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Título: Comentario a la ley 25.169 de Contrato Asociativo de explotación tambera


Autor: Giletta, Francisco I.
Publicado en: LLC2000-481, 2000
Cita: TR LALEY AR/DOC/20267/2001
Esta ley nacional fue proyectada fundamentalmente por el diputado Humberto Volando, hombre de campo,
ex presidente de Federación Agraria Argentina y de una gran trayectoria en el agrarismo argentino. Colaboró la
diputada Peñaloza.

Esta ley es el resultado del estudio de la realidad y de antecedentes legislativos y de aportes de entidades
gremiales, como se manifiesta en los fundamentos.

Pienso que uno de los antecedentes más importantes que fijó nuevos rumbos - ahora plasmados en la ley-
proviene del Anteproyecto de "Contrato de Explotación de Tambo en Participación" que preparó en noviembre
de 1991 un grupo de abogados que integraban el Instituto Rafaelino de Derecho Agrario (Olinda Luisa Pfeiffer,
Lilian del Rosario Landa, Reinaldo Bolatti, Ester Jorgelina Destéfani de Picco, Lilian María Goicoechea,
Mónica Liliana Navarro de Martino, Hugo Oreste Pairone, Analía Roch y German Verna).

A los pocos días de la sanción de la ley 25.169 (Adla, LIX-E, 5263) ya se oyeron voces altisonantes, por
ejemplo la de Roberto Bertossi ("La desregulación en el tambo", Puntal Tranquera Abierta, p. 12,
19 nov. 1999), quien -después de analizar algunas consideraciones humanísticas de la realidad tambera-
llega a una conclusión descocada pidiendo la declaración de inconstitucionalidad de esta ley. Fernando P.
Brebbia y Nancy L. Malanos me remiten recientemente su opinión, en un trabajo titulado "Contrato Asociativo
de Explotación Tambera", que se publicará en la Revista El Derecho, permitiéndome transcribir el colofón: "El
texto de la flamante ley no merece más elogio que el haber calificado al contrato como asociativo y es de
lamentar una vez más la oportunidad perdida de mejorar nuestra legislación rural, cerca de la cual parece no
haber la más mínima atención por parte de nuestros legisladores. Y está bien que se oigan varias campanas,
porque, como dice el brillante jurista español, don José Luis de los Mozos: "El derecho no es más que un
conjunto plural de opiniones".

Adelanto mi opinión: esta ley no es perfecta, porque es obra humana, es perfectible y constituye un
importante intento para solucionar el problema de la desactualización, injusticia e inseguridad que creaba el
Estatuto del Tambero (Adla, VI, 125). Intento seguidamente una epiqueya, una interpretación moderada y
prudente de la nueva ley, sancionada el 15 de setiembre de 1999, publicada en el Boletín Oficial el 12 de
octubre y vigente desde el 1 de noviembre de 1999, previa transcripción de los fundamentos presentado por sus
autores.

Fundamentos

Señor Presidente:

El actual proceso de apertura y la creciente necesidad de insertarse en el mundo han establecido en la


Argentina nuevas reglas competitivas, por lo que se hace necesario una atención preferente por parte del poder
público, para terminar de profundizar y consolidar el proceso de reconversión que viene llevando a cabo el
sector lácteo.

El viejo estatuto del tambero-mediero, establecido por dec. 3750/46, cumplió su papel. El estatuto reguló
bajo contratación la relación entre el propietario del tambo y el tambero. Fue una normativa de avanzada para su
época, elaborada en el uso, costumbres y prácticas del sector lechero. Es de destacar que ya en aquella
normativa se preveía la libre convención de partes para los tambos de ordeñe mecánico, norma de características
particulares para su época.

La particular forma de contemplar la explotación láctea no hizo apropiado el trabajo del peón rural o peón
dependiente. El tambero trabajaba a cambio de un porcentaje determinado de la producción. Los avances
logrados en materia de sanidad son el resultado de años de investigación. Parte del mérito también pertenece a
la industria lechera e instituciones educativas por su contribución a la calidad y pureza de los productos lácteos.
Los modernos laboratorios de lechería proporcionan medios necesarios para determinar la calidad y
composición de la leche en forma sumamente eficiente.

La ganadería lechera proporciona ingresos monetarios mensuales todo el año. Debe reconocerse que el
manejo del ganado lechero y las operaciones de ordeño, constituyen actividades bastante absorbentes.

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En realidad el negocio lechero es lo que el individuo quiere que sea. Es decir, que el tambero pueda hacer de
esta operación una actividad interesante, atractiva y un negocio próspero, o bien que sea todo lo contrario.

Por supuesto, gran parte del éxito depende de los métodos y equipos que se utilicen. En la actualidad existen
diversas prácticas y diferentes clases de equipos modernos que facilitan y reducen el trabajo, convirtiéndolo en
un medio mucho más agradable de subsistencia.

El progreso en el desarrollo del ganado lechero, especialmente se debe a los cambios hereditarios del ganado
(mejoras genéticas) y mejoras en medio ambiente. A medida que las vacas llegan a ser animales altamente
especializados en la producción de leche, requieren manejo más cuidadoso y mejor alimentación.

Existen otros factores además de la calidad de la vaca, las prácticas apropiadas de la alimentación, esto es el
desarrollo de hembras de reemplazo, la eficiencia de apareamiento, programar los apareamientos (para una
distribución uniforme de la producción láctea). De allí la importancia de incorporar como actividad anexa la cría
y recría de hembras para reemplazo.

Por lo expresado, los tiempos han cambiado, de ahí la importancia de este proyecto de ley que contempla la
estructura asociativa en participación. Esto constituye un esfuerzo en común para prevenir los riesgos y las
contingencias a que están sometidos los individuos que integran la asociación.

La característica fundamental de este proyecto reside en el hecho de ser un contrato agrario en que las partes
intervinientes son sujetos autónomos. El interés por el resultado es el móvil de la actividad, son responsables
por las obligaciones emergentes de la contratación de personal a su cargo, de la legislación laboral, previsional,
fiscal y de seguridad social de su grupo familiar como de sus dependientes.

Este proyecto de ley deja a las partes la más absoluta libertad asociativa, en cuanto a la constitución de la
misma, plazo, modalidades, responsabilidades, distribución de lo producido y disolución de la misma.

Señor Presidente, estamos atravesando una situación en la que el comercio internacional y la apertura de
nuevos nichos de mercado de mayor poder adquisitivo con compradores altamente diferenciados, brindan
oportunidades inmejorables para nuestros productores.

Señor Presidente, similar iniciativa fue oportunamente presentada por el diputado nacional Néstor Alcala, la
que obtuvo sanción en la Cámara Baja. Sobre la base de dicho proyecto, hemos elaborado el presente, el cual
fue enriquecido con el invalorable aporte de los representantes de las distintas entidades gremiales de
productores.

Por las razones expuestas, creemos que no debemos desaprovechar esta oportunidad, por lo que solicitamos
la aprobación de la presente iniciativa.

Texto de la Ley y Comentario

"Art. 1º - La explotación del tambo se organizará, a partir de la vigencia de la presente ley, bajo el régimen
contractual especial que se crea para tal fin, adoptando la denominación de contrato asociativo de explotación
tambera".

"Art. 2º - Naturaleza jurídica. El contrato asociativo de explotación tambera es de naturaleza agraria, que
configura una particular relación participativa. A todo lo no previsto en esta ley le son de aplicación las normas
del Código Civil. Las dudas que se planteen entre las partes se dirimirán ante el fuero civil".

En este artículo divido el comentario en tres temas: a) naturaleza jurídica, b) normas supletorias y c) dudas
interpretativas.

a) Naturaleza jurídica: La mayoría de los innumerables pleitos que engrosaron la jurisprudencia laboral
provenían de la falta de definición legal de la naturaleza jurídica del tambero mediero: era un empleado, un
trabajador independiente, un socio, un mediero... Los anaqueles de derecho laboral registran -en innumerables
fallos- la lamentable historia de este contrato, que no era precisamente laboral como lo afirmaba con autoridad
científica Deveali. Por mi parte queda mi opinión en el trabajo precedente publicado oportunamente en Zeus.

Había que definir qué era este señor llamado tambero mediero. Y por eso, nos recuerda Norberto A. Erni, en
su reconocido libro "Trabajadores del Tambo" (Santa Fe, 1995), al "centauro jurídico, mitad trabajador -pero sin
las mínimas garantías del moderno derecho laboral-, mitad asociado, pero sin ingerencia en las decisiones

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técnico-económicas de la empresa. "Por mi parte diría: es un Egipán (mitad cabra, mitad hombre).

Hoy quedó enquiciado, claro: el tambero es un asociado, en una actividad agraria. Es un ente autónomo. Y
por lo tanto el contrato que lo une con el propietario es de naturaleza asociativa y agraria. Es precisamente lo
que siempre sostuvimos junto con Fernando Brebbia y muchos agraristas en las 1ras Jornadas de Contratos
Agrarios de San Francisco (1969) y en la Novena Conferencia Nacional de Abogados realizada también en San
Francisco (1979). Cabe destacar el proyecto del Instituto de Derecho Agrario de Rafaela coincidente en la
denominación del contrato y su naturaleza jurídica.

b) Analizo brevemente esta disposición: "A todo lo no previsto en esta ley le son de aplicación las normas
del Código Civil". Para nada de acuerdo.

Entiendo que es un error por no integrar esta ley, que regula un contrato agrario, una ley general de contratos
agrarios que crearía un sistema interpretativo igualitario para todos los contratos agrarios. Recuerdo que está
vigente el art. 41 de la ley 13.246 (ley 22.298) (Adla, VIII, 85-D; XL-D, 3960) para arrendamientos y
aparcerías, fijando el orden de prioridad interpretativo (habiendo dejado aclarada mi posición con respecto a los
usos y costumbres).

Pienso que esta norma traerá problemas. Si reconocemos que este contrato de explotación tambera es agrario
es evidente que la interpretación debe intentar agotarse dentro del derecho agrario recurriendo a las normas de la
aparcería pecuaria por la aplicación de "principios de leyes análogas" (art. 16 Cód. Civil, magistralmente
estudiado por Rodolfo L. Vigo en "La integración de la ley").
Ya ocurrió con la interpretación judicial del estatuto, cuando se encontraban lagunas en temas que no
estaban expresamente resueltos en la ley. ¿Y que ocurrió? Que cada tribunal fijaba su propio criterio. Así se dijo
en la Cámara del Trabajo de San Francisco, en el caso "Bosio c. Olivero", (publicado en LA LEY, 1984-A, 443,
juntamente con un comentario crítico de Martínez Goletti), que la mediería de tambo contaba con su propia
regulación legal y que no eran aplicables las leyes generales del trabajo subordinado del régimen nacional del
trabajo rural (ley 22.248); de esa manera la sentencia favoreció al tambero. Contrario a este criterio se inscribe
la sentencia de la Cámara Sexta del Trabajo de Córdoba en autos "Conte c. Pascal" (Publicado en LLC), donde
se acepta la aplicación analógica de la ley 22.248 (Adla, XL-C, 2427); favoreciendo al tambero. Por último cito
la jurisprudencia de la Cámara de Trabajo de Villa María en autos "Moro c. Bica" (Semanario Jurídico, t. 77
1997-B) que admite la aplicación supletoria de la ley general de contrato de trabajo. Aquí también encontramos
el interesante comentario de Martínez Goletti -que siempre siguió con mucho esmero y fino sentido jurídico los
tortuosos vaivenes de la jurisprudencia- señalando con acierto "la importancia que tiene la jurisprudencia en un
sector tan sensible como el rural y la trascendencia que llevan implícitos cambios como el resultante en estos
fallos, pues en ello cuentan no sólo los intereses del tambero mediero, sino la producción y aunque pueda
parecer exageración, aun la suerte de las explotaciones, cuya rentabilidad, harto precaria en los últimos tiempos,
se ve agravada con decisiones como las que nos ocupan". Me adhiero plenamente a estos conceptos.

El mismo Martínez Goletti, en el artículo citado precedentemente, hace referencia a la importancia que
tienen las costumbres en la vida rural y reconoce que los usos y costumbres constituyen fuente de derecho "en
situaciones no regladas legalmente", coincidiendo con lo que expresé en Cuestiones de Derecho Agrario, t. I, p.
63.

Recuerdo estos Fallos de la Corte Suprema: "La admisión de soluciones notoriamente injustas a través de la
interpretación de la ley no resulta compatible con el fin común tanto de la tarea legislativa como de la judicial
(Fallos 302-813 -La Ley, 1980-D, 394-). "El principio de razonabilidad exige que deba cuidarse especialmente
que las normas legales mantengan coherencia con las reglas constitucionales, de suerte que su aplicación
concreta no resulte contradictoria con lo establecido en la Ley Fundamental (Fallos 304:1636).

b) Estimo desafortunada la disposición "in fine" de este artículo pues, entiendo, que los jueces dictan
sentencias, no son tribunales de consulta, no resuelven dudas. Si así fuera nunca tendrían tiempo para dictar
sentencias.

En Las Partidas se decía que los jueces son "homes bonos que son puestos para mandar e facer Derecho" y
si bien no siempre son buenos, ellos están para impartir justicia, para juzgar y sentenciar litigios.

Por eso considero debería suprimirse la última frase de este artículo por lo expresado y porque ya está
aclarada la competencia de los tribunales civiles en el art. 16 de esta ley.

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"Art. 3º - Sujetos. Son sujetos del contrato asociativo:

a) Empresario-titular: es la persona física o jurídica, que en calidad de propietario, poseedor, arrendatario o


tenedor por cualquier título legítimo, dispone del predio rural, instalaciones, bienes o hacienda que se afecten a
la explotación tambera;

b) Tambero-asociado: es la persona física que ejecuta las tareas necesarias destinadas a la explotación del
tambo, pudiendo para tal fin contribuir con equipos; maquinarias, tecnología, enseres de su propiedad y con o
sin personal a su cargo. Dicha tarea es personal e indelegable".

También en el Estatuto del Tambero se establecía en el art. 14 la obligatoriedad del trabajo personal.
Recuerdo un caso de un tambero, que se compró un camión para hacer fletes a Mendoza, y otro que instaló una
herrería para hacer trabajos a terceros. También conocí, en mi ejercicio profesional, otro tambero que contrato al
45 % (eran otras épocas) y subcontrato al 30 %, quedándose sin trabajar con el 15 %.

¿Cuales son las ventajas del régimen del tambero, que sólo existe legalmente en Argentina y en Uruguay
según los usos y costumbres? Nos contesta con autoridad un agrarista y productor lácteo, doctor Eduardo
Biedma:

1. "Se contrata a una sola persona que es el único responsable del tambo.

2. Como recibe una participación de la producción le interesa que el tambo funcione bien.
3. El control y dirección del personal que trabaja en el tambo queda a su cargo.

4. Recibe la colaboración de su familia.

5. El sistema no contempla liquidación de feriados, horas extras, aguinaldo, vacaciones, etc.

6. Simplifica el problema de vivienda para el personal". ("Sistemas de contratación de mano de obra en el


tambo", II Simposio Lechero de Tandil, abril de 1995).

Y en el mismo trabajo Biedma nos dice: "en los tambos grandes de 500 o más vacas, en general se ha pasado
a los sistemas de equipos de trabajo en relación de dependencia, con asignación de funciones y turnos para
poder cumplir con las exigencias que imponen este tipo de explotaciones". Es decir, que se opta por peones
ordeñadores con una asignación fija, estimando que esto ocurre especialmente en la Provincia de Buenos Aires
y excepcionalmente en las demás, que integran la cuenca lechera más importante de América Latina.

"Art. 4º - Objeto. Será objeto exclusivo de la explotación, la producción de leche fluída, proveniente de un
rodeo, cualquiera fuera la raza de ganado mayor o menor, su traslado, distribución y destino.

Dentro del objeto se incluye como actividad anexa la cría y recría de hembras con destino a reposición o
venta.

Convencionalmente podrá incluirse como otra actividad anexa al producto de las ventas de las crías machos,
reproductores que se reemplacen y los despojos de animales muertos.

Con relación a la primera parte del artículo aclaro que no solo existe la producción de rodeos de bovinos,
que es lo normal, sino también de caprinos como existen en la Provincia de Córdoba y en otras regiones del
país. Leche de cabra para consumo y para quesos. También tenemos megatambos de ovinos como el proyectado
para Tandil (Provincia de Buenos Aires), que tendrá 1200 ovejas en ordeñe.

En Argentina desde 1992 existen tambos dedicados a la producción de "leche ecológica". Son tambos que
no difieren mucho de los tradicionales solo que con ellos se pretende hacer el menor daño posible al medio
ambiente (así por ej. las máquinas ruidosas están alejadas del lugar de ordeñe; para la higiene de la ordeñadora y
demás implementos se utilizan productos biodegradables; las pasturas son naturales y libres de fertilizantes
artificiales y herbicidas...). Estimo que estos "ecotambos" tienen futuro después de la nueva ley 25.127, sobre
producción ecológica, biológica y orgánica (Adla, LIX-D, 3830). La producción deberá ser reconocida y
controlada por organismos especializados y autorizados por la ley, estableciéndose como autoridad de
aplicación al SENASA, para poder gozar así de la confianza pública. De la misma forma recientemente se hizo
con los ovinos en Argentina, al sancionarse la ley 25.163 (Adla, LIX-E, 5245), de denominación de origen
controlado.

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También será requerida la leche probiótica que cuenta con notables propiedades terapéuticas y nutritivas y
que ya se procesa en Tucumán (La Nación, 12/8/95).

Con la segunda parte de este artículo desaparece la llamada "indemnización por amanse y destete", que se
consagraba en el art. 11 del Estatuto y que era otro de los temas conflictivos. Esta parte del articulado puede
provocar problemas, para el caso que no exista una declaración explícita en el contrato escrito. Me refiero a la
cría y recría de hembras, que eventualmente se pudieran vender y que al integrar el objeto del contrato, el
tambero aparentemente tendría el derecho a una participación que puede ser la misma convenida para la leche.
No así para el caso de la cría y recría de los machos, que requiere una declaración expresa para su procedencia.

Sería interesante incluir en los contratos la posibilidad de la venta de vacas viejas o de descarte del tambo,
tan común en este tipo de explotación agraria. Así también estimo conveniente aclarar el tema de la leche
destinada a la crianza de terneros o "guacheras", por cuanto si no se pacta el tambero podría reclamar la
diferencia.

"Art.5º - Duración. Los contratos que se celebren entre sí, empresario-titular y tambero-asociado, serán por
el término que de común acuerdo convengan. Cuando no se estipule plazo se considerará que el mismo fue
fijado por el término de dos años contados a partir de la primera venta obtenida por la intervención del
tambero-asociado.

No se admitirá la tácita reconducción del contrato a su finalización".


Con este artículo se crea un plazo legal y obligatorio, de orden público.

Con respecto a la tácita reconducción -vigente en su momento para los arrendamientos y aparcerías-
planteamos con Florentino Izquierdo, en el año 1969, con motivo de las Jornadas Nacionales de Contratos
Agrarios, "que la misma no alienta a concretar contratos, crea continuos problemas legales, conspira contra la
claridad y sencillez de la ley, la lealtad y seguridad del contrato" (Brebbia, "Contratos Agrarios",
p. 116, Buenos Aires, 1971). Luego la ley 21.452 (Adla, XXXVI-D, 2881) consagra esta posición para los
contratos de arrendamiento y aparcería y ahora se ratifica, con buen criterio, para este tipo de contrato.

Con la declaración de inadmisibilidad de la tácita reconducción significará que al vencimiento p. ej. de ese
contrato verbal o escrito de 2 años, entraremos en la etapa del "contrato vencido" de acuerdo al art. 1622 del
Cód. Civil y por lo tanto, cualquiera de las partes puede abandonar la explotación en cualquier momento o pedir
el lanzamiento del tambero, sin ninguna consecuencia jurídica.

"Art. 6º - Obligaciones del empresario-titular:

a) El empresario-titular tiene exclusivamente a su cargo la dirección y administración de la explotación


tambera, pudiendo delegar parcialmente dichas funciones, pero no las relativas a la responsabilidad jurídica por
las compraventas, créditos y movimientos de fondos.

b) El empresario-titular está obligado a proporcionar una vivienda, para uso exclusivo del tambero-asociado
y su familia.

c) El empresario-titular como sujeto agrario autónomo será responsable por las obligaciones emergentes de
la legislación laboral, previsional, fiscal y de seguridad social por los miembros de su grupo familiar y sus
dependientes.

d) El tambero-asociado deberá prestar conformidad en la elección de la empresa donde se efectúe la venta de


lo producido. Ante la falta de conformidad el empresario-titular asumirá el riesgo por la falta de pago en tiempo
y forma de la empresa".

Este último inciso es una novedad y me parece interesante y conveniente. Si son asociados es una
consecuencia lógica el consentimiento de ambas partes en la elección de la empresa industrializadora de la
producción. Si se equivocan ambos, la responsabilidad es compartida. Si se equivoca unilateralmente el
propietario, deberá cargar con las consecuencias y en su caso pagar las participaciones impagas o fuera de
término del empresario industrial que se declaró en cesación de pago o pospone los compromisos mensuales".

"Art. 7º - Obligaciones del tambero-asociado:

a) El tambero-asociado tendrá a su cargo las tareas necesarias para la explotación;

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b) Será responsable del cuidado de todos los bienes que integren la explotación tambera;

c) El tambero-asociado deberá observar las normas de higiene en las instalaciones del tambo, implementos
de ordeñe y animales;

d) Deberá asimismo, aceptar las nuevas técnicas racionales de la explotación que se incorporen a la empresa;

e) El tambero-asociado como sujeto agrario autonónomo será responsable por las obligaciones emergentes
de la legislación laboral, previsional, fiscal y de seguridad social por los miembros de su grupo familiar y sus
dependientes;

f) El empresario-titular deberá prestar conformidad al tambero-asociado para la incorporación del personal


que estará afectado a la explotación".

Se repiten, en general, las obligaciones reconocidas en el Estatuto originario más las disposiciones del art.
19 del dec. ley 6640/63 (Adla, XXIII-B, 981) que agregó acertadamente los incs. d) y e) al art. 30 del Estatuto.
Existe, entre otros, el trabajo de Emilio E. Arenaza ("Régimen Legal de la Lechería Nacional", Lezama, Buenos
Aires, 1982) que, junto con el de Erni, son dos obras meritorias donde se analizan estas obligaciones recíprocas.

Veamos un caso jurisprudencial aplicable:

"La actora, como tambera, incurrió en culpa grave provocando daños en las vacas de propiedad del actor,
incumpliendo con su obligación de cuidar la hacienda y los útiles de uso en el tambo (art. 15. Estatuto del
Tambero Mediero) facultando al propietario a rescindir el contrato, sin derecho por parte de la tambera a
percibir indemnizaciones (art. 30 Estatuto del Tambero Mediero). Al respecto, se ha dicho que el propietario
podrá rescindir el contrato sin derecho alguno por parte del tambero-mediero, ni indemnización de ninguna
índole, en el caso de negligencia manifiesta en la higiene de las instalaciones del tambo o sus implementos de
ordeñe" (CCivil, Com. y Laboral, Rafaela, en autos "Guettier c. Ricci", 7/4/93)".

Con respecto al inc. e) referente a la obligación del tambero de cubrir como ente autónomo todos los
requisitos de la legislación previsional, fiscal y de seguridad social, me parece una utopía. Es imposible cumplir,
especialmente en este momento con la leche a un precio irrisorio. Un tambero que ordeña 1500 litros percibe
$1260 y tiene que vivir él, la esposa e hijos y a veces algún peón. Si cumple con todos los requerimientos le
quedaran de bolsillo aproximadamente $500 para toda la familia.

"Art. 8º - Obligaciones comunes:

a) Ambas partes están obligadas a prestar diligencia en el desarrollo de la explotación aportando las
iniciativas técnicas y prácticas que coadyuven a su mejor funcionamiento;

b) En los casos en que cualquiera de las partes contratara personal para afectarlo en la explotación tambera,
que funciona con sujeción a la presente ley, está obligada, en forma individual al cumplimiento de las
obligaciones laborales, previsionales y fiscales vigentes, sin que exista solidaridad entre las partes o ante
terceros;

c) Ambas partes serán solidariamente responsables del cumplimiento de las normas sobre sanidad animal".

"Art. 9º - Cláusulas contractuales:

Los contratos que se celebren de acuerdo al presente régimen, estarán sujetos a las normas que se establecen
a continuación:

a) El empresario-titular está obligado a proporcionarle una vivienda en condiciones normales de


habitabilidad y uso funcional adecuado a las condiciones ambientales y costumbres zonales. La vivienda
proporcionada será ocupada exclusivamente por el tambero-asociado y su núcleo familiar u otras personas que
presten servicios en la explotación, dependientes del tambero-asociado. El tambero-asociado no podrá alterar el
destino del inmueble en forma parcial o total, gratuita u onerosa, ni cederlo ni locar su uso a terceros. La
violación de esta norma será causal de rescisión de contrato;

b) Los derechos del tambero-asociado a los que se refiere el inciso anterior, cesan automáticamente al
concluir el contrato o producirse su rescisión, con o sin causa. En ningún caso la desocupación de la vivienda,
podrá extenderse por más de 15 días corridos desde la notificación de la rescisión, y no más de 10 días de
vencido el plazo de vencimiento del contrato. Cumplidos los plazos señalados el empresario-titular podrá
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solicitar el lanzamiento judicial.

Estas normas son de orden público e irrenunciables".

Este artículo mantiene la filosofía del Estatuto con respecto a la desocupación de la vivienda del tambero. Y
está bien, por que se pretende fundamentalmente mantener la paz y la continuación normal de la explotación
tambera. No se puede mantener un litigio sobre la tenencia de una casa-habitación de un tambero, al que se le ha
rescindido el contrato. No sólo es la vivienda la que se encuentra ocupada, sino que normalmente el tambero
despedido y su familia se siguen movilizando por todo el campo con la posibilidad de los innumerables daños
que pueden ocasionar (por la experiencia jurisprudencial en nuestra zona: daños físicos a las vacas, obstrucción
de pozos semisurgentes, arena en el motor de tractores, incendio de parvas, desaparición de pequeñas
herramientas...).

Como normalmente los contratos escritos se han presentado a su homologación, considero que con un
simple pedido de lanzamiento, ante el mismo juez, deberá librarse la orden correspondiente, sin ningún otro
requisito formal.

Considero muy importante la celebración de contrato escrito por las ventajas que el mismo otorga,
especialmente cuando se han aclarado debidamente las obligaciones de ambas partes y de esa manera se evitan
equívocos. Así, con la vigencia del Estatuto, encontramos dos casos jurisprudenciales que admiten el pago de
trabajos extras que realizaban los tamberos: a) Amanse de yeguarizos. "La tarea de amanse de yeguarizos, por
parte del tambero mediero, en manera alguna puede considerarse como accesoria o inherente al tambo, sean los
yeguarizos amansados para andar, como para el sulky o la chata, lo que determina que estas tareas deban ser
abonadas independientemente de la participación en la producción de leche que se otorga al tambero, salvo,
como es obvio, que esta labor de amanse de yeguarizos haya sido incluída expresamente en el contrato
respectivo" (CTrab. San Francisco, autos "Utrera c. Mallia", de fecha 22/6/83, voto del doctor Isoardi). b)
Arreos de hacienda. "Los arreos de hacienda vacuna, de una fracción de campo a otra propiedad del dueño del
tambo, efectuados por el tambero mediero, no se encuentran incluídos en la labor específica del tambo, por más
que se trate de hacienda correspondiente al mismo" (CTrab. San Francisco, autos "Utrera c. Mallia", de fecha
22/6/83, voto doctor Isoardi). Ambas sentencias se encuentran publicadas en Diario Jurídico de Córdoba del 2
de setiembre de 1983.

"Art. 10 - Resolución del contrato asociativo de explotación tambera:

a) Salvo estipulación expresa en contrario, el contrato queda resuelto por la muerte o incapacidad
sobreviniente del tambero-asociado;

b) Salvo estipulación expresa en contrario, la muerte de una persona física que es parte como
empresario-titular o como integrante de una sociedad, que actúe como empresario-titular, dicha muerte no
resuelve el contrato, continuando su vigencia con los causahabientes hasta su finalización".

Estimo que debió incluirse la "jubilación del tambero-asociado", como causal de resolución.

"Art. 11 - Rescisión del contrato asociativo de explotación tambera:

a) Cualquiera de las partes puede pedir la rescisión del contrato cuando la otra parte no cumpliere con las
obligaciones a su cargo, violase las disposiciones de esta ley, o de normas reglamentarias a las que estuviera
sujeta la actividad, o lo pactado entre ellas, en cuyo caso se considerará rescindido por culpa de la parte
incumplidora.

Serán causales para rescindir el presente contrato:

1. Daños intencionales o en los que medie culpa grave o negligencia reiterada en el ejercicio de las
funciones que cada una de las partes desempeñe.

2. Incumplimiento de las obligaciones inherentes a la explotación tambera.

3. Mala conducta reiterada para con la otra parte o con terceros que perjudique el normal desarrollo de la
empresa;

b) Cualquiera de las partes podrá rescindir el contrato sin expresión de causa, debiendo la parte que así lo
disponga, dar aviso fehaciente a la otra con treinta días de anticipación. Dicho plazo deberá ser reemplazado por
una compensación equivalente al monto, que la parte no culpable de la rescisión dejara de percibir en dicho
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mes, siempre que hubiesen transcurrido más de 6 meses de ejecución del contrato y faltase más de un año para
la finalización del mismo.

La parte que rescinda deberá abonar a la otra una compensación equivalente al 15 % de lo que la contraparte
deje de percibir en el período no cumplido del contrato. El porcentaje a compensar se calculará sobre el
producido del tambo, tomándose como base el promedio mensual de los ingresos devengados en el trimestre
calendario anterior a la fecha de rescisión del contrato.

En caso de rescisión del contrato por parte del empresario-titular, el tambero-asociado entregará de
inmediato a éste la hacienda, y todos los elementos provistos para el desempeño de la explotación tambera.
Deberá facilitar comodidades habitacionales para el tambero sustituto si así se lo solicitare, sin perjuicio de lo
establecido en el art. 9º, inc. b)".

Considero que este artículo debe suprimirse totalmente. Aquí está el talón de Aquiles de esta ley que
seguramente se proyectó para evitar pleitos y litigios inútiles, pero que inevitablemente los provocará. Y doy
mis razones: a) Incorporar a la relación propietario-tambero la "novedad" del preaviso es nociva, porque ningún
propietario, conocedor de la realidad agraria, va a cometer el desatino de preavisar la resolución o rescisión del
contrato. En consecuencia es una carga más para el productor tambero, que no existía en el viejo Estatuto.

b) El importe del 15 % que deberá pagar el propietario es desproporcionado y no hago referencia a lo que
debería pagar el tambero porque sabemos por experiencia que nunca lo abonará. Veamos estos cálculos, obra de
un amigo, ingeniero y productor, que los entregó en el acto de la disertación pronunciada juntamente con el
doctor Marcelo A. Asan, en la Sociedad Rural de San Francisco:

· Inicio de la actividad: 1 de noviembre de 1999, vigente la ley actual.

· Relación: sin contrato escrito ni homologado. En este caso la ley fija el plazo de 2 años.

· Porcentaje acordado para el tambero de la producción de leche obtenida: 20 %.

· Producción diaria: 1500 litros.

· Producción mensual: 1500 lt. x 30 días: 45.000 litros.

· Precio por litro percibido: $ 0,14.

· Monto bruto teórico de la liquidación: 45.000 lts. x 0,14: $6.300.

· Porcentaje correspondiente al tambero (20%): $6.300 x 0,20: $1.260.

Si el propietario quiere rescindir el contrato sin causa el 30 de noviembre (se da cuenta en el primer mes de
trabajo que el tambero no le satisface y no puede demostrar causas graves) deberá abonar la indemnización de
acuerdo al siguiente cálculo:

· Meses o períodos pendientes para finalizar el contrato verbal: 23.

· Lucro cesante o monto que el tambero dejará de percibir: $1260 x 23: $28.980.

· El 15 % de dicho lucro cesante resulta: $28.980 x 0,15: $4.347.

O sea, si el propietario no se vincula con un contrato con fecha cercana a la iniciación y desea rescindir en
los primeros meses (en el caso ilustrado, en el primer mes), para una producción de 1500 lts. Debería abonar
$4347. Y si la rescisión fuera por parte del tambero éste debería abonar al propietario la suma de $17.388".

Por mi parte siempre pregoné que debe desaparecer todo tipo de indemnización en esta relación contractual.
Sugerí que se tomara el modelo de los obreros de la construcción (régimen de la construcción, ley 22.250, arts.
15/18 -Adla, XL-C, 2457-), y de otros regímenes laborales, donde se establece un aporte mensual, en este caso
de las dos partes, p. ej. de un tres por ciento sobre la liquidación (1,5 cada parte), que se deposita en un Banco y
que cuando concluya la relación contractual el tambero lo puede retirar. No hay posibilidad de conflicto y existe
un ahorro forzoso y en beneficio del tambero, con una mínima cuota de aporte del propietario.

"Art. 12 - Retribución al tambero-asociado.

El tambero-asociado percibirá la participación que le corresponda, de acuerdo al modo, forma y oportunidad

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que hayan convenido entre las partes".

"Art. 13 - Disposiciones en materia previsional, fiscal y laboral.

A todos los efectos previsionales, fiscales y laborales, se considerará a los sujetos del contrato como titulares
de explotaciones independientes. Tanto el empresario-titular como el tambero-asociado serán considerados
exclusivamente como autónomos frente a la legislación previsional, laboral y fiscal a todos sus efectos.

Una pregunta: ¿hoy podrá un tambero pagar todas las cargas previsionales, laborales y fiscales? Estimo que
no. Y por lo tanto deberá buscarse algún medio eximente o de prórroga para evitar que los tamberos se
conviertan en perennes infractores a las leyes tributarias".

"Art. 14 - El contrato asociativo de explotación tambera deberá ser homologado, a petición de cualquiera de
las partes, en el tribunal civil que tenga competencia en el domicilio del lugar de celebración del mismo".

Entramos en el ámbito del derecho procesal agrario e instintivamente vienen a nuestra memoria aquellas
palabras del gran procesalista Calamandrei que expresó en el Primer Congreso Nacional de Derecho Agrario, en
Firenze, año 1935: "il processo segue il diritto come l' ombra segue il corpo".

Aquí hay una norma procesal, como también lo es la que estableció la competencia o fijó el plazo y los
medios para la desocupación de la vivienda. Así se da aquello que nos enseñaba el maestro platense Ibañez
Frocham, cuando expresó: "dondequiera que se la ubique, dentro del ordenamiento jurídico del país, la norma
será procesal... si es procesal" ("La Jurisdicción", p. 33, Buenos Aires, 1972). Así hay normas procesales en la
Constitucional Nacional o en las Provinciales, en los Códigos o en las leyes de fondo. No se impugnan de
inconstitucionales por pertenecer al derecho procesal sustancial.

En primer lugar la ley establece la obligación de homologar el contrato, al utilizar el verbo "deberá". ¿Qué
ocurre si no se cumple con esta formalidad? ¿Y hasta cuando hay plazo para homologarlo?

Al no establecer la ley plazo para homologar deberíamos encontrar la solución dentro de la temática de los
contratos agrarios. Y para ello aplicaríamos por analogía, conforme lo establece el art. 16 del Código Civil, el
art. 39 de la ley 13.246 (modif. ley 22.298) que dice: "hasta 15 días antes de su vencimiento...".

En segundo lugar establece como competencia de los tribunales civiles "el domicilio de celebración del
contrato". De los tribunales civiles ya hablaremos, pero de la fijación de la competencia por el lugar de
celebración no me parece atinada, sino desafortunada, por cuanto rompe con el principio general del art. 17 de la
ley de arrendamientos. Esto ocurre porque se legisla parcialmente sobre un contrato agrario perdiéndose la
visión de lo general. En una buena metodología legislativa, este contrato debió integrar la Ley General de
Contratos Agrarios, como lo venimos pregonando hace tiempo con Fernando Brebbia.

En consecuencia, si soy propietario de un campo en la provincia de Córdoba y el contrato de explotación


tambera lo celebro en la Capital Federal, allá se deberá homologar ante el Juez Civil y allá deberá ocurrir el
tambero para hacer valer sus derechos. Me parece un error.

Por otra parte hay algo muy importante que conlleva la obligatoriedad de la homologación: en cada tambo
se necesitaran dos abogados (uno para el propietario y otro para el tambero). Nadie firma un contrato sin
consultar y más aún, el costo procesal con firma de letrado para su homologación, abonando las tasas de justicia
que en algunas provincias son elevadas. Para los abogados enhora buena, pero para las alicaídas explotaciones
tamberas...

En segundo lugar con respecto a la competencia.

En general los problemas del tambero pasan de la competencia de los tribunales del Trabajo, con el principio
"in dubio pro operario" al principio de igualdad entre las partes en el proceso civil. Aquí quiero hacer un
homenaje especial a la Cámara del Trabajo de Bell Ville (Córdoba) que fue la única en Argentina que siempre
mantuvo el criterio de la incompetencia por razón de la materia al reconocer que en el contrato de tambero
mediero que existía una relación laboral y por lo tanto no correspondía el amparo de ese fuero. Felicitaciones
entonces a los camaristas, que no tengo el honor de conocerlos, doctores Luis M. Camps, Osvaldo B. Tarditti y
Manuel Luis De Palacios y todos los demás jueces de esa Cuarta y Quinta Circunscripción Judicial, que
mantuvieron ese criterio. El tiempo y la ley les ha dado la razón.

Estimo que la expresión propuesta en el Anteproyecto del Instituto Rafaelino era la correcta: "los diferendos

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que se planteen entre las partes se dirimiran ante el Fuero Agrario y/o Civil en su defecto". Si bien no hay
provincias que tengan un fuero agrario -solo algunas fijan la competencia agraria- existe la declaración del XI
Congreso Nacional de Derecho Procesal de La Plata, de 1981, que textualmente expresa: "Que resulta necesario
crear un fuero agrario especializado, organizado dentro del Poder Judicial, con jueces versados en derecho
agrario, regido también por un procedimiento especial, incluido en códigos o leyes de procedimientos, en
armonía con la naturaleza y características del derecho a aplicar atribuyéndole una competencia específica y
diferenciada de la civil, comercial y laboral".

¿Que pasaría si alguna provincia decidiera organizar este fuero agrario? Las incidencias sobre el contrato de
explotación tambera, que se reconoce en la ley de naturaleza agraria, quedarían reservadas para el fuero civil.

"Art. 15 - La presente ley entrará en vigencia a partir del primer día del mes siguiente al de su publicación.

A partir de la vigencia de la presente ley queda derogado el dec. 3750/46 sin perjuicio de los derechos
adquiridos hasta el presente".

Habiéndose publicado en el Boletín Oficial en el mes de octubre de 1999, entró en vigencia el 1 noviembre
de 1999.

La última parte de este artículo sin duda traerá problemas, pero era necesaria su implementación, pues de lo
contrario se podía tachar de inconstitucional a esta ley porque suprimía derechos adqui-ridos.
Todos sabemos que esta teoría de los derechos adquiridos estaba incorporada al régimen jurídico argentino a
través de las normas del Cód. Civil (arts. 3º, 5º, 4044 y 4045) que protege los derechos privados patrimoniales
incorporados al patrimonio del adquirente. Hoy solo rige el art. 3º del Cód. Civil con la reforma de la ley 17.711
(Adla, XXVIII-B, 1810) que establece que las leyes "no tienen efecto retroactivo... salvo disposición en
contrario. La retroactividad establecida por la ley en ningún caso podrá afectar derechos amparados por
garantías constitucionales".

¿Y cuáles serían esos derechos adquiridos del tambero? Pienso que el más importante, quizás el único, es el
del pago de la indemnización por rescisión del contrato. En caso contrario perdería la antigüedad.

Efectivamente si un tambero tiene una antigüedad de 10 ó 20 años bajo ese régimen jurídico es injusto que
pierda sus derechos por una nueva ley. En consecuencia me pregunto: ¿hasta cuándo regirán los dos sistemas
legislativos? Estimo hasta que concluya la relación contractual.

Ahora bien, ¿la competencia es un derecho adquirido? Estimo que no, por cuanto había tribunales que
negaban la competencia laboral. Por lo tanto todo juicio relativo al contrato de explotación tambera, a partir del
1 de noviembre de 1999, debe tramitarse ante el juez Civil que intervino en la homologación del contrato o en
su caso el juez Civil de ubicación de la explotación tambera, que coincide con el domicilio del tambero.

Especial para La Ley. Derechos reservados (ley 11.723)


Con la colaboración de Marcelo A. ASAN

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