Para comenzar es necesario valorar la importancia que le da nuestro texto
constitucional (1999), al tema de la Relaciones Internacionales reflejado en los artículos numero 152; 153, y 154, sobre las Relaciones Exteriores de la República Bolivariana de Venezuela, cosa inexistente en la antigua constitución de 1961; a nuestra visión programática constitucional, debemos agregar los distintos planes de desarrollo nacional en los últimos veinte años, que han reflejado como un axioma constate, la independencia, la soberanía, la autodeterminación, la integración regional, la promoción del multipolarismo, la integración Sur-Sur global, entre otras; Esto último, muy bien expresado en el Plan de la Patria 2019-2025. Concretamente en el "Gran Objetivo Histórico N° 4: Contribuir al desarrollo de una nueva geopolítica internacional, en la cual tome cuerpo el mundo multicéntrico y pluripolar, que permita lograr el equilibrio del universo y garantizar la paz planetaria." Quizás existe en el contenido semántico de las categorías “independencia” “autodeterminación”, y “soberanía”, algo que choca contra las pretensiones históricas neocolonizadoras del sistema imperialista, a menos, desde el fin de la segunda posguerra (1946), en adelante; y que encontró su máxima expresión en las pasadas administraciones de EEUU, en la triada, George W. Buch, (2001- 2009), Barack Obama (2009-2017), y el tristemente célebre empresario racista y fundamentalista Donal Trump (2017-2021); este último, no estribo esfuerzos en liderar directamente con sus “opciones sobre la mesa” intentos desenfrenados por derrocar un gobierno democráticamente constituido, por el voto popular, como el que dirige el presidente Maduro. Desde el Decreto Obama (marzo de 2015), que señaló a nuestra querida Venezuela como “una amenaza inusual para la seguridad de Estado de EEUU”, nos han sobrevenido una compleja serie de ataques y violencia contra el tejido social venezolano en su totalidad, más allá de credos, razas, religiones y tendencias y/o partidos políticos, aquí hablamos de un tipo de guerra no convencional; y una de las aristas de tal violencia, ha sido sin lugar a dudas, la afectación emocional, existencial y cultural, a la familia venezolana, producto del ataque a la moneda; a la pasada hiperinflación, pasando por una “estanflación” según términos de la Doctora Pascualina Curcio, inducida y promovida por los sectores más racistas, conservadores, y radicales dentro y fuera del territorio nacional, es un solo ejemplo de ello. Figúrese: Según el informe de los académicos norteamericanos, Mark Weisbrot y Jeffrey Sachs, (2019), titulado “Sanciones económicas como castigo colectivo: El caso de Venezuela”, se indica (entre otras cosas), que, desde finales del año 2017, cuando se acentuaron las medidas coercitivas, y diciembre del año 2018, se abrían registrado unas 40.000 mil muertes, -aproximadamente-, producto de la falta de medicamentos, insumos, y diferentes tratamientos médicos, como una consecuencia de tales medidas coercitivas, y cito textualmente: Según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI) -una encuesta anual sobre las condiciones de vida llevada a cabo por tres universidades venezolanas- hubo un aumento del 31% en la mortalidad general entre 2017 y 2018. Esto implicaría un aumento de más de 40 000 muertes (Weisbrot, y Sachs, 2019, p.4). Este estudio analiza algunos de los impactos más importantes que han tenido dichas medidas ilegales económicas impuestas a Venezuela por parte del Gobierno de EEUU desde agosto de 2017; y encuentra que la mayor parte del impacto de estas medidas coercitivas, no se ha producido en el Gobierno, sino en la población civil. Las mal llamadas “sanciones”, redujeron la ingesta calórica de la población; aumentaron las enfermedades y la mortalidad (tanto para adultos como para menores) y desplazaron a millones de venezolanos que emigraron del país producto del empeoramiento de la depresión económica, y, sobre todo, por el ataque, o violencia psicológica, a la cual fue sometido todo el tejido social venezolano por el monopolio mediático transnacional, y de redes sociales. Todo esto agudizo la crisis económica de nuestra nación completa, lo que contribuyó aún más, a un mayor número de muertes. Esto ocurrido en nuestro país, nunca debe olvidarse; debe siempre recordarse como un Crimen de Lesa Humanidad contra Venezuela. Y así fue denunciado en su momento, por el que considero, el canciller de la dignidad, Jorge Arreaza, puesto que vivimos y resistimos junto a él, en la cancillería, la violencia diplomática contra nuestra nación en la época Trump, y del hoy sepultado, en el basurero de la historia, “Grupo de Lima”, asedio diplomático, que em mi opinión, no tiene precedentes en la historia diplomática de Venezuela; pero también, fue expresado y denunciado, por nuestra vicepresidenta Delcy Rodríguez, en los distintos foros internacionales del mundo, y ante la Corte Penal Internacional (CIP), en Ginebra; así como, en la Naciones Unidas, en los años 2019, 2020, y 2021 respectivamente, esto está certificado en el retrato de la historia. Estas cosas, nunca hay que olvidarlas. No debemos tener memoria corta. Por otra parte, ya en lo que nos toca, podemos ilustrar como muy exitosa la Reunión entre el Excelentísimo Embajador de la Federación de Rusia Sergey Melik Bagdasarov, y nuestro ministro de cultura Ernesto Villegas: Las autoridades sostuvieron el encuentro bilateral con motivo de la invitación extendida al ministro Villegas, de parte del excelentísimo Embajador, para participar en un evento de intercambio de experiencias y mejorar las matrices de la cooperación bilateral. Hoy 4 de noviembre en Caracas, se presentará un coro de siete artistas rusos, los cuales se han presentado en países como: Brasil, Ecuador, Argentina, entre otros. Este Evento en nuestra Venezuela se hará en la Casona Cultura Aquiles Nazoa para presentarse, y deleitarnos con su talento. Pero más allá de todo eso, creo profundamente en que debemos avanzar en la dirección del pensamiento y la filosofía de la liberación, o Decolonial: Debemos Pensar más en nuestro Sur, pensar desde américa latina, parafraseando a mi muy querido y recordado amigo filosofo boliviano Juan José Bautista Segales; yo siempre digo, “Descolonización o nada.” Chávez decía “comuna o nada”, yo sé que, si el estuviera entre nosotros, acompañaría tal afirmación, “descolonización o nada”, pues el problema es de raíz, y se encuentra en nuestras formas de percepción de la realidad. Entre los autores que siempre recomiendo investigar en esta línea del pensamiento, se encuentran, Enrique Dussel, Juan J Bautista Segales, Frank Hinkelammert, Ramon Grosfoguel, Walter Mignolo, Katherine Walsh, entre otros. Esto vale especialmente, para la creación artística y literaria por lo general venezolana; puesto que, la creación artística surge desde nuestras subjetividades, y si las mismas están colonizadas por el pensamiento eurocéntrico-norteamericano; lo que hacemos no es más, que una especie de re-creación y re-producción de los valores estéticos impuestos por el pensamiento dominante occidentalizado del arte moderno, que vale decir, parte desde la filosofía estética alemana de mediados del siglo XVIII de la mano de Alexander G. Baumgarten (1714-1762), con su tesis “Aesthetica” (1750), en adelante hasta llegar al filósofo, también alemán, Hegel. Pero creo que debemos, en este, nuestro siglo XXI, pensar más allá de las fronteras del arte moderno, y crear obras desde nuestras cosmovisiones ancestrales indoamericanas; esto en mi opinión, es una tarea ineludible para la creación artística contemporánea venezolana y latinoamericana, presente y futura; sino queremos seguir entrampados en la crisis epistémica, simbólica, y valórica que hoy sufre el arte moderno eurocéntrico-norteamericano, o arte moderno. Entonces, cabe preguntarles a las nuevas generaciones de artistas venezolanos, pero con mayor fuerza a sus artistas formadores: ¿que estamos haciendo y/o pensando por el arte contemporáneo venezolano? Y si realmente hoy, en nuestro siglo XXI, ¿estamos pensando el arte y la estética desde nuestro lugar-histórico- cultural-civilizatorio venezolano, y/o latinoamericano? Dejo las preguntas para la reflexión… Pero este es un debate en el terreno del arte y de la estética, que no se está dando en ninguna esterera artística de nuestro país; menos, en el circuito mercantilista de galerías privadas en el Este de la Capital, pues este sector se conforma pacientemente, solo con exponer objetos decorativos para el sector inmobiliario y empresarial, siguiendo la línea estética eurocéntrica-norteamericana moderna, que plantea el arte en términos de espectáculo, de las “modas”, y de una supuesta novedad “vanguardista” y “universal”; una especie de arte “VIP”, como bien lo señala la critico de arte mexicana Avelina Lésper (2015), en su tesis, “El Fraude del Arte Contemporáneo”. Recomiendo ampliamente su lectura. En ese sentido, pensando desde américa latina, fue invitado por nuestro país y parte de la VII Escuela Descolonial de Caracas Juan José Bautista “La Comuna y el Estado Comunal como Horizonte Liberador” el intelectual Ramon Grosfoguel, quien es un sociólogo nacido en Puerto Rico, perteneciente al Grupo modernidad/colonialidad (Grupo M/C) que se desempeña en la Universidad de California en Berkeley. Que define su pensamiento como perteneciente a la corriente decolonial, superadora de la corriente poscolonial con la que se considera emparentado. Por otra parte, en nuestra modesta gestión, impulsamos la participación de nuestra República en el XXVIII Festival de Cine de Minsk “Listapad” en la República de Belarús. Este festival reunirá a profesionales de la industria cinematográfica, personalidades de la cultura y aficionados del cine de todo el mundo. Y nuestra República tendrá participación con tres rodajes: “Que Broma Bromelia”, “Lunes, Martes nunca Domingo” y “Especial”, todas ellas, producidas por talento venezolano, de la mano de Amazonia Films, y nuestro Centro Nacional Autónomo de Cine (CNAC). Ya se nos viene la gran gala del libro; Se trata del Festival Internacional del Libro de Venezuela FILVEN 2022, que abrirá sus puertas del 10 al 20 de noviembre en la Galería de Arte Nacional de la Capital; y que tendrá el Continente del África como homenajeado, bajo el poderoso lema “LEER DESCOLONIZA”, Egipto, Sudáfrica, Angola, Guinea Bissau, Guinea Ecuatorial, entre otros, nos honrarán con sus delegaciones. Entre muchas cosas que trabajamos, en materia de Diplomacia Blanda y que continuaremos promoviendo e impulsando por, y para nuestra Nación, siempre enmarcados dentro de la diversificación de nuestras Relaciones Internacionales, elaborando instrumentos y programas de cooperación cultural con distintos Gobiernos y pueblos del mundo. Venezuela, históricamente, se ha caracterizado por tener buenas relaciones de amistad con todos los gobiernos del mundo; eso nunca cambiara, pues es dictamen de nuestra Diplomacia Bolivariana de Paz; de nuestra Diplomacia Cultural de Paz; pero siempre haciendo valer nuestra Dignidad como pueblo Soberano e Independiente; como lo establece el Derecho Internacional Público, referente al respeto internacional a la autodeterminación de los pueblos, y también asentado, en los Fundamentos de la Carta de las Naciones Unidas (ONU). Estoy profundamente convencido, de que nuestra hermosa República, es una Potencia Cultural. Y así, demostrándoselo al mundo, daremos nuestra digna lucha, en contra de esas ilegales medidas coercitivas y unilaterales que tanto daño le han producido a nuestra bella Nación. Nuestro Libertador decía: “la gloria esta, en ser grande y en ser útil”, aquí no tenemos glorias, lo que, si tenemos, son muchas ganas de ser útiles a nuestra patria. Muchas Gracias…