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RESURRECCIÓN DE LÁZARO (Jn.

11, 1 – 46)

PERSONAJES:

Jesús, Pedro, Santiago, Juan, sirviente, Lázaro, Marta, María, narrador.

LUGAR:

(Jesús se encuentra sólo orando, mientras los apóstoles observan la ciudad desde lejos)

PEDRO: ¡Miren ahí está Jerusalén!

SANTIAGO: ¡Bendito sea Dios! (se van hincando todos los apóstoles, excepto Jesús)

JUAN: ¡Bendito sea esta Tierra Santa! (se hinca y besa el suelo)

SANTIAGO: Sólo falta un poco más para llegar.

JUAN: Jerusalén estará lleno de peregrinos pues se acerca la Pascua.

SANTIAGO: El Maestro va ir directo a la ciudad.

PEDRO: Dijo que ahí lo iban a matar.

JUAN: Pero que iba a resucitar.

SIRVIENTE: ¡Maestro! … ¡Maestro!... Martha y María, las hermanas de tu amigo Lázaro en Betania, me
mandan decirte que Lázaro ha muerto.

JESÚS: Ve y diles que ahí estaré.

(Se acercan a la casa de Betania, cerca de la sepultura de Lázaro)

NARRADOR: Cuando llegó Jesús, encontró que llevaba cuatro días en el sepulcro. Muchos judíos habían
ido a visitar a Marta y María para darles el pésame por la muerte de su hermano. Cuando Marta oyó que
Jesús llegaba, salió a su encuentro, mientras María se quedaba en casa.

MARTA: Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. Pero yo sé que lo que pidas a
Dios, te lo concederá.

JESÚS: Yo te aseguro que tu hermano resucitará.

MARTA: Sé que resucitará en la resurrección del último día.

JESÚS: Yo soy la resurrección y la vida. Quien cree en mí, aunque haya muerto, vivirá. ¿Me crees?

MARTA: Sí, Señor, yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que había de venir al mundo.

MARTA: ¡María! ¡María! ¡Ven, el Maestro está aquí y te llama!

(Llega María y se arrodilla con Jesús)

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MARÍA: (llorando dice a Jesús) Señor, si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto.

NARRADOR: Jesús al ver llorar a María y también a los judíos que la acompañaban, se conmovió y dijo:

JESÚS: ¿Dónde lo han puesto?

MARÍA: Ven, Señor, y lo verás.

NARRADOR: Entonces Jesús se echó a llorar y los judíos comentaban entre sí cómo lo quería. Pero otros
decían que cómo era posible que si abrió los ojos al ciego de nacimiento no pudo impedir la muerte de su
amigo. Jesús, estremeciéndose de nuevo, se dirigió al sepulcro, que era una cueva con una piedra adelante
y dijo.

JESÚS: ¡Quiten la piedra!

MARTA: Señor, ya huele mal, pues ya tiene cuatro días muerto.

JESÚS: ¿Acaso no te dije que si crees, verás la gloria de Dios? ¡Quiten la piedra!

(Se acercan los apóstoles a quitar la piedra del sepulcro)

JESÚS: Te doy gracias, Padre, porque me has escuchado, pues yo sé que siempre me escuchas, pero lo he
dicho para que ésta gente crea que Tú me has enviado.

JESÚS: (con fuerte voz dice) ¡Lázaro, levántate y anda!... ¡Lázaro, sal de ahí!

(Sale entonces del sepulcro, Lázaro)

TODOS: ¡Milagro! ¡Milagro!

JESÚS: ¡Desátenle para que pueda caminar! ¡Aquel que crea en mí aunque haya muerto, volverá a la
vida!

2
LA MUJER ADULTERA (Jn. 8, 1 – 11)

PERSONAJES:

Jesús, Anás, Adultera, narrador.

LUGAR:

NARRADOR: Jesús se dirigió al monte de los Olivos. Por la mañana volvió al templo y todo el mundo
acudía a él y sentado, los instruía. Los letrados y fariseos le presentaron entonces a una mujer sorprendida
en adulterio, la colocaron en el centro y le dijeron. (La adultera se encuentra tirada en el piso y gente alrededor con
piedras; y de pronto llega Jesús con sus apóstoles)

ANÁS: (dirigiéndose a Jesús, le dice) Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en adulterio. La ley de Moisés
ordena que mujeres como ésta sean apedreadas; tú, ¿qué dices?

PUEBLO: ¡Qué muera! ¡Qué muera! ¡Pecadora!

JESÚS: (callado, se agacha y simula escribir en el suelo y toma una piedra; se levanta y dice) Aquel que esté limpio de
pecado, que tire la primera piedra.

(Se vuelve a agachar y sigue escribiendo. Poco a poco se van retirando los personajes del pueblo y van tirando su piedra, hasta
que se queda sólo con la mujer y los apóstoles)

JESÚS: Mujer, ¿dónde están los que te condenaban?

ADULTERA: No hay nadie, Señor, se han ido.

JESÚS: (La levanta del suelo y dice) Yo tampoco te condeno, tu fe te ha salvado, vete y no vuelvas a
pecar.

ADULTERA: Hasta hoy había vivido para el placer y el pecado, pero de ahora en adelante viviré para
servirte a Ti, Señor.

ENTRADA A JERUSALÉN (Jn. 12, 12 – 19)

PERSONAJES

Jesús, Pedro, Apóstoles, Anás.

JESÚS: Pedro y Juan, adelántense a la entrada del pueblo, ahí encontrarán un burrito atado. Díganle al
dueño de la casa que el Señor lo necesita y te manda decir que está noche cenará en tu casa.

PEDRO: Sí, Señor, voy para allá.

APOSTOLES: ¡Hosanna, hosanna al hijo de David! (3)

ANÁS: Maestro, reprende a tus discípulos.

JESÚS: En verdad, en verdad te digo que si estos se callaran las mismas piedras gritarían.

APOSTOLES: ¡Hosanna, hosanna al hijo de David! (3)


3
ORACIÓN EN EL HUERTO

PERSONAJES:

Jesús, Judas, Centurión, Soldados.

LUGAR:

(Llega Jesús y los apóstoles al huerto para orar)

JESÚS: Hijos míos, descansen mientras yo hago oración… ¡Juan, Pedro y Santiago! Vengan conmigo.

JESÚS: (dirigiéndose a los tres apóstoles dice) Siento una tristeza de muerte, quédense aquí y permanezcan
despiertos conmigo. (Jesús se aparta de los apóstoles y se lleva a Juan, Pedro y Santiago y éstos se quedan cerca de Él)

JESÚS: (orando) Adonaí, Adonaí, Padre mío, si es posible, que se aparte de mí esta copa, pero no se haga
mi voluntad, sino la tuya. (2) (Vuelve con los tres apóstoles y los encuentra dormidos y les dice)

JESÚS: ¿No han podido permanecer despiertos ni siquiera una hora conmigo? Estén despiertos atentos y
oren para no caer en tentación. El espíritu es firme pero la carne es débil. (Vuelve a orar a solas)

Anás: Con treinta monedas está bien para que nos entregues a Jesús.

Judas: Sí, está bien.

Anás: ¿Y cómo vamos a saber quién es Jesús?

Judas: Aquel a quien yo le dé un beso en la mejilla, ese es.

JESÚS: (orando) Padre mío, si es posible, que se aparte de mí esta copa, pero no se haga mi voluntad,
sino la tuya. (Vuelve con los tres apóstoles y los encuentra dormidos)

JESÚS: ¡Siguen dormidos! ¡Levántense! Vamos, se acerca el enemigo.

JUDAS: ¡Buenas noches Maestro! (Se acerca a Jesús)

JESÚS: (se dirige a Judas) Amigo, ¿a qué has venido? (Judas le da un beso a Jesús)

JESÚS: Con un beso entregas al hijo del hombre. (se dirige a los soldados) ¿A quién buscan?

SOLDADOS: A Jesús de Nazaret.

JESÚS: Yo soy… ¿A quién buscan?

SOLDADOS: A Jesús de Nazaret.

JESÚS: Ya les he dicho que yo soy. Si me buscan a mí, dejen que se vayan los demás. (Arrestan a Jesús y
Pedro saca su espada y le corta la oreja a un soldado)

CENTURIÓN: Tú qué haces tantos milagros, sana a mi compañero.

JESÚS: (se dirige al soldado herido y le toca la oreja) ¡Levántate! ¡Queda sano!

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JESÚS: (se dirige a Pedro) Envaina tu espada, quien a espada mata a espada muere. ¿Acaso no crees que
podría pedirle a mi Padre que envíe un ejército de ángeles? Pero entonces, ¿Cómo se van a cumplir las
escrituras?

JESÚS: (Se dirige a los soldados) En cuanto a ustedes, han venido con palos y lanzas a buscarme como si
fuera un malhechor.

CENTURIÓN: ¡Arréstenlo!

NEGACIONES DE PEDRO (Lc. 22, 56 – 62)

PERSONAJES:

Pedro, mujer 1, mujer 2, Hombre.

(Pedro toca la puerta y una mujer le abre)

MUJER 1: (Mira fijamente a Pedro y dice) También éste estaba con ese hombre llamado Jesús.

PEDRO: No lo conozco, mujer.

MUJER 2: Sí, tú eres uno de sus seguidores.

PEDRO: No sé de qué me están hablando.

HOMBRE: Yo lo vi está tarde cortarle la oreja a mi amigo Malko.

PEDRO: En verdad, les repito que no conozco a ese hombre.

(Ve pasar a Jesús arrestado y se miran fijamente)

PEDRO: ¡no! ¡No! (sale corriendo)

5
JESÚS ANTE ANÁS Y CAIFÁS

PERSONAJES:

Jesús, Anás, Caifás, Centurión, Soldados.

ANÁS: ¿Dónde están los que te acompañaban y a los que les predicabas?

JESÚS: Yo siempre he hablado en público, pregúntales a los que me han oído hablar.

CENTURIÓN: ¡Así le respondes al sumo sacerdote ! (Le golpea en la mejilla)

JESÚS: Si he hablado mal, demuéstrame la maldad, pero si he hablado bien ¿Por qué me golpeas?

CENTURIÓN: Este hombre ha dicho que puede derribar el templo de Dios y reconstruirlo en tres días de
nuevo.

CENTURIÓN: Dice que si no comemos de su cuerpo y bebemos de su sangre no viviremos para siempre.

CENTURIÓN: También afirma que es el Mesías, el hijo de Dios.

ANÁS: ¿No respondes a lo que éste declara contra ti?

CAIFÁS: Te conjuro por el Dios vivo, Jesús de Nazaret, que nos digas si Tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios vivo.

JESÚS: Tú lo has dicho. Y en verdad les digo que verán al Hijo del Hombre sentado a la derecha de Dios
todopoderoso llegando entre las nubes del cielo.

CAIFÁS: (Se rasga las vestiduras y dice) para que necesitamos más testigos si ustedes mismos lo han oído
blasfemar. ¿Cuál es su veredicto?

SOLDADOS: Merece la muerte… ¡Muerte! ¡Muerte! ¡Reo de muerte!

CENTURIÓN: (Le golpe y dice) ¡Mesías, adivina quién te pego!

CAIFÁS: Llévenlo a la cárcel y después lo llevaremos ante Poncio Pilato, el gobernador de Judea, y que
él le dé la condena que merece.

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JESÚS ANTE PONCIO PILATO

PERSONAJES:

Jesús, Poncio Pilato, Claudia, Caifás, Centurión, Soldados.

PONCIO: Claudia mía, ¿qué tienes? Estás pálida y conmovida hasta el llanto.

CLAUDIA: Querido Poncio, he tenido un sueño, una revelación de los dioses anunciando algo terrible.

PONCIO: Deshecha tus temores, yo sé bien que esta ciudad no te agrada, pero tu tío el emperador
Tiberio quiere que este aquí como procurador de Judea.

CLAUDIA: No, Poncio. Lo que me aflige es un asesinato que ocurrirá en la Ciudad de Israel en el cual tú
quedarás involucrado.

PONCIO: Tus palabras me asustan, explícame por qué.

CLAUDIA: ¿Conoces a Jesús el Nazareno?

PONCIO: Algo he escuchado de ese hombre. Unos dicen que es un profeta, otros que está loco, pues se la
pasa predicando que todos los hombres son hermanos, que el último será el primero y otras cosas. Todo
esto me da risa, pero dime ¿qué tiene que ver este Jesús con tu sueño?

CLAUDIA: Lo que pasa es que a Jesús lo han apresado hace un momento, pues lo vi a través de mi
recamara; vi una turba que salía de la ciudad aun estando oscuro como a media noche. Entre la gente que
corría vi a soldados romanos y jefes de Israel que llegaron hasta el monte de los Olivos y ahí estaba ese
hombre. Llegaron hasta él y él les preguntó que a quién buscaban y al responderles Jesús de Nazaret, los
guardias lo golpearon, lo amarraron y se lo llevaron a la casa del sacerdote Caifás.

PONCIO: ¿Dices que viste a soldados romanos que también golpeaban a Jesús?

CLAUDIA: Sí, Poncio. ¿Desde cuándo los hijos de Roma escupen en la cara y arrancan la barba a los
prisioneros?

PONCIO: Descuida, todo esto no ha sido más que un sueño, pero si fuera realidad, te juro que defenderé a
Jesús, siempre y cuando no haya conspirado contra tu tío Tiberio.

CENTURIÓN: ¡Procurador! (2)

PONCIO: ¿Qué ocurre, Cayo?

CENTURIÓN: Los sacerdotes del templo te presentan a Jesús de Nazaret para que le des sentencia de
muerte.

CLAUDIA: Lo ves Poncio, mi sueño se hizo realidad.

PONCIO: No te preocupes. Este hombre no será sentenciado por mí. Abran las puertas y permitan que esa
raza de víboras entre a la fortaleza.

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CLAUDIA: Me retiro a mis habitaciones. Poncio, le rogaré a los dioses del Olimpo para que salgas bien
librado de este asunto, pero sólo recuerda que Jesús de Nazaret es inocente.

PONCIO: ¿Qué es todo este alboroto? Habla ya, Caifás.

CAIFÁS: Si este hombre no fuera un malhechor no te lo hubiéramos traído, Poncio.

PONCIO: Entonces llévenselo ustedes y júzguenlo según su ley.

CAIFÁS: A nosotros no nos está permitido matar a nadie.

PONCIO: ¿Pues qué crimen cometió este hombre para que lo quieran matar?

CAIFÁS: Lo hemos encontrado incitando a la gente de nuestra nación, para no pagar el tributo al César y
se declara como el Mesías, el Rey de los Judíos.

PONCIO: Tráiganlo a mi presencia para interrogarlo.

PONCIO: ¿Eres tú el rey de los judíos?

JESÚS: ¿Eso lo preguntas por tu cuenta o porque lo has escuchado decir a otros?

PONCIO: ¡Ni que yo fuera judío! Tu nación misma y los sumos sacerdotes te han entregado a mí. ¿Pues
qué has hecho?

JESÚS: Mi reino no es de éste mundo; si fuera de este mundo, mis soldados habrían peleado para que no
me entregaran a los judíos. Pero mi reino no es de aquí.

CAIFÁS: ¡Es un blasfemo, un mentiroso!

CENTURIÓN: ¡Es un revoltoso!

PONCIO: ¿No escuchas de cuántas cosas te acusan? ¿Entonces tú eres rey?

JESÚS: Tú lo has dicho. Yo soy rey, pues para eso he nacido, por eso he venido al mundo para dar
testimonio de la verdad.

PONCIO: ¿Y qué es la verdad?

CAIFÁS: ¡Es un blasfemo, un mentiroso!

CENTURIÓN: ¡Es un revoltoso!

SOLDADOS: ¡Muerte! ¡Muerte! ¡Muerte!

CENTURIÓN: Subleva a todo el pueblo comenzando por Galilea.

PONCIO: Entonces, ¿este hombre es galileo?

CENTURIÓN: Sí, de Nazaret.

PONCIO: Entonces llévenlo con Herodes para que él lo juzgue. De prisa. Váyanse.
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JESÚS ANTE HERODES

PERSONAJES:

Jesús, Herodes, Sirviente, Centurión, Soldados.

Sirviente: Señor, viene un soldado de Poncio Pilato que te quiere hablar.

Herodes: ¿Poncio Pilato, el procurador de Judea? Pero si es mi cordial enemigo desde hace muchos años.
Veamos que se trae entre manos, que entre el soldado.

Centurión: Señor, el procurador de Judea, Poncio Pilato, te manda un súbdito tuyo de Nazaret para que lo
juzgues.

Herodes: ¿De Nazaret? ¿Quién es? ¿De quién se trata? ¿Cómo se llama?

Centurión: Se llama Jesús.

Herodes: ¡Jesús de Nazaret! Jajajaja…. El famoso hacedor de milagros y profeta. Desde cuando tenía
ganas de verlo, pues es un hombre inteligente y hábil, pero parece que su poder se acabó. Veamos en qué
nos puede entretener y divertir. Pasaremos un rato agradable. ¡Qué pase el bufón!

(Entra Jesús atado y custodiado por los soldados)

Herodes: ¿Acaso eres Juan el bautista que ha resucitado?...

Herodes: ¡Jesús, el gran predicador! Dinos un sabio discurso… éntrenme… haznos un milagro… Pero,
levanta la cabeza, ¿no sabes que tu vida depende de mi decisión? ¿Qué has hecho para que te traten como
a un criminal?

Centurión: Es un revoltoso, un blasfemo de Dios.

Herodes: ¿Y por eso estás aquí? Pobre loco revolucionario, fracasado. Aun puedes salvarte. Si le diste a
cinco mil hombres de comer con cinco panes y dos pescados, ¿no puedes salvarte? Anda, convierte estas
piedras en pan… o convierte este jarrón en oro… te pediré algo más fácil: haz que truene… no oigo nada
¿no contestas nada?

Centurión: También se autoproclama como el rey de los judíos.

Herodes: Entonces, si eres un rey, debes llevar una capa ¿no? … ¿a poco no parece un rey? …pobre
diablo, no es más que un loco… un mentiroso y fracasado… ¡No quiero hablar con él! ¡Llévenselo!
Vayan con Pilato y díganle que él lo juzgue y que desde ahora se considere mi amigo.

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SENTENCIA DE PILATO

PERSONAJES:

Jesús, Pilato, centurión, Claudia, Pueblo

Centurión: Señor, los sacerdotes regresan con el prisionero.

Claudia: Poncio, nadie puede contra la voluntad de Dios, por favor, no lo sentencies. Te entrego el sello
del Cesar y confío en ti.

Pilato: Centurión, déjales entrar. (Entra Jesús con los sacerdotes y los guardias)

Pilato: Han presentado a este hombre como un alborotador… lo he interrogado anteriormente y no he


encontrado en él ningún delito. Lo envíe a Herodes y tampoco lo ha sentenciado, por tanto, lo voy a dejar
libre.

Pueblo: Es reo de muerte… merece la muerte…. Es un alborotador, mentiroso.

Pilato: Para que estén tranquilos, lo voy a mandar a castigar, flagelándolo, pero después le daré la
libertad. (Lo colocan en medio para flagelarlo)

Centurión: Adivina quién te pegó… Salve oh, rey de los judíos… Mesías, dinos quién te ha pegado… Al
rey le hace falta su corona… he aquí la corona… Salve, oh rey de los judíos… Al rey le hace falta su
cetro… Salve, oh rey de los judíos.

Pilato: Basta ya. Traigan al hombre.

(Entra Claudia y les entrega a María y Magdalena los lienzos para limpiar la sangre)

(Después de limpiar, entra Jesús listo para el viacrucis)

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PRIMERA ESTACIÓN

JESUS ES CONDENADO A MUERTE

Pilato: He aquí al hombre.

Pueblo: Crucifícale… Crucifícale… Crucifícale… Crucifícale…

Pilato: Debido a las fiestas de pascua, la ley aprueba que se libere un prisionero. ¡Centurión, tráeme a
Barrabás! (El centurión trae a Barrabás y lo pone junto a Jesús)

Pilato: Yo, Poncio Pilato, procurador de Judea, les doy a escoger: ¿A quién quieren que les deje en
libertad? A Jesús, que está suficientemente golpeado y martirizado, quien se ha proclamado rey de los
judíos o a Barrabás quien es un criminal, un asesino, alborotador del pueblo y del orden. Escojan.

Pueblo: A Barrabás… Suelta a Barrabás.

Pilato: Jesús no es un criminal, el otro es un asesino.

Pueblo: Danos a Barrabás. Barrabás.

Pilato: Suelten a Barrabás.

(Los soldados sueltan a Barrabás y éste se pierde entre el pueblo)

Pilato: ¿Y qué quieren que haga con Jesús, el rey de los judíos?

Pueblo: Crucifícale… Crucifícale… Crucifícale…

Pilato: Pero, ¿Qué mal ha hecho este hombre?

Centurión: Según nuestra ley debe morir, pues se ha proclamado ser el Hijo de Dios.

Pilato: Pero, no encuentro en él ninguna culpa que merezca la muerte.

Centurión: Si sueltas a ese hombre, no eres amigo del Cesar, porque el que se dice Rey se opone al
emperador.

Pilato: Soy inocente de la sangre de este hombre, hagan ustedes lo que quieran con él, yo lo pongo en sus
manos.

Pueblo: ¡Qué muera! Y que su sangre caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos.

Pilato: Traigan agua.

(Entra el soldado con una vasija y una jarra de agua)

Pilato: Yo no soy responsable de la muerte de este inocente. Es cosa de ustedes.

Pueblo: Crucifícale… Crucifícale… Crucifícale…

Pilato: Hagan lo que ellos dicen. Crucifíquenle.


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SEGUNDA ESTACIÓN

JESÚS CARGA LA CRUZ Y SE DIRIGE AL CALVARIO

(Jesús besa la cruz y la pone sobre sus hombros)

Jesús: Soy tu siervo, Señor. Tu siervo, el hijo de tu sierva.

Gestas: ¿Por qué abrazas tu cruz, necio?

Centurión: ¡Todo listo, Alteza! ¡En marcha! ¡Vamos! (Inicia a caminar con la cruz)

TERCERA ESTACIÓN

JESÚS CAE POR PRIMERA VEZ


(El soldado empuja a Jesús y éste cae)

CUARTA ESTACIÓN

JESÚS ENCUENTRA A SU MADRE

María: Hijo, aquí estoy.

Jesús: ¿Lo ves Madre? Yo hago nuevas todas las cosas.

Centurión: ¿Quién es esa?

Centurión 2: Es la madre del galileo. ¡Vamos!

QUINTA ESTACIÓN

EL CIRINEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ

Centurión: ¿Están ciegos? ¿Qué no ven que ya no puede seguir con la cruz? ¡Ayudenlo!

Centurión 2: ¡Tú! ¡Sí, tú! ¡Ven acá!

Cirineo: ¿Qué quiere de mí?

Centurión 2: Este criminal ya no puede llevar su cruz él sólo. ¡Tú le ayudarás! ¡En marcha!

Cirineo: No puedo, no es asunto mío. ¡Pídaselo a otro!

Mujer: ¡Ayúdale! Es un hombre santo.

Centurión 2: ¡Obedece! ¡Muévete! ¡Vamos!

Cirineo: Está bien, pero recuerden que soy inocente, obligado a cargar la cruz de un condenado.

(El cirineo se acerca a Jesús y le ayuda a cargar la cruz)

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SEXTA ESTACIÓN

LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS

Verónica: Permítame, mi Señor.

(La verónica se quita el velo y se lo da a Jesús, quien se limpia la cara. Después le ofrece agua y el soldado la arroja de su
boca)

Centurión: ¿Quién te crees tú? ¡Vete de aquí! … ¡Qué gente esta!

SEPTIMA ESTACIÓN

JESÚS CAE POR SEGUNDA VEZ

OCTAVA ESTACIÓN

JESÚS HABLA A LAS MUJERES PIADOSAS

Jesús: Mujeres de Jerusalén, no lloren por mí. Lloren más bien por ustedes y por sus hijos.

NOVENA ESTACIÓN

JESÚS CAE POR TERCERA VEZ

DÉCIMA ESTACIÓN

JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDURAS

Centurión: (se dirige al Cirineo) ¡Ya te puedes ir! ¡Vete!

Centurión: (Se dirige a Jesús) ¡Ya puedes levantarte, nazareno! ¡Levántese, su Majestad! ¿No te puedes
levantar? No tenemos todo el día.

Centurión: ¡Vamos, estamos listos! Levántese, su Majestad. (Jesús se levanta y le rompen su vestidura)

UNDÉCIMA ESTACIÓN

JESÚS ES CRUCIFICADO

Centurión: Traigan los clavos y el mazo…Sujétenlo… Más estirada.

Jesús: Padre, perdónalos… Padre, Padre mío… No saben lo que hacen

Gestas: Si eres el Hijo de Dios, ¿por qué no te salvas a ti mismo? Demuéstranos que eres quien dices ser.

Anás: Dijiste que podrías destruir el templo y reconstruirlo en tres días y sin embargo, no puedes bajar de
esa cruz. Si eres el Mesías, baja de la cruz para poder ver y creer.

Jesús: Padre, perdónalos…no saben lo que hacen

Dimas: Escucha, está rezando por ustedes… Nosotros merecemos esto, pero él no.

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Dimas: Yo he pecado y mi castigo es justo. Serías justo si me condenaras. Sólo te pido, Señor, que te
acuerdes de mí, Señor, cuando entres en tu reino.

Jesús: En verdad te digo que hoy mismo estarás conmigo en el Paraíso.

DUODÉCIMA ESTACIÓN

JESÚS MUERE EN LA CRUZ


(Se acerca María y le besa los pies a Jesús)

Jesús: Tengo sed. (El soldado moja la esponja y la coloca en la lanza y se la ofrece a Jesús)

María: Carne de mi carne… corazón de mi corazón. Hijo mío, déjame morir contigo.

Jesús: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu Madre.

Gestas: No queda nadie, Jesús, te han abandonado.

Jesús: Dios mío, Dios mío. ¿Por qué me has abandonado?

Jesús: Todo está cumplido.

Jesús: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.

Centurión: En verdad, este hombre era el Hijo de Dios.

DÉCIMOTERCERA ESTACIÓN

BAJAN A JESÚS DE LA CRUZ

Centurión: ¡Está muerto!

Centurión 2: ¡Asegúrate!

(Con la lanza le atraviesan el costado y después se baja el cuerpo que es depositado en brazos de María)

DÉCIMOCUARTA ESTACIÓN

JESÚS ES SEPULTADO

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