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Esta exposición, así concebida, no pretende suplir el contenido de nocimientos de los cuales carece u omite deliberadamente.
otros textos sino que se ofrece como un complemento adicional que se
agrega a ellos; y que requiere de ellos toda la información y todos los co- En el Capítulo I trataremos de enfatizar aquellos factores básicos que
derivan de la posición relativa del Nordeste y que han influido en el mo- enseñanzas de ROHMEDER: “la palabra escrita nunca puede ofrecer la
delado de su geografía. Dejaremos planteados algunos interrogantes cu- disposición y la correlación de los innúmeros elementos topográficos, que
yas respuestas están esbozadas, sugeridas o implícitas en los tramos componen el paisaje geográfico, de un modo tan completo y especialmente
siguientes del texto. intuitivo como el mapa…”
El Capítulo II, referido al medio natural, trata de señalar las analogías Mediante la Guía Didáctica tratamos de poner en manos del Profesor y
y diferencias de las diversas áreas que conforman las provincias del Nor- del alumno la cartografía de base y el repertorio estadístico mínimo que
deste y la disposición geográfica relativa de su conjunto, como factor de su ofrece la precisión y la objetividad propia de las cifras, con el doble objetivo
organización regional: el espacio habitable, sus posibilidades y sus limita- de ampliar y actualizar los contenidos del texto y —especialmente— en-
ciones. sayar en los trabajos prácticos del aula la búsqueda de las relaciones
causales entre los diferentes patrones, de evolución o de distribución, que
El Capítulo III, dedicado al proceso de ocupación territorial, trata de se obtengan mediante su representación gráfica y cartográfica.
introducir la perspectiva histórica como uno de los factores vigentes en la
geografía del Nordeste, es decir, apunta a explicar los problemas actuales Felizmente hemos contado en esta tarea con la eficaz colaboración de
a partir de la evolución que ha desembocado en la situación presente. Esta las Profesoras Lilia J. OSUNA, quien tuvo a su cargo la elaboración de la
perspectiva dinámica conlleva la finalidad básica de habilitar al estudiante Guía Didáctica, y de Clelia O. MORO en la tarea de diagramación y car-
para discernir las causas de los dispositivos geográficos y para proyectar tografía. Agradecemos al Prof. Raúl O. A. MANOILOFF los diapositivos,
líneas coherentes de acción hacia el futuro. debidos a su cámara, que ilustran los diversos paisajes del Nordeste.
El Capítulo IV trata de integrar el proceso histórico y los dispositivos La organización del texto y la disposición interna de cada capítulo
geográficos mediante una síntesis que incluye el desarrollo de las activi- responden a nuestra intención de brindar al docente diversas alternativas
dades económicas básicas, los caracteres de la población y la organización de uso, según sus necesidades y los niveles de enseñanza a los que se
territorial resultante, con la finalidad de presentar los elementos más des- destine.
tacados de un conjunto complejo cuya asimilación aporte a la comprensión
de la noción de espacio y que, a la vez, contribuya a la formación del es- Si se requiere focalizar el estudio sobre unidades más reducidas se
píritu geográfico. ofrece la posibilidad de tratar separadamente las provincias de Misiones y
Corrientes y el ámbito chaqueño. Los temas desarrollados en II.C, III. A y
Para facilitar el logro de los objetivos expuestos hemos tratado de no IV. A se refieren, respectivamente, a los caracteres fisiográficos, al proceso
reducir el número de mapas y gráficos —no obstante las exigencias edito- de ocupación y a los ciclos económicos de Corrientes. Para el caso de
riales— ya que compartimos con entusiasmo aquellas Misiones los mismos temas están tratados en II.B, III.8 y IV.B y para el
ámbito chaqueño en II.D, III.C y IV. C-D. Las ilustraciones que corres-
ponden a cada una de estas áreas son independientes y pueden agruparse
en función de estas necesidades.
La posición relativa de las provincias del Nordeste en el ámbito de la La finalización de la Guerra de la Triple Alianza, en 1870, generó la
República Argentina no ha permanecido estática, ella ha evolucionado necesidad geopolítica de la ocupación de las tierras baldías de Misiones y
conjuntamente con las diversas etapas del desarrollo econó- del Gran Chaco, o "Territorio Indio del Norte", como lo denominara Martín
de MOUSSY en 1866; y es a partir de esa época que empiezan a imple-
mentarse las bases más eficaces para la ocupación y valorización del Nor-
deste. En efecto, en la década del 70
comienza el desarrollo de una etapa fundamental de la vida del país el que se operaban en la región central; en efecto, de ésta partirán los im-
crecimiento económico argentino fue condicionado por la expansiva de- pulsos más eficaces para incorporar las tierras del norte, a través de la
manda mundial de productos agropecuarios, los cambios revolucionarios prolongación de la malla ferroviaria, a la intensa actividad que desplegaba
en los medios de transporte y la enorme dotación de tierras fértiles de clima la nueva estructura. La expansión de la ganadería, la explotación de los
templado en la zona pampeana. Sobre esta base el país atrajo fuertes bosques y de los frutos subtropicales encontraron un mercado nacional en
corrientes inmigratorias que poblaron sus campos y ciudades y una activa fuerte expansión. El desarrollo de los transportes favoreció la especializa-
corriente de capitales extranjeros que contribuyeron de manera decisiva al ción económica de las provincias y contribuyó a la unidad nacional a través
financiamiento de la infraestructura económica. . . Se conformó así un de un polo dominante. En la Plancha 2, las Figs. B y C representan la
modelo económico abierto, fuertemente integrado a la economía interna- concentración de la población en 1980 -tomando como centro la ciudad de
cional. . "(Situación Actual y Perspectivas de la Economía Argentina, Buenos Aires- y los flujos ferroviarios.
1966).
Este modelo de desarrollo económico del país, al que se acoplaron los
Esta misma etapa de cambio fue interpretada por GOTTMAN (1972) bosques del Chaco, las estancias del sur correntino y las selvas y campos
en términos semejantes, pero bajo la perspectiva geográfica europea: "la misioneros, llegó hasta las primeras décadas del siglo, época en que em-
expansión se produjo cuando la Europa industrial recurrió a los grandes pieza a estancarse la economía primaria exportadora y a acelerarse el
espacios de ultramar para que le proporcionasen alimentos y materias proceso industrial nacional; esta nueva etapa, que ya empezara a revelarse
primas en cantidades crecientes. . . Europa occidental proporcionó los durante la primera guerra mundial, estaba destinada a la sustitución de
capitales, el equipo y el mercado. La Europa mediterránea, sobre todo Italia importaciones. Las barreras aduaneras, la devaluación de la moneda y,
y España, proporcionaron los inmigrantes, o sea, la mano de obra" finalmente, la crisis mundial del 30, generaron las condiciones para la
instalación de nuevas industrias que, aprovechando el abanico ferroviario
Este período de la vida argentina, que fuera denominado "de la eco- convergente en Buenos. Aires, acentuaron el esquema dual de la econo-
nomía primaria exportadora", dio origen al dispositivo que DAUS (1969), mía argentina. La nueva demanda industrial de materia prima de origen
atendiendo a sus implicancias geográficas, llamara "estructura agropor- subtropical y un mercado nacional creciente, constituyeron un renovado
tuaria" y cuyos componentes esenciales fueran la Pampa, el ferrocarril y el impulso para la actividad de los frentes pioneros del Nordeste que, ali-
puerto. El esquema territorial que resultó de este proceso inducido, desde mentados por nuevos movimientos migratorios ya través del cultivo del
el exterior se fundamentó en una notable concentración de los núcleos algodón, del arroz, de la yerba mate, del té, del tabaco, del tung, etc., se
vitales de la economía sobre la región pampeana y especialmente en el adhirieron a la nueva etapa que vivía el área nuclear del país y contribu-
puerto de Buenos Aires; se creó un área y se determinó un polo. yeron decididamente al poblamiento de la periferia septentrional argentina.
De 300.000 habitantes que tenía el Nordeste en 1895 se llegó a 1.500.000
Ello significó la ruptura del relativo equilibrio entre las provincias tradi- en 1947.
cionales frente al crecimiento de una "región nuclear" focalizada en el área
geográfica mejor dotada del país. Nació así el carácter dual del esquema A medida que la producción regional fue alcanzando los niveles del
económico espacial argentino, o "las dos Argentinas" que reconociera consumo del mercado nacional, hacia la década del 50, empezaron a
KUHN en 1928. Es a partir de esta nueva situación cuando se revela la agotarse las energías exógenas y a detenerse el proceso de expansión de
condición periférica de las provincias del Nordeste y, como tal, ya no serían las fronteras económicas regionales, en un momento en que todavía no se
ajenas a los cambios habían alcanzado las fronteras políticas del
Nordeste. Se entró así en una nueva etapa caracterizada por la emigración y de la actividad económica en una sola de sus partes plantea también el
rural, por una urbanización creciente, por una diversificación de las bases problema de la regionalización geográfica, y resulta legítimo preguntarse si
económicas, con resultados desiguales en cada una de las provincias y de la Argentina se compone de siete u ocho regiones" como generalmente la
sus respectivas áreas. Salvo algunos estímulos limitados, en años re- presentan los textos atendiendo a su fisiografía- o si se trata de una sola
cientes, ésta es la tónica del momento que vive este conjunto de provincias. gran región central y varias subregiones periféricas, o subsistemas de-
pendientes de ese sistema central.
Este proceso de ocupación y organización territorial, movido por
energías extrarregionales o por demandas alóctonas, ha convertido estas La condición periférica del Nordeste y su relativo aislamiento geográ-
provincias en lo que FERRARO (1973) llama "típicos enclaves de drenaje", fico y económico, tiene su correlato en las condiciones de vida y en los
ya que, no existe una aceptable integración agroindustrial. Misiones es la movimientos de la población. La Fig. D ilustra la distribución de la "pobreza
proveedora de yerba mate, té, tung y maderas; Corrientes proporciona el en la Argentina" mediante la proporción porcentual de hogares con nece-
tabaco, las lanas y el arroz; el Chaco y, en menor medida Formosa, pro- sidades básicas insatisfechas (La pobreza en la Argentina, 1984), de
veen el algodón y el tanino. El destino de la mayor parte de la producción al acuerdo a un parámetro que tiene en cuenta las condiciones de la vivienda,
mercado nacional, fuertemente concentrado, no sólo ha privado a las pro- de hacinamiento, sanitarias, asistencia escolar y capacidad de subsisten-
vincias del Nordeste de los establecimientos de transformación de su pro- cia. Los valores relativos de hogares con necesidades básicas insatisfe-
pia materia prima sino que ha generado una relación de dependencia chas son muy semejantes en todas las jurisdicciones del Nordeste (Mi-
marcada respecto de Buenos Aires y de la región Pampeana, que se evi- siones 39,2%, Corrientes 40,6% Chaco 44,8%, Formosa 46,8% y también
dencia en la estructura de los sistemas de transporte y en los flujos de los departamentos del norte de Santa Fe con proporciones parecidas que
comunicaciones convergentes en el sur (Cf. Bases para el Desarrollo Re- duplican el promedio del país). Estas condiciones deficitarias reflejan una
gional Argentino, 1963). situación socio-económica que constituye un factor de expulsión de la
población. BOLSI (1986) señala que entre 1960 y 1980 la emigración
Sólo los productos pesados, de menor valor relativo, como son los desde las cuatro provincias del Nordeste alcanzó los 400.000 habitantes, y
derivados de la explotación forestal —maderas misioneras o quebracho que el Censo Nacional de 1980 reveló la existencia de 850.000 personas
chaqueño- permitieron la elaboración in situ o, por lo menos, las etapas nacidas en el Nordeste que residían en otras provincias, y de ellas 690.244
iniciales de la transformación industrial; mientras que los productos livia- se concentraban sólo en la ciudad y provincia de Buenos Aires.
nos, de mayor valor, sea el algodón chaqueño o las lanas de Corrientes por
ejemplo, alimentan los complejos textiles extrarregionales. La escasez de La marcada disparidad interregional de la Argentina y la creciente
excedentes del productor regional de materia prima y la falta de reinversión profundización de ese equilibrio han sido interpretadas en muchos casos
en las provincias productoras de los excedentes económicos generados como el resultado de ventajas comparativas de algunas regiones privile-
por la industria, contribuyeron al estancamiento y a la profundización de la giadas sobre la menor potencialidad de los recursos, naturales de otras.
brecha interregional. Entre los geógrafos, REY BALMACEDA (1982) atribuye esas diferencias a
lo que denomina “geodiversidades” y plantea el siguiente interrogante:
Este proceso de desarrollo económico y el correlativo dispositivo "¿Es útil desobedecer a la naturaleza de que no existan esas diferencias?".
geográfico de escala nacional, ha generado lo que COTTMAN (1972) llama Destaca además el mismo autor que la región Pampeana, con su riqueza
"país núcleo" donde la concentración de la población "subsidia" al resto de las regiones argentinas.
Otros autores, generalmente economistas, advierten en esa concen- crecimiento; en la medida en que la reinversión de los excedentes eco-
tración el efecto de la intervención humana, es decir, de la acción políti- nómicos de los habitantes de esa región privilegiada genera nuevas
co-económica del Estado. Desde la óptica regional, BESIL (1976) al ana- fuentes de trabajo y atrae a los inmigrantes de la periferia.
lizar las cifras de la distribución geográfica del gasto del gobierno nacional,
concentrado en un 59% en Capital Federal y Buenos Aires en el año 1958, Pero si ahora nos detenemos en una región marginal, como es el caso
y en un 66% en 1970, concluye en que "la política del gasto público na- del Nordeste y tal vez de cualquier otra del país, cuyos suelos y climas no
cional no ayuda a la descentralización respecto del área metropolitana, alcanzan la potencialidad de aquéllos; tienen sin embargo otras ventajas
sino qué por el contrario contribuye a la concentración”. Un estudio a escala comparativas proporcionadas por la misma naturaleza, como es el caso,
nacional, realizado por CAVALLO, MONTERO y OLIVIERI (1978), en el por ejemplo, de la energía hidroeléctrica de los, ríos Paraná y Uruguay;
cual se comparan la "distribución efectiva" y la "distribución equitativa" de pero ocurre que esa energía ni es res nullius ni tampoco patrimonio de las
los recursos nacionales, concluye en que "mientras todas las provincias provincias, sino de la Nación, y es el Estado Nacional el que decide cuándo
reciben menos que lo que equitativamente les corresponde, la Capital explotarla, hacia dónde conducirla y cómo comercializarla; de modo tal que
Federal, por el mecanismo de atención directa por parte del presupuesto esta ventaja comparativa natural —que conlleva la desventaja de someter
nacional de gastos típicamente locales, recibe casi dos veces y media del a los ribereños a frecuentes inundaciones— deja de ser regional y, por
monto que le correspondería… El sistema actual de distribución real de acuerdos preexistentes, es compartida sólo en lo que tiene de rentable o de
recursos fiscales nacionales, lejos de morigerar las fuertes tendencias positivo. Algo semejante ocurre con los yacimientos de petróleo como es el
hacia la concentración en el área metropolitana, actúa como un mecanismo caso, por ejemplo, de los pozos en explotación del oeste formoseño pero
adicional que favorece el mantenimiento de las actuales condiciones". las riquezas del subsuelo tampoco le pertenecen a las provincias o a las
regiones productoras, sino al Estado Nacional quien las explota y sobre la
Estas afirmaciones, sobre un tema muy debatido, ejemplifican las di- venta de los combustibles en toda la extensión del país, obtiene por vía de
versas posiciones sobre la incidencia de los factores que produjeron y impuestos una de las principales fuentes de ingreso al tesoro nacional,
sostienen el desequilibrio interregional argentino. Sin desestimar el peso de ingresos que no son coparticipables con el resto de las provincias. En
la diversidad natural tampoco debemos soslayar la acción humana y sus cuanto productoras, el rédito que éstas obtienen son las llamadas "rega-
efectos diferenciales. Veamos algunos ejemplos que vienen al caso. lías", que algunos autores -REY BALMACEDA (1982)- consideran verda-
deros “privilegios".
Obsérvese que la región Pampeana ofrece indudablemente notables
ventajas comparativas en el ámbito nacional, que los textos geográficos Si ahora tomamos en consideración un producto agrícola regional,
destacan invariablemente al mencionar su clima templado, sus suelos como el tabaco, producido en Corrientes y en Misiones, salta a la vista la
fértiles, la fluidez para las comunicaciones, su accesibilidad a través de los magra proporción que recibe el productor tabacalero regional frente a lo
puertos marítimos, etc.; y aún cuando no cuente con reservas de energía que recauda la Nación por vía impositiva: de 60% al 65% sobre el precio de
hidroeléctrica o de hidrocarburos, sus fuerzas productivas, sus habitantes, venta en la década 1960-1970 (Cf. BESIL, 1976) y, actualmente, una
aprovechan esas ventajas —conocidas como res nullius— y sacan partido proporción superior.
de ellas en beneficio propio. Esto se "refleja naturalmente en los mapas
representativos de la distribución de la población, de la riqueza, de la ca- El sector industrial regional también ofrece ejemplos semejantes,
lidad de vida y del proceso de como es el caso del tanino, o extracto de quebracho, generado en Chaco y
Formosa, cuyos saldos exportables alcanzan al 80% de la
producción; pero debe advertirse aquí un tratamiento impositivo desfavo- concentra el mercado consumidor, en función de un esquema de trans-
rable por parte de la Nación al no considerarlo como producto industrial a portes preexistente, el beneficio de la protección se volcará sobre ese
los efectos del comercio exterior (Cf. SEWAR. 1957). "La venta al exterior marco geográfico restringido, aunque no esté explicitado en las disposi-
del extracto de quebracho -señala GARCÍA PULIDO (1975)- sufría, en ciones; y el costo de la ineficiencia —"costo argentino" lo llaman ahora—
1975, los siguientes gravámenes: 20% de retención de cambio, 8% de será cubierto por todos los consumidores independientemente de su re-
impuestos a las ventas, 5% de la ley Forestal, a lo que hay que agregar..." sidencia. Un efecto semejante puede alcanzar una política territorial explí-
cita como es la promoción industrial que el Estado Nacional define para
Estos ejemplos no agotan la lista de casos regionales conocidos, jurisdicciones determinadas, éste es el caso actual de Tierra del Fuego y de
BERARDI (1971) trató los problemas del cultivo del banano, JONES otras provincias, cuyo notable desarrollo atestigua los efectos de tal deci-
(1965), BESIL (1966), GIANNESCHI y LEZCANO (1970), ROFMAN (1982) sión a pesar de las geodiversidades o de las desventajas naturales del
y, más recientemente, LARRAMENDY, se ocuparon de la economía al- extremo sur argentino.
godonera regional; BOLSI (1982) sintetizó los problemas de la verba mate.
En todos estos estudios se destaca claramente el notable efecto del factor SPORK (1961) observó que, en términos generales y al cabo del
político-económico sobre el desarrollo de estas actividades y, natural- tiempo, "la actividad del Estado concluye básicamente en una organización
mente, sobre el conjunto del contexto geográfico en el cual están inserta- del territorio según un modo jerarquizado, con una repartición de funciones
das. entre las diferentes partes del todo". El mismo autor destaca que la acción
del Estado, vista desde el exterior, “aparece ante todo como teniendo un
Resultaría muy difícil determinar con precisión el grado de intervención efecto de homogeneización que, por su carácter peculiar, tiende a crear o
que cabe a las disparidades naturales en el desequilibrio interregional, pero acrecentar las diferencias con los otros Estados, donde una acción del
debe señalarse que la acción del Estado puede contribuir a generar uni- mismo género debe concluir en una homogeneización diferente".
formidad en la geografía del país y también disparidad, ya sea de un modo
directo o indirecto, explícito o implícito. Este último concepto se relaciona con el "efecto de frontera" que se-
ñalamos al tratar la situación del Nordeste a escala continental y que nos
Así, por ejemplo, una loable ley de alcance nacional que establece las replantea, a nivel nacional, algunos interrogantes más definidos, por
obligaciones previsionales para proteger al trabajador rural en todo el ám- ejemplo: ¿qué razones hacen que las provincias del Nordeste, cuyos ca-
bito del país, tendrá efectos diferentes en una región de economía agraria racteres fisiográficos o naturales se asemejan a los estados vecinos de
evolucionada, mecanizada y próxima a los centros de consumo, que en un Brasil y Paraguay, presenten síntomas de estancamiento o de involución,
área marginal, de cultivos industriales con alta intervención de mano de cuando aquellas áreas contiguas, situadas del otro lado de un límite polí-
obra, como ocurre en el norte del país; y tal uniformidad provocará dispa- tico, muestran otra realidad?
ridad a la hora de contabilizar los excedentes económicos de una y otra
región. Quizás deberíamos convenir que la explicación en Geografía no radica
en factores únicos o excluyentes, sean físicos o humanos, sino que se
También una política proteccionista del Estado, que grave la importa- debe ponderar un complejo de causas que interactúan en el modelado y en
ción de productos industrializados, beneficiará lógicamente al conjunto de el ritmo de desarrollo de las regiones.
la industria, incluso a la industria ineficiente; y si advertimos que esa in-
dustria se localiza preferentemente allí donde se
I. C. El Nordeste a escala regional Si observamos ahora el uso del suelo y la composición de la estructura
productiva regional advertiremos cierta especialización de cada una de las
Acercándonos más a nuestro sujeto de estudio de modo tal que po- provincias. En la Fig. B está reunida la información relativa a los principales
damos observar los dispositivos geográficos de sus componentes princi- componentes de la actividad agropecuaria, superficie, población, etc.; el
pales, advertiremos ciertos caracteres propios que llaman la atención. gráfico incluye los valores de la proporción porcentual de cada provincia
sobre el total del Nordeste y también la intervención relativa del conjunto de
En primer lugar la densidad de población, y naturalmente todo lo que las provincias sobre el total del país. Se advierte claramente la tendencia
lleva implícita su distribución en cuanto es un indicador de la actividad hacia la especialización económica de cada una: Misiones como produc-
económica y del aprovechamiento del espacio, nos permite reparar en la tora casi exclusiva en el mercado nacional de yerba mate, té y tung Co-
presencia de varios núcleos de mayor densidad de habitantes y extensos rrientes se destaca como productora de tabaco y arroz y buena proporción
vacíos humanos, carentes de organización; es decir, una marcada discon- de los vacunos, y ovinos del área; el Chaco y, en menor medida, Formosa,
tinuidad entre los diversos centros activos de las provincias que componen aparecen como los mayores proveedores de algodón.
el Nordeste (ver Plancha 3, Fig. A).
Esa marcada especialización de la producción de cada unidad pro-
También podemos señalar la presencia de algunos modelos pro- vincial es indicativa del bajo nivel de cohesión de la economía regional o
vinciales de ocupación más o menos contrastados; así, por ejemplo mien- —como lo define SZALAI (197) — "la cohesión es tanto menor cuanto
tras en Corrientes, la población se agrupa en la periferia fluvial y los vacíos mayor sea el grado de especialización de la producción regional". Es
más significativos se localizan en el área central —y algo semejante ocurre evidente que el conjunto de provincias del Nordeste se constituye así en un
en los departamentos del norte santafesino—, por el contrario, en la pro- proveedor de materia prima subtropical especialmente al mercado nacional
vincia del Chaco los asentamientos más densos se sitúan en el área central y, en contrapartida, es importador de productos industriales.
conformando un núcleo compacto. En Formosa puede notarse con bas-
tante definición la existencia de un eje longitudinal en su parte central, La distribución de la intensidad de la ocupación del suelo (ver Plancha
acompañado, de otros menores en el oriente; mientras que Misiones 4. Fig. A), permite observar que además de la especialización provincial
muestra tres ejes longitudinales de mayor densidad, pero de extensión y señalada, las áreas bajo cultivo en cada una de ellas tienden a formar
jerarquía diversas. núcleos más o menos dispersas, según un esquema semejante al que
presenta la densidad de población.
Estas distribuciones resultan de una conjunción de factores naturales e
históricos que han contribuido a esa discontinuidad de la ocupación y Dispersión y discontinuidad de ocupación y especialización, y falta de
también a su notable dispersión en un área tan extensa. Por otro lado cabe cohesión económica son las características más destacadas que se reve-
señalar que la irregularidad de los límites del área ocupada y la existencia lan en esta escala y, naturalmente, de ellas se puede inferir la heteroge-
de verdaderos apófisis de penetración humana en áreas no organizadas, neidad que presentarán sus diferentes paisajes.
constituyen indicadores de un proceso de ocupación reciente que todavía
no ha terminado de incorporar la totalidad del territorio a la actividad eco- La posibilidad de integrar estos núcleos de poblamiento y de actividad
nómica. En síntesis, discontinuidad y dispersión en un proceso reciente de en una región funcional articulada, presenta numerosas dificultades ya que
ocupación humana parecen ser las características más notables. cada uno de ellos, en función de esa especializa
ción y por obvias razones económicas, ha tratado de vincularla directa- Entre Ríos y Capital Federal en ese orden; (Corrientes lo hace con Entre
mente mediante cauces diversos con el gran mercado consumidor con- Ríos, Capital Federal y Buenos Aires; Formosa con Jujuy, Salta y Santiago
centrado en torno a Buenos Aires. La persistencia de este esquema cen- del Estero; y (Chaco se relaciona con Jujuy, Santa fe, Santiago del Estero,
trífugo de relaciones conspira lógicamente contra la integración alrededor Capital Federal y Buenos Aires pero el intercambio, de cargas entre las
de un centro nodal regional. cuatro provincias del Nordeste es ínfimo o sencillamente nulo.
Obsérvese que este conjunto de provincias y de paisajes diferenciados La larga persistencia de este esquema centrífugo ha generado la
podría haberse articulado en función de los elementos unificadores de su existencia de varias unidades funcionales independientes y, con ellas, la
fisiografía a través del gran dispositivo fluvial, que reúne en la confluencia falta de integración del Nordeste.
de los grandes ríos Paraná y Paraguay —donde se localiza el par urbano
Resistencia - Corrientes—, las condiciones potenciales de centralidad para El proceso de pavimentación de los caminos carreteros, que se inicia a
convertirse en núcleo organizador. Pero el esquema ferroviario, que en las partir de la década del 60, va generando un diseño que si bien se asemeja
últimas décadas del siglo pasado prolongó los rieles de la apretada malla al dispositivo ferroviario, tiende también a conformar una incipiente red de
pampeana hasta el subtrópico, contribuyendo básicamente a la unidad integración regional, en la cual el puente General Belgrano, que une Re-
nacional, poco hizo por la integración regional del Nordeste que, por otra sistencia y Corrientes, aparece—junto con las rutas que convergen en él—
parte, no era su objetivo. Las cuatro capitales provinciales Posadas, Co- como los elementos unificadores más importantes. Esta red vial no al-
rrientes, Formosa y Resistencia se convirtieron en punta de rieles pero canza, por ahora, a vencer la inercia de un esquema de movimientos ya
ninguna de ellas se vinculó directamente entre sí mediante el ferrocarril. La consolidado por el tiempo y por un complejo de causas de mayor alcance y
línea troncal de la Mesopotamia, de trocha media al llegar al sudeste co- de mayor peso relativo.
rrentino (Monte Caseros) se dividió en dos ramales de penetración: uno
hasta Posadas y otro hasta Corrientes La red chaqueña, de trocha angosta, En síntesis, las provincias del Nordeste consideradas a escala conti-
procuró la salida de las provincias del Noroeste hacia los grandes ríos del nental y nacional, no parecen gozar de una situación de privilegio; y a nivel
Litoral, pero no llegó a conectar sus capitales en forma directa (ver Plancha regional presentan un cuadro manifiesto de diversidad y desarticulación
4, Fig. B). funcional.
Cabe agregar que, con excepción de la Patagonia que sólo cuenta con En este capítulo inicial, al enfatizar los problemas que plantea su
vías de drenaje hacia los puertos atlánticos y carece de organización re- geografía y al insistir en algunas características poco promisorias, no in-
gional, el caso de las provincias del Nordeste es único dentro del elenco tentamos contribuir a un catálogo de desventuras del Nordeste, sino que
regional del país, y es una muestra de su falta de articulación y de la in- nuestro propósito se dirige deliberadamente a provocar la reflexión del
capacidad para generar un centro o polo regional al estilo de Tucumán en docente y del alumno y a suscitar la búsqueda y la proposición de las so-
el Noroeste, de Córdoba en la región Centro de Mendoza en Cuyo, o de luciones que se estimen más adecuadas a cada caso particular, ya que la
Bahía Blanca en el Comahue. geografía no es estática, ni inmutable, sino que permanentemente la es-
tamos haciendo.
Los flujos de transporte ferroviario, correspondientes al año 1979 (Cf.
BARBERO y YANES, 1985), permiten advertir que el origen y el destino de En los capítulos siguientes trataremos de identificar aquellos factores
las cargas se organiza de acuerdo al siguiente esquema: Misiones se de mayor peso que contribuyeron a la discontinuidad y diversidad geográ-
vincula casi exclusivamente con Buenos Aires, fica de sus componentes naturales (Cap. II) y de
los asentamientos humanos (Cap. III), a los efectos de situar el pro- CAPÍTULO II
ceso económico y social de la región (Cap. IV) en un marco más objetivo
que nos permita intentar respuestas más atinadas sobre los interrogantes LA DIVERSIDAD FISIOGRAFICA
planteados en este capítulo inicial.
La confrontación de estos perfiles zonales permite obtener, en un Bajo estos soportes básicos el ambiente vegetal (ver Fig. C)
primer intento, la definición de seis ambientes con límites meridianos más o
menos nítidos, cuyos orígenes se vinculan a un pasado
refleja la diversidad de medios de un modo más evidente y facilita la dife- occidental alterna con algunas lomadas de arena que sirven
renciación de seis unidades paisajísticas, representadas en la Fig. D: los de soporte para los asentamientos humanos.
Campos Submisioneros (5) —continuamos la numeración de las unidades
de Misiones ya descriptas—, la Cuenca del Ibera (6), el Triángulo de la El Triángulo de la Capital (7), limitada por el Paraná al
Capital (7), los Malezales del Aguapey-Miriñay (8), la Planicie del Paiubre norte y al oeste, y por una línea que sigue aproximadamente
(9) y los Bajos del río Corriente (10). los esteros y río Santa Lucía, circunscribe una región de re-
lieve chato y suaves pendientes al oeste y sudoeste, como lo
La Cuenca del Ibera (6) se encuentra definida hacia el evidencia la red hidrográfica. El paisaje se caracteriza por la
oriente por una angosta franja de formaciones medanosas ondulación impuesta por las lomadas de arenas Puelchenses
que la separan de la cuenca del Aguapey; el límite sur es más y los viejos valles sobre gredas Araucanas por donde se
preciso debido a las alturas más significativas del Paiubre, abrieron paso los antiguos brazos del Paraná. Estas lomadas
mientras que hacia el occidente, los esteros del Santa Lucía orientan los cursos fluviales con marcado paralelismo.
más que un límite neto constituyen una transición entre las
condiciones típicamente iberanas y aquellas del Triángulo de La vegetación dominante es la pradera, especialmente
la Capital; es decir, cuando las lomadas predominan sobre el en las superficies de medianas alturas; sobre el tapiz her-
ambiente de esteros y lagunas. Entre estos contornos, más o báceo se sitúan isletas arbóreas salpicando las lomadas. Se
menos precisos, la cuenca del Ibera presenta una morfología trata del "Subdistrito Correntino", integrado al "Distrito del
simple sin marcados contrastes de altura, salvo una ínfima Bosque Chaqueño", según la división de RAGONESE y
pendiente hacia el sudoeste que provoca el derrame y alar- CASTIGLIONI (1970). Las sabanas están constituidas por
gamiento de los innumerables cuerpos de agua-esteros, pasto colorado y en los terrenos bajos dominan la paja brava,
bañados, lagunas-y cursos fluviales— que, a modo de ca- la totora y los juncos.
nales internos, se abren paso hacia el río Corriente.
Este paisaje, en síntesis, se caracteriza por el fraccio-
Bajo el clima húmedo actual constituye el sitio de reunión namiento impuesto por la topografía y el drenaje y la escasa
de las formaciones fitogeográficas vecinas, tales como la fluidez para las comunicaciones. La denominación "Triángulo
degradación de la selva misionera, del parque chaqueño y del de la Capital", propuesta por BONARELLI y LONGOBARDI
monte entrerriano (BONARELLI y LOMGOBARDI, 1929). (1929), si bien tiene contenido antropogeográfico o histórico,
Según RAGONESE y CASTIGLIONI (1970) constituye el coincide con un área natural definida.
"distrito hidrofítico" del Parque Chaqueño Oriental. Los es-
teros están poblados por pajonales de paja brava, espe- Los Malezales del Aguapey-Miriñay (8) desbordan los
cialmente en las zonas menos profundas, mientras que la límites indicados por estos ríos y se extienden desde la
totora y el junco alcanzan longitudes de hasta tres metros margen derecha del Miriñay hasta sobrepasar el curso del
para sobresalir de la superficie del agua. Se trata, en suma, Aguapey. Los límites norte y sur están fijados por el reborde
de un paisaje palustre subtropical que constituye una enorme iberano y la ribera del Uruguay. Las formas casi planas (70
valla central para las comunicaciones internas de la provincia; metros) apenas están alteradas por suavísimas ondulaciones
y en su parte en cuyas fases negativas se intercalan bañados
poco profundos que dificultosamente llegan a los colectores. plataforma antigua, de mayor altura, destruida por procesos
Las fases positivas se destacan como lomas, a cubierto de erosivos que provocaron la acumulación del material detrítico
las inundaciones, que son aprovechadas para los casos de sobre las rocas subyacentes. En las pendientes dominan las
las estancias. Estos llanos están constituidos por sedimentos arenas y arcillas y en el fondo de los valles las tierras negras,
terciarios arenoarcillosos que ocultan la base de rocas anti- mientras que las lomas han sido despojadas de las partículas
guas y por algunas pequeñas lomas de arenas rojizas que finas quedando solamente las arenas gruesas poco aptas
aparecen esporádicamente como manchones recostados para la agricultura.
sobre el río Uruguay donde son aprovechadas para la im-
plantación de los centros poblados. Desde los flancos laterales hacia los sectores más ele-
vados del Paiubre la vegetación se torna más xerófila y ad-
Los suelos arcillosos y la escasa pendiente general ori- quiere el carácter del monte; es decir, árboles y arbustos
ginan un drenaje precario que da lugar a la formación de lo bajos reunidos en bosquecillos ralos que alternan con pra-
que Zacarías SÁNCHEZ (1894) denominara "Gran Malezal deras y palmares, y cuyo conjunto suele llamarse local-mente
del Ibibaí", es decir, "mal piso" o también “barrial gredoso", "Espinillar". Corresponde precisamente a la Provincia del
como lo describe el IGM. Se trata de una sabana compuesta Espinal (CABRERA s/f), es decir, a la franja que marca la
especialmente por espartillares muy ricos en especies her- transición con la estepa pampeana de Entre Ríos. Sobre los
báceas megatermas, cuyo aspecto general es el de una es- flancos y hacia los ríos marginales se desarrollan las galerías,
tepa xerófila a menudo interrumpida por pajonales y juncales. o cortinas arbóreas que acompañan los valles fluviales refu-
En esta comarca coalescen algunas especies características giando en su ambiente más húmedo sus esencias hidrófilas.
de la selva misionera, que bajan desde el norte, y otras que
corresponden a las avanzadas septentrionales del monte Los Bajos del río Corriente (10) se sitúan en el ángulo
entrerriano. sudoeste de la provincia y están separados del Paiubre por
una línea que une aproximadamente las localidades de
Este enorme plano inundable ofrece sus mejores po- Sauce, Perugorría y Chavarría. El relieve es semejante al del
sibilidades en los rebordes arenosos del Uruguay, que con- Triángulo de la Capital aunque difiere en la disposición y
centran la población y la actividad comercial de todo el ámbito desarrollo de las lomadas. Aquí se dirigen en sentido casi
del malezal. meridiano, son algo más chatas y alcanzan gran desarrollo
horizontal, por lo que se disimulan como verdaderas lomadas.
La Planicie del Paiubre (9), asentada sobre una base Se trata de dorsos arenosos, restos de un aparato de delta-
de rocas triásicas, sufrió movimientos ascensionales re- ción, que hacia el norte separan las aguas del Santa Lucía y
cientes y la consecuente acentuación de la erosión fluvial del Batel, y en el sur definen los cursos del Sarandí, del Ba-
disectó la plataforma primitiva originando un paisaje de inter- rrancas y del Guayquiraró. La parte norte del área, próxima a
fluvios que se desgaja hacia los colectores —los ríos Co- la cuenca del Ibera, está formada por materiales transpor-
rriente y Miriñay— y se unen a un domo principal, a modo de tados por los numerosos cursos que bajan del Paiubre hacia
columna vertebral, con alturas superiores a los 100 metros la margen izquierda del Corriente, aluvionamiento que ter-
(CASTELLANOS, 1959). minó por rellenar el extremo de
En este ambiente podemos distinguir tres fajas meri- Los efectos de diastrofismo andino se vinculan a la formación de un
dianas, una central de lomadas arenosas —la más apta— y sistema de fallas ortogonales y paralelas a la pendiente general, noroes-
dos laterales más bajas. Las praderas de Paspalum, An- te-sudeste, ya la disociación de los bloques subyacentes. Estas condicio-
dropogon y Stipa se extienden sobre las lomadas, a veces nes tectónicas son el resultado de la segunda y tercera fase del Terciario y
invadidas por isletas arbóreas, y hacia los bajos laterales de los movimientos tardíos producidos durante el Cuartario.
domina el pajonal de espartillo y pasto colorado.
El sistema de fallas submeridianas, el más importante, provocó una
En síntesis, aún cuando la provincia de Corrientes forme parte de las serie de rupturas en la pendiente general, aunque amortiguadas por la
llanuras argentinas y específicamente haya sido incluida en la denominada espesa pila sedimentaria. La más visible de estas fracturas la constituye la
"región Mesopotámica"; es decir, un área tácitamente homogénea que línea Paraguay-Paraná que separa, a través de rechazos marcados, el
conduce a imaginar una especial uniformidad de su paisaje, en otro grado bloque levantado de la Mesopotamia respecto de la baja ribera chaqueña
de generalización geográfica pueden advertirse límites internos bastante (FRENGUELLI, 1922). Hacia el poniente se escalonan otras fracturas de
nítidos separando áreas fuertemente diferenciadas. rumbo semejante que llevan a un alto grado de despedazamiento y de
movimientos diferenciales de bloques que se reflejan en la presencia de
II. D. Los llanos boscosos del Chaco fosas secundarias y umbrales subterráneos, decisivos en la circulación de
las aguas profundas y en las condiciones del drenaje superficial. Tal dis-
A partir del surco Paraguay-Paraná se levanta paulatinamente hacia el posición de los bloques subyacentes permite distinguir en una primera
oeste el gran plano inclinado que constituye la llanura del Gran Chaco. aproximación tres grandes conjuntos de desarrollo submeridiano: una
Desde los 50 metros sobre el nivel marino en el surco fluvial hasta los 350 cuenca oriental nítidamente limitada al este por el valle del Para-
metros en los faldeos subandinos y peripampásicos existe una distancia de guay-Paraná y desdibujada al occidente por resaltos de falla atenuados o
600 kilómetros dominada por la monotonía de una planicie sin alteraciones por aumentos más bruscos de la pendiente; allí comienza el pilar central
topográficas destacables a simple vista, pero discernibles a través de la alzado como divisor de ambientes (corresponde al "arco Cordobés Orien-
dinámica de sus aguas superficiales y de sus concomitancias en el mundo tal-Charata-San Hilario de PADULA y MINNGRAM, Cf. MORELLO, 1967);
biológico. y hacia el oeste la criptodepresión occidental, correspondiente a la cuenca
de Alhuampa-Mar Chiquita, cuyo basamento estaría a más de 4.000 me-
Entre el levantado bloque mesopotámico-paraguayo y el arco de las tros de profundidad. En la Plancha 8 la Fig. A muestra los rasgos más
sierras Pampeanas y Subandinas se interpone esta gran cuenca tectónica destacados de la topografía y de la tectónica chaqueña.
—graben— rellenada por capas sedimentarias sucesivas originadas en la
erosión ejercida sobre los macizos del occidente. La cobertura superior, El drenaje de la planicie se caracteriza por numerosos elementos de
formada por la serie estratigráfica del Pampeano, con terrenos loéssicos y anormalidad: sistemas autóctonos y alóctonos en constante des-
limoloéssicos en casi toda su plazamiento horizontal, acumulaciones de aguas permanentes y tempo-
rarias bajo la forma de bañados, esteros, lagunas y áreas sin drenaje
y valles secos (madrejones o caños) denuncian una inestabilidad en el La cubierta vegetal representa la síntesis de este complejo de condi-
espacio y en el tiempo asociadas a la débil pendiente general, a las dis- ciones estructurado sobre un canon este-oeste. El gradiente climático se
locaciones tectónicas, al régimen pluviométrico y a los cambios climáticos visualiza nítidamente en la disposición de las diferentes formaciones ve-
recientes (KEIDEL, 1948). getales escalonadas hacia el occidente, en el sentido en que se acentúan
sus caracteres xeromorfos. El mapa preliminar de subregiones de Jorge
En la franja oriental se aloja el sistema autóctono, alimentado por las MORELLO (MORELLO y ADAMOLI, 1967), representado en la Fig. C,
lluvias locales cuyos excesos se advierten a partir de la isohieta de 900 muestra esa sucesión regular.
milímetros hacia el oriente. La gran nivelación de la cuenca oriental explica
el desarrollo de amplios trenes de meandros y la formación de depósitos Atendiendo los lineamientos fundamentales de esa progresión natural
aluvionales de margen (albardones), que alcanzan niveles superiores a la de definida orientación zonal, podemos distinguir tres grandes ámbitos de
planicie circundante. El paulatino rellenamiento de los talwegs da lugar a la disposición submeridiana; el Chaco húmedo oriental, el central semiárido y
formación de verdaderos cauces colgantes y tapas sedimentarias (oblite- el occidental árido y un grupo de unidades subordinadas donde se desa-
ración) que, en épocas de creciente, generan derrames y desplazamientos rrollan armónicamente los factores más ponderables de la formación del
laterales. Los albardones impiden el drenaje de los interfluvios y contribu- paisaje.
yen a la proliferación de cañadas, esteros y lagunas.
Corresponden al Chaco oriental el Lecho de inundación del Para-
Hacia el centro de la planicie los caudales de la red autóctona se guay-Paraná (11) —continuamos con la numeración de las unidades pai-
empobrecen hasta asumir un carácter exclusivamente estival o bien des- sajísticas de Misiones y Corrientes—, la Planicie de Albardones y Depre-
aparecen totalmente en las áreas arreicas centrales. siones interfluviales (12), los Bajos Sudchaqueños y Grandes Bajos Sub-
meridionales (13) y el Lomo sudchaqueño-santafecino (14). Dentro del
El sistema alóctono, alimentado por las lluvias orográficas de los ele- Chaco central, o semiárido, se desarrollan la Cuenca del Patino y los Bajos
vados pisos de las sierras occidentales, está constituido por el Pilcomayo y del Téuco-Bermejito (15), la Planicie Centrochaqueña (16) y el Lomo san-
el Bermejo, que atraviesan sesgadamente la planicie hasta llegar a los tafesino-santiagueño (17). El ámbito árido del oeste está ocupado por el
colectores. Las condiciones tectónicas, morfológicas y climáticas han faci- Chaco leñoso (18). La Fig. D ilustra la disposición de estas unidades.
litado la desconexión entre los cursos superiores y los tramos inferiores
tributarios del Paraguay. Los derrames y los cambios de cauce constituyen El lecho de inundación del Paraguay-Paraná (11)
un fenómeno frecuente cuyas consecuencias se advierten en los innume- forma parte del valle ordinario y excepcional de ambos pó-
rables cauces secos (ríos muertos) que surcan la planicie y en la formación tamos y alcanza un gran desarrollo, especialmente desde
de antiguos albardones y franjas de aluvionamiento de noroeste a sudeste., Resistencia hacia el sur. El límite occidental de este plano
que explicarían a grandes trazos la disposición de las masas boscosas en inundable está definido por una terraza con marcados des-
isletas y abras alargadas en esa dirección. niveles. Las fluctuaciones extraanuales del Paraná inundan
un amplio valle —alcanza de 15 a 20 kilómetros de ancho— e
El sistema de pendientes, que se ha elaborado a través de estos invierten las líneas de flujo de sus pequeños afluentes de la
procesos, permite definir áreas con suelos mejor drenados y otras sujetas a margen derecha. La repetición de este proceso se advierte en
inundaciones con diversos grados de frecuencia, como lo ilustra la Fig. B. la extensión de los suelos hidromórficos y en los extensos
pajonales y palmerales que caracterizan el paisaje.
La Planicie de albardones y depresiones interfluvia- La débil pendiente hacia el sudeste lleva las aguas en
les (12) cubre el oriente de Formosa y del Chaco, desde el escurrimiento laminar hasta la depresión central, donde una
Pilcomayo inferior hasta el río Negro; tramo caracterizado por serie de lagunas se hilvanan para desaguaren el arroyo Go-
una sucesión regular de cursos fluviales, albardones, caña- londrinas y en el Salado inferior (MANZI y GALLARDO,
das y esteros que constituyen la secuencia topográfica e hi- 1962). El movimiento de las aguas se ve demorado por la
drográfica característica, originada en el proceso descripto de coincidencia entre el período de inundaciones por lluvias lo-
derrames y oscilación lateral. De los amplísimos planos cales y las crecientes ordinarias del Paraná en los meses de
inundables sobresalen los suelos de origen fluvial y algunos febrero, marzo y abril (MANZI y FRITSCHY,-1982).
pocos altos de terrenos limo-loéssicos; en los primeros se
aloja la selva de ribera y hacia los bajos laterales el palmeral Separando el valle del Paraná de los Grandes Bajos, el
reemplaza al bosque hasta degradar en amplios pajonales; Lomo sudchaqueño-santafesino (14), llamado también
mientras que los altos sobre suelos de origen lacustre al- "dorsal agrícola paranense" (MORELLO y ADAMOLI, 1974),
bergan isletas de monte fuerte con predominio de quebracho se levanta en forma alargada sobre un pilar tectónico origi-
colorado (Schinopsis balansae) y Urunday (Astronium ba- nado por fallas submeridianas; una occidental sigue la ca-
lansae) y, hacia los bajos, aparecen amplias coronas de ñada del Curupí y desde allí toma el rumbo del arroyo Go-
espartillares (Cf. MORELLO y ADAMOLl, 1974). Los altos londrinas y otra, oriental, continúa la cañada del Sábalo, el
albardones que acompañan a la red fluvial forman cordones arroyo del Rey y corta al Malabrigo (PASOTTI, 1958). Este
de tierras aptas para la agricultura, quizás las mejores de este lomo si bien no presenta formas convexas tiene mayor pen-
sector (Ct. LEDESMA, 1974). diente, resulta mejor drenado y por ello sus suelos son más
aptos. Sobre su borde occidental penetra hacia el sur el
Los Bajos Sudchaqueños y Grandes Bajos Subme- bosque chaqueño oriental, formando la llamada "cuña bos-
ridionales (13) se extienden desde el río Negro hacia el sur a cosa" del norte santafesino; se trata de más de dos millones
través de una amplia sucesión de terrenos inundables que se de hectáreas con amplio predominio de quebracho chaqueño
continúan por el centro de la provincia de Santa Fe, donde se y guayacán, actualmente como comunidad antropogénica por
los conoce como “Bajos Submeridionales” por su disposición efectos del desmonte.
norte-sur. Constituyen un fondo de palangana, de relieve
cóncavo sobre sedimentos lacustres, enmarcado por dos El Chaco central constituye una franja crítica por sus
flexuras laterales representadas por los lomos de oriente y condiciones climáticas transicionales y ello se revela en el
occidente. El suelo anegado por aguas saladas impide el drenaje; corresponde aproximadamente al "Chaco de par-
drenaje vertical y, en períodos de sequía, el ascenso capilar ques y sabanas secas" de MORELLO. Dentro de su común
saliniza amplias superficies, proceso que posibilita la exis- carácter semiárido las diferencias topográficas más señala-
tencia de toda la gama de los suelos halomórficos (CERANA, das imprimen rasgos de individualidad en algunos sectores.
1960). En tal ambiente dominan los pastos duros —espartillo
y pasto amargo— y en las leves ondulaciones positivas se En el norte, una franja de menores pendientes produce la
alojan isletas o árboles aislados: chañar, algarrobos, tala y expansión de las aguas de los cursos alóctonos en la
espinillo.
Cuenca del Patino y Bajos del Teuco-Bermejito (15), de Campo del Cielo” mediante un amplio lomo que sigue el
cuya formación de base está constituida por sedimentas ar- límite Chaco-santiagueño.
cillosos rojos —infracuartarios según GROEBER
(1958)-recubiertos por material fluvial reciente. En la gran Hacia el sur de la planicie central se levanta el Lomo
cuenca de sedimentación del Patino se deposita la enorme santafesino-santiagueño (17), como una lonja meridiana de
carga sólida arrastrada por las crecientes estivales del Pil- altas tierras limitadas al occidente por la falla del Tostado. El
comayo; el taponamiento de los cauces y los derrames late- ascenso de este pilar afectó el curso del Salado, que debió
rales son la consecuencia habitual. describir el amplio codo de Tostado para seccionarlo (CAS-
TELLANOS, 1961). Sobre sus pendientes, mejor drenadas se
Los bajos del Teuco-Bermejito (antiguo brazo) se com- ralean las especies características del Chaco central en am-
ponen de una serie de madrejones, o "caños", sub-paralelos y plias sabanas, y aparecen las xerófilas del ámbito occidental,
un curso activo con barrancas sujetas a derrames. Entre tales como el atamisqui y el mistol.
estos bajos y el estero Patino se levanta a niveles mayores un
horizonte arenoso constituido por médanos fósiles (TAPIA, Finalmente, entrando al Chaco occidental, las marcadas
1935) que da origen al topónimo Las Lomitas. Sobre los deficiencias de agua y los enormes extremos térmicos ca-
suelos arcillosos y en los altos arenosos los bosques, de racterizan el ámbito árido del Chaco leñoso (18); en su
quebracho colorado y palosanto, alternan con las abras; y sector septentrional del Pilcomayo y el Bermejo capitalizan
hacia los bajos prospera el itín y el vinal. las aguas serranas mediante una serie de cursos activos y
cañadas que mitigan los rigores de la aridez. Sobre los
Más al sur del cauce del Bermejito la pendiente se suelos zonales amarillos la vegetación corresponde al
acentúa en una sucesión de campos altos que constituyen la monte alto de quebracho colorado santiagueño (Schinopsis
Planicie Centrochaqueña (16), llamada también "domo al- lorentzii), quebracho blanco, mistol, etc. y se empobrece ha-
godonero", “domo central", o "dorsal agrícola sub-húmedo". cia los suelos aluvionales con monte bajo, achaparrado,
MORELLO y ADAMOLI (1974) observan que "el relieve del hasta desaparecer totalmente en los amplios "peladares" o
Chaco refleja con cierta precisión el relieve de la estructura "blanquizales", formados por la presencia de salitre y arcilla o
sedimentaria antigua. La pila sedimentaria moderna. . . a por la naturaleza compacta de los suelos, infranqueables a
pesar de ser muy espesa, lo único que hace es atenuar una las raíces (CASTELLANOS, 1958). En el sector meridional
estructura fracturada paleomesozoica. . . “El dorsal agrícola los bajos inundables y las formaciones salinas tienen menos
subhúmedo asienta en un ambiente positivo, es decir, un alto desarrollo, dominando los suelos amarillos con bosque alto
donde las rocas proterozoicas llegan muy cerca de la super- xerófilo, como relicto de un clima más húmedo del pasado
ficie. . ."En sus suelos pardoaluviales sobre mantos arcillosos reciente (Cf. ROMÁN GUIÑAZU, 1957). Este es el dominio
recientes — los de mayor aptitud agrícola (LEDESMA, 1974) del "Impenetrable," donde las fisonomías de leñosas son
— domina el bosque xerófilo de porte mediano en isletas homogéneas cerradas (MORELLO y ADAMOLI, 1974).
diseminadas en amplios claros esteparios (abras o pampas).
Hacia el borde occidental se levantan con mayor vigor los En síntesis, si bien una serie de elementos constantes otorgan al
"altos conjunto de unidades descriptas un cierto aire de familia (cha
queño), la combinación de los diversos matices de variación de esos
mismos elementos ha permitido el desarrollo de una rica gama de am-
bientes cuyo dispositivo fuera revelado por KAIMTER (1935). En el Chaco
oriental, con excesos de agua, son los lomos, albardones y relieves posi-
tivos en general los que ofrecen mejores posibilidades de asentamiento;
mientras que a medida que avanzamos hacia el oeste la aridez se exa-
cerba y allí se prefieren las medianas pendientes e incluso los bajos, ma-
drejones y caños, con suelos más húmedos.
DIVISIÓN DE LA TIERRA
Al término de la etapa colonial siguieron años de luchas intestinas que La llegada del ferrocarril no alteró el esquema de ocupación, sólo re-
frenaron el impulso de las décadas anteriores, salvo algunos momentos de forzó aquellos centros urbanos, unidos por la línea férrea: la banda del río
paz que permitieron la fundación de otros pueblos como Bella Vista, Mer- Uruguay y el eje diagonal de Monte Caseros a Corrientes; el ramal des-
cedes y Paso de los Libres. En 1814, por disposición del Director Supremo, prendido de este último, hasta el puerto de Goya, favoreció la posición de
Gervasio Posadas, se incorporó a la provincia de Corrientes el territorio de las colonias agrícolas nucleadas en ese sector. El "Ferrocarril Económico
las Misiones, y en las décadas siguientes se produjo la anexión de los de Corrientes" contribuyó a reforzar la situación de la cabecera provincial.
rancheríos jesuíticos de Yapeyú y La Cruz. En 1863 se restablece el pueblo La Fig. C ilustra el dispositivo de las colonias y de las áreas de quintas y
de Santo Tomé y se llega al momento de la organización nacional con el chacras de la periferia de los poblados.
actual territorio prácticamente ocupado en toda su extensión.
El largo proceso de ocupación de la planicie correntina concluyó ge-
A partir de entonces, y con el incremento de la población, se alentó la nerando un vasto latifundio salpicado por colonias y quintas suburbanas
colonización y se reformó el régimen de la tierra. "Pero la concepción de dispersas que constituyen el débil soporte de la agricultura provincial, que
que la venta de las tierras públicas —todavía abundantes— constituían alcanza sólo un 3% de la superficie total de Corrientes.
primordialmente una fuente de ingreso al erario provincial, llevaron a una
distorsión de la legislación y a un agotamiento y enajenación de vastas La Fig. D, ilustrativa del tamaño medio de las explotaciones agrope-
extensiones sin aumento sensible de la producción" (MAEDER, 1976). cuarias (1969), muestra la mayor división de la tierra sobre la franja para-
naense, en coincidencia con la mayor concentración de colonias
Los ensayos de colonización, iniciados hacia 1854, no alcanzaron el —especialmente privadas y con el área de ocupación más
éxito deseado, algunos pocos extranjeros se radicaron recién
antigua, allí donde el efecto del tiempo contribuyera a la subdivisión. Este tinamente a medida que cada uno de los frentes de ocupación sentara sus
dispositivo espacial es un ejemplo de la herencia de un proceso histórico, reales en el área en 1814 el Director Supremo anexó el territorio de las
propio de una época, y que tuvo como escenario un medio natural diverso. Misiones a la provincia de Corrientes luego de producida la Guerra de la
Triple Alianza se definió el límite con Paraguay (1876) mediante el río
III. B. Misiones y la ocupación de la selva Paraná; y recién en (1895) mediante el laudo Cleveland, quedaría fijado el
límite con Brasil.
Los guaraníes tuvieron su hábitat en la selva subtropical y desde
principios del siglo XVII empezaron a compartirlo con los misioneros je- La etapa de paz que siguiera al desbande y a la destrucción producida
suitas. Las reducciones de Concepción, Santa María la Mayor, San Javier, durante la guerra con el Paraguay, fue el comienzo del resurgimiento mi-
Loreto, San Ignacio, Candelaria, San José, Apóstoles, Mártires, Corpus y sionero a través de una colonización espontánea encabezada por contin-
Santa Ana, establecidas entre 1619 y 1660, se localizaron precisamente en gentes de pobladores correntinos y de los países vecinos que se asentaron
el área de los Campos Submisioneros y en la franja de contacto con la en el antiguo solar jesuítico. La penetración de la selva para la explotación
selva; es decir, en el ecotono propicio que posibilitara la complementación de la madera y de los yerbales naturales aprovechó la vía navegable del
de la agricultura de subsistencia y la extracción de los frutos del ambiente Alto Paraná y las picadas que se internaban hacia la sierra central. EI
selvático con la actividad ganadera, en las sabanas vecinas, a los efectos creciente movimiento comercial, alimentado por la actividad extractiva en el
de sustentar una población concentrada y creciente por la acción misional. ámbito selvático, los cultivos de maíz, mandioca y tabaco, y la ganadería
de los campos impulsada por las avanzadas correntinas, se fue concen-
Simultáneamente con esta ocupación inicial, los movimientos expan- trando sobre el río Paraná —frente a Encarnación— allí donde el curso
sivos desde las "ciudades territoriales" próximas —como las llamara RA- todavía se mantiene estrecho, generando el poblado conocido como
ZORI (1945) —, Asunción desde el norte. Corrientes desde el oeste y la Trincheras de San José y llamado a partir de 1879 con el nombre de Po-
penetración portuguesa desde el litoral atlántico, hicieron que el territorio sadas Nació así el centro catalizador de Misiones.
de Misiones se fuera convirtiendo en el ámbito de convergencia de la
ocupación y, naturalmente, de las fricciones y conflictos que generaban los Por esta época la sanción de la Ley Avellaneda (1876), de efectos tan
intereses contrapuestos que cada uno representaba. notables en la configuración geográfico-humana de buena parte del país,
afirmó en el gobierno nacional la idea de federalizar el territorio de Misio-
Al cabo de un siglo de esforzado trabajo de asentamiento y organiza- nes, con la finalidad de promover la colonización agrícola; proyecto que
ción de la población indígena, la expulsión de los jesuitas en 1767 significó naturalmente tropezó con la posición de la provincia de Corrientes que
la decadencia de los poblados algunos desaparecieron y otros fueron alegaba sus derechos históricos (MAEDER, 1976). Convertido así el terri-
mantenidos con algunos aportes humanos llegados desde Brasil, Paraguay torio de Misiones en la "cuestión de Misiones", empezó a ser repartido tanto
y Corrientes. La débil y primitiva ocupación humana contribuyó a mantener por la Nación como por la provincia de Corrientes, mediante contratos de
una situación de indeterminación y de problemas jurisdiccionales que se colonización y otorgamiento de tierras: en 1876 se reservaron los lotes para
fueron paula los pueblos agrícolas de San Carlos, San Alonso, Garruchos, Concepción,
San Javier, Apóstoles, Mártires, Candelaria, San Ignacio, Corpus y San
José, es decir, en la misma zona de contacto que fuera el hábitat de las
Misiones jesuíticas.
En este período de arranque del poblamiento y de la ocupación terri- Convertido Misiones en Territorio Nacional y conforme a la Ley de Inmi-
torial, el año 1881 significó una coyuntura y un hito fundamental en el gración y Colonización, vigente desde 1876, el Gobierno Central dispuso la
proceso de división y propiedad de la tierra, que se recuerda como "el año mensura de las colonias Candelaria y Santa Ana y, al finalizar el siglo XVIII,
funesto" (CAMBAS, 1977) y que alcanzara notable repercusión en la geo- llegaron los primeros inmigrantes europeos —austropolacos— para es-
grafía misionera. En efecto, en 1881 se presentó en el Congreso Nacional tablecerse en las (colonias Apóstoles y Azara, colonización que se extiende
el proyecto que convertiría a Misiones en Territorio Nacional, pero simul- luego a Bompland, Cerro Cora y Corpus) La actividad agrícola, en volumen
táneamente la legislatura de la provincia de Corrientes, a los efectos de "no creciente, se agregó así a la explotación de la selva que caracterizara la
entregar la propiedad territorial" (MELNECHUK, 1977), enajenó por ley del etapa anterior. El contingente colonizador fue engrosado por rusos galiti-
21 de junio de ese año, más de 76 leguas cuadradas en el territorio mi- zianos, alemanes, argentinos, brasileños y paraguayos que se asen-
sionero; es decir una extensión superior a dos millones de hectáreas taron en el área jesuítica, en aquellas tierras libres o que fueran reservadas
—equivalentes al 70% de la superficie actual— distribuida entre sólo 38 antes de la venta masiva de 1881.
propietarios. Tan enorme extensión fue dividida en lotes "dispuestos en En la primera década del siglo XX se crean los pueblos y colonias de
franjas perpendiculares a los ríos Paraná y Uruguay y terminaban en la Itacaruaré, San José, Yerbal Viejo, San Pedro y San Ignacio Nuevo. El
proximidad de la sierra" (MELNECHUK, 1977). Destaca BOLSI (1982) que frente pionero, aprovechando las picadas que conducían a los obrajes y a
"un error de cálculo en la distancia entre los dos grandes ríos dejó libres las los yerbales naturales, fue ganando el ámbito de la selva.
comarcas del centro-sur del Territorio. . .". En la Plancha 12 la Fig. A ilustra
la extensión privatizada, el dispositivo de las grandes propiedades (la divi- La llegada del ferrocarril a Posadas en 1912, la finalización de la pri-
sión interna corresponde al año 1930) y los caminos y picadas existentes a mera guerra mundial, el estímulo oficial a la colonización y la protección de
fines del siglo XX. la producción yerbatera nacional —frente a la que se importaba desde
Brasil— cambiaron notablemente el ritmo de la ocupación en las primeras
No se trataba en este caso de la especulación fundiaria y pastoril ca- décadas del siglo. En 1920 se fundan los pueblos y colonias de Barracón,
racterística de la época, que alentara la apropiación de la tierra en otras Leandro Alem, Profundidad, Oberá, Olegario Andrade, Aristóbulo del Valle
partes del país (entre 1.880 y 1.900 menos de 2.000 personas se hacen y Manuel Belgrano.
propietarios de 40 millones de hectáreas en la Argentina); en Misiones era
el momento de la "epopeya de la yerba y de la madera", se trataba de La colonización privada acompañó este ritmo sobre los latifundios del
asegurar la fuente de provisión para una economía extractiva. valle del Alto Paraná: "a partir de 1919 surgió Eldorado, respaldado por la
Compañía de Colonización y Explotación de Bosques dependiente del
Algunas de estas tierras fueron recuperadas por el Estado, por falta de Banco Tornquist y Cía.", con pobladores alemanes y brasileño-alemanes.
mensura o por expropiación posterior, pero en su mayor parte la perma- (CAMBAS, 1977). Sobre este mismo eje de penetración se establecieron
nencia de este latifundio limitó las posibilidades de la colonización estatal a las colonias Wanda, Puerto Rico, Monte Carlo y Santo Pipó. Sobre el valle
las pocas extensiones que quedaran libres, en el sudoeste y en el eje del Uruguay prevalecieron los inmigrantes brasileños en colonias privadas,
serrano. A principios de siglo se estimaba que las tierras fiscales, aún no como es el caso de Alba Posse. La Fig. B muestra el proceso evolutivo de
exploradas ni mensuradas, alcanzaban 1.204.504 hectáreas y las de pro- la colonización a partir de fines del siglo pasado, según BOLSI (1982 y
piedad privada llegaban a 1.634.636 hectáreas (RODRÍGUEZ, 1908). 1986).
El decreto de Alvear, del año 1926, que obligaba a los concesionarios restan. Obsérvese que el perímetro de éstas tiende a adaptarse a los
de tierras fiscales a plantar y cultivar yerba mate, dinamizó notablemente el flancos serranos, es decir, a los bordes abruptos con terrenos pedregosos,
desarrollo de esta naciente economía, de plantaciones. Al año siguiente se donde la selva conserva su presencia (confrontar la Fig. C con las Figs. B y
crearon, sobre la cumbrera de las sierras, las colonias nacionales Guaraní, C de la Plancha 6).
Yerbal Viejo y Caá Guazú, que agregaron más de 130.000 hectáreas, y la
colonia Belgrano en el nordeste provincial. Los beneficios económicos que La superficie media de las explotaciones agropecuarias en la actuali-
prometía la yerba mate estimularon también las grandes plantaciones dad (ver Fig. D, correspondiente a 1969), refleja a grandes trazos el
sobre las tierras privadas del Alto Paraná. Puerto Mineral, Puerto Bemberg proceso descripto: la lonja central de pequeñas explotaciones se ajusta a
y Caraguatay. Cabe señalar que este gran desarrollo de la actividad yer- las colonias nacionales las explotaciones medias sobre las colonias pri-
batera venía siendo compartido por el nordeste correntino, en el área de los vadas de los valles laterales, y las grandes explotaciones se desarrollan en
Campos Submisioneros, donde se establecen grandes plantaciones. los Campos Submisioneros, ocupados por la ganadería, o en el ámbito
selvático del Alto Misiones.
Entre 1920 y 1940 la extensión cubierta con yerba cultivada pasó de
5.000 hectáreas a 60.000, con explotaciones de tamaño diverso: la colo- III. C. El Gran Chaco, las colonias y el latifundio
nización nacional se ajustó a un esquema de pequeñas parcelas, inferiores
a 25 hectáreas, que produjo una atomización de las unidades económicas Las numerosas parcialidades indígenas que poblaron el Gran Chaco, a
sobre el eje de la sierra, mientras que la colonización privada habilitó su- diferencia del guaraní agricultor, presentaron un común género de vida
perficies mayores y también muy grandes plantaciones. La extensión me- nómade. Las considerables extensiones boscosas y la carencia de agua en
dia de las unidades cultivadas con yerba era de 6 hectáreas en las colonias gran parte de la planicie, estimularon una vida que desconoció el asenta-
oficiales, en el año 1933, y alcanzaba a 26 hectáreas en las de origen miento persistente y la propiedad de la tierra; precisamente ese carácter
privado., nómade —señala GÓMEZ (1939) — fue el mayor obstáculo a la conquista
del territorio. Obsérvese que entre la fundación de las ciudades perime-
Este cultivo, que fuera el motor de la ocupación de la tierra, a medida trales —Asunción, Corrientes, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y
que se fue acercando a los niveles del consumo interno del país sufrió Salta— y la ocupación efectiva del Gran Chaco, media un lapso de tres
sucesivas etapas de estancamiento, pero la ocupación de nuevas tierras o siglos. Todavía en 1866 era el "desierto", las "tierras de nadie", o ese vasto
la ampliación de las colonias existentes no se detuvieron sino que incor- "territorio indio del norte" definido por la línea de fortines del río Salado;
poraron nuevas plantaciones, tung, té, citrus, especies forestales, cultivos límite histórico conocido desde antiguo como "la frontera".
de tabaco, de esencias aromáticas, de soja, etc. En la chacra, señala
BOLSI (1982), "hubo un proceso de acumulación y no de reemplazo", que La finalización de la Guerra de la Triple Alianza estimuló la ocupación
hasta hoy sigue movilizando la ocupación de nuevas áreas y ganando territorial de este ámbito y el Gobierno Nacional, precisado entonces a
espacios a la selva, donde todavía restan tierras fiscales y una gran ex- reforzar su soberanía sobre los llamados Chacos Central y Boreal, creó el
tensión de latifundios incultos. "Gobierno del Chaco" en 1872, con capital en Villa Occidental, sobre la
ribera izquierda de la boca del Pilco
La Fig. C ilustra la disposición de las áreas de colonización nacional,
provincial y privada, y también las extensiones que todavía
mayo. Años más tarde, al fijarse el límite con la República del Paraguay azúcar es el primer cultivo comercial que sale por los puertos del Paraná.
mediante el laudo que indicara el trazado de aquel río, se evacuó Villa
Occidental y se asentó la nueva capital en Formosa (1879). La jurisdicción Al producirse la rectificación del límite entre el Chaco y Santa Fe, en
asignada a la nueva entidad se extendía hacia el sur hasta el arroyo del 1886, las colonias, situadas desde Florencia hacia el sur, se integraron a
Rey, linde con Santa Fe; y desde el eje Paraguay-Paraná hasta los im- asta provincia. La presencia de este eje meridiano de poblamiento y de
precisos límites orientales de Salta y de Santiago del Estero. actividad agrícola valorizó las tierras desiertas de las adyacencias y pro-
movió simultáneamente un acelerado proceso de apropiación que afectó
Entre 1870 y 1872 el avance de los fortines del Salado sobre el norte en diferente grado a las provincias y a los Territorios Nacionales de Chaco
santafesino tuvo sus frutos más resonantes con el establecimiento de la y Formosa, creados en 1884, según las políticas desarrolladas en cada
Colonia Reconquista, en la margen derecha del arroyo del Rey. Este jurisdicción.
avance hacia el norte, que intentaba afianzar la ocupación y con ella la
soberanía sobre la margen occidental del eje fluvial se concretó en 1875 En la provincia de Santa Fe, hacia fines de 1863, "la ambición -afirma
-por disposición del Estado Nacional-- con la mensura de las Colonias GORI (1964) — mira hacia las tierras del Norte, sobre el río Paraná y el
Timbó, frente a Goya; Las Toscas, frente a Bella Vista y San Fernando Salado". Los campos fiscales del lomo oriental fueron vendidos en grandes
(Resistencia), frente a Corrientes. Estas colonias de avanzada, cuyas fracciones perpendiculares al valle del Paraná y extendidos hacia el centro
tierras se ofrecieron en venta a colonos inmigrantes, se complementaron de la Cuña Boscosa. Por el oeste, los campos mejor drenados del Lomo
con una serie de colonias particulares intercaladas en virtud de la Ley Santafesino-Santiagueño, fueron adquiridos por una Sociedad de Crédito
Avellaneda, en cuanto ésta disponía que los Territorios Nacionales se Territorial hacia 1866, en lotes de 8.000 hectáreas hasta completar una
dividieran en secciones cuadradas de 20 kilómetros por costado (40.000 superficie de 400.000 hectáreas. En pocos años, con el trazado de las
hectáreas) y cada sección dividida en 400 lotes de 100 hectáreas cada uno vías férreas y la explotación de los bosques, el precio de estas tierras se
(GARCÍA VIZCAÍNO, 1974). había multiplicado varias veces (PIZARRO, 1944). El amplio espacio in-
termedio, sobre los Bajos Submeridionales y el borde occidental de la Cuña
Los sitios fueron elegidos en consecuencia con las ventajas que Boscosa, pasó a manos privadas a raíz de un empréstito que contratara la
brindaban las altas y onduladas abras del Lomo Sudchaqueño-Santafesino provincia de Santa Fe con la firma Murrieta y Cía., de Londres. Mediante
y los albardones de la red fluvial autóctona, y además buscando la proxi- ese empréstito la empresa londinense concluyó adquiriendo, en 1881, sin
midad y el apoyo de las viejas ciudades correntinas que, desde la otra compromiso de colonizar, 1.800.000 hectáreas (GORI, 1965).
margen del gran río, proporcionaron una buena parte de la corriente po-
bladora. En 1878 llegaron los primeros inmigrantes italianos a la colonia La provincia de Santiago del Estero, por ley de 1898, autorizó la venta
Resistencia. “Es esta periferia —pudo afirmar Graham HERR en 1890— y de 1.870.000 hectáreas al nordeste del río Salado, que fueron adquiridas
sus prolongaciones por las orillas de los ríos dulces que creo serán las por un sindicato de capitalistas de Buenos Aires; y en los años que si-
únicas partes del Chaco que están destinadas a ser de gran valor econó- guieron a la penetración del ferrocarril se fraccionaron en extensiones no
mico". En la Plancha 13 la Fig. A muestra la localización de las colonias menores a las 10.000 hectáreas (RODRÍGUEZ, 1908). Con esta venta se
alineadas sobre el eje fluvial, salvo el caso de Presidencia Roca que se privatizó el triángulo sudoeste del actual territorio del Chaco y, al momento
proyecta hacia el interior apoyada en la línea del Bermejo. Sobre este de producirse la modificación del límite interprovincial —por ley nacional
borde oriental empieza a desarrollarse una agricultura de subsistencia, y la de 1902—
caña de
se respetó el derecho de los propietarios (SCHALLER, 1986). Estos tres marcos fundiarios: las colonias ribereñas, los latifundios del
oriente y las tierras fiscales del interior, serían los escenarios de los lla-
En los Territorios Nacionales de Chaco y Formosa, mediante la misma mados "tres ciclos chaqueños": la colonia, el tanino y el algodón (MI-
Ley Avellaneda —cuya aplicación admite diversas etapas según los go- RANDA, 1955).
biernos de cada época (CARCANO, 1972) — se otorgaron concesiones de
40.000 hectáreas cada una para colonización particular, finalidad que se La apertura del "fisco", que quedara reservado al oeste de los latifun-
cumplió en pocos casos, en algunos por coincidir con tierras bajas, y dios, se inició lentamente hacia 1900 con la fundación de la Misión San
tiempo después la llamada "Ley de Liquidación" facilitó su enajenación sin Francisco de Laishi en el sudeste de Formosa, colonia indígena de 74.000
obligación de colonizar. Esta forma de venta de la tierra y los remates hectáreas dividida en chacras de 100 hectáreas (RODRÍGUEZ, 1908). En
públicos de 1882, terminaron con la enajenación de más de 3.300.000 la primera década del siglo se crearon en el Territorio del Chaco las colo-
hectáreas en los territorios de Chaco y Formosa. Este conjunto de grandes nias Pastoril, Zapallar y Mixta, y en 1915 la Misión Tacaaglé, en el nordeste
propiedades, no inferiores a 10.000 hectáreas cada una, rodearon las co- de Formosa; es decir, en las pocas tierras que quedaran libres en el ámbito
lonias del eje fluvial del oriente y se proyectaron hacia el interior, espe- húmedo oriental. Las colonias agrícolas estaban divididas en chacras de 25
cialmente sobre el río Bermejo, cubriendo la Planicie de Albardones y a 100 hectáreas, las mixtas oscilaban entre 200 y 2.500 hectáreas y las
Depresiones Interfluviales y, prácticamente, todo el sur del Chaco y el norte pastoriles en lotes de 2.500 hectáreas (SCHALLER, 1986).
de Santa Fe. La Fig. B muestra ese avance de los latifundios sobre los
paisajes abiertos del oriente, en aquellas tierras que señalará Graham La construcción de las vías férreas, desde Resistencia a Metan y
HERR. desde Formosa a Embarcación, a financiarse con la venta de las tierras
fiscales, produjo la apertura y la colonización del interior; en 1911 se creó la
A principios de siglo por disposición del Gobierno Nacional se prohibió Colonia Agrícola y Mixta Presidente Uriburu (pueblos de Quitilipi y Ma-
la venta de las tierras públicas y, por ley de 1908, se afectaron a la zona de chagay) en 1912 la Colonia y Pueblo Presidencia Roque Sáenz Peña, y en
influencia de los futuros ferrocarriles nacionales de fomento —25 kilóme- 1916 la Colonia Rivadavia.
tros a ambos lados de las vías— grandes extensiones fiscales del interior
(CENOZ, 1913). Los primeros pobladores se asentaron preferentemente sobre la línea
que partía de Resistencia y unía Avia Terai y Quimilí, desdeñando los
Sobre el gran latifundio se desarrollaría inmediatamente la actividad pueblos y colonias de la línea de Formosa a Las Lomitas, puesto que
forestal-taninera y ganadera del oriente chaqueño. La línea troncal del aquella estaba más próxima a los obrajes de dónde provenía gran parte del
Ferrocarril Francés (Santa Fe-Resistencia, ver Fig. B) marginó las colonias grupo pionero y, a la vez, enlazaba dos áreas de tradicional depresión
ribereñas y penetró directamente las grandes extensiones privatizadas de económica y emigración: las provincias de Corrientes y Santiago del Es-
la Cuña Boscosa, donde se asentaría por muchos años la actividad ex- tero. Entre 1905 y 1912 la población del Chaco se había duplicado y el
tractiva, quebracho-tanino. La empresa La Forestal, asociada al Ferrocarril frente pionero, netamente nacional, estaba compuesto en un 80% por
Francés, y propietaria luego de los "campos de Murrieta" y de grandes correntinos.
fracciones en el sudeste del Chaco, alcanzó a poseer —a partir de 1910—
una superficie de 2.320.000 hectáreas, en un bloque casi continuo articu- Ante este proceso inmigratorio, apoyado en la notable difusión de los
lado por esta vía férrea y sus ramales secundarios. Esta enorme extensión cultivos de algodón, las colonias estatales resultaron insuficientes y la
aseguraría la provisión de quebracho a más de 16 fábricas de tanino de su expansión agrícola se volcó a los campos fiscales vecinos. Ello motivó que
propiedad. en 1921 el Gobierno Nacional creara nuevas colo
nias General Necochea (pueblos de Corzuela, Las Breñas, Charata y taciones en el oriente fluvial, los latifundios se desarrollan sobre la Planicie
General Pinedo), Juan José Paso (Villa Ángela), Hipólito Vieytes (Presi- de Albardones y Depresiones Interfluviales, en los Bajos Sudchaqueños y
dencia de la Plaza), Mariano Sarratea, Vélez Sársfield, Juan Larrea y Bajo Grandes Bajos Submeridionales; las colonias del centro chaqueño, for-
Hondo; y ensanchara las existentes (MIRANDA, 1969). mando el área más compacta sobre las líneas férreas Castelli-Sáenz Pe-
ña-Avia Terai-Pinedo, constituyen el denominado "domo algodonero", y,
El frente pionero nacional fue reforzado notablemente con el aporte finalmente, el latifundio fiscal en el Chaco leñoso.
europeo propiciado por la Nación, quien logró radicar entre 1923 y 1936
más de 20.000 inmigrantes (polacos, yugoslavos, búlgaros, ucranianos, III. D, El legado geográfico del proceso de poblamiento y valoriza-
checoslovacos, italianos, etc.), especialmente en la Planicie Centrocha- ción de la tierra
queña, dentro del triángulo formado por las localidades de Sáenz Peña,
Villa Ángela y Charata. La Fig. C ilustra el dispositivo de las colonias co- La ocupación territorial del Nordeste, iniciada a fines del siglo XVI, aún
rrespondientes a esta última etapa. hoy continúa; la colonización oficial y privada y la acción espontánea del
intruso siguen avanzando sobre las tierras disponibles aunque a un ritmo
En las décadas siguientes la marcha hacia el oeste de la corriente más lento. El proceso expansivo iniciado a partir del eje fluvial, con etapas
pobladora se fue aproximando hasta los límites hídricos, donde la aridez más o menos intensas, se desarrolló en épocas distintas, con hombres, con
creciente y el predominio de la vegetación leñosa anuncian la presencia del ideas y con gobiernos alentados por intereses, motivaciones y concep-
impenetrable. En este ambiente se intenta actualmente una ampliación de ciones diferentes respecto del desarrollo económico y de la división y pro-
la frontera agropecuaria, especialmente a través de la ganadería y la ex- piedad de la tierra. Esa diversidad está presente en el mapa geográfico
plotación forestal (BORRINI y SCHA-LLER, 1981). actual mediante aquellos resultados perdurables que esa diversidad pro-
dujera, pero con efectos distintos en las actuales circunstancias.
En Formosa la marcha colonizadora y la expansión algodonera fue
menos intensa, algo más tardía y no alcanzó a recibir el aporte migratorio La temprana ocupación de Corrientes, y a través de ella la venta de la
europeo. Ella se desarrolló sobre tierras fiscales, en condiciones minifun- mayor parte de las tierras de Misiones, junto a la política de los gobiernos
diarias y con un régimen de tenencia no legal que se va regularizando en provinciales de Santa Fe y Santiago del Estero en las últimas décadas del
los últimos años (Diagnóstico Provincial, 1980, SEPLADE). El albardón del siglo pasado, produjeron la apropiación masiva de grandes extensiones del
riacho Porteño y el bajo Pilcomayo (Colonia Laguna Blanca, Misión Ta- actual Nordeste, según lo hemos señalado.
caaglé y Espinillo), los pueblos de "la línea" sobre el eje ferroviario For-
mosa-Las Lomitas, y las tierras fiscales próximas al Bermejo recibieron el Por su parte el Gobierno Nacional, que administrara los territorios de
aporte de inmigrantes de las provincias argentinas y del Paraguay. Chaco, Formosa y Misiones hasta su provincialización en la década del 50,
careció de un cuerpo legal respecto de la tierra pública hasta la promulga-
El tamaño de las explotaciones agropecuarias en la actualidad, re- ción, en 1878, de la ley 817 de Inmigración y Colonización. La aplicación de
presentado en la Fig. D, constituye una imagen generalizada que sintetiza esta norma —conocida como Ley
los resultados del proceso descripto: las primitivas colonias ribereñas con-
tribuyen a reducir el tamaño promedio de las explo
Avellaneda— presentó diversas etapas durante su vigencia; CAR- extremos de la escala. Actualmente sólo el uno por ciento (1%) de las
CANO (1972) distingue cuatro períodos que denomina: "la iniciación explotaciones agropecuarias reúne en la provincia del Chaco el 30% de la
(1876-1885), la especulación (1885-1889), la liquidación (1890 1896) y el superficie, en Formosa el 36%, en Corrientes el 43% y en Misiones el 49%
olvido". SCHALLER (1986) observa que, entre 1886 y 1890, "se pierde (Empadronamiento Nacional Agropecuario, 1974).
totalmente el auspicioso derrotero que iniciara la ley 817. El otorgamiento
desmedido de concesiones y la especulación sin control falsearon total- El minifundio está presente en las viejas colonias agrícolas de Co-
mente los objetivos de la legislación vigente". rrientes y también en las Colonias Nacionales de los ex-territorios. Res-
pecto de Misiones BOLSI (1982) señala que "el tamaño de las explota-
A la promisoria etapa inicial, inmediata a la finalización de la Guerra de ciones en las colonias estatales constituyó otro punto débil del proceso;
la Triple Alianza y con una finalidad geopolítica de escala nacional, co- este problema se agudizó al cabo de la segunda o tercera generación de
rresponde la instalación de las colonias en los Campos Submisioneros y en agricultores". A esta atomización inicial de la propiedad rural, planificada
el Chaco oriental. A los períodos siguientes —especulación y liquidación— por el Estado Nacional según los medios de explotación agrícola disponi-
se deben las grandes propiedades del oriente y sur de Formosa y del bles en ese entonces, habría que agregar los efectos negativos propios de
Chaco, cedidas a través de concesiones, por venta directa o por remate cada uno de los paisajes naturales involucrados; sean las pendientes
público. abruptas y suelos esqueléticos de Misiones, las áreas inundables del
oriente chaqueño, otras con marcados síntomas de aridez, como ocurre en
En las primeras décadas del siglo, la Ley de Fomento de Territorios las colonias del occidente de la provincia del Chaco, y también el efecto de
Nacionales (1908) dejó a salvo de la especulación grandes espacios se- las masas boscosas o de la selva densa propias del Nordeste. También el
miáridos y áridos del centro y del oeste de Formosa y Chaco y, entre 1916 y intruso, una vez que declinara la colonización oficial, contribuyó a generar
1922, "la administración radical dispuso una celosa conservación de la los estratos más reducidos del minifundio agrícola.
tierra fiscal limitando las adjudicaciones" (SCHALLER, 1986). A este pe-
ríodo y a esta nueva concepción corresponden las colonias del centro En la Plancha 14, de la Fig. A representa la cantidad y la superficie de
chaqueño y también aquellas del centro misionero, promovidas durante el las explotaciones agropecuarias según escala de tamaño (existentes al
gobierno de Alvear. Pasado el empuje pionero inicial de las primeras dé- año 1974), expresadas en proporción porcentual a los efectos de facilitar su
cadas del siglo y concluida la etapa de apertura de nuevas tierras por el comparación. En lo que hace al número de explotaciones se advierte en
ferrocarril, hacia los años 30, la acción colonizadora nacional y luego pro- todos los casos el predominio de los estratos más pequeños: en Formosa
vincial se hizo más lento y el asentamiento del intruso, u ocupante de las de 5 a 25 hectáreas, en Misiones ocurre lo mismo pero con mayor inten-
tierras fiscales, tomó la iniciativa. sidad, en Chaco de 25 a 100 hectáreas y en Corrientes inferiores a 5
hectáreas. En el otro extremo de la escala, un número muy reducido de
La herencia de este largo proceso territorial, en el cual se su- grandes explotaciones cubre la mayor parte de la superficie agropecuaria.
perpusieron circunstancias y concepciones distintas, puede advertirse en El notable estrangulamiento de los estratos intermedios revela ese dominio
varios componentes de la estructura geográfica actual. de los extremos de la división de la tierra como legados del proceso des-
cripto, y también indica los condicionamientos que genera esa estructura
En lo que hace a la división de la tierra esa herencia consiste en haber en el campo económico, en cuanto esa carencia de explotaciones medias
generado, por un lado, el gran latifundio y, por otro lado, por haber inducido —entre 100 y 1.000 hectáreas— no es propicia a la mecanización y al
la existencia del minifundio, es decir, los dos aprovechamiento mixto agrícolo-ganadero de
estilo pampeano, de mayor rentabilidad por superficie productiva y más ganadería en una estructura agraria que aboliera la antinomia entre lati-
flexible a las exigencias del mercado, En la misma Fig. A hemos intercalado fundio pastoril y minifundio agrícola, podría permitir a esta región subtro-
la silueta representativa de la división de la tierra en la provincia de Buenos pical, que tiene la chance de estar bien ligada a la Argentina pampeana,
Aires, que es semejante al conjunto de la región Pampeana; la diferencia remontar la anarquía pionera y asentar una economía rural sólida". Esta
básica radica precisamente en el mayor desarrollo de ese estrato inter- propuesta señala un camino y también constituye un desafío.
medio donde se aloja la intensa actividad agrícola y agroganadera que
sustenta su base económica. Otro legado de las etapas más recientes de este proceso tiene sus
reflejos en la composición de la población actual del Nordeste, según su
Cabe señalar que en el caso de Buenos Aires el gran latifundio pastoril origen geográfico. La Fig. B ilustra el aporte humano que recibiera cada
heredado, y predominante hasta mediados del siglo pasado, fue subdivi- provincia desde sus vecinas y desde los países limítrofes, y la Fig. C la
dido por efectos de la gran valorización de las tierras que produjera la proporción porcentual de la población no nativa, existente al año 1980 en
inversión extranjera en el desarrollo de la red ferroviaria (RODRÍGUEZ, cada provincia, discriminada por origen. La provincia del Chaco revela la
1908), Las propiedades de extensión intermedia predominan en el ámbito recepción del inmigrante nacional, sobre todo correntinos, santafesinos y
pampeano precisamente allí donde la malla ferroviaria adquiere su mayor santiagueños; en Formosa se destaca el aporte de chaqueños y espe-
densidad. cialmente desde el Paraguay, con quien tiene una extensa frontera común;
el aporte externo al poblamiento de Corrientes es más reducido y variado
En las provincias del Nordeste ese efecto sobre las grandes pro- teniendo en cuenta la antigüedad de su ocupación; mientras que en Mi-
piedades es todavía incipiente, por cuanto las vías férreas fueron sólo siones, por su condición de enclave, es más notable a la migración desde
prolongaciones aisladas de la red nacional, pero en alguna medida las los estados vecinos. Cabe advertir que la presencia europea sólo es des-
grandes extensiones del latifundio primigenio fueron cediendo a medida tacable en las provincias de Misiones y del Chaco, y si bien su actual
que los ejes troncales de comunicación lo penetraran; éste es el caso del proporción es reducida, los efectos económicos y culturales son manifies-
sudoeste de la provincia del Chaco, alcanzado por las vías férreas y más tos en el concentrado ámbito de las colonias agrícolas.
recientemente por los caminos pavimentados. Algo semejante puede no-
tarse en Misiones, sobre el área privatizada del Alto Paraná, habilitada por En tercer lugar cabe destacar el efecto del proceso de ocupación y
la apertura de la ruta que va de Posadas a Puerto Iguazú y que produjera valorización territorial sobre los dispositivos geográficos actuales de la
un notable desarrollo agroindustrial y forestal en años recientes. propiedad, del uso y de la división de la tierra, y también sobre la probable
evolución futura de los moldes de distribución que hoy presentan.
Si bien esta estructura agraria del Nordeste puede ser transitoria, como
lo muestra la lenta división de las grandes propiedades originarias, el otro En la Plancha 15, elaborada según los datos del Censo Nacional
extremo de la escala, representado por el minifundio, especialmente en las Agropecuario 1969, la Fig. A destaca la proporción de la superficie de las
áreas compactas de alta densidad de ocupación, plantea problemas de explotaciones agropecuarias que está en manos de propietarios; esta
solución más difícil y de efectos económicos y sociales más intensos. A distribución responde al proceso histórico descripto y revela una marcada
diferencia de los llamados problemas coyunturales, que afectan a la pro- concordancia con los espacios afectados por las etapas latifundistas. La
ducción agrícola en determinados períodos y por factores momentáneos, Fig. B ilustra la extensión de las tierras fiscales denun
éste es un problema estructural heredado. En relación a la región cha-
queña, GAIGNARD (1969) señalaba que "sólo una asociación de la agri-
cultura y de la
ciadas en las explotaciones agropecuarias; esta distribución —inversa o
complementaria de la anterior— indica la localización de las reservas
existentes en manos del Estado y la probable dirección que tendrían las
futuras expansiones colonizadoras, según el esquema general de movi-
mientos que representáramos en la Plancha 10, Fig. A.
La crisis del 30 y la protección de la industria textil nacional cambiaron ROFMAN (1982) destaca que mientras los industriales hilanderos son
el destino de la producción algodonera hacia este mercado y evolucionaron también propietarios de desmotadoras, esa integración vertical de la in-
conjuntamente. La inmigración y el poblamiento, especialmente del ámbito dustria refuerza su poder negociador y son los actores de mayor poder y
rural, siguieron una evolución paralela a la extensión de la superficie cul- control en la fijación de los precios y, por ende, en la determinación del
tivada. En 1926 las ganancias por hectárea de cultivo, en campos fiscales, destino de los beneficios. Para abonar esta afirmación señala que las se-
era de $ 68 en el maíz y $ 170 en la caña de azúcar —los cultivos tradi- ries históricas de precios de venta de los dos eslabones del circuito indican
cionales— mientras que el algodón daba un beneficio líquido de $ 300 por que, desde 1956 a 1972, los precios de algodón en bruto y de la fibra se
hectárea (MUELLO), estas proporciones justifican la marcada tendencia al han visto deteriorados, mientras que los precios del hilado han sido favo-
monocultivo. rables y se distancian sistemáticamente de aquellos de la materia prima
regional, lo que evidencia una transferencia de beneficios a la región nu-
Una vez desmotado, el algodón alcanza un rendimiento promedio de clear y la acentuación de la postración de la actividad algodonera primaria.
60% de semilla, 30% de fibra y un 10% de residuos; estos derivados, en la
época en que se iniciaba el ciclo de desarrollo del cultivo —año 1923—, La persistencia de esta situación y los altibajos de las últimas décadas,
tenían un precio de $ 30 por tonelada de semilla y $ 1.200 la de fibra; esa han generado un proceso de reorientación que consiste en la adopción de
diferencia y el costo de los fletes ferroviarios, por sus tarifas parabólicas, los cultivos pampeanos: girasol, sorgo, trigo, maíz. Este cambio ha sido
hacía que el traslado a Buenos Aires, por ejemplo, significara un costo de $ posible en aquellas chacras de mayores dimensiones, donde la rentabili-
32 por tonelada para la semilla, es decir, el 107% de su valor; mientras que dad pueda justificar el cambio, con lo cual se ha alentado una ampliación
para la fibra era de $ 40 lo que representa el 3,3% (SCHLEH, 1923). Estas de la superficie agrícola total. En la campaña 1939-40 se sembraron
proporciones ilustran acerca de las causas de la localización de las etapas 350.300 hectáreas de algodón y 56.984 de otros cultivos, lo que hace un
industriales, las desmotadoras, las compresoras de fibra y las aceiterías se total de 407.284 hectáreas; mientras que en la campaña 1969-70 los cul-
concentraron en el área productora, mientras que tivos de algodón se redu
jeron a 267.000 hectáreas y los otros cultivos aumentaron a 419.954 hec-
táreas, es decir, un total de 686.954 hectáreas. En los últimos años esta
cifra se ha ampliado a 900.000 hectáreas.