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Cuando tenía 17 años me consideraba una persona depresiva, esto lo atribuía a sentimientos

de tristeza, ganas de llorar todo el tiempo, ansiedad, la cual venía de la mano con la
inquietud por temas no tan relevantes, y un sentimiento de rabia por circunstancias que no
lo ameritaban. Con lo anterior puedo ejemplificar relatando una vez que salí con un grupo
de amigas al cine, y de la nada me comencé a sentir muy triste, a lo que mis amigas me
preguntaron preocupadas si es que me pasaba algo, yo sin entender nada les respondí que
no, con un tono de rabia por su pregunta. Otro ejemplo es que cuando me mencionaban
algo de mi físico, ya fuera bueno o malo yo sentía mucha rabia al respecto y me generaba
tristeza o ansiedad dependiendo de que me dijeran.

A propósito de lo mencionado con anterioridad, un día en una fiesta con amigos conocí a
una persona súper distinta a como yo solía ser a esa edad, ya que él era sociable, no se
enfadaba con nada, le gustaba llamar la atención, era bastante raro verlo triste o con
sentimiento de tristeza constante, en resumen, era una persona que destacaba, muy al
contrario de lo que yo proyectaba para esos años. Lo curioso de este encuentro fue el hecho
de que la química que tuvimos fue impresionante, esto porque yo sin saberlo en ese
momento quería una pareja que me quitara esa actitud depresiva que tenía. En cierta forma
lo hizo, ya que con el tiempo su actitud tan positiva ante todo me hizo darme cuenta de que
algunas cosas no son tan malas si las miras desde otro punto de vista y así comencé a salir
de ese hoyo en el que me encontraba.

Esta relación con el trascurso del tiempo fue cambiando, ya que yo fui tomando sus
actitudes como propias. Por un lado fue bueno para mi crecimiento como persona, puesto
que empecé a ver las cosas desde un punto de vista distinto, ya no me sentía tristeza de la
nada y no me enojaba con tanta facilidad, por otro lado no fue tan bueno este cambio para
la relación, ya que con el tiempo no existía el dinamismo que me entregaba la otra persona ,
sino que más bien ambos compartíamos las mismas actitudes. Con esto y para finalizar yo
consideró que esta elección de pareja fue de lucha contra la depresión, ya que sin quererlo
buscaba un salvavidas que me quitara esos sentimientos de rabia y tristeza constantes.

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