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NOTAS PARA UNA BREVE HISTORIA DEL

MOVIMIENTO ESTUDIANTIL COLOMBIANO


(1930-2015)

CARLOS MEDINA GALLEGO


Docente Investigador
Universidad Nacional de Colombia
PRESENTACIÓN
Este conversatorio hace una breve reseña de la historia del
activismo estudiantil colombiano desde 1930 hasta 2015;
busca señalar cuáles han sido los momentos más relevantes
de estos ochenta y cinco años de luchas juveniles
universitarias, las prácticas de la movilización social, la
transformación de sus imaginarios políticos y la construcción
de sus agendas.
La presentación toma en consideración cinco momentos:
1. Aborda el origen del sujeto social y político que representa el sector
universitario unido a las luchas sociales y cívicas que se dan en la década
de los años treinta del siglo pasado (1920-1930)
2. Se centra en el desarrollo de los imaginarios liberales reformistas, la
violencia política y el gobierno militar (1931-1958)
3. Toma en consideración los procesos de radicalización del movimiento
juvenil universitario en los gobiernos del Frente Nacional y el impacto
que tuvo la revolución cubana sobre los mismos (1959-1977 )
4. Hace referencia al recrudecimiento de la violencia sobre los
movimientos sociales por parte de la institucionalidad del Estado, el
paramilitarismo y el narcotráfico (1978-2010)
5. Señala el proceso adelantado por las nuevas generaciones de estudiantes
a través de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil MANE, que han
innovado el desarrollo de sus luchas, alcanzando importantes, aunque
insuficientes, éxitos (2011-2015)
1. En un comienzo fue el compromiso cívico

❑ El activismo estudiantil colombiano surge unido a las luchas


sociales y cívicas de los trabajadores y de la ciudadanía.
❑ En el Paro Cívico del 5 al 8 de junio de 1929 la ciudadanía de
Bogotá manifiesta su inconformidad por las formas corruptas y
clientelares de la administración de la ciudad y sus empresas
públicas.

❑ Los estudiantes universitarios desarrollan tareas de guardia


cívica, dada la precariedad de la legitimidad de la fuerza pública
comprometida en el asesinato de los trabajadores bananeros al
servicio de la United Fruit Company.
❑ Su tarea se reduce a evitar disturbios en las
manifestaciones y a garantizar la seguridad
de la ciudad, de tal manera que la
ciudadanía pueda desarrollar sus protestas.
❑ En un incidente, en la noche del 7 de
Junio, pierde la vida el estudiante Gonzalo
Bravo Pérez por una descarga de fusilería
desde los alrededores del palacio
presidencial.
❑ La indignación ciudadana acompañó el
entierro del cuerpo de Gonzalo en
multitudinaria manifestación y presionó la
caída del Ministro de Obras Públicas
(Arturo Hernández), del Ministro de
Guerra (Ignacio Rengifo), del Gobernador
de Cundinamarca (Ruperto Melo) y del
Alcalde de Bogotá ( Luis Augusto Cuervo).
❑En las elecciones presidenciales se derrumba la hegemonía
conservadora y asciende al poder el partido liberal con la
presidencia de Enrique Olaya Herrera (1930-1934)

❑El estudiante Gonzalo Bravo Pérez, asesinado en las


jornadas cívicas de junio de 1929, será eternamente
recordado; con su sangre se escribió la primera página de la
historia del activismo estudiantil en el pasado siglo XX.

❑Desde entonces, y hasta 1954, los estudiantes


acostumbraron visitar cada 8 de Junio la tumba del
estudiante en el cementerio central, para hacerle
reconocimiento y honrar su memoria.
Reformas liberales, violencia y gobierno militar.

➢A partir de 1930 y durante dieciséis años gobiernan el país los liberales, y


la Universidad se convierte en una de sus estructuras privilegiadas de
poder.

➢Los principios liberales nacidos en Córdoba son adoptados y la


Universidad Nacional de Colombia se constituye en universidad pública
de fundamento Liberal.

➢Transcurridos cinco de esos dieciséis años de gobierno liberal el


presidente Alfonso López Pumarejo reorganizó la Universidad Nacional
de Colombia y mandó a construir la actual Ciudad Universitaria.

➢Allí estudiantes y profesores pusieron en práctica los principios de


Córdoba, mientras un grupo de intelectuales muy reducido discutía y
propagaba los principios de la ideología socialista, que para aquel
entonces difundía el Partido Comunista recién creado
➢El problema grave del movimiento estudiantil de aquellos días era el de
no lograr crear una organización real; sobrevivía gracias a pequeños grupos
de intelectuales inquietos que se convertirían con el tiempo en los más
ilustres voceros de la burguesía liberal.

La Violencia

➢ La muerte de Jorge Eliecer Gaitán, caudillo del partido Liberal, el 9 de


Abril de 1948 en manos de la reacción liberal-conservadora, recrudeció la
violencia en el país y produjo el acto de insurrección popular de mayor
trascendencia en la primera mitad del siglo XX, no sólo por las
características del mismo, sino por su desenlace.
➢Durante el Bogotazo el movimiento estudiantil participó, al igual que el
movimiento popular, en forma espontánea y desorganizada, sumándose a
los esfuerzos que inútilmente realizaban algunos destacados dirigentes
liberales y comunistas por manejar este hecho histórico.
➢Con los acontecimientos del 9 de abril la violencia se propagó por todo el
país, sembrando de luto los campos colombianos durante más de diez años.
El gobierno Militar
➢El 13 de junio de 1953 el general Gustavo Rojas Pinilla se vio montado en un
golpe militar que derrocó al presidente Laureano Gómez y que, en lo
fundamental, buscaba crearle al país una atmósfera de paz y concordia que
ninguno de los partidos tradicionales estaba en condiciones de
proporcionarle.

➢Es durante la dictadura de Rojas que se realizan los primeros intentos de


organización Estudiantil. Es en esa época que aparece la FUC (Federación
Universitaria Colombiana), cargada de salmos y oraciones y con una
profunda dependencia de las instituciones eclesiásticas, y la FEC
(Federación de Estudiantes de Colombia).

➢Dos esfuerzos que se diluyen con el tiempo en la húmeda inestabilidad del


sector.
➢Veinticinco años de la muerte
de Gonzalo Bravo Pérez se
aprestaban a conmemorar los
estudiantes, a uno de iniciada la
dictadura, cuando, en un
amague de escaramuza con la
policía, el 8 de junio de 1954 se
produce en los predios de la
Universidad Nacional el
asesinato del estudiante Uriel
Gutiérrez.
Al día siguiente en la esquina de la calle 13 con la carrera 7, en momentos en que
el movimiento estudiantil bogotano realizaba una marcha de protesta por el
asesinato de Uriel, las balas asesinas del régimen ciegan la vida de ocho
estudiantes más. Hernando Ospina López, Hernando Morales Sánchez, Rafael
Sánchez Matallana, Elmo Gómez Lucich, Álvaro Gutiérrez Góngora, Jaime
Pacheco Grijales, Hugo León Velásquez y Jaime Moore Ramírez; nueve víctimas
a las que se le sumarían Ernesto Aparicio Concha y Pedro Luis
Jornadas estudiantiles del 8 y 9 de Junio de 1954
La contundente victoria del movimiento popular del 10 de Mayo de 1957,
instrumentalizado por la oligarquía liberal-conservadora, contra el gobierno de
Gustavo Rojas Pinilla, dio paso a una junta de gobierno que se encargaría de
servir de puente para que la civilidad retornara al poder a través de un pacto
entre los dos partidos, que recibiría el nombre de Frente Nacional, paridad y
alteridad; allí pierden la vida los estudiantes Ernesto Aparicio Concha y
Pedro Luis Tamayo
Las asambleas que se realizan durante estos años tienen más
como objetivos hacer una oposición formal y moralista, que
una oposición política y real.

El rechazo que dichas asambleas formulan a la UNEC (Unión


Nacional de Estudiantes Colombianos) por su carácter
comunista se manifiesta en el apoyo que le extienden a la
CEUC (Confederación de Estudiantes Colombianos), afiliada a
la COSEC norteamericana y creada para hacerle contrapeso a
aquella.

Este es un periodo de ajustes estructurales al modelo de


desarrollo capitalista, implementados a través de la violencia,
que requieren de un modelo educativo que sirva al impulso
industrial y a la transformación del mapa demográfico que se
hace cada vez mas urbano.
Un fuerte giro hacia la izquierda… Radical

En el primer gobierno del Frente Nacional (1958-1962) los estudiantes comienzan


a variar su comportamiento y a transformar sus posturas políticas e ideológicas
hacia una izquierda cada vez más radical.

El triunfo de la Revolución Cubana expande una ola de influencia revolucionaria


que lentamente va encontrando cabida en el movimiento estudiantil y en general
en el movimiento de inconformes de América Latina, llevando a amplios sectores
por el camino de la lucha revolucionaria y la radicalización.

En 1960 en la Universidad Nacional se genera un movimiento contra la


administración universitaria y el “estatuto orgánico” impuesto por la junta de
transición.

En agosto de ese año se da la primera huelga estudiantil durante el Frente


Nacional; en ella se alcanza la dimisión del rector de la Universidad y la promesa
gubernamental de revisar el “estatuto orgánico”.
La lucha por la autonomía universitaria, entendida como la co-gestión de la
Universidad por una dirección tripartita compuesta por estudiantes – ex
alumnos - profesores, al igual que el nombramiento de profesores por
concurso y la libertad de cátedra, serán banderas a levantar en lo sucesivo.

En 1961 los estudiantes de la Universidad de Medellín toman la iniciativa de


destituir al rector e instituir la co-gestión.

Las instalaciones de la Universidad son ocupadas por la fuerza pública, lo que


genera un movimiento de protesta en algunas universidadesdel país.

En la U.N. la lucha adquiere connotaciones políticas, lo que obliga al


Presidente a reunirse con el Ministro de Educación, los representantes de la
Universidad y el Consejo Superior Estudiantil; de aquella reunión se saca un
acuerdo firmado en el que el gobierno se compromete a dar solución al
problema de la Universidad de Medellín, al déficit presupuestal de la
Universidad Nacional, al estatuto orgánico y a otros tres o cuatro puntos más.
No obstante, el conjunto del estudiantado rechaza dicho acuerdo a través de un
plebiscito llevadoa cabo en los primeros días de junio.

A partir de ese momento las relaciones con el gobierno se hacen más tensas; los
partidos tradicionales ensayan en la Nacional la creación de “escuadrones
universitarios” compuestos por profesores y estudiantes, con el único fin de
combatir la anarquía, el comunismo y las ideologías extranjeras en la
Universidad.

La alianza con algunos sectores del MRL (Movimiento Revolucionario Liberal) y


aún de la juventud conservadora impidió que dichos escuadrones tuviesen más
importancia de la que tuvieron y evitaron el daño que estos hubiesen podido
hacer.

El movimiento estudiantil sigue desde ese momento un proceso de politización


acompañado de una accionar cada vez más beligerante. En junio de 1962 se
produce la expulsión de diez estudiantes y el cierre temporal de la U.N. como
consecuencia de los disturbios que se presentaron después de una
manifestación.
Durante la década de los sesenta se incrementa la represión en las
universidades y comienzan a imponerse las políticas norteamericanas en
educación, lo que genera mayor radicalización de los estudiantes .

Se impulsa la estrategia norteamericana de penetración cultural a través


de las intervenciones en los programas de desarrollo de la enseñanza
universitaria colombiana.

Dichos programas encuentran firme oposición en el movimiento


estudiantil, que se enmarcará a partir de entonces en la lucha contra la
penetración cultural imperialista agenciada por la Alianza para el Progreso
y el BID.

En noviembre de 1963 se aprueba la Ley Orgánica de la Universidad


Nacional, que lesiona los intereses de maestros y estudiantes, generando
la necesidad de la organización y la movilización.
En noviembre se crea la FUN (Federación Universitaria Nacional), que jugará un
papel importante en el desarrollo de la lucha del movimiento estudiantil durante
esos años.

En 1964 el movimiento estudiantil se radicaliza con respecto a los años anteriores,


hace extensiva la lucha a otras regiones del país. La FUN convoca para junio de
este año un paro de 24 horas; en él participan las universidades de Barranquilla,
Medellín, Bucaramanga, Manizales y Cali.

Movilizaciones estudiantiles acompañadas por el sacerdote revolucionario


Camilo Torres Restrepo
El 7 de enero de 1965 se realiza la toma de Simacota por el
recién creado Ejército de Liberación Nacional. Profundas
simpatías despertará dicha organización en universidades
como la Nacional e Industrial de Santander, de donde saldrán
importantes destacamentos de estudiantes a engrosar sus filas.
Durante este año las discusiones en el interior del
movimiento estudiantil girarán en torno a las
reivindicaciones de orden gremial y al contenido político
de dicha lucha.

Dos posiciones se verán aflorar allí, que habrán de


sostenerse en los años venideros:

La primera, que plantea la reivindicación puramente


gremial y corporativa lejos de toda actividad política.

La segunda, que se inclina por una decisiva participación


política de la organización gremial.
La organización estudiantil comienza a diluirse en profundas divisiones internas,
pierde la capacidad de convocatoria y movilización, y, lo que es peor, sus más
destacados dirigentes se desplazan hacia otros campos de batalla; unos marchan
con Camilo en el Frente Unido y de allí con él a la guerrilla del ELN.

Debilitada la FUN , el movimiento estudiantil colombiano, son presa fácil de la


política represiva de Guillermo León Valencia (1962-1966) durante sus últimos
meses de gobierno y de Carlos Lleras Restrepo (1966-1970) recién llegado a la
presidencia.

El 24 de octubre de 1966, mientras Carlos Lleras mostraba a Rockefeller las


instalaciones de la Universidad, recibe de parte de los estudiantes manifestaciones
de protesta y repudio por lo que ha sido su actitud con la Universidad.

La represión del presidente se da en forma inmediata. Las fuerzas militares ocupan


la Universidad, se disuelven el Consejo Superior Estudiantil y la FUN, se arrestan y
se llevan a consejo de guerra a sus principales dirigentes y se desconoce a la FUN
todo derecho al diálogo con el gobierno.
En junio de 1967 se produce una nueva ocupación de la Universidad, en donde, en
un alarde de fuerza (incapacidad), son utilizados tanques de guerra; la caballería
ya había tenido su derrota en esos campos de batalla.

En los dos últimos años del gobierno de Lleras manifestaciones, incidentes y


huelgas se realizan en todo el país. Entre cierres y aperturas, el movimiento
estudiantil avanza en la lucha contra la penetración cultural imperialista y contra
la represión gubernamental.

En 1968 se producen movimientos en la Universidad Nacional en contra de la


presencia de la Fundación FORD en el Departamento de Sociología de la
Universidad del Valle y contra los Cuerpos de Paz.

Importantes manifestaciones se realizan al año siguiente contra Nelson


Rockefeller; sin embargo, la lucha se da en forma desarticulada a nivel nacional y
la organización estudiantil no logra sobrevivir a la represión del gobierno de
Lleras.
Dónde nacen las razones de la lucha estudiantil: El
informe Atcon y el Plan Básico
Al finalizar la década de los sesenta los cambios en la educación superior
se generan a partir de un informe realizado por Rudolph Atcon en 1969.

El informe Atcon en principio sería un paquete de sugerencias dirigido a


las universidades latinoamericanas para sacarlas del atraso y colocarlas en
las perspectivas del desarrollo capitalista y sus necesidades.

El informe Atcon fija las metas para transformar la educación superior y


llevarla por el camino de la modernización, buscando realzar en ella los
valores de la economía liberal y de las ideas privatizadoras, entre las
cuales la industrialización y la racionalización de los recursos serían las
banderas más importantes del discurso de la necesidad de un cambio
sustancial en la educación superior del país.
Los principales factores que el informe Atcon buscaría tratar y que el
gobierno colombiano adoptaría dentro de un “plan básico” serian:

1) El éxito del desarrollo depende de integrar el proceso educativo a los


planes de desarrollo económico.

2) El desarrollo de una sociedad está en función directa de su desarrollo


educativo.

3) La educación superior constituye la verdadera encrucijada del


desarrollo latinoamericano.

4) La estructura feudal de la universidad latinoamericana debe ser


modificada substancialmente en su organización académico-
administrativa.

5) El profesorado no puede ser inamovible y el monopolio de la cátedra


debe ser eliminado.
6) El profesorado universitario debe profesionalizarse e independizarse del
servicio civil.

7) Debe establecerse un régimen disciplinario para el estudiantado, tendiente a


despolitizarlo.

8) Las actividades deportivas y culturales deben convertirse en un instrumento


para despolitizar al estudiantado.

9) Deben establecerse los estudios generales que permitan seleccionar al


estudiantado antes de avanzar en la carrera profesional.

Plan Básico adoptado a partir del informe y pensado como una


necesaria modernización de los sistemas administrativos y académicos;
se emprende una ofensiva contra elementos fundamentales del sistema
educativo, como la autonomía universitaria, además de que desde su
interior se fomentaba e impulsaba el proceso de privatización de la
enseñanza, imponiendo un estricto control estatal al desarrollo de la
Universidad, sin contar con el control al que debían someterse los
docentes, que atentaba gravemente contra la libertad de cátedra.
En este informe se estipula:
1) En el país sobran universidades y se confunde educación superior con
universidad.

2) Es necesario establecer un sistema universitario nacional y una forma


centralizada de acreditación para controlar su proliferación.

3) Es necesario una tecnificación de la administración universitaria y una selección


cuidadosa del personal directivo y docente para controlar la subversión estudiantil.

4)Una regionalización de las universidades contribuiría al ahorro de recursos,


acompañada de la autofinanciación a través de la colaboración de la comunidad y la
creación de la matrícula diferida.

5) Hay que establecer un sistema de educación superior con dos tipos de


instituciones, uno para carreras intermedias y otro para carreras universitarias,
coordinado por un solo organismo de planeación.
La influencia norteamericana en la formulación de
la política pública en educación conduciría a los
estudiantes hacia la movilización y la protesta.

El movimiento estudiantil tomaría parte del


rumbo de la educación superior y realizaría
reuniones entre estudiantes de diversas
universidades del país, principalmente la
Universidad Nacional y la Universidad de
Antioquia, para finalmente constituir un
programa mínimo de los estudiantes
colombianos, programa con el cual harían frente
a la reforma de Galán y exigirían real democracia,
autonomía, financiamiento estatal y soberanía
universitaria, principalmente.
A partir de 1970 comienza a agitarse la
bandera de la defensa de la universidad
pública y se busca extender el conflicto
de ésta a las universidades que hasta
entonces, siendo privadas, habían dado
muestras de beligerancia, entre ellas la
Universidad Libre de Bogotá, La
Universidad Externado de Colombia, la
Universidad Santiago de Cali y la
Universidad de Medellín.

Los permanentes cierres de la


Universidad Nacional y las tentativas
de imponer el Plan Básico van
generando al interior de los profesores
cierta inconformidad, que los lleva a
respaldar la lucha del movimiento
estudiantil en la defensa de la
universidad pública.
Para 1970 el movimiento estudiantil ve surgir y desarrollarse en su interior una
gran cantidad de grupos políticos que entran a disputarse la dirección del
mismo.
✓La Juventud Comunista (JUCO), organismo juvenil del Partido
Comunista de Colombia ;
✓la Juventud Patriótica, organismo juvenil del Movimiento Obrero
Independiente y Revolucionario (MOIR) ;
✓los Comandos Camilistas ;
✓los Núcleos Ocho de Octubre ;
✓las tendencias socialistas,
✓ los grupos maoístas,
✓el Partido Comunista (M-L),
✓las fracciones trostkistas,
✓los marxistas libertarios,
✓los anarquistas y
✓ los grupos político-militares.

Un amplio debate político que a partir de entonces empezará a darse al interior


del movimiento y que desafortunadamente vendrá cargado de dogmas y
verdades absolutas e incuestionables, posiciones sectarias y profundas
fragmentaciones
Los Paros de 1971

El 26 de febrero de 1971 se inicia la más grande batalla que el


movimiento estudiantil le daría al régimen del Frente
Nacional.

En el desarrollo de una lucha particular que adelantaba la Universidad del


Valle desde comienzos del mes, y que se unía a nivel regional a otros
movimientos que se realizaban en la Universidad del Cauca, la Tecnológica
de Pereira y en algunos colegios de secundaria de esa zona de país, se
produce la ocupación de la fuerza pública, generándose un enfrentamiento
con grupos de resistencia de los estudiantes, reforzados por obreros y
sectores populares de la población de Cali, dejando como saldo más de
quince muertos, declaración de estado de sitio en todo el país y toque
de queda en dicha ciudad.
La mayor parte de las universidades del país se solidarizaron con los
estudiantes del Valle; se realizaron manifestaciones de protesta y
enfrentamientos a todo lo largo del territorio nacional.

Afanosamente los activistas buscan articular el movimiento a un


programa mínimo que será dado a conocer en el mes de abril, en el que
se reivindica:

1. Autonomía universitaria;

1. Abolición de los Consejos Superiores Universitarios, proponiendo


que se reemplacen por organismos provisionales con mayoría de
profesores y estudiantes;

2. La abolición del Instituto Colombiano de Fomento a la Educación


Superior- ICFES ;

3. La financiación de la Universidad por parte del Estado;


5. El carácter rector de la Universidad Nacional como alma mater de la educación
colombiana;

6. Destitución del rector de la Universidad del Valle;

7. La revisión de los contratos con las entidades extranjeras, y algunas otras


reivindicaciones que ya hacía tiempo venían levantándose como banderas de
lucha.

independientemente de las escasas conquistas alcanzadas, lo


más importante de este conflicto fue que amplios sectores
comprometidos con la educación universitaria se vieron
envueltos en debates que buscaban definirle una posición
clara a la política gubernamental.
Durante la década de los setenta la persecución de estudiantes, las detenciones,
expulsiones, reinscripciones condicionales y la "represión académica", se
incrementan.

Se ensaya en un gran número de universidades la administración de lo que con el


tiempo será conocidos por los estudiantes como la época de los «rectores
policías»; entre ellos no debe dejarse de destacar Luis Duque Gómez, en la
Universidad Nacional de Colombia, nombrado en mayo de 1972 después del
fracaso de un ensayo de co-gestión.

En los últimos años del Frente Nacional el Gobierno impulsa al interior de las
universidades una política de limpieza general de la inconformidad.

Huelgas y ocupaciones; cierres y expulsiones se ven aflorar, creando en el


movimiento estudiantil fraccionamientos y dispersión; sólo los grupos políticos
buscan mantener en la Universidad la agitación; no obstante lo hacen
enmarcados en dos tendencias abierta y claramente distintas: la reivindicación
puramente gremial y el trabajo predominantemente político vinculado
estrechamente a la lucha de clases.
Para finales de la década de los setenta, comienzos de la década de los ochenta,
el movimiento estudiantil persiste en la política de enfrentamiento al gobierno,
sin la herramientade trabajo que le es fundamental: la organización nacional.

Las luchas parciales generan cierres de universidades que, en estos años, han
demostrado producir dispersión, desmovilización y apatía.

Un proceso inverso al que se produjo en la década del sesenta se está


comenzando a dar en esta época y se agudizará en las décadas siguientes: la
despolitización.

En medio gran incapacidad y escepticismo buena parte del movimiento


estudiantil ve día a día perderse la universidad oficial en un muy complejo
mundo de reglamentaciones represivas, con recortes sistemáticos de las
posibilidades de bienestar universitario en materia de residencias, restaurantes
y otros beneficios como movilidad, salud, investigación y prácticas académicas.
Las luchas estudiantiles de comienzos de la década de los
ochenta demandaban un mayor presupuesto por parte del
Estado para la financiación de la educación pública, luchas
que fueron comprometiendo cada vez más las
reivindicaciones del estamento profesoral, que inicia una
serie de protestas frente al incumplimiento en los pagos y la
expedición del estatuto docente; la respuesta a las demandas
de estudiantes y maestros, generalmente, fue la represión,
la ocupación militar de los campus universitarios y largos
cierres de las instituciones de educación superior
La criminalización de la protesta estudiantil

Duras protestas estudiantiles se desarrollaron durante la administración del


presidente Julio Cesar Turbay Ayala (1978-1982) contra el estatuto de
seguridad implementado en este gobierno, que colocaba en la mira de la
fuerza pública a los movimientos sociales y en particular al movimiento
estudiantil, el cual era considerado una cantera de militantes de
organizaciones guerrilleras;

La administración Turbay fue una época de cierres prolongados de


universidades, expulsión de estudiantes y despidos masivos de profesores.

En general este gobierno se caracterizó por la persecución a las dirigencias y


movimientos sociales, la judicialización, las prácticas arbitrarias de captura
sin fórmula de juicio y la tortura.
En el gobierno del presidente Belisario Betancourt (1982-1986) se re-
configuraron las dinámicas de la movilización estudiantil universitaria en
tanto se desplazaban parcialmente las tensiones localizadas con la fuerza
pública; cada vez la movilización estudiantil levanta con mayor urgencia la
necesidad de la financiación de la educación estatal frente a los permanentes
recortes que se están haciendo en el universo de posibilidades de bienestar, que
afectan la permanencia de los estudiantes de provincia en las universidades
públicas.

Los estudiantes, ante el recorte de los servicios de bienestar


universitario, organizan y adelantan en 1980 y luego en 1982 la toma de
las residencias estudiantiles de la Universidad Nacional, que terminará
con los acontecimientos del 16 de mayo de 1984 en los que, en el marco
de una manifestación violenta, se produce la captura, asesinato y
desaparición de estudiantes en los predios de la universidad, el
desalojo definitivo de las residencias estudiantiles, y el cierre de la
institución por dos periodos académicos.
El movimiento estudiantil frente a la violencia narco-paramilitar

Desde mediados de la década de los ochenta y comienzos del noventa, el país


se ve envuelto en una ola de violencia narco-paramilitar que silencia
prácticamente todo el movimiento social y político mediante una serie de
asesinatos selectivos y masacres, con altísimos costos para el patrimonio de
liderazgo de los movimientos sociales, populares y políticos del país; el
movimiento universitario no estuvo excepto de estas prácticas criminales.

Durante el gobierno del Presidente Virgilio Barco Vargas (1986-1990) los


estudiantes realizan importantes esfuerzos por recuperar las dinámicas de
movilización social y lucha reivindicativa, en una época en que la sociedad
toda esta sometida a la lógica del terror.

La nueva generación de estudiantes se preocupa por avanzar en procesos de


organización, buscando la unidad de los distintos sectores políticos y
organizaciones gremiales existentes en las universidades, tanto en las públicas
como en las privadas, que ven por igual la agudización de los problemas
nacionales por el desarrollo de la guerra sucia paramilitar y el crecimiento
del narcoterrorismo.
Es en esta época, al finalizar la década de los ochenta, que un sector de
estudiantes, principalmente de las universidades privadas con el apoyo de
sectores minoritarios de la educación publica, gestiona “la séptima papeleta” y
da curso a lo que se denominó el “movimiento estudiantil por la
constituyente”, respondiendo funcionalmente a las demandas existentes en el
país en el sentido de cambiar la Constitución de 1886 que, cumpliendo cien años,
ya no respondía a las nuevas condiciones y exigencias de la época.

Durante la administración del presidente Cesar Gaviria Trujillo (1990-1994) se


expide, después del desarrollo de la Asamblea Nacional Constituyente, que
contó con la presencia de un sector de la insurgencia desmovilizados (M-19. EPL,
Quintin Lame…), la nueva Constitución Política de Colombia, que dará
fundamento a la expedición de la Ley 30 de 1992 sobre educación superior.
La política aperturista de Gaviria se extiende al sector educativo (¿con?)y las
políticas neoliberales de privatización.

Estas propenden por el recorte sistemático de la inversión social en educación, la


disminución de las políticas de bienestar y la privatización creciente con el
incremento de las matriculas.

La reacción estudiantil no se hace esperar: pronto comienzan a darse en todo el


país movilizaciones estudiantiles en defensa de la educación pública, contra la
privatización y por una financiación adecuada, oportuna y suficiente de la
educación, banderas que se mantendrán en los siguientes años unidas a la lucha
por la autonomía universitaria y la democratización de las universidades,
así como por una política más amplia de bienestar universitario y mayor
cobertura.
A estas luchas de carácter gremial se unen otras: las luchas
que se recogen en la protesta estudiantil y la lucha contra
la violencia perpetrada por parte de agentes del
estado, la fuerza pública y grupos paramilitares, que
siguen cobrando víctimas por desaparición y asesinato,
generando la necesidad de levantar consignas por el
derecho a la vida, el pensamiento crítico y la libre
expresión de las ideas.
A la ley 30 de 1992 se atribuye el crecimiento de los
procesos de endeudamiento de las universidades
públicas, la privatización y la responsabilidad de la
crisis institucional que padecen los centros
universitarios de carácter estatal, a los que se les forzó
progresivamente a la obtención de recursos por venta
de servicios, a la consecución de proyectos de
investigación con la empresa privada y a gestionar
paulatinamente la autofinanciación de los mismos a
través de la educación postgraduada, la venta de
servicios de extensión, asesorías, consultorías y
educación continuada.
La situación generada por la Ley 30 de 1992 fue
estructurando los programas y las agendas de lucha de los
estudiantes y perfilando las consignas de las
movilizaciones estudiantiles, que se oponen al deterioro
creciente de la calidad de los programas académicos, a la
ampliación de cobertura sin recursos, a la crisis en la
infraestructura, a la falta de modernización, entre muchos
otros aspectos que dificultan cada vez con mayor intensidad
el funcionamiento eficiente de las universidades públicas.
Al finalizar la década de los noventa el movimiento estudiantil se
manifiesta activamente en contra de la ejecución de políticas de
austeridad y recortes del gasto público en materia de recursos
para la educación, movimiento que toma un tono más radical en
razón del Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de Pastrana
Arango(1998-2002) por el cual se evidencia el interés del Estado
colombiano en sustraer la naturaleza pública de la universidad al
pretender disminuir la proporción de los aportes con los que debe
financiar los establecimientos educativos oficiales , poniendo en
ejecución políticas que destinan la mayor parte de los recursos de la
nación para la guerra y otros fines que no contemplan la prioridad
de otras necesidades de la sociedad, como lo son por ejemplo la
inversión en salud, seguridad social, vivienda, recreación, cultura y
medio ambiente.
LAS MOVILIZACIONES DEL SIGLO XXI

Desde comienzos del siglo XXI el activismo estudiantil viene orientando su


lucha por:

1. La política pública en educación,


2. La defensa de los derechos humanos, civiles y políticos
3. La búsqueda de un modelo educativo, social y económico más acorde a
las necesidades y urgencias de la sociedad colombiana,

Para ello ha buscado aumentar la base social de apoyo a sus luchas y


movilizaciones y convertir la lucha por la educación en un propósito
nacional.

Pese a la dura represión que el activismo estudiantil ha tenido que


afrontar, a las permanentes amenazas, a las listas negras de
criminalización paramilitar, persiste en buscar unas formas de
organización y de protesta que se revistan de apoyos sociales que lo
llenen de legitimidad y lo blinden contra todas las formas de violencia.
Durante la administración del presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010) se
ejecuta una política económica neoliberal, amarrada al autoritarismo y la fuerza,
mientras avanza el detrimento del bienestar social y la calidad de vida de la
población colombiana y se precarizan las posibilidades de acceso a la educación
superior, priorizándose la inversión en la educación técnica y tecnológica y en un
modelo privatizado al servicio del mercado neoliberal.

Durante esta administración se intensificaron las denuncias de la represión tanto


de la fuerza pública como de los grupos paramilitares; sin embargo, la decisión
más lesiva para los campus universitarios fue la autorización del ingreso de
escuadrones antidisturbios (ESMAD) a los predios universitarios en caso de
protesta, sin que mediara la aprobación de las autoridades de las instituciones
educativas. Un fuerte dispositivo de inteligencia humana y técnica a través de la
instalación de cámaras de vigilancia se fue imponiendo en las universidades.
Escuadrones Antidisturbios ESMAD a través de los
cuales se reprimen las luchas estudiantiles y populares
La Mesa Amplia Nacional Estudiantil (MANE) y el “Programa Mínimo”
A partir del 2010 Los reclamos estudiantiles tocan aspectos como la autonomía
universitaria, la financiación de las entidades públicas y el bienestar universitario
integral, la calidad académica, las relaciones con la sociedad y la vigencia de las
libertades democráticas y los Derechos Humanos, puntos que conforman el
“Programa Mínimo”, que reivindicado por la MANE se convierte en la expresión
más significativa de la movilización estudiantil a inicios del presente siglo.
Los procesos de movilización estudiantil, cargados de innovaciones
estéticas, simbólicas y artísticas así como de diálogo con distintos sectores de
la sociedad, con participación y vocería en el parlamento, con nuevas formas de
llenar las calles de ideas, color, danza, performance, abrazatones,
besotones y sobretodo de argumentos y razones , condujeron a la
convocatoria de un paro nacional universitario el 12 de octubre de 2011, que
recogió en unidad a 31 de las 32 universidades públicas del país en la conocida
“toma de Bogotá” contra la reforma a la Ley 30 de 1992, que obligó al
Gobierno Nacional, el 10 de noviembre de ese año, a retirar la propuesta de
reforma a la educación superior plasmada en el proyecto de Ley 112.
La MANE se moviliza
La MANE representa un fenómeno sin precedentes en la historia del
activismo estudiantil y se puede señalar que su éxito al detener la
reforma de la Ley 30 es una importante conquista de su capacidad
de movilización estudiantil, pero que resulta un triunfo insuficiente,
pues coloca al descubierto la necesidad de elaborar y defender una
propuesta que configure una nueva política pública para la
educación, política que garantice el acceso al ejercicio del derecho a
la educación como un derecho fundamental, que implica su
gratuidad, la excelencia de los programas, su pertinencia al
momento histórico por el que atraviesa el mundo y a las necesidades
de la sociedad colombiana, así como la lucha por una financiación
adecuada, suficiente y oportuna por parte de la sociedad y el Estado.
Asambleas y Movilizaciones de la MANE
Organización y Programa Mínimo

Algunas ideas para retomar la iniciativa

El sector estudiantil universitario tiene en este periodo que volver a hacer


reingeniería organizativa; la MANE se ha ido disolviendo, nuevamente, en la
acidez erosiva del grupismo dogmático, sectario, exhibicionista, arrogante y sin
perspectiva de futuro, perdiendo la lucidez que le dio origen y le permitió
constituirse en referente continental de la lucha estudiantil.

Hoy los jóvenes universitarios tienen que retomar el duro trabajo de la unidad en
torno a un programa mínimo y luego avanzar hacia la construcción de una
vigorosa Federación Universitaria Nacional, capaz de mantener cohesionada a
la totalidad de las organizaciones estudiantiles del país, convirtiéndose en un
auténtico movimiento social, empoderado en la lucha por una educación pública
al servicio de la solución de los problemas estructurales de la nación colombiana.
UNIDAD, ORGANIZACIÓN, PROGRAMA MÍNIMO, MOVILIZACIÓN
Elementos para un PROGRAMA MÍNIMO
Construir el programa mínimo sobre una agenda que contenga en lo
esencial:

1. La lucha por la defensa de una educación pública que contemple la


educación como un derecho fundamental y reclame su gratuidad.

2. Una financiación adecuada, suficiente y oportuna por parte de la


sociedad y el Estado colombianos.

3. La defensa de un modelo de autonomía universitaria amplia y sin


restricciones de ningún tipo.

4. Democratización de la vida universitaria con base en la elección, por


parte de la comunidad universitaria, de directivos y administrativos
docentes, y en el ejercicio de prácticas democráticas en todas las
actividades de la vida institucional, que hagan de las instituciones de
educación superior, de las universidades, empresas públicas y sociales
eficientes.
5. La lucha por un bienestar universitario integral y de calidad, que garantice a
toda la comunidad las posibilidades materiales y espirituales para trabajar en
armonía.

6. Una reforma académica de los programas que les dé pertinencia en relación


con las necesidades estructurales de la nación, unida a una revolución
pedagógico-didáctica que tome en consideración las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación y nuevos e innovadores sistemas de
evaluación, todo dirigido a favorecer la excelencia académica.
7. El fortalecimiento de la investigación por medio de la articulación de los
programas de formación de todos los niveles a las labores investigativas de
las universidades, dirigidas en especial a resolver los problemas del país, la
ciencia y la cultura.

8. Una estrecha relación entre las universidades públicas y la sociedad


colombiana a través de los programas docencia, investigación y extensión,
sea esta de carácter financiado o solidario.

9. Especial atención a las condiciones pluriétnicas y multiculturales de la


sociedad colombiana, y al fortalecimiento de las prácticas deportivas
artísticas y culturales, así como al reconocimiento de la diversidad y de las
condiciones de la población con discapacidad.

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