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A∴L∴G∴D∴G∴A∴D∴U

S∴F∴U

EL ARA Y LAS TRES LUCES

A.·. M.·. Juan Pablo Amelunge Ruiz

La palabra Ara proviene del latín: ara o araus, que se traduce como altar o piedra de
sacrificios.

Para la Masonería, es el punto más importante del templo, a partir del cual, se
organiza toda la Logia y los trabajos que en ella se realizan, además es la mesa
consagrada para recibir los juramentos, siendo representativo de la eternidad, del misterio,
de lo secreto y lo desconocido, en general a lo concerniente a las fuerzas ocultas, que están
y rigen el universo.

Es aquí donde el masón contrae la obligación libre y espontáneamente con pleno y


profundo convencimiento del alma. He aquí una condición fundamental de su significado y
de su validez, no se trata, pues, de una obligación obtenida de promesas o amenazas, si no
más bien en libertad, hasta el momento que desee retirarse, recordemos también que es la
imagen del centro espiritual y que, en lo hondo de nuestro corazón, es que hemos aceptado
nuestros compromisos internos y hemos prometido cumplirlos y llevarlos a cabo.

Es aquí donde se presentan nuestras obligaciones:

 La primera obligación, es no revelar los secretos de la orden a ninguno que no sea


un buen y legítimo masón, es la obligación de la discreción, por la cual dicha
enseñanza, solo debe darse a quien esté preparado para recibirla y pueda
entenderla en su real sentido.
 La segunda obligación es la promesa no grabar, escribir o formar algún signo por el
cual pueda conocerse la palabra Sagrada, como también los medios de
comunicarse y conocerse entre masones, esta obligación está destinada a proteger
la unidad e inviolabilidad de la orden, ya que, al protegernos, también protegemos la
tradición que esta transmite simbólicamente.
 La tercera obligación, es el reconocimiento de solidaridad que nos une entre
masones fraternos, pues debemos considerarnos a todos hermanos y que aquella
fraternidad espiritual es mas fuerte y profunda que cualquier otra fraternidad carnal o
exterior.

El Ara está representada con una figura cuadrangular, teniendo en lo alto un triángulo de
tres luces, que miran al occidente, al sur y al norte. En su base se encuentran los cuadros
blancos y negros, simbolizando, las dualidades, como decir el día y la noche, la oscuridad y
la luz, el dolor y el placer, las honras y las calumnias, el éxito y la desilusión, la dicha y la
desdicha, etc. Sobre estos opuestos, que se hallan sobre todos los caminos, y en todas las
etapas de nuestra existencia, el iniciado que ha bebido del cáliz de la Amargura debe
marchar con animo sereno e igual, sin dejarse exaltar por las condiciones favorables ni
reprimir por las apariencias desfavorables, a este espacio sólo puede ingresarse de
Occidente a Oriente.

No olvidar que en ella formamos nuestra circunvalación, es ahí donde


canalizamos toda la energía de la logia llevando el ritual de forma armónica.

Las tres luces que se hallan sobre el Ara, formando un triángulo equilátero, representan la
necesaria relación que debe verificarse en nuestra inteligencia, entre la dualidad occidental
de las columnas y la unidad oriental de la verdadera Luz, por el medio de la cual se realiza el
ternario de la armonía y del perfecto equilibrio, sobre todos los extremos y las tendencias
dualísticas.

Así como en todas las religiones y en todas las filosofías encontramos trinidades
y trilogías, la masonería también las encontramos representadas, por tres
instrumentos:

 El volumen de la ley sagrada, símbolo de la verdad que se encierra en la tradición,


es la luz sobre nosotros, no como autoridad dogmática, si no como expresión de fe,
en una ordenación moral del mundo, cuando sepamos convenientemente
interpretarla por medio de nuestras facultades inteligentes que representan la
escuadra y el compás que sobre ponemos a ese libro para poderlo realmente
comprender y medir en todo su alcance
 La Escuadra representa el aspecto terrenal del hombre, es decir los
deberes morales y la rectitud, es la luz en nosotros, el símbolo del
derecho y del deber, de la acción moral.
 El compás, que suele utilizarse como simbolismo para describir la
inteligencia y el dominio de las pasiones, representa el espíritu
manifestado en la materia, el cuerpo.

Es por eso, por lo que en este lugar el candidato se halla dispuesto para prestar
delante de ella, su propia conciencia, arrodillado de la rodilla izquierda y con la
mano derecha sobre el volumen de la ley sagrada, que representa la palabra
Divina o la verdad revelada por la tradición.

Luego encontramos tres grandes columnas que sostienen el Templo Masónico (distintas de
las dos que se encuentran al occidente) : la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, ósea la
Omnisciencia, la Omnipotencia y la Omnipresencia del G:. A.:, patentizadas como principios
de Verdad, de Actividad y de Amor o Armonía. Estas tres columnas representan al Ven.: M.:
y al Pr.: y Seg.: Vig.:, que se sientan respectivamente al Oriente, al Occidente y al Medio día,
en donde se manifiestan respectivamente las tres cualidades.
También corresponden respectivamente, la Sabiduría a la mente superconsciente, la
Fuerza la mente consciente y la Belleza a la mente subconsciente.

Las Tres Luces, de igual manera que los Tres Oficiales Principales, y los tres
sostenes principales, se refieren indudablemente, a las tres estaciones del Sol –
su salida en el Este, su meridiano en el Sur, y su puesta en el Oeste: y de este
modo el simbolismo de la Logia, como representación típica del mundo, continúa
siendo preservado.

Así es como nos sintetizan el misterio de la Unidad, de la Dualidad y de la


Trinidad, ósea el Misterio del origen de todas las cosas y de todos los seres,
orientado a nuestros pensamientos, a entender nuestra labor de hermanos
aprendices, como también de cuestionarnos de dónde venimos como creación
del más grande y que connotación esto tiene ahora que nacemos a una nueva
vida luego de la iniciación simbólica.

Como nuevos seres nos encontramos con el más simple y característico


emblema de la masonería, el Ternario, y a su vez las tres luces, además de
muchos símbolos de la orden, como los tres puntos, que ahora comenzamos no
solo a identificar si no a usar.

Luego de analizar las tres luces del templo y su correspondencia con la trinidad,
unidad y dualidad, comprendemos porque el ara o lugar más elevado, se sitúa
en el centro, sobre el pavimento de mosaicos, planteando una reflexión sobre el
plano del mundo dual en el que nos movemos y encontramos, las dos puntas
bases del triangulo y donde se eleva como tercer punto el ara como referencia
de nuestro código moral, pero libre de prejuicios y dogmas, al conocer sobre él,
los símbolos más representativos de la masonería simbólica, la escuadra y el
compás.

En conclusión, como aprendiz masón, estudiar y comprender el ara y las tres


luces me enseño el valor que tiene cada paso que doy dentro del templo, cada
momento trabajado aquí, es trabajar dentro de nosotros, que luego se ve
reflejado en nuestras acciones, que son realizadas con amor hacia los demás,
para así poder dar un ejemplo a los que nos rodean, como también ser una
persona de bien en cualquier momento, sin tener ningún prejuicio, ya que es la
enseñanza que nos dejan nuestros hermanos en fraternidad para poder dirigir
nuestra voluntad y fuerza con sabiduría, para que nuestros pensamientos y
actos, sean imagen viva de la Verdad y la Belleza, es así que cada inicio de
nuestros trabajos, nos invita a encender la luz dentro de nosotros, luz que nos
permita iluminar nuestros pensamientos y ver aquello que nuestros vicios y
egoísmos, constantemente oscurece.

Valle de Santa Cruz viernes 15 de julio 2022

Bibliografía

Aldo Lavagnini - EL manual del Aprendiz.


Oswald Wirth – El libro del Aprendiz.
Adolfo Terrones Benitez y Alfonso Leon Garcia – Los 33 Temas del Aprendiz
Mason.

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