Está en la página 1de 28

DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

Magistrado ponente

SL721-2022
Radicación n.°80867
Acta 7

Bogotá, D. C., dos (2) de marzo de dos mil veintidós


(2022).

La Sala decide el recurso de casación interpuesto por


COOMEVA ENTIDAD PROMOTORA DE SALUD S.A.
COOMEVA EPS S.A., contra la sentencia proferida por la
Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Cartagena, el 13 de septiembre de 2017, en el proceso que
en su contra promovió BERTHA CECILIA MORA
QUINTERO.

I. ANTECEDENTES

Bertha Cecilia Mora Quintero llamó a juicio a Coomeva


ESP S.A., con el fin de que se declarara la existencia de un
contrato de trabajo, entre el 1 de diciembre de 2004 y el 17
de enero de 2014, en virtud del principio de la primacía de
la realidad sobre las formas. En consecuencia, solicitó el

SCLAJPT-10 V.00
Radicación n.°80867

reconocimiento y pago de las cesantías y sus intereses,


«primas», vacaciones, «salarios moratorios» o sanción
moratoria, devolución de aportes con destino a pensión,
indemnización por despido injusto, indexación, lo ultra y
extra petita y, las costas procesales.

Fundamentó sus peticiones, en que prestó sus


servicios personales a Coomeva ESP S.A., desde el 1 de
diciembre de 2004 hasta el 17 de enero de 2014, fecha en
que fue terminado su vínculo laboral por decisión unilateral
del empleador; que se desempeñó como ginecóloga cirujana,
mediante un «supuesto contrato» con la Cooperativa de
Trabajo Asociado Misión Salud, en el lapso del 1 de
diciembre de 2004 al 1 de marzo de 2008 y, posteriormente,
se le «obligó a firmar» un contrato de prestación de servicios
en la misma especialidad, para realizar consulta de control
PyP y de revisión, para los afiliados a la entidad
demandada.

Narró que nuevamente suscribió contrato de


prestación de servicios, que era otro «disfraz de un contrato
de trabajo que ejecutó primero en la uva (sic) del bosque y
luego en Santa Lucia hasta el 17 de enero de 2014»; que
durante todo el tiempo en que laboró recibió órdenes; que
devengó $3.400.000 del 1 de marzo de 2008 hasta junio de
2011 y en adelante $3.600.000 «que comprendía consultas y
procedimientos»; y, que nunca le cancelaron los aportes a
seguridad social (fs.°1 a 4).

SCLAJPT-10 V.00
2
Radicación n.°80867

Coomeva Entidad Promotora de Salud S.A., al


contestar, se opuso a todas las pretensiones; en cuanto a
los hechos, manifestó que no eran ciertos. En su defensa,
propuso las excepciones de inexistencia de la obligación,
prescripción y compensación (fs.°74 a 95).

Destacó que entre las partes «no existió ningún contrato


de trabajo», sino varios de prestación de servicios
profesionales; que nunca ejerció subordinación sobre la
accionante en el desarrollo de su actividad como «médica
especialista en ginecología», ya que la ejecutó con total
autonomía e independencia, aunado a que «organizaba su
agenda para atender a los pacientes según su
disponibilidad», cancelaba los turnos y los reorganizaba de
acuerdo a sus horarios, sin que requiriera autorización ni
estaba sometida a órdenes o instrucciones «para realizar los
procedimientos ni mucho menos le eran supervisados ni
evaluados los diagnósticos, tratamientos ni cirugías», pues
eran de su responsabilidad; y, que dio por finalizado el
contrato de forma unilateral, en atención a lo dispuesto en
la cláusula décima «con un aviso de por lo menos 30 días
calendario antes de la terminación».

Señaló que no le constaba la vinculación de la actora


con la Cooperativa de Trabajo Asociado Misión Salud, pero
que dicha CTA le prestó sus servicios en algunas ocasiones,
en forma discontinua, los cuales fueron ejecutados con
plena autonomía técnica, administrativa y financiera, y con

SCLAJPT-10 V.00
3
Radicación n.°80867

sus propios órganos de dirección y control, según las


normativas que la regulan.

II. SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

El Juzgado Cuarto Laboral del Circuito de Cartagena,


mediante fallo de 25 de julio de 2016, declaró probada la
excepción de inexistencia de la obligación y, en
consecuencia, absolvió a la entidad demandada de las
pretensiones. Gravó en costas a la vencida en juicio (f.° cd.
135).

III. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

La Sala Laboral del Tribunal Superior de Cartagena, al


resolver el recurso de apelación que formuló el demandante,
en la sentencia de 13 de septiembre de 2017 (f.° cd. 4 cuad.
Tribunal), decidió:

REVOCAR: la sentencia apelada de fecha 26 (sic) de julio de


2016, proferida por el Juzgado Cuarto Laboral del Circuito de
Cartagena en el proceso de BERTHA MORA QUINTERO contra
COOMEVA EPS S.A., para en su lugar:

PRIMERO: DECLARAR la existencia de un contrato de trabajo


a término indefinido, desde el 1 de marzo del 2008 hasta el 17
de enero 2014, de conformidad con lo expuesto en la parte
motiva.

SEGUNDO: DECLARAR parcialmente probada la excepción de


prescripción y no probada las restantes excepciones formuladas
por la parte demandada, de conformidad con el proveído de esta
instancia.

TERCERO: CONDENAR a COOMEVA EPS S.A., a pagar a la


actora las siguientes sumas y conceptos:

SCLAJPT-10 V.00
4
Radicación n.°80867

Cesantías $20.603.333.
Intereses a las cesantías $820.567.
Prima de servicios legales $7.180.000.
Vacaciones $3.590.000.

TERCERO: DECLARAR que la terminación del contrato de


trabajo de la señora BERTHA MORA QUINTANA (sic) fue sin
justa causa y, consecuencia de ello, condenar a COOMEVA EPS
a pagar a la actora la suma de $12.936.000, por concepto de
indemnización por despido sin justa causa.

CUARTO: CONDENAR a la demandada a pagar a la actora


indemnización moratoria del artículo 65 del CST, desde el 18 de
enero del 2014 hasta el 18 de enero del 2016, la suma de
$86.400.000 y a partir del 19 enero 2016, deberá pagar los
intereses moratorios que establezca la Superintendencia
Financiera hasta que se efectué el pago.

QUINTO: CONDENAR a la parte demandada a las costas de


primera instancia, fijándose las mismas en el 10% de la
condena impuestas de acuerdo al artículo 19 de la Ley 1395 del
2010.

SEXTO. Sin costas, en esta instancia por no haberse causado.


(Negrilla del texto).

En lo que estrictamente interesa al recurso


extraordinario, el Tribunal señaló que la controversia
jurídica se circunscriba en establecer si entre las partes
existió un contrato de trabajo y «las consecuencias que se
derivan de ello».

Reseñó como fundamentos legales y jurisprudenciales


los artículos 53 de la CN; 22, 23, 24, 26, 47, 64 y 65 del
CST; 61 y 145 del CPTSS; y, 167 del CGP, sentencias CSJ
SL, 8 mar. 2017, rad. 45344 «sobre la presunción que se
deriva de la comprobación de la prestación personal del
servicio», CSJ SL, 17 ago. 2016, rad. 48351 «acerca de la
carga probatoria en materia de despidos» y CSJ SL, 24 ago.

SCLAJPT-10 V.00
5
Radicación n.°80867

2010, rad. 34393 «referente a la prescripción de los auxilios


de cesantías».

Precisó que eran hechos pacíficos que Bertha Cecilia


Mora Quintero y Coomeva EPS S.A., suscribieron contratos
de prestación de servicios profesionales (fs.°27 a 30), y uno
de concesión de espacio el 1 de marzo del 2008 (f.°32).

Analizó las siguientes probanzas: circulares emitidas


por Coomeva EPS S.A., que dan cuenta de las directrices
emitidas a Bertha Mora Quintero, en relación con el
cumplimiento de la normatividad que regula la atención de
usuarios, facturaciones y solicitudes a tramitar ante el
comité técnico (fs.°36, 37 y 49); oferta mercantil para la
prestación de servicios profesionales en ginecología, para
los afiliados a Coomeva EPS S.A., de 1 de abril del 2009,
presentada por la actora a la demandada (fs.° 39 a 41);
certificaciones emitidas por la demandada, de las que se
extraía que la actora se encontraba adscrita a su red de
servicios de ginecología, mediante oferta mercantil, desde el
1 de marzo del 2008 hasta el 17 de enero del 2014 (fs.° 56 a
59); y, carta de terminación del vínculo emitida por la
entidad, a partir del 17 de enero 2014 (f.°60).

Aludió a la sentencia CSJ SL, 8 mar. 2017, rad. 45344


(CSJ SL4027-2017), para indicar que acogería tal criterio, en
el sentido de que cuando se alega contrato de trabajo y se
prueba la prestación personal del servicio se «activaba» la

SCLAJPT-10 V.00
6
Radicación n.°80867

presunción del art. 24 del CST, es decir, que estaba regida


por una relación laboral.

Explicó que:

[…] de los hechos contenidos en la demandada, [se daba]


cuenta la Sala que la actora manifiesta haber laborado del 2004
al 2014, la demandada alega que no existió contrato de trabajo
sino diferente y discontinuos contratos de prestación de
servicios en los cuales la actora prestó sus servicios
profesionales como ginecóloga con total autonomía e
independencia técnica, administrativa y financiera; así mismo,
manifestó no constarle los servicios prestados por la actora a
través de la Cooperativa del 1 de diciembre 2004 al 1 de marzo
del 2008.

En atención a lo anterior, se advierte que a los folios 56, 58 y


59, existen certificaciones emitidas por Coomeva EPS S.A., en
las que dan cuenta que la actora se encontraba adscrita a la red
de servicios de ginecología de dicha entidad, mediante oferta
mercantil desde el 1 de marzo del 2008 hasta el 17 enero 2014,
por lo que la demandada Coomeva aceptó la prestación
personal del servicio y, por lo tanto, se activa la presunción del
artículo 24; una vez activada la presunción del artículo 24, se
invierte la carga de la prueba en el sentido de que, se presume
el contrato de trabajo y es al demandado a quién le corresponde
desvirtuar que existió contrato de trabajo.

Advirtió que del contrato de prestación de servicios


que suscribieron las partes el 1 de octubre de 2011 (f.°27 a
31), se desprendía que:

[…] la demandante se comprometió a prestar sus servicios


profesionales de ginecología y en consulta especializada y de
control prenatal, y consulta de revisión para los afiliados a
Coomeva EPS, destinado para la evaluación y/o consulta
especializada de cada paciente en un tiempo, destinando para
la evaluación, un tiempo mínimo de 20 minutos.

Así mismo, se observa en dicho contrato, que la demandada


establece directrices a cargo de la demandante verbigracia en el
parágrafo 1 folio 27, en la que dispone que no podrá la actora
someter a los usuarios a nueva programación de consulta sino
que atenderá en los intervalos entre las consultas o un horario
fijo especial que él señale y disponga, en el parágrafo segundo
SCLAJPT-10 V.00
7
Radicación n.°80867

folio 28, se le impone realizar los procedimientos quirúrgicos


relacionados con su especialidad en las instituciones que la
contratante, esto es, Coomeva defina; igualmente, en la
cláusula cuarta establecen que los servicios de consulta y
procedimiento será de 40 horas al mes.

Por otra parte, se observa a folio 39 a 41, oferta mercantil para


la prestación de servicios profesionales en ginecología de la
actora a favor de la demandada, para prestar los servicios de
consulta y procedimientos en dicha especialidad 40 horas
mensuales, y al folio 32 y reverso contrato de concesión de
espacio suscrito por la actora y la demandada; igualmente,
reposa a folio 37 a 38, directrices emitidas por la demandada a
la actora en relación con las solicitudes a tramitar a través del
comité técnico científico.

Analizó las declaraciones de Irina Sequeda Luján y


Julio Morán Cortina, quienes también prestaron sus
servicios a Coomeva EPS S.A., para concluir que esos
testimonios «reforzaban» lo colegido en la prueba
documental, en cuanto a que lo que «en realidad existió
entre las partes fue un contrato de trabajo», además «porque
la parte demandada no logró desvirtuar la presunción» del
artículo 24 del CST, es decir, que la labor que desarrolló la
actora fue «totalmente independiente y que no estaba
subordinada».

Estableció como extremos temporales del vínculo


laboral del 1 de marzo del 2008 hasta el 17 de enero de
2014, en razón a que «la accionada así lo reconoce a través
de sendas certificaciones que reposan a folio 56, 58 y 59 del
expediente», además de que «no existe prueba documental
alguna ni la prueba testimonial es exacta» de que relación
inició el «1 de diciembre de 2004».

SCLAJPT-10 V.00
8
Radicación n.°80867

Estimó en lo concerniente al despido sin justa causa


que:

[...] la actora sostiene, desde los hechos de su demanda que su


contrato fue dado por terminado en forma unilateral y sin justa
causa el 17 de enero 2014, encontrándose a folio 60 escrito
mediante el cual Coomeva comunica la terminación del contrato
de prestación de servicios, por lo tanto se encuentra acreditado
el hecho del despido sin que esa causa alegada por la
demandada se constituye en justa causa de despido para el
contrato de trabajo que unió a las partes que era un contrato de
trabajo a término indefinido.

Por lo tanto, habrá de condenarse a la indemnización por


despido sin justa causa, por lo que el despido de la actora fue
ciertamente unilateral y sin injusta causa y, en consecuencia, le
asiste derecho a una indemnización equivalente a 107.8 días de
salario en razón de los 4 arios, 10 meses y 17 días que laboró,
ello le corresponde una suma de $12.936.000.

Coligió en lo atinente a la indemnización moratoria


que:

[...] ha dicho la Sala Laboral de la Corte, que este concepto no


es de aplicación automática ni es objetiva y que se tienen que
analizar las conductas de las partes.

[…] considera esta colegiatura que se encuentra acreditada la


mala fe, ya que se utilizó la figura de la prestación de servicios
para reemplazar el contrato de trabajo, aclara esta Sala que, no
obstante, haber alegado la demandada que no existió contrato
de trabajo durante toda su defensa, no desplegó mayor esfuerzo
probatorio para desvirtuar el contrato de trabajo; que por lo
tanto, se considera que existió mala fe por parte de la
demandada en cuanto a la vinculación laboral y negarle el pago
de prestaciones sociales a la actora, por lo que le asiste el
derecho al pago de la indemnización moratoria que establece el
artículo 65 del Código Sustantivo del Trabajo, es decir, 24
meses de salario y de ahí en adelante intereses moratorios.

IV. RECURSO DE CASACIÓN

Interpuesto por Coomeva Entidad Promotora de Salud


S.A., concedido por el Tribunal y admitido por la Corte, se
procede a resolver.
SCLAJPT-10 V.00
9
Radicación n.°80867

V. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Pretende la entidad recurrente que la Corte case la


sentencia recurrida, para que, en sede de instancia,
confirme la decisión proferida por el a quo que la absolvió
de «todos los cargos».
En subsidio, solicita que se case parcialmente la
providencia recurrida, en cuanto la condenó a «cancelar
salarios moratorios», para que, en sede de instancia, se
«declaré que Coomeva actuó de buena fe» y, en consecuencia,
la absuelva de pagar la indemnización moratoria del art. 65
del CST.

Con tal propósito formula un cargo, por la causal


primera de casación, que no fue replicado y que se resolverá
a continuación.

VI. CARGO ÚNICO

Acusa la sentencia impugnada, por vía indirecta en la


modalidad de aplicación indebida de los artículos 21, 22,
23, 24, 62, 64, 65 y 127 del CST; 1603 del CC; 99 de la Ley
50 de 1990, en relación con los artículos 61 del CPTSS y
176 del CGP.

Enlista los siguientes errores de hecho.

1. Dar por demostrado, no estándolo, que entre la señora


Bertha Cecilia Mora Quintero y Coomeva S.A. E.P.S. existió un
SCLAJPT-10 V.00
10
Radicación n.°80867

contrato de trabajo a término indefinido que inició el 1° de


marzo de 2008 y culminó el 17 de enero de 2014.

2. No dar por demostrado, estándolo, que la señora Bertha


Mora Lujan (sic) ejerció su profesión liberal como médico
especialista en Ginecología a favor de Coomeva S.A. E.P.S.; de
manera independiente, autónoma, sin subordinación laboral,
desde el 1° de marzo de 2008 hasta el 17 de enero de 2014.

3. No dar por demostrado, estándolo, que la señora Bertha


Mora Lujan (sic) ejerce su profesión liberal, con especialidad, de
manera independiente, servicios que prestaba a diferentes
entidades no solo a mi poderdante.

4. Dar por demostrado, no estándolo, que la contratación de la


señora Bertha Cecilia Mora Quintero por medio de contrato de
prestación de servicios, fue el fruto de una estrategia maliciosa
de mi poderdante para ocultar un contrato de trabajo.

5. No dar por demostrado, estándolo, que la realidad es que la


señora Bertha Cecilia Mora Quintero presta sus servicios de
manera independiente y autónoma a diferentes empresas del
sector salud, siendo esto su práctica habitual.

6. No dar por demostrado, estándolo, que la relación


contractual directa que existió entre la señora Bertha Cecilia
Mora Quintero y Coomeva S.A. E.P.S., fue un contrato de
prestación de servicios de naturaleza civil, en el periodo del 1°
de marzo de 2008 y el 17 de enero de 2014.

7. Dar por demostrando, no estándolo, que Coomeva S.A E.P.S.


intentó encubrir un contrato de trabajo con la señora Bertha
Mora, entre el 1° de marzo de 2008 y el 17 de enero de 2014.

8. No dar por demostrado, estándolo, que Coomeva S.A. E.P.S.


actuó con la creencia legítima de que el vínculo directo que
sostuvo con la señora Bertha Cecilia Mora Quintero era de
naturaleza civil, tal como se pactó con la demandante y como
ella lo ofrecía y prestaba en (sic) sector, es decir, Coomeva S.A.
E.P.S actuó con buena fe en desarrollo de la mencionada
relación.

9. Dar por demostrado, sin estarlo, que Coomeva S.A. E.P.S. dio
por terminada la relación contractual que tuvo con la señora
Bertha Mora Quintero, entre el 1° de marzo de 2008 y el 23 de
enero de 2014, sin justa causa comprobada.

Denuncia como pruebas no valoradas: interrogatorio


de parte de Bertha Cecilia Mora Quintero y las misivas que
SCLAJPT-10 V.00
11
Radicación n.°80867

presentó «para el bloqueo, suspensión y cambio de su


agenda de atención a pacientes» (fs.° 43 a 48); y, como
apreciadas erróneamente: demanda inicial y su
contestación (fs.°1 a 4, 74 a 94); contrato de prestación de
servicios profesionales (fs.°27 a 31); oferta mercantil para la
prestación de servicios profesionales en ginecología, para la
atención de los afiliados de Coomeva EPS. S.A., expedida
por la demandante (fs.° 39 a 41); contrato de concesión de
espacio celebrado entre las partes (fs.° 32); circulares (f.°
36, 37 y 49); certificados (fs.°56, 58 y 59); y, carta de
terminación del contrato de prestación de servicios
profesionales (f.°60).

Alude a la sentencia CSJ SL1021-2018, que trata


sobre la aplicación del principio de primacía de realidad
sobre las formas, para la declaración de un contrato de
trabajo en ejercicio de profesiones liberales y el art. 24 del
CST, para señalar que en dicha providencia, se
establecieron los criterios para determinar si se está o no en
presencia de una relación laboral.

Indicó con sustento en lo anterior, que del análisis de


las pruebas acusadas, «sin lugar a equívocos», se colegía que
la demandante desarrolló el contrato de prestación de
servicios de manera autónoma e independiente, con lo cual
se derruye la presunción del art. 24 del CST.

Expone que el colegiado no apreció el interrogatorio de


parte de la actora, donde confesó que tenía una jornada de
SCLAJPT-10 V.00
12
Radicación n.°80867

acuerdo a su disponibilidad «“lunes 5 horas y miércoles en


la mañana 5 horas”», dado que se le exigía «dos horas
diarias»; que presentaba la cuenta de cobro a Coomeva EPS.
S.A., que prestó sus servicios profesionales de ginecología,
«en virtud de una oferta mercantil desde el 1 de marzo de
2008 hasta el 17 de enero»; que la entidad le descontaba de
los «honorarios» el valor mensual del contrato de concesión
de espacio por el uso del consultorio; que realizaba
suspensiones, cambios y bloqueos de su agenda; que
facturaba de acuerdo a las horas; que laboraba en otras
entidades prestadoras de salud, como por ejemplo –
COPROMED-; y, que no tuvo sanciones, sino que Coomeva

EPS S.A., en una ocasión le pasó una carta para que


informara el motivo de la llegada tarde a consulta.

Manifiesta que, por las mencionadas razones, la


«subordinación» declarada por el ad quem, no era «continua
y permanente», y que actúo con la «conciencia legítima que la
prestación personal del servicio realizada por la señora Mora
Quintero a su favor fue en la ejecución de un contrato de
prestación de servicios y no de un contrato de trabajo».

Exterioriza que la actora confesó que nunca recibió


una sanción disciplinaria durante todo el tiempo en el que
prestó servicios a Coomeva EPS. S.A., que constituyó una
póliza por responsabilidad médica, en atención a que
desarrollaba la «labor de forma autónoma, asumiendo los
riesgos por algún tipo de responsabilidad civil, situación que
no ocurre en un contrato laboral, donde el empleador
SCLAJPT-10 V.00
13
Radicación n.°80867

responde por los daños que ocasionen sus trabajadores»; y,


que no ejerció «poder de dirección empresarial», en términos
de subordinación, pues, aunque el coordinador de la UBA
supervisaba el buen funcionamiento del establecimiento de
salud y prestación de los servicios, era para garantizar el
respeto de los derechos fundamentales de los pacientes.

Menciona que el Tribunal no apreció las


comunicaciones aportadas con la demanda (fs.°43 a 48), con
las cuales se acredita que la accionante, tal como lo ratificó
en el interrogatorio, podía cancelar turnos y comunicar a la
EPS que otros horarios podía atender, aunado a que esos
cambios «no requerían autorización alguna por parte de la
compañía, sino que simplemente la actora informaba las
modificaciones, una situación que es absolutamente ajena a
un contrato de trabajo, donde el trabajador no puede
simplemente sustraerse del cumplimiento de sus
obligaciones».

Esboza que el juez plural apreció erróneamente las


siguientes probanzas:

El contrato de prestación de servicios celebrado entre las


partes, sobre este consideró el juez colegiado que implicaba
subordinación por cuanto “la demandada establece
directrices a cargo de la demandante”, concretamente se
refiere al parágrafo primero, al parágrafo segundo y a la
cláusula cuarta. En estas cláusulas se establece como
obligación de la señora Bertha Mora la prestación de los
servicios ginecológicos, la obligación de hacer seguimientos
a los pacientes de cirugías y tratamientos dentro del mes
siguiente y sin someterlos a programación de citas de forma
ordinaria, sino en un horario que ella disponga, así como el
deber de que la consulta dure por lo menos 20 minutos. La
cláusula cuarta establece que el tiempo de consultas será
de 40 horas al mes.
SCLAJPT-10 V.00
14
Radicación n.°80867

Al respecto yerra el Tribunal al considerar lo anterior


muestras de subordinación propias del contrato laboral,
pues es todo lo contrario, tal como lo señaló el a quo, en
consideraciones muy estudiosas de la normativa de salud,
al indicar que las anteriores directrices son de alcance legal
y reglamentario y recogen simplemente lo establecido entre
otras, en la resolución 5261 de 1994 artículo 97, donde se
contempla el tiempo mínimo de consulta, y en el Decreto
1011 del 2006, sobre calidad en la prestación del servicio de
salud.

[…]

La oferta mercantil de prestación de servicios ginecológicos,


presentada por la señora Bertha Mora y que también rigió
durante un periodo la relación civil entre las partes. Este
documento es plena prueba que la relación que unió a las
partes no es de la esfera laboral, así lo indicó el juez de
primera instancia, quien destacó que en esta se establecían
40 horas al mes de prestación del servicio pero que no era
determinante para declarar existencia de relación laboral.

[…]

En este caso, el cumplimiento de las 40 horas no es


indicativo de subordinación, teniendo en cuenta
especialmente, que el momento concreto de cumplimiento
era decidido por la propia señora Bertha Mora, teniendo la
posibilidad (tal como se acreditó con las comunicaciones
presentadas a Coomeva S.A. E.P.S. (sic)) de suspender,
bloquear o cambiar su agenda, sin consecuencias
disciplinarias, generando únicamente el pago a prorrata por
el número de horas de atención efectivamente cumplidas.

El contrato de concesión de espacio, que fue mencionado en


la providencia del ad quem, pero al que no le dedicó mayor
análisis. De haberlo hecho correctamente, habría
determinado que dicho contrato implicaba que el
consultorio, donde prestaba los servicios la señora Mora
Quintero, no se lo proporcionaba Coomeva S.A. E.P.S.(sic),
en virtud de un vínculo laboral, sino que era de su
responsabilidad y accedía a él a través de un contrato de
naturaleza civil. Lo anterior se opone totalmente al contrato
de trabajo, donde el empleador le brinda al empleado de
forma gratuita, los elementos necesarios para la ejecución
de la labor.

Las directrices emitidas por la demandada con destino a la


actora (folios 36, 37 y 49) en relación con el cumplimiento
de la normatividad que regula la atención de los usuarios,
las facturaciones y las solicitudes a tramitar ante el comité
técnico.

SCLAJPT-10 V.00
15
Radicación n.°80867

Destaca que las directrices contenidas en las


circulares (fs.°36 a 38), no son producto de la
subordinación laboral, sino del deber de supervisión legal,
para el cumplimiento de la normativa en materia de salud,
de conformidad con los decretos 2200 de 2005 y 1011 de
2016, y resoluciones 3374 de 2000 y 3099 de 2008 y que la
demandante «no estaba sometida a ninguna orden o
instrucción para realizar sus procedimientos, ni
mucho menos le eran supervisados ni evaluados sus
diagnósticos, tratamientos, ni cirugías que esta
realizaba a sus pacientes». (Resaltado del texto original).

Acentúa que, el ad quem también valoró de manera


desacertada:

Certificados (folios 56, 58 y 59), expedidos por Coomeva S.A


E.P.S.(sic), donde certifica que la señora Bertha Mora se
encontraba adscrita a la Red de Servicios Ginecológicos de
dicha entidad mediante oferta mercantil y luego (sic) contrato de
prestación de servicios, desde el 1° de marzo de 2008 hasta el
17 de enero de 2014.

El juez colegiado, tomó estas certificaciones como una


aceptación, por parte de la demandada, de la prestación
personal del servicio y dio aplicación a la presunción del
artículo 24, que luego consideró sustentada en el material
probatorio. No obstante, es claro que estas certificaciones lo
único que indica es que la actora hace parte, como bien lo dice,
de los médicos que conforman una Red de Servicios de
Ginecología para los afiliados a mi representada pero no puede
inferirse la prestación personal del servicio en los términos del
artículo 24 del CST.

Esta documental, junto con el resto del material probatorio, dan


cuenta es de la buena fe de mi poderdante, que abiertamente
reconoce el servicio contratado con la actora, por cuanto
consideró que se encontraba en presencia de un vínculo
netamente civil.

SCLAJPT-10 V.00
16
Radicación n.°80867

La carta de terminación de contrato de prestación de servicios


profesionales EPS-CA-191-2011, remitida por Coomeva S.A.
E.P.S. (sic) el 6 de diciembre de 2013 a la señora Bertha Cecilia
Mora Quintero, en la cual Coomeva S.A. E.P.S. ejerció la
facultad que tenían cualquiera de las partes, en virtud de lo
contemplado en la cláusula décima del mencionado contrato, de
terminar unilateralmente el contrato, dando un preaviso de por
lo menos treinta (30) días.

En este caso la finalización del acuerdo se hizo efectivo el 17 de


enero de 2014, a través de la carta entregada el 6 de diciembre
de 2013, considerando el Tribunal que esta misiva implicaba la
terminación sin justa causa del contrato de trabajo, cuando en
realidad es el ejercicio de una facultad contractual otorgada a
ambas partes, de conformidad a lo acordado entre ellas en el
contrato de prestación de servicios. Sin que haya demostrado la
parte actora que tal documento estuviese viciado de nulidad por
engaño, fuerzo o dolo.

Anota que el colegiado se equivocó en la apreciación de


los testimonios de Irina Sequeda Luján y Julio César
Morán, que fueron tachados por sospecha, en tanto
adelantaron procesos contra la entidad con los mismos
hechos y pretensiones, quienes, aunque señalaron que el
coordinador les daba directrices, «ninguno fue capaz de
precisar qué tipo de órdenes».

Relata que Irina Sequeda Luján declaró que el horario


era fijado de común acuerdo, que la especialista podía
bloquear la agenda y el coordinador de la UBA evitaba que se
programaran turnos en un mismo momento y que cuando
eso ocurría, la única consecuencia era el pago en proporción
al número de horas laboradas, que nunca tuvo conocimiento
de proceso disciplinario en contra de Bertha Mora, que los
pagos se realizaron previa presentación de la cuenta de
cobro, con la constancia de la cotización a la seguridad
social por parte del especialista y, que los coordinadores de
SCLAJPT-10 V.00
17
Radicación n.°80867

UBA daban instrucciones sobre la «“atención de pacientes y


horarios”», nada que permitiera deducir el ejercicio de un
poder subordinante; que Julio César Morán manifestó que
no conocía sobre las razones de terminación del contrato y
que al coordinador le correspondía velar que «el paciente
sea atendido de la mejor forma posible» y por las funciones
asignadas.

En lo atinente a la «supuesta mala fe con que


actuó», indica que el Tribunal también erró en su decisión,
al dejar de valorar o preciar erróneamente las pruebas
denunciadas, situación que conllevó la imposición de la
indemnización del art. 65 del CST, toda vez que:

[…] tanto la oferta mercantil, como el contrato de prestación


de servicios y tal como se expresó, el contenido de los
mismos es plenamente civil, pues las pocas directrices que
contiene son reproducciones de la legislación en materia de
salud y concreciones del deber de supervisión de Coomeva
S.A., tal como explicó la C.S.J en su (sic) SL1021 de 2018,
es decir se excluye la subordinación y es un elemento del
que se colige el actuar de buena fe de Coomeva.

Coomeva S.A. E.P.S. no entregaba lineamientos,


instrucciones, reglamentos, y/o circulares respecto cómo
debía realizar la prestación del servicio, sino que la señora
Mora tenía plena autonomía para ejercer su profesión como
médico especialista en Ginecología.

Obran en el plenario comunicaciones y fue confesado


también por la actora, que los horarios de atención se
establecían de mutuo acuerdo, además de que bloqueó en
varias ocasiones su agenda de forma unilateral por motivos
personales.

Coomeva jamás dio órdenes de dirección empresarial a la


actora, que implicaran subordinación, por el contrario, las
circulares enviadas a la señora Mora Quintero, son
únicamente para el cumplimiento de la normativa en
materia de salud, como una concreción del deber de
supervisión en cabeza de Coomeva S.A. E.P.S., como entidad
SCLAJPT-10 V.00
18
Radicación n.°80867

prestadora de salud. Aún más la comunicación del 14 de


enero del 2011, recuerda el deber de cumplir la
resolución 3374 del 2000, que se refiere a la facturación
de los profesionales independientes, dejando expreso la
convicción de Coomeva de estar inmersa en una relación
de tipo civil y no laboral. (Negrilla y subrayado del texto).

Coomeva S.A. E.P.S. jamás impuso sanciones o hizo uso de


la facultad disciplinaria del empleador propia de las
relaciones laborales, esto a pesar de que la señora Mora
modificaba sus horarios y bloqueaba su agenda de forma
unilateral, situación que en el curso de una relación
laboral acarrearía sanciones.

Los pagos se realizaban previa cuenta de cobro, tal como


indicó la actora y la testigo Zequeda (sic), en el
interrogatorio de parte y [en] el testimonio respectivamente.
Adicionalmente, Coomeva S.A. E.P.S. exigía que se
presentara copia de las cotizaciones a seguridad social por
parte de la actora, antes de efectuar el pago de honorarios, otra
señal más de la convicción fehaciente de la demandada, sobre el
vínculo civil que la unía a la actora.

Aduce que la carta de terminación se soportó en la


cláusula décima del contrato de prestación de servicios,
esto es, en ejercicio de la facultad contractual y con la
legítima convicción de estar finalizando un acuerdo de
naturaleza civil y no un despido sin justa causa, pues,
«como lo indica la testigo Zequeda (sic) en su declaración, al
manifestar que los especialistas no quisieron aceptar una
reducción en el valor del contrato y Coomeva S.A. E.P.S.
decidió entonces hacer uso de su facultad contractual por
motivos económicos».

Reitera lo analizado en las pruebas acusadas, para


concluir que:

[…] yerra el Tribunal cuando partió del entendido que Coomeva


S.A. E.P.S. actuó de mala fe, y que le correspondía a mi
mandante aportar las pruebas que acreditaran había actuado
SCLAJPT-10 V.00
19
Radicación n.°80867

de buena fe. El anterior razonamiento del ad quem atenta de


manera flagrante contra la presunción de buena fe prevista por
el artículo 83 de la CP, que, conforme al criterio de esta Sala,
rige en las relaciones laborales. De forma que, al encontrarse
presunta la buena fe, lo que debe pasar a demostrarse es el
actuar de mala fe, pues la buena fe se presume de todas las
personas, jurídicas y naturales, de derecho público y privado.
(Negrilla del texto).
[…]
Es indiscutible que el presente asunto tiene las circunstancias
fácticas establecidas por la corte, debido a la serie de
situaciones presentadas y acreditadas a lo largo de esta
demanda, en la que se demostró claramente la autonomía con
la que la señora Mora Quintero ejercía su profesión liberal.

[…]

Finalmente, debemos manifestar que en el caso sub exánime se


discutía la naturaleza jurídica del contrato que existió entre la
señora Mora Quintero y Coomeva S.A. E.P.S. y no la ausencia o
deficiencia en el pago de la suma de origen salarial y
prestacional, bajo el entendido que mi mandante actúo con la
consciencia que su actuar fue legítimo y que en vigencia del
contrato de prestación de servicios realizó el pago de los
honorarios profesionales a la demandante, de manera puntual y
oportuna, por lo que no es dable aplicar de manera automática
la sanción moratoria prevista en el 65 del CST.

VII. CONSIDERACIONES

Esta Corporación debe verificar si el ad quem incurrió


en los errores de hecho endilgados, al considerar que entre
Bertha Cecilia Mora Quintero y Coomeva ESP S.A., existió
un contrato de trabajo, entre el 1 de marzo de 2008 y el 17
de enero de 2014 y, que el actuar de la demandada, estuvo
desprovisto de buena fe.

En relación con la primera arista, el colegiado una vez


dio por acreditado la prestación de los servicios
profesionales de la demandante como ginecóloga a favor de
Coomeva EPS S.A, aplicó la presunción consagrada en el
SCLAJPT-10 V.00
20
Radicación n.°80867

art. 24 del CST; de ahí que analizó las pruebas


documentales y los testimonios de Irina Sequeda Luján y
Julio Morán Cortina, para concluir que, en atención a la
inversión de la carga de la prueba, la accionada no logró
desvirtuar que la relación estuvo regida por un «contrato de
trabajo», es decir, que se desarrolló de manera
independiente y autónomo, como lo enseñó esta
Corporación en la sentencia CSJ SL4027-2017.

La censura insiste que el fallo del Tribunal fue


desacertado, con el argumento de que el vínculo contractual
fue de carácter civil; que no le impartió órdenes ni
instrucciones a la demandante, aunado a que prestó sus
servicios de manera autónoma e independiente, según la
jornada que tenía disponible, en tanto realizaba «bloqueos
de horas de atención, cambio de horarios y suspensiones» y
reorganizaba su agenda; que las directrices contenidas en
las circulares eran en cumplimento de un deber de
supervisión legal en materia de salud y, que, aunque el
coordinador de la UBA, supervisaba el buen funcionamiento
del establecimiento de salud y la labor, era para garantizar
el respeto de los derechos fundamentales de los pacientes.

En torno a este escenario, la Sala desciende al análisis


probatorio, del que se observa lo siguiente:

Pruebas acusadas por falta de valoración:

SCLAJPT-10 V.00
21
Radicación n.°80867

La entidad recurrente señala que en el interrogatorio


de parte Bertha Cecilia Mora Quintero (f.° cd 135), confesó
que prestó sus servicios a Coomeva ESP SA., con
autonomía e independencia; no obstante, a pesar de que el
sentenciador no lo examinó, ello no vislumbra la
equivocación que se le atribuye, para infirmar la presunción
del artículo 24 del CST; contrario a lo indicado por la
censura, lo que la demandante manifestó fue que realizó
«suspensiones, cambios y bloqueos de su agenda», previa
autorización de Coomeva EPS S.A., inclusive, que en una
ocasión que tenía un «congreso» se lo negaron; que, aunque
nunca la sancionaron, una vez la requirieron por llegar
tarde a una consulta debido a la queja del paciente y que el
coordinador de la UBA era el que ejercía control y vigilancia
en las funciones que desempeñaba como ginecóloga.

Lo anterior, se corrobora con las misivas del 19 de


agosto de 2009, 27 de enero de 2010, 29 de septiembre y 15
de diciembre de ese último año (fs.° 43 a 48), a través de las
cuales Bertha Cecilia Mora Quintero solicitó autorizaciones
a Coomeva EPS S.A., - UBA Santa Lucia – con la finalidad de
que le permitiera «el bloqueo, suspensión y cambio de su
agenda de atención a pacientes». De ahí que, la
reorganización de turnos y/o consultas no era potestativa
de la especialista, sino previa aquiescencia de la entidad
prestadora de salud.

Pruebas denunciadas por apreciación errónea:

SCLAJPT-10 V.00
22
Radicación n.°80867

Demanda inicial y su contestación (fs.°1 a 4, 74 a 94),


la Sala se abstendrá de analizar estas piezas procesales,
como quiera que la censura en la demostración del cargo,
no cumplió con la carga de indicar cuál fue el error que
incurrió el juez plural en su valoración.

De la oferta mercantil para la prestación de servicios


en ginecología, para la atención de los afiliados de Coomeva
EPS. S.A., (fs.° 39 a 41), del contrato de concesión de
espacio celebrado entre las partes (fs.° 32) y la carta de
terminación de contrato de prestación de servicios
profesionales (f.°60), no contienen nada diferente a lo que se
desprende de su propio contenido y, es que en principio, la
actora se comprometió a desempeñar su profesión a través
de un acuerdo de carácter civil, conforme las condiciones
allí señaladas; que la entidad demandada le entregó un
«espacio físico» con un área de doce metros cuadrados
ubicado en el «Bosque Sector San Isidro Transv 54 N° 28-65»,
por la suma de $23.996 mensuales, para la ejecución de la
«oferta mercantil» y, que la finalización del vínculo
contractual fue por decisión unilateral de la sociedad
contratante con fundamento en la «cláusula décima», todo lo
cual tampoco desvirtúa la presunción del art. 24 del CST ni
la existencia de un contrato de trabajo realidad.

De otra parte, en el contrato de prestación de servicios


profesionales de 1 de octubre de 2011 (fs.°27 a 31), se
incluyeron cláusulas que no permitían la autonomía total
de la labor desarrollada por la actora, como así lo acotó el
SCLAJPT-10 V.00
23
Radicación n.°80867

colegiado, pues en el «PARÁGRAFO PRIMERO», se consagró que


la contratista «no someterá a los usuarios a nueva
programación de consultas, sino que atenderá en los
intervalos entre las consultas o en un horario fijo especial
que él señale y disponga» y en la «SEGUNDA» se obligó a
prestar sus servicios en la institución que la contratante
destine, según la red de prestadores y presentar informes
cada mes que «permitan la evaluación de la ejecución del
objeto del contrato». (Negrilla del texto).

Las circulares (fs.° 36, 37 y 49), que informan sobre el


deber de cumplimiento de las obligaciones pactadas en la
«oferta mercantil», «mecanismos para acceder a los servicios
no incluidos en Pos», formatos a diligenciar para la solicitud
de medicamentos e insumos «No Pos», y la presentación de
facturas de acuerdo a la Resolución n.°03374 de 2000 y, los
certificados (fs.°56, 58 y 59) que dan cuenta de la
vinculación de carácter civil de la demandante, nada
demuestra que aquella actuó de manera autónoma e
independiente en su gestión como médica ginecóloga, ya
que lo que acreditan es que la profesional debía cumplir con
los procedimientos y protocolos determinados por la
sociedad demandada; además, el hecho de que la actora
debiera presentar cuentas de cobro por honorarios, como lo
ha explicado esta Corte, ‹‹no desdibuja la existencia del
contrato de trabajo, que se acredita con la prestación del
servicio personal, la subordinación jurídica y finalmente con
la retribución económica por esos servicios personales››. (CSJ
SL, 23 nov. 2010, rad. 35822).
SCLAJPT-10 V.00
24
Radicación n.°80867

Las pruebas analizadas, no infirman la conclusión del


colegiado, respecto de que la pasiva desconoció su deber de
cara a la presunción del artículo 24 del CST, toda vez que
sus disquisiciones atinentes a que la profesional laboró
para otras instituciones diferentes de Coomeva EPS S.A.,
que disponía de la agenda para atención de consultas y
procedimientos que reprogramaba a su conveniencia, no
acreditan que la actora laboró con independencia, pues lo
que se vislumbró fue que, en efecto, debía solicitar permisos
y autorizaciones a la accionada para cancelar y modificar
sus turnos, aunado a que ejercía control y vigilancia de la
actividad.

De folio 60 obra escrito, mediante el cual Coomeva


EPS S.A., comunica a Bertha Cecilia Mora Quintero que la
terminación del contrato de prestación de servicios
profesionales «EPS-CA-191-2011 », se haría efectiva a partir
del 17 de enero de 2014, de conformidad con la «Cláusula
Décima del contrato en el Numeral 10.12», que consagra:

Unilateralmente por cuenta de EL CONTRATISTA y/o LA


CONTRATANTE, durante la vigencia inicial del presente
contrato o de cualquiera de sus prorrogas (sic). Quien se acoja a
esta forma de terminación la anunciara a la otra mediante
comunicación escrita con una antelación no menor de (30) días
calendario a la fecha de terminación deseada. Esta forma de
terminación de prestación de servicios profesionales, no genera
ningún tipo de indemnización a favor o a cargo de EL
CONTRATISTA ni de LA CONTRATANTE. (Negrilla del texto).

Verificada la anterior probanza, colige la Sala que el


juez plural no incurrió en el yerro endilgado, como quiera
SCLAJPT-10 V.00
25
Radicación n.°80867

que una vez se establece la existencia del contrato de


trabajo, en virtud del principio de la primacía de la realidad
sobre las formas a consecuencia de la configuración de los
elementos esenciales del mismo, contenidos en el art. 23 del
CST, se considera que el despido se produjo sin justa
causa, a menos que se invoque y acredite las causales de
terminación que prevé los arts. 61 o 62 ibídem, situación
que no ocurrió en el presente caso.

En lo concerniente a la «buena fe» que alega la


censura, con el propósito de derruir la conclusión del ad
quem y, consecuencialmente, liberarse de la sanción
moratoria del art. 65 del CST, se colige que el sentenciador
no aplicó de manera indebida tal precepto, toda vez que
esta Corporación ha adoctrinado que el empleador que desee
exonerarse de este concepto, le corresponde demostrar ‹‹que
a pesar de haber incumplido su obligación prestacional,
siempre obró ceñido a la buena fe o, dicho de otro modo, tuvo
razones poderosas y creíbles para sustraerse de su pago››.
(CSJ SL539-2020) y precisamente eso fue lo que requirió el
juez plural, que probara las razones plausibles para eludir
los derechos laborales, situación que no aconteció.

De los contratos de prestación de servicios, oferta


mercantil, requerimiento de aportar la factura de cobro, las
misivas de autorizaciones y permisos para el bloqueo de
agenda y modificación de consultas médicas, y las
comunicaciones sobre las directrices sobre los
procedimientos y medicamentos «No POS», no se deduce que
SCLAJPT-10 V.00
26
Radicación n.°80867

Coomeva EPS S.A., tuvo la convicción de estar ante un


acuerdo de carácter civil, puesto que la consensualidad y
bilateralidad también es propia del contrato de trabajo, en
donde libremente, trabajador y empleador pueden negociar
las obligaciones recíprocas y la remuneración.

Adicionalmente, como lo explicó esta Corporación en la


sentencia CSJ SL1439-2021, la especialidad de ginecología
es precisamente el móvil del acuerdo, por lo que la
subordinación era evidente, en observancia a ‹‹las
condiciones de su ejecución (intuitu personae, remuneración
periódica, jornadas y horarios, lugar de prestación del
servicio (…) ajenidad en los frutos, cantidad de trabajo››. De
suerte que, no tiene respaldo el argumento de que estaba
en la convicción de que el contrato de era de índole civil, en
tanto la demandante tenía disponibilidad e independencia
en su oficio, pues, lo cierto es que la EPS ejercía control y
vigilancia en la actividad y era quien autorizaba esos
cambios de agenda médica.

Por lo expuesto, la censura no logra derruir la


sentencia del Tribunal y, por ende, continúa con la doble
presunción de acierto y legalidad de la que viene revestida.

En consecuencia, no prospera el cargo.

Sin costas, en atención a que no se presentó réplica.

VIII. DECISIÓN

SCLAJPT-10 V.00
27
Radicación n.°80867

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, NO
CASA la sentencia dictada el 13 de septiembre de 2017, por
la Sala Laboral del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Cartagena, dentro del proceso ordinario laboral seguido
por BERTHA CECILIA MORA QUINTERO contra
COOMEVA ENTIDAD PROMOTORA DE SALUD S.A.
COOMEVA ESP S.A.

Sin costas, como se dijo en la parte motiva.

Notifíquese, publíquese, cúmplase y devuélvase el


expediente al tribunal de origen.

DONALD JOSÉ DIX PONNEFZ

JIMENA ISABEL GODOY FAJARDO

JORGE PRADA SÁNCHEZ

SCLAJPT-10 V.00
28

También podría gustarte