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Percepción
La percepción es la forma en la que el cerebro interpreta las sensaciones que recibe a través
de los sentidos para formar una impresión inconsciente o consciente, o sea, si se le puede
aplicar discernimiento de la realidad física de su entorno. También denominado como el
proceso constructivo por el que organizamos las sensaciones y captamos conjuntos o formas
dotadas de sentido.
Sensación
La visión puede ser: visión central permite ver algo puntual, la visión periférica permite
observar todo lo que rodea a la visión central. En la visión binocular o estereoscópica los dos
ojos superponen las imágenes que visualizan en ángulos ligeramente diferentes y en la corteza
visual se compara las dos visiones, proporcionando una sensación de relieve y profundidad que
a la vez permite calcular la distancia en que se encuentran los objetos.
La visión nocturna es la habilidad de observar objetos con poca iluminación, esta habilidad se
presenta en los seres humanos de forma limitada lo que recurre a aparatos electrónicos:
cámaras de visión nocturnas, que se visualiza a través de rayos de infrarrojo, radiación térmica,
entre otros. Actualmente, ya existen gamas de carros que cuentan con un sistema de visión
nocturna.
Oído externo, que es la parte visible, la que identificamos con la oreja uy también llamada
aurícula. Esta parte externa del oído recoge las ondas de sonido y las conduce al oído medio, al
que también protege del exterior.
Oído medio, también conocido como tímpano, que se encarga de amplificar y transmitir los
sonidos que le llegan desde la oreja hasta el final del trayecto, el oído interno. Está formado
por tres huesos minúsculos, conocidos como “huesecillos del oído”, y que son el martillo, el
yunque y el estribo.
Oído interno, también conocido como cóclea, que tiene forma de concha de caracol y que
tiene la misión de transforman las ondas sonoras en impulsos eléctricos y enviarlas al cerebro,
donde lo interpretamos.
La audición de cada persona depende de que estas tres partes del oído funcionaen de forma
correcta y coordinada. Cuando hay alguna disfunción o fallo aparece la pérdida auditiva, que
puede ser de distintos tipos, según su origen y gravedad.
En el ámbito de la psicología una sensación hace referencia al fenómeno por el cual nuestro
cuerpo detecta un estímulo o estimulación, tanto interna como externa. Una sensación
provocada por un estímulo externo puede ser, por ejemplo, sentir una caricia; mientras que
una sensación interna puede ser un dolor de cabeza o sentir los ruidos que emite nuestro
estómago vacío.
Este concepto siempre suele ir acompañado del concepto de percepción. No obstante, existe
una diferencia fundamental entre ambos. Mientras que la sensación es la mera detección del
estímulo, la percepción consiste en la organización, identificación e interpretación de dicha
información sensorial, con el objetivo de interpretar y entender esta información de nuestro
entorno.
Sus fases
1. Fase física
2. Fase fisiológica
3. Fase psicológica
En esta última fase la persona es consciente de la sensación, lo que provoca una reacción o
respuesta. Aquí entrar a formar parte del proceso de percepción.
Habitualmente, se nos enseña que las personas poseemos cinco sentidos básicos: la vista, el
oído, el gusto, el olfato y el tacto. Sin embargo, somos capaces de percibir muchos más
sentidos algo menos conocidos. Entre ellos encontramos el sentido cinestésico y el sentido
kinestésico.
Tipos de sensaciones
Tal y como comentábamos anteriormente, las sensaciones pueden ser clasificadas en distintos
tipos. Además, estas pueden ser clasificadas en subgrupos dependiendo de si responden a
estímulos externos o internos.
• Sentido de la vista.
• Sentido del tacto.
• Sentido auditivo.
• Sentido olfativo.
• Sentido cenestésico.
• Sentido kinestésico.
El gusto. El gusto es uno de los cinco sentidos del ser humano. Es la capacidad de detectar
sustancias a través de los receptores gustativos, el sentido corporal
que permite la detección de sustancias químicas disueltas en la
boca, procedentes generalmente de los alimentos. El sentido del
gusto depende de la estimulación de los botones gustativos, los
cuales se encuentran en las papilas gustativas situadas en la lengua,
órgano musculoso ubicado dentro de la boca o cavidad oral. El
sabor se define como la sensación que causa un alimento u otra
sustancia al introducirse en la boca. En el sabor influye el sentido del gusto, pero también el
olfato y la textura.
Los sabores primarios conocidos con los que se identifica a los alimentos son dulce, salado,
ácido y amargo, a los que desde principio de siglo se ha añadido el umami ("sabroso", en
japonés). El gusto se percibe por el contacto de las sustancias químicas solubles con los
quimiorreceptores situados principalmente en la lengua. El sentido del gusto puede
considerarse una fuente de placer, pero su función consiste en permitir seleccionar aquellas
sustancias más adecuadas para la nutrición y evitar en gran medida las que pueden
representar un peligro para la vida por ser tóxicas o por encontrarse en estado de
descomposición.
Olfato. El olfato se trata de un sentido puramente químico, que reside en el techo de nuestras
fosas nasales, justo entre nuestros ojos. El ser humano puede diferenciar entre más de 10.000
olores diferentes.El olfato nos aporta distintas funciones, como son la de poder percibir
alimentos en mal estado, su calidad nutritiva, reconocer la humedad y el humo en nuestro
medio ambiente, reconocer un territorio, el hecho de poder recordar a personas, momentos o
lugares y hasta nos ayuda, sin saberlo, a elegir a nuestra pareja.
La mucosa olfatoria era llamada antiguamente como la pituitaria. El epitelio olfativo, que
reside en la parte más elevada de nuestro hueso etmoides, recoge las partículas aromáticas
que entran en nuestra fosa nasal, tanto a través de las narinas (orificios nasales), como de las
coanas (orificios posteriores que comunican con la faringe). Ese epitelio era dividido entre
pituitaria roja y amarilla, ésta última, la más superior y la realmente encargada de reconocer la
información olfativa. Se estima que disponemos entre 20 y 30 millones de células olfativas y se
sabe a día de hoy, que tienen capacidad regenerativa.
En el instante en que la transmisión del estímulo pasa al sistema nervioso central para ser
integrado, se puede determinar la diferencia entre el proceso sensorial y el proceso
perceptivo, puesto que el primero se limita a una recepción de estímulos físicos aislados
simples del ambiente mientras que la percepción es una interpretación, dación de significado y
posterior organización en la mente, de esa información brindada por el proceso sensorial. Es
decir, sentimos enrarecimientos del aire (ondas), pero percibimos sonidos; sentimos acciones
mecánicas, pero percibimos caricias o golpes; sentimos gases volátiles, pero percibimos la
fragancia de un perfume o el aroma del desayuno. De modo que nuestras percepciones no son
registros directos del mundo que nos rodea, sino convenciones culturales que se construyen
internamente siguiendo reglas innatas y constricciones impuestas por las capacidades del
sistema nervioso.
Colores, sonidos, olores y sabores son construcciones mentales creadas en el cerebro por el
procesamiento sensorial. No existen como tales fuera del cerebro. Solo si existe un organismo
capaz de procesar la información del exterior esta tendrá sentido. Nuestro cerebro crea el
mundo en el que vivimos, y son la sensación y luego la percepción los procesos encargados de
absorber información del mundo externo, y también del interno para dar significado a las
cosas a través del pensamiento. Por ejemplo, los colores no existen fuera del organismo, solo
existen los distintas medidas del espectro de luz. Según la más reciente perspectiva no parece
existir el tiempo, lo que se da es el cambio de las cosas, pero nuestro cerebro crea una línea
temporal para permitirnos mover en un parámetro de continuidad entre unas acciones y otras,
posiblemente por la linealidad de la narrativa del pensamiento.