de tener la óptima viscosidad, sino también de un alto índice de viscosidad
para estabilizar la óptima viscosidad del aceite. Mientras más variables sean las condiciones de
operación, mayor será la necesidad de un aceite con mayor IV.

Además, tenga en cuenta que para una gran cantidad de máquinas no ha habido en el pasado
un esfuerzo experimental o teórico para determinar la viscosidad óptima del aceite. La
selección de la viscosidad es en algunos casos una adivinanza descabellada. Esto requiere
también de un aceite con alto IV
También hay que considerar que el sistema de clasificación de grados de viscosidad ISO (ISO
3448) está basado en un incremento del 50 por ciento entre cada grado. Por lo tanto, si se
quiere pasar de un ISO VG 100 a un ISO VG 150, el salto es del 50 por ciento. Cuando las
opciones de viscosidad están todas separadas por un 50%, es muy difícil lograr seleccionar con
precisión el lubricante correcto. Estas grandes diferencias en viscosidad se magnifican a bajas
temperaturas. Esta es otra razón adicional para seleccionar aceites con altos IV.

El IV también puede suministrar información acerca de la formulación del aceite, incluyendo


tipo y calidad de la base lubricante. Por ejemplo, aceites minerales puros bien refinados
tendrán su correspondiente IV alto. Ciertos aditivos, como los mejoradores del índice de
viscosidad y los depresores del punto de fluidez, influyen sobre el IV. Es importante recordar
que los aceites que contienen mejoradores del IV, sobre todo algunos tipos, son propensos a
perder permanentemente en el tiempo tanto la viscosidad como el IV. Hay ensayos ASTM
destinados a evaluar la estabilidad al corte de los mejoradores del IV.

Los valores del índice de viscosidad se encuentran en la mayoría de las hojas de productos
disponibles en el mercado. Este simple número está ahí por una razón, y debe considerarse
seriamente cuando se desarrollen las especificaciones de los lubricantes que serán utilizados
en cualquier tipo de maquinaria.

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