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S∴F∴U
La palabra Ara proviene del latín: ara o araus, que se traduce como altar o piedra de
sacrificios.
Para la Masonería, es el punto más importante del templo, a partir del cual, se
organiza toda la Logia y los trabajos que en ella se realizan, además es la mesa
consagrada para recibir los juramentos, siendo representativo de la eternidad, del misterio,
de lo secreto y lo desconocido, en general a lo concerniente a las fuerzas ocultas, que están
y rigen el universo.
El Ara está representada con una figura cuadrangular, teniendo en lo alto un triángulo de
tres luces, que miran al occidente, al sur y al norte. En su base se encuentran los cuadros
blancos y negros, simbolizando, las dualidades, como decir el día y la noche, la oscuridad y
la luz, el dolor y el placer, las honras y las calumnias, el éxito y la desilusión, la dicha y la
desdicha, etc. Sobre estos opuestos, que se hallan sobre todos los caminos, y en todas las
etapas de nuestra existencia, el iniciado que ha bebido del cáliz de la Amargura debe
marchar con animo sereno e igual, sin dejarse exaltar por las condiciones favorables ni
reprimir por las apariencias desfavorables, a este espacio sólo puede ingresarse de
Occidente a Oriente.
Las tres luces que se hallan sobre el Ara, formando un triángulo equilátero, representan la
necesaria relación que debe verificarse en nuestra inteligencia, entre la dualidad occidental
de las columnas y la unidad oriental de la verdadera Luz, por el medio de la cual se realiza el
ternario de la armonía y del perfecto equilibrio, sobre todos los extremos y las tendencias
dualísticas.
Así como en todas las religiones y en todas las filosofías encontramos trinidades
y trilogías, la masonería también las encontramos representadas, por tres
instrumentos:
Es por eso, por lo que en este lugar el candidato se halla dispuesto para prestar
delante de ella, su propia conciencia, arrodillado de la rodilla izquierda y con la
mano derecha sobre el volumen de la ley sagrada, que representa la palabra
Divina o la verdad revelada por la tradición.
Luego encontramos tres grandes columnas que sostienen el Templo Masónico (distintas de
las dos que se encuentran al occidente) : la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, ósea la
Omnisciencia, la Omnipotencia y la Omnipresencia del G:. A.:, patentizadas como principios
de Verdad, de Actividad y de Amor o Armonía. Estas tres columnas representan al Ven.: M.:
y al Pr.: y Seg.: Vig.:, que se sientan respectivamente al Oriente, al Occidente y al Medio día,
en donde se manifiestan respectivamente las tres cualidades.
También corresponden respectivamente, la Sabiduría a la mente superconsciente, la
Fuerza la mente consciente y la Belleza a la mente subconsciente.
Las Tres Luces, de igual manera que los Tres Oficiales Principales, y los tres
sostenes principales, se refieren indudablemente, a las tres estaciones del Sol –
su salida en el Este, su meridiano en el Sur, y su puesta en el Oeste: y de este
modo el simbolismo de la Logia, como representación típica del mundo, continúa
siendo preservado.
Luego de analizar las tres luces del templo y su correspondencia con la trinidad,
unidad y dualidad, comprendemos porque el ara o lugar más elevado, se sitúa
en el centro, sobre el pavimento de mosaicos, planteando una reflexión sobre el
plano del mundo dual en el que nos movemos y encontramos, las dos puntas
bases del triangulo y donde se eleva como tercer punto el ara como referencia
de nuestro código moral, pero libre de prejuicios y dogmas, al conocer sobre él,
los símbolos más representativos de la masonería simbólica, la escuadra y el
compás.
Bibliografía