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El derecho agrario cubano

Propuesta al legislador

Autora: Lic. Miriam Velazco Mugarra

Premio del Concurso anual de la Organización Nacional de Bufetes


Colectivos 1998
INDICE

Página
4
INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I Fundamentos teóricos de Derecho y Proceso Agrario. 6

CAPÍTULO La Doctrina procesal agraria y el Derecho comparado. 9 13


II

Proceso de socialización de la tierra en Cuba a partir de 


1959.
 La Reforma Agraria.
CAPÍTULO
III  Formas de asociación para la producción
agropecuaria.
 La contratación económica y el Mercado
Agropecuario.

CAPÍTULO La justicia agraria cubana. 17


IV Garantías constitucionales agrarias.
Procedimientos actuales:
1.- Procedimiento agrario.
2.- Registral.
3.- Contravencional.
4.- Quejas.
Ministerio de la Agricultura organismo rector de la materia
agraria.
Organos consultivos y auxiliares de la administración
agraria.
Reclamaciones económicas agrarias.

CAPÍTULO Bases de la propuesta. 27


V

CONCLUSIONES 31

BIBLIOGRAFIA 34

INTRODUCCION

sta “Propuesta al legislador”, se inserta en la especialidad de Derecho

E Agrario, ignorado por muchos juristas y con opositores de su carácter

autónomo en tanto no existe en nuestro contexto, una

conceptualización teórica del proceso agrario, su naturaleza, alcance,

contenido y principios generales motivado por la carencia de un

ordenamiento coherente con el desarrollo alcanzado por nuestro sistema de

Derecho.

Su objetivo es promover la reflexión del legislador y de los estudiosos del

Derecho y del Proceso Agrario, para encaminar sus esfuerzos hacia la

sistematización y formulación teórico legal de sus institutos; imprecisos

actualmente.

A esos fines, se formula sobre las Bases a tener en cuenta para el

reordenamiento orgánico y procesal de la jurisdicción especial agraria, con

vistas a propiciar una verdadera correspondencia entre el Derecho y el

Proceso Agrario cubano, aprovechando la infraestructura existente creada

por el Ministerio de la Agricultura, que por mandato de Ley es el organismo


rector de la materia, excluyendo de su conocimiento a la vía judicial.

No se pretende agotar el tema abordado con esta propuesta. Se trata de

exponer de modo sintético y objetivo, los aspectos puntuales que requieren

de un profundo estudio para la caracterización del ius agrario cubano y de

su derecho positivo, en relación a lo cual existen diversos criterios de

agraristas, docentes y en ejercicio práctico.

El método utilizado es la investigación bibliográfica; vinculado a conceptos

teóricos configurados a partir del análisis del quehacer agrario cubano,

teniendo en cuenta para ello, nuestra realidad económico social y su

posible relación con los textos consultados.

He considerado además, la experiencia de profundos conocedores de la

justicia del campo mediante periódicos encuentros con especialistas del

Ministerio de la Agricultura, del Ministerio del Azúcar y de la Asociación

Nacional de Agricultores Pequeños.

He tenido el privilegio de contar con la rica experiencia de quien fuera

Presidente de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños y miembro

del Buró Político del Partido Comunista de Cuba; compañero José Ramírez

Cruz, al que agradezco profundamente su dedicación para ilustrarme con

sus conocimientos para esta propuesta.

También he considerado mi práctica personal realizada al abogar por

campesinos ante las Direcciones Municipales de Cooperativas y Campesinos y


en los sucesivos niveles de la administración de la Agricultura, lo que me ha

permitido constatar las diversas dificultades que se presentan, por la carencia de

un ordenamiento consecuente con el desarrollo alcanzado en esa esfera.

Asimismo, para la proyección de esta ponencia, compartí criterios con

dirigentes del Sindicato Agropecuario y con representantes de las

Cooperativas de Créditos y Servicios, de Producción Agropecuaria y de las

Unidades Básicas de Producción Cooperativa, sobre su actividad productiva

y financiera, lo cual me ha brindado la oportunidad de revalorizar mis

conceptos sobre la socialización y consecuente divulgación del Derecho y

del Proceso de la agricultura.


Capítulo I

FUNDAMENTOS TEORICOS DE DERECHO Y PROCESO AGRARIO

l desarrollo y madurez del Derecho Agrario, impulsado por

E acontecimientos históricos de gran importancia en la Nación, exige su

debida correspondencia con las normas procesales, que resultan el

instrumento adecuado para su tutela y para la demostración inequívoca de

sus fines; la satisfacción de los intereses económicos y sociales propios de

la agricultura.

Para ello debemos caracterizar sus institutos, a fin de definir rasgos

particulares de especialidad, mediante los cuales se pueda estructurar el

proceso para darle un adecuado enfoque científico.

Desde luego, el proceso agrario surge a partir de la propia existencia del

derecho sustantivo, y en particular por la definición de su naturaleza.

Resulta indiscutible que es un Derecho de interés público y social en tanto

se enmarca en la actividad de la producción, del producto agrario, y de la

sociedad en general.

El Derecho Agrario cubano tutela intereses de la producción y de la

colectividad, de ahí, su carácter de Derecho social. Ha de considerarse la

intervención del Estado para la satisfacción, en primer lugar, de un interés


colectivo sin ignorar los derechos de los campesinos.

El contenido de Derecho Agrario esta condicionado por su propia

naturaleza, en tanto abarca las complejas relaciones sociales que surgen

con motivo del uso y explotación de la tierra y de los bienes agropecuarios,

y de la comercialización de los productos agrícolas.

Es así, que para asesorar legalmente esta materia, resulta indispensable el

dominio de la gestión económica y la actividad social inherente a las

relaciones que surgen entre los sujetos que intervienen en la Agricultura, y

para ello se requiere el conocimiento de otras ramas de Derecho por su

estrecha vinculación con su actividad; entre ellas: Derecho Constitucional,

Laboral y Seguridad Social, Fiscal, Económico, Financiero, Medio ambiente,

Mercantil y Societario. En el capítulo III de este trabajo se aprecia de forma

práctica la relación entre estas disciplinas del Derecho.

A los sujetos a los cuales van destinadas las normas agrarias, les

corresponden derechos y obligaciones de conformidad con su participación

en la actividad agrícola; entre ellos se pueden considerar los siguientes:

Personas naturales:

 propietarios y usufructuarios de tierra.

Personas jurídicas:

 Cooperativa de créditos y servicios, C.C.S.


 Cooperativa de producción agropecuaria, C.P.A.

 Unidades Básicas de Producción Cooperativa, U.B.P.C.

 Granja estatal de nuevo tipo.

 Otras granjas estatales.

 Asociación Nacional de Agricultores Pequeños. A.N.A.P.

 Institutos Politécnicos Agroindustriales.

 Complejos agroindustriales. C.A.I.

 Empresas agropecuarias de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del

Ministerio del Interior, estatales y de otras entidades no estatales.

 Granjas del Ejercito Juvenil del Trabajo, E.J.T.

 Organismos de la administración central del Estado, Ministerio de la

Agricultura y Ministerio del Azúcar, que intervienen de manera directa en

las relaciones jurídicas agrarias, pudiendo considerarse otros, según,

mantengan en uso y explotación: tierras en administración, en propiedad,

usufructo o arrendamiento.

La tutela concedida a los sujetos de la relación jurídica agraria no puede ser

atendida en toda su magnitud mediante un proceso civil de estricto orden

privado o de un proceso contencioso administrativo donde el Estado se

encuentra facultado de ilimitadas prerrogativas.


Por tanto es atinado concluir que: las relaciones que se originan en el

proceso de producción agropecuaria en nuestro país, necesitan para su

conocimiento y resolución de la existencia de órganos colegiados

especiales a fin de darle el tratamiento jurisdiccional propio que merece.

Es obvio que esta necesidad surge, como dije antes, por el desarrollo

alcanzado en cuanto a la normativa material del agro.

En consecuencia, nuestro ordenamiento procesal debe responder a los fines y

objetivos de la realidad económica social de la agricultura, ofreciendo todas las

garantías a los sujetos que intervienen en ella. Debe considerarse la conexión

del interés individual con los colectivos, y es por ello que las normas deben

estar inspiradas en fines generales, con lo cual se socializa el objeto del

proceso agrario, que debe reflejar equidad entre el interés público y el interés

privado.

Comparto el criterio de muchos agraristas de que el proceso agrario debe

ser rápido, económico, barato y sin excesos formales, dotado de un alto

contenido social, adecuado a las exigencias de la agricultura y de las

relaciones económico sociales.

Por consiguiente, sus principios generales tenderán a la oralidad, sin eliminar

la escritura, a fin que los sujetos sean escuchados mediante el contacto directo

e inmediato entre las partes y el actuante, dando vida al principio de la

inmediatez, impulso procesal de oficio, y concentración para que el proceso


se desarrolle en un trámite sencillo que permita el conocimiento del resultado

en un corto tiempo, logrando con ello la aspiración de alcanzar un proceso

económico y sin excesivas formalidades, acorde con los intereses que se

debaten.

Otro principio importante es la actividad discrecional, que debe estar

presente en la justicia agraria toda vez que se requiere de esta facultad para

resolver situaciones no previstas en las normas, en razón de regular estas

realidades en constante cambio.

La facultad discrecional deberá tener presente los principios que inspiran las

leyes agrarias.

Ha de considerarse también el proceso de oficio, facultando a la autoridad

correspondiente a actuar oficiosamente en búsqueda de la verdad material,

teniendo como premisa los derechos sociales y los derechos de los

campesinos.

Se observa en la actualidad el desarrollo del Derecho Agrario en todas las

latitudes unido a su gran dispersión legislativa, motivado por los constantes

cambios que ocurren en el sector de la producción agropecuaria, vinculada

al consumo y a la comercialización, así como a la introducción de nuevas

técnicas. A esta situación mundial no escapa Cuba, que por su condición de

país agrícola necesita la dedicación de los juristas cubanos para su estudio

y perfeccionamiento teórico, doctrinal y práctico.


Capítulo II

LA DOCTRINA PROCESAL AGRARIA Y EL DERECHO COMPARADO


L
a doctrina procesal agraria es de reciente origen si se tiene en cuenta

que en el decursar de este siglo ha tenido que enfrentar la

jurisprudencia, cuya tendencia ha sido llevarlo a los principios de

Derecho Civil. Uno de sus primeros obstáculos fue visto en el Primer

Congreso Nacional de Derecho Agrario italiano celebrado en Florencia en

1935, en el que Piero Calamandrei, desechó la creación de cualquier tipo

de Tribunales agrarios, siempre en aras de sostener la unidad procesal civil.

No es hasta la segunda mitad de este siglo que se aprecia la creación de

posiciones procesales agrarias en correspondencia con la complejidad de

las relaciones económicas de la sociedad moderna.

En Europa el sistema procesal resulta muy variado respecto a la naturaleza

de sus órganos, competencia, tipo de procedimiento y principios que lo

informan. Por ejemplo, en Alemania Federal se encuentra el

Landwirschaftsgerichte que es un órgano facultado para conocer las

controversias relacionadas con los arrendamientos agrarios y forestales, así

como el régimen de la transmisión hereditaria. Bélgica conoce en sede civil.

En España existen los Jurados de riego, el Tribunal de Aguas de Valencia, y

los Tribunales de Censo de Cataluña. En Inglaterra es competencia de

árbitros y órganos judiciales especializados. Irlanda posee Tribunales

agrarios. Italia tiene dentro de los Tribunales civiles una sección

especializada agraria, integrada por jueces juristas y legos, cuya


competencia se refiere al conocimiento de la contratación agraria. En

Portugal existe una Comisión arbitral integrada por un juez de distrito

(Presidente), un representante del Ministerio de la Agricultura y otro de las

organizaciones agrícolas, cuya resolución tiene apelación ante el tribunal de

la Relacao. En Suecia existen jueces especiales.

En América se observa, en la primera mitad del siglo, los ejemplos de

México y Argentina, al resolverse la justicia agraria en una jurisdicción

especial.

El desarrollo de la jurisdicción agraria en Latinoamérica es destacado en

México, que ya en la segunda década de este siglo había dictado la Ley de

Reforma Agraria, sentó principios fundamentales del proceso del agro, y las

bases para garantizar los derechos concedidos a través de procedimientos

especiales.

En Chile, en 1967, se crean los tribunales agrarios sujetos al poder judicial.

Con excepción de México, Perú y Venezuela es regla que la materia del

Derecho Agrario se conoce en la jurisdicción ordinaria, aun cuando en las

leyes de reforma agraria exista previsión para el establecimiento de

tribunales agrarios.

El procesalista Hector Fix Zamudio, en 1960 afirmó:...”aún no se ha

intentado en forma sistemática una estructuración procesal que nos permita

conocer los lineamientos del proceso agrario y su vinculación con la teoría


general del proceso” (1). Este jurista mexicano laboró en la estructuración

del proceso agrario en México, que en la actualidad es un vivo ejemplo para

la ciencia procesal, dotada de principios específicos producto de la

socialización de las relaciones jurídicas agrarias.

El destacado jurista italiano Mauro Cappelleti centra su estudio al respecto

en tres elementos: el órgano agrario, el procedimiento, y los principios

procesales informadores del sistema con una amplia visión del Derecho

comparado.

Los más destacados procesalistas agrarios de Europa entre otros, son los

italianos; Antonio Carrozza, Presidente de la Unión Mundial de Agraristas

Universitarios, Alfredo Massart, Anselmi Blas, Cappelleti, y Germano y los

españoles Sanz Jarque, Agundez y Fairen, los que han profundizado en los

principios del proceso agrario. En América Latina sobresalen la mexicana

Chávez Padrón, el peruano Figallo, y el profesor Ricardo Zeledón, de Costa

Rica, Consultor internacional en esta materia.

Es importante destacar que el VIII Congreso Mexicano de Derecho Procesal

celebrado en 1979 reunió a estudiosos del Derecho Agrario y procesal de

América Latina y Europa, para tratar esta nueva clasificación jurídica,

orientados en los temas de tribunales agrarios, proceso agrario, derecho

procesal agrario en el ámbito internacional, procedimientos especiales

agrarios y el amparo en materia agraria, todo lo cual constituye un


verdadero aporte doctrinal.

En el Congreso Mundial de Agraristas Universitarios, celebrado en Brasil en

el año 1994 se abordaron, entre otros temas, las tendencias actuales del

Derecho Agrario, el cual se vincula con los Derechos Humanos y el Derecho

Ambiental.

Nuestro país participó en el Primer Encuentro de Derecho Agrario Ambiental

celebrado en San José de Costa Rica en 1997, integrando la Comisión

permanente creada en el área para el estudio de esta disciplina de

trascendental importancia para toda la Sociedad.

En Cuba, antes de 1959, los conflictos y reconocimientos de derechos

agrarios eran competencia de los juzgados civiles.

En nuestros campos no existía la más elemental justicia, expresando esta

situación el doctor Fidel Castro Ruz en su histórico alegato, “La Historia me

absolverá”: “El ochenta y cinco por ciento de los pequeños agricultores

cubanos está pagando renta y vive bajo la perenne amenaza del desalojo de

sus parcelas. Más de la mitad de las mejores tierras de producción cultivadas,

está en manos extranjeras. En Oriente, que es la provincia más ancha, las

tierras de la United Fruit Company y la West Indian unen la costa norte con

la costa sur. Hay doscientas mil familias campesinas que no tienen una vara

de tierra donde sembrar unas viandas para sus hambrientos hijos y, en

cambio, permanecen sin cultivar, en manos de poderosos intereses, cerca de


trescientas mil caballerías de tierras productivas. Si Cuba es un país

eminentemente agrícola, si la ciudad depende del campo, si el campo hizo la

independencia, si la grandeza y prosperidad de nuestra Nación depende de un

campesinado saludable y vigoroso que ame y sepa cultivar la tierra, de un

Estado que lo proteja y lo oriente, cómo es posible que continúe este estado

de cosas?”. (2)

Es con la promulgación de la Primera Ley de Reforma Agraria de 17 de

mayo de 1959 que se establece una verdadera justicia del campo. Esta Ley,

de rango constitucional, es el primer antecedente cubano que prevé los

Tribunales de Tierra para ... “el reconocimiento y resolución de los procesos

judiciales que genera la aplicación de esta Ley y de los demás relacionados

con la contratación agrícola y la propiedad rústica en general.” (3)

El establecimiento de esos Tribunales quedó a cargo del extinguido Instituto

Nacional de Reforma Agraria, INRA, y hasta tanto no se constituyeran los

mismos, se consideró competente para conocer de los procesos de

expropiación forzosa de fincas rústicas, al juez de primera instancia de la

demarcación donde se encontraba la Finca.

De este modo, respecto al uso y tenencia de las tierras agropecuarias y

forestales con motivo de la aplicación de dicha Ley, fue competente el

antiguo INRA, resolviendo los Tribunales lo referente a las transmisiones

hereditarias y liquidación matrimonial de bienes agrarios.


El Instituto Nacional de la Reforma Agraria creó Comisiones en la Zona

Oriental del país, conocidas como Comisiones de Conflictos Campesinos,

que resolvían asuntos relacionados con el reconocimiento al campesino de

la condición de beneficiario de la Ley de Reforma Agraria y su

correspondiente inscripción en el Registro de tenencia de la tierra.

Con el expresado propósito, las Comisiones referidas realizaban

investigaciones respecto a la vinculación del campesino a la tierra como

precarista o arrendatario, adoptando mediante Acta Acuerdo sus

consideraciones, las que debían resultar aprobadas por la Comisión

Regional de Protección a la tierra estatal y campesina para proceder de

inmediato a su ejecución. Se anexa a este trabajo fotocopia de un

expediente tramitado por la Comisión Regional Holguín Norte de fecha 14

de octubre de 1971.

No es hasta 1981 que se dispone mediante Acuerdo del Consejo de

Gobierno del Tribunal Supremo Popular, dar cuenta al Ministerio de la

Agricultura (sucesor del INRA), de los procesos referidos a fincas rústicas o

bienes de producción agropecuaria, a los efectos de ejercer los derechos de

que al respecto se estimara asistido, en cumplimiento de lo establecido en

la Ley de Procedimiento Civil, Administrativo y Laboral, ya que estos

tramites no se venían realizando por las instancias judiciales

correspondientes.
En fecha 30 de diciembre de 1982, se regula la herencia agraria mediante el

Decreto Ley 63, el que sustrae del conocimiento de los Tribunales estos

trámites, transfiriéndolos a la competencia del Ministerio de la Agricultura.

Para heredar la tierra, esta norma establecía la exigencia al heredero de

mantenerse trabajando de forma permanente y estable en la Finca por el

término de un año antes del fallecimiento del titular.

El referido texto legal fue derogado por el Decreto Ley 125 de 30 de enero

de 1991 y a su tenor, en la actualidad, todas las cuestiones de derechos y

reclamaciones relativas al uso y explotación de la tierra y bienes

agropecuarios se resuelven exclusivamente por la Administración de la

Agricultura, sin que las resoluciones dictadas por su autoridad pueden

impugnarse en la vía judicial.

Hasta el momento no contamos con la estructuración de una doctrina

procesal agraria, aunque existe una rica experiencia en este campo que

permite caracterizarla con rasgos propios y distintos a la concepción

sostenida por nuestros hermanos latinoamericanos, lo cual esta motivado

por los principios filosóficos y éticos del Sistema Socialista.


Capítulo III

PROCESO DE SOCIALIZACION DE LA TIERRA EN CUBA A PARTIR DE

1959

as normas positivas agrarias en Cuba establecen las bases principales

L para el uso y explotación de la tierra, presentes en la Ley de Reforma

Agraria de 17 de mayo de 1959 y refrendados en nuestra Carta

Magna; a saber:

 Imprescriptibilidad para la reivindicación estatal.

 Prohibición de aparcería, arrendamiento, e hipoteca.

 Prohibición de trasmisión de las tierras agrarias excepto por herencia,

ventas al Estado o permutas autorizadas.

 Obligación de explotar las tierras adecuadamente.

 La tierra para el que la trabaja.


Estas bases están presentes en toda la normativa del agro cubano y son el

resultado de metas sociales alcanzadas por nuestro pueblo luego del triunfo

revolucionario. Su significado se inserta en la historia de la Nación cubana,

pues a partir de esta trascendental Ley de Reforma Agraria, la propiedad

agrícola fue redistribuida, beneficiando a más de 230,000 aparceros,

arrendatarios y precaristas. Mediante la nacionalización de la tierra se eliminó

el latifundio que ostentaban extranjeros y nacionales, pasando

aproximadamente el 70% al fondo estatal unido a los medios fundamentales

de producción, que de este modo pertenecían al pueblo.

Se realiza así una distribución justa de la tierra bajo los principios del

tránsito de la propiedad privada a la propiedad social, la consolidación de

las relaciones socialistas de producción, el control del Estado sobre el uso y

tenencia de la tierra, la utilización eficiente y racional de los recursos

agropecuarios y la legalidad socialista en las relaciones agrarias;

alcanzando la población rural acceso a la salud, la educación y la seguridad

social, lo que ha elevado la justicia social en nuestros campos.

En la década del 60 se observa el comienzo de un proceso acelerado de

socialización estatal de la tierra mediante las granjas del pueblo, granjas

agropecuarias ganaderas, algunas de cultivos varios y granjas cañeras, las

que posteriormente dieron origen a las agrupaciones regionales. En esa

época, como estructura inferior de la Granja existía el lote y el


departamento, luego, distrito, los que se mantuvieron aún cuando

desaparecieron estas formas de socialización surgiendo la Empresa estatal

socialista como nuevo modelo tecnológico dada la relación comercial de

Cuba con los países del Consejo de Ayuda Mutua Económica, CAME,

integrado por los países socialistas.

La política agraria cubana se desarrollaba en la explotación de grandes

extensiones de tierra, revitalizándose a partir de 1976 el proceso de

cooperativización de la tierra de agricultores pequeños, institucionalizado

más tarde por la Ley 36 de 22 de septiembre de 1982, situación que se

mantuvo hasta la caída del campo Socialista en la Europa del Este.

En el año 1993, en pleno período especial, en un análisis de la economía

agraria cubana se adoptó, mediante acuerdo del Buró Político del Partido

Comunista de Cuba, la decisión de crear dos formas de organizaciones

económicas para la producción agrícola: las Unidades Básicas de

Producción Cooperativa, UBPC, mediante la concesión del usufructo de la

tierra estatal, y las Granjas de nuevo tipo a las que se entregó tierras en

administración. Además, la creación del Mercado Agropecuario, el

fortalecimiento de las Cooperativas de Créditos y Servicios, y la concesión

de usufructo para el autoconsumo y la producción.

Es importante señalar que las Unidades Básicas de Producción Cooperativa

se han convertido en un vital eslabón de la agricultura cubana, pues aún


cuando el traspaso de la dotación inicial de los medios de producción por

parte de la Empresa estatal, ha afectado sus indicadores económicos, han

reducido las pérdidas sustancialmente, lo que evidencia que una vez que se

liberen de ese gravamen, podrán recuperarse y transitar hacia la

rentabilidad. Muestra de ello fue el resultado del Cuarto Encuentro Nacional

de Unidades Básicas de Producción Cooperativa no cañera, celebrado en

Santiago de Cuba, en el cual se demostró que en esta provincia más del

70% de sus Unidades Básicas de Producción Cooperativa son rentables.

Del modo explicado, más del 80 % del fondo de la tierra estatal pasó a

manos de los obreros vinculados a estas nuevas entidades, siendo dueños

de los medios de producción y de sus producciones. También se entregaron

tierras en usufructo a personas individuales para el autoabastecimiento

familiar , para el cultivo del tabaco, café y cacao, y para la producción

agropecuaria.

Todas estas formas de tenencia de la tierra se integran a la economía

nacional mediante compromisos contraídos por los productores respecto a

la línea fundamental y cantidad de producción, así como su

comercialización con el Estado en beneficio de toda la Sociedad cubana.

Esta transformación, introducida en la Agricultura estatal, ha reanimado la

contratación económica, teniendo en cuenta que tanto las Unidades Básicas

de Producción Cooperativa cañeras como las no cañeras, venden su


producción mediante contrato a la Empresa que ejerce el control estatal

sobre ellas, por lo que de hecho las Empresas productoras han

transformado sus funciones a Empresas de aseguramiento y servicios.

Por otra parte, las Unidades Básicas de Producción Cooperativa deben

contratar con la Empresa y otras entidades estatales los insumos, servicios,

transporte, y otras actividades en virtud de lo cual resultan de aplicación las

Normas Básicas para los contratos económicos y las normas establecidas

para los contratos de suministros, compraventa especial de productos

agropecuarios, de operación de transporte y transporte de carga, entre los

más utilizados.

Las UBPC cañeras en la actualidad contratan todas las tareas de la zafra

con el Complejo Agroindustrial, CAI, al que están vinculadas sus tierras,

abarcando estos contratos todo lo referente a especificaciones de calidad,

gastos, y condiciones de transporte, balance de fuerza de trabajo,

programas de siembra y demolición, insumos, paralización para la

conservación de equipos, y otras actividades. Para ello, se han adoptado

las Bases Permanentes de Contratación, para aseguramiento, compraventa

y servicios de la zafra, a fin de propiciar dichos objetivos. Operativamente,

las sucesivas relaciones mercantiles entre las partes, pueden

suplementarse atendiendo a las mencionadas Bases de Contratación.

Las Unidades Básicas de Producción Cooperativa realizan además


contratos con particulares y otras entidades del mismo sector, que no

contravengan lo dispuesto al efecto. Formalizan también contratos de

crédito y de seguro de sus bienes.

En 1996 se encontraban creadas en Cuba 1577 UBPC, 771 CPA y 2331

CCS, vinculadas a la producción agropecuaria, dedicadas a cultivos varios,

ganadería, cítricos y frutales, café, tabaco, arroz y apicultura; mientras que

dedicadas a la producción azucarera se contaba con 1126 UBPC, 381 CPA

y 524 CCS. Estas cifras dan la medida de la necesidad urgente de un

servicio legal especializado para este Sector productivo.

En virtud de los nuevos conceptos organizativos adoptados por el Ministerio

de la Agricultura para poner en producción tierras estatales ociosas, se ha

dictado la Resolución No. 960 de 22 de Diciembre de 1998, por la cual se

regula la vinculación del trabajador agrícola al área, al que actualmente se

le conoce como finquero.

La Resolución No. 4/96 del Ministro de Economía y Planificación crea las

normas generales de Dirección, Organización y Funcionamiento de las

Granjas Estatales, cuyas regulaciones laborales y salariales se establecen

en la Resolución No. 8/96 del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Tomando éstas como base, se ha dictado la Resolución No. 780 de 30 de

Noviembre de 1998: Reglamento General de las Granjas Estatales

subordinadas al MINAG.
Respecto a las Cooperativas de Créditos y Servicios integradas por

agricultores pequeños, se trabaja por su Asociación Nacional para su

fortalecimiento integral, que comprende la venta de recursos colectivos, la

revitalización de la junta directiva, la creación de su cuenta de operaciones,

y la contratación de asalariados como son un administrador, un económico,

un representante vendedor, operadores, y trabajadores, de acuerdo a la

necesidad de la Cooperativa, todo lo que autoriza la Resolución No. 8/97 del

Ministerio del Trabajo. También se les puede entregar tierras en usufructo

que pueden ser trabajadas por sus trabajadores, conforme lo regula la

Resolución No. 768/98 del MINAG.

La existencia de estas numerosas unidades de producción originan una

amplia contratación económica, que requiere de asistencia letrada que

abarque su asesoramiento y ejecución. Los abogados designados por estas

entidades productivas, además, deberán asesorar sobre los aspectos

legales relativos a organización, disciplina, seguridad social, impuestos,

créditos, seguros, sistema de cobros y pagos, régimen de posesión,

propiedad y herencia de la tierra, registro de la tierra, registro pecuario,

sanidad vegetal, uso de los suelos, regulaciones sobre medicina veterinaria,

responsabilidad material, régimen de contravenciones y régimen especial

de la vivienda para este sector, reclamaciones económicas comerciales y

judiciales, las originadas por daños y perjuicios y otros temas vinculados a

su actividad, como la comercialización de sus productos en el Mercado


Agropecuario.

El Mercado Agropecuario de nuestro país establecido desde septiembre de

1994, tiene como objetivos: elevar la producción agropecuaria con destino a

la población y mantener la existencia de un mercado amplio con precios

liberados, donde se comercialicen los excedentes de la producción, los

productos no contratados y las producciones no fundamentales, resultando

obvio que la concurrencia al mercado estimula el incremento de la

producción agropecuaria y por consiguiente la contratación económica. El

actual reglamento del Mercado se establece en la Resolución No. 2/98,

Conjunta del MINAG y Comercio Interior.

Capítulo IV

LA JUSTICIA AGRARIA CUBANA

a Constitución de la República de Cuba, respecto a la materia agraria

L y las relaciones de los campesinos con el Estado, reconoce la

propiedad de los agricultores pequeños sobre la tierra y los bienes

agropecuarios que legalmente disfrutan. Además, reconoce el derecho de

incorporar sus tierras a las cooperativas agropecuarias y, previa

autorización, venderlas o permutarlas. También pueden trasmitirlas al


Estado, el que siempre tendrá derecho preferente para adquirirlas.

Se prohibe el arrendamiento, la aparcería o cualquier otra forma de cesión

parcial de la tierra perteneciente a agricultores pequeños, a favor de

particulares.

Se reconoce además el derecho a asociarse y el derecho a la herencia de la

tierra con las exigencias de la Ley; y se apoya por el Estado la producción

individual de los agricultores pequeños que contribuyan a la economía

nacional.

Los distintos trámites y niveles facultados en lo que se ha dado en llamar

jurisdicción especial agraria, tienen funciones, estructura y competencia

determinadas; a saber:

1.- Procedimiento agrario.

Este procedimiento se utiliza para conocer y resolver las reclamaciones de

derecho y conflictos agrarios que se tramitan mediante la aplicación de las

normas vigentes sobre el régimen de posesión, propiedad y herencia de la

tierra y demás bienes agropecuarios, y en sus distintas instancias

comprende entre otros asuntos los siguientes:

a) declaración de herederos, partición, adjudicación de herencia y

liquidación de la comunidad de bienes.


b) reivindicación de tierras.

c) declaración de utilidad pública o interés social sobre una unidad de

producción agropecuaria.

d) declaración de ocupantes ilegales.

e) actos discrecionales.

f) declaración de oficio de las infracciones de las obligaciones agrarias.

g) ineficacia jurídica de los actos agrarios.

h) división y permutas de Fincas.

i) expedientes de pensiones.

j) controversias surgidas respecto a la administración de la tierra.

h) otras cuestiones agrarias establecidas en el citado régimen legal.

Las bases principales para el uso y explotación de la tierra, se observan en

toda la normativa de la Agricultura cubana y así se recoge en el vigente

contenido del Decreto Ley 125 de 30 de enero de 1991, Régimen de

posesión, propiedad y herencia de la tierra y demás bienes agropecuarios,

en virtud del cual las cuestiones relativas a los derechos y conflictos que del

mismo se deriven son de exclusivo conocimiento del Ministerio de la

Agricultura, sin que sus resoluciones puedan ser combatidas en la vía

judicial.

Si tenemos en cuenta que esta norma rompe con el orden de suceder y con
las reglas de la partición hereditaria, no admite la sucesión testada; eleva el

tiempo de ocupación y trabajo en la tierra a cinco años en relación con la

norma anterior, regula la expropiación forzosa agropecuaria ante los

Tribunales previa declaración del Ministro del ramo de la utilidad pública de

la misma; establece distintas infracciones de las obligaciones del agricultor

como son: abandono de la tierra o su deficiente aprovechamiento, mantener

asalariados, no vender las producciones susceptibles de acopiarse,

comercialización ilícita de sus producciones, abandono de la ley

fundamental de producción, aparcería, arrendamiento u otras formas de

cesión parcial o total de la tierra; además de regular la ocupación ilegal de

tierras, la concesión de usufructo, permuta, división y otras formas de

transmisión de la tierra y la facultad discrecional administrativa; tenemos

entonces que concluir que estamos en presencia de una diversidad de

derechos, cuya valoración compete únicamente a la Administración, que a

su vez es rectora en la materia por mandato de Ley.

Las dificultades y problemas que se suscitan en las reclamaciones y

conflictos agrarios son hartamente conocidos.

Se ha puesto de manifiesto en distintos Encuentros Agrarios celebrados en

nuestro país que el mencionado Decreto Ley no se ajusta a la política actual

del agro encaminada a distribuir las tierras del fondo estatal para su mejor

explotación y aprovechamiento; resultando una contradicción con estos


fines la exigencia que se establece para heredarla relativa a mantener el

heredero cinco años de trabajo permanente y estable en la unidad de

producción antes del fallecimiento del causante. Se propone por agraristas

cubanos la reducción del término referido, o la eliminación de tal exigencia.

No obstante, ha de tenerse en cuenta que nuestra Constitución garantiza la

herencia de la tierra en favor del que la trabaja. En consecuencia, la

modificación de la Ley agraria que se estudia actualmente deberá observar

este principio, y de seguro exigirá siempre que el heredero se encuentre

vinculado al área antes del fallecimiento del causante, sin perjuicio de

considerar las excepciones que siempre se establecen en el ámbito

discrecional de la administración de la Agricultura.

Otros planteamientos se refieren a la imposibilidad de realizar transmisiones

intervivos, lo que también resulta un obstáculo para el desarrollo de la actividad

agropecuaria, pues en algunos casos, campesinos de avanzada edad se

interesan en donar sus tierras a sus hijos que son en realidad los que laboran,

sin embargo, este acto de dominio no encuentra solución posible en la norma

vigente.

Son innumerables las críticas realizadas al Decreto Ley 125, el que abarca

aspectos sustantivos y adjetivos. Se señala con fuerza lo relativo a la

prohibición de testar la tierra en oposición a la Constitución y al Código Civil,

que garantizan el derecho de los ciudadanos a declarar su última voluntad,


sin otra limitación que la de considerar al heredero especialmente protegido.

La ausencia de definición precisa sobre los bienes agropecuarios provoca

grandes conflictos, pues en ocasiones ocurre que a la vez son de uso

común, y entonces resultan objeto de reclamación simultánea ante los

Tribunales civiles y ante la administración de la Agricultura.

La imprecisión mencionada conlleva a que las adjudicaciones de herencia

agraria en la generalidad de los casos, solo se contraen al traspaso de la

tierra sin especial mención a los demás bienes agropecuarios.

Asimismo, el trámite de expropiación forzosa previsto a partir de la

infracción de las obligaciones agrarias carece de recursos necesarios para

la defensa del expedientado, pues el presunto infractor solo es notificado

mediante Acta confeccionada al efecto, sin que tenga posibilidad de discutir

los bienes objeto de inventario, ni articular pruebas en contra de esa

actuación. Luego, por parte del Delegado Territorial, se eleva solicitud de

declaración de utilidad pública e interés social al Ministro del ramo y una vez

dictada la resolución, no puede ser impugnada en ninguna vía.

En la práctica el campesino conoce el contenido de la resolución Ministerial

cuando es emplazado de la demanda judicial que interpone el organismo

para interesar la Expropiación Forzosa, oportunidad en la que solo puede

discrepar el afectado de la tasación y precios fijados como indemnización

por el propio Ministerio de la Agricultura.


El recurso de apelación previsto en el Decreto Ley para el resto de las

cuestiones sometidas a su aplicación, establece un término para su

interposición, no así para su resolución, ocurriendo en la práctica excesivas

demoras con el consecuente perjuicio al recurrente.

Existe un grupo de trámites que se realizan mediante lo dispuesto en el

precitado Decreto Ley 125, y por resoluciones complementarias, debido a

que su Reglamento, la Resolución 24 de 1991 del Ministro de la Agricultura,

no abarca la tramitación de todas sus instituciones.

La estructura administrativa que se encuentra establecida respecto a

las cuestiones tuteladas por el Régimen de posesión, propiedad y

herencia de la tierra citado, considera el nivel primario de autoridad

administrativa al Delegado Municipal de la Agricultura, que a su vez

es el Presidente de la Comisión Agraria Municipal, la cual está

integrada por un Vicepresidente que es el Director Municipal de

Cooperativas y Campesinos, y un secretario que es el asesor jurídico

además de sus miembros permanentes que son: el Registrador

municipal, Directores de Empresas, Jefe de Acopio, suministro y

aseguramiento al Sector campesino y representantes del Ministerio

del Azúcar y la ANAP en el municipio.

La resolución 267 de 7 de mayo de 1996 del Ministro de la Agricultura,

Reglamento para la atención estatal al Sector Cooperativo y Campesino,


ratificó la vigencia de las Comisiones de Asuntos Agrarios en el nivel

Municipal, Territorial y Nacional, como órgano colegiado de carácter

consultivo, para el examen de los asuntos relacionados con la tenencia de

la tierra y su eficiente aprovechamiento para la producción a que están

destinadas y el cumplimiento de las obligaciones dispuestas en la

legislación agraria vigente. Dispone también la reactivación de las

comisiones de asuntos agrarios a esos niveles.

La Comisión Agraria Territorial queda integrada por un Presidente, que es el

Delegado Territorial o el Sub-Delegado del Sector Cooperativo y

Campesino, un Secretario, que es el jefe del departamento jurídico, y sus

miembros permanentes, que son los representantes de la Delegación del

Ministerio del Azúcar y de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños

en la provincia; la Comisión Agraria Nacional la preside el Viceministro de

Recursos Humanos acorde al actual redimensionamiento del organismo,

siendo su secretario el Director Jurídico, y está integrada además por la

representación permanente del Ministerio del Azúcar y de la ANAP a ese

nivel.

La Comisión Agraria Municipal se reúne mensualmente y valora las

inscripciones y situación de tenencia de la tierra, conductas infractoras de ese

régimen, aprovechamiento de las tierras entregadas en usufructo, la ocupación

ilegal de tierras estatales o cooperativas, la situación de las disoluciones de


cooperativas y compraventas de Fincas, las viviendas vinculadas y medios

básicos de las cooperativas, y otros aspectos de interés para el sector

cooperativo y campesino de la zona.

Ahora bien, en la práctica, el expediente de reclamación es conformado por

la Dirección de Cooperativas y Campesinos, y una vez concluido el

dictamen de la Comisión Agraria Municipal el cual debe consignar la

confirmación de datos, pruebas y definición de derechos del solicitante, se

eleva para su resolución al Delegado Territorial de la Agricultura, con un

proyecto de resolución del especialista jurídico agrario a esa instancia.

Es importante aclarar que en estos trámites no interviene la actividad

notarial ni la judicial, aún cuando en éstos se declaran, modifican,

constituyen y/o extinguen derechos personales y patrimoniales. Se aceptan

dichas actuaciones públicas solo para la valoración de pruebas

provenientes de su actividad.

Contra lo resuelto por el Delegado Territorial cabe el recurso de apelación

para ante el Ministro de la Agricultura, y contra lo dispuesto por éste no

cabe recurso alguno, ni en lo administrativo, ni en lo judicial.

Se plantea como excepción el Proceso de Revisión por el aporte de nuevos

elementos, apreciación inadecuada de un elemento de hecho o de derecho,

y por razones excepcionales que la justifiquen ante el propio Ministro.

Las imprecisiones, contradicciones y omisiones presentes en el actual


régimen legal para el uso y explotación de la tierra y bienes agropecuarios

imponen su inmediata modificación, siendo importante significar que en este

empeño se han comprometido los agraristas cubanos y la Comisión

Nacional Agraria de nuestro país, todos los que trabajan por mejorar y

perfeccionar el ordenamiento jurídico de la Agricultura en Cuba.

2.- Procedimiento registral.

La creación del Registro de Tenencia de la Tierra mediante la Resolución

No.597 de 29 de octubre de 1987 del Ministro de la Agricultura asume otros

trámites que se reglamentan por la Resolución 288 de 15 de mayo de 1990

de la propia autoridad, reservando a esta oficina la función general de

mantener un control actualizado del fondo de tierra, la situación legal de

diversos tenedores, número de éstos y concepto en el cual poseen la tierra;

expedir certificaciones, realizar inspecciones y elevar las apelaciones con

motivo de inconformidad respecto a sus decisiones, además de la aplicación

del Decreto 203 de 21 de noviembre de 1995 del Consejo de Ministros,

sobre contravenciones agrarias, que faculta a los registradores para

imponer medidas cuando se incumpla con las exigencias relativas al

expresado control.

Los Registros inscriben la tierra entregada en administración a entidades estatales,

así como la entregada en usufructo y las que en este concepto son asignadas a

pequeños agricultores; tierras en arrendamiento incorporadas a un plan estatal a


cambio de una renta, y tierras en propiedad. En los casos de tierra ubicada en

perímetro urbano y asentamientos poblaciones en áreas rurales se realiza su

inscripción en coordinación con Planificación Física y el Ministerio de la Agricultura.

Su estructura está diseñada en Oficinas Municipales, Territoriales y la

Oficina Central. Las Oficinas Municipales se subordinan desde el punto de

vista metodológico y funcional a la Oficina Territorial Registral y

ejecutivamente a los Directores Municipales de Cooperativas y Campesinos;

mientras que la Oficina Territorial se subordina al Departamento Jurídico de

la Delegación Territorial de la Agricultura, y la Oficina Central a la Dirección

Jurídica del Organismo.

Las Oficinas Registrales tienen su propio procedimiento para las

reclamaciones de derecho respecto a la inconformidad con las

inscripciones, medidas, linderos y servidumbres.

El Registro en sus distintas instancias comprende:

a) la publicidad de los actos administrativos.

b) la tramitación de expedientes para la inscripción de la titularidad en el

concepto que corresponda.

En la actividad de la Agricultura también se regulan otros Registros entre los

cuales se encuentra el Registro de Ganado Mayor y Razas Puras y muy

recientemente el Registro de Tractores, también a cargo de esta


administración.

3.- Sistema contravencional

El sistema de contravenciones de la actividad agropecuaria está previsto

con un procedimiento propio en el que interviene el inspector estatal, el

registrador, funcionario, o en su caso el Delegado Territorial de la

Agricultura o del Azúcar para resolver la apelación correspondiente a las

acciones y omisiones no constitutivas de delito que contravengan las

normas establecidas respecto a:

 El patrimonio forestal y la fauna silvestre.

 Sanidad vegetal.

 Control y registro del ganado mayor y razas puras.

 Semillas.

 Protección a la apicultura y recursos mielíferos.

 Mercado agropecuario.

 Régimen de posesión, propiedad, y herencia de la tierra y bienes

agropecuarios y registro de tenencia de la tierra.

 Sistema de Medicina Veterinaria.

Según el procedimiento establecido en este sistema de contravenciones, el

inspector estatal o funcionario facultado, impone la multa, contra la cual se


puede establecer el recurso de apelación correspondiente, como ya hemos

referido.

En el primer semestre del año 1997 se contabilizó, solo por concepto de

contravenciones agrarias la cantidad de: dos millones trescientos

diecinueve mil novecientos setenta y dos pesos, lo que demuestra la

aplicación de este procedimiento para el agro.

4.- Procedimiento para tramitar las quejas agrarias.

El procedimiento para reclamar sobre derechos que no se tramitan en virtud

de la normativa agraria se regula mediante la Resolución 117 de 27 de

enero de 1988 del Ministro de la Agricultura, no obstante, por encontrarse

en estudio su próxima derogación, no resulta atinado referirse al mismo en

este trabajo.

Mediante los expresados trámites, se realiza la justicia agraria cubana,

ocurriendo en algunos casos conflictos de atribuciones, o inhibiciones del

facultado al que corresponde resolver, al no quedar bien definido el concepto

de los bienes agrarios y consecuentemente el ámbito de su jurisdicción y

competencia.

Ha de tenerse en cuenta que aun cuando la resolución de los casos son

sometidos de manera exclusiva ante la administración de la Agricultura,

ésta, para adoptar sus decisiones, se apoya en sus órganos consultivos y

auxiliares.
Organos consultivos y auxiliares.

1.- Las Comisiones Agrarias en sus distintos niveles devienen órganos

consultivos con funciones bien delimitadas y de vital importancia en el

proceso agrario.

2.- Los órganos auxiliares de esta jurisdicción son: las Direcciones Jurídicas

y la Dirección de Supervisión y Auditoría del Ministerio de la Agricultura, las

cuales juegan un papel determinante en la justicia agraria.

Organismo rector de la jurisdicción especial agraria.

Mediante la Ley de la Administración Central del Estado, Decreto Ley 67 de

19 de abril de 1983, en su artículo 64 tal como quedó modificado por el

artículo 1 del Decreto Ley 79 de 28 de marzo de 1984, está definido que:

"El Ministerio de la Agricultura es el encargado de dirigir, ejecutar y controlar

la aplicación de la política del Estado y del Gobierno en cuanto al fondo de

la tierra agropecuaria y forestal propiedad estatal, colectiva e individual, así

como las actividades agrícolas no cañeras, ganaderas, forestales y de la

fauna silvestre; así mismo, en cuanto al desarrollo de la rama tabacalera; y

tiene, además de las comunes expresadas en el artículo 52 de este Decreto

Ley, las atribuciones y funciones principales siguientes: - entre ellas -

c)dirigir y controlar la aplicación de las disposiciones legales sobre la propiedad y

posesión de la tierra agropecuaria y forestal estatal, colectiva e individual y en

materia de sanidad vegetal, medicina veterinaria y de uso, conservación y


mejoramiento de los suelos agrícolas, así como la protección y el incremento de

los bosques, la masa ganadera y de la fauna y la flora silvestre del país.

d) registrar el fondo de la tierra agropecuaria de propiedad estatal, colectiva

e individual y controlar en lo que le competa, el fondo de la tierra

agropecuaria destinada a la producción agrícola no cañera, ganadera y

forestal.”

e) registrar el ganado mayor."(4)

En virtud de la Ley de la Administración Central del Estado no podemos

sustraernos de las facultades atribuidas a este Ministerio. Se encuentra

claramente establecido que constituye, en si mismo, una jurisdicción

especial para la decisión de las cuestiones que surjan con motivo del uso y

explotación de la tierra y los bienes agrarios así como del proceso de

producción del agro e incluso la conservación y mejoramiento del medio;

sin embargo, no se opone su contenido al establecimiento de una normativa

orgánica y procesal que permita que estos asuntos se resuelvan por

órganos colegiados subordinados a la Ley y metodológicamente a dicho

Ministerio, a fin de dotarlo del instrumento adecuado para el cumplimiento

de los fines previstos en el derecho material.

La Ley de Reforma Agraria, como ya se dijo, estableció la existencia de los

Tribunales de Tierra como órganos colegiados facultados para el

conocimiento no solo de las cuestiones relativas al uso de la tierra y la


propiedad rústica en general sino también las relacionadas con la

contratación agrícola, cuya ejecución, ciertamente, debía resolverse en la

jurisdicción especial de la Agricultura , no obstante, en la actualidad, las

reclamaciones económicas motivadas por el incumplimiento contractual, se

encuentran debidamente delimitadas en la vía judicial.

La contratación económica agrícola entre los sujetos de la relación jurídica

agraria se ventila en su fase de ejecución ante la Sala de lo Económico del

Tribunal Popular correspondiente, ajustándose al procedimiento establecido

para el extinguido Arbitraje Estatal en virtud de Instrucción emitida por el

Tribunal Supremo Popular al efecto.

Los incumplimientos de los contratos económicos originan todo un proceder

legal que requiere para su eficacia del asesoramiento a tiempo completo de

letrado, pues la pérdida de los términos establecidos hace inoficiosa

cualquier reclamación al respecto, lo que puede ocasionar perjuicios a las

unidades de producción agropecuaria, que muchas veces se afectan en su

rentabilidad por no alcanzar el resarcimiento que les corresponde.

Es importante tener en cuenta que en nuestro país existen más de mil

Unidades Básicas de Producción Cooperativa cañeras, más de trescientas

Cooperativas de Producción Agropecuaria y más de quinientas

Cooperativas de Créditos y Servicios vinculadas a los ciento cincuenta y

seis centrales azucareros del país que pertenecen al sistema de producción


del Ministerio del Azúcar, lo que demuestra la importancia de la actividad

contractual y la atención de las reclamaciones económicas que se originan

por su incumplimiento. Así también en el Sector Cooperativo y Campesino

vinculado al sistema empresarial de la Agricultura, se encuentran creadas

más de mil Unidades Básicas de Producción Cooperativa, más de

setecientas Cooperativas de Producción Agropecuaria y más de dos mil

Cooperativas de Créditos y Servicios.

Es de destacar que solo nos hemos referido a las unidades de producción

cooperativa, sin cuantificar las granjas estatales de nuevo tipo y otras

creadas a los fines de la producción agropecuaria, las cuales generan

infinidad de reclamaciones de conocimiento y resolución de la jurisdicción

económica de nuestros Tribunales.

Es como ha quedado expuesto que se realiza la justicia agraria en Cuba,

tanto en lo que respecta a la decisión de las reclamaciones de derecho y

conflictos que se originan en relación al uso y explotación de la tierra y

bienes agropecuarios, establecido a cargo del Ministerio de la Agricultura,

como en cuanto a la solución de las reclamaciones económicas agrícolas

por incumplimiento contractual que compete a la vía judicial.

Capitulo V

BASES DE LA PROPUESTA
omando como premisa la infraestructura existente para la

T administración de la justicia social del campo, considerada fuera del

ámbito judicial por nuestra Ley positiva, excepto para resolver las

reclamaciones originadas por incumplimiento de la contratación agrícola,

teniendo en cuenta además el alto contenido social que la misma confiere al

uso y explotación de la tierra rústica y la diversidad de sujetos de la relación

jurídica del agro, se considera oportuno proponer la adopción de un

sistema de normas generales de procedimiento para reorganizar y unificar

el proceso agrario cubano, acorde a la funcionalidad que el mismo requiere.

En estas bases se han tomado en consideración las concepciones teóricas,

doctrinales y prácticas del quehacer agrario tanto en Cuba como en el

mundo contemporáneo. Luego de realizado dicho análisis, resulta

imperativo buscar soluciones que contribuyan a resolver de manera

expedita los problemas que surgen en la aplicación de sus normas.

En mérito al desarrollo alcanzado por nuestro Sistema de Derecho y en

particular de la legislación agraria, resulta inoperante el mecanismo vigente

para resolver las reclamaciones de derecho y solución de conflictos que se

suscitan; no solo por la demora excesiva, sino por la necesaria

imparcialidad y especialidad que debe poseer el que resuelve en favor de

lograr los fines y objetivos de la actividad agropecuaria en beneficio de la


producción y la colectividad. Es por ello que se propone al legislador

reflexionar sobre este tema.

Para formular una acertada concepción de los órganos de justicia agraria en

Cuba, su competencia, el procedimiento y sus principios procesales, han de

tenerse en cuenta las particularidades de nuestra Sociedad y las bases

principales del régimen jurídico de la propiedad agrícola.

Sentado lo anterior, se propone crear una Ley Orgánica agraria y de

procedimiento, que establezca sencillos trámites para resolver los asuntos

sometidos a la consideración del órgano actuante. Para ello, deberán

tenerse en cuenta, las bases generales siguientes:

1.- Campo de aplicación.

2.- Organos y su integración.

3.- Distribución de instancias.

4.- De los principios generales.

5.- De la comparecencia.

6.- De los procedimientos contenciosos y especiales en materia agraria.

7.- De las citaciones y notificaciones.

8.- De la inconformidad.

9.- De la audiencia de pruebas.


10.- De los actos discrecionales.

11.- De la actuación de oficio.

12.- De la intervención del fiscal.

13.- De la resolución.

14.- De los recursos.

15.- De la revisión.

16.- Del procedimiento especial del Ministro de la Agricultura.

Disposiciones especiales, transitorias y finales

El campo de aplicación deberá abarcar todo lo referente al reconocimiento,

concesión, modificación o extinción de los derechos referidos a las normas

sustantivas agrarias y al aprovechamiento de los recursos agrícolas,

además de definir quiénes serán los sujetos de la relación jurídica agraria, y

el concepto de bienes agropecuarios.

Utilizando la infraestructura creada por el Ministerio de la Agricultura para

esta actividad, la administración de justicia agraria debe ser impartida por:

- Un Consejo Municipal Agrario integrado por tres miembros; un delegado

del Ministerio de la Agricultura, un delegado de la ANAP y un especialista

jurídico, elegidos por el término de tres años; los que deberán apoyarse en

las comprobaciones y dictamen de la Comisión Agraria que existe a ese

nivel.
- Un Consejo de Apelación con igual integración a nivel provincial.

El Consejo de revisión se integrará de la misma forma a nivel Nacional y

actuará en los casos previstos en la Ley. Este órgano podrá auxiliarse de la

Comisión Nacional Agraria, de la Dirección Jurídica, y de estimarse

necesario, de la Supervisión y Auditoría del Organismo.

Estos Consejos se subordinarán a la Ley, y metodológicamente a la

Dirección Jurídica del Ministerio de la Agricultura.

Los Consejos tendrán carácter colegiado y sus miembros no deben

desmerecer del concepto público, pues de contrario debe considerarse su

reestructuración.

Los principios generales deben considerar: la inmediatez, la oralidad, la

sencillez, impulso de oficio, celeridad, gratuidad y conciliación.

La comparecencia puede propiciar la conciliación de las partes en conflicto,

permitiendo la participación directa de todos los interesados en el proceso.

La audiencia de prueba se concibe a fin de que la práctica de las mismas se

verifique de una sola vez, quedando el asunto concluso para su inmediata

resolución, de ser posible en el acto.

El Consejo Agrario debe estar facultado para iniciar procesos de oficio y

ejercer facultad discrecional, según se establezca, siempre en beneficio de

los derechos de los campesinos y de los intereses de la sociedad.


Las resoluciones serán dictadas con lenguaje sencillo, sin dejar de narrar

las alegaciones de las partes, las pruebas practicadas, y los fundamentos

de derecho considerados para resolverlas.

Se establecerá el recurso de apelación con los mismos trámites actuales,

solo que el nivel provincial será el facultado para su conocimiento y

resolución.

La revisión podrá considerarse bajo los mismos supuestos establecidos

actualmente y será de conocimiento del Consejo creado a esos efectos.

Se establece en la propuesta un procedimiento especial a cargo de Ministro

del ramo, facultado para disponer la nulidad de las actuaciones y

resoluciones, realizadas en contra de lo dispuesto en la Ley y de los

intereses de la Sociedad, el cual podrá iniciarse de oficio o a instancias del

Fiscal.

La intervención del Fiscal será la prevista en la Ley ordinaria.

Las disposiciones especiales, transitorias y finales serán según corresponda

al contenido de la Ley de creación de los órganos de administración de

justicia agraria.
CONCLUSIONES

uestro sistema de Derecho está necesitado de la creación de una

N Teoría General de Derecho Agrario que perfile sus instituciones,

para encontrar el verdadero camino del estudio científico de esta

materia.
Si partimos de la existencia de una jurisdicción especial agraria

independiente del fuero común de acuerdo con nuestra Ley positiva, no

caben dudas que la misma requiere de bases propias que hoy no tiene bien

perfiladas, para la solución de los conflictos y reclamaciones de derechos

surgidas entre los sujetos de la actividad agropecuaria.

Se impone el reordenamiento en el plano conceptual y político de esta

especialidad cuya autonomía combaten algunos juristas que la desconocen,

precisamente por su estrecha vinculación con otras ramas del Derecho y la

ausencia de una teoría propia que con buena técnica la defina.

En América Latina se viene desarrollando un Sistema Procesal Agrario que

confirma su autonomía y revaloriza sus conceptos. Nosotros venimos

obligados a trabajar en la redefinición de conceptos, naturaleza, alcance y

contenido del Derecho y el Proceso Agrario cubano, los que deberán

siempre estar vinculados a nuestra realidad social, en tanto su carácter

especial viene informado por la actividad agropecuaria estrechamente unida

a los intereses de la producción y la colectividad, de ahí la necesidad

urgente de un proceso adecuado que responda a las exigencias del derecho

material.

Las mismas dudas que nos asaltan fueron comunes a los agraristas

latinoamericanos y así lo expone en su obra “Derecho Agrario comparado

en América Latina”, el profesor Ricardo Zeledon Zeledon de la Universidad


de Costa Rica en la cual analiza la jurisdicción especial agraria de México,

el fuero privativo agrario de Perú y la jurisdicción especializada agraria

venezolana.

Nuestro país, eminentemente agrícola, requiere de abogados con

conocimiento suficiente de la especialidad tratada, y para prepararlos

debidamente y elevar el nivel de los graduados se impone trabajar en el

perfeccionamiento del contenido teórico y doctrinal del pregrado, y de la

proyección sistemática y técnica de la superación de postgrado, además de

publicitar y promover el estudio del Derecho Agrario mediante Conferencias,

Talleres, Simposios, Encuentros y cualquier otra forma de participación

profesional.

En este empeño han de intervenir no solo los organismos interesados, a

saber: el Ministerio de la Agricultura, el Ministerio del Azúcar y la Asociación

Nacional de Agricultores Pequeños; sino también las Universidades, la

Organización Nacional de Bufetes Colectivos, el Ministerio de Justicia, la

Fiscalía General de la República y la Unión Nacional de Juristas de Cuba.

Se dan pasos en ese camino y un buen ejemplo es el Primer Encuentro

Nacional de Derecho Agrario convocado por la Organización Nacional de

Bufetes Colectivos y la Unión Nacional de Juristas de Cuba a celebrarse en

la ciudad de Cienfuegos el próximo año.

El reordenamiento orgánico y procesal de la jurisdicción especial agraria que


se propone, debe lograr una real correspondencia entre el derecho material y

el derecho adjetivo agrario cubano, hoy tratados en diversas leyes,

resoluciones y reglamentos, dispersión que perjudica ese objetivo.

La existencia de órganos de administración de justicia agraria que ofrezcan

indudables garantías a los derechos de los productores agrícolas

coadyuvará, sin lugar a dudas, a estimular el desarrollo gradual de la

conciencia social del agro y consecuentemente de la producción

agropecuaria.

Para la integración de estos órganos se debe siempre considerar la

participación de un jurista que no sea desmerecedor del concepto público y

que tenga conocimiento suficiente de la materia agraria.

Han de someterse a la consideración de la Comisión Nacional Agraria de la

República de Cuba y de las Universidades, todos los trabajos realizados por

nuestros juristas encaminados al perfeccionamiento y profundización del

estudio del Derecho Agrario y de la actividad legislativa que se realiza

respecto a la materia.

Debe coordinarse por los Ministerios de la Agricultura y del Azúcar con el

Ministerio de Educación Superior y las Universidades del país, los letrados

que se necesitan para asesorar estos importantes sectores de la economía

cubana.

Se necesita una Sección especializada para el ejercicio profesional del


Derecho Agrario en cada provincia, integrada por letrados de los Bufetes

Colectivos, con el fin de brindar un servicio de asesoramiento legal y

representación procesal de calidad a los distintos sujetos que intervienen en

la producción agrícola.

Estos abogados deberán tener un sistema de pago que les estimule, debido

a que las características del trabajo son diferentes a las habituales y los

clientes requieren de un asesoramiento especializado en sus propias

unidades, además de su representación procesal.

No es suficiente el contenido actual de la asignatura de Derecho Agrario

que se imparte en las Universidades del país para formar a los juristas que

se requieren para asesorar la actividad legal -hoy deficiente- en el sector

vinculado a la producción agropecuaria y azucarera, que resulta uno de los

eslabones más importantes de la economía cubana.

Resulta imprescindible la preparación y edición de un libro de texto para la

asignatura de Derecho Agrario que se imparte en nuestras Universidades,

considerando en su contenido los principios teóricos sustantivos y

procesales que lo informan, vinculados a la realidad económica y social

cubana.

BIBLIOGRAFIA
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Del Consejo de Ministros.

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sobre organización dirección y objetivos de producción de la UBPC.
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productos agropecuarios.
Decreto 89 sobre Procedimiento de arbitraje estatal cuya aplicación se
verifica mediante la Instrucción 141 del Tribunal Supremo Popular G.O.
No.19 de 30.9.1991

Del Consejo de Estado.

Decreto Ley 125. Régimen de posesión, propiedad y herencia de la tierra.


G.O. ordinariaNo.1 de 30.1.1991.
Decreto Ley 127. Seguridad Social de los cooperativistas. G.O.ordinaria
No.4 de 23.3.991.
Decreto Ley 142. Creación de las Unidades Básicas de Producción
Cooperativa vinculadas al sistema empresarial de la Agricultura. G.O.
ordinaria No.6 de 21.9.1993.
Decreto Ley 15. Normas básicas para los contratos económicos de
3.7.1978. G.O. ordinaria de 7.7.1978.
Decreto Ley 66. Impuestos sobre ingresos a pagar por agricultores
pequeños y C.P.A. G.O. No.8 de 1.4.1983.
Decreto Ley No.63. Herencia de la tierra propiedad de agricultores
pequeños de 30.12.1982. G.O. especial No.9 de 30.12.1982. (derogado)
Decreto Ley No.67. Organización de la Administración Central del Estado de
19.4.1983. G.O. extraordinaria No.9 de 19.4.1983, articulo 64 tal como
quedó modificado por el articulo 1 del Decreto Ley 79 de 28.3.1984.

Ministerio de la Agricultura. Resoluciones.

Resolución No.324 de 2.11.1983. Reglamento del Decreto Ley 63,


derogado. G.O. extraordinaria No.79 de 2.11.1983.
Resolución No. 283 Reglamento sobre la tenencia, explotación y traspaso
de la tierra agropecuaria y forestal de 31.7.19986. G.O. extraordinaria No.
16 de 31.7.1986.
Resolución No. 597 Creación del Registro de tenencia de la tierra de
29.10.1987. G.O. ordinaria No.89 de 13.11.1987.

Resolución No. 598 Reglamento para el funcionamiento del Registro de


Tenencia de la tierra de 27.10.87. (derogado)
Resolución No.288. Reglamento del Registro de tenencia de la tierra,
vigente. G.O. ordinaria No.20 de 17.5.1990
Resolución No. 267 de 7.5.1996, reglamento para la atención al sector
cooperativo y campesino.
Resolución No. 117 de 27.1.1988 sobre las reclamaciones agrarias ante el
Ministerio de la Agricultura.
Resolución No. 24. Reglamento del régimen de posesión, propiedad y
herencia de la tierra. G.O. ordinaria No.10 de 8.4.1991.
Resolución No. 289, entrega de tierra en usufructo a las C.P.A. G.O.
ordinaria de 17.5.1990.
Resolución No. 223, procedimiento para la entrega de tierras en usufructo a
agricultores pequeños. G.O. No.22 de 10.8.1195.
Resolución No. 290, compra de fincas rústicas. G.O. de 23.5.1990.
Resolución No. 419, concesión de usufructo para el cultivo del café y el
cacao. G.O. No.11 de 20.9.1994.
Resolución No. 354, Reglamento General de las UBPC vinculadas al
sistema empresarial de la Agricultura. G.O. No.1 de 3.1.1994.
Resolución No. 140-92 entrega de usufructo para el autoabastecimiento
familiar.

Resoluciones de otros organismos de la Administración Central del


Estado.

Resolución No. 160-93 del Ministerio del Azúcar, reglamento general de las
UBPC vinculadas a su sistema empresarial. G.O. No.1 de 3.1.1994.
Resolución Conjunta No.1-90 Ministerio del Trabajo - Ministerio de la
Agricultura, otorgamiento de pensión vitalica (edad). G.O. 17.12.1993.
Resolución Conjunta Ministerio del Azúcar - Ministerio de la Agricultura -
Instituto Nacional de la Vivienda de 14.5.1988, régimen de la vivienda
ubicada en áreas de la C.P.A.
Resolución Conjunta Minagri - Minaz - I.N.V y Planificación Física, sobre
construcción, reconstrucción, y remodelación en áreas rurales de 5.3.1992.
G.O. No.3 de 23.3.1992.
Resolución Conjunta de 22.7.1991, Minagri - I.N.V., vivienda de campesinos
no propietarios de tierra.
Resolución No. 301-91 del I.N.V. sobre casos análogos a los previstos en el
artículo 104 ch de la Ley general de la vivienda. G.O. de 28.12.191.
Resolución No.16-92 Ministerio del Trabajo. Reglamento de la Seguridad
Social de los cooperativistas agropecuarios. G.O. 21.1.1993.
Resolución No. 15-90 Banco Nacional de Cuba, régimen para el pago de
tierras y bienhechurías. G.O. No.2 de 15.1.1990.
Resolución No. 358 de 1987 del Banco Nacional de Cuba sobre créditos
bancarios para la reparación de viviendas de la C.P.A.
Resolución No. 398-93 del B.N.C. Normas de crédito bancario para las
UBPC.
Resolución No. 1-91 B.N.C. sistema crediticio de la cooperativa.
Resolución No.33-95 Ministerio de Finanzas, régimen de impuesto sobre
utilidades. G.O. No.4 de 2.2.1996.
Resolución No. 26-93. Programa para disminuir la incosteabilidad u obtener
rentabilidad en las UBPC. G.O. No.18 de 30.12.1993. Finanzas.
Resolución No. 9-88. Finanzas, póliza de bienes agrícolas.

Documentos políticos.

Castro Ruz, F.: ¨La Historia me absolverá¨. Editorial Pueblo y Educación.


Habana 1978.
La transformación de las actuales forma s de producción del campesinado.
Resolución del V Congreso de la ANAP celebrado en mayo 1977.
Resumen del IV Encuentro Nacional de UBPC cañeras celebrado en
Santiago de Cuba. 1997. Ministerio del Azúcar.
Tesis y resoluciones sobre la cuestión agraria y las relaciones con el
campesinado. Tesis y Resoluciones del I Congreso, Editorial Ciencias
Sociales, Ciudad de la Habana, 1978.
Acuerdo del Buró Político de 10 de septiembre de 1993 sobre la creación de
las UBPC, principios y características. Transformación de la agricultura
estatal.
Libros.

Ballarín Marcial, A.: ¨Derecho Agrario¨, segunda edición. La Constitución de


1978 y la Agricultura. Notario de Madrid, profesor cátedra especial de
Derecho Agrario de la Universidad de Madrid. 1978.
Carroza, A: y Zeledón Zeledón, R: “Teoría general e institutos de derecho
agrario”. Editorial Astrea de Alfredo y Ricardo Depalma. Buenos Aires. 1990.
Delgado De Miguel, Juan F.: ¨Derecho Agrario de la Unión Europea¨
Editorial Thebook. España 1997.

“Derecho agrario y Derechos Humanos¨. Instituto Interamericano de


Derecho agrario. Universidad de Lima. Facultad de Derecho. Editores
Editorial Cuzco S.A. 1988.
El proceso contencioso administrativo. Dr. Fernando Alvarez Tabío.
Guerra Daneri, E.: ¨Derecho Agrario¨. Tomo I. Fundamentos. Montevideo
1996. Director del Instituto de Derecho Agrario de la Universidad de
Uruguay.
Navarrete Acevedo, C.: ¨Legislación y documentos sobre Derecho Agrario¨.
Universidad de la Habana.
Pavó Acosta, R.: ¨El mecanismo y los procedimientos de solución de los
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en Ciencias Jurídicas. 1997.
Ponencias de Derecho económico agrario administrativo de la conferencia
Jurídica Nacional editado por la Organización Nacional de Bufetes Colectivos
de 1989.
Rey Santos , O. y Mc Cormack Becquer, M.: ¨Manual de Derecho Agrario¨.
Universidad de la Habana.
Sánchez Roca, M.: Leyes administrativas y jurisprudencia¨. Editorial Ley,
Volumen II.
Soldevilla Villar, Antonio D. ¨Derecho Agrario. Lecciones para un curso¨.
Volumen I. parte General. Valladolid 1991.
Zeledon Zeledon, R.: “Proceso agrario comparado en América Latina”.
Publicado por la Facultad de Derecho de la Universidad de Costa Rica.

Revistas, artículos y boletines.

Boletín de Derecho Agrario No.3 de mayo de 1997de la ONBC,


confeccionado por el departamento técnico de la ONBC y colaboración
escrita del Ministerio de la Agricultura.
Boletines de la Dirección de Colaboración, divulgación e información judicial
del Tribunal Supremo Popular, La Habana. 1974-86.
Folleto de divulgación legislativa No.54. leyes del Gobierno revolucionario
de Cuba. Julio, agosto y septiembre de 1964.
Garea Alonso, J.: Artículo sobre ¨Los servicios jurídicos a los productores
agropecuarios¨.
Revista Cubana de Derecho No.29. Trabajo sobre legislación de Derecho
Agrario del Dr. Abelardo Martín Alba 1987.

Citas.

(1) Fix Zamudio, H.: Estructuración del proceso agrario¨ Revista de la


Facultad de Derecho de la Universidad de México. 1961, pág. 177.
(2) Castro Ruz, F.: ¨La Historia me absolverá¨.
(3) Artículo 54 de la primera Ley de Reforma Agraria de 17 de mayo de
1959.
(4) Artículo 64 del Decreto Ley 67 de 19.4.1983, Ley de la Administración
Central del Estado tal como quedó modificado por el artículo 1 del
Decreto Ley 79 de 28.3.1984.

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