Está en la página 1de 78

INTRODUCCIÓN

(Orígenes, objetivos y características del texto)

El estudio que ahora ofrecemos a nuestros colegas a través de esta


colección de SENOC constituye una suerte de amalgama de trabajos y
experiencias docentes anteriores, algunos personales y otros realizados en
colaboración con integrantes del Departamento de Geografía de la Uni-
versidad del Nordeste.

Nos ha resultado difícil en algunos casos discernir el origen de algunas


ideas y párrafos que aquí utilizamos y, por ello, queremos dejar constancia
anticipada de nuestro agradecimiento a todos los colegas con quienes
hemos trabajado mancomunadamente durante tantos años.

La base de este manual se encuentra desarrollada con mayor amplitud


en los siguientes estudios:

― Bases fisiogeográficas para una división regional de la provin-


cia de Corrientes, por E. BRUNIARD, Resistencia, 1966, en
Rev. Nordeste, Ed. Facultad de Humanidades, N° 8.

― El carácter regional y la regionalización del Nordeste argentino,


por E. BRUNIARD y W. REY, Resistencia, 1969, en Rev.
Nordeste, ed. Facultad de Humanidades, N° 11-13.

― Resistencia y su región, trabajo en equipo realizado por el Ins-


tituto de Geografía de la UNNE, Resistencia 1972-73, en Rev.
Geográfica, ed. Inst. de Geografía, N° 1 y 2.
─ La región funcional de Resistencia, por E. BRUNIARO y A. gráfico de nuestra disciplina, sin embargo los enfoques, la selección de
BOLSI, Méjico-Canadá, 1974, en Rev. Geográfica, ed. Instituto temas y la propia organización de las exposiciones regionales suele
Panamericano de Geografía e Historia. amoldarse a los mismos principios sistemáticos, y esto es más notable
todavía en los textos de enseñanza.
― Rasgos geográficos de las provincias del Nordeste argentino,
por E. BRUNIARD y W. REY, Corrientes 1976, en Rev. de La persistencia de estos modelos, señalada por ZAMORANO desde
Estudios Regionales, ed. CERNEA CONICET, Vol. I, N° 1. hace décadas, tiende a producir esquemas, selección de contenidos y
fórmulas expositivas que continúan arraigándose en las nuevas genera-
― El Gran Chaco Argentino (ensayo de interpretación geográfica), ciones de docentes y siguen consolidándose en el alumnado, de modo tal
por E. BRUNIARD, Resistencia 1978, en Rev. Geográfica, ed. que todo esquema que se aparte de ese canon largamente probado en las
Inst. de Geografía, N° 4. aulas corre el riesgo de ser rechazado por la mayoría. Esta realidad nos
debería prevenir contra cualquier intento de probar caminos diferentes o
― Paso de los Libres, la ciudad y la región, por E. BRUNIARD, desviados de esa rutina.
Buenos Aires 1983, Cap. I de la obra "Arturo Frondizi, historia y
problemática de un estadista". Ediciones Depalma, Tomo I. Atentos a esta realidad, pero teniendo en cuenta los objetivos que
—según lo entendemos— deben animar la enseñanza de la Geografía en
― Red urbana y desarrollo regional, por A. BOLSI y E. BRU- el nivel medio, trataremos de centrar nuestra exposición en los "problemas
NIARD, Resistencia, 1983, en Testimonios, vol. de homenaje al geográficos", es decir, en el espacio y en su organización. No haremos
XXI aniversario de la Facultad de Humanidades, UNNE. lugar aparte en este desarrollo a la morfología, al clima, a la hidrografía, a la
demografía, ni a la producción básica del Nordeste, y tampoco a las cues-
― II Encuentro de Profesores de Geografía del Nordeste, Resis- tiones de límites que son comunes en toda área fronteriza; esos temas,
tencia 1984, organizado por el Departamento de Geografía de naturalmente importantes por sí mismos, ya han sido discutidos amplia-
la UNNE. mente e incorporados a la mayoría de los textos de enseñanza. El que-
bracho y el tanino, el algodón, la yerba mate, el tung, el té, el arroz, el
― Las provincias: del Nordeste, (título provisorio), en prensa, tabaco, etc.; sus requerimientos ecológicos, las tareas agrícolas que exi-
por E. BRUNIARD y A. BOLSI. gen, sus procesamientos industriales y comerciales, aún cuando se trate
de las bases económicas regionales, también exceden el marco de esta
En el momento de afrontar esta nueva tarea y considerando que se
síntesis.
trata de un texto dirigido a la enseñanza y particularmente a quien la
conduce, se nos plantearon algunos interrogantes y ciertas dudas preli- Cabría preguntarse qué trataremos entonces. Simplemente los pro-
minares. Ocurre que buena parte de los estudios geográficos regionales o blemas espaciales, las áreas del Nordeste —sus analogías y sus di-
referidos a las provincias argentinas —actualmente la lista es bastante ferencias— y los dispositivos territoriales, a los efectos de identificar las
extensa— tienen tendencia a parecerse entre sí, independientemente de causas que las generan y los problemas que plantean y, de este modo,
los sujetos de estudio específicos que cada uno trate. Aún sabiendo de poder inferir posibles soluciones. Se trata de facilitar el camino hacia la
antemano que las llamadas "regiones geográficas" constituyen espacios comprensión sinóptica de los problemas regionales mediante una geogra-
particularizados, según definición de los propios geógrafos, es decir, indi- fía selectiva, no extensiva, pero que machaca sobre aquello que selec-
viduos únicos que justifican el matiz ideo ciona.

Esta exposición, así concebida, no pretende suplir el contenido de nocimientos de los cuales carece u omite deliberadamente.
otros textos sino que se ofrece como un complemento adicional que se
agrega a ellos; y que requiere de ellos toda la información y todos los co- En el Capítulo I trataremos de enfatizar aquellos factores básicos que
derivan de la posición relativa del Nordeste y que han influido en el mo- enseñanzas de ROHMEDER: “la palabra escrita nunca puede ofrecer la
delado de su geografía. Dejaremos planteados algunos interrogantes cu- disposición y la correlación de los innúmeros elementos topográficos, que
yas respuestas están esbozadas, sugeridas o implícitas en los tramos componen el paisaje geográfico, de un modo tan completo y especialmente
siguientes del texto. intuitivo como el mapa…”

El Capítulo II, referido al medio natural, trata de señalar las analogías Mediante la Guía Didáctica tratamos de poner en manos del Profesor y
y diferencias de las diversas áreas que conforman las provincias del Nor- del alumno la cartografía de base y el repertorio estadístico mínimo que
deste y la disposición geográfica relativa de su conjunto, como factor de su ofrece la precisión y la objetividad propia de las cifras, con el doble objetivo
organización regional: el espacio habitable, sus posibilidades y sus limita- de ampliar y actualizar los contenidos del texto y —especialmente— en-
ciones. sayar en los trabajos prácticos del aula la búsqueda de las relaciones
causales entre los diferentes patrones, de evolución o de distribución, que
El Capítulo III, dedicado al proceso de ocupación territorial, trata de se obtengan mediante su representación gráfica y cartográfica.
introducir la perspectiva histórica como uno de los factores vigentes en la
geografía del Nordeste, es decir, apunta a explicar los problemas actuales Felizmente hemos contado en esta tarea con la eficaz colaboración de
a partir de la evolución que ha desembocado en la situación presente. Esta las Profesoras Lilia J. OSUNA, quien tuvo a su cargo la elaboración de la
perspectiva dinámica conlleva la finalidad básica de habilitar al estudiante Guía Didáctica, y de Clelia O. MORO en la tarea de diagramación y car-
para discernir las causas de los dispositivos geográficos y para proyectar tografía. Agradecemos al Prof. Raúl O. A. MANOILOFF los diapositivos,
líneas coherentes de acción hacia el futuro. debidos a su cámara, que ilustran los diversos paisajes del Nordeste.

El Capítulo IV trata de integrar el proceso histórico y los dispositivos La organización del texto y la disposición interna de cada capítulo
geográficos mediante una síntesis que incluye el desarrollo de las activi- responden a nuestra intención de brindar al docente diversas alternativas
dades económicas básicas, los caracteres de la población y la organización de uso, según sus necesidades y los niveles de enseñanza a los que se
territorial resultante, con la finalidad de presentar los elementos más des- destine.
tacados de un conjunto complejo cuya asimilación aporte a la comprensión
de la noción de espacio y que, a la vez, contribuya a la formación del es- Si se requiere focalizar el estudio sobre unidades más reducidas se
píritu geográfico. ofrece la posibilidad de tratar separadamente las provincias de Misiones y
Corrientes y el ámbito chaqueño. Los temas desarrollados en II.C, III. A y
Para facilitar el logro de los objetivos expuestos hemos tratado de no IV. A se refieren, respectivamente, a los caracteres fisiográficos, al proceso
reducir el número de mapas y gráficos —no obstante las exigencias edito- de ocupación y a los ciclos económicos de Corrientes. Para el caso de
riales— ya que compartimos con entusiasmo aquellas Misiones los mismos temas están tratados en II.B, III.8 y IV.B y para el
ámbito chaqueño en II.D, III.C y IV. C-D. Las ilustraciones que corres-
ponden a cada una de estas áreas son independientes y pueden agruparse
en función de estas necesidades.

Otra alternativa consiste en la presentación global del conjunto


del Nordeste, prescindiendo de los detalles de cada una de sus partes; en CAPIT ULO I
este caso el Capítulo I, los encabezamientos de los restantes capítulos y
los temas desarrollados en II.A y E. en III.D y en IV.E y F, ofrecen
—conjuntamente con las planchas que ilustran estos contenidos— un
panorama global de la geografía del área. La organización de las estadís- LA SITUACIÓN DEL NORDESTE Y SUS
ticas contenidas en la Guía Didáctica facilita su uso según estas alterna- PROBLEMAS GEOGRÁFICOS
tivas.

Con progresiva frecuencia se advierten menciones en medios diversos


-diarios, revistas, documentos oficiales, etc.- relativas a la "Región del
Nordeste Argentino"; e incluso en niveles dirigentes, en organismos ofi-
ciales de planificación y en medios académicos se refuerza y vivifica la
noción de "región Nordeste", frente a otras nociones espaciales que sub-
yacen en viejos textos geográficos e históricos, en usos populares, en
sentimientos de solidaridad, etc.

Durante el siglo pasado y hasta las primeras décadas del presente la


voz nordeste no pasaba de ser en nuestro país una simple referencia a una
línea férrea o aun punto cardinal, o bien a un área indefinida que tal vez
justificaba alguna individualidad más que nada por oposición a la "Región
del Noroeste", que por sus propias condiciones de cohesión interna; y esto
era así puesto que el área nordeste, dentro del elenco regional de la Ar-
gentina consagrado por el uso, repartía su extensión entre el Chaco, la
Mesopotamia o el Litoral, espacios que trasuntan algunos aspectos propios
en lo natural o en lo histórico.

Pero en estas últimas décadas se ha venido forjando con vigor cre-


ciente esta nueva noción espacial a la que se ha denominado "región
nordeste". Los sectores dirigentes van tomando conciencia
—aparentemente— de su pertenencia a una nueva estructura regional
superpuesta a las anteriores, cuyos límites parecen perfilarse con creciente
precisión. Entre los primeros pasos en ese sentido debemos recordar que
la creación y el "carácter regional" de la Universidad Nacional del Nordeste,
cuyo ámbito teórico de influencia abarcaba las provincias de Corrientes,
Chaco, Misiones y Formosa, se fundamentó en que "la economía del
Nord-Este argentino requiere inves
tigación científica para su orientación y aprovechamiento más completo al conjunto y otros específicos de cada una de sus partes. La posibilidad de
(Decreto-Ley de Creación de la UNNE, N° 22.299 del año 1956). Diez años aprehender una imagen global de su geografía y el ensamble de los fac-
después, con la creación del Sistema Nacional de Planeamiento y Acción tores que la han modelado, puede emprenderse mediante el ensayo de
para el Desarrollo (Ley 16.964 del año 1966), cuya finalidad era "planificar sucesivas aproximaciones a través de su tratamiento en distintas escalas
el desarrollo integral y armónico del país", se estableció la "Región del de consideración: continental, nacional y regional. De cada uno de esos
Nordeste Argentino" (Decreto N° 1907 del año 1967), que luego se cono- contextos surgirán algunos interrogantes y también algunas respuestas
ciera en la jerga burocrática bajo la sigla NEA, y que abarcó, además de las cuya integración puede contribuir al esclarecimiento de los problemas.
cuatro provincias incluidas en el ámbito universitario, los departamentos del
norte de Santa Fe: Nueve de Julio, Vera y General Obligado. Antes de emprender esta tarea conviene señalar que no nos li-
mitaremos al tratamiento de los actuales atributos geográficos del área, ya
Temperamentos semejantes en materia de regionalización siguieron que el principio de actividad de la Geografía nos habilita para considerarla
algunos organismos dependientes del Estado Nacional y de las Provincias como una estructura dinámica con raíces en la tierra y en el pasado.
involucradas, en lo que hace a la organización bancaria, de empresas del
estado, educación y cultura, investigación científica, etc., y, con el tiempo, I. A. El Nordeste en el contexto continental
este grupo de provincias y unidades administrativas fue adoptado como
unidad de estudio geográfico en algunos programas de enseñanza media y En el marco de la porción sudhemisférica de América meridional, las
superior. Esta es la situación actual, aunque no toda. provincias del Nordeste se destacan por una situación marcadamente
central que merece ser analizada desde ángulos diversos (ver Plancha 1,
Desde el comienzo digamos que el Nordeste, con los límites que se le Fig. A).
asignaran, no constituye una región geográfica, ni homogénea, ni polari-
zada; es decir, no se advierten en esta gran extensión los necesarios En primer lugar, si consideramos la posición zonal, debe señalares su
elementos de regionalidad para definirla como tal. Podría tratarse de una pertenencia al subtrópico; es decir, a una franja de clima de transición o
"región plan", prospectiva o de futuro, o de una intención surgida de un "clima irregular" -según PEDELABORDE (1966)- que no goza de la be-
decreto que expresaba una determinada necesidad de ordenamiento te- nignidad de los climas templados de las comarcas del sur y tampoco de la
rritorial; cuya persistencia en la burocracia y el trasvasamiento al campo de definición y estabilidad térmica de los climas tropicales del norte. Como
la enseñanza de la geografía obedece más a razones prácticas, tal vez de aquéllos, no está libre de heladas durante el invierno y, como éstos, sufre
comodidad o de otra índole, que a criterios geográficos. Pero aclaremos intensos calores durante un largo verano. Las masas de aire tropicales y el
también que cualquier extensión o área de la tierra puede estudiarse bajo la frente polar generan marcados contrastes que se concretan en estados
óptica geográfica independientemente de su origen, de la naturaleza de alternantes de tiempo muy diferenciados y en violentas mutaciones entre
sus límites o de sus condiciones internas. unos y otros. Esta indefinición climática la priva de los beneficios de la
especialización productiva —agropecuaria— de las áreas situadas más al
Entendido entonces como un conjunto de provincias contiguas, el norte y más al sur.
Nordeste configura un área bastante especial que plantea, frente a la
consideración geográfica, problemas diversos; algunos comunes
Su localización mediterránea, en el mismo corazón sudamericano a produzcan la valorización efectiva de los grandes ríos, se trata sólo de una
igual distancia de ambos océanos, le asegura la rigurosidad propia del posición fisiográfica y de un privilegio potencial. En efecto, los diversos
medio continental —el "polo del calor de América del Sur", según componentes naturales del Nordeste pueden asociarse a otras áreas más
PROHASKA (1959), se localiza sobre el occidente chaqueño— y también extensas con caracteres comunes, así, por ejemplo. Misiones constituye un
le asegura variaciones pluviométricas inter anuales que oscilan entre apéndice dentro del ámbito de planaltos del sudeste brasileño y del oriente
sequías extremas (años 1937 y 1944) y recurrentes inundaciones (1966 y paraguayo, el paisaje correntino se asemeja notablemente al del Paraguay
1986). oriental y central, y las provincias de Formosa y Chaco constituyen una
prolongación hacia el sur del "Gran Chaco americano". Las regionaliza-
Desde el punto de vista topográfico la mayor parte del Nordeste, con ciones da América del Sur, realizadas sobre bases fisiográficas —como la
excepción de Misiones, ocupa el sector deprimido central, enmarcado por de SCHMlEDER (1965) — consideran estos ámbitos internacionales en
los contrafuertes andinos y subandinos en el oeste y por los planaltos conjunto,) como paisajes geográficos unitarios.
brasileños en el oriente; es decir, un ámbito de planicies bajas que no
logran mitigar los rigores del calor estival y que, a la vez, la convierte en Pero no obstante esas continuidades naturales, o esas homogenei-
receptáculo de los excesos de agua de sus levantados bordes a través de dades físicas geográficas, los límites políticos internacionales definidos por
la arboladura fluvial que concluye hacia los grandes colectores de la los grandes ríos (Pilcomayo, Paraguay, Paraná, Iguazú y Uruguay) han
cuenca del Plata. Las inundaciones provocadas por crecidas extraordina- marcado de un modo decisivo el proceso evolutivo de la organización
rias, sea de los ríos Pilcomayo, Bermejo, Paraguay, Paraná o Uruguay, son territorial en este corazón sudamericano. La ocupación y valorización
noticia casi todos los años. económica de este espacio, compartido por Argentina, Paraguay y Brasil,
permite señalar lo que se ha llamado “efecto de frontera", como generador
Si esta situación central en el cono sur de América la referimos ahora a de rupturas y discontinuidades; es decir, el efecto humano —político y
la organización del espacio, a través de un indicador que sintetiza el grado económico— sobreimpuesto a la continuidad natural como agente que
de ocupación y la actividad humana como es la densidad de población, introduce diferencias apreciables, especialmente visibles en el ritmo de
advertiremos la existencia de una orla periférica, o litoral, de alta densidad y desarrollo de cada entidad.
un interior casi vacío (ver Fig. B); Precisamente el Nordeste comparte el
vacío interior continental y las avanzadas más débiles de la ocupación La ocupación del espacio y la evolución de la población en las dife-
periférica, a gran distancia de los núcleos activos y de los puertos maríti- rentes unidades políticas que conforman este sector de la cuenca del Plata
mos; es decir, una posición de marcado aislamiento dentro de un conti- permiten advertir claramente el estancamiento demográfico de las provin-
nente cuyo proceso de "litoralización" fue el resultado de una ocupación cias del Nordeste frente al crecimiento de sus vecinos, especialmente en
humana inducida desde el exterior. las últimas décadas, y también el distanciamiento que se producirá en el
tramo final de este siglo. Las Figs. C y D elaboradas por BORRINI (1978) y
Sí tenemos en cuenta ahora el entorno inmediato, advertiremos una proyectadas hasta el año 2.000 con datos de BASAIL (1987), ilustran lo
situación -señalada reiteradamente en diversos medios— que consiste en afirmado.
la "posición central del Nordeste en el ámbito de la Cuenca del Plata", y que
ha sido considerada como un verdadero privilegio. Pero debe destacarse En el caso del Paraguay debe señalarse que su población, que en
que, por ahora y hasta tanto no se 1860 fuera estimada en 1.300.000 habitantes, se vio reducida, al finalizar la
Guerra de la Triple Alianza, a sólo 300.000 almas. "De
esta sangría de población señala —ZAMORANO (1981)— Paraguay ha mico del país y de la conformación de su respectivo dispositivo territorial.
podido reponerse, particularmente en los últimos 40 años de este siglo,
gracias a un pronunciado descenso de la mortalidad y a una natalidad En los momentos iniciales de la conquista, la penetración hispánica
sostenida por lo cual su crecimiento vegetativo ha oscilado en ese lapso desde el Río de la Plata contó con el eje fluvial del Paraná, como vía obli-
entre 3 y 3,5% anual, superior al promedio de América Latina (2,9% )" gada de acceso al subtrópico y se concretó en la fundación de la ciudad de
Corrientes (1588), en el área más apta de la confluencia Paraguay-Paraná.
En lo que hace a los estados brasileños limítrofes, PFEIFER (1966) Este punto fue la base generadora de la ocupación territorial del Nordeste, y
destaca que "durante las últimas décadas Brasil ha llevado a cabo un im- debieron pasar más de 300 años para que el impulso de ese centro pionero
presionante esfuerzo por desarrollar el interior. . .Las tierras de la frontera incorporara a la civilización lo que es hoy su territorio provincial; hacia 1800
occidental de Río Grande, Santa Catarina y Paraná fueron colonizadas y la población de toda la provincia alcanzaba sólo las 20.000 almas.
muestran un enorme aumento de población". El avance agrícola, mediante
un régimen de pequeñas propiedades (en el Estado de Paraná del 90 al Estas cifras evidencian la inercia del país colonial y la carencia de
95% de las explotaciones son inferiores a 100 hectáreas). Permitió desa- medios y de estímulos, propios de una época, para acometer una empresa
rrollar este proceso, que ha sido denominado "brasilización", mediante la de ocupación territorial de esa magnitud; todavía no estaban dadas las
incorporación de estas tierras al mercado interno y al mercado interna- condiciones. Era necesario esperar el largo proceso de la independencia y
cional a través de cultivos de exportación. de la organización institucional y política del país. Pero debe advertirse que
esa condición de estancamiento relativo, o de espera, no era exclusiva sino
El estancamiento de la población del Nordeste y la creciente profun- que también la compartía el incipiente conjunto de provincias argentinas,
dización de la brecha que separa cada vez más las tendencias de la po- entre las cuales Corrientes se había convertido en una importante pieza del
blación respecto de sus vecinos próximos, permite introducir algunos inte- "Litoral", articulado sobre el río Paraná. Llegado el momento del primer
rrogantes: ¿en qué consiste el privilegio de ocupar el centro de la cuenca Censo Nacional (1889) su población representaba el 7,5% del total de la
del Plata? ¿Cuáles son las causas del estancamiento del Nordeste cuando Argentina y ocupaba el quinto lugar, después de Buenos Aires, Córdoba,
restan todavía en su seno grandes vacíos humanos y enormes extensiones Entre Ríos y Santiago del Estero. Era la época del equilibrio entre las
de tierras fiscales? ¿Se tratará de factores negativos propios del Nordeste "economías regionales", replegada sobre sí mismas en virtud de las grandes
o también de otros condicionantes que exceden su ámbito específico? distancias y de la carencia de medios de transporte adecuados. En la
Plancha 2 la Fig. A ilustra la concentración de la población argentina en
I. B. El Nordeste en el marco nacional 1869, tomando como centro de la ciudad de Buenos Aires.

La posición relativa de las provincias del Nordeste en el ámbito de la La finalización de la Guerra de la Triple Alianza, en 1870, generó la
República Argentina no ha permanecido estática, ella ha evolucionado necesidad geopolítica de la ocupación de las tierras baldías de Misiones y
conjuntamente con las diversas etapas del desarrollo econó- del Gran Chaco, o "Territorio Indio del Norte", como lo denominara Martín
de MOUSSY en 1866; y es a partir de esa época que empiezan a imple-
mentarse las bases más eficaces para la ocupación y valorización del Nor-
deste. En efecto, en la década del 70
comienza el desarrollo de una etapa fundamental de la vida del país el que se operaban en la región central; en efecto, de ésta partirán los im-
crecimiento económico argentino fue condicionado por la expansiva de- pulsos más eficaces para incorporar las tierras del norte, a través de la
manda mundial de productos agropecuarios, los cambios revolucionarios prolongación de la malla ferroviaria, a la intensa actividad que desplegaba
en los medios de transporte y la enorme dotación de tierras fértiles de clima la nueva estructura. La expansión de la ganadería, la explotación de los
templado en la zona pampeana. Sobre esta base el país atrajo fuertes bosques y de los frutos subtropicales encontraron un mercado nacional en
corrientes inmigratorias que poblaron sus campos y ciudades y una activa fuerte expansión. El desarrollo de los transportes favoreció la especializa-
corriente de capitales extranjeros que contribuyeron de manera decisiva al ción económica de las provincias y contribuyó a la unidad nacional a través
financiamiento de la infraestructura económica. . . Se conformó así un de un polo dominante. En la Plancha 2, las Figs. B y C representan la
modelo económico abierto, fuertemente integrado a la economía interna- concentración de la población en 1980 -tomando como centro la ciudad de
cional. . "(Situación Actual y Perspectivas de la Economía Argentina, Buenos Aires- y los flujos ferroviarios.
1966).
Este modelo de desarrollo económico del país, al que se acoplaron los
Esta misma etapa de cambio fue interpretada por GOTTMAN (1972) bosques del Chaco, las estancias del sur correntino y las selvas y campos
en términos semejantes, pero bajo la perspectiva geográfica europea: "la misioneros, llegó hasta las primeras décadas del siglo, época en que em-
expansión se produjo cuando la Europa industrial recurrió a los grandes pieza a estancarse la economía primaria exportadora y a acelerarse el
espacios de ultramar para que le proporcionasen alimentos y materias proceso industrial nacional; esta nueva etapa, que ya empezara a revelarse
primas en cantidades crecientes. . . Europa occidental proporcionó los durante la primera guerra mundial, estaba destinada a la sustitución de
capitales, el equipo y el mercado. La Europa mediterránea, sobre todo Italia importaciones. Las barreras aduaneras, la devaluación de la moneda y,
y España, proporcionaron los inmigrantes, o sea, la mano de obra" finalmente, la crisis mundial del 30, generaron las condiciones para la
instalación de nuevas industrias que, aprovechando el abanico ferroviario
Este período de la vida argentina, que fuera denominado "de la eco- convergente en Buenos. Aires, acentuaron el esquema dual de la econo-
nomía primaria exportadora", dio origen al dispositivo que DAUS (1969), mía argentina. La nueva demanda industrial de materia prima de origen
atendiendo a sus implicancias geográficas, llamara "estructura agropor- subtropical y un mercado nacional creciente, constituyeron un renovado
tuaria" y cuyos componentes esenciales fueran la Pampa, el ferrocarril y el impulso para la actividad de los frentes pioneros del Nordeste que, ali-
puerto. El esquema territorial que resultó de este proceso inducido, desde mentados por nuevos movimientos migratorios ya través del cultivo del
el exterior se fundamentó en una notable concentración de los núcleos algodón, del arroz, de la yerba mate, del té, del tabaco, del tung, etc., se
vitales de la economía sobre la región pampeana y especialmente en el adhirieron a la nueva etapa que vivía el área nuclear del país y contribu-
puerto de Buenos Aires; se creó un área y se determinó un polo. yeron decididamente al poblamiento de la periferia septentrional argentina.
De 300.000 habitantes que tenía el Nordeste en 1895 se llegó a 1.500.000
Ello significó la ruptura del relativo equilibrio entre las provincias tradi- en 1947.
cionales frente al crecimiento de una "región nuclear" focalizada en el área
geográfica mejor dotada del país. Nació así el carácter dual del esquema A medida que la producción regional fue alcanzando los niveles del
económico espacial argentino, o "las dos Argentinas" que reconociera consumo del mercado nacional, hacia la década del 50, empezaron a
KUHN en 1928. Es a partir de esta nueva situación cuando se revela la agotarse las energías exógenas y a detenerse el proceso de expansión de
condición periférica de las provincias del Nordeste y, como tal, ya no serían las fronteras económicas regionales, en un momento en que todavía no se
ajenas a los cambios habían alcanzado las fronteras políticas del
Nordeste. Se entró así en una nueva etapa caracterizada por la emigración y de la actividad económica en una sola de sus partes plantea también el
rural, por una urbanización creciente, por una diversificación de las bases problema de la regionalización geográfica, y resulta legítimo preguntarse si
económicas, con resultados desiguales en cada una de las provincias y de la Argentina se compone de siete u ocho regiones" como generalmente la
sus respectivas áreas. Salvo algunos estímulos limitados, en años re- presentan los textos atendiendo a su fisiografía- o si se trata de una sola
cientes, ésta es la tónica del momento que vive este conjunto de provincias. gran región central y varias subregiones periféricas, o subsistemas de-
pendientes de ese sistema central.
Este proceso de ocupación y organización territorial, movido por
energías extrarregionales o por demandas alóctonas, ha convertido estas La condición periférica del Nordeste y su relativo aislamiento geográ-
provincias en lo que FERRARO (1973) llama "típicos enclaves de drenaje", fico y económico, tiene su correlato en las condiciones de vida y en los
ya que, no existe una aceptable integración agroindustrial. Misiones es la movimientos de la población. La Fig. D ilustra la distribución de la "pobreza
proveedora de yerba mate, té, tung y maderas; Corrientes proporciona el en la Argentina" mediante la proporción porcentual de hogares con nece-
tabaco, las lanas y el arroz; el Chaco y, en menor medida Formosa, pro- sidades básicas insatisfechas (La pobreza en la Argentina, 1984), de
veen el algodón y el tanino. El destino de la mayor parte de la producción al acuerdo a un parámetro que tiene en cuenta las condiciones de la vivienda,
mercado nacional, fuertemente concentrado, no sólo ha privado a las pro- de hacinamiento, sanitarias, asistencia escolar y capacidad de subsisten-
vincias del Nordeste de los establecimientos de transformación de su pro- cia. Los valores relativos de hogares con necesidades básicas insatisfe-
pia materia prima sino que ha generado una relación de dependencia chas son muy semejantes en todas las jurisdicciones del Nordeste (Mi-
marcada respecto de Buenos Aires y de la región Pampeana, que se evi- siones 39,2%, Corrientes 40,6% Chaco 44,8%, Formosa 46,8% y también
dencia en la estructura de los sistemas de transporte y en los flujos de los departamentos del norte de Santa Fe con proporciones parecidas que
comunicaciones convergentes en el sur (Cf. Bases para el Desarrollo Re- duplican el promedio del país). Estas condiciones deficitarias reflejan una
gional Argentino, 1963). situación socio-económica que constituye un factor de expulsión de la
población. BOLSI (1986) señala que entre 1960 y 1980 la emigración
Sólo los productos pesados, de menor valor relativo, como son los desde las cuatro provincias del Nordeste alcanzó los 400.000 habitantes, y
derivados de la explotación forestal —maderas misioneras o quebracho que el Censo Nacional de 1980 reveló la existencia de 850.000 personas
chaqueño- permitieron la elaboración in situ o, por lo menos, las etapas nacidas en el Nordeste que residían en otras provincias, y de ellas 690.244
iniciales de la transformación industrial; mientras que los productos livia- se concentraban sólo en la ciudad y provincia de Buenos Aires.
nos, de mayor valor, sea el algodón chaqueño o las lanas de Corrientes por
ejemplo, alimentan los complejos textiles extrarregionales. La escasez de La marcada disparidad interregional de la Argentina y la creciente
excedentes del productor regional de materia prima y la falta de reinversión profundización de ese equilibrio han sido interpretadas en muchos casos
en las provincias productoras de los excedentes económicos generados como el resultado de ventajas comparativas de algunas regiones privile-
por la industria, contribuyeron al estancamiento y a la profundización de la giadas sobre la menor potencialidad de los recursos, naturales de otras.
brecha interregional. Entre los geógrafos, REY BALMACEDA (1982) atribuye esas diferencias a
lo que denomina “geodiversidades” y plantea el siguiente interrogante:
Este proceso de desarrollo económico y el correlativo dispositivo "¿Es útil desobedecer a la naturaleza de que no existan esas diferencias?".
geográfico de escala nacional, ha generado lo que COTTMAN (1972) llama Destaca además el mismo autor que la región Pampeana, con su riqueza
"país núcleo" donde la concentración de la población "subsidia" al resto de las regiones argentinas.
Otros autores, generalmente economistas, advierten en esa concen- crecimiento; en la medida en que la reinversión de los excedentes eco-
tración el efecto de la intervención humana, es decir, de la acción políti- nómicos de los habitantes de esa región privilegiada genera nuevas
co-económica del Estado. Desde la óptica regional, BESIL (1976) al ana- fuentes de trabajo y atrae a los inmigrantes de la periferia.
lizar las cifras de la distribución geográfica del gasto del gobierno nacional,
concentrado en un 59% en Capital Federal y Buenos Aires en el año 1958, Pero si ahora nos detenemos en una región marginal, como es el caso
y en un 66% en 1970, concluye en que "la política del gasto público na- del Nordeste y tal vez de cualquier otra del país, cuyos suelos y climas no
cional no ayuda a la descentralización respecto del área metropolitana, alcanzan la potencialidad de aquéllos; tienen sin embargo otras ventajas
sino qué por el contrario contribuye a la concentración”. Un estudio a escala comparativas proporcionadas por la misma naturaleza, como es el caso,
nacional, realizado por CAVALLO, MONTERO y OLIVIERI (1978), en el por ejemplo, de la energía hidroeléctrica de los, ríos Paraná y Uruguay;
cual se comparan la "distribución efectiva" y la "distribución equitativa" de pero ocurre que esa energía ni es res nullius ni tampoco patrimonio de las
los recursos nacionales, concluye en que "mientras todas las provincias provincias, sino de la Nación, y es el Estado Nacional el que decide cuándo
reciben menos que lo que equitativamente les corresponde, la Capital explotarla, hacia dónde conducirla y cómo comercializarla; de modo tal que
Federal, por el mecanismo de atención directa por parte del presupuesto esta ventaja comparativa natural —que conlleva la desventaja de someter
nacional de gastos típicamente locales, recibe casi dos veces y media del a los ribereños a frecuentes inundaciones— deja de ser regional y, por
monto que le correspondería… El sistema actual de distribución real de acuerdos preexistentes, es compartida sólo en lo que tiene de rentable o de
recursos fiscales nacionales, lejos de morigerar las fuertes tendencias positivo. Algo semejante ocurre con los yacimientos de petróleo como es el
hacia la concentración en el área metropolitana, actúa como un mecanismo caso, por ejemplo, de los pozos en explotación del oeste formoseño pero
adicional que favorece el mantenimiento de las actuales condiciones". las riquezas del subsuelo tampoco le pertenecen a las provincias o a las
regiones productoras, sino al Estado Nacional quien las explota y sobre la
Estas afirmaciones, sobre un tema muy debatido, ejemplifican las di- venta de los combustibles en toda la extensión del país, obtiene por vía de
versas posiciones sobre la incidencia de los factores que produjeron y impuestos una de las principales fuentes de ingreso al tesoro nacional,
sostienen el desequilibrio interregional argentino. Sin desestimar el peso de ingresos que no son coparticipables con el resto de las provincias. En
la diversidad natural tampoco debemos soslayar la acción humana y sus cuanto productoras, el rédito que éstas obtienen son las llamadas "rega-
efectos diferenciales. Veamos algunos ejemplos que vienen al caso. lías", que algunos autores -REY BALMACEDA (1982)- consideran verda-
deros “privilegios".
Obsérvese que la región Pampeana ofrece indudablemente notables
ventajas comparativas en el ámbito nacional, que los textos geográficos Si ahora tomamos en consideración un producto agrícola regional,
destacan invariablemente al mencionar su clima templado, sus suelos como el tabaco, producido en Corrientes y en Misiones, salta a la vista la
fértiles, la fluidez para las comunicaciones, su accesibilidad a través de los magra proporción que recibe el productor tabacalero regional frente a lo
puertos marítimos, etc.; y aún cuando no cuente con reservas de energía que recauda la Nación por vía impositiva: de 60% al 65% sobre el precio de
hidroeléctrica o de hidrocarburos, sus fuerzas productivas, sus habitantes, venta en la década 1960-1970 (Cf. BESIL, 1976) y, actualmente, una
aprovechan esas ventajas —conocidas como res nullius— y sacan partido proporción superior.
de ellas en beneficio propio. Esto se "refleja naturalmente en los mapas
representativos de la distribución de la población, de la riqueza, de la ca- El sector industrial regional también ofrece ejemplos semejantes,
lidad de vida y del proceso de como es el caso del tanino, o extracto de quebracho, generado en Chaco y
Formosa, cuyos saldos exportables alcanzan al 80% de la
producción; pero debe advertirse aquí un tratamiento impositivo desfavo- concentra el mercado consumidor, en función de un esquema de trans-
rable por parte de la Nación al no considerarlo como producto industrial a portes preexistente, el beneficio de la protección se volcará sobre ese
los efectos del comercio exterior (Cf. SEWAR. 1957). "La venta al exterior marco geográfico restringido, aunque no esté explicitado en las disposi-
del extracto de quebracho -señala GARCÍA PULIDO (1975)- sufría, en ciones; y el costo de la ineficiencia —"costo argentino" lo llaman ahora—
1975, los siguientes gravámenes: 20% de retención de cambio, 8% de será cubierto por todos los consumidores independientemente de su re-
impuestos a las ventas, 5% de la ley Forestal, a lo que hay que agregar..." sidencia. Un efecto semejante puede alcanzar una política territorial explí-
cita como es la promoción industrial que el Estado Nacional define para
Estos ejemplos no agotan la lista de casos regionales conocidos, jurisdicciones determinadas, éste es el caso actual de Tierra del Fuego y de
BERARDI (1971) trató los problemas del cultivo del banano, JONES otras provincias, cuyo notable desarrollo atestigua los efectos de tal deci-
(1965), BESIL (1966), GIANNESCHI y LEZCANO (1970), ROFMAN (1982) sión a pesar de las geodiversidades o de las desventajas naturales del
y, más recientemente, LARRAMENDY, se ocuparon de la economía al- extremo sur argentino.
godonera regional; BOLSI (1982) sintetizó los problemas de la verba mate.
En todos estos estudios se destaca claramente el notable efecto del factor SPORK (1961) observó que, en términos generales y al cabo del
político-económico sobre el desarrollo de estas actividades y, natural- tiempo, "la actividad del Estado concluye básicamente en una organización
mente, sobre el conjunto del contexto geográfico en el cual están inserta- del territorio según un modo jerarquizado, con una repartición de funciones
das. entre las diferentes partes del todo". El mismo autor destaca que la acción
del Estado, vista desde el exterior, “aparece ante todo como teniendo un
Resultaría muy difícil determinar con precisión el grado de intervención efecto de homogeneización que, por su carácter peculiar, tiende a crear o
que cabe a las disparidades naturales en el desequilibrio interregional, pero acrecentar las diferencias con los otros Estados, donde una acción del
debe señalarse que la acción del Estado puede contribuir a generar uni- mismo género debe concluir en una homogeneización diferente".
formidad en la geografía del país y también disparidad, ya sea de un modo
directo o indirecto, explícito o implícito. Este último concepto se relaciona con el "efecto de frontera" que se-
ñalamos al tratar la situación del Nordeste a escala continental y que nos
Así, por ejemplo, una loable ley de alcance nacional que establece las replantea, a nivel nacional, algunos interrogantes más definidos, por
obligaciones previsionales para proteger al trabajador rural en todo el ám- ejemplo: ¿qué razones hacen que las provincias del Nordeste, cuyos ca-
bito del país, tendrá efectos diferentes en una región de economía agraria racteres fisiográficos o naturales se asemejan a los estados vecinos de
evolucionada, mecanizada y próxima a los centros de consumo, que en un Brasil y Paraguay, presenten síntomas de estancamiento o de involución,
área marginal, de cultivos industriales con alta intervención de mano de cuando aquellas áreas contiguas, situadas del otro lado de un límite polí-
obra, como ocurre en el norte del país; y tal uniformidad provocará dispa- tico, muestran otra realidad?
ridad a la hora de contabilizar los excedentes económicos de una y otra
región. Quizás deberíamos convenir que la explicación en Geografía no radica
en factores únicos o excluyentes, sean físicos o humanos, sino que se
También una política proteccionista del Estado, que grave la importa- debe ponderar un complejo de causas que interactúan en el modelado y en
ción de productos industrializados, beneficiará lógicamente al conjunto de el ritmo de desarrollo de las regiones.
la industria, incluso a la industria ineficiente; y si advertimos que esa in-
dustria se localiza preferentemente allí donde se
I. C. El Nordeste a escala regional Si observamos ahora el uso del suelo y la composición de la estructura
productiva regional advertiremos cierta especialización de cada una de las
Acercándonos más a nuestro sujeto de estudio de modo tal que po- provincias. En la Fig. B está reunida la información relativa a los principales
damos observar los dispositivos geográficos de sus componentes princi- componentes de la actividad agropecuaria, superficie, población, etc.; el
pales, advertiremos ciertos caracteres propios que llaman la atención. gráfico incluye los valores de la proporción porcentual de cada provincia
sobre el total del Nordeste y también la intervención relativa del conjunto de
En primer lugar la densidad de población, y naturalmente todo lo que las provincias sobre el total del país. Se advierte claramente la tendencia
lleva implícita su distribución en cuanto es un indicador de la actividad hacia la especialización económica de cada una: Misiones como produc-
económica y del aprovechamiento del espacio, nos permite reparar en la tora casi exclusiva en el mercado nacional de yerba mate, té y tung Co-
presencia de varios núcleos de mayor densidad de habitantes y extensos rrientes se destaca como productora de tabaco y arroz y buena proporción
vacíos humanos, carentes de organización; es decir, una marcada discon- de los vacunos, y ovinos del área; el Chaco y, en menor medida, Formosa,
tinuidad entre los diversos centros activos de las provincias que componen aparecen como los mayores proveedores de algodón.
el Nordeste (ver Plancha 3, Fig. A).
Esa marcada especialización de la producción de cada unidad pro-
También podemos señalar la presencia de algunos modelos pro- vincial es indicativa del bajo nivel de cohesión de la economía regional o
vinciales de ocupación más o menos contrastados; así, por ejemplo mien- —como lo define SZALAI (197) — "la cohesión es tanto menor cuanto
tras en Corrientes, la población se agrupa en la periferia fluvial y los vacíos mayor sea el grado de especialización de la producción regional". Es
más significativos se localizan en el área central —y algo semejante ocurre evidente que el conjunto de provincias del Nordeste se constituye así en un
en los departamentos del norte santafesino—, por el contrario, en la pro- proveedor de materia prima subtropical especialmente al mercado nacional
vincia del Chaco los asentamientos más densos se sitúan en el área central y, en contrapartida, es importador de productos industriales.
conformando un núcleo compacto. En Formosa puede notarse con bas-
tante definición la existencia de un eje longitudinal en su parte central, La distribución de la intensidad de la ocupación del suelo (ver Plancha
acompañado, de otros menores en el oriente; mientras que Misiones 4. Fig. A), permite observar que además de la especialización provincial
muestra tres ejes longitudinales de mayor densidad, pero de extensión y señalada, las áreas bajo cultivo en cada una de ellas tienden a formar
jerarquía diversas. núcleos más o menos dispersas, según un esquema semejante al que
presenta la densidad de población.
Estas distribuciones resultan de una conjunción de factores naturales e
históricos que han contribuido a esa discontinuidad de la ocupación y Dispersión y discontinuidad de ocupación y especialización, y falta de
también a su notable dispersión en un área tan extensa. Por otro lado cabe cohesión económica son las características más destacadas que se reve-
señalar que la irregularidad de los límites del área ocupada y la existencia lan en esta escala y, naturalmente, de ellas se puede inferir la heteroge-
de verdaderos apófisis de penetración humana en áreas no organizadas, neidad que presentarán sus diferentes paisajes.
constituyen indicadores de un proceso de ocupación reciente que todavía
no ha terminado de incorporar la totalidad del territorio a la actividad eco- La posibilidad de integrar estos núcleos de poblamiento y de actividad
nómica. En síntesis, discontinuidad y dispersión en un proceso reciente de en una región funcional articulada, presenta numerosas dificultades ya que
ocupación humana parecen ser las características más notables. cada uno de ellos, en función de esa especializa
ción y por obvias razones económicas, ha tratado de vincularla directa- Entre Ríos y Capital Federal en ese orden; (Corrientes lo hace con Entre
mente mediante cauces diversos con el gran mercado consumidor con- Ríos, Capital Federal y Buenos Aires; Formosa con Jujuy, Salta y Santiago
centrado en torno a Buenos Aires. La persistencia de este esquema cen- del Estero; y (Chaco se relaciona con Jujuy, Santa fe, Santiago del Estero,
trífugo de relaciones conspira lógicamente contra la integración alrededor Capital Federal y Buenos Aires pero el intercambio, de cargas entre las
de un centro nodal regional. cuatro provincias del Nordeste es ínfimo o sencillamente nulo.

Obsérvese que este conjunto de provincias y de paisajes diferenciados La larga persistencia de este esquema centrífugo ha generado la
podría haberse articulado en función de los elementos unificadores de su existencia de varias unidades funcionales independientes y, con ellas, la
fisiografía a través del gran dispositivo fluvial, que reúne en la confluencia falta de integración del Nordeste.
de los grandes ríos Paraná y Paraguay —donde se localiza el par urbano
Resistencia - Corrientes—, las condiciones potenciales de centralidad para El proceso de pavimentación de los caminos carreteros, que se inicia a
convertirse en núcleo organizador. Pero el esquema ferroviario, que en las partir de la década del 60, va generando un diseño que si bien se asemeja
últimas décadas del siglo pasado prolongó los rieles de la apretada malla al dispositivo ferroviario, tiende también a conformar una incipiente red de
pampeana hasta el subtrópico, contribuyendo básicamente a la unidad integración regional, en la cual el puente General Belgrano, que une Re-
nacional, poco hizo por la integración regional del Nordeste que, por otra sistencia y Corrientes, aparece—junto con las rutas que convergen en él—
parte, no era su objetivo. Las cuatro capitales provinciales Posadas, Co- como los elementos unificadores más importantes. Esta red vial no al-
rrientes, Formosa y Resistencia se convirtieron en punta de rieles pero canza, por ahora, a vencer la inercia de un esquema de movimientos ya
ninguna de ellas se vinculó directamente entre sí mediante el ferrocarril. La consolidado por el tiempo y por un complejo de causas de mayor alcance y
línea troncal de la Mesopotamia, de trocha media al llegar al sudeste co- de mayor peso relativo.
rrentino (Monte Caseros) se dividió en dos ramales de penetración: uno
hasta Posadas y otro hasta Corrientes La red chaqueña, de trocha angosta, En síntesis, las provincias del Nordeste consideradas a escala conti-
procuró la salida de las provincias del Noroeste hacia los grandes ríos del nental y nacional, no parecen gozar de una situación de privilegio; y a nivel
Litoral, pero no llegó a conectar sus capitales en forma directa (ver Plancha regional presentan un cuadro manifiesto de diversidad y desarticulación
4, Fig. B). funcional.

Cabe agregar que, con excepción de la Patagonia que sólo cuenta con En este capítulo inicial, al enfatizar los problemas que plantea su
vías de drenaje hacia los puertos atlánticos y carece de organización re- geografía y al insistir en algunas características poco promisorias, no in-
gional, el caso de las provincias del Nordeste es único dentro del elenco tentamos contribuir a un catálogo de desventuras del Nordeste, sino que
regional del país, y es una muestra de su falta de articulación y de la in- nuestro propósito se dirige deliberadamente a provocar la reflexión del
capacidad para generar un centro o polo regional al estilo de Tucumán en docente y del alumno y a suscitar la búsqueda y la proposición de las so-
el Noroeste, de Córdoba en la región Centro de Mendoza en Cuyo, o de luciones que se estimen más adecuadas a cada caso particular, ya que la
Bahía Blanca en el Comahue. geografía no es estática, ni inmutable, sino que permanentemente la es-
tamos haciendo.
Los flujos de transporte ferroviario, correspondientes al año 1979 (Cf.
BARBERO y YANES, 1985), permiten advertir que el origen y el destino de En los capítulos siguientes trataremos de identificar aquellos factores
las cargas se organiza de acuerdo al siguiente esquema: Misiones se de mayor peso que contribuyeron a la discontinuidad y diversidad geográ-
vincula casi exclusivamente con Buenos Aires, fica de sus componentes naturales (Cap. II) y de
los asentamientos humanos (Cap. III), a los efectos de situar el pro- CAPÍTULO II
ceso económico y social de la región (Cap. IV) en un marco más objetivo
que nos permita intentar respuestas más atinadas sobre los interrogantes LA DIVERSIDAD FISIOGRAFICA
planteados en este capítulo inicial.

Entre la plataforma estructural misionera con sus paisajes de sierras y


selvas, la planicie correntina, donde se ensamblan esteros, lagunas y lo-
madas arenosas, y la cuenca sedimentaria chaqueña, más nivelada y
monótona, se pueden advertir diferencias manifiestas mediante algunos
escalones morfológicos marcados. Ellos obedecen a un pasado complejo,
donde los derrames basálticos del Triásico y los movimientos diferenciales
de bloques de los últimos tramos de su historia geológica han dejado hue-
llas perdurables entre las que se destacan, por su mayor vigor, la franja de
contacto entre las sierras de Misiones y la planicie del nordeste correntino y
también la gran falla del eje fluvial Paraguay-Paraná, que señala la línea de
oposición entre la alta barranca correntina y la ribera baja e inundable del
Chaco oriental.

A estos contrastes definidos se superpone un factor diferencial de


primera magnitud, se trata del gradiente climático —especialmente hídri-
co— que impone notables diferencias entre el este y el oeste, desde el
confín oriental de la densa selva misionera, con lluvias abundantes y
grandes excesos de agua, hasta el occidente chaqueño, donde los signos
de la continentalidad, de la aridez creciente y del arreísmo revelan una
imagen diametralmente opuesta.

II. A. El gradiente hídrico

Si bien la posición latitudinal del Nordeste coincide con la zona de Altas


Presiones Subtropicales, por hallarse en el interior continental —en el
sector donde se interrumpe el cinturón antici
clónico por la depresión térmica del Noroeste argentino— ocupa el primavera, empieza su traslado hacia el interior continental hasta locali-
área de desarrollo de un collado isobárico que facilita los intercambios zarse, en pleno verano, en el ámbito del Noroeste argentino. Al finalizar la
meridianos de masas de aire desde las células generadoras: anticiclones estación cálida retrocede hacía las costas atlánticas, a las que llega nue-
semipermanentes del Atlántico y del Pacífico meridional y de las células vamente en el invierno. El desplazamiento de la isohieta de 100 milímetros
móviles que se desprenden de este último. mensuales representado en las Figs. A y B de la Plancha 5, ilustra este
cambio estacional.
Las posiciones medias de estos centros de acción y sus cambios es-
tacionales introducen marcadas diferencias en la circulación atmosférica De manera que en el tramo intermedio entre los extremos menciona-
regional que se trasuntan básicamente en el régimen hídrico: monto y dos, el área lluviosa pasa dos veces por año, generando así los regímenes
marcha anual de las lluvias. complejos que ilustra el perfil esquemático de la Fig. C. Este corte zonal
permite señalar dos franjas submeridianas de cambio de régimen: una
Durante el invierno se constata en estas latitudes la existencia de un entre los meridianos 55° y 56° W. montando el límite político entre las
núcleo lluvioso bien definido en las proximidades del Atlántico, que cubre provincias de Corrientes y Misiones, y otra entre 61° y 62° W. Estas lon-
los estados brasileños del sudeste y el oriente de Misiones, es decir, los gitudes críticas, o de discontinuidad, permiten reconocer tres tipos de re-
ámbitos de desarrollo de la cuenca del Iguazú y las nacientes del Uruguay. gímenes pluviométricos en el ámbito del Nordeste: uno subatlántico, con
Este núcleo lluvioso se origina en un área ciclónica muy activa en estación dos máximos de lluvias —en mayo y en octubre—, que es característico de
fría, en el momento en que el Frente Polar se encuentra desplazado hacia Misiones; un régimen subcontinental, desarrollado sobre la provincia de
el norte de su posición habitual y llega a estas latitudes con mayor fre- Corrientes y el oriente chaqueño, con dos o tres máximos —noviembre,
cuencia, las depresiones dinámicas que se generan en esa zona frontal o enero, con un solo máximo concentrado en el corazón del verano. La Fig. D
de contacto entre el aire polar que conducen desde el sur los anticiclones ilustra la extensión de estos regímenes y la distribución de las lluvias
móviles y el aire tropical atlántico, producen, las copiosas lluvias de esta- anuales.
ción fría, incrementadas en alguna medida por el efecto orográfico adi-
cional de las sierras y planaltos. La disminución de los montos pluviométricos desde el oriente hacia el
interior y los aludidos cambios de régimen, tienen naturalmente una mar-
En época estival cambian las causas y también la posición del área cada incidencia en el balance hídrico de cada una de las áreas. En la Fig, E
lluviosa. El calentamiento del interior continental, especialmente en el el perfil zonal del balance hídrico, trazado sobre el sur del Chaco, norte de
sector árido del Noroeste argentino, contribuye a la profundización de la Corrientes y centro de Misiones hasta Puerto Iguazú, permite observar que
llamada "baja cálida" o "depresión térmica.", que succiona el aire húmedo las escasas lluvias del Chaco occidental, por estar concentradas en el
del Atlántico hacia el interior, de modo que el área lluviosa se traslada hacia verano, cuando la evapotranspiración potencial es máxima, se traducen en
este ámbito. Los procesos de precipitación obedecen entonces a la mar- marcados déficit hídricos: y a medida que avanzamos hacia el oriente se
cada inestabilidad del aire húmedo, de origen marítimo deslazándose so- entra progresivamente en ambientes con deficiencias temporarias o con
bre un continente recalentado; y también a las perturbaciones (líneas de algunos períodos de reposición de humedad en el suelo, luego siguen
inestabilidad) que acompañan a los empujes fríos desde el sur. áreas con excesos estacionales y finalmente, a partir del límite corren-
tino-misionero, los excedentes de agua son la norma.
Observando la marcha anual de este proceso se advierte que el núcleo
lluvioso invernal del oriente, a medida que entramos en la La yuxtaposición de ambos campos de diferenciación, el mor
fológico antes aludido y el hídrico, es decir, la coexistencia de determina- ataca los flancos de la divisoria de aguas constituida por el actual eje se-
das alturas, pendientes y tipos de roca madre, con cada una de las rrano central, verdadero remanente del nivel original de la antigua planicie
combinaciones climáticas que derivan de la gradación pluviométrica, ge- mesozoica.
nera condiciones edáficas y de drenaje particularizadas sobre espacios
más reducidos y, a la vez, incide marcadamente sobre las formaciones Este desarrollo genético permite diferenciar tres sistemas de pen-
vegetales que otorgan personalidad y definición manifiesta a una serie de dientes que se disponen, a grandes trazos, en forma paralela al dispositivo
unidades naturales. fluvial: dos rellanos laterales sobre los valles, naturalmente más desarro-
llado el del Paraná y más estrecho y accidentado sobre la banda del Uru-
guay; un eje serrano central con relieve ondulado, remanente de la antigua
II. B. La plataforma estructural misionera y los paisajes de selva planicie, y dos bandas intermedias, sobre ambos flancos serranos, con
terrenos quebrados, marcadas pendientes y sujetos a fuerte erosión hí-
drica. En la Plancha 6, la Fig. A permite advertir este sistema de pendien-
Si bien la provincia de Misiones ha sido incluida dentro de la región tes; la distribución esquemática de los tipos de suelo, representada en la
natural enmarcada por los ríos Paraná y Uruguay — denominada "Meso- Fig. B (mapas según Atlas General de la Provincia de Misiones, 1978),
potamia" por DE MOUSSY, en 1866— sus rasgos fisiogeográficos parti- refleja las características del dispositivo morfológico descripto.
culares, dentro del espectro regional argentino, permiten considerarla
como una unidad individual, con caracteres distintivos, que la diferencian Bajo el clima húmedo actual la descomposición de las rosas del sus-
marcadamente del resto del país. En efecto. Misiones constituye —como lo trato, con alto contenido de hierro, ha originado la formación de los suelos
señaláramos— el apéndice de la Argentina subtropical dentro de ese vasto rojos característicos de todo el territorio misionero, con excepción de los
conjunto natural que cubre el sur del Brasil y el oriente paraguayo, al cual acantilados fluviales y perfiles rocosos.
se vincula genéticamente; su paisaje de plateau tiene su origen en las eras
Paleozoica y Mesozoica, cuando se depositan las capas sedimentarias que En este ambiente se ha desarrollado el paisaje de selvas, en especial
cubren el basamento cristalino, en especial las areniscas rojas —conocidas hacia el oriente de la franja de cambio del régimen pluviométrico que
como estratos de Río do Rasto y areniscas de Sao Bento— y la grandiosa constituye el límite climático de esta formación fitogeográfica; sus ca-
efusión basáltica del Triásico que cubrió aquellas areniscas y las endureció racterísticas sobresalientes radican en su gran densidad y en la existencia
notablemente por procesos de metamorfismo. de dos o tres pisos arbóreos, a los que se agregan lianas y epífitas y un
suelo tapizado de arbustos e hierbas. Las condiciones térmicas, espe-
Sobre este sustrato originario y bajo un clima con grandes excesos cialmente las heladas, reducen la riqueza florística de la selva misionera,
hídricos, la intensa erosión fluvial ha recortado con incisiones más o menos que no alcanza el desarrollo pleno que se logra más al norte sobre Para-
profundas, acentuadas por movimientos epirogénicos de ascenso, la alti- guay y Brasil (Cf. HAUMAN, 1947). La Fig. C ilustra la extensión actual de
planicie primitiva, conformando así un plateau abovedado que desciende la selva y las áreas abiertas o desboscadas por acción antrópica para
hacia los colectores: ríos Paraná y Uruguay. La densa red hidrográfica ha establecer las actividades agraria y forestal. La Fig. D muestra los rasgos
provocado mediante este proceso el vaciamiento de las bandas laterales sobresalientes de esta formación que CABRERA (1971) denomina Pro-
del territorio misionero a partir de los colectores aludidos y, por erosión vincia Subtropical Oriental.
remontante,
Las diferencias topográficas, generadas en los movimientos
epirogénicos y en los ciclos de erosión fluvial, permitan distinguir niveles y Hacia el confín oriental, en la divisoria de aguas de los
pendientes cuyas condiciones ecológicas —suelos, abrigo climático rela- ríos Iguazú y Alto Uruguay, las sierras se levantan paulati-
tivo y caracteres hidrológicos— se reflejan en la fisonomía y en la compo- namente hasta conformar el Alto Misiones (2), verdadera
sición florística de la selva, y brindan la posibilidad de reconocer (cinco penetración en territorio argentino de los caracteres origi-
unidades fisiográficas (ver Fig. E): Las Sierras Misioneras (1), el Alto nales del paisaje de planaltos del sur brasileño. Se trata de
Misiones (2), los valles del Paraná (3) y del Uruguay (4), y los Campos una planicie sobreelevada por movimientos epirogénicos re-
Submisioneros (5) En una escala menos generalizada podrían agregarse cientes que han posibilitado un proceso de incisión fluvial
—como la hace MARGALOT (1975) — dos bandas laterales a ambos lados sobre los derrames basálticos y las areniscas rojas, y el en-
de las sierras, que corresponden a las áreas de selvas con pendientes cajonamiento de los meandros. De este proceso reciente y de
abruptas. los ciclos de erosión más antiguos resulta el aspecto ondu-
lado y colinoso de la morfología actual del nordeste misio-
Las Sierras Misioneras (1) constituyen la columna nero, región a que DAUS (1971) denominara “altiplanicie de
vertebral que separa los cortos y torrentosos afluentes del Guaimbé” Las condiciones climáticas de este ámbito se de-
Paraná y del Uruguay. Desde ese eje central, entallado a finen por un monto pluviométrico elevado —superior a los
trechos regulares por el sistema autóctono de drenaje, se 1.800mm.— y por las variantes que introduce la altura de la
desprenden hacia los colectores los interfluvios tabulares que planicie en el medio subtropical (500 a 800 metros sobre el
dan aspecto accidentado —relieve colinoso-- a los flancos nivel marino), en cuanto exacerba las bajas temperaturas
serranos. Sobre las superficies onduladas de la cima se invernales y pueden llegar a provocar nevadas excepciona-
desarrollan suelos profundos sobre rocas basálticas y tam- les, cuyos efectos se hacen sentir hasta la cumbrera de la
bién tramos de suelos pedregosos con escasas pendientes. región centro-misionera. A los distintos pisos de la selva se
La altura de la divisoria de aguas se eleva progresivamente agrega en este ambiente, a partir de la isohipsa de 600metros
de sudoeste a nordeste, desde la sierra del Imán (400 metros la presencia dominante del pino misionero pino Paraná
aproximadamente) a la sierra de Misiones (600 metros), ni- (Araucaria angustifolia), que también ha dado nombre al Alto
veles suficientes para aumentar los efectos nocivos de las Misiones: “Distrito de los Pinares” o "región de la Araucaria"
heladas invernales. La selva se compone de tres estratos (HAUMAN, 1947). A partir de la localidad de San Pedro este
arbóreos de alto porte y considerable riqueza florística —en árbol característico adquiere marcado predominio, a veces
promedio 45 especies leñosas por hectárea (DAUS, 1957) acompañado por otras especies valiosas como el cedro en
— a los que siguen pisos.de bambúceas, estratos arbus- asociación con la yerba mate; se trata indudablemente del
tivos y herbáceos. Si bien la composición variable de la ve- borde occidental de esa gran formación del sur brasileño
getación no permite destacar especies dominantes, la fre- denominada ''Pinheiros de los planaltos." (RAGONÉSE y
cuencia de alguna de ellas o la presencia de otras relativa- CASTIGLIONI, 1946).
mente raras en el ámbito selvático, han permitido distinguir el
Distrito de los laureles, en la vertiente occidental de la sierra; Desde el dilatado eje serrano central se desciende
el Distrito de los helechos, en la vertiente uruguaya; y el Dis- bruscamente hacia los rellanos laterales mediante marcados
trito del Urunday; en e| extremo meridional de la sierra desniveles, con suelos pedregosos sobre base basáltica,
(MARTÍNEZ CROVETTO, 1963) hasta llegar a los valles del Paraná (3) y del Uruguay (4),
donde la presencia fluvial y las escasas alturas mitigan los
efectos de las heladas invernales. En estos ambientes más Los materiales de la cubierta exterior se caracterizan
protegidos, con frecuentes neblinas, suelos profundos y de todavía por la presencia de óxido de hierro y allí se mantiene
menor pendiente, dominan las selvas en galería que penetran la tierra roja, especialmente en las partes más altas, mientras
hacia las sierras centrales a través de los afluentes locales. que en los valles con densas galerías aparecen las tierras
Esta selva hidrófita se hace más rica, densa y variada que en negras.
el ambiente serrano, pero pierde en altura media.
Sobre el límite hídrico, indicado por la franja de cambio
Se trata de una formación de dos estratos arbóreos que del régimen pluviométrico, la selva misionera cede ante el
componen un dosel continuo con lianas y epífitas, y que desarrollo de la sabana, compuesta por vegetación herbácea
reúne entre las especies significativas el timbó y el sauce y arbustiva con manchones de árboles y finas galerías, pai-
criollo; a los que se agrega, en forma casi exclusiva sobre la saje que justifica la denominación de "campos".
ribera de los grandes ríos, la tacuara grande (Guadua an-
gustifolia). En síntesis, el dispositivo fisiográfico misionero se organiza sobre la
base de tres ejes longitudinales representados por los valles de los grandes
El descenso impetuoso de los cursos fluviales desde la ríos marginales y por las sierras. Un perfil transversal esquemático de la
sierra central hasta los niveles inferiores de los colectores ha parte media de Misiones, que incluya la topografía, los tipos de suelos y la
fraccionado transversal mente los rellanos laterales mediante vegetación actual (ver Fig. F), pone de manifiesto la existencia de tres vías
valles amplios y también profundos surcos de erosión. El Alto de penetración y de roturación de la selva y, también, las áreas más ac-
Paraná, que ha podido elaborar un hondo cauce, no presenta cidentadas y con mayores dificultades para la ocupación humana. Allí la
insalvables rupturas de pendiente, a diferencia del lecho selva aún se mantiene.
tortuoso e irregular del Alto Uruguay, con lo que se convierte
aquella arteria en la vía de penetración más adecuada para
adentrarse en el paisaje selvático misionero.
II. C. La planicie correntina
Montando el límite político con la provincia de Corrientes
se desarrolla el paisaje de los Campos Submisioneros (5),
llamado también "planicie de Apóstoles"; se trata del ámbito
de enlace entre la planicie correntina y la plataforma estruc- No obstante integrar el ámbito de las llanuras argentinas con escasas
tural misionera. El se integra con la continuación meridional diferencias altimétricas, la provincia de Corrientes presenta una alternancia
de la Sierra del Imán que, al occidente de los arroyos Chi- especial de niveles y de formas con notable repercusión fisiográfica. Las
miray e Itaembé —límite político—, conforma la planicie de alturas mayores apenas superan los 200 metros en el ángulo limítrofe con
San Carlos y más al sur las lomas de Virasoro, que des- Misiones, y las menores, en el sudoeste provincial están próximas a los 30
cienden rápidamente hacia los llanos del Aguapey en el metros sobre el nivel marino. La mayor proporción de la superficie provin-
nordeste correntino. Los excesos de lluvia y las pendientes cial está comprendida entre alturas medias que van de 60 a 80 metros.
aún marcadas dan lugar a un rápido escurrimiento de las
aguas y a la formación de surcos de erosión que separan los En la Plancha 7, Fig. A, podemos distinguir sectores bajos, con alturas
trozos más elevados, a manera de lomas desprendidas de la inferiores a 60 metros, que se encuentran acompañando las
central.
riberas de los grandes ríos marginales y un área particularmente deprimida geológico complejo. En efecto, el ámbito provincial constituye una gran
en el ángulo sudoeste, desde la latitud de Goya hasta el Guayquiraró y que planicie de acumulación sedimentaria cuya historia "comienza" con el
remonta el curso del río Corriente hasta llegar a la cuenca del Ibera. Los Mesozoico; ella fue cubierta durante el Triásico por esa enorme colada
sectores altos, circunscriptos por la isohipsa de 80 metros, son disconti- lávica que afectara la plataforma misionera. El derrame basáltico se fue
nuos: uno se sitúa en el nordeste, continuando las sierras de Misiones, y adelgazando a medida de su avance hacia el occidente, de modo que en la
otro en el centro-sur —con niveles medios del orden de los 100 metros— actualidad podemos constatar una inclinación de su techo, en sentido
conocido como "mesada de Mercedes”, "meseta de Curuzú" o "planicie de este-oeste, mediante la observación directa de sus afloramientos en las
Paiubre'''. El sector de medianas alturas se encuentra entre los prece- riberas del Uruguay y del Alto Paraná y su hundimiento en el norte de la
dentes cubriendo la mayor parte del ámbito provincial. provincia de Santa Fe, donde las perforaciones realizadas han localizado
estas rocas a 800 metros de profundidad.
De la asimetría en la posición relativa de estos tres niveles surge un
notable contraste entre las mitades norte y sur de la provincia. Siguiendo el Esta primitiva planicie Triásica a diferencia de lo ocurrido en Misiones,
paralelo 28° S, desde el valle del Paraná hasta el arroyo Chimiray (ver fue ahogada por la sedimentación marina, y continúa (depósitos del Me-
perfiles en la Fig. A) se pueden diferenciar tres tramos: uno oriental, más sopotamiense y Puelchense, TERUGGI, 1970). En el Terciario, las grandes
elevado (170 metros) que corresponde al descenso de los Campos Sub- fallas y fracturas producidas por el empuje del plegamiento Andino afec-
misioneros hacia el valle del río Aguapey; un tramo central donde se taron las bases hasta ese momento constituidas, generando nuevos con-
desarrolla la cuenca inundable del Ibera, con alturas del orden de los 60 trastes; a principios del Cuartario habría tenido lugar la falla del Paraná y la
metros; y un tramo occidental algo más elevado, constituido por lomadas sobreelevación del bloque mesopotámico, a lo que siguió el lento proceso
arenosas. de erosión fluvial que diera los toques finales al actual paisaje correntino. El
mapa Geo-Agrológico de BONARELLI y LONGOBARDI (1929), reprodu-
En la mitad meridional de la provincia, a la altura del paralelo 29° 30' cido en forma simplificada en la Fig. B, permite advertir la disposición de los
Sur, entre los ríos Paraná y Uruguay, podemos distinguir también tres elementos superficiales que caracterizan el suelo correntino.
secciones diferenciadas y opuestas a las anteriores: una central, o planicie
del Paiubre, se destaca por su condición de bloque antiguo con suaves La escasa altura de la provincia no es un factor climático destacado por
pendientes hacia el río Miriñay y algo más pronunciadas hacia el río Co- cuanto no es suficiente para alterar las condiciones térmicas, pero la di-
rriente; una sección oriental, entre el Miriñay y el Uruguay, sin grandes versidad topográfica genera ciertos sitios abrigados sobre los que actúan
irregularidades y suave inclinación; y una sección occidental, la más de- menos los vientos fríos del sur durante el invierno. Estos sitios bajos, aso-
primida, abarca una serie de lomadas arenosas y el lecho de inundación ciados a la presencia de aguas estancadas —fuentes de evaporación
del Paraná. El límite de esta última con el Paiubre está definido netamente permanente— alejan los peligros de heladas en la sección norte de la
por una ruptura de pendiente por la cual se precipitan los profundos arroyos provincia; pero no ocurre lo mismo en las zonas altas del Paiubre, donde la
que concurren a la ribera izquierda del río Corriente, margen inundable y frecuencia de bajas temperaturas y heladas intensas es mayor por estar los
pantanosa situada a niveles inferiores. suelos más secos y abiertos a las irrupciones de aire frío.

La confrontación de estos perfiles zonales permite obtener, en un Bajo estos soportes básicos el ambiente vegetal (ver Fig. C)
primer intento, la definición de seis ambientes con límites meridianos más o
menos nítidos, cuyos orígenes se vinculan a un pasado
refleja la diversidad de medios de un modo más evidente y facilita la dife- occidental alterna con algunas lomadas de arena que sirven
renciación de seis unidades paisajísticas, representadas en la Fig. D: los de soporte para los asentamientos humanos.
Campos Submisioneros (5) —continuamos la numeración de las unidades
de Misiones ya descriptas—, la Cuenca del Ibera (6), el Triángulo de la El Triángulo de la Capital (7), limitada por el Paraná al
Capital (7), los Malezales del Aguapey-Miriñay (8), la Planicie del Paiubre norte y al oeste, y por una línea que sigue aproximadamente
(9) y los Bajos del río Corriente (10). los esteros y río Santa Lucía, circunscribe una región de re-
lieve chato y suaves pendientes al oeste y sudoeste, como lo
La Cuenca del Ibera (6) se encuentra definida hacia el evidencia la red hidrográfica. El paisaje se caracteriza por la
oriente por una angosta franja de formaciones medanosas ondulación impuesta por las lomadas de arenas Puelchenses
que la separan de la cuenca del Aguapey; el límite sur es más y los viejos valles sobre gredas Araucanas por donde se
preciso debido a las alturas más significativas del Paiubre, abrieron paso los antiguos brazos del Paraná. Estas lomadas
mientras que hacia el occidente, los esteros del Santa Lucía orientan los cursos fluviales con marcado paralelismo.
más que un límite neto constituyen una transición entre las
condiciones típicamente iberanas y aquellas del Triángulo de La vegetación dominante es la pradera, especialmente
la Capital; es decir, cuando las lomadas predominan sobre el en las superficies de medianas alturas; sobre el tapiz her-
ambiente de esteros y lagunas. Entre estos contornos, más o báceo se sitúan isletas arbóreas salpicando las lomadas. Se
menos precisos, la cuenca del Ibera presenta una morfología trata del "Subdistrito Correntino", integrado al "Distrito del
simple sin marcados contrastes de altura, salvo una ínfima Bosque Chaqueño", según la división de RAGONESE y
pendiente hacia el sudoeste que provoca el derrame y alar- CASTIGLIONI (1970). Las sabanas están constituidas por
gamiento de los innumerables cuerpos de agua-esteros, pasto colorado y en los terrenos bajos dominan la paja brava,
bañados, lagunas-y cursos fluviales— que, a modo de ca- la totora y los juncos.
nales internos, se abren paso hacia el río Corriente.
Este paisaje, en síntesis, se caracteriza por el fraccio-
Bajo el clima húmedo actual constituye el sitio de reunión namiento impuesto por la topografía y el drenaje y la escasa
de las formaciones fitogeográficas vecinas, tales como la fluidez para las comunicaciones. La denominación "Triángulo
degradación de la selva misionera, del parque chaqueño y del de la Capital", propuesta por BONARELLI y LONGOBARDI
monte entrerriano (BONARELLI y LOMGOBARDI, 1929). (1929), si bien tiene contenido antropogeográfico o histórico,
Según RAGONESE y CASTIGLIONI (1970) constituye el coincide con un área natural definida.
"distrito hidrofítico" del Parque Chaqueño Oriental. Los es-
teros están poblados por pajonales de paja brava, espe- Los Malezales del Aguapey-Miriñay (8) desbordan los
cialmente en las zonas menos profundas, mientras que la límites indicados por estos ríos y se extienden desde la
totora y el junco alcanzan longitudes de hasta tres metros margen derecha del Miriñay hasta sobrepasar el curso del
para sobresalir de la superficie del agua. Se trata, en suma, Aguapey. Los límites norte y sur están fijados por el reborde
de un paisaje palustre subtropical que constituye una enorme iberano y la ribera del Uruguay. Las formas casi planas (70
valla central para las comunicaciones internas de la provincia; metros) apenas están alteradas por suavísimas ondulaciones
y en su parte en cuyas fases negativas se intercalan bañados
poco profundos que dificultosamente llegan a los colectores. plataforma antigua, de mayor altura, destruida por procesos
Las fases positivas se destacan como lomas, a cubierto de erosivos que provocaron la acumulación del material detrítico
las inundaciones, que son aprovechadas para los casos de sobre las rocas subyacentes. En las pendientes dominan las
las estancias. Estos llanos están constituidos por sedimentos arenas y arcillas y en el fondo de los valles las tierras negras,
terciarios arenoarcillosos que ocultan la base de rocas anti- mientras que las lomas han sido despojadas de las partículas
guas y por algunas pequeñas lomas de arenas rojizas que finas quedando solamente las arenas gruesas poco aptas
aparecen esporádicamente como manchones recostados para la agricultura.
sobre el río Uruguay donde son aprovechadas para la im-
plantación de los centros poblados. Desde los flancos laterales hacia los sectores más ele-
vados del Paiubre la vegetación se torna más xerófila y ad-
Los suelos arcillosos y la escasa pendiente general ori- quiere el carácter del monte; es decir, árboles y arbustos
ginan un drenaje precario que da lugar a la formación de lo bajos reunidos en bosquecillos ralos que alternan con pra-
que Zacarías SÁNCHEZ (1894) denominara "Gran Malezal deras y palmares, y cuyo conjunto suele llamarse local-mente
del Ibibaí", es decir, "mal piso" o también “barrial gredoso", "Espinillar". Corresponde precisamente a la Provincia del
como lo describe el IGM. Se trata de una sabana compuesta Espinal (CABRERA s/f), es decir, a la franja que marca la
especialmente por espartillares muy ricos en especies her- transición con la estepa pampeana de Entre Ríos. Sobre los
báceas megatermas, cuyo aspecto general es el de una es- flancos y hacia los ríos marginales se desarrollan las galerías,
tepa xerófila a menudo interrumpida por pajonales y juncales. o cortinas arbóreas que acompañan los valles fluviales refu-
En esta comarca coalescen algunas especies características giando en su ambiente más húmedo sus esencias hidrófilas.
de la selva misionera, que bajan desde el norte, y otras que
corresponden a las avanzadas septentrionales del monte Los Bajos del río Corriente (10) se sitúan en el ángulo
entrerriano. sudoeste de la provincia y están separados del Paiubre por
una línea que une aproximadamente las localidades de
Este enorme plano inundable ofrece sus mejores po- Sauce, Perugorría y Chavarría. El relieve es semejante al del
sibilidades en los rebordes arenosos del Uruguay, que con- Triángulo de la Capital aunque difiere en la disposición y
centran la población y la actividad comercial de todo el ámbito desarrollo de las lomadas. Aquí se dirigen en sentido casi
del malezal. meridiano, son algo más chatas y alcanzan gran desarrollo
horizontal, por lo que se disimulan como verdaderas lomadas.
La Planicie del Paiubre (9), asentada sobre una base Se trata de dorsos arenosos, restos de un aparato de delta-
de rocas triásicas, sufrió movimientos ascensionales re- ción, que hacia el norte separan las aguas del Santa Lucía y
cientes y la consecuente acentuación de la erosión fluvial del Batel, y en el sur definen los cursos del Sarandí, del Ba-
disectó la plataforma primitiva originando un paisaje de inter- rrancas y del Guayquiraró. La parte norte del área, próxima a
fluvios que se desgaja hacia los colectores —los ríos Co- la cuenca del Ibera, está formada por materiales transpor-
rriente y Miriñay— y se unen a un domo principal, a modo de tados por los numerosos cursos que bajan del Paiubre hacia
columna vertebral, con alturas superiores a los 100 metros la margen izquierda del Corriente, aluvionamiento que ter-
(CASTELLANOS, 1959). minó por rellenar el extremo de

Estas lomas deben considerarse como residuos de una


la cuenca por la cual se extendía el Ibera hacia el sud- extensión (FRENGUELLI, 1925), fosiliza las estructuras más antiguas, sólo
oeste (CASTELLANOS, 1959). conocidas a través de perforaciones o por prospección sísmica.

En este ambiente podemos distinguir tres fajas meri- Los efectos de diastrofismo andino se vinculan a la formación de un
dianas, una central de lomadas arenosas —la más apta— y sistema de fallas ortogonales y paralelas a la pendiente general, noroes-
dos laterales más bajas. Las praderas de Paspalum, An- te-sudeste, ya la disociación de los bloques subyacentes. Estas condicio-
dropogon y Stipa se extienden sobre las lomadas, a veces nes tectónicas son el resultado de la segunda y tercera fase del Terciario y
invadidas por isletas arbóreas, y hacia los bajos laterales de los movimientos tardíos producidos durante el Cuartario.
domina el pajonal de espartillo y pasto colorado.
El sistema de fallas submeridianas, el más importante, provocó una
En síntesis, aún cuando la provincia de Corrientes forme parte de las serie de rupturas en la pendiente general, aunque amortiguadas por la
llanuras argentinas y específicamente haya sido incluida en la denominada espesa pila sedimentaria. La más visible de estas fracturas la constituye la
"región Mesopotámica"; es decir, un área tácitamente homogénea que línea Paraguay-Paraná que separa, a través de rechazos marcados, el
conduce a imaginar una especial uniformidad de su paisaje, en otro grado bloque levantado de la Mesopotamia respecto de la baja ribera chaqueña
de generalización geográfica pueden advertirse límites internos bastante (FRENGUELLI, 1922). Hacia el poniente se escalonan otras fracturas de
nítidos separando áreas fuertemente diferenciadas. rumbo semejante que llevan a un alto grado de despedazamiento y de
movimientos diferenciales de bloques que se reflejan en la presencia de
II. D. Los llanos boscosos del Chaco fosas secundarias y umbrales subterráneos, decisivos en la circulación de
las aguas profundas y en las condiciones del drenaje superficial. Tal dis-
A partir del surco Paraguay-Paraná se levanta paulatinamente hacia el posición de los bloques subyacentes permite distinguir en una primera
oeste el gran plano inclinado que constituye la llanura del Gran Chaco. aproximación tres grandes conjuntos de desarrollo submeridiano: una
Desde los 50 metros sobre el nivel marino en el surco fluvial hasta los 350 cuenca oriental nítidamente limitada al este por el valle del Para-
metros en los faldeos subandinos y peripampásicos existe una distancia de guay-Paraná y desdibujada al occidente por resaltos de falla atenuados o
600 kilómetros dominada por la monotonía de una planicie sin alteraciones por aumentos más bruscos de la pendiente; allí comienza el pilar central
topográficas destacables a simple vista, pero discernibles a través de la alzado como divisor de ambientes (corresponde al "arco Cordobés Orien-
dinámica de sus aguas superficiales y de sus concomitancias en el mundo tal-Charata-San Hilario de PADULA y MINNGRAM, Cf. MORELLO, 1967);
biológico. y hacia el oeste la criptodepresión occidental, correspondiente a la cuenca
de Alhuampa-Mar Chiquita, cuyo basamento estaría a más de 4.000 me-
Entre el levantado bloque mesopotámico-paraguayo y el arco de las tros de profundidad. En la Plancha 8 la Fig. A muestra los rasgos más
sierras Pampeanas y Subandinas se interpone esta gran cuenca tectónica destacados de la topografía y de la tectónica chaqueña.
—graben— rellenada por capas sedimentarias sucesivas originadas en la
erosión ejercida sobre los macizos del occidente. La cobertura superior, El drenaje de la planicie se caracteriza por numerosos elementos de
formada por la serie estratigráfica del Pampeano, con terrenos loéssicos y anormalidad: sistemas autóctonos y alóctonos en constante des-
limoloéssicos en casi toda su plazamiento horizontal, acumulaciones de aguas permanentes y tempo-
rarias bajo la forma de bañados, esteros, lagunas y áreas sin drenaje
y valles secos (madrejones o caños) denuncian una inestabilidad en el La cubierta vegetal representa la síntesis de este complejo de condi-
espacio y en el tiempo asociadas a la débil pendiente general, a las dis- ciones estructurado sobre un canon este-oeste. El gradiente climático se
locaciones tectónicas, al régimen pluviométrico y a los cambios climáticos visualiza nítidamente en la disposición de las diferentes formaciones ve-
recientes (KEIDEL, 1948). getales escalonadas hacia el occidente, en el sentido en que se acentúan
sus caracteres xeromorfos. El mapa preliminar de subregiones de Jorge
En la franja oriental se aloja el sistema autóctono, alimentado por las MORELLO (MORELLO y ADAMOLI, 1967), representado en la Fig. C,
lluvias locales cuyos excesos se advierten a partir de la isohieta de 900 muestra esa sucesión regular.
milímetros hacia el oriente. La gran nivelación de la cuenca oriental explica
el desarrollo de amplios trenes de meandros y la formación de depósitos Atendiendo los lineamientos fundamentales de esa progresión natural
aluvionales de margen (albardones), que alcanzan niveles superiores a la de definida orientación zonal, podemos distinguir tres grandes ámbitos de
planicie circundante. El paulatino rellenamiento de los talwegs da lugar a la disposición submeridiana; el Chaco húmedo oriental, el central semiárido y
formación de verdaderos cauces colgantes y tapas sedimentarias (oblite- el occidental árido y un grupo de unidades subordinadas donde se desa-
ración) que, en épocas de creciente, generan derrames y desplazamientos rrollan armónicamente los factores más ponderables de la formación del
laterales. Los albardones impiden el drenaje de los interfluvios y contribu- paisaje.
yen a la proliferación de cañadas, esteros y lagunas.
Corresponden al Chaco oriental el Lecho de inundación del Para-
Hacia el centro de la planicie los caudales de la red autóctona se guay-Paraná (11) —continuamos con la numeración de las unidades pai-
empobrecen hasta asumir un carácter exclusivamente estival o bien des- sajísticas de Misiones y Corrientes—, la Planicie de Albardones y Depre-
aparecen totalmente en las áreas arreicas centrales. siones interfluviales (12), los Bajos Sudchaqueños y Grandes Bajos Sub-
meridionales (13) y el Lomo sudchaqueño-santafecino (14). Dentro del
El sistema alóctono, alimentado por las lluvias orográficas de los ele- Chaco central, o semiárido, se desarrollan la Cuenca del Patino y los Bajos
vados pisos de las sierras occidentales, está constituido por el Pilcomayo y del Téuco-Bermejito (15), la Planicie Centrochaqueña (16) y el Lomo san-
el Bermejo, que atraviesan sesgadamente la planicie hasta llegar a los tafesino-santiagueño (17). El ámbito árido del oeste está ocupado por el
colectores. Las condiciones tectónicas, morfológicas y climáticas han faci- Chaco leñoso (18). La Fig. D ilustra la disposición de estas unidades.
litado la desconexión entre los cursos superiores y los tramos inferiores
tributarios del Paraguay. Los derrames y los cambios de cauce constituyen El lecho de inundación del Paraguay-Paraná (11)
un fenómeno frecuente cuyas consecuencias se advierten en los innume- forma parte del valle ordinario y excepcional de ambos pó-
rables cauces secos (ríos muertos) que surcan la planicie y en la formación tamos y alcanza un gran desarrollo, especialmente desde
de antiguos albardones y franjas de aluvionamiento de noroeste a sudeste., Resistencia hacia el sur. El límite occidental de este plano
que explicarían a grandes trazos la disposición de las masas boscosas en inundable está definido por una terraza con marcados des-
isletas y abras alargadas en esa dirección. niveles. Las fluctuaciones extraanuales del Paraná inundan
un amplio valle —alcanza de 15 a 20 kilómetros de ancho— e
El sistema de pendientes, que se ha elaborado a través de estos invierten las líneas de flujo de sus pequeños afluentes de la
procesos, permite definir áreas con suelos mejor drenados y otras sujetas a margen derecha. La repetición de este proceso se advierte en
inundaciones con diversos grados de frecuencia, como lo ilustra la Fig. B. la extensión de los suelos hidromórficos y en los extensos
pajonales y palmerales que caracterizan el paisaje.
La Planicie de albardones y depresiones interfluvia- La débil pendiente hacia el sudeste lleva las aguas en
les (12) cubre el oriente de Formosa y del Chaco, desde el escurrimiento laminar hasta la depresión central, donde una
Pilcomayo inferior hasta el río Negro; tramo caracterizado por serie de lagunas se hilvanan para desaguaren el arroyo Go-
una sucesión regular de cursos fluviales, albardones, caña- londrinas y en el Salado inferior (MANZI y GALLARDO,
das y esteros que constituyen la secuencia topográfica e hi- 1962). El movimiento de las aguas se ve demorado por la
drográfica característica, originada en el proceso descripto de coincidencia entre el período de inundaciones por lluvias lo-
derrames y oscilación lateral. De los amplísimos planos cales y las crecientes ordinarias del Paraná en los meses de
inundables sobresalen los suelos de origen fluvial y algunos febrero, marzo y abril (MANZI y FRITSCHY,-1982).
pocos altos de terrenos limo-loéssicos; en los primeros se
aloja la selva de ribera y hacia los bajos laterales el palmeral Separando el valle del Paraná de los Grandes Bajos, el
reemplaza al bosque hasta degradar en amplios pajonales; Lomo sudchaqueño-santafesino (14), llamado también
mientras que los altos sobre suelos de origen lacustre al- "dorsal agrícola paranense" (MORELLO y ADAMOLI, 1974),
bergan isletas de monte fuerte con predominio de quebracho se levanta en forma alargada sobre un pilar tectónico origi-
colorado (Schinopsis balansae) y Urunday (Astronium ba- nado por fallas submeridianas; una occidental sigue la ca-
lansae) y, hacia los bajos, aparecen amplias coronas de ñada del Curupí y desde allí toma el rumbo del arroyo Go-
espartillares (Cf. MORELLO y ADAMOLl, 1974). Los altos londrinas y otra, oriental, continúa la cañada del Sábalo, el
albardones que acompañan a la red fluvial forman cordones arroyo del Rey y corta al Malabrigo (PASOTTI, 1958). Este
de tierras aptas para la agricultura, quizás las mejores de este lomo si bien no presenta formas convexas tiene mayor pen-
sector (Ct. LEDESMA, 1974). diente, resulta mejor drenado y por ello sus suelos son más
aptos. Sobre su borde occidental penetra hacia el sur el
Los Bajos Sudchaqueños y Grandes Bajos Subme- bosque chaqueño oriental, formando la llamada "cuña bos-
ridionales (13) se extienden desde el río Negro hacia el sur a cosa" del norte santafesino; se trata de más de dos millones
través de una amplia sucesión de terrenos inundables que se de hectáreas con amplio predominio de quebracho chaqueño
continúan por el centro de la provincia de Santa Fe, donde se y guayacán, actualmente como comunidad antropogénica por
los conoce como “Bajos Submeridionales” por su disposición efectos del desmonte.
norte-sur. Constituyen un fondo de palangana, de relieve
cóncavo sobre sedimentos lacustres, enmarcado por dos El Chaco central constituye una franja crítica por sus
flexuras laterales representadas por los lomos de oriente y condiciones climáticas transicionales y ello se revela en el
occidente. El suelo anegado por aguas saladas impide el drenaje; corresponde aproximadamente al "Chaco de par-
drenaje vertical y, en períodos de sequía, el ascenso capilar ques y sabanas secas" de MORELLO. Dentro de su común
saliniza amplias superficies, proceso que posibilita la exis- carácter semiárido las diferencias topográficas más señala-
tencia de toda la gama de los suelos halomórficos (CERANA, das imprimen rasgos de individualidad en algunos sectores.
1960). En tal ambiente dominan los pastos duros —espartillo
y pasto amargo— y en las leves ondulaciones positivas se En el norte, una franja de menores pendientes produce la
alojan isletas o árboles aislados: chañar, algarrobos, tala y expansión de las aguas de los cursos alóctonos en la
espinillo.
Cuenca del Patino y Bajos del Teuco-Bermejito (15), de Campo del Cielo” mediante un amplio lomo que sigue el
cuya formación de base está constituida por sedimentas ar- límite Chaco-santiagueño.
cillosos rojos —infracuartarios según GROEBER
(1958)-recubiertos por material fluvial reciente. En la gran Hacia el sur de la planicie central se levanta el Lomo
cuenca de sedimentación del Patino se deposita la enorme santafesino-santiagueño (17), como una lonja meridiana de
carga sólida arrastrada por las crecientes estivales del Pil- altas tierras limitadas al occidente por la falla del Tostado. El
comayo; el taponamiento de los cauces y los derrames late- ascenso de este pilar afectó el curso del Salado, que debió
rales son la consecuencia habitual. describir el amplio codo de Tostado para seccionarlo (CAS-
TELLANOS, 1961). Sobre sus pendientes, mejor drenadas se
Los bajos del Teuco-Bermejito (antiguo brazo) se com- ralean las especies características del Chaco central en am-
ponen de una serie de madrejones, o "caños", sub-paralelos y plias sabanas, y aparecen las xerófilas del ámbito occidental,
un curso activo con barrancas sujetas a derrames. Entre tales como el atamisqui y el mistol.
estos bajos y el estero Patino se levanta a niveles mayores un
horizonte arenoso constituido por médanos fósiles (TAPIA, Finalmente, entrando al Chaco occidental, las marcadas
1935) que da origen al topónimo Las Lomitas. Sobre los deficiencias de agua y los enormes extremos térmicos ca-
suelos arcillosos y en los altos arenosos los bosques, de racterizan el ámbito árido del Chaco leñoso (18); en su
quebracho colorado y palosanto, alternan con las abras; y sector septentrional del Pilcomayo y el Bermejo capitalizan
hacia los bajos prospera el itín y el vinal. las aguas serranas mediante una serie de cursos activos y
cañadas que mitigan los rigores de la aridez. Sobre los
Más al sur del cauce del Bermejito la pendiente se suelos zonales amarillos la vegetación corresponde al
acentúa en una sucesión de campos altos que constituyen la monte alto de quebracho colorado santiagueño (Schinopsis
Planicie Centrochaqueña (16), llamada también "domo al- lorentzii), quebracho blanco, mistol, etc. y se empobrece ha-
godonero", “domo central", o "dorsal agrícola sub-húmedo". cia los suelos aluvionales con monte bajo, achaparrado,
MORELLO y ADAMOLI (1974) observan que "el relieve del hasta desaparecer totalmente en los amplios "peladares" o
Chaco refleja con cierta precisión el relieve de la estructura "blanquizales", formados por la presencia de salitre y arcilla o
sedimentaria antigua. La pila sedimentaria moderna. . . a por la naturaleza compacta de los suelos, infranqueables a
pesar de ser muy espesa, lo único que hace es atenuar una las raíces (CASTELLANOS, 1958). En el sector meridional
estructura fracturada paleomesozoica. . . “El dorsal agrícola los bajos inundables y las formaciones salinas tienen menos
subhúmedo asienta en un ambiente positivo, es decir, un alto desarrollo, dominando los suelos amarillos con bosque alto
donde las rocas proterozoicas llegan muy cerca de la super- xerófilo, como relicto de un clima más húmedo del pasado
ficie. . ."En sus suelos pardoaluviales sobre mantos arcillosos reciente (Cf. ROMÁN GUIÑAZU, 1957). Este es el dominio
recientes — los de mayor aptitud agrícola (LEDESMA, 1974) del "Impenetrable," donde las fisonomías de leñosas son
— domina el bosque xerófilo de porte mediano en isletas homogéneas cerradas (MORELLO y ADAMOLI, 1974).
diseminadas en amplios claros esteparios (abras o pampas).
Hacia el borde occidental se levantan con mayor vigor los En síntesis, si bien una serie de elementos constantes otorgan al
"altos conjunto de unidades descriptas un cierto aire de familia (cha
queño), la combinación de los diversos matices de variación de esos
mismos elementos ha permitido el desarrollo de una rica gama de am-
bientes cuyo dispositivo fuera revelado por KAIMTER (1935). En el Chaco
oriental, con excesos de agua, son los lomos, albardones y relieves posi-
tivos en general los que ofrecen mejores posibilidades de asentamiento;
mientras que a medida que avanzamos hacia el oeste la aridez se exa-
cerba y allí se prefieren las medianas pendientes e incluso los bajos, ma-
drejones y caños, con suelos más húmedos.

II. E. Los paisajes del Nordeste y su aptitud

Hemos reiterado que el análisis de los diversos componentes de la fi-


siogeografía de las provincias del Nordeste no revela contrastes o rupturas
brutales, pero sin embargo las distintas combinaciones realizadas en cada
uno de sus espacios han diseñado un mosaico de paisajes con caracteres
propios.

En la Plancha 9, la Fig. A los presenta en conjunto; obsérvese que ellos


se articulan sobre el gran dispositivo hidrográfico que tiene como eje cen-
tral la línea del Paraguay-Paraná, hacia donde converge el resto del sis-
tema que forman sus grandes, tributarios. Este dispositivo es indudable-
mente el mayor factor natural, y potencial, de cohesión regional de las
provincias del Nordeste. En el mismo mapa de la Fig., A se ha superpuesto
la distribución de las áreas cubiertas por montes y bosques naturales, en
proporción porcentual de la superficie de las explotaciones agropecuarias
(Censo Agropecuario, 1969). Se advierte que los paisajes abiertos o se-
miabiertos se disponen a ambos lados del eje fluvial y facilitan la accesibi-
lidad a estas tierras; mientras que hacia el oriente y hacia el occidente se
incrementa la proporción de leñosas hasta llegar a la selva de Misiones, por
un lado, y al Impenetrable por el otro.

Las posibilidades de aprovechamiento humano que ofrece este con-


junto de unidades naturales han sido determinadas recientemente
por el Programa de Evaluación Ambiental Permanente. Región MEA
(1980). En la Fig. B se ha diferenciado las áreas según los grados de ap-
titud natural para las actividades primarias, detectadas en función de di-
versos indicadores en el estudio mencionado. Existe coincidencia de los
sectores de mayor aptitud con determinados paisajes, el valle del Paraná,
en Misiones; el triángulo de la Capital y la Planicie del Paiubre, en Co-
rrientes; y, parcialmente, la Planicie de albardones y depresiones interflu-
viales, la Planicie Centrochaqueña y el Lomo sudchaqueño-santafesino.
Cabe agregar que este estudio del NEA no incluye los departamentos del
Norte de Santa Fe.

En la Fig. C hemos representado la proporción porcentual de tierras


señaladas como "apta, no utilizada por inundación" e "inapta u ocupada
con otros destinos", sobre el total de la superficie de las explotaciones
agropecuarias incluidas en el Empadronamiento Nacional Agropecuario y
Ganadero (1974). El dispositivo que muestra la Fig. C si bien difiere del
anterior, en cuanto aquél está referido a aptitudes potenciales y éste indica
el aprovechamiento actual, presenta sin embargo algunas semejanzas a
grandes trazos: ciertos sectores, de la sierra misionera (suelos pedregosos
y abruptos), la Cuenca del Ibera, los Bajos del río Corriente, los Bajos
Sudchaqueños y Grandes Bajos Submeridionales (por su condición inun-
dable), y el Chaco Leñoso (por sus limitaciones climáticas, aparecen como
las unidades de menores aptitudes para la actividad agropecuaria.

En síntesis, estos esquemas representados en la Plancha 9 son ilus-


trativos de la heterogeneidad fisiográfica de las provincias del Nordeste y
de sus diversas partes, según lo hemos descripto en este capítulo, y tam-
bién de la discontinuidad y dispersión geográfica de sus áreas mejor do-
tadas por la naturaleza.
C APIT ULO III

EL PROCESO DE OCUPACIÓN DEL ESPACIO Y LA

DIVISIÓN DE LA TIERRA

La ocupación y valorización económica de las provincias del Nordeste


tuvo su eje de gestión sobre la línea fluvial que forma su columna vertebral.
La irradiación de la acción colonizadora fue dilatando las fronteras de la
civilización desde ese eje central, primero lo hizo hacia el naciente y, más
tarde, hacia el poniente. A partir de la fundación de la ciudad matriz del
Nordeste, en 1588, se inició la lenta penetración del territorio que luego
conformaría la provincia de Corrientes; recién a fines del siglo XIX, con la
federalización de Misiones, se intensificó el movimiento hacia el nordeste y
la ocupación del ámbito selvático. Por la misma época, las fundaciones de
Formosa y de Resistencia, sobre la otra margen de la línea fluvial, consti-
tuyeron las bases de apoyo para la marcha hacia el occidente, hacia los
llanos boscosos.

El desarrollo de la ocupación territorial siguió un esquema semejante al


que muestra, mediante isócronas, la Fig. A de la Plancha 10. Este proceso,
apreciado sinópticamente, evidencia marcadas diferencias a ambos lados
del eje fluvial; tanto cronológicas como en la propia intensidad de los mo-
vimientos expansivos y también en los resultados que interesan desde el
punto de vista geográfico. MAEDER (1976) ha señalado que en el Nordeste
"es muy difícil pensar hoy en términos de una historia regional. Lo que al
observador se le impone son procesos sincrónicos pero independientes. . ."

Desde el punto de vista territorial o espacial debe observarse que la


temprana ocupación de Corrientes, muy anterior a la llegada del ferrocarril,
había generado ya un dispositivo urbano que reflejaba una cierta regula-
ridad espacial y también una adaptación a las con
diciones fisiográficas de la planicie, en especial al sistema hidrográfico caballares, se esparcieron en las campañas originando el ganado cima-
perimetral y a los diversos paisajes del interior. En Misiones la influencia rrón, cuya posterior explotación constituyó el gran incentivo para la con-
ferroviaria sólo reforzó la posición regional de Posadas, como punta de quista de lo que debía ser el Hinterland de la ciudad de Corrientes. Va-
rieles o como enlace con el ferrocarril paraguayo, pero la ocupación de la querías y “cuereadas'' promovieron la vanguardia de las campañas gene-
selva siguió un esquema que concilió las posibilidades que brindaba la rando un activo comercio de subproductos ganaderos. El asedio al que fue
naturaleza, a través de las sierras y los ríos marginales, y la coyuntura sometido el núcleo urbano generado por el indio, demoró notablemente el
histórica y territorial preexistente. En los llanos boscosos del Chaco la proceso expansivo y obligó al establecimiento de puestos de avanzada
penetración ferroviaria, en cambio, tuvo un papel preponderante en la hacia el interior, organizados en abanico con centro en la ciudad capital; así
formación del esquema básico de la ocupación y deja armadura urbana (la nacieron las reducciones de Itatí, Guácaras (hoy Santa Ana) y Ohoma y,
Fig. B ilustra el desarrollo de la red ferroviaria regional). como penetración hacia el sur, Santiago Sánchez y Santa Lucía de los
Astos. Este es el origen del denominado triángulo de la capital que identi-
De manera que, aún cuando se trate de procesos de ocupación sin- fica esta comarca.
crónicos para la mayor parte del Nordeste, especialmente desde fines del
siglo XIX, atendiendo los resultados geográficos producidos resulta con- Mientras tanto, desde el extremo nordeste de la provincia, se iniciaba
veniente tratar separadamente cada una de las grandes unidades par- otro avance de ocupación a través de las Misiones jesuíticas que, afincadas
tiendo desde el foco inicial, y luego integrar el conjunto a través de sus en un amplio sector del alto Paraná y Uruguay, establecieron a principios
consecuencias más destacadas. del siglo XVII los pueblos de Yapeyú, Santo Tomé, La Cruz, y San Carlos, y
la estancia Rincón de San Jorge (hoy Paso de los Libres), sobre la banda
III. A. Corrientes pionera del Nordeste del Uruguay; nuevos centros que llevaron su influencia mediante la acti-
vidad ganadera hacia los malezales del Aguapey-Miriñay, generando largos
y complejos conflictos de jurisdicción con el gobierno de Corrientes. En la
Las desiguales condiciones del medio natural desempeñaron un papel Plancha 11 de la Fig. A ilustra la disposición de ambas avanzadas de la
rector en la ocupación humana de la planicie correntina, especialmente en ocupación.
los comienzos de su poblamiento. La mitad septentrional de la provincia
albergó una población prehispánica evolucionada, asentada en caseríos La supresión del régimen de las vaquerías, hacia 1700, trajo aparejado
próximos a sus sementeras de maíz, mandioca y batata; mientras que en la el establecimiento de estancias, especialmente en los “rincones", es decir,
mitad meridional, sobre los interfluvios secos del Paiubre, sentaron sus en la confluencia de arroyos, ríos o esteros que proporcionaban potreros
reales varias tribus errantes. naturales en los interfluvios, aptos para "aquerenciar" el ganado; muchas
de ellas se convirtieron luego en centros poblados. El desarrollo de este
A partir del primigenio núcleo urbano, fundado por Torre de Vera y sistema, apoyado en la propiedad de la tierra y de los rebaños, contribuyó a
Aragón con un contingente llegado de Asunción, se inició la distribución de la ocupación del suelo y al poblamiento (MAEDER, 1976).
las tierras de las vecindades a los efectos de asentar una agricultura de
subsistencia (LABOUGLE, 1962). Parte de los animales traídos por los Transcurridos dos siglos desde la fundación de Corrientes sólo se
fundadores, unos 3.000 entre vacunos y había ocupado efectivamente el triángulo noroeste, hasta el río Santa
Lucía. La resistencia indígena desde el sur empezó a ceder
recién hacia 1750, cuando abandonan estas regiones y generan un vacío a fines de siglo en aquellas pequeñas colonias agrícolas intersticiales, es
poblacional (POENITZ, 1983). Este hecho, unido a la expulsión de los decir, en las pocas tierras que todavía no estaban en manos del ganadero.
jesuitas pocos años después (1767), facilitó la expansión del ganadero La mayor parte de las colonias particulares, existentes a principios del
correntino hacía el sur y hacia la banda del Uruguay, entre 1760 y 1773 se siglo, se localizaron sobre el borde meridional del Triángulo de la Capital y
ocuparon aquellas tierras altas de la cuenca del Ibera, entre 1762 y 1780 se en las lomadas arenosas de los Bajos del río Corriente; entre ellas se
avanzó sobre las lomadas arenosas de los bajos del río Corriente. Los cuentan las colonias San José, en el departamento Saladas; Progreso, en
pueblos de Goya y Esquina surgieron como centros de intercambio con los Bella Vista; General Ferré y Cecilio Echavarría, en Lavalle; Isabel Victoria,
navegantes del Paraná, en tierras que antes pertenecieran a Santa Fe. A la Carolina y Porvenir, en Goya; Marcelina Bonzón, en Esquina; Mariano
partir de 1770 la acción ganadera avanzó sobre las tierras baldías del Loza, en Mercedes y ,1a Colonia Basilio Acuña, en Monte Caseros. Se trata
Paiubre, liberada por los Charrúas, y en breve lapso pasaron a manos de una extensión total de 20.000 hectáreas, de las cuales el 70% se en-
privadas en grandes extensiones, por venta directa o a través de rema- cuentra en los departamentos contiguos de Bella Vista, Lavalle y Goya. Las
nentes (la Fig. B ilustra el proceso de ocupación y división de la tierra en el colonias fundadas por el gobierno provincial: Apipé, en el departamento
sur de Corrientes, según POENITZ, 1983). Entre 1760 y 1810 Corrientes Ituzaingó; Perugorría, en Curuzú Cuatiá; Madariaga, en San Miguel; Berón
triplicó el territorio ocupado (MAEOER, 1981) y concluyó generando el gran de Astrada, en Esquina e Itá Ibaté, en Caá Catí; sumaron otras 35.000
latifundio pastoril del sudeste provincial. hectáreas, pero en sitios dispersos y muy aislados (RODRÍGUEZ, 1908).

Al término de la etapa colonial siguieron años de luchas intestinas que La llegada del ferrocarril no alteró el esquema de ocupación, sólo re-
frenaron el impulso de las décadas anteriores, salvo algunos momentos de forzó aquellos centros urbanos, unidos por la línea férrea: la banda del río
paz que permitieron la fundación de otros pueblos como Bella Vista, Mer- Uruguay y el eje diagonal de Monte Caseros a Corrientes; el ramal des-
cedes y Paso de los Libres. En 1814, por disposición del Director Supremo, prendido de este último, hasta el puerto de Goya, favoreció la posición de
Gervasio Posadas, se incorporó a la provincia de Corrientes el territorio de las colonias agrícolas nucleadas en ese sector. El "Ferrocarril Económico
las Misiones, y en las décadas siguientes se produjo la anexión de los de Corrientes" contribuyó a reforzar la situación de la cabecera provincial.
rancheríos jesuíticos de Yapeyú y La Cruz. En 1863 se restablece el pueblo La Fig. C ilustra el dispositivo de las colonias y de las áreas de quintas y
de Santo Tomé y se llega al momento de la organización nacional con el chacras de la periferia de los poblados.
actual territorio prácticamente ocupado en toda su extensión.
El largo proceso de ocupación de la planicie correntina concluyó ge-
A partir de entonces, y con el incremento de la población, se alentó la nerando un vasto latifundio salpicado por colonias y quintas suburbanas
colonización y se reformó el régimen de la tierra. "Pero la concepción de dispersas que constituyen el débil soporte de la agricultura provincial, que
que la venta de las tierras públicas —todavía abundantes— constituían alcanza sólo un 3% de la superficie total de Corrientes.
primordialmente una fuente de ingreso al erario provincial, llevaron a una
distorsión de la legislación y a un agotamiento y enajenación de vastas La Fig. D, ilustrativa del tamaño medio de las explotaciones agrope-
extensiones sin aumento sensible de la producción" (MAEDER, 1976). cuarias (1969), muestra la mayor división de la tierra sobre la franja para-
naense, en coincidencia con la mayor concentración de colonias
Los ensayos de colonización, iniciados hacia 1854, no alcanzaron el —especialmente privadas y con el área de ocupación más
éxito deseado, algunos pocos extranjeros se radicaron recién
antigua, allí donde el efecto del tiempo contribuyera a la subdivisión. Este tinamente a medida que cada uno de los frentes de ocupación sentara sus
dispositivo espacial es un ejemplo de la herencia de un proceso histórico, reales en el área en 1814 el Director Supremo anexó el territorio de las
propio de una época, y que tuvo como escenario un medio natural diverso. Misiones a la provincia de Corrientes luego de producida la Guerra de la
Triple Alianza se definió el límite con Paraguay (1876) mediante el río
III. B. Misiones y la ocupación de la selva Paraná; y recién en (1895) mediante el laudo Cleveland, quedaría fijado el
límite con Brasil.
Los guaraníes tuvieron su hábitat en la selva subtropical y desde
principios del siglo XVII empezaron a compartirlo con los misioneros je- La etapa de paz que siguiera al desbande y a la destrucción producida
suitas. Las reducciones de Concepción, Santa María la Mayor, San Javier, durante la guerra con el Paraguay, fue el comienzo del resurgimiento mi-
Loreto, San Ignacio, Candelaria, San José, Apóstoles, Mártires, Corpus y sionero a través de una colonización espontánea encabezada por contin-
Santa Ana, establecidas entre 1619 y 1660, se localizaron precisamente en gentes de pobladores correntinos y de los países vecinos que se asentaron
el área de los Campos Submisioneros y en la franja de contacto con la en el antiguo solar jesuítico. La penetración de la selva para la explotación
selva; es decir, en el ecotono propicio que posibilitara la complementación de la madera y de los yerbales naturales aprovechó la vía navegable del
de la agricultura de subsistencia y la extracción de los frutos del ambiente Alto Paraná y las picadas que se internaban hacia la sierra central. EI
selvático con la actividad ganadera, en las sabanas vecinas, a los efectos creciente movimiento comercial, alimentado por la actividad extractiva en el
de sustentar una población concentrada y creciente por la acción misional. ámbito selvático, los cultivos de maíz, mandioca y tabaco, y la ganadería
de los campos impulsada por las avanzadas correntinas, se fue concen-
Simultáneamente con esta ocupación inicial, los movimientos expan- trando sobre el río Paraná —frente a Encarnación— allí donde el curso
sivos desde las "ciudades territoriales" próximas —como las llamara RA- todavía se mantiene estrecho, generando el poblado conocido como
ZORI (1945) —, Asunción desde el norte. Corrientes desde el oeste y la Trincheras de San José y llamado a partir de 1879 con el nombre de Po-
penetración portuguesa desde el litoral atlántico, hicieron que el territorio sadas Nació así el centro catalizador de Misiones.
de Misiones se fuera convirtiendo en el ámbito de convergencia de la
ocupación y, naturalmente, de las fricciones y conflictos que generaban los Por esta época la sanción de la Ley Avellaneda (1876), de efectos tan
intereses contrapuestos que cada uno representaba. notables en la configuración geográfico-humana de buena parte del país,
afirmó en el gobierno nacional la idea de federalizar el territorio de Misio-
Al cabo de un siglo de esforzado trabajo de asentamiento y organiza- nes, con la finalidad de promover la colonización agrícola; proyecto que
ción de la población indígena, la expulsión de los jesuitas en 1767 significó naturalmente tropezó con la posición de la provincia de Corrientes que
la decadencia de los poblados algunos desaparecieron y otros fueron alegaba sus derechos históricos (MAEDER, 1976). Convertido así el terri-
mantenidos con algunos aportes humanos llegados desde Brasil, Paraguay torio de Misiones en la "cuestión de Misiones", empezó a ser repartido tanto
y Corrientes. La débil y primitiva ocupación humana contribuyó a mantener por la Nación como por la provincia de Corrientes, mediante contratos de
una situación de indeterminación y de problemas jurisdiccionales que se colonización y otorgamiento de tierras: en 1876 se reservaron los lotes para
fueron paula los pueblos agrícolas de San Carlos, San Alonso, Garruchos, Concepción,
San Javier, Apóstoles, Mártires, Candelaria, San Ignacio, Corpus y San
José, es decir, en la misma zona de contacto que fuera el hábitat de las
Misiones jesuíticas.
En este período de arranque del poblamiento y de la ocupación terri- Convertido Misiones en Territorio Nacional y conforme a la Ley de Inmi-
torial, el año 1881 significó una coyuntura y un hito fundamental en el gración y Colonización, vigente desde 1876, el Gobierno Central dispuso la
proceso de división y propiedad de la tierra, que se recuerda como "el año mensura de las colonias Candelaria y Santa Ana y, al finalizar el siglo XVIII,
funesto" (CAMBAS, 1977) y que alcanzara notable repercusión en la geo- llegaron los primeros inmigrantes europeos —austropolacos— para es-
grafía misionera. En efecto, en 1881 se presentó en el Congreso Nacional tablecerse en las (colonias Apóstoles y Azara, colonización que se extiende
el proyecto que convertiría a Misiones en Territorio Nacional, pero simul- luego a Bompland, Cerro Cora y Corpus) La actividad agrícola, en volumen
táneamente la legislatura de la provincia de Corrientes, a los efectos de "no creciente, se agregó así a la explotación de la selva que caracterizara la
entregar la propiedad territorial" (MELNECHUK, 1977), enajenó por ley del etapa anterior. El contingente colonizador fue engrosado por rusos galiti-
21 de junio de ese año, más de 76 leguas cuadradas en el territorio mi- zianos, alemanes, argentinos, brasileños y paraguayos que se asen-
sionero; es decir una extensión superior a dos millones de hectáreas taron en el área jesuítica, en aquellas tierras libres o que fueran reservadas
—equivalentes al 70% de la superficie actual— distribuida entre sólo 38 antes de la venta masiva de 1881.
propietarios. Tan enorme extensión fue dividida en lotes "dispuestos en En la primera década del siglo XX se crean los pueblos y colonias de
franjas perpendiculares a los ríos Paraná y Uruguay y terminaban en la Itacaruaré, San José, Yerbal Viejo, San Pedro y San Ignacio Nuevo. El
proximidad de la sierra" (MELNECHUK, 1977). Destaca BOLSI (1982) que frente pionero, aprovechando las picadas que conducían a los obrajes y a
"un error de cálculo en la distancia entre los dos grandes ríos dejó libres las los yerbales naturales, fue ganando el ámbito de la selva.
comarcas del centro-sur del Territorio. . .". En la Plancha 12 la Fig. A ilustra
la extensión privatizada, el dispositivo de las grandes propiedades (la divi- La llegada del ferrocarril a Posadas en 1912, la finalización de la pri-
sión interna corresponde al año 1930) y los caminos y picadas existentes a mera guerra mundial, el estímulo oficial a la colonización y la protección de
fines del siglo XX. la producción yerbatera nacional —frente a la que se importaba desde
Brasil— cambiaron notablemente el ritmo de la ocupación en las primeras
No se trataba en este caso de la especulación fundiaria y pastoril ca- décadas del siglo. En 1920 se fundan los pueblos y colonias de Barracón,
racterística de la época, que alentara la apropiación de la tierra en otras Leandro Alem, Profundidad, Oberá, Olegario Andrade, Aristóbulo del Valle
partes del país (entre 1.880 y 1.900 menos de 2.000 personas se hacen y Manuel Belgrano.
propietarios de 40 millones de hectáreas en la Argentina); en Misiones era
el momento de la "epopeya de la yerba y de la madera", se trataba de La colonización privada acompañó este ritmo sobre los latifundios del
asegurar la fuente de provisión para una economía extractiva. valle del Alto Paraná: "a partir de 1919 surgió Eldorado, respaldado por la
Compañía de Colonización y Explotación de Bosques dependiente del
Algunas de estas tierras fueron recuperadas por el Estado, por falta de Banco Tornquist y Cía.", con pobladores alemanes y brasileño-alemanes.
mensura o por expropiación posterior, pero en su mayor parte la perma- (CAMBAS, 1977). Sobre este mismo eje de penetración se establecieron
nencia de este latifundio limitó las posibilidades de la colonización estatal a las colonias Wanda, Puerto Rico, Monte Carlo y Santo Pipó. Sobre el valle
las pocas extensiones que quedaran libres, en el sudoeste y en el eje del Uruguay prevalecieron los inmigrantes brasileños en colonias privadas,
serrano. A principios de siglo se estimaba que las tierras fiscales, aún no como es el caso de Alba Posse. La Fig. B muestra el proceso evolutivo de
exploradas ni mensuradas, alcanzaban 1.204.504 hectáreas y las de pro- la colonización a partir de fines del siglo pasado, según BOLSI (1982 y
piedad privada llegaban a 1.634.636 hectáreas (RODRÍGUEZ, 1908). 1986).
El decreto de Alvear, del año 1926, que obligaba a los concesionarios restan. Obsérvese que el perímetro de éstas tiende a adaptarse a los
de tierras fiscales a plantar y cultivar yerba mate, dinamizó notablemente el flancos serranos, es decir, a los bordes abruptos con terrenos pedregosos,
desarrollo de esta naciente economía, de plantaciones. Al año siguiente se donde la selva conserva su presencia (confrontar la Fig. C con las Figs. B y
crearon, sobre la cumbrera de las sierras, las colonias nacionales Guaraní, C de la Plancha 6).
Yerbal Viejo y Caá Guazú, que agregaron más de 130.000 hectáreas, y la
colonia Belgrano en el nordeste provincial. Los beneficios económicos que La superficie media de las explotaciones agropecuarias en la actuali-
prometía la yerba mate estimularon también las grandes plantaciones dad (ver Fig. D, correspondiente a 1969), refleja a grandes trazos el
sobre las tierras privadas del Alto Paraná. Puerto Mineral, Puerto Bemberg proceso descripto: la lonja central de pequeñas explotaciones se ajusta a
y Caraguatay. Cabe señalar que este gran desarrollo de la actividad yer- las colonias nacionales las explotaciones medias sobre las colonias pri-
batera venía siendo compartido por el nordeste correntino, en el área de los vadas de los valles laterales, y las grandes explotaciones se desarrollan en
Campos Submisioneros, donde se establecen grandes plantaciones. los Campos Submisioneros, ocupados por la ganadería, o en el ámbito
selvático del Alto Misiones.
Entre 1920 y 1940 la extensión cubierta con yerba cultivada pasó de
5.000 hectáreas a 60.000, con explotaciones de tamaño diverso: la colo- III. C. El Gran Chaco, las colonias y el latifundio
nización nacional se ajustó a un esquema de pequeñas parcelas, inferiores
a 25 hectáreas, que produjo una atomización de las unidades económicas Las numerosas parcialidades indígenas que poblaron el Gran Chaco, a
sobre el eje de la sierra, mientras que la colonización privada habilitó su- diferencia del guaraní agricultor, presentaron un común género de vida
perficies mayores y también muy grandes plantaciones. La extensión me- nómade. Las considerables extensiones boscosas y la carencia de agua en
dia de las unidades cultivadas con yerba era de 6 hectáreas en las colonias gran parte de la planicie, estimularon una vida que desconoció el asenta-
oficiales, en el año 1933, y alcanzaba a 26 hectáreas en las de origen miento persistente y la propiedad de la tierra; precisamente ese carácter
privado., nómade —señala GÓMEZ (1939) — fue el mayor obstáculo a la conquista
del territorio. Obsérvese que entre la fundación de las ciudades perime-
Este cultivo, que fuera el motor de la ocupación de la tierra, a medida trales —Asunción, Corrientes, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán y
que se fue acercando a los niveles del consumo interno del país sufrió Salta— y la ocupación efectiva del Gran Chaco, media un lapso de tres
sucesivas etapas de estancamiento, pero la ocupación de nuevas tierras o siglos. Todavía en 1866 era el "desierto", las "tierras de nadie", o ese vasto
la ampliación de las colonias existentes no se detuvieron sino que incor- "territorio indio del norte" definido por la línea de fortines del río Salado;
poraron nuevas plantaciones, tung, té, citrus, especies forestales, cultivos límite histórico conocido desde antiguo como "la frontera".
de tabaco, de esencias aromáticas, de soja, etc. En la chacra, señala
BOLSI (1982), "hubo un proceso de acumulación y no de reemplazo", que La finalización de la Guerra de la Triple Alianza estimuló la ocupación
hasta hoy sigue movilizando la ocupación de nuevas áreas y ganando territorial de este ámbito y el Gobierno Nacional, precisado entonces a
espacios a la selva, donde todavía restan tierras fiscales y una gran ex- reforzar su soberanía sobre los llamados Chacos Central y Boreal, creó el
tensión de latifundios incultos. "Gobierno del Chaco" en 1872, con capital en Villa Occidental, sobre la
ribera izquierda de la boca del Pilco
La Fig. C ilustra la disposición de las áreas de colonización nacional,
provincial y privada, y también las extensiones que todavía
mayo. Años más tarde, al fijarse el límite con la República del Paraguay azúcar es el primer cultivo comercial que sale por los puertos del Paraná.
mediante el laudo que indicara el trazado de aquel río, se evacuó Villa
Occidental y se asentó la nueva capital en Formosa (1879). La jurisdicción Al producirse la rectificación del límite entre el Chaco y Santa Fe, en
asignada a la nueva entidad se extendía hacia el sur hasta el arroyo del 1886, las colonias, situadas desde Florencia hacia el sur, se integraron a
Rey, linde con Santa Fe; y desde el eje Paraguay-Paraná hasta los im- asta provincia. La presencia de este eje meridiano de poblamiento y de
precisos límites orientales de Salta y de Santiago del Estero. actividad agrícola valorizó las tierras desiertas de las adyacencias y pro-
movió simultáneamente un acelerado proceso de apropiación que afectó
Entre 1870 y 1872 el avance de los fortines del Salado sobre el norte en diferente grado a las provincias y a los Territorios Nacionales de Chaco
santafesino tuvo sus frutos más resonantes con el establecimiento de la y Formosa, creados en 1884, según las políticas desarrolladas en cada
Colonia Reconquista, en la margen derecha del arroyo del Rey. Este jurisdicción.
avance hacia el norte, que intentaba afianzar la ocupación y con ella la
soberanía sobre la margen occidental del eje fluvial se concretó en 1875 En la provincia de Santa Fe, hacia fines de 1863, "la ambición -afirma
-por disposición del Estado Nacional-- con la mensura de las Colonias GORI (1964) — mira hacia las tierras del Norte, sobre el río Paraná y el
Timbó, frente a Goya; Las Toscas, frente a Bella Vista y San Fernando Salado". Los campos fiscales del lomo oriental fueron vendidos en grandes
(Resistencia), frente a Corrientes. Estas colonias de avanzada, cuyas fracciones perpendiculares al valle del Paraná y extendidos hacia el centro
tierras se ofrecieron en venta a colonos inmigrantes, se complementaron de la Cuña Boscosa. Por el oeste, los campos mejor drenados del Lomo
con una serie de colonias particulares intercaladas en virtud de la Ley Santafesino-Santiagueño, fueron adquiridos por una Sociedad de Crédito
Avellaneda, en cuanto ésta disponía que los Territorios Nacionales se Territorial hacia 1866, en lotes de 8.000 hectáreas hasta completar una
dividieran en secciones cuadradas de 20 kilómetros por costado (40.000 superficie de 400.000 hectáreas. En pocos años, con el trazado de las
hectáreas) y cada sección dividida en 400 lotes de 100 hectáreas cada uno vías férreas y la explotación de los bosques, el precio de estas tierras se
(GARCÍA VIZCAÍNO, 1974). había multiplicado varias veces (PIZARRO, 1944). El amplio espacio in-
termedio, sobre los Bajos Submeridionales y el borde occidental de la Cuña
Los sitios fueron elegidos en consecuencia con las ventajas que Boscosa, pasó a manos privadas a raíz de un empréstito que contratara la
brindaban las altas y onduladas abras del Lomo Sudchaqueño-Santafesino provincia de Santa Fe con la firma Murrieta y Cía., de Londres. Mediante
y los albardones de la red fluvial autóctona, y además buscando la proxi- ese empréstito la empresa londinense concluyó adquiriendo, en 1881, sin
midad y el apoyo de las viejas ciudades correntinas que, desde la otra compromiso de colonizar, 1.800.000 hectáreas (GORI, 1965).
margen del gran río, proporcionaron una buena parte de la corriente po-
bladora. En 1878 llegaron los primeros inmigrantes italianos a la colonia La provincia de Santiago del Estero, por ley de 1898, autorizó la venta
Resistencia. “Es esta periferia —pudo afirmar Graham HERR en 1890— y de 1.870.000 hectáreas al nordeste del río Salado, que fueron adquiridas
sus prolongaciones por las orillas de los ríos dulces que creo serán las por un sindicato de capitalistas de Buenos Aires; y en los años que si-
únicas partes del Chaco que están destinadas a ser de gran valor econó- guieron a la penetración del ferrocarril se fraccionaron en extensiones no
mico". En la Plancha 13 la Fig. A muestra la localización de las colonias menores a las 10.000 hectáreas (RODRÍGUEZ, 1908). Con esta venta se
alineadas sobre el eje fluvial, salvo el caso de Presidencia Roca que se privatizó el triángulo sudoeste del actual territorio del Chaco y, al momento
proyecta hacia el interior apoyada en la línea del Bermejo. Sobre este de producirse la modificación del límite interprovincial —por ley nacional
borde oriental empieza a desarrollarse una agricultura de subsistencia, y la de 1902—
caña de
se respetó el derecho de los propietarios (SCHALLER, 1986). Estos tres marcos fundiarios: las colonias ribereñas, los latifundios del
oriente y las tierras fiscales del interior, serían los escenarios de los lla-
En los Territorios Nacionales de Chaco y Formosa, mediante la misma mados "tres ciclos chaqueños": la colonia, el tanino y el algodón (MI-
Ley Avellaneda —cuya aplicación admite diversas etapas según los go- RANDA, 1955).
biernos de cada época (CARCANO, 1972) — se otorgaron concesiones de
40.000 hectáreas cada una para colonización particular, finalidad que se La apertura del "fisco", que quedara reservado al oeste de los latifun-
cumplió en pocos casos, en algunos por coincidir con tierras bajas, y dios, se inició lentamente hacia 1900 con la fundación de la Misión San
tiempo después la llamada "Ley de Liquidación" facilitó su enajenación sin Francisco de Laishi en el sudeste de Formosa, colonia indígena de 74.000
obligación de colonizar. Esta forma de venta de la tierra y los remates hectáreas dividida en chacras de 100 hectáreas (RODRÍGUEZ, 1908). En
públicos de 1882, terminaron con la enajenación de más de 3.300.000 la primera década del siglo se crearon en el Territorio del Chaco las colo-
hectáreas en los territorios de Chaco y Formosa. Este conjunto de grandes nias Pastoril, Zapallar y Mixta, y en 1915 la Misión Tacaaglé, en el nordeste
propiedades, no inferiores a 10.000 hectáreas cada una, rodearon las co- de Formosa; es decir, en las pocas tierras que quedaran libres en el ámbito
lonias del eje fluvial del oriente y se proyectaron hacia el interior, espe- húmedo oriental. Las colonias agrícolas estaban divididas en chacras de 25
cialmente sobre el río Bermejo, cubriendo la Planicie de Albardones y a 100 hectáreas, las mixtas oscilaban entre 200 y 2.500 hectáreas y las
Depresiones Interfluviales y, prácticamente, todo el sur del Chaco y el norte pastoriles en lotes de 2.500 hectáreas (SCHALLER, 1986).
de Santa Fe. La Fig. B muestra ese avance de los latifundios sobre los
paisajes abiertos del oriente, en aquellas tierras que señalará Graham La construcción de las vías férreas, desde Resistencia a Metan y
HERR. desde Formosa a Embarcación, a financiarse con la venta de las tierras
fiscales, produjo la apertura y la colonización del interior; en 1911 se creó la
A principios de siglo por disposición del Gobierno Nacional se prohibió Colonia Agrícola y Mixta Presidente Uriburu (pueblos de Quitilipi y Ma-
la venta de las tierras públicas y, por ley de 1908, se afectaron a la zona de chagay) en 1912 la Colonia y Pueblo Presidencia Roque Sáenz Peña, y en
influencia de los futuros ferrocarriles nacionales de fomento —25 kilóme- 1916 la Colonia Rivadavia.
tros a ambos lados de las vías— grandes extensiones fiscales del interior
(CENOZ, 1913). Los primeros pobladores se asentaron preferentemente sobre la línea
que partía de Resistencia y unía Avia Terai y Quimilí, desdeñando los
Sobre el gran latifundio se desarrollaría inmediatamente la actividad pueblos y colonias de la línea de Formosa a Las Lomitas, puesto que
forestal-taninera y ganadera del oriente chaqueño. La línea troncal del aquella estaba más próxima a los obrajes de dónde provenía gran parte del
Ferrocarril Francés (Santa Fe-Resistencia, ver Fig. B) marginó las colonias grupo pionero y, a la vez, enlazaba dos áreas de tradicional depresión
ribereñas y penetró directamente las grandes extensiones privatizadas de económica y emigración: las provincias de Corrientes y Santiago del Es-
la Cuña Boscosa, donde se asentaría por muchos años la actividad ex- tero. Entre 1905 y 1912 la población del Chaco se había duplicado y el
tractiva, quebracho-tanino. La empresa La Forestal, asociada al Ferrocarril frente pionero, netamente nacional, estaba compuesto en un 80% por
Francés, y propietaria luego de los "campos de Murrieta" y de grandes correntinos.
fracciones en el sudeste del Chaco, alcanzó a poseer —a partir de 1910—
una superficie de 2.320.000 hectáreas, en un bloque casi continuo articu- Ante este proceso inmigratorio, apoyado en la notable difusión de los
lado por esta vía férrea y sus ramales secundarios. Esta enorme extensión cultivos de algodón, las colonias estatales resultaron insuficientes y la
aseguraría la provisión de quebracho a más de 16 fábricas de tanino de su expansión agrícola se volcó a los campos fiscales vecinos. Ello motivó que
propiedad. en 1921 el Gobierno Nacional creara nuevas colo
nias General Necochea (pueblos de Corzuela, Las Breñas, Charata y taciones en el oriente fluvial, los latifundios se desarrollan sobre la Planicie
General Pinedo), Juan José Paso (Villa Ángela), Hipólito Vieytes (Presi- de Albardones y Depresiones Interfluviales, en los Bajos Sudchaqueños y
dencia de la Plaza), Mariano Sarratea, Vélez Sársfield, Juan Larrea y Bajo Grandes Bajos Submeridionales; las colonias del centro chaqueño, for-
Hondo; y ensanchara las existentes (MIRANDA, 1969). mando el área más compacta sobre las líneas férreas Castelli-Sáenz Pe-
ña-Avia Terai-Pinedo, constituyen el denominado "domo algodonero", y,
El frente pionero nacional fue reforzado notablemente con el aporte finalmente, el latifundio fiscal en el Chaco leñoso.
europeo propiciado por la Nación, quien logró radicar entre 1923 y 1936
más de 20.000 inmigrantes (polacos, yugoslavos, búlgaros, ucranianos, III. D, El legado geográfico del proceso de poblamiento y valoriza-
checoslovacos, italianos, etc.), especialmente en la Planicie Centrocha- ción de la tierra
queña, dentro del triángulo formado por las localidades de Sáenz Peña,
Villa Ángela y Charata. La Fig. C ilustra el dispositivo de las colonias co- La ocupación territorial del Nordeste, iniciada a fines del siglo XVI, aún
rrespondientes a esta última etapa. hoy continúa; la colonización oficial y privada y la acción espontánea del
intruso siguen avanzando sobre las tierras disponibles aunque a un ritmo
En las décadas siguientes la marcha hacia el oeste de la corriente más lento. El proceso expansivo iniciado a partir del eje fluvial, con etapas
pobladora se fue aproximando hasta los límites hídricos, donde la aridez más o menos intensas, se desarrolló en épocas distintas, con hombres, con
creciente y el predominio de la vegetación leñosa anuncian la presencia del ideas y con gobiernos alentados por intereses, motivaciones y concep-
impenetrable. En este ambiente se intenta actualmente una ampliación de ciones diferentes respecto del desarrollo económico y de la división y pro-
la frontera agropecuaria, especialmente a través de la ganadería y la ex- piedad de la tierra. Esa diversidad está presente en el mapa geográfico
plotación forestal (BORRINI y SCHA-LLER, 1981). actual mediante aquellos resultados perdurables que esa diversidad pro-
dujera, pero con efectos distintos en las actuales circunstancias.
En Formosa la marcha colonizadora y la expansión algodonera fue
menos intensa, algo más tardía y no alcanzó a recibir el aporte migratorio La temprana ocupación de Corrientes, y a través de ella la venta de la
europeo. Ella se desarrolló sobre tierras fiscales, en condiciones minifun- mayor parte de las tierras de Misiones, junto a la política de los gobiernos
diarias y con un régimen de tenencia no legal que se va regularizando en provinciales de Santa Fe y Santiago del Estero en las últimas décadas del
los últimos años (Diagnóstico Provincial, 1980, SEPLADE). El albardón del siglo pasado, produjeron la apropiación masiva de grandes extensiones del
riacho Porteño y el bajo Pilcomayo (Colonia Laguna Blanca, Misión Ta- actual Nordeste, según lo hemos señalado.
caaglé y Espinillo), los pueblos de "la línea" sobre el eje ferroviario For-
mosa-Las Lomitas, y las tierras fiscales próximas al Bermejo recibieron el Por su parte el Gobierno Nacional, que administrara los territorios de
aporte de inmigrantes de las provincias argentinas y del Paraguay. Chaco, Formosa y Misiones hasta su provincialización en la década del 50,
careció de un cuerpo legal respecto de la tierra pública hasta la promulga-
El tamaño de las explotaciones agropecuarias en la actualidad, re- ción, en 1878, de la ley 817 de Inmigración y Colonización. La aplicación de
presentado en la Fig. D, constituye una imagen generalizada que sintetiza esta norma —conocida como Ley
los resultados del proceso descripto: las primitivas colonias ribereñas con-
tribuyen a reducir el tamaño promedio de las explo
Avellaneda— presentó diversas etapas durante su vigencia; CAR- extremos de la escala. Actualmente sólo el uno por ciento (1%) de las
CANO (1972) distingue cuatro períodos que denomina: "la iniciación explotaciones agropecuarias reúne en la provincia del Chaco el 30% de la
(1876-1885), la especulación (1885-1889), la liquidación (1890 1896) y el superficie, en Formosa el 36%, en Corrientes el 43% y en Misiones el 49%
olvido". SCHALLER (1986) observa que, entre 1886 y 1890, "se pierde (Empadronamiento Nacional Agropecuario, 1974).
totalmente el auspicioso derrotero que iniciara la ley 817. El otorgamiento
desmedido de concesiones y la especulación sin control falsearon total- El minifundio está presente en las viejas colonias agrícolas de Co-
mente los objetivos de la legislación vigente". rrientes y también en las Colonias Nacionales de los ex-territorios. Res-
pecto de Misiones BOLSI (1982) señala que "el tamaño de las explota-
A la promisoria etapa inicial, inmediata a la finalización de la Guerra de ciones en las colonias estatales constituyó otro punto débil del proceso;
la Triple Alianza y con una finalidad geopolítica de escala nacional, co- este problema se agudizó al cabo de la segunda o tercera generación de
rresponde la instalación de las colonias en los Campos Submisioneros y en agricultores". A esta atomización inicial de la propiedad rural, planificada
el Chaco oriental. A los períodos siguientes —especulación y liquidación— por el Estado Nacional según los medios de explotación agrícola disponi-
se deben las grandes propiedades del oriente y sur de Formosa y del bles en ese entonces, habría que agregar los efectos negativos propios de
Chaco, cedidas a través de concesiones, por venta directa o por remate cada uno de los paisajes naturales involucrados; sean las pendientes
público. abruptas y suelos esqueléticos de Misiones, las áreas inundables del
oriente chaqueño, otras con marcados síntomas de aridez, como ocurre en
En las primeras décadas del siglo, la Ley de Fomento de Territorios las colonias del occidente de la provincia del Chaco, y también el efecto de
Nacionales (1908) dejó a salvo de la especulación grandes espacios se- las masas boscosas o de la selva densa propias del Nordeste. También el
miáridos y áridos del centro y del oeste de Formosa y Chaco y, entre 1916 y intruso, una vez que declinara la colonización oficial, contribuyó a generar
1922, "la administración radical dispuso una celosa conservación de la los estratos más reducidos del minifundio agrícola.
tierra fiscal limitando las adjudicaciones" (SCHALLER, 1986). A este pe-
ríodo y a esta nueva concepción corresponden las colonias del centro En la Plancha 14, de la Fig. A representa la cantidad y la superficie de
chaqueño y también aquellas del centro misionero, promovidas durante el las explotaciones agropecuarias según escala de tamaño (existentes al
gobierno de Alvear. Pasado el empuje pionero inicial de las primeras dé- año 1974), expresadas en proporción porcentual a los efectos de facilitar su
cadas del siglo y concluida la etapa de apertura de nuevas tierras por el comparación. En lo que hace al número de explotaciones se advierte en
ferrocarril, hacia los años 30, la acción colonizadora nacional y luego pro- todos los casos el predominio de los estratos más pequeños: en Formosa
vincial se hizo más lento y el asentamiento del intruso, u ocupante de las de 5 a 25 hectáreas, en Misiones ocurre lo mismo pero con mayor inten-
tierras fiscales, tomó la iniciativa. sidad, en Chaco de 25 a 100 hectáreas y en Corrientes inferiores a 5
hectáreas. En el otro extremo de la escala, un número muy reducido de
La herencia de este largo proceso territorial, en el cual se su- grandes explotaciones cubre la mayor parte de la superficie agropecuaria.
perpusieron circunstancias y concepciones distintas, puede advertirse en El notable estrangulamiento de los estratos intermedios revela ese dominio
varios componentes de la estructura geográfica actual. de los extremos de la división de la tierra como legados del proceso des-
cripto, y también indica los condicionamientos que genera esa estructura
En lo que hace a la división de la tierra esa herencia consiste en haber en el campo económico, en cuanto esa carencia de explotaciones medias
generado, por un lado, el gran latifundio y, por otro lado, por haber inducido —entre 100 y 1.000 hectáreas— no es propicia a la mecanización y al
la existencia del minifundio, es decir, los dos aprovechamiento mixto agrícolo-ganadero de
estilo pampeano, de mayor rentabilidad por superficie productiva y más ganadería en una estructura agraria que aboliera la antinomia entre lati-
flexible a las exigencias del mercado, En la misma Fig. A hemos intercalado fundio pastoril y minifundio agrícola, podría permitir a esta región subtro-
la silueta representativa de la división de la tierra en la provincia de Buenos pical, que tiene la chance de estar bien ligada a la Argentina pampeana,
Aires, que es semejante al conjunto de la región Pampeana; la diferencia remontar la anarquía pionera y asentar una economía rural sólida". Esta
básica radica precisamente en el mayor desarrollo de ese estrato inter- propuesta señala un camino y también constituye un desafío.
medio donde se aloja la intensa actividad agrícola y agroganadera que
sustenta su base económica. Otro legado de las etapas más recientes de este proceso tiene sus
reflejos en la composición de la población actual del Nordeste, según su
Cabe señalar que en el caso de Buenos Aires el gran latifundio pastoril origen geográfico. La Fig. B ilustra el aporte humano que recibiera cada
heredado, y predominante hasta mediados del siglo pasado, fue subdivi- provincia desde sus vecinas y desde los países limítrofes, y la Fig. C la
dido por efectos de la gran valorización de las tierras que produjera la proporción porcentual de la población no nativa, existente al año 1980 en
inversión extranjera en el desarrollo de la red ferroviaria (RODRÍGUEZ, cada provincia, discriminada por origen. La provincia del Chaco revela la
1908), Las propiedades de extensión intermedia predominan en el ámbito recepción del inmigrante nacional, sobre todo correntinos, santafesinos y
pampeano precisamente allí donde la malla ferroviaria adquiere su mayor santiagueños; en Formosa se destaca el aporte de chaqueños y espe-
densidad. cialmente desde el Paraguay, con quien tiene una extensa frontera común;
el aporte externo al poblamiento de Corrientes es más reducido y variado
En las provincias del Nordeste ese efecto sobre las grandes pro- teniendo en cuenta la antigüedad de su ocupación; mientras que en Mi-
piedades es todavía incipiente, por cuanto las vías férreas fueron sólo siones, por su condición de enclave, es más notable a la migración desde
prolongaciones aisladas de la red nacional, pero en alguna medida las los estados vecinos. Cabe advertir que la presencia europea sólo es des-
grandes extensiones del latifundio primigenio fueron cediendo a medida tacable en las provincias de Misiones y del Chaco, y si bien su actual
que los ejes troncales de comunicación lo penetraran; éste es el caso del proporción es reducida, los efectos económicos y culturales son manifies-
sudoeste de la provincia del Chaco, alcanzado por las vías férreas y más tos en el concentrado ámbito de las colonias agrícolas.
recientemente por los caminos pavimentados. Algo semejante puede no-
tarse en Misiones, sobre el área privatizada del Alto Paraná, habilitada por En tercer lugar cabe destacar el efecto del proceso de ocupación y
la apertura de la ruta que va de Posadas a Puerto Iguazú y que produjera valorización territorial sobre los dispositivos geográficos actuales de la
un notable desarrollo agroindustrial y forestal en años recientes. propiedad, del uso y de la división de la tierra, y también sobre la probable
evolución futura de los moldes de distribución que hoy presentan.
Si bien esta estructura agraria del Nordeste puede ser transitoria, como
lo muestra la lenta división de las grandes propiedades originarias, el otro En la Plancha 15, elaborada según los datos del Censo Nacional
extremo de la escala, representado por el minifundio, especialmente en las Agropecuario 1969, la Fig. A destaca la proporción de la superficie de las
áreas compactas de alta densidad de ocupación, plantea problemas de explotaciones agropecuarias que está en manos de propietarios; esta
solución más difícil y de efectos económicos y sociales más intensos. A distribución responde al proceso histórico descripto y revela una marcada
diferencia de los llamados problemas coyunturales, que afectan a la pro- concordancia con los espacios afectados por las etapas latifundistas. La
ducción agrícola en determinados períodos y por factores momentáneos, Fig. B ilustra la extensión de las tierras fiscales denun
éste es un problema estructural heredado. En relación a la región cha-
queña, GAIGNARD (1969) señalaba que "sólo una asociación de la agri-
cultura y de la
ciadas en las explotaciones agropecuarias; esta distribución —inversa o
complementaria de la anterior— indica la localización de las reservas
existentes en manos del Estado y la probable dirección que tendrían las
futuras expansiones colonizadoras, según el esquema general de movi-
mientos que representáramos en la Plancha 10, Fig. A.

La Fig. C representa la proporción de praderas naturales de pastoreo


según un patrón de distribución que si bien obedece a factores naturales,
coincide en gran parte con la superficie privatizada y con el latifundio, in-
dicando la preferencia pastoril del proceso, salvo en el caso de Misiones
donde la reserva forestal fuera el atractivo.

La Fig. D, referida a la proporción de la superficie dedicada a la agri-


cultura no ofrece la continuidad de las anteriores sino áreas dispersas,
aisladas, cuya disposición se asocia básicamente al grado de división de la
tierra; en efecto, la Fig. E, ilustrativa de la distribución de las pequeñas 107
explotaciones —inferiores a 100 hectáreas—, presenta patrones coinci-
dentes con las áreas agrícolas de la Fig. D, es decir, conciliando las con-
diciones fisiográficas y los resultados del proceso histórico. Se perciben
claramente dos núcleos de mayor extensión y relativamente continuos, uno
en Misiones y otro en el centro del Chaco; dos lonjas submeridianas a
ambos lados del Paraná y algunos focos dispersos en Formosa y en Co-
rrientes.

Es evidente que esta discontinuidad y dispersión de la ocupación


agrícola es la que ha determinado un esquema semejante en la distribución
de la población que hemos referido en el capítulo inicial (comparar la Fig. E
con la Fig. A de la Plancha 3). De esta confrontación surge la relación, casi
obvia, de que la división de la tierra, las colonias, la agricultura y la den-
sidad de la población conforman una cadena causal espacial que se opone
frontalmente, y sin términos medios en el ámbito del Nordeste, a aquella
otra cuyos eslabones engarzan la concentración de la propiedad de la tierra
—privada o fiscal—, es decir el latifundio pastoril, forestal o improductivo y
los grandes vacíos poblacionales. Estos contrastes de asociaciones es-
paciales son quizás tan bruscos como los mismos cambios históricos que
los generaron, contrastes que deben su existencia tanto a la Geografía
Física como a esa Geografía Histórica muchas veces ausente de nuestros
textos.
La discontinuidad y la dispersión geográfica de los focos de actividad CAPIT ULO IV
intensiva y de poblamiento rural en el Nordeste, son precisamente las
causas básicas que explican la escasa jerarquía de los centros urbanos, es
decir, la relativa proliferación de varios centros menores con funciones
reducidas al entorno inmediato LOS CICLOS ECONÓMICOS Y LOS
RESULTADOS GEOGRÁFICOS

Las provincias del Nordeste, como partes de las llamadas "economías


regionales" argentinas, han estado estrechamente ligadas al desenvolvi-
miento de la economía nacional, o del ámbito más restringido de la región
Pampeana. Generalmente la palanca de las transformaciones y de los
respectivos ciclos económicos provinciales, ha estado fuera de la región;
se trata de estímulos o energías exógenas producidos por la demanda del
mercado nacional, por políticas proteccionistas o por el reflejo de coyun-
turas económicas producidas por factores de escala mayor. Las etapas del
desarrollo de la infraestructura de las comunicaciones ―red ferroviaria y
vial― tuvieron cada una a su tiempo, efectos estimulantes, en la medida en
que fueron factores de apertura de nuevas tierras y también obraron como
elemento de integración de esta periferia de la región central. Esta común
dependencia ha producido, frente a los estímulos externos, una simulta-
neidad de respuestas de cada provincia pero con desiguales resultados en
cada una de ellas, en virtud de sus propias características fisiográficas y del
estado de la organización territorial preexistente a cada estímulo. Es por
estas razones que trataremos sintéticamente cada uno de los procesos
provinciales según sus propias circunstancias, para integrarlos luego en
función de los resultados.

IV. A. Corrientes y la ganadería

No obstante ser la provincia más antigua del Nordeste, Corrientes


no presenta mayor complejidad en la sucesión de sus ciclos
de desarrollo; precisamente fue su consolidada estructura colonial la que
más resistió los efectos de los estímulos externos.

En la Plancha 16 hemos tratado de visualizar en forma conjunta la


evolución de los diversos componentes de su estructura geográfi-
co-humana: la población total de la provincia, los principales elementos de
su economía, el proceso demográfico (FOSCHIATTI de DELL'ORTO,
1983) el desarrollo de la infraestructura ferroviaria y vial (PÉREZ, 1985), la
población urbana y rural, y la actividad industrial mediante el número de
personas ocupadas en ella. El análisis vertical e integrado de estos desa-
rrollos gráficos permite establecer algunas relaciones simples y evidentes
que abrevian el complemento interpretativo de la palabra. Los pequeños
mapas que integran esta plancha sugieren los esquemas de distribución de
las actividades primarias básicas.

En el capítulo anterior vimos que el largo período de ocupación del


territorio provincial había quedado concluido hacia 1860 y la agricultura de
subsistencia y la cría de vacunos criollos constituían la base económica de
una población en lento crecimiento. Este esquema inicial sufrió el primer
impacto con la llegada del ferrocarril y al tendido de las vías en el ámbito
provincial, entre 1980 y la primera década del siglo, quebrando el aisla-
miento original integrándola al mercado nacional. Simultáneamente, el
avance agrícola pampeano y el desalojo del ovino de la provincia de
Buenos Aires, trasladaron la actividad pastoril hacia los campos de la pe-
riferia, de arrendamientos y precios más baratos, como eran aquéllos del
norte de Entre Ríos, los latifundios del Paiubre y los malezales del oriente.
El incremento en el número de cabezas de ovinos y vacunos indica el
notable desarrollo ganadero y se advierten sus reflejos en el crecimiento de
la población.

Ya en la primera década del siglo pareció alcanzarse el punto de sa-


turación de la capacidad ganadera y el volumen de los rebaños, con al-
gunos altibajos, se mantiene hasta la actualidad; en esta última etapa se
desarrolló un proceso de refinamiento de los planteles vacunos mediante la
incorporación de las razas Hereford y Aberdeen Angus, y de los lanares a
través del Corriedale; es decir, un cambio
cualitativo que afectó especialmente las grandes estancias del sur y del medianas y grandes, localizadas en los campos submisioneros. La fo-
oriente. restación a través de la plantación de eucaliptus y pinos —60% y 40%
respectivamente—, cubre actualmente más de 100.000 hectáreas; es
Agotados los efectos de ese estímulo empieza a manifestarse un decir, una superficie que mediante incentivos fiscales, desgravación y
proceso emigratorio creciente, hacia los territorios nacionales vecinos, que créditos a largo plazo, constituye un avance sobre el espacio ganadero.
convierten a Corrientes en un centro de expulsión demográfica y que, con
intensidad variable, continúa hasta la actualidad. La industrialización de esta reserva forestal es una palanca latente,
aunque limitada, para revertir la emigración crónica de este ámbito, geo-
Como consecuencia de la primera guerra mundial y de la crisis del 30, gráfico en el cual sigue primando holgadamente la actividad pastoril.
se fue acelerando el proceso industrial nacional y las barreras aduaneras
generaron entonces las condiciones de precios adecuadas al desarrollo de IV. B. Misiones y las plantaciones
los cultivos de la materia prima que demandaba esa industria, pero Co-
rrientes, ya ocupada con la ganadería, no ofrecía entonces un campo El proceso misionero, ilustrado en la Plancha 17, con elementos se-
propicio para su desarrollo. No obstante empezó a cobrar vigor el desarro- mejantes a los descriptos en el caso de Corrientes, se caracteriza por una
llo del algodón y del tabaco en las colonias del noroeste provincial; el riqueza de matices quizás única en nuestro país, en cuanto los sucesivos
algodón se fue concentrando paulatinamente en los departamentos Goya, estímulos económicos encontraron aquí un medio natural diferente y, a la
San Roque y Lavalle (87% del total). Se trata de pequeñas explotaciones vez, vacío.
de escala familiar que, bajo un sistema de arrendamiento y aparcería, se
desenvuelve en simbiosis con la ganadería y aporta un ingreso adicional al La etapa inicial, hasta las primeras décadas del siglo, se caracterizó
propietario estanciero. Algo semejante ocurrió con el cultivo del arroz que, por la actividad extractiva de la selva, los cultivos de subsistencia y la ga-
introducido desde el Brasil y ensayado primero en las márgenes del Uru- nadería, asentada desde antiguo en los Campos Submisioneros.
guay, se desplazó luego hacia los campos bajos del noroeste, en tierras
de arrendamientos más baratos y en explotaciones que superan la media La llegada del ferrocarril en 1912, la creación de las colonias nacio-
de 200 hectáreas. Las plantaciones de citrus, preferentemente en Bella nales y aquel decreto de Alvear de 1926 que obligaba a plantar yerba mate,
Vista y en Monte Caseros y de yerba mate y té en los campos submi- movilizaron la colonización y el poblamiento de territorio a través de un
sioneros, contribuyeron a diversificar el panorama agrícola y a promover fuerte flujo migratorio. Esta fase de crecimiento "explosivo" o "afiebrado"
las industrias derivadas, hecho que se reflejó en la evolución del personal —según las expresiones de RADDAVERQ (1969) — llega hasta mediados
ocupado en la actividad secundaria y también en la tasa de urbanización. de la década del 30 y logra el abastecimiento del 40% del mercado nacional
de yerba mate. El receso de las plantaciones que se verifica en esta época
En los últimos años, el desarrollo de la red vial y con ella la ruptura del obedece, otra vez, al factor externo, pero se trata en este caso de un
aislamiento mesopotámico a través del túnel subfluvial Paraná-Santa Fe, el desestímulo, en cuanto al Estado Nacional, para asegurar la colocación de
puente Resistencia-Corrientes y el complejo Zarate-Brazo Largo, han los cereales
promovido algunas nuevas actividades (fruticultura, horticultura y flo-
ricultura) y especialmente el cultivo de la soja, iniciado a fines de la dé-
cada del 60, en explotaciones
de la Pampa Húmeda en el mercado brasileño, favoreció la importa-
ción de yerba mate de ese origen (RADDAVERO, 1969, 8ESIL, 1976;
BOLSI, 1982). De esta época data la creación de la Comisión Reguladora
de la Yerba Mate (1935) y la prohibición de nuevas plantaciones a partir del
año 1938.

La mayor demanda del mercado nacional son las décadas siguientes y


la entrada de los yerbales misioneros en un tramo descendente de su ciclo
productivo, generaron el levantamiento de las restricciones (1950) y signi-
ficaron un nuevo impulso a las plantaciones que llegó hasta la década del
60. A partir de entonces, y equilibrada la producción y el consumo interno,
se entró en un nuevo período de sucesivas restricciones, regulaciones y
estímulos que llega hasta la actualidad. En 1984 se autorizó nuevamente la
ampliación de la superficie en más de 40.000 hectáreas, lo que significará
otro peldaño de esa quebrada curva evolutiva.

La apertura de la selva iniciada por la colonización yerbatera fue se-


guida por las plantaciones de tung a partir del momento en que se produce
la primera crisis de expansión de aquélla y coincidente con los años de la
segunda guerra mundial, que interrumpió el abastecimiento de este olea-
ginoso desde el lejano Oriente a los países occidentales y tonificó los pre-
cios. Este cultivo, introducido por la Compañía Liebig's en sus campos del
nordeste correntino, se difundió rápidamente en Misiones, especialmente
en las colonias privadas del Alto Paraná, hasta alcanzar un techo del orden
de las 50.000 hectáreas en los años 50, época que indica la declinación de
los precios y el estancamiento de la producción.

Concluido el ciclo del tung y el primer ciclo yerbatero, se detuvo


también la inmigración y el desarrollo relativo de la población rural, y una
fuerte emigración caracterizó esta etapa crítica.

La expansión agrícola de los años siguientes estaría asegurada por las


plantaciones de té, iniciadas ya en la década del 30 pero impulsadas no-
tablemente a partir de 1950 por la restricción a las importaciones y el in-
cremento de los precios internos. Este cultivo se asentó especialmente en
las colonias del eje serrano y, paralela
mente, en la banda del Alto Paraná se generalizaron las plantaciones de más recientemente, la instalación de la Planta de Celulosa Argentina de
citrus. Se trata en todos estos casos de una sucesión de etapas de rápida Puerto Piray, de Papel Misionero en Puerto Mineral y Alto Paraná S.A. en
inversión agrícola, en cultivos fijos o perennes, con mayores requeri- Puerto Esperanza, han motorizado notablemente la actividad industrial y el
mientos de capital y de alta rentabilidad. proceso de urbanización misionero, mitigando los efectos de la emigración.

Entre los cultivos anuales, el tabaco —menos exigente en recursos


financieros— se difundió entre los pequeños productores y coadyuvó a la
expansión del área agrícola. El tradicional cultivo de maíz cedió en los años IV. C. El Chaco forestal y algodonero
recientes ante el avance de la soja, especial mente a partir de 1960. La
caña de azúcar, el arroz, el algodón, los frutales y los cultivos de esen-
cias aromáticas, en menores extensiones, completan el panorama del
aprovechamiento agrícola de la selva. La evolución demográfica de la provincia del Chaco, que ilustra la
Plancha 18, presenta etapas definidas por momentos críticos. Con la
La conexión de la red vial de la mesopotamia al ámbito del mercado creación de las primeras colonias agrícolas del oriente y la llegada a Re-
nacional y la pavimentación de los caminos misioneros, especialmente la sistencia de los inmigrantes italianos en 1878, se inició el poblamiento del
ruta Posadas-Iguazú, dejó habilitadas las tierras del Alto Paraná; allí la Chaco, aunque tímidamente dado el aislamiento y la hostilidad indígena
forestación, que se iniciara hacia 1942 en Puerto Piray, ganó rápidamente que caracterizaron esta etapa fundacional. La gran campaña militar de
espacios a la selva y generó un nuevo ciclo a través de una curva soste- 1884 despejó el peligro, y la creación del Territorio Nacional, en ese mismo
nida, alentada por desgravaciones y créditos, hasta cubrir —con pino y año, aseguró al pueblo de Resistencia su condición de capital.
araucaria— una extensión próxima a las 200.000 hectáreas. Las grandes
plantaciones se extienden en las tierras privadas adyacentes al Paraná y El primer estímulo que sacudiría esa inercia primigenia vendría desde
las más pequeñas se dispersan en las colonias de la sierra (MERCANTI, el ámbito pampeano. En efecto, el proceso de formación de su extensa
1983). cuenca ferroviaria y el correlativo avance de la agricultura en las tierras del
sur, significaron una vertiginosa demanda de maderas duras para tra-
Las sucesivas "euforias agrícolas" misioneras se han escalonado en el viesas de ferrocarril, leña para locomotoras y postes para alambrados. A
tiempo como "una carrera de postas" —señala RADDAVERO (1969)— esta demanda interna, que permitiera acoplar el bosque chaqueño al pro-
originando un crecimiento basado en la incorporación de nuevas tierras ceso económico nacional, se agregaría simultáneamente el descubrimiento
ganadas a la selva, hasta generar una estructura productiva diversificada y de las propiedades tánicas del quebracho colorado.
"autocompensada" (BOLSI, 1983). La acumulación de las superficies cu-
biertas con plantaciones en cada uno de estos ciclos guardan un marcado En 1892 el Ferrocarril Santa Fe llegó a la localidad de Sábana, al norte
paralelismo con el desarrollo demográfico. del paralelo 28°, donde permaneció como punta de rieles durante quince
años, formando la columna vertebral de la explotación forestal en la Cuña
La elaboración in situ de los derivados de esta economía extractiva y Boscosa del norte santafesino. En 1895 se instaló la primera fábrica de
de plantaciones: secaderos y molinos de yerba, fábricas de aceite de tung, tanino en su vértice meridional (Fives Lille) y a partir de allí se inició la
establecimientos tealeros, elaboradoras de jugos cítricos, obrajes, ase- explotación forestal que avanzaría hacia el norte, apoyándose en los
rraderos, fábricas de maderas compensadas y, grandes latifundios;
las usinas tanineras de Calchaquí, La Gallareta, Santa Felicia, tar-
tagal. Villa Ana, El Mocoví y Villa Guillermina jalonaron esa vía de pe-
netración ferroviaria y forestal y contribuyeron al asentamiento de miles de
hacheros y obreros fabriles, venidos especialmente desde la provincia de
Corrientes (BIALET MASSE 1968). Las inversiones de origen francés,
inglés y alemán introdujeron la explotación del bosque y la elaboración del
tanino en el régimen de las grandes industrias ligadas al comercio inter-
nacional.

Este estilo de aprovechamiento, por su carácter itinerante, produjo un


poblamiento provisorio que, a medida que la explotación y el ferrocarril
avanzaron hacia el norte, fue dejando atrás los bosques degradados, el
cierre de fábricas, el despoblamiento y una actividad ganadera que no
alcanzó a compensar los efectos demográficos negativos.

En 1907 el ferrocarril extendió la línea de La Sábana a Resistencia y a


partir de ese entonces se inició la instalación de 12 fábricas en el oriente
chaqueño, especialmente en las proximidades de Resistencia, y algunas
sobre los latifundios del sur (Samuhú, Villa Ángela y General Pinedo).

La explotación forestal y la ocupación ganadera de las grandes pro-


piedades fue acompañada por un movimiento migratorio intenso espe-
cialmente de correntinos y santafesinos que incrementaron la población
urbana en las primeras décadas del siglo, en cuanto ésta era la época de
los pueblos tanineros o de las ciudades-fábrica.

Los continuos desplazamientos de las áreas de explotación forestal


generaron sucesivas crisis locales y el cierre de fábricas hasta llegar a la
década del 30, cuando la capacidad instalada superó la demanda mundial
de tanino y empezó el período recesivo, que aún continúa. Por esa misma
época, al concluirse la red ferroviaria nacional, se redujo la demanda de
durmientes y, más tarde, la de leña cuando empiezan a sustituirse las
locomotoras a vapor. Desde el punto de vista geográfico los resultados de
este ciclo económico son verdaderamente magros.
Si bien a partir de la última década del siglo pasado se intentaba la industria textil de hilados y tejidos prefirió la cercanía del mercado
desarrollar el cultivo de algodón en los Territorios Nacionales, fue necesa- consumidor; el 95% de los husos de hilar se localizan en Buenos Aires y
rio esperar hasta la segunda y tercera década del actual para que se dieran Gran Buenos Aires.
las condiciones que provocarían sucesivos estímulos. El primero generado
por la Gran Guerra que triplicó los precios del algodón (1916), coincidiendo Al promediar la década del 50 existían en la provincia del Chaco más
con la habilitación del ferrocarril Resistencia-Avia Terai, lo que significó la de 100 desmotadoras y 13 fábricas de aceite que contribuyeron al
apertura simultánea de las tierras vírgenes del fisco. El segundo radicó en desarrollo industrial de esta etapa algodonera. Por esta época la produc-
la disminución de la producción norteamericana, por efecto de plagas ción nacional alcanzó los nivelen del consumo de fibra de la industria textil
(1922) que incidió en un nuevo aumento de los precios. A ello debe agre- -estabilizado en 110.000 toneladas anuales- y los consecuentes desequi-
garse la inversión de capitales extranjeros en las etapas industriales: librios entre oferta y demanda redujeron notablemente los precios. La
desmotadoras, compensadoras de fibra de algodón y fábricas de caída casi vertical de la superficie cultivada, el cierre del 50% de las
aceite. Estos factores produjeron el extraordinario desarrollo de los cultivos desmotadoras y del 70% de las aceiterías marcaron el comienzo de la
que, en esta primera etapa, fueron destinados a la exportación. etapa de emigración rural y de la caída de la actividad industrial.

La crisis del 30 y la protección de la industria textil nacional cambiaron ROFMAN (1982) destaca que mientras los industriales hilanderos son
el destino de la producción algodonera hacia este mercado y evolucionaron también propietarios de desmotadoras, esa integración vertical de la in-
conjuntamente. La inmigración y el poblamiento, especialmente del ámbito dustria refuerza su poder negociador y son los actores de mayor poder y
rural, siguieron una evolución paralela a la extensión de la superficie cul- control en la fijación de los precios y, por ende, en la determinación del
tivada. En 1926 las ganancias por hectárea de cultivo, en campos fiscales, destino de los beneficios. Para abonar esta afirmación señala que las se-
era de $ 68 en el maíz y $ 170 en la caña de azúcar —los cultivos tradi- ries históricas de precios de venta de los dos eslabones del circuito indican
cionales— mientras que el algodón daba un beneficio líquido de $ 300 por que, desde 1956 a 1972, los precios de algodón en bruto y de la fibra se
hectárea (MUELLO), estas proporciones justifican la marcada tendencia al han visto deteriorados, mientras que los precios del hilado han sido favo-
monocultivo. rables y se distancian sistemáticamente de aquellos de la materia prima
regional, lo que evidencia una transferencia de beneficios a la región nu-
Una vez desmotado, el algodón alcanza un rendimiento promedio de clear y la acentuación de la postración de la actividad algodonera primaria.
60% de semilla, 30% de fibra y un 10% de residuos; estos derivados, en la
época en que se iniciaba el ciclo de desarrollo del cultivo —año 1923—, La persistencia de esta situación y los altibajos de las últimas décadas,
tenían un precio de $ 30 por tonelada de semilla y $ 1.200 la de fibra; esa han generado un proceso de reorientación que consiste en la adopción de
diferencia y el costo de los fletes ferroviarios, por sus tarifas parabólicas, los cultivos pampeanos: girasol, sorgo, trigo, maíz. Este cambio ha sido
hacía que el traslado a Buenos Aires, por ejemplo, significara un costo de $ posible en aquellas chacras de mayores dimensiones, donde la rentabili-
32 por tonelada para la semilla, es decir, el 107% de su valor; mientras que dad pueda justificar el cambio, con lo cual se ha alentado una ampliación
para la fibra era de $ 40 lo que representa el 3,3% (SCHLEH, 1923). Estas de la superficie agrícola total. En la campaña 1939-40 se sembraron
proporciones ilustran acerca de las causas de la localización de las etapas 350.300 hectáreas de algodón y 56.984 de otros cultivos, lo que hace un
industriales, las desmotadoras, las compresoras de fibra y las aceiterías se total de 407.284 hectáreas; mientras que en la campaña 1969-70 los cul-
concentraron en el área productora, mientras que tivos de algodón se redu
jeron a 267.000 hectáreas y los otros cultivos aumentaron a 419.954 hec-
táreas, es decir, un total de 686.954 hectáreas. En los últimos años esta
cifra se ha ampliado a 900.000 hectáreas.

Este proceso de "pampeanización" del Chaco y de ensanchamiento


de su base económica, correlativo con el desarrollo de su red vial y la
apertura de nuevas tierras, está generando paralelamente un nuevo tipo de
infraestructura productiva: a los obrajes y a la red desmotadoras, expo-
nentes típicamente regionales de la década del 40, se han agregado en
estos años los elevadores de granos —localizados en el puerto de Ba-
rranqueras— los silos en las áreas productoras, los molinos harine-
ros, etc., es decir, los elementos de fijación que tienden a dar cierta esta-
bilidad a este nuevo tipo de explotación de la tierra.

A los "tres ciclos chaqueños", la colonia, el tanino y el algodón, re-


conocidos por Guido MIRANDA en 1955, habría que agregar esta etapa
reciente.

IV. D. Formosa ganadera, forestal y agrícola

La evolución demográfica y de las actividades productivas de la pro-


vincia de Formosa, ilustradas en la Plancha 19, no difieren mucho de
aquellas del Chaco, salvo sus volúmenes más reducidos por obvias ra-
zones de superficie y situación y cierto desfase temporal de los procesos
que denotan un desarrollo más tardío, atribuible a razones de distancia y a
la carencia de medios de comunicación, que acentúan su condición peri-
férica.

Fundada la ciudad de Formosa en 1879, como cabecera del Gobierno


del Chaco y cantón militar de frontera, se convirtió en capital del Territorio
en 1884, año en que se crean los Territorios Nacionales y se fija el límite
con el Chaco mediante el río Bermejo. La etapa inicial se desenvolvió en el
sector oriental, próximo a la vía fluvial del río Paraguay mediante la cual
se vinculaba con el
resto del Litoral. A principios de la década del 80 -según LATZINA $ 61, cifras que señalan las diferentes características y la posible demanda
(1882)— las colonias ribereñas: Formosa, Aquino, Monte Lindo, Bouvier, en cada uno de estos ámbitos.
Puerto Pilcomayo y Cano, y siete obrajes de las proximidades, tenían un
total de 4.000 habitantes. La agricultura de subsistencia, la extracción de A partir de la década del 30 empiezan a constituirse tres frentes de
madera de los bosques aledaños, la ganadería y un ingenio azucarero avance agrícola desde la ribera del Paraguay, estimulados por la instala-
dieron vida a esta nueva estructura. Hacia 1890 la Eagle Gin Cotón intro- ción de desmotadoras por parte del Estado Nacional. El frente septen-
dujo una desmotadora, pero todavía no estaban dadas las condiciones trional aprovechó los albardones del riacho Porteño y las tierras altas
para la difusión del cultivo del algodón. Semejante al caso del Chaco las próximas al Pilcomayo inferior, extendiéndose desde Clorinda hacia Espi-
energías vendrían desde el sur. nillo; la colonia Laguna Blanca —en el centro de esta lonja— contaba en
1935 con 150 explotaciones y en la década del 60 llegó a 1.500. El frente
En 1904 se instaló en la ciudad capital la fábrica de extracto de del centro se apoyó en las colonias estatales unidas por la vía férrea,
quebracho La Formosa, que a los pocos años explotaba 90 leguas de formando núcleos en Pirané e Ibarreta, donde se instalan desmotadoras
campo de su propiedad, asegurando el abastecimiento de rollizos mediante oficiales; el avance sobre tierras libres de inundación y la ampliación de las
64 kilómetros de Decauville convergentes en el puerto de Formosa. Junto chacras por desmonte permitieron extender la superficie media de las
a la fábrica Dubosc, también localizada en la capital, tomó desarrollo la explotaciones en un 35% con respecto al año 1935. El frente meridional
industria taninera (CENOZ, 1913). ocupó las tierras libres, fiscales o de las colonias, sobre los albardones del
Bermejo; El Colorado, Villa Dos Trece (Kilómetro 213) y Colonia Villafañe
En 1908 comenzó la construcción del ferrocarril, a partir de Formosa, y se convirtieron en los núcleos activos de este sector. El avance de estos
en 1915 llegó a Las Lomitas, proyectando la explotación de los bosques tres frentes fue consolidando el minifundio agrícola, especialmente en los
hacia el noroeste y formando núcleos de intensa actividad forestal en Palo sectores norte y sur.
Santo y en otros pueblos de "la línea". Paralelamente, la ocupación de las
grandes propiedades fue asentando una ganadería de cría sobre los El desarrollo agrícola, basado casi exclusivamente en el algodón, y las
campos abiertos del oriente húmedo. Pero debe observarse que hasta las actividades forestal y ganadera, fueron acompañados por el aporte inmi-
primeras décadas del siglo, el movimiento económico y demográfico de los gratorio hasta la década del 50 y contribuyeron al crecimiento de la pobla-
llanos boscosos del Chaco tenía sus polos activos más al sur, en el ámbito ción urbana, que empezaba a sustentarse en la transformación de la ma-
taninero del norte santafesino, en el oriente de la provincia del Chaco y en teria prima regional 12 desmotadoras, numerosos aserraderos y la in-
la planicie central, recién habilitada e integrada por la vía férrea al mercado dustria textil localizada en la capital.
nacional y al puerto de Buenos Aires.
La crisis algodonera que afectara tan agudamente a la provincia del
Por el mismo decreto del Gobierno Nacional que creara las colonias Chaco, tuvo aquí efectos menos intensos, pero que se reflejaron en una
del interior chaqueño en 1921, se habilitaron con igual finalidad 822.050 detención del aporte inmigratorio y en un proceso de creciente emigración.
hectáreas en Formosa, lo que trajo aparejada una creciente inmigración, El cierre de la mitad de las desmotadoras y el estancamiento forestal con-
especialmente de origen provinciano y desde el Paraguay, y el inicio del tribuyeron al receso industrial.
ciclo algodonero. Los precios de las tierras de estas nuevas colonias
oscilaban entre $ 5 y $ 50 la hectárea, según su distancia a la vía férrea, La habilitación de los caminos pavimentados a partir de la década del
mientras que en el Chaco eran de $ 33 a 60 y, especialmente, la conexión directa mediante la ruta nacional N° 11
con los mercados del sur, tuvieron efectos estimulan-
tes sobre la nueva etapa que se iniciara tras la crisis algodonera. La di- retener en el ámbito regional el propio crecimiento natural de la población.
versificación agrícola significó agregar a las parcelas de maíz y algodón La emigración es la característica común y constituye un síntoma de em-
nuevas extensiones de sorgo, trigo y, más recientemente, soja, sobre pobrecimiento, como lo hemos señalado en el capítulo inicial.
todo en las explotaciones medianas y grandes; entre 1960 y 1980 la su-
perficie cultivada con cereales pasó de 20.000 a 60.000 hectáreas. La Esta realidad actual, empobrecimiento y emigración y mayor pro-
incorporación del arroz en las tierras bajas del oriente, de la horticultura, ducción, es un contrasentido que plantea el problema de las causas. Si
las plantaciones de citrus y, especialmente, los cultivos de bananero, han bien las opiniones son diversas, los estudios realizados a nivel regional y
ensanchado las bases económicas de Formosa. Debe destacarse que la nacional parecen coincidir en el llamado "deterioro de los términos de
producción de bananas pasó del 25% del total nacional, en el quinquenio intercambio", como causa básica de este proceso regresivo; es decir, los
1955-59, al 80% en 1970-74; este crecimiento hizo que la producción de productos regionales —fundamentalmente agropecuarios y forestales—
bananas fuera la más importante en la generación del valor agregado cada vez valen menos, mientras que los productos industrializados que la
agrícola de la provincia, superando incluso al algodón (BESIL, 1976). región requiere e importa desde el área nuclear del país, cada vez valen
más. Estas relaciones de precios relativos, regulados por factores de polí-
Esta etapa reciente produjo la duplicación de la superficie agrícola en tica económica, son semejantes a las que señalan insistentemente las
las dos últimas décadas, manteniendo el proceso de avance hacia el oeste, autoridades nacionales cuando se refieren a las exportaciones agrope-
donde los frentes pioneros todavía activos contribuyen a explicar el estado cuarias argentinas y lo que se paga por ellas en los países centrales del
legal de la ocupación de la tierra: de las explotaciones agrícolas sólo el 5% mundo. La línea argumental es la misma, sólo cambia la escala. Los es-
son propietarios, el 20% cuenta con certificado de adjudicación y el resto tudios realizados por ALMONAGID (1963), por el C.F.I. (Bases para el
corresponde a ocupantes u otras formas de tenencia (Diagnóstico Provin- desarrollo regional argentino, 1963). MAKLER (1967) FERRARO (1973),
cial, 1980, SEPLADE). ROFMAN (1982) señalan los efectos negativos de ese deterioro como uno
de los factores básicos del desequilibrio inter-regional argentino.
IV. E. La organización regional
Desde el punto de vista geográfico, el desarrollo de los ciclos econó-
Cada una de las provincias del Nordeste, según sus propias circuns- micos de las provincias del Nordeste ha concretado sus propios esquemas
tancias y características naturales, frente a los estímulos de cada época, espaciales, en los que se destaca la señalada dispersión de sus focos de
produjo respuestas diversas que dieron lugar a sucesivas etapas produc- mayor intensidad productiva y demográfica; de manera tal que mientras la
tivas y fueron agregando así nuevos elementos a sus estructuras econó- geografía de la producción lleva implícita una gran diferenciación y dis-
micas. Si bien en algunos casos hubieron sustituciones o reemplazos, esas persión, es decir, áreas económicas definidas: ganaderas, forestales,
sucesiones significaron complementación y adición; es decir, economías agrícolas y, dentro de éstas, unas especializadas en el cultivo de algodón,
más complejas, más compensadas, mediante renovados esfuerzos, otras de tabaco, de yerba, de citrus, etc., por el contrario, la geografía del
que incorporaron nuevas tierras a la producción. La expansión del área consumo —como lo señala BERRY (1971)— implica demandas de pare-
aprovechada durante las últimas décadas es destacable en el conjunto del cidos conjuntos de bienes que se repiten en muchas regiones. Nace en-
Nordeste, sin embargo no ha sido suficiente para generar las condi- tonces la necesidad de la articulación espacial, de la que se ocupan el sis-
ciones que puedan tema de intercambio y distribución y los nodos, o centros, hacia
donde concurren los movimientos que esa articulación requiere. "Los en el tramo que va desde Corrientes a Posadas e Iguazú, y las rutas y
puntos de acopio local —destaca BERRY— recogen las especialidades líneas férreas que arrancan desde Formosa y Resistencia hacia el no-
productivas de las regiones productoras y los puntos de distribución local roeste. En otro nivel, pero con funciones semejantes, se encuentran las
importan los bienes y servicios que los consumidores necesitan, proce- rutas que nacen en Clorinda y Reconquista y se proyectan hacia el oeste.
dentes de muchos puntos de acopio en otras localidades. . . es en las Estos ejes han servido en diversa medida para abrir las tierras del interior,
ciudades donde se entrelazan la geografía de la producción y la del con- promover el desarrollo y el poblamiento y también para la integración re-
sumo. . ." Desde este punto de vista, la ciudad deja de ser el lugar de la gional.
simple residencia improductiva para constituir el genuino precipitado geo-
gráfico de un complejo de funciones de importancia vital para la vida y para La intersección de los ejes nacionales y regionales constituyen los
el desarrollo de las regiones que cada una comanda. Los medios de puntos de ruptura de cargas, es decir, los lugares privilegiados del espacio
comunicación y transporte se insertan en este esquema, de nodos para ensamblar los flujos económicos correspondientes a ambas escalas.
dispersos, para asegurar el cumplimiento de las "funciones urbanas" En esos puntos de interconexión entre los flujos regionales y nacionales, la
y, a través de éstas, esos centros adquieren sus diversas jerarquías. concentración y redistribución de bienes y ser-vicios se constituye en una
función básica que estimula el crecimiento urbano.
En la Plancha 20, la Fig. A ilustra si dispositivo geográfico de la red
urbana y sus centros, jerarquizados en función del volumen demográfico, y La distribución geográfica de la actividad industrial, representada en la
la red ferroviaria, vial y fluvial que sirve de nexo entre esos centros y con el Fig. B sobre la base del número de personas ocupadas en esa actividad en
exterior del Nordeste, 1985, permite señalar la existencia de dos grandes conjuntos, uno en Mi-
siones, dónde la industria se dispersa para adaptarse a la propia dispersión
En los ejes de circulación se pueden distinguir dos grupos que res- de las plantaciones y del aprovechamiento forestal, que generan la materia
ponden a funciones específicas en la organización territorial. Los de je- prima para su elaboración in situ; el otro conjunto tiende a alinearse sobre
rarquía nacional canalizan en mayor medida los bienes y servicios de esta el eje fluvial Paraguay-Paraná. En este esquema sobresale el núcleo del
escala y se caracterizan por su disposición submeridiana, en la medida que Gran Resistencia, que agrega a !a transformación de la materia prima
sirven para evacuar la producción de las provincias del Nordeste hacia el regional —industria textil, taninera y frigorífica— algunas plantas elabora-
gran mercado nacional y para asegurar la provisión de los productos in- doras de materia prima extraña al Nordeste; estos son los casos de la
dustrializados que ellas requieren. National Lead Co. de Puerto Vuelas (fundición de plomo) y Tamet (planta
de arrabio). Su posición sobre el eje fluvial y de enlace con las líneas fé-
Pueden distinguirse en la Fig. A el eje ferroviario y vial (ruta 14) del rreas y viales, le ha permitido esta posibilidad industrial y también la de
oriente, que sigue la traza del río Uruguay y asegura la integración de convertirse en centro regional del movimiento cerealero (elevadores de
Misiones y del oriente correntino al mercado nacional. Sobre la línea del granos), de la distribución de combustibles y del comercio mayorista.
Paraguay-Paraná, las rutas 11 y 12 y los tramos ferroviarios que la Compartiendo esta posición, sobre el codo interno del Paraná, la ciudad de
acompañan definen el eje central. Hacia el oeste, la línea férrea Caste- Corrientes agregó a la transformación de la materia prima regional una
lli-Sáenz Peña y Avia Terai-Pinedo-Tostado y los tramos de rutas paralelas importante industria naval.
definen el tercer eje de escala nacional.
Salvo estos casos aislados, aunque importantes, y algunos de
Los ejes de jerarquía regional tienden a orientarse en dirección
zonal y entre ellos pueden incluirse la ruta nacional N°12,
Misiones, la débil industria existente en el Nordeste realiza sólo los tramos
iniciales de la transformación de la materia prima que brinda la actividad
agropecuaria y forestal.

La distribución del personal ocupado en el comercio y servicios, re-


presentada en la Fig. C, permite destacar la marcada concentración en las
ciudades capitales, a lo que habría que agregar también el importante
aporte de la función administrativa, especialmente desarrollada en los
últimos años. A título de ejemplo, aunque el caso es generalizaba, seña-
lemos que en, la provincia del Chaco, en 1965, el 60% del producto bruto
estaba conformado por bienes y el 40% restante correspondía al sector
servicios; mientras que en 1985 los bienes se han reducido al 32% y los
servicios han trepado al 68% ( BE S lL y GELMAN, 1987).

Concentración de la actividad en ¡as ciudades capitales

(En % sobre el total de cada provincia)

Personal ocu- Personal Ocupado Población


pado en la indus- en comercio y ser- (1980)
tria (1985) vicios (1985) .

POSADAS 11% 46% 24 %

CORRIENTES 38% 38% 27 %

RESISTENCIA 34% 45% 31 %

FORMOSA 45% 48% 32 %

Debe advertirse que las situaciones geográficas relativas de las cuatro


capitales provinciales presentan algunas diferencias significativas. Si bien
todas son perimetrales respecto de los ámbitos provinciales que cada una
administra, la localización meridional de Buenos
Aires y de la Pampa Húmeda, es decir, del gran mercado nacional y del
puerto de exportación, hace que las posiciones relativas de Posadas, Re-
sistencia y Formosa sean más ventajosas, en cuanto se convierten en
etapas forzosas de los flujos económicos regionales y nacionales y, de este
modo, cumplen la función de nexos intermediarios, o de relay, y pueden
proyectar sus respectivos hinterlands hacia el interior de las provincias que
comandan. Mientras que Corrientes, situada sobre e! borde septentrional
de esa provincia, tiene mayores dificultades para proyectar su influencia
hacia el sur, al entrar en competencia con la fuerza de atracción del gran
núcleo nacional y de otros centros próximos que cumplen esa función;
intermediaria.

El desarrollo urbano de las capitales provinciales, dentro de la etapa de


estancamiento generalizado que vive el Nordeste, ha sido visto como la
parte positiva del proceso económico espacial, en cuanto constituyen "una
interesante red nodal que debe servir de base para la futura configuración
del desarrollo de las regiones periféricas" (FERRARQ, 1973).

Para sintetizar sinópticamente las diferentes combinaciones espacia-


les de cada área del Nordeste y su articulación regional, hemos tratado de
componer una imagen cartográfica a partir de una superposición selectiva
de los elementos más significativos del conjunto (ver Plancha 21). Para
ello hemos recurrido a las distribuciones contenidas en los mapas analíti-
cos: la base física incluye el traza do de los elementos más destacados de
la red hidrográfica, tres o cuatro isohietas indicativas del gradiente hídrico
regional y de las franjas de cambio de los regímenes pluviométricos
(Plancha 5, Fig. D) y las áreas con predominio de montes y bosques na-
turales (Plancha 9, Fig. A). El uso del suelo distingue las superficies de
mayor concentración de los cultivos anuales y permanentes (Plancha 4,
Fig. A) y las diferentes intensidades y calidades de la ocupación ganadera
(Planchas 16, 18 y 19). Sobre ese fondo informativo se han superpuesto los
centros urbanos, ponderados según su volumen demográfico (Plancha 20,
Fig. A), y las interconexiones que sugieren los flujos ferroviarios y carre-
teros (Plancha 4, Fig. B).
La propia escala de la representación restringe la posibilidad de au- sea que se trate de las vertientes de barlovento —beneficiadas por lluvias
mentar la riqueza informativa, se trata por ello de una composición selec- orográficas— como es el caso típico de Tucumán y otros flancos serranos
tiva, a la que BRUNET (1962) denomina "croquis de geografía", en al cual del Noroeste; o bien de valles y planicies irrigadas por algunos pocos ríos
se trata de equilibrar los numerosos elementos que proporciona el análisis aislados, como son los oasis cuyanos, el alto valle del Río Negro y los
con la claridad que requiere una visión sintética del conjunto. Este croquis llamados "oasis pobres" de las Sierras Pampeanas. En todos los casos se
no significa una elaboración cartográfica menor, un esquema ligero, apro- trata de espacios menores, aislados o disociados, de modo tal que los
ximado o hecho a ojo, sino una representación simplificada de la reali- núcleos económicos que ellos han generado son notablemente exiguos en
dad espacial —un modelo—, que no apunta al detalle ni a la precisión extensión si los comparamos con el ámbito pampeano y, naturalmente,
analítica, sino que quiere "simbolizar el complejo" y proporcionar una visión con menores posibilidades de generar por sí mismos centros urbanos de
integrada del espacio geográfico. El logro de este propósito sería más difícil máxima jerarquía. Tal vez sea ésta la mayor de las "geodiversidades" a las
a través de la palabra ya que —como lo señalara PENCK (Í948)— "la di- que se refiere REY BALMACEDA y que señaláramos en el capítulo inicial.
ficultad para la palabra en las descripciones regionales está en que su
objeto es área) y la palabra sólo puede proceder paso a paso, linealmente. En el caso particular del Nordeste debe observarse que la aridez no es
. ." el factor limitante que pueda fraccionar o aislar los espacios útiles, en
cuanto se trata de una continuación hacia el trópico del ámbito húmedo
IV. F. El carácter regional y la regionalización pampeano, sin embargo no presenta continuidad de ocupación sino áreas
dispersas de mayor actividad, generadas por una asociación de factores
En el capítulo inicial, al tratar la posición del Nordeste en el marco fisiográficos y del propio proceso de ocupación territorial que hemos des-
nacional, destacamos algunos elementos del proceso de formación de la cripto. Se comprende así la sintética definición geográfica de GOTTMANN
gran región nuclear de! país y la dilatada periferia que constituye la Argen- (1972): "La Argentina está, pues, formada por tres elementos, la región
tina extra pampeana. En esa región nuclear las extensas áreas da ocupa- urbana de Buenos Aires, la región agrícolo-ganadera de la Pampa y, en fin,
ción intensiva y continua del espacio generaron una base sólida para el resto del país, que comprende las regiones marginales de explotación
sustentar una alta densidad poblacional que, a su vez, produjo concen- esporádica".
traciones (núcleos urbanos, servicios y funciones) de máxima jerarquía.
La ventaja natural de la llamada Pampa Húmeda, su situación geográfica En la Plancha 22, la Fig. A muestra esa región nuclear y los subsis-
(central en la Argentina y con el puerto atlántico de más baja latitud) y su temas periféricos. La isolínea del 70% de la población argentina concen-
desarrollo territorial inducido y financiado desde el exterior, tiene su con- trada en torno a Buenos Aires es coincidente con más del 80% del personal
trapartida prácticamente en casi todo el resto del país. ocupado en la industria e igual proporción en el comercio y servicios, y
define el núcleo básico del mercado consumidor nacional. Sus relaciones
Obsérvese que las regiones del Noroeste, las Sierras Pampeanas, con la periferia están indicadas en la Fig. A, mediante el esquema radial y
Cuyo y la Patagonia, constituyen ámbitos de marcada aridez que solo convergente que se iniciara con el trazado de la red ferroviaria, de las
cuentan con algunos focos o núcleos aislados de humedad, líneas telegráficas y telefónicas, luego siguiera con los caminos pavimen-
tados, con los oleoductos y gasoductos y, más recientemente, con las
líneas de alta tensión. La convergencia de los vuelos de las líneas aéreas,
no
representadas en la figura dada su alta densidad en torno a Buenos Aires, en un sistema normal o lineal y ocupando el décimo segundo lugar, debería
constituye el apogeo de la centralización y expresa claramente esa reali- tener la doceava parte de la primera, es decir, aproximadamente 800.000
dad. Asi como el Nordeste aparece en este esquema como el proveedor de habitantes; pero la curva real nos muestra un marcado escalón entre la
materia prima (yerba, algodón, tabaco, té, maderas, lanas, tanino, etc.) de ciudad cabecera y las restantes del sistema, que es característico de las
ese mercado nacional concentrado, o del puerto de Buenos Aires si el economías poco desarrolladas (BOLSI y BRUNIARD, 1983).
destino es !a exportación; el resto de la periferia del país presenta un
comportamiento semejante, sea a través del azúcar, del tabaco, del gas o Las conclusiones de los estudios mencionados, que se reflejan en el
del petróleo del Noroeste, de los vinos y frutas de Cuyo o del Alto Valle, desequilibrio de las jerarquías de los lugares centrales, promovieron las
además del gas, del petróleo y la energía eléctrica que también le acerca la acciones destinadas a corregir o a paliar las distorsiones espaciales me-
Patagonia. diante el desarrollo de polos de compensación en la periferia. En las Bases
para el desarrollo regional argentino se señala que "en lugar de crecimiento
Este modelo espacial de la economía, o esas 'dos Argentinas", seña- necesitamos desarrollo; es decir la modificación previa de nuestra defor-
ladas por KUHN en 1928, fueron reveladas en toda su magnitud en 'os mación estructural y luego el crecimiento de la estructura modificada", y
estudios promovidos por el Consejo Federal de Inversiones en !a década para el logro de este objetivo se proponía, como estrategia espacial la
del 60 (Relevamiento de la Estructura Regional de la Economía Argentina, "necesidad de un desarrollo apoyado en un gran espacio polo integrado
1962 y Bases para el desarrollo regional argentino, 1963), en cuanto el con el interior a través de polos de menor magnitud".
proceso industrial, intensificado a par tir de 1930, había agravado el fe-
nómeno de centralización En estos estudios se señala que "el análisis de Recogiendo estos diagnósticos, el "Sistema Nacional de Planeamiento
los principales atributos eco nómicos sobre el espacio geográfico ofrece y Acción para el Desarrollo" estableció, en 1966, una división regional del
como resultado el panorama de una estructura espacial deformada y des- país que, según se especificara en ese entonces, tenía en cuenta "el
articulada" se destaca también que 'el comercio interno de nuestro país se concepto de región nodal o polarizada", y agregaba que "las regiones plan
realiza en forma de abanico y radial con sentido convergente. . "y que, o nodales, visualizan un futuro. . ." (MARÍN, 1967). De este modo nació la
además de la característica radial, "es evidente la deficiencia en cuanto a "región Nordeste" y las restantes del sistema, indicadas en la Fig. C. Al
las relaciones comerciales entre !a periferia. " Los pequeños núcleos ais- parecer el marco da las provincias, consagrado por nuestra organización
lados de las regiones periféricas "aparecen como islas económicas, de federal, resultaba insuficiente y era necesario reunir varias de ellas para
escasa importancia, solamente relacionadas con un polo dominante", es conformar espacios con mayor fuerza económica y posibilidades de
decir, un gran centro de escala nacional y subcentros dependientes de competitividad.
aquél.
Siguiendo estos lineamientos la "Junta de Gobernadores del Nordes-
En la Fig. B, la curva de rango-tamaño establece la relación entre la te", en 1967, declaró que "aspira a asegurar el equilibrio intra-regional,
población de la ciudad mayor (Buenos Aires y Gran Buenos Aires, con 10 logrando la consolidación de un potente polo dina mico en la zona Co-
millones de habitantes) y las restantes del sistema urbano del país, orde- rrientes-Resistencia, y robusteciendo aquella: áreas de Formosa y Misio-
nadas según su jerarquía. En los países de ' alto desarrollo económico esa nes que están en contacto con los países hermanos de la Cuenca del
curva de relación tiende a ser lineal, de modo que la ciudad de rango 2 Plata" (Regionalización, 1967).
alcanzaría la mitad de la población de la primera, la de rango 3 tendría un
tercio y así sucesivamente. El Gran Resistencia, con la mayor población del
Nordeste,
Cabe señalar que la idea de estimular el crecimiento de polos de acompañarse de una política de incentivos a la radicación de industrias. Es
desarrollo" y, a través de ellos, de los diversos conjuntos regionales, había decir que, para ser congruentes con los propósitos y con los fundamentos
sido desarrollada en Francia por PERROUX y difundida entre nosotros por teóricos que movilizaron la regionalización, se debería tratar de reproducir
BOUDEVILLE (1965). Este autor señala que "la región polarizada puede a escala regional, o del Nordeste, un sistema convergente semejante al
definirse como un espacio heterogéneo en el cual las diversas partes son que generó, a escala nacional, al polo concentrado en torno a Buenos Aires
complementarias y mantienen entre sí —y especialmente con los polos —aunque salvando las distancias— ya que este gran centro es lo que es,
dominantes— mayor intercambio que con la región vecina. Se trata, en precisamente, por el largo proceso acumulativo que produjo ese sistema
definitiva, de un lugar de intercambio de bienes y de servicios en el que la centralizado que multiplicó sus funciones a expensas de un vasto territorio;
intensidad interna es superior en todos los puntos a la intensidad externa". en cuanto es obvio, además, que la riqueza del país ni está concentrada en
la Plaza de Mayo ni ese desarrollo obedece a la sola residencia del aparato
Esta concepción, generada en otra realidad geográfica, al burocrático nacional.
ser-trasladada a nuestro país, como herramienta para el cambio territorial,
tropezó con el enorme obstáculo que significaba, por un lado, la desmedida Esta proposición, que pretendía un mayor equilibrio en el orden na-
concentración del mercado consumidor en una región central, que reúne cional mediante la promoción del Nordestea través de un polo que ase-
tres cuartos de la población y de la actividad industrial y, por otro, la exis- gurara un circuito económico de escala regional, y Suya concentración
tencia de cinco o seis regiones periféricas de producción especializada. espacial lograra mayor eficiencia económica, significaba también producir
Difícilmente, y por razones de sobrevivencia, podría lograrse que la inten- un cierto desequilibrio en el interior de la región al privilegiar una determi-
sidad interna del intercambio en cada región periférica alcanzara a ser nada área o polo; de manera que para paliar un desequilibrio nacional
mayor que la intensidad externa, es decir, hacia la región nuclear que había que promover un desequilibrio regional, este sería el otro obstáculo a
concentra más del 70% de la demanda nacional; pero como se trataba vencer, quizás no previsto, en cuanto ello requiere la solidaridad de las
precisamente de revertir ese esquema o, por lo menos atenuarlo, los polos fuerzas vivas de toda la región para obtener el consenso que permita pri-
regionales deberían ser, a partir de entonces, los lugares donde se pro- vilegiar un determinado centro; y también se necesita, por parte de los
ducirían los fenómenos de "localización y asociación industrial y da ese dirigentes y estadistas, cierto conocimiento de los problemas de índole
modo mantendrían el crecimiento de la totalidad de la región" (BOUDE- económico-espacial y de las escalas geográficas.
VILLE, 1965).
A la propuesta de regionalización oficial de los años 1966-67, que
En consecuencia, para convertir las provincias del Nordeste en una contaba entonces como primer antecedente aglutinante con la Universidad
región polarizada planeada, deberían privilegiarse fundamental mente los Nacional del Nordeste, le sucedieron acciones y propuestas encaminadas
movimientos centrípetos, convergentes sobre el polo regional, a los efectos en sentidos divergentes. Por un lado debemos señalar que, en 1967, se
de que e¡ intercambio de bienes y servicios aumentara la intensidad in- estableció en Corrientes la Oficina Regional de Desarrollo y el Ente Fi-
terna. Las políticas a desarrollar tenderían a dotar al polo regional del nanciero Regional (COFIRENE), en 1969 el CONACYT creó la Comisión
equipamiento necesario al desarrollo industrial (agua, energía eléctrica, Regional NEA de Ciencia y Técnica y, en 1973, se inauguró el puente
puertos, etc.) y de un sistema radial de conexiones destinado a integrar las General Belgrano que unió las ciudades de Resistencia y Corrientes y los
dispersas áreas de actividad de las provincias integrantes, en forma se- sistemas carreteros qua convergen en ambas capitales.
mejante a la hipótesis que ilustra la Fig. D. Todo esto, que no es fácil, debía
Por otro lado deben mencionarse también acciones y propuestas con ciones Económicas Provinciales, reunido en Posadas, Formosa reclamó
resultados diferentes. En el mismo año en que se creó la región, la Junta de para su ciudad capital la condición de polo de desarrollo y, al poco tiempo,
Gobernadores fijó las estrategias de desarrollo regional y, en materia vial, las fuerzas vivas de Villa Ángela reclamaron tal condición para esa ciudad
propuso la conclusión de las rutas nacionales 11 y 12 la construcción del chaqueña. En el mismo año, en ei Congreso Provincial de la Economía del
pavimento en las rutas 81, 14, 16 y 98, con la finalidad —expresaban— "de Chaco, las fuerzas productivas del sudoeste reclamaron la pavimentación
integrar física y económicamente a la región . . . vinculándola con el resto de la "ruta nacional N° 95 al sur", es decir, buscando también un canal de
del país, especialmente con el Noroeste, para establecer un nuevo eje de evacuación más directo hacia el centro del esquema nacional, para "evitar
desarrollo regional; y con los países limítrofes, como acto positivo hacia la los fletes falsos" decía la presentación— hacia el polo regional. Al finalizar
integración latinoamericana" (en Rev. Regionalización, N° 3). Según este el año 1970 la Confederación General Económica y la Unión Industrial
enunciado parecería tratarse de una integración interior, centrípeta o in- Argentina, reunidas en Corrientes, propusieron "un sistema objetivo" para
trarregional y, a la vez, interregional o centrífuga; naturalmente el resultado la elección de polos de desarrollo, "dejando en manos de las provincias la
final desde el punto de vista espacial, y según fuera la eficiencia de los posibilidad de acceder a tal régimen Con una o más de sus ciudades". A los
movimientos que esas rutas produjeran, podía ser tanto la integración pocos días la provincia de Santa Fe creó el parque industrial de Recon-
como también la desintegración regional. quista. Al parecer la solidaridad regional no había entrado en las previ-
siones del planificador. Además, estas propuestas revelaban la búsqueda
Obsérvese, por ejemplo, que la ruta nacional N° 14, declarada priori- de soluciones urgentes para la etapa crítica que vivían las provincias.
taria y que constituye la columna vertebral de Misiones, sigue el rumbo del
río Uruguay hasta Buenos Aires; y que, simultáneamente, la región Pam- Al año siguiente el Gobierno Nacional puso en vigencia el "Plan Na-
peana, establecida por el mismo Sistema Nacional, se impuso como polí- cional de Desarrollo para mediano plazo (1971-1975)", en el cual se de-
tica número uno del sector servicios la integración de Entre Ríos al resto del terminaron para la región Nordeste nuevos polos de desarrollo "alrededor
conjunto regional al que fuera asignada esta provincia, mediante la cons- de los cuales se concentrarán los máximos esfuerzos" —señalaba el
trucción del complejo Zarate-Brazo Largo, hasta donde Mega la ruta 14, En plan—, esos polos eran Corrientes-Resistencia y Posadas-Oberá-Santo
oportunidad de licitarse estas obras se señaló que el objetivo era "integrar Tomé. De este modo el Nordeste, región polarizada planeada según el
la mesopotamia". Naturalmente esta integración de la mesopotamia, me- esquema inicial, ¿pasaba a ser bipolarizada o, tal vez, plurinodal?
diante una ruta destinada a servir la demanda de transporte del esquema
"deformado y desarticulado" de la economía argentina, contribuyó a per- Pasado el período del Gobierno Nacional que impulsara esa regiona-
feccionar ese esquema y aceleró el proceso de desintegración de Misiones lización, los gobernadores de las provincias de Santa Fe, Chaco y Santiago
y del oriente correntino respecto del "potente polo dinámico" que se quería del Estero propusieron, en 1975, la creación de polos "en áreas margina-
consolidar en el Nordeste; es decir, se reforzó el antiguo dispositivo ferro- les", uno de ellos en el punto tripartito constituido por las localidades de
viario que produjera la centralización a escala nacional. Obviamente esta Villa Mineti, General Pinedo y Los Juríes. En el mismo año, funcionarios del
política favoreció el desarrollo de Misiones al lograrse una relación más Banco de Entre Ríos promovieron la formación de un "bloque so-
directa con el gran mercado del sur. cial-económico del Nordeste y Mesopotamia" cuyo objetivo apuntaba a
lograr un verdadero polo de desarrollo".
El tan debatido tema regional también fue preocupación de la actividad
privada; en 1970, en el Congreso Regional de las Federa
Más recientemente, en los años que corren, las políticas de promoción abrigar la esperanza de estar en presencia alguna vez de la Región Nor-
industrial impulsadas por leyes y decretos nacionales y provinciales, han deste como estructura espacial polarizada" (BRUNIARD, 1969). Efecti-
sido orientadas en un camino inverso a aquel de la centralización en torno a vamente, después de aquel NEA primigenio de 1967, surgieron otros
polos integradores; en Misiones, por ejemplo, se otorgan preferencias a las MEAS a los cuales se integró, en algunos casos, la provincia de Entre Ríos
áreas de frontera y los departamentos menos beneficiados son precisa- y se excluyó a Santa Fe; más tarde apareció una nueva entidad regional
mente los que correspondían a la zona polo Posadas-Oberá. En Formosa llamada MEA-LITORAL, con el agregado de la provincia de Santa Fe y, en
la aplicación del Decreto Nacional 2406/84 apunta también a la descentra- los últimos años, va tomando vigor un espacio aún mayor llamado
lización y a la promoción del oeste formoseño. En la provincia del Chaco NEA'NOA, que acaba de integrarse bajo la denominación NORTE
ocurre algo semejante, la ley 3098 tiende a "una equilibrada distribución de GRANDE (Rev. Integración del Norte Grande, marzo de 1987, año I, N° 1).
las actividades industriales en todo el territorio de la provincia" y otorga Aquel primer elemento aglutinante, que reposaba en la Universidad Na-
preferencias a las "zonas marginales", con el propósito de lograr la "des- cional del Nordeste, tuvo su primer desprendimiento en 1972 con la crea-
centralización geográfica de las actividades industriales, encauzando las ción de la Universidad Nacional de Misiones y está en trámite la creación
nuevas inversiones y estimulando el traslado de las existentes". Estas de la Universidad Nacional de Formosa.
nuevas orientaciones provinciales, basadas tal vez en un criterio de equi-
dad, extendido al plano geográfico o espacial, tienen tendencia clara a la Al iniciar esta exposición afirmábamos que el Nordeste no constituye
dispersión. una región geográfica, ni homogénea, ni polarizada podríamos agregar
ahora, después de este repaso de los último; años, que también ha dejado
La Fig. E trata de ilustrar los efectos espaciales de las propuestas y de de ser una región plan o prospectiva Es nada más que un conjunto de
algunas obras concretadas en los últimos 20 años. Es comprensible que en provincias contiguas, con alguno: problemas comunes propios de la peri-
la actualidad el desequilibrio interregional argentino sea mayor aún que feria norte, cuyo ámbito territorial puede ser estudiado desde el punto de
hace 20 años y que tampoco tengamos polos de desarrollo, ¡No es para vista geográfico.
menos!

La multipolarización reclamada por las fuerzas vivas de las provincias,


la descentralización propiciada por las dirigencias políticas provinciales y la
centrifugación que de ella resulta a escala regional, no pueden nunca ge-
nerar un polo de suficiente jerarquía para compensar los desequilibrios de
escala nacional, sino que, por el contrario, todas esas políticas y expre-
siones de deseo que tiendan a igualar hacia abajo favorecen la perma-
nencia del desequilibrio nacional. Debe advertirse que sin polo o sin nodo
no habrá región polarizada o nodal; y si los polos son varios, de jerarquía
semejante, habrá varias pequeñas regiones nodales.

Hace ya casi veinte años, cuando la ''región Nordeste" intentaba dar


sus primeros pasos, decíamos: "creemos necesaria, sin usurpar el lugar del
planificador, una buena dosis de optimismo para
BIBLIOG RAFÍ A Y CARTOGRAFÍA DE REFERENCIA

― Atlas General de la Provincia de Misiones (1978, ed. Secretaría de


Planificación y control. Posadas).
― SASAIL Miguel A., La integración. . . (1986, ed. Norte, Resistencia,
28/12).
― BARBERO José y YANES Luis, Los efectos regionales del subsidio al
transporte interurbano de cargas en la República Argentina (1985, ed.
Fac. de Fil. y Letras, Buenos Aires).
― BER ARDI Antonio, Cultivo del Banano en la República Argentina
(1971, en Rev. IDIA. ed. INTA, Buenos Aires, suplemento N°26).
― B E R R Y Brian, Geografía de los centros de mercado y distribución al
por menor. (1971, Barcelona).
― BESIL Antonio, La economía de la región NEA (1976, en Rev. de
Estudios Regionales, ed. Cernea, Corrientes)
― BESIL Antonio y GELMAN Susana, La terciarización de la economía
chaqueña (1987, El Territorio, Resistencia, 15/5).
― B IALE T MASSE Juan, El estado de las clases obreras argentinas a
comienzos del siglo (1968, ed. Univ. Nac. de Córdoba).
― BOLSI Alfredo, La yerba mate y la ocupación del espacio misionero
(1982, en Bol de Estudios Geográficos, Mendoza, N° 80).
― BOLSI Alfredo, Apuntes para la Geografía del Nordeste Argentino
(1985, ed. Inst. de Investigaciones Geohistóricas, Resistencia).
― BOMARELLI Guido y LOMGOBARDI Ernesto, Mapa Geo-Agrológico y
Minero de la Provincia de Corrientes (1929, ed. Imprenta del Estado,
Corrientes, T, I y II).
― B O R R I N l Héctor, La población del Nordeste: análisis comparativo
con los países limítrofes (1978, en Rev. de Estudios Regionales,
CONICET-FUNDANORD, Corrientes).
― BORRINI Héctor y SCHALLER Enrique, El proceso de colonización
en el Impenetrable chaqueño (1981. ed. Inst. de Investigaciones
Geohistóricas, Resistencia).
― BOUDEVILLE Jacques, Los espacios económicos (1965, ed. EU-
DEBA, Buenos. Aires)
― BRUNET Roger, Le croquis de Géographie Régionale et Economique
(1962, SEDES. París).
― CFI. Bases para el Desarrollo Regional Argentino (1963, Consejo
Federal de investigaciones, Buenos Aires).
― CFI e INST. DITELLA, Relevamiento de la Estructura Regional de la
Economía Argentina (1962, Consejo Fed. de Investigación e Inst. T.
Di Tella, Bs. As., T I).
― CABRERA Ángel, Fitogeografía de la República Argentina (1971, en de la Soc. Arg. de Estudios Geográficos, Buenos Aires, N° 1).
Bol. De la Sociedad Argentina de Botánico, Buenos Aires, vol. XIV. N° ― GAIGNARD Romain, Chaco (1969, en Encyclopaedia Universalis,
12) París, T. III).
― CABRERA Ángel, Vegetación y fauna (s/f. en Geografía de la Prov. ― GARCÍA PULIDO José. La explotación del quebracho a historia da una
de Corrientes, ed. preliminar, Corrientes). empresa (1975, ed. Lib. Casa García, Resistencia).
― CAMBAS Aníbal, Proceso de la colonización en Misiones (1977, ed. ― GARCÍA VIZCAÍNO José, Tratado de Política Económica Argentina
Acad. Nac.de la Historia, Tercer Congreso de Hist. Arg. y Regional, Bs. (1974, ed. EUDEBA, Buenos Aires).
As., T. III). ― GIANNESCHI Mario y LEZCANO Antonio, El algodón en la economía
― CARCANO Miguel A. Evolución histórica del régimen de la tierra pú- regional (1969, ed. Facultad de Ciencias Económicas, Resistencia).
blica 1810-1916 (1972, ed. EUOEBA, Buenos Aires). ― GÓMEZ Hernán, Historia de la Gobernación Nacional del Chaco
― CASTELLANOS A., Observaciones sobre la vegetación del occidente (1939, ed. Talleres gráficos San Pablo, Buenos Aires).
de Formosa (1958, en Bol. de la Acad. Nac. de Ciencias, Córdoba, T. ― GORI Gastón, Inmigración y colonización en la Argentina (1964, ed.
XL). EUDEBA, Buenos Aires).
― CASTELLANOS Alfredo, Morfología general de la provincia de Co- ― GORI Gastón, La Forestal, la tragedia del quebracho colorado (1966,
rrientes (1959, en Bol. de la Soc. Arg. de Estudios Geográficos, ed. Platina Stilcograf, Buenos Aires).
Buenos Aires, N° 41-42). ― GOTTMANN Jean, América (1972, ed. Labor, Barcelona).
― CASTELLANOS Alfredo, Antiguas fuentes originarias del río Salado ― GROEBER Pablo, Bosquejo geológico y climatológico de Formosa
del Norte (1961, en Anales de la Sociedad Argentina de Estudios (1958, en Bol. de la Acad. Nacional de Ciencias, Córdoba).
Geográficos, Bs. As,). ― HAUMAM Luden, La selva misionera (1947, en Geografía de la Rca.
― CAVALLO Domingo, MONTERO Héctor y OLIVIERI Dante, Distribu- Argentina, ed. Soc. Arg. de Estudios Geográficos, Buenos Aires).
ción de los recursos fiscales nacionales entre provincias y municipa- ― INDEC, La pobreza en la Argentina (1984, ed. Inst. Nacional de Esta-
lidades. Una evaluación sobre la equidad de los criterios de reparto dística y Censos, Buenos Aires).
(1978, en Rev. Estudios, ed. Fundación Mediterránea, Córdoba). ― JOMES Valentín, Reestructuración del mercado algodonero argentino
― CENOZ Pedro. El Chaco Argentino (1913, ed. Peuser, Buenos Aires). (1965, tesis, Rosario, T, I y II).
― CERANA Luis, Suelos de la fracción norte de los bajos Submeridio- ― KANTER H, Der Südamericanische Chaco und seine Flussprobleme
nales de la provincia de Santa Fe (1960, en Rev. IDIA, ed. INTA (1935, Geografische Wochenschrift, Berlín, T. II).
Buenos Aires, Suplemento N° 1). ― KEIDEL Juan, Clima, desagüe y aguas subterráneas en la Argentina
― DAUS Federico, Argentina (1957, en Geo. Universal dirigida por VIDAL (1948, ed. Inst. de Geografía, Univ. Nac. de Tucumán).
de la BLACHE y L. GALLOIS, ed. Montaner y Simón, Barcelona). ― KÜHM Franz, Capítulos de Geografía Económica Argentina (1928, en
― DAUS Federico, El desarrollo argentino (1969, ed. EUDEBA. Buenos Anales de la Facultad de Ciencias de la Educación, Paraná, T. III).
Aires). ― LABOUGLE DE Raúl, Orígenes de la ganadería en Corrientes (1962,
― DAUS Federico. Fisonomía regional da la República Argentina (1971, en Rev. Humanidades, ed. Ministerio de Educación de la Pcia. de Bs.
ed. Nova, Buenos Aires). As., Año II, N°2),
― FERRARO Roque, El desarrollo regional argentino (1973, ed. Plus ― LARRAMENDY Juan Carlos, La economía algodonera cha-
Ultra, Buenos Aires). queña y sus perspectivas (s/f. ed. Cosecha, Resistencia).
― FOSCHATTI de DELL'ORTO Ana María, El crecimiento de la pobla- ― LATZIMA Francisco, Situación de las Colonias Nacionales a fines de
ción del Nordeste Argentino entra 1914 y 1978 (1983, en Testimonios, 1830 (en Bol. del Inst.. Geográfico Argentino, Buenos Aires, 1832, T.
ed. Facultad de Humanidades, Resistencia). III).
― FRENGUELLI Joaquín, Algunos datos sobre la falla del río Paraná y la ― LEDESMA Lino L., Introducción al conocimiento de los suelos del
estructura de sus labios (1922, en Rev. de la Univ. de Buenos Aires). Chaco (1974. ed. INTA, Buenos Aires).
FRENGUELLI Joaquín, Loess y limos Pampeanos (1925, en Anales ― MAEDER Ernesto, Crónica histórica del Nordeste Argentino (1976, en
Rev. de Estudios Regionales, ed. Cernea, Corrientes, Vol. 1). cumán).
― MAEDER Ernesto, Historia Económica de Corrientes en el periodo ― PÉREZ Marra Emilia, El desarrollo de las redes vial y ferroviaria en el
Virreina, 1776-1810 (1931, ed. Academia Nacional de la Historia, NEA 1872-1980 (1985, Instituto de Investig. Geohistóricas, Resisten-
Buenos Aires). cia).
― MANZI Rubén y GALLARDO Mabel, El paisaje geográfico del noroeste ― PFElFER Gottfried, Observaciones a lo largo de las nuevas fronte-
santafesino (1962, ed. Univ. Nac. del Litoral, Santa Fe). ras de colonización en Paraná y Mato Grosso (1966, en Conferencia
― MANZI Rubén y FRITSCHY Blanca, Paisa/e natural y actividades Reg. Latinoamericana, ed. Soc. Mexicana de Geo. y Estadística, Mé-
agrarias en el norte santafesino (1982, en Bol. de Estudios Geográ- jico, T. I).
ficos, ed. Univ. Nac. de Cuyo, Mendoza, N° 80). ― POENITZ Alfredo. Poblamiento y evolución demográfica de Curuzú
― MARÍN Isidoro, Planificación regional y desarrollo (1967, en Re«. Re- Cuatiá (1984, ed. Inst. de Investig. Geohistóricas, Resistencia).
gionalización, ed. Dirección Gral. de Provincias, Buenos Aires). ― PIZARRO Néstor, Valor de la propiedad rural en Santa Fe 1903
― MARGALOT José A., Geografía de Misiones, (1975, Buenos Aires). (1944, ed. Cuad. de Economía y Finanzas, Univ. Nac de Córdoba).
― MARTÍNEZ CROVETTO Raúl, Esquema fitogeográfico de la Provincia ― Programa de evaluación ambiental permanente. Región NEA (1980,
de Misiones (1963, en Bonplandia, ed. Fac. de Agronomía y Veteri- Subsecretaría de Ordenamiento Ambiental, Buenos Aires).
naria, Corrientes). ― PROHASKA Federico, El polo de calor de América del Sur (1959, en
― MELNECFIUK Marta, Poblamiento y colonización de Misiones desde Rev. IDIA, ed. INTA, Buenos Aires, N° 141).
sus orígenes hasta 1900 (1977, ed. Acad. Nacional de la Historia, ― PROVINCIA DE FORMOSA. Diagnóstico provincial 1980 (1980, ed.
Tercer Congreso de Hist. Argentina y Regional, Buenos Aires, T. III). Secretaría de Planeamiento y Desarrollo, Formosa).
― MERCANTI José A., Economía Forestal de Misiones (1983, ed. Inst. ― RADDAVERO Bruno Carlos, Misiones, síntesis de su evolución agraria
Superior del Prof. A. O. de Montoya, Posadas). (1969, ed. Consejo Provincial de Desarrollo, Posadas).
― MIRANDA Guido, Tres ciclos chaqueños. Crónica histórica regional ― RAGONESE Arturo y CASTIGLIONI Julio, Los Pinares de Araucaria
(1955, ed. Norte Argentino, Resistencia). Angustifolia en la República Argentina (1946, ed. Bol. de la Soc. Ar-
― MIRANDA Guido, Las tres tendencias colonizadoras (1B69, El Terri- gentina de Botánica, Buenos Aires, Vol. I, N° 2).
torio, Resistencia, 21/11). ― RAGONESE Arturo y CASTIGLIONI Julio, La vegetación del Parque
― MORELLO Jorge, Bases para el estudio fitoecológico de los Grandes Chaqueño (1970, en Boletín de la Soc. Argentina de Botánica,
Espacios (El Chaco Argentino), (1967, en Rev. Ciencia e Investigación, Buenos Aires, vol. XI).
Buenos Aires). ― RAZORI Amílcar, Historia de la ciudad argentina (1945, ed. Imprenta
― MORELLO Jorge y ADAMOLI Jorge, Las grandes unidades de vege- López, Buenos Aires, T. I).
tación y ambiente del Chaco Argentino (1974, ed. INTA, Buenos Aires, ― REY BALMACEDA Raúl, Buenos Aires una capital cuestionada (1982,
serie Fito-geog, N° 13). ed. OIKOS, Buenos Aires).
― MOUSSY DE Víctor Martín, Description Géographique et Statistique ― RODRÍGUEZ Luis D., La Argentina (1908, ed. Rodríguez Giles, Bue-
de la Confédération Argentina (1866, ed. Didot, París). nos Aires).
― MUELLO Carlos Alberto, Geografía Económica del Chaco y Formosa ― ROFMAN Alejandro. Dos ensayos sobre planificación regional
(ed. Establ. Gráfico Oceana, 1930, Buenos Aires). (1982. ed. Centro de Estudios Urbanos y Regionales, Buenos Aires).
― PASOTTI Pierina, Vinculación de la tectónica con el recorrido de las ― ROMÁN GUIÑAZU José, Informe preliminar sobre las condiciones
redes hidrográficas en la llanura argentina y en especial en la bonae- fisiográficas de las tierras del Este y Nordeste de la provincia de
rense (1958, en Boletín de Estudios Geográficos, ed. Univ. Nac. de Santiago del Estero que serán atravesadas por el futuro canal de na-
Cuyo, Mendoza, vegación (1957, ed. Comisión Nac. del Bermejo, Buenos Aires).
― PEDELABORDE Pierre, Les Données de la Climatologie (1966, en ― SÁNCHEZ Zacarías, Notas descriptivas de la provincia de Corrientes
Géographie Genérale, ed. Gallimard, Paris). (1894, ed. Moreno, Buenos Aires).
― PENCK Albrecht, La Geografía actual (1948, ed. Univ. Nac. de Tu- ― SCHALLER Enrique, La colonización en el Territorio Nacional del
Chaco en el período 1869-1921 (1986, tesis de licenciatu- MAPAS SUPLEMENTARIOS
ra, Fac. de Humanidades, UMNE, Resistencia).
― SCHLEH Emilio, La industria algodonera en la Argentina. Considera-
ciones sobre su estado actual y su desarrollo futuro (1923, ed. Ferrari,
Bs. As). -
― SCHMIEDER Oscar, Geografía de América Latina (1965, ed. Fondo de
Cultura Económica, Méjico).
― SEWAR Eric J., La industria del extracto de quebracho en la República
Argentina (1957, ed. Fac. de Ciencias Económicas, Univ. de Buenos
Aires, N°52).
― Situación actual y perspectivas de la economía argentina (1966, ed.
Centro de Investigaciones del Instituto de Desarrollo Económico y
Social, Buenos Aires).
― SPORK J. A., Essai de définition et de classification des "régions" en
Géographie (1961, en Acta Géographia, París, fasc. 38).
― SZALAI Alexander, índices de cohesión para la determinación de re-
giones (1971, ed. Nueva Visión, Buenos Aires).
― TERUGGI Mario, Bosquejo geológico del Paraguay y la Provincia de
Corrientes (1970, en Boletín de la Soc. Argentina de Botánica, Buenos
Aires, N° 11).
― TAPIA Augusto, Pilcomayo, Contribución al conocimiento de las lla-
nuras argentinas (1935, en Bol. del Ministerio de Agricultura, Bs. As. N°
40).
― ZAMORANO Mariano, La dominante en la enseñanza de la Geografía
(1981, en Boletín de Estudios Geográficos, ed. Univ. Nac. de Cuyo,
Mendoza, N° 78).

También podría gustarte