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Armenia Quindío, febrero de 2022

Octava Zona de Reclutamiento


Armenia Quindío, Avenida Bolívar #25N - 00 - instalaciones Octava Brigada

OBJECIÓN DE CONCIENCIA

Cristian Camilo Montoya Sánchez


CC: 1004545305
Teléfono: 3136005675 - 3206498499
Dirección: Armenia, La Grecia Manzana 12 Casa 09
Correo: camilosan2042@gmail.com

Yo, Cristian Camilo Montoya Sánchez con 22 años de edad, identificado con cédula

de ciudadanía 1.004.545.305 de Armenia Quindío y estudiante del pregrado de

Comunicación Social – Periodismo de la Universidad del Quindío, mediante la

siguiente misiva y de forma respetuosa ejerzo mi derecho como ciudadano de la

República de Colombia a la objeción de conciencia, derecho consagrado en la

Constitución Política de Colombia – Articulo 18: ‘‘Se garantiza la libertad de

conciencia. Nadie será molestado por razón de sus convicciones o creencias ni

compelido a revelarlas ni obligado a actuar contra su conciencia.”

Derecho plenamente reconocido no solo en el artículo 18 de la Constitución Política

de Colombia; sino también en el artículo del mismo número de la Declaración

Universal de Derechos Humanos, así mismo, este derecho está amparado por la

Corte Constitucional de Colombia, manifestándose en diferentes oportunidades

como la sentencia C-728 de 2009; considerando el derecho a la objeción de conciencia

como un derecho constitucional. La Sentencia T-018 de 2012 permite objetar por el

hecho de profesar un credo religioso o por convicciones morales, éticas o

filosóficas, siempre y cuando sean “profundas, fijas y sinceras”. Y la Sentencia T-

455 de 2014, por su parte, es una reiteración de la jurisprudencia existente.


Como ciudadano autónomo en mis decisiones y convicciones de tipo ético, religioso,

filosófico y político, que he adquirido a lo largo de mi vida, declino a prestar el

servicio militar obligatorio objetando conciencia, alegando razones religiosas,

morales, éticas y principalmente filosóficas.

Me identifico como Unitario – Universalista una religión y/o doctrina filosófica poco

conocida en Colombia, popularmente conocida como la Iglesia de la Gran

Comunidad. Participo de esta filosofía religiosa a través de la Iglesia de la

Confraternidad Joven; creada en 2005, que fue establecida y es dirigida por adultos

jóvenes para ayudar a conectar a los Unitarios Universalistas de 18 a 35 años de edad

que no pueden asistir a la congregación de forma presencial porque residen en otros

países. Esta Confraternidad Joven sigue los lineamentos y principios de la iglesia,

dados por la reverenda Susan Frederick-Gray, máxima autoridad religiosa.

Desde que supe de la religión en el año 2016 y empecé a aplicar la filosofía manejada

por los Unitarios – Universalistas y a interiorizar sus convicciones éticas y morales,

he basado mis creencias principalmente en mis propias experiencias, teniendo el

derecho a decidir por mí mismo en que creer. Los Unitarios – Universalistas

modernos se ven a sí mismos como una religión separada con sus propias creencias

y afinidades. Se definen a sí mismos como creyentes y extrae la sabiduría de varias

religiones y filosofías, incluido el humanismo, el panteísmo, el cristianismo, el

hinduismo, el budismo, el taoísmo, el judaísmo, el islam y la espiritualidad centrada

en la tierra.

Los Unitarios – Universalistas creemos que todas las personas tienen un valor

inherente y merecen respeto, por consiguiente, no podría realizar ningún acto

violento contra otro ser humano, propio de las fuerzas armadas.

También creemos que todas las personas merecen justicia, equidad y compasión,

donde no se tolera la violencia de ningún tipo.


Procuramos traducir estos valores en acciones con resultados tangibles a corto y a

largo plazo para los demás, acciones que rechazan rotundamente cualquier tipo y

uso de armas en cualquier actividad que se lleve a cabo por los amigos congregados.

Creemos que cada persona debe ser libre de determinar su propia búsqueda

responsable de la verdad y el significado de la vida. Ningún dogma o libro sagrado,

ninguna institución o autoridad religiosa deben tener la última palabra sobre

nuestras creencias individuales.

Creemos que todos debemos hacer nuestra parte para crear una comunidad mundial

con paz, libertad y justicia para todas las personas, puntualizando en que la paz no

tiene nada que ver con situaciones en las que intervengan la fuerza, la violencia y las

armas, propias también de las instituciones militares.

Creemos que debemos respetar la red interdependiente de la vida, de la cual cada

uno de nosotros es sólo una parte, por consiguiente, no podría atentar contra

ninguna persona o animal, independiente de las herramientas para hacerlo.

Creemos fielmente en el poder transformador del amor; las enseñanzas judías y

cristianas que nos llaman a responder al amor de Dios, amando a los demás como a

nosotros mismos y no atentando contra ellos por ningún motivo y bajo ninguna

circunstancia.

Nos basamos en la sabiduría de las religiones del mundo que nos inspiran en nuestra

vida ética y espiritual; las enseñanzas humanistas que nos aconsejan escuchar la guía

de la razón y los resultados de la ciencia y que nos previenen contra las idolatrías de

la mente y del espíritu; las enseñanzas espirituales de tradiciones centradas en la

madre tierra, las cuales celebran el ciclo sagrado de la vida y nos enseñan a vivir en

armonía con los ritmos de la naturaleza.

Cultivamos el respeto a nuestro planeta y a todo lo que existe en él, a través de

prácticas concretas que tengan una repercusión positiva para las generaciones

presentes y futuras, en las que no se incluyen las instituciones militares por estar
directamente involucradas con la prolongación y dilatación de la guerra y la

violencia.

Participamos en los movimientos de apoyo a la paz, a la libertad y a las causas justas,

y levantamos nuestra voz en contra de la injusticia y la opresión, situaciones

directamente relacionadas con instituciones como el ejército, mismas situaciones que

han sido documentadas en diferentes portales de noticias e investigaciones

realizadas por sociólogos, antropólogos y periodistas. Relaciono a continuación

algunos de los informes encontrados:

➢ Organización de Naciones Unidas: Colombia reporta violaciones de

derechos humanos por partes de conflicto armado

Fuente: https://news.un.org/es/story/2009/03/1159841

➢ Fuerzas Armadas y Derechos Humanos en Colombia: La relación entre

fuerzas armadas y violación de derechos humanos en Colombia es un tema

de preocupación constante, particularmente cuando los militares asumieron

el control directo de las instituciones estatales en la región.

Por Saúl Mauricio Rodríguez Hernández: Historiador colombiano, profesor

e investigador en la Maestría en Seguridad y Defensa Nacional de la Escuela

Superior de Guerra de Colombia. Es miembro de grupos especializados en

CLACSO y RESDAL.

Fuente: https://www.corteidh.or.cr/tablas/r32750.pdf

➢ OMCT SOS-TORTURE NETWORK: Torturas y malos tratos en contra de

varios soldados: Militares denuncian presunto acoso laboral y verbal en el

Ejército Nacional.

Fuente: https://www.omct.org/es/recursos/llamamientos-

urgentes/colombia-torture-and-ill-treatment-of-several-soldiers

➢ El Tiempo: Maltrato en batallones del ejercito puede constituir tortura.


Fuente: https://www.eltiempo.com/justicia/cortes/maltrato-en-batallones-
constituiria-tortura-49763
➢ El Tiempo: Militares denuncian presunto acoso laboral y verbal en el Ejército
Nacional.
Fuente: https://www.eltiempo.com/justicia/delitos/ejercito-118-
investigaciones-abiertas-por-abuso-sexual-de-menores-513060

En síntesis, basándome en que es una institución donde se entrena para la guerra, se

tolera el uso de armas, se acepta la violencia no solo contra sus compañeros sino

contra los ciudadanos, en donde reinan los malos tratos y lo digo con conocimiento

de causa (ya que mi padre dedicó su vida a las fuerzas militares), me niego

rotundamente a usar un uniforme que tiene manchas de sangre inocente, que se ha

visto involucrado en violaciones y agresiones sexuales, me niego a usar y/o portar

armas de cualquier tipo y me niego a cantar arengas misóginas y violentas.

Como ciudadano que ha interiorizado los valores y manifestaciones filosóficas,

éticas y morales de la religión a la que pertenezco, manifiesto que son profundas

fijas y sinceras y cualquier persona cercana a mí puede dar fe de ello, así mismo, y

apoyándome en la postura definida e inamovible de la Iglesia de la Gran

Comunidad bajo el mandato de la reverenda Susan Frederick-Gray, máxima

autoridad religiosa, mi objeción de conciencia sobre el servicio militar obligatorio es

indudable e inequívoco, pensar en la posibilidad de pertenecer a una institución

militar es faltar a mis principios, mismos que me han construido como un ciudadano

ejemplar.

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