Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
NARRADOR: Recordemos cómo Jesús, antes de elegir de entre todos sus discípulos a los doce
apóstoles se pasó toda la noche en oración. Los nombres de los apóstoles son: Simón, a quien
llamó Pedro y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan; Tomás y Mateo; Felipe y
Bartolomé; Santiago hijo de Alfeo y Judas Tadeo; Simón el fanático y Judas Iscariote, que fue
quien lo traicionó.
Era domingo, a media mañana, al llegar al monte de los olivos Jesús ordenó a dos de los
discípulos:
JESUS: Vayan a ese caserío que está enfrente y encontrarán un asno atado; desátenlo y
tráiganmelo y si alguien les pregunta ¿Por qué lo desatan? Díganle: El Señor lo necesita” y
pronto lo devolverá.
NARRADOR: Fueron y encontraron al asno atado y lo desataron. Algunos de los que estaban
allí les dijeron:
JUDAS: Hosanna, bendito el que viene en el Nombre del señor, viva el Rey de Israel, ¡viva!
1
JUEVES SANTO
LA ULTIMA CENA DEL EL SEÑOR JESUCRISTO
Llegó el jueves, día en que se sacrificaba al cordero pascual. Dos de los discípulos le dijeron a
Jesús:
JESUS: Vayan a la ciudad y encontrarán a un hombre que lleva un cántaro de agua, síganlo y
en la casa donde entre díganle al dueño de la casa, el maestro te manda a decir: ¿Dónde está
la sala en donde he de celebrar la cena de pascua con mis discípulos? El les mostrara, en el
segundo piso, una sala grande, bien amueblada. Preparen ahí lo necesario.
NARRADOR: Los dos discípulos fueron a la ciudad de Jerusalén e hicieron lo que Jesús les
había dicho.
NARRADOR: Llegada la hora de la cena, Jesús se puso a la mesa con sus discípulos.
Los guisos ya estaban preparados: cordero asado, las yerbas amargas, las salsas, el pan y el
vino.
Jesús, mirando a sus discípulos les dijo:
JESUS: Cuánto había deseado comer esta Pascua con ustedes antes de mi pasión,
porque les aseguro que ya no volveré a comer ni a beber hasta que coma y beba yo la Nueva
Pascua en el Reino de Dios.
NARRADOR: Y acabada la cena tomó el pan, hizo la acción de gracias y se los entregó diciendo:
JESUS: Beban todos de esta copa porque es mi Sangre que será derramada para el perdón de
los pecados. Hagan esto en conmemoración mía.
NARRADOR: Acabada la cena, cuando ya el diablo había puesto el corazón de Judas la idea de
entregarlo, Jesús se levantó de la mesa, se quitó su manto, tomó una toalla y echó agua en una
levadera y comenzó a lavar los pies a sus discípulos.
2
PEDRO: Señor ¿tú me vas a lavar los pies a mí?
PEDRO: Si es así, Señor, lávame no solamente los pies, sino también las manos y la cabeza.
JESUS: el que acaba de bañarse no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está
limpio y ustedes están limpios, aunque no todos.
NARRADOR: Eso lo dijo por Judas. Habiendo Jesús terminando de lavarles los pies a sus
discípulos se puso el manto y se sentó de nuevo a la mesa y le dijo:
JESUS: Comprenden lo que acabo de hacer con ustedes, ustedes me llaman Maestro y Señor y
dicen bien porque lo soy, pues si yo, que soy el Maestro y el Señor, les he lavado los pies,
también ustedes deben lavarse los pies unos a otros.
JESUS: En verdad les digo que uno de ustedes me va a traicionar; el Hijo del Hombre va a ser
entregado, según esta decretado, pero !Ay¡ de aquel hombre que le va a traicionar, más le
valdría no haber nacido.
Esta noche todos se escandalizaran de mí, pues según está escrito: “heriré al pastor y se
dispersarán las ovejas, pero, después de resucitar, me les adelantaré a Galilea, allí me verán.
NARRADOR: Al oír estas palabras los discípulos se entristecieron y se miraban unos a otros
pensando quién de ellos era el traidor. Pedro le hizo señas a Juan para que le preguntara a
Jesús quién era el traidor, ya que Juan estaba sentado junto a Jesús. Juan,
descansando su cabeza en el pecho de Jesús, le preguntó:
NARRADOR: Jesús tomó un pedazo de pan, lo mojó en la salsa, y se lo dio a Judas Iscariote.
Después de haber tragado el bocado entró en él Satanás.
Jesús dirigiéndose a él le dijo:
JESUS: Ahora ha sido glorificado el Hijo del hombre y Dios ha sido glorificado en él.
Por eso les digo: por poco tiempo estaré con ustedes y a donde yo voy, ustedes no pueden
3
venir, pero me seguirán más tarde. Les doy un mandamiento nuevo:
Ámense los unos a los otros como yo los he amado.
PEDRO: ¿Por qué no puedo seguirte ahora? Mi vida daré por ti.
NARRADOR: Jesús se quedó viendo a Pedro y luego dirigiéndose a todos les dijo:
JESUS: Felipe, Hace tanto tiempo que estoy con ustedes y aún no me conoces; quien me ve a
mí, ve también al Padre, pues, ¿Cómo dices tú, muéstranos al Padre? El Padre está en mí y yo
estoy en el Padre.
El que me ama cumplirá mis mandamientos y mi Padre lo amará, yo también lo amaré y
vendremos a él y haremos en él nuestra morada.
JUDAS TADEO: Señor ¿Por qué causa te has manifestado claramente a nosotros y no al
mundo?
JESUS: Cualquiera que me ama guardará mi palabra y mi Padre le amará; pero el que no me
ama, no guarda mi Palabra, y no será amado por mi Padre.
4
JESUS: La paz les dejo, mi Paz les doy; no se las doy como se las da el mundo.
No se turbe su corazón, el mundo tiene que conocer que yo amo al Padre y que cumplo con lo
que me ha mandado. Levántense, vámonos de aquí.
Aquí comenzó la pasión de Jesús. Los discípulos no se daban cuenta de que el corazón de
Jesús estaba lleno de tristeza y que el temor se había apoderado de él. Jesús, llevándose
aparte a Pedro, a Santiago y a Juan les dijo:
JESUS: Mi alma siente una angustia de muerte, aguarden aquí, velen y hagan oración.
JESUS: Abbá, Padre mío, todas las cosas te son posibles, aparta de mí este cáliz
mas no se haga lo que yo quiero, sino lo que quieres tú.
NARRADOR: Jesús se levantó, fue con sus discípulos y los encontró dormidos.
JESUS: Pedro ¿es posible que no hayan podido velar conmigo ni siquiera una hora?
Velen y oren para no caer en tentación. El espíritu es fuerte, pero la carne es débil.
JESUS: Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
JESUS: Padre mío, si es posible, aparte de mí este cáliz
pero no, no se haga mi voluntad sino
la tuya.
NARRADOR: Y llegando con el rostro a la tierra repetía su oración y comenzó a sudar gruesas
gotas de sangre que caían al suelo. Luego se levantó, y sabiendo lo que iba a pasar, dijo a los
discípulos:
JESUS: Duerman ahora y descansen, el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los
pecadores. Levántense, vámonos de aquí, ya llega el traidor.
5
NARRADOR: Un pelotón de soldados acompañados de una turba, con espadas y palos llegó al
huerto de los olivos junto con Judas para apresar a Jesús.
Jesús, adelantándose, les dijo:
JESUS: Ya les he dicho que Yo soy; si me buscan a mí, dejen que estos se marchen.
JESUS: Judas, amigo, ¿a esto has venido? ¿Con un beso entregas al Hijo del hombre?
JESUS: Vuelve la espada a la vaina, porque el que a hierro mata, a hierro muere.
JESUS: Como a un ladrón o a un asesino han salido con espadas y palos a arrestarme; cada
día estaba entre ustedes enseñándoles en el templo y no me arrestaron, pero esta es la hora
de ustedes y la del poder de las tinieblas.
6
NARRADOR: Entonces un criado del sacerdote se acercó a Jesús y golpeándole la mejilla le
dijo:
JESUS: Si he hablado mal, demuestra en qué está lo malo, y si no, ¿por qué me pegas?
TESTIGO 1: Yo le he oído decir: Destruiré este templo hecho por manos de los hombres, y en
tres días fabricaré otro sin mano alguna.
NARRADOR: Pero Jesús callaba, entonces, haciendo uso de su autoridad el suma sacerdote le
dijo: "Yo te conjuro en el Nombre del Dios vivo a que nos digas si tú eres el Cristo, el Hijo de
Dios vivo".
JESUS: Tú lo has dicho, Yo soy, y te declaro que verás al Hijo del hombre, al que tienes delante,
sentado a la diestra de la majestad de Dios y venir sobre las nubes del cielo.
CRIADO: Seguramente tú también eres de ellos porque tú mismo modo de hablar te delata,
eres galileo.
PEDRO: Ya les he dicho que yo no conozco a tal hombre.
NARRADOR: En ese preciso momento llevaban maniatado a Jesús, quien volteándose miró a
Pedro. Pedro sintió la mirada compasiva y amorosa de Jesús y salió del lugar
al instante cantó un gallo; entonces se acordó Pedro de las palabras que Jesús le había dicho:
7
"Antes de que le gallo cante me habrás negado". Pedro se echó a llorar amargamente. A Jesús lo
metieron al calabozo del templo y los sumos sacerdotes esperaron que amaneciera para llevarlo
ante el gobernador Pilato y acusarlo ante él.
VIERNES SANTO
Juicio político ante Poncio Pilato
Pregonero: PRIMERA ESTACIÓN: Jesús es condenado a muerte
NARRADOR: Al amanecer los sumos sacerdotes condujeron a Jesús al pretorio del gobernador
Pilato. Salió el Procurador romano y les preguntó:
CAIPHAS: A nosotros no nos es permitido matar a nadie. Ese poder sólo es de Roma.
ANAS: Ese hombre anda revolucionando a la gente diciéndole que no pague el tributo al César
JESUS: ¿dices eso por tu cuenta o porque otros te lo han dicho de mí?
PILATO: ¿acaso soy yo un judío? Tu pueblo y los jefes de tu pueblo te han entregado a mí.
¿Qué mal has hecho?
JESUS: Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuese de este mundo mi gente habría
combatido para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
JESUS: Tú lo has dicho. Yo soy rey. Para esto nací y para esto vine al mundo, para dar
testimonio de la verdad. Todo hombre que está de parte de la verdad escucha mi voz.
NARRADOR: Dicho esto, Pilato se dirigió de nuevo a los judíos y les dijo:
8
CAIPHAS: es un blasfemo, merece la muerte.
NARRADOR: Pero Jesús callaba. Pilato de nuevo se dirigió a los judíos y les dijo:
PILATO: Pues bien, ya que es costumbre entre ustedes que suelte a un reo por la fiesta de
Pascua, ¿a quién quieren que deje en libertad, a Barrabas que es un ladrón y un asesino,
o al rey de los judíos?
PILATO: ¿y qué quieren que haga con el rey de los judíos, con Jesús llamado el Mesías?
Jesús fue azotado sin misericordia y sin piedad, ante la mirada angustiosa de su madre,
acompañada de María la esposa de Cleofás y de María Magdalena y del apóstol Juan.
SOLDADO 2: Y tu cetro.
SOLDADO 3: Y tu corona.
9
NARRADOR: María, la Madre de Jesús, al ver el tormento de su hijo, no soportando más, se
desmayó. Entonces los soldados se acercaban a Jesús y le decían:
SOLDADO: ¡Salve!
ANAS: Nosotros tenemos una ley y según esta ley debe morir,
porque se hace pasar como Hijo de Dios
PILATO: ¿De dónde eres tú? ¿No me contestas a mí? ¿No sabes que tengo poder para liberarte
y poder para mandar que te crucifiquen?
JUDIO: Si lo dejas libre, no eres amigo del César, porque todo el que se proclama rey, se hace
enemigo del César.
PILATO: Allá ustedes .Tómenlo y crucifíquenlo, pero yo no encuentro ningún delito en él.
10
Diálogo con Jesús.
¿Sabes Jesús? Realmente pareces un rey de burlas o un loco; todo tu cuerpo está
salpicado de Sangre; estás irreconocible. Tu bendito rostro está lleno de salivazos, de
terra. Estás desvelado, estás acabado. Tal vez por eso te condenan
Si no fuera por tu
mirada, sería imposible reconocerte. La flagelación hizo sangrar todo tu cuerpo, pero no
tanto como la ingrattud y la maldad de todos nosotros que también somos tu cuerpo.
El amor te enloqueció a tal grado que pareces un loco, un rey de burlas; sin embargo, esa
mirada tuya llena de amor, de luz, de perdón, de ternura y de piedad, te hace diferente.
Sí, mírame, Jesús, porque esa mirada tuya es capaz de curar mi locura y convertrme en
uno de tus amigos. Mírame, Jesús, y sáname de las burlas y los golpes que he recibido.
Oración
¡Oh amado Jesús, que quisiste padecer como vil demente delante del sacrílego pueblo,
esperando la sentencia de muerte que contra t daba el trano juez! Te suplico, Señor mío,
que por esta humillación tuya mortfique yo mi soberbia, para que, sufriendo
humildemente las afrentas de esta vida, goce contgo en la eternidad. Amén.
NARRADOR:-Entonces, Pilato dejó en libertad a Barrabas y les entregó a Jesús para que lo
crucificaran. Enseguida Pilato, para humillar a los judíos, llamó al centurión y le ordenó:
PILATO: Haz que escriban en una tablilla la causa de la condenación del Nazareno; escribirás
en griego, en latín y en hebreo esta sentencia: “Jesús de Nazareno Rey de los judíos .
Oración
¡Oh Rey supremo de los cielos, que sufriste ser entregado a la voluntad de las autoridades
judías para ser cruelmente torturado y una vez condenado a muerte echaron sobre t el
tremendo peso de la cruz. Así fuiste exhibido como malhechor por las calles de la ciudad
de Jerusalén. Te ruego, Señor mío, me ayudes a llevar mi cruz, la cruz de cada día, hasta
que llegue yo contgo a tu Reino. Amén.
11
NARRADOR: También los soldados pusieron una cruz sobre los hombros de otros dos
condenados que serían crucificados junto con Jesús. Los sacaron del pretorio de Pilatos, los
condujeron a las afueras de la Ciudad, hacia una colina en forma de cráneo llamada Gólgota
Rápido corrió la noticia por la ciudad de Jerusalén y acudió un gran gentío a contemplar el
horrible espectáculo.
Oración
¡Oh amabilísimo Jesús, que fatgado por el gran peso de la cruz caíste en terra para darnos
a conocer la realidad de nuestra debilidad y la gravedad de nuestros pecados. Te ruego que
me ayudes a levantarme de mis flojeras y de mis cobardías para que me entregue sin
medida al cumplimiento de tus mandamientos y al bien de mis hermanos. Amén.
NARRADOR: No se levanta sino después de los insultos más soeces; todo lo soporta sin quejas
ni enojos.
JESUS: Madre, gracias Madre, no temas, se hará la voluntad del Padre, no llores más.
MARIA: Déjame, Hijo mío; mis lágrimas son gotas de sangre que brotan de mi corazón, Hijo
mío, cómo te han puesto, ¡Hijo de mi alma!
12
MAGDALENA: Señor, mi Señor, déjame llevar tu cruz.
Oración
¡Oh Virgen prudentísima, la más afligida de las mujeres! Qué dolor tan cruel traspasó tu
corazón al ver a Jesús en la vía dolorosa. Tu Hijo, Señora, está afeado, su rostro renegrido.
Ahora es la basura y el desecho de los hombres; te ruego, Madre afligida, que pueda yo
llorar amargamente mis errores y mis pecados. Amén.
SOLDADO: Anda, tú, ayuda al Nazareno a cargar su cruz. (Se realiza el dialogo con Jesús y la
oración) Vamos, apúrate.
Oración
¡Oh hermosísimo Jesús, me alegro contgo, porque siendo afeado tu rostro por los golpes y
las inmundas salivas; la Verónica, aquella valiente y piadosa mujer, te limpió el sudor con el
velo de su cabeza y tu santa imagen quedó impresa en él; te suplico, Señor, que estampes
en mi alma la imagen de tu santísimo rostro y que la lleve siempre en mí. Amén.
VERONICA: Jesús, yo no sé si eres culpable o no; sólo sé que sufres y que has ayudado a
mucha gente del pueblo; deja que con este paño limpie el sudor y la sangre de tu amado rostro.
Jesús, caes por segunda vez, veo que también tú vives del fracaso.
Se dicen maravillas de los grandes maestros de la humanidad como Sócrates, Krishna, Buda
y Mahoma. También los polítcos pagan para que los medios de comunicación pregonen
sus maravillas y hasta nosotros inventamos mentras para lucir nuestros éxitos
pero los
Evangelios en cambio, ¿qué dicen de t?: Nacido en un pesebre, niño emigrante, tus
parientes te tenían por loco, las autoridades como peligroso, los sacerdotes como
blasfemo y excomulgado; rechazado por tu pueblo, abandonado por tus amigos y
condenado a muerte
en fin, un fracasado.
Pero, ¿qué dice Dios Padre? Este es mi Hijo amado, en quien me complazco. ¿Por qué?
Porque amaste sin límites. Estás caído porque prefieres estar caído tú y no yo.
Jesús, dame la gracia de aceptar y superar siempre mis fracasos. Concédeme amar sin
límites. Gracias, Jesús.
Oración
¡Oh suavísimo Jesús, que por la fatga de tu vencido cuerpo caíste por segunda vez con la
cruz! Te suplico, Señor, me hagas conocer el inmenso peso que tenen mis pecados, y que
con tu gracia ningún fracaso me arrastre al desaliento y a la eterna pena. Amén.
JESUS: Hijas de Jerusalén, no lloren por mí, lloren más bien por ustedes mismas y por sus
hijos, porque si esto pasa con el leño verde, ¿qué no pasará con el seco?
Hoy siguen dando lástma los pobres, los enfermos, los perseguidos, los débiles.
Tú también, Jesús, llevando esa cruz, das lástma; y las mujeres que mantenen de pie a tu
Iglesia con su presencia, con su servicio y con su sacrificio diario
dan lástma.
¿Qué regalo te damos en cuaresma y en viernes Santo? Nuestra lástma.
Pero más lástma dan los millones de niños, los millones de hijos, condenados al desamor y
a la soledad; presas de la depresión, de la moda, de los vicios; sin encontrarle sentdo a la
15
vida
Por eso, hoy vuelve a resonar tu voz: "No lloren por mí, más bien lloren por ustedes
y por sus hijos". Gracias, Jesús.
Oración
¡Oh Maestro soberano, que, viendo a las piadosas mujeres que se dolían de tus
sufrimientos las enseñaste a que lloraran por ellas y por sus hijos! Concédeme, Señor mío,
que con fervorosas lágrimas de arrepentmiento lave mis pecados y no tenga miedo de
darle lástma al mundo por creer y vivir tu evangelio. Amén.
16
Jesús, al hacerte hombre, te hiciste totalmente pobre, tú mismo te despojaste de tus
privilegios de Dios para llegar a ser uno de tantos. De la cuna a la tumba nunca poseíste
algo como tuyo propio. Pero ahora son los soldados quienes te desnudan para ridiculizarte,
para exhibir tu cuerpo flagelado, débil y tembloroso.
Jesús, tenemos horror a la pobreza, por eso robamos, mentmos, traficamos droga y armas
y nos sobornamos los unos a los otros. Tenemos horror de no andar a la moda, de parecer
ridículos ante los demás
Otros, necesitamos de trapos, de uniformes y vestduras para
imponernos, porque sin ese disfraz de autoridad estamos desnudos.
Gracias, Jesús, por cubrir nuestra desnudez con tu preciosa sangre.
Oración
¡Oh pacientísimo Jesús, pues sufriste la pobreza total desde la encarnación hasta que te
despojaron de tus vestduras y te arrancaron hasta la piel. Te ruego, Varón de dolores, por
el sufrimiento que viviste cuando quedaste desnudo ante la multtud y cuando para tu sed
te ofrecieron vino mezclado con hiel; que me quiete el disfraz de la mentra y que no
pretenda yo mezclar en la misma copa el bien y el mal. Amén.
NARRADOR: Colocaron encima de él una inscripción en hebreo, griego y latín que decía:
Jesús Nazareno Rey de los judíos. La multitud miraba todo desde lejos los jefes de los
sacerdotes se burlaban de él y le hacían muecas diciendo:
ANAS: Ha salvado a otros y no puede salvarse a sí mismo, que el rey de Israel baje de la cruz.
Baja, baja, y creeremos en ti. Ja ja.
NARRADOR: Junto con Jesús crucificaron a dos malhechores; uno a la derecha y otro ala
izquierda. Uno de ellos llamado Gestas lo insultaba diciendo:
DIMAS: ¿No temes a Dios tú que estás en el mismo suplicio? Nosotros lo tenemos merecido y
pagamos por nuestros crímenes pero él no ha hecho nada malo.
NARRADOR: Y desde ese momento, Juan, el discípulo, se la llevó a vivir con él.
NARRADOR: Desde el mediodía el sol se oscureció en todo el país hasta las tres de la tarde;
a esa hora Jesús gritó con voz potente:
18
JESUS: Tengo sed.
NARRADOR: Había allí un jarro lleno de vino agridulce. Pusieron en una caña una esponja
empapada de esa bebida y la acercaron a sus labios. Cuando hubo probado el vinagre Jesús
dijo:
Oración
¡Oh divino Jesús, que crucificado entre dos ladrones, fuiste levantado a la vista de todo el
mundo y padeciste tormentos horribles! Te ruego, Señor mío, que sanes mi alma enferma
y me claves en tu cruz hasta que me vea libre de mis pecados y pueda ofrecerme contgo al
Padre por la salvación del mundo. Amén.
PILATO: (a los soldados) Este hombre dice que ha muerto el Nazareno ¿es verdad?
PILATO: ¡Calla!
JOSE: Quiero sepultarlo en un sepulcro que mande hacer para mí, es un sepulcro nuevo y
ninguno ha sido sepultado ahí.
MARÍA: Hijo mío, aquí te recibo en mis brazos, como cuando eras niño. Hijo mío, has dado la
vida para la salvación de todo el mundo. ¡Hijo de mí alma!
Oración
¡Oh purísima Señora! Por la grande pena que padeciste cuando quitaron de tus brazos a tu
amado Hijo para ponerlo en el sepulcro, te suplico, me alcances del Padre misericordioso,
un nuevo corazón, un corazón de hijo, como el de Jesús, para amarlo y servirlo. Amén.
21