Está en la página 1de 8

La Casa de los Rosell Urquiaga en Trujillo

del Perú

Por
Miguel Adolfo Vega Cárdenas

Casa trujillana conocida también como Casa de la Emancipación, ubicada en


un solar de esquina, distante una cuadra de la plaza mayor. Su portada
principal siempre se abrió a la actual calle de Pizarro, conocida antiguamente
como a “la calle que de la plaza va al estanque del agua”.

El Solar

La casa primitiva edificada en el siglo XVI en este solar, desapareció con el


violento terremoto que asoló la ciudad el 14 de febrero de 1619, conocido como
el terremoto del Glorioso San Valentín.

Consta documentalmente que en 1640, el General de la Santa Cruzada de


Trujillo y su Obispado don Juan Martínez de Escobar y su esposa doña
Magdalena Bazán y Tudela, estaban edificando su “casa principal de morada”.
Ellos habían contratado a los maestros de carpintería Juan Gutiérrez de Faria y
Juan Esteban de Faria quienes harían los techos artesonados de madera al
estilo hispano mudéjar, puertas, ventanas y balcón de esquina, por un valor de
647 pesos, en la casa que se estaba construyendo.

El General Martínez de Escobar falleció sin ver terminada su magnifica casa.


Los restos de esta casa aún perduran y son mostrados actualmente en el
corredor principal de esta casa, a través de un vidrio templado. En junio de
1645, su viuda vendió la casa, sin estrenar, a don Roque de Zubiate.
La casa en el siglo XVIII

En el siglo XVIII la casa perteneció y fue habitada por el maestre de campo don
Francisco de Larrea y Guinea, vizcaíno casado con la dama trujillana doña
María Lucia de Villaroel Torres y Toledo. Don Francisco fue Tesorero de La
Santa Cruzada, regidor perpetuo del Cabildo y en 1745 alcalde ordinario de
Trujillo. A su muerte la casa paso a propiedad del convento de San Agustín de
Trujillo.

Don Tiburcio de Urquiaga y Aguirre y doña Petronila de Anachuri y


Rucoba propietarios de la casa.

Don Tiburcio de Urquiaga y Aguirre, oleo sobre lienzo extentente en el banco Central de
Reserva

En diciembre de 1790 los religiosos de San Agustín vendieron la casa al


maestre de campo don Tiburcio de Urquiaga y Aguirre, vizcaíno casado con la
dama trujillana doña Petronila de Anachuri y Rucoba, personajes centrales de
la casa, en cuya noble descendencia se mantuvo por mas de cien años la
propiedad del histórico inmueble, hasta el presente siglo. Los Rosell Urquiaga
fueron los últimos propietarios en habitarla.

El oratorio familiar

Dentro del primer período de la arquitectura republicana que abarca desde la


segunda década del siglo XIX y constituye la primera manifestación
arquitectónica del Perú independiente, sostiene el arquitecto García Bryce, la
antigua morada familiar de los señores Urquiaga es uno de los ejemplares más
significativos de la arquitectura civil en la costa peruana.
El patio principal

“En la actualidad es muy notoria la transformación estilística y el lenguaje


arquitectónico que se produjo a mediados del siglo XIX, al abandonar las
formas barrocas y rococó, adoptándose las neoclásicas, buscando la belleza
en el renacimiento de las formas puras de Grecia y Roma.

Casa genuina de aspecto netamente señorial, de mucha calidad, de bellas


rejas de fierro forjado de Vizcaya, rematadas las exteriores por conopeos de
influencia napoleónica”; sostienen los arquitectos Manuel Ángel Ganoza Plaza
y José Correa Orbegoso.

El magnífico patio principal de la casa Rosell Urquiaga continúa siendo el


centro que agrupa a la sala principal, cuadra y habitaciones. En todas éstas
habitaciones se abren ventanas de reja finamente forjadas, que cumplen la
doble finalidad de ser elementos de cierre y seguridad y al mismo tiempo
permiten la libre circulación del aire y paso de la luz.
Cuatro iembtros de la familia Urquiaga en el traspatio de la casa

La fuente original ya desaparecida


Las habitaciones nobles de la casa se hallan sobre terraplenes y en ellas la
arquitectura aún pacta con el barroco, al conservarse las cubiertas artesonadas
de maderas finamente talladas.

El segundo patio o traspatio crea un ambiente de intimidad, en donde el


murmullo del agua de la antigua fuente labrada en mármol de Carabamba,
invito a la reunión familiar alrededor del pequeño jardín; completándose el
espacio entre columnas con barandales y podios de madera que antiguamente
sirvieron de base a decorativas ánforas.

“En el zaguán y patio principal, la policromía barroca de las paredes fue


remplazada por elementos decorativos de imitación mármol y franjas en azul y
ocre amarillo, respectivamente, remarcando así la verticalidad del orden
arquitectónico utilizado en columnas y cobertura del corredor alto que rodea a
este patio, sirviéndole de trasfondo y evitando la monotonía de muros ornados
solamente en tonos monocromos”, sostiene los referidos arquitectos.

La portada de la casa

Exteriormente en su imponente fachada de esquina, una amplia portada


coronada con tímpano triangular es flanqueada con sobrios balcones de
antepecho de fierro fundido y elegantes ventanas boladas con rejas, repisas y
conopeos.
Después del terremoto de 1970 que la dejo en estado de ruina, la histórica
casa fue restaurada científicamente por el Banco Continental, su nuevo
propietario.

La casa Rosell Urquiaga despues del terremoto de 1970

El 28 de diciembre de 1972 fue declarada Monumento Histórico Nacional,


convertida en uno de los símbolos de esta ciudad.
Información actual y de mucha calidad podrá encontrar en:
http://casaemancipacion.blogspot.com/2008_06_01_archive.html

También podría gustarte