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Los sindicatos surgieron en Japón durante la segunda mitad del período Meiji (1869-1912),
cuando el país atravesaba un período de rápida industrialización. Sin embargo, hasta 1945,
el movimiento obrero permaneció débil, obstaculizado por la falta de derechos legales,
legislación antisindical, comités de fábrica organizados por la gerencia y divisiones políticas
entre "cooperativas" y sindicalistas radicales.
Si bien los conservadores se opusieron a una creciente coalición entre partidos de izquierda
y trabajadores organizados, los sindicatos fueron una fuerza importante detrás del exitoso
movimiento de sufragio masculino, que culminó en 1925 y extendió los derechos de voto a
los hombres de 20 años. Mientras que la Sociedad de la Amistad promovía la cooperación
obrero-patronal y una política moderada de ayuda mutua y educación de los trabajadores,
Sodomi se apresuró a adoptar una agenda más radical y beligerante que enfatizaba la lucha
de clases. Esta radicalización reflejó la dramática expansión industrial que tuvo lugar en
Japón a principios del siglo XX, especialmente durante y después del apogeo de la guerra
desencadenada por la Primera Guerra Mundial. La fuerza laboral de las fábricas de
trabajadores masculinos de la industria pesada está creciendo rápidamente. Trabajadores
militantes cuestionan la política de conciliación de la Fraternidad.
A mediados de la década de 1920, el Movimiento Obrero Nacional contaba con casi medio
millón de miembros. Además de organizar huelgas y otras protestas, el sindicato ha
presionado para llegar a otros izquierdistas, como organizaciones juveniles y escuelas
asociadas.
En parte como respuesta a esta agitación, y en parte estimulado por las tecnologías de
producción cambiantes y las nuevas teorías de la práctica laboral, el estado y el sector
privado intensificaron la aplicación de los sistemas de control jerárquico. Todo esto se sumó
a la represión abierta, especialmente después de la aprobación de la Ley de Mantenimiento
de la Paz en 1925. En general, la Ley de Mantenimiento de la Seguridad Pública
implementada durante el Imperio Imperial Japonés fue diseñada para suprimir cualquier
disidencia bajo la interpretación del gobierno.
los sindicatos creados en compañías relativamente grandes, cuyos afiliados son personal
de plantilla con todos sus derechos, pero los trabajadores temporales, a tiempo parcial o
contratados bajo otras modalidades, cuya proporción sobre el conjunto de la población
activa se ha elevado mucho durante los últimos años, y en general los empleados de
pequeñas y medianas empresas, viven situaciones muy diversas. Muchos de ellos no están
afiliados a ningún sindicato, o lo están, pero a sindicatos regionales, que unen a
trabajadores de una determinada área geográfica independientemente de la empresa o el
sector industrial en el que trabajen. Si bien estos sindicatos regionales trabajan activamente
ejerciendo como representantes del trabajador individual para negociar con el empleador y
obtener soluciones sobre cualquier problema surgido en su relación laboral particular, no
han conseguido aglutinar a demasiados trabajadores si lo vemos a un nivel de sector
industrial o de empresas concretas.