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GAME UNIVERSIDAD

ÚLTIMA CENA.
NARRADOR:
Llegó el día de la fiesta de los panes sin levadura, en que se debía sacrificar el
cordero de Pascua. Entonces, Jesús envió a Pedro y a Juan a la ciudad a preparar
lo necesario para celebrar la cena. Se fueron pues, hallaron todo lo necesario y
empezaron a prepararla:
(JUAN Y PEDRO VAN AL ESCENARIO Y TERMINAN DE PREPARAR LA MESA)

JUAN: Pedro, ¿ya tenemos todo listo?


PEDRO: Sí amigo mío, solo estamos esperando a los demás y al maestro para
empezar la cena.
(SE PONE PAUSA Y PEDRO ES EL UNICO QUE SE MUEVE Y SE DIRIGE AL
PÚBLICO COMO SI DIJERA SUS PENSAMIENTOS)
PEDRO: Hoy es el día de la Pascua, y vamos a tener la tradicional cena donde
comeremos cordero y pan ázimo. He notado que el maestro ha estado ansioso por
este momento, si me preguntan, yo estoy muy feliz de que nos vayamos a reunir
todos, aunque me pone nervioso que el maestro haya realizado esta cena en la
ciudad, ya que últimamente hemos sido perseguidos por los sumos sacerdotes.
(SE QUITA LA PAUSA, SIGUE AYUDANDO A JUAN A PREPARAR LA MESA Y
LLEGA JESÚS CON LOS APÓSTOLES)
JESÚS: Hola amigos, me da mucho gusto estar con ustedes esta noche,
sentémonos a la mesa, que tengo algo importante que decirles.
(Se sientan todos a la mesa).
NARRADOR: Jesús sabía que esta iba a ser su última cena, el último momento
que iba a compartir con todos su amigos antes de que sucediera lo que ya estaba
escrito. Los apóstoles se sentían nerviosos por lo que el maestro les iba a decir,
pero Jesús sabía que el tiempo había llegado. Llegado el momento Jesús dijo:
JESÚS: Amigos, tengo algo que decirles.
(SE PONE PAUSA, TODOS SE QUEDAN CONGELADOS, PEDRO SE LEVANTA
DE LA MESA Y DE FRENTE AL PÚBLICO DICE:)
PEDRO: No sé lo que el maestro nos quiera decir ahora, solo espero que no sea
nada malo, aún recuerdo el día en el que estaba pescando y lo vi ahí en la orilla
del mar, recuerdo como nos pidió que lo siguiéramos y algo tan fuerte dentro de mí
que me decía que dejara todo y fuera con él, desde aquel día he aprendido
mucho, en fin, solo espero que todo siga así.
(PEDRO SE VA A SENTAR, SE QUITA LA PAUSA Y LA OBRA SIGUE).
JESÚS: Me da mucha alegría compartir este banquete con ustedes, mis
discípulos, mis amigos. Les quiero decir que esta será mi última cena antes de
partir, ya que no volveré a comer hasta estar en el reino de Dios.
NARRADOR: Jesús, tomando el pan, pronunció la bendición, lo partió y se los dio
a sus discípulos diciendo:
JESÚS: Tomen y coman todos de él, porque esto es mi cuerpo, que será
entregado por ustedes.
(SE PONE PAUSA, PEDRO SE LEVANTA, SE VA AL FRENTE VIENDO AL
PÚBLICO Y DICE)
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PEDRO: ¡¿Su cuerpo?! ¿Qué quiso decir con eso? ¿Acaso nos está diciendo que
va a morir? Él es el maestro, el hijo de Dios vivo, él es mi amigo, yo no dejaré que
nada le suceda.
(SE SIENTA PEDRO, SE QUITA LA PAUSA Y SE PROSIGUE)
NARRADOR: Después, tomó la copa de vino, y dijo:
JESÚS: Tomen y beban todos de ella, porque esta es mi sangre, que será
derramada por ustedes y por muchos.
(SE PONE PAUSA, PEDRO DESDE SU LUGAR DICE)
PEDRO : El señor no lo permita, no dejaré que nada ni nadie haga sangrar a mi
señor.
(SE QUITA LA PAUSA Y SE PROSIGUE CON EL LAVATORIO DE PIES)
(MIENTRAS EL NARRADOR DA PIE AL LAVATORIO DE PIES, PREPARAN LA
BANCA (Y TODO LO NECESARIO) Y UNA SILLA PARA QUE LOS APÓSOLTES
SE VAYAN SENTANDO DE UNO EN UNO)
NARRADOR: Después, Jesús se levantó de la mesa, se quitó el manto y se ató
una toalla a la cintura. Tomó un recipiente con agua y se puso a lavar los pies de
los discípulos.
(Mientras Jesús lava los pies se pone la canción de transfórmame).
(Antes de que Pedro pase a que le laven los pies, la música se detiene y Pedro
dice)
PEDRO:¿Tú, señor, me vas a lavar los pies a mí?
JESÚS: Tú no puedes comprender ahora lo que estoy haciendo. Lo comprenderás
más tarde.
(SE PONE PAUSA. PEDRO MIRA AL FRENTE Y DICE CON TONO DE
RECLAMO)
PEDRO: No entiendo, solo los esclavos lavan los pies, ¡Jesús no es ningún
esclavo! No se qué quiere que comprenda, pero no permitiré que el maestro me
lave los pies a mí, no permitiré que se humille de esa manera.
(SE QUITA LA PAUSA Y SE PROSIGUE)
PEDRO: ¡Jamás me lavarás los pies!
JESÚS: Si no te lavo los pies, no tendrás parte conmigo Pedro. Y quien no tiene
parte conmigo no tendrá parte en el reino de los cielos.
PEDRO: Señor, entonces no solo lávame los pies, ¡Sino las manos y la cabeza!
JESÚS: El que se ha bañado, está completamente limpio, y no hace falta que le
laven más que los pies. Y ustedes están limpios, aunque no todos.
NARRADOR: Jesús dijo “no todos” porque sabía que Judas lo iba a traicionar.
Cuando terminó de lavarles los pies, se puso de nuevo el manto, todos se
sentaron a la mesa y les dijo.
JESÚS: Ustedes me llaman Maestro y Señor, y dicen bien, porque lo soy. Pues si
yo, siendo el Señor y el Maestro, les he lavado los pies a ustedes, con más razón
ustedes deben lavarse los pies los unos a los otros. Yo les he dado el ejemplo, y
ustedes deben hacer lo que yo he hecho.
En verdad les digo que sé que uno de ustedes me va a entregar.
(SE PONE PAUSA, PEDRO VIENDO AL FRENTE DICE)
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PEDRO: ¡¿Entregarlo? ¿Quién se atrevería? Si Jesús ha hecho tanto por


nosotros, como en el monte donde dio de comer a más de 5 mil personas, o el día
de la tormenta cuando Jesús calmó los mares, hemos presenciado tanto, tantos
enfermos curados, tantos demonios expulsados, incluso personas a las que les
fue vuelta a la vida! No sé quién podría, pero quién sea, no lo permitiré, si es
necesario, defenderé a Jesús con mi vida.
(SE QUITA LA PAUSA, PEDRO SE VUELVE A SENTAR Y JESÚS DICE)
JESÚS: Me entregará aquel que menos esperan, aquel que ha compartido
momentos conmigo, aquel que se dice llamar mi amigo y discípulo,
NARRADOR: Al decir esto Jesús, los discípulos se miraron los unos a los otros,
pues no sabían a quién se refería. Jesús, para mostrarles quién iba a ser el que lo
iba a entregar, mojó un pedazo de pan, y se lo dio a Judas Iscariote, hijo de
Simón. Apenas Judas tomó el pedazo de pan, Satanás entro en él. Entonces
Jesús le dijo.
JESÚS: Lo que tengas que hacer, hazlo rápido.
(JUDAS SE LEVANTA, LLENO DE MIEDO SE VA CORRIENDO, SE APAGAN
LAS LUCES Y EL REFLECTOR SIGUE A JUDAS HACIA EL LADO IZQUIERDO
DEL ESCENARIO, EN DONDE SE ENCUENTRAN DOS SUMOS SACERDOTES.
AL LLEGAR, JUDAS LES DICE TEMEROSO)

JUDAS: Se que ustedes buscan a Jesús desde hace mucho, pues bien, yo soy
uno de sus discípulos y vengo aquí a decirles que Jesús puede ser de ustedes si
acordamos un precio justo, él no era el libertador que yo esperaba.
CAIFÁS: Así que tú eres uno de sus seguidores, ese blasfemo que dice que es
hijo de Dios, no vale más que 30 monedas de plata, decide tú si las aceptas o no.
JUDAS (RESPONDE DUDOSO): Está bien, dame las monedas, y el nazareno
será tuyo.
(CAIFÁS LE TIRA LAS MONEDAS, JUDAS LAS RECOJE DESESPERADO Y SE
APAGA EL REFLECTOR QUE LOS ILUMINABA)
(MIENTRAS EL NARRADOR HABLA, CON LAS LUCES APAGADAS SE VA
QUITANDO EL ESCENARIO, AL TERMINAR DE HABLAR EL NARRADOR, SE
PRENDEN LAS LUCES DEL ESCENARIO).
NARRADOR: Terminando la cena, y habiendo sido traicionado por uno de sus
mejores amigos, Jesús se va, como era de costumbre, al monte de los olivos, ahí
llegan a un huerto llamado Getsemaní, al entrar Jesús les dice a sus apóstoles.
JESÚS: Ahora que estamos aquí, les digo que esta noche todos ustedes caerán,
pues hoy, dice la escritura que las ovejas se dispersarán.
PEDRO: Aunque todos caigan hoy señor, yo no caeré, si es necesario, moriré
contigo.
JESÚS: En verdad te digo que hoy, esta misma noche, antes de que el gallo
cante, me habrás negado tres veces.
(LOS OTROS 8 APÓSTOLES A LOS QUE JESÚS NO SE LLEVA, SE SALEN
DEL ESCENARIO MIENTRAS EL NARRADOR HABLA).
NARRADOR: Habiendo dicho esto, Jesús se llevó consigo a Santiago, a Pedro y a
Juan, después de que se alejaron un poco, un temor inmenso invadió a Jesús, un
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temor que solo tenían los hombres que sabían que iban a morir. Jesús, tratando
de calmarse les dijo a los que lo acompañaron.
JESÚS: Siento en mi alma una tristeza de muerte. Quédense aquí y permanezcan
despiertos.
(JESÚS SE VA AL LADO IZQUIERDO, SE PONE PAUSA Y PEDRO HACIA EL
PÚBLICO DICE)
PEDRO: Cómo espera el maestro que me quede aquí sin hacer nada después de
todo lo que ha dicho, yo soy Pedro y sobre mí Jesús edificará su iglesia, él así me
lo ha dicho, por eso no pegaré ojo toda la noche, esperaré aquí a que el maestro
regrese, así sean necesarios días sin dormir.
(SE QUITA LA PAUSA, PEDRO VUELVE A SU LUGAR Y SE APGAN LAS
LUCES, EL NARRADOR DICE).
NARRADOR: Jesús había pasado mucho tiempo orándole a su padre, tanto, que
sus tres amigos se habían quedado dormidos, mientras tanto Jesús oraba así:
(SE PRENDE UN REFLECTOR Y ALUMBRA A JESÚS ORANDO)
JESÚS(HINCADO EN ORACIÓN DICE): Señor, si puedes aparta de mí este cáliz,
pero que no se haga mi voluntad, sino la tuya.
(SE PRENDE OTRO REFLECTOS ENFOCANDO A JUDAS Y A DOS GUARDIAS
ROMANOS)
JUDAS: Síganme, yo se dónde está el Nazareno.
(Al llegar al monte de los olivos, Judas les dice a los guardias) A aquel que yo
bese, ese es, deténganlo y llévenselo a los sumos sacerdotes.
NARRADOR: Al llegar Judas con Jesús, y sabiendo ya lo que estaba apunto de
hacer, llamó a Jesús, al encontrarse juntos, le dijo “maestro”, “maestro” y lo besó
en la mejilla. Así, con un beso y por 30 monedas de plata, había sido entregado el
hijo de Dios.
(Los soldados romanos se acercan a Jesús, Pedro, al darse cuenta, se acerca y
saca una espada y le corta la oreja a uno de los soldados, a lo que Jesús
responde)
JESÚS: Pedro, guarda tu espada, que aquel que con hierro mata, a hierro ha de
morir.
(PEDRO GUARDA SU ESPADA, LOS SOLDADOS SE LLEVAN A JESÚS Y LOS
OTROS APÓSTOLES SE VAN DEL ESCENARIO, PEDRO SE QUEDA SOLO)
(SE APAGAN LAS LUCES).

(SE PRENDEN LOS REFLECTORES Y ALUMBRAN A PEDRO)


NARRADOR: Habiendo apresado a Jesús, lo llevaron a la casa de los sumos
sacerdotes para ser juzgado, ahí, ante la presencia de aquellos que pedían su
muerte, sus amigos presenciaban el inicio de la pasión de su maestro.
(ENTONCES ENTRA UNA MUJER Y LE DICE:)
MUJER 1: ¡Yo te conozco! ¿No eres tú uno de los amigos del nazareno, uno de
los mejores amigos de Jesús?
PEDRO (responde temeroso): No, no sé de qué me habla, yo no conozco a ese tal
Jesús…
(SALE LA MUJER 1 Y ENTRA EL HOMBRE 1)
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HOMBRE 1: ¡Oye tú! Te me haces muy conocido… ¡Pero si eres de los


seguidores de ese tal Jesús! ¡Oigan! ¡Apresen a este hombre también!
PEDRO (Responde temeroso y exaltado): ¡Ya he dicho que no soy seguidor de
ese hombre! ¡Déjenme en paz que yo nunca lo he conocido en mi vida!
(SALE HOMBRE 1. SE PONE PAUSA Y PEDRO DE FRENTE AL PÚBLICO
DICE)
PEDRO (Con mucho miedo): ¡Qué estoy haciendo!, hay demasiada gente aquí,
gente que quiere matar a Jesús y a todos los que lo apoyaban, no sé por qué vine
aquí… Si sigo aquí mucho tiempo, no tardarán en apresarme, tengo que salir de
este lugar.
(SE QUITA LA PAUSA, PEDRO ESTÁ MUY INQUIETO Y EN ESO ENTRA
MUJER 2).
MUJER 2 (Exaltada): ¿¡Qué haces tú aquí!? Tú eres ese que siempre estaba con
el nazareno, su seguidor más cercano, ¡Mereces que te castiguen! (Grita)
¡Soldados! ¡Vengan y apresen a este hombre, que él es amigo y seguidor del que
se dice Rey de los Judíos!
PEDRO (Contesta molesto y gritando): ¡Ya he dicho que no lo conozco! ¡Déjenme
en Paz! ¡Nunca he seguido a ese hombre! ¡El nazareno no es mi amigo!
(SE APAGAN LAS LUCES, TODO QUEDA A OSCURAS… SE ESCUCHA EL
CANTO DEL GALLO… )
FIN

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