Está en la página 1de 9

24

La formación de un docente
investigador: los aportes de la
3 investigación educativa
Fabián Alejandro Téliz1
fabian.teliz@cfe.edu.uy

Resumen

En este artículo se hace una revisión de los aportes de la investigación educativa a la formación de un docente investigador,
a partir de considerar la fundamentación epistemológica de su relevancia disciplinaria y la importancia de la temática para
la enseñanza en la formación de formadores.

Tomando como punto de partida una reflexión sobre el concepto de docente investigador, se problematiza acerca de los
objetivos y modalidades de introducción a la investigación educativa en los cursos de la Formación Inicial Docente, conside-
rando que una cultura de investigación es fundamental para el desarrollo de actitudes y competencias problematizadoras
de las prácticas educativas.

Palabras claves: Formación Inicial Docente, docente investigador, investigación educativa.

Abstract

This article reviews the contributions of educational research to the training of a resercher teacher, based on considering
the epistemological foundation of its disciplinary relevance and the importance of the subject for teaching in the training
of trainers

Taking as a starting point a reflection on the concept of teacher researcher, the objectives and modalities of introduction to
educational research in Initial Teacher Training courses are problematized, considering that a research culture is fundamen-
tal for the developmen of attitudes, and problematizing competencies of educational practices.

Keywords: initial teaching training, research teacher, educational research

1
Master en Educación con énfasis en investigación en enseñanzas y aprendizajes, Universidad ORT Uruguay. Diploma en Enseñanza con Tec-
nologías Digitales, Universidad de Cambridge. Profesor de Matemática de Enseñanza Media, ANEP. Especialista en Planeamiento y Gestión de
Políticas Educativas, Instituto Internacional de Planeamiento de la Educación de Buenos Aires, UNESCO. Secretario Ejecutivo de la Comisión
de Carrera Nacional de Magisterio del Consejo de Formación en Educación de 2016 a 2020. Se desempeña en la actualidad como Profesor de
Matemática e Investigación Educativa en el Instituto de Formación Docente “María Orticochea” de Artigas y como Profesor de Didáctica de la
Matemática e Investigación Educativa en el Centro Regional de Profesores del Litoral.
25

■■ Introducción que la investigación influya en la discusión sobre las prácticas de en-


señanza.” (CFE, 2016:6).De este modo, la investigación es conce-
bida como producción de conocimiento pedagógico, didáctico
En la actualidad, es imposible no percibir la importancia de fa- y/o referido al campo propio de la actividad profesional, aunque
vorecer la formación de los profesionales de la educación, como no exclusivamente.
docentes investigadores, a partir de los aportes de la investiga-
ción educativa (Munevar y Quinteros, 2006). Los desarrollos teó- El hecho de que en una institución se produzca conocimiento,
ricos que promueven la práctica de la investigación en el ámbito cambia necesariamente las relaciones entre formadores, estu-
educativo, por parte de los docentes, se ha incrementado en las diantes y saberes. Como sostiene Hernández (2009:6): “inves-
últimas décadas (Stenhouse, 1985; Lankshear y Knoble, 2003). tigar es de mucha valía para la docencia, porque le permite man-
No obstante ello, dichas perspectivas conviven, simultáneamen- tenerse a la vanguardia, sabiendo que el proceso de enseñanza
te, con otras que afirman que los docentes no pueden investigar se hace desde un pensamiento vivo, construido por docentes y
porque no cuentan con la formación requerida, tienen un alto estudiantes investigadores, en la aventura de crear conocimiento.”
grado de implicación en los problemas objetos de estudio y ade-
más por ser una práctica que no es inherente a su rol. Como que-
da de manifiesto, ambas perspectivas parten de supuestos epis-
■■ ¿Por qué formar a los
temológicos distintos y, por lo tanto, definen de forma diferente futuros docentes como
a la investigación educativa, a los sujetos investigadores, a las docentes investigadores?
finalidades y a los modos de desarrollar esta práctica, al docente
como profesional, al oficio del investigador y a la posibilidad de
articularlos (Duhalde, 1998; Achilli, 2000; Enríquez, 2007). La formación de profesionales de la educación como docentes
investigadores, se sustenta en la necesidad de contar con una
Estos discursos teóricos encuentran, en nuestro país, correlatos formación básica en investigación que permita al futuro profe-
en las políticas educativas, -tanto actuales como pasadas-, que sional, discutir conceptual y operativamente, las condicionantes
buscan incorporar la práctica de la investigación en los diferentes y las formas de generar conocimiento a partir de la utilización
centros educativos y, particularmente, en los Institutos/Centros del método científico, así como utilizar técnicas de investigación
de Formación en Educación. Focalizando en las normativas y para diagnosticar problemas y desarrollar estrategias de inter-
documentos orientadores más recientes, la Ley General de Edu- vención, de modo de aportar a la mejora de la calidad de la edu-
cación N° 18437 establece que la Formación en Educación será cación.
considerada como enseñanza terciaria universitaria, “cuya misión
principal será la producción y reproducción del conocimiento en sus Desde esa perspectiva, se adscribe al concepto de investigación
niveles superiores, integrando los procesos de enseñanza, investi- en el sentido en que la caracteriza Stenhouse (1987:41), “sistemá-
gación y extensión” (Artículos N° 30 y N° 31). En consonancia con tica y mantenida, planificada y autocrítica, que se halla sometida a
esa perspectiva, el plan de estudios vigente para la Formación la crítica pública y a las comprobaciones empíricas en donde éstas
en Educación, establece que la investigación se debe desarrollar resultan adecuadas”. Como queda de manifiesto, la formación y la
de forma articulada “en el ámbito de las prácticas profesionales de práctica de los profesionales de la educación es, sin lugar a du-
tal manera que la formación pedagógico-didáctica se logre a tra- das, no solo un espacio de aplicación de saberes, sino también
vés de una lectura cuestionante de la realidad educativa” (SUNFD, un espacio de producción de saberes específicos que proceden
2008:17). Por su parte, el documento Fundamentos y Orientacio- de esa misma práctica (Murillo, 2006). Por ello, la investigación es
nes para la Propuesta 2017 del Consejo de Formación en Edu- educativa en la medida en que se relaciona con la práctica y los
cación (CFE), textualmente, expresa: “(…) la docencia debe esti- docentes se hallan implicados en ese proceso de investigación.
mular, en los estudiantes, el espíritu de indagación en los trayectos Como sostiene Carro (2000), los docentes son los que poseen las
formativos y promover otras formas de relacionamiento con el co- mejores condiciones para reconstruir su contexto de trabajo. En
nocimiento. Se trata que en el proceso de formación de los estudian- ese sentido, si el objetivo de la investigación educativa es mejo-
tes se estimulen procesos de indagación sistemática, la posibilidad rar las condiciones en que se lleva a cabo la educación, los do-
de ser lectores críticos de investigaciones y productores de saberes centes adquieren un rol protagónico al momento de determinar
manejando una idea de conocimiento abierto e incierto, buscando cómo lograrlo.
26

El sucinto recorrido presentado permite dar cuenta del inte- do. Sin embargo, en el sentido amplio, implica una multiplicidad
rés político por profundizar los vínculos entre la investigación de prácticas que incluyen aquellas que se relacionan con tareas
educativa y los centros de enseñanza, sus docentes y el campo de análisis y reflexión de la práctica docente, aunque el objetivo
de la formación de los profesionales de la educación. A su vez, de estas no es necesariamente la producción de un nuevo cono-
los discursos teóricos y las políticas educativas se vinculan con cimiento ni el procedimiento supone la aplicación del método
un tercer elemento: los debates e interrogantes que plantean científico.
las tensiones referidas a los conocimientos y competencias
que deben tener los docentes para desempeñarse profesio- Respecto al docente investigador, se advierten tres formas de
nalmente en los complejos escenarios educativos actuales. comprenderlo (Fernández Rincón, 1993; Enríquez y Romero,
2005), tal como se detalla a continuación:

• como aquel que utiliza la investigación como estrategia de ense-


■■ La Formación Inicial Docente: ñanza: se recurre a la investigación como estrategia didáctica
un espacio privilegiado
para enseñar un contenido o para promover procesos propios
para la formación del
docente investigador de esta práctica en los estudiantes;
• como aquel que la utiliza como estrategia de formación y desa-
rrollo profesional: la investigación es una estrategia para re-
Las discusiones acerca de qué es investigar en educación y de
flexionar sobre la propia práctica docente y buscar alternativas
quiénes son los agentes habilitados para hacerlo, adquieren
de mejora;
matices particulares en el campo de la Formación en Educación,
• como aquel que la utiliza como forma de producir conocimiento
sobre todo cuando se articulan con las distintas maneras de con-
científico: la investigación es un proceso de carácter sistemáti-
cebir la Formación Inicial Docente. De hecho, es en este campo
co, riguroso y metódico para producir conocimiento científico.
en donde se ponen en juego los modelos que buscan formar do-
centes investigadores o con capacidad investigativa. Es posible
distinguir entre quienes abogan por una formación centrada en Si bien la noción de docente investigador se asocia, en general, a
el quehacer educativo (Dewey, 1910; Monereo, 2001) y quienes Stenhouse y su origen se sitúa en los años 60, tiene plena vigen-
dan un paso más y asumen al docente como un investigador de cia en la actualidad. La concepción actual de currículum y de ges-
su propia práctica (Elliot, 1980; Stenhouse, 1981; Carr y Kemmis, tión curricular reivindica, cada vez más, que el docente no sea un
1988; Carro, 2000). Evidentemente, no son dos posturas diame- mero ejecutor de saberes previamente definidos, sino un decisor,
tralmente opuestas, pero si con un grado de diferenciación de un gestor en situación real y un intérprete crítico de las orienta-
acuerdo a la vasta literatura que respalda a cada una de las dos ciones globales. Así, se le atribuye al docente la responsabilidad
perspectivas. de co-construir ese currículum con sus colegas y sus alumnos. Di-
cha tarea, que no es ajena a la preocupación por la calidad de la
Aunque los términos docente investigador e investigación educati- enseñanza y de los aprendizajes, está asociada al reconocimiento
va resultan polisémicos y sus sentidos dan lugar a distintas prác- de que las innovaciones no se realizan por decreto, sino que re-
ticas de formación en investigación, la riqueza de significados y quieren de docentes con espíritu y competencias investigativas
de experiencias posibilitan que el campo de la Formación Inicial propias, docentes que saben y quieren investigar, para contribuir
Docente se constituya en un espacio privilegiado para el estudio al desarrollo del conocimiento sobre la educación. No obstante
de la formación de un docente investigador, a partir de los apor- ello, al mismo tiempo esta actitud y actividad de investigación
tes de la investigación educativa. contribuye al desarrollo profesional docente e institucional de
los centros educativos en los que se desempeñan profesional-
La distinción que introduce Imbernón (2007) entre la investiga- mente, instituciones que, al igual que los docentes, deben con-
ción educativa en sentido restringido y amplio permite incor- vertirse en espacios reflexivos.
porar aportes teóricos de otros autores que, sin distinguir entre
estos términos, se expresan de manera similar (Achilli, 2000; So-
neyra, 2012). En el sentido restringido, se trata de una práctica
realizada de modo sistemático y metódico con la finalidad de
producir conocimiento científico respecto del objeto investiga-
27

■■ La formación del docente que sostiene Moreira (1996), afirman que son trabajos realizados
investigador y el desarrollo de desde una lógica de investigación-acción, según la concepción
competencias establecida por Kemmis, ya que es una “forma de investigación
auto-reflexiva, realizada por los participantes en situaciones socia-
les (incluyendo las educacionales) con miras a una mejora de la ra-
Como sostiene Alarcao (2010), formar para ser un docente inves-
cionalidad y la justicia (coherencia y nivel de satisfacción): a) de sus
tigador implica desarrollar en el futuro formador, competencias
prácticas sociales o educacionales; b) de la comprensión de estas
para investigar en, sobre y para la acción educativa, así como
prácticas, e c) de situaciones/instituciones/programas (y en último
también, para compartir resultados y procesos con otros docen-
caso de la sociedad) en que dichas prácticas tienen lugar”. (Moreira,
tes investigadores, es decir, con sus colegas. Desde esa perspec-
1996:32).
tiva, se espera que el estudiante de Formación en Educación sea
capaz de cuestionar las razones subyacentes a sus decisiones
En ese marco, a continuación se presenta una serie de compe-
educativas y las dificultades de algunos de sus estudiantes, leer
tencias, incluyendo las actitudinales que, según explicita Alarcao
críticamente los libros de texto y las propuestas didácticas que le
(2010), son esenciales para la formación de un docente inves-
son ofrecidas, entre otros aspectos. Así, ser docente investigador
tigador. La autora la clasifica en cuatro grandes grupos: actitu-
implica, ante todo, tener una actitud profesional de “estar” en la
des, competencias de acción, competencias metodológicas y
profesión como intelectual que cuestiona y se cuestiona crítica y
competencias de comunicación.
reflexivamente. Sin embargo, en concordancia con la perspectiva
de Cochram-Smith y Lytle (1993), es más que eso, ya que ser do- El primer grupo, actitudes, incluye a las siguientes: espíritu abier-
cente investigador es ser capaz de organizarse para, ante una si- to y divergente, compromiso y perseverancia, respeto a las ideas
tuación problemática, cuestionar intencional y sistemáticamente de otros, autoconfianza, capacidad de sentirse cuestionado, sen-
con miras a su comprensión y posterior solución. tido de realidad y espíritu de aprendizaje a lo largo de toda la
vida. Sin embargo, en el segundo grupo, competencias de acción,
Desde esta concepción, es posible “ver” en cada docente un
señala a las siguientes: decisión en el desarrollo, ejecución y eva-
docente investigador, reconociendo que las condiciones exis-
luación de proyectos, capacidad de trabajar en equipo, solicitar
tenciales, funciones y responsabilidades sociales que el docente
colaboración, brindar colaboración.Por otra parte, en el grupo
ostenta, le generan un contexto específico que, establecidos los
competencias metodológicas, engloba a las siguientes: observa-
objetivos de la investigación, le determinan también las meto-
ción, formulación de hipótesis, formulación de problemas de
dologías y el destino de dicha investigación. Sin embargo, ha
investigación, delimitación de la temática a investigar, análisis,
existido -y aún existe- un enfrentamiento entre las exigencias de
sistematización, establecimiento de relaciones temáticas, moni-
una investigación académica dirigida, en el sentido de un saber
toreo. Finalmente, en el grupo denominado competencias de co-
cada vez más específico, más teorizante, aunque también más
municación,señalan a las siguientes: claridad, diálogo (argumen-
compartimentado, reduccionista de la complejidad y expresado
tativo e interpretativo), énfasis para los aspectos que contribu-
en géneros discursivos y lenguajes muy propios; y las exigencias
yen al conocimiento y/o resolución de los problemas educativos
de la investigación educativa realizada por los docentes, que
objeto de estudio.
está orientada hacia un saber más integrado, más holístico, más
directamente relacionado a la práctica, situado y rápido en las De ese modo, la relación planteada entre la formación de un
respuestas a obtener. docente investigador y la investigación educativa debe asumir-
se como una nueva forma de pensar los procesos académicos
El rol del docente como investigador debe estar íntimamente
de formación en investigación de los docentes del Consejo de
relacionado con su rol como docente. Cochram-Smith y Lytle
Formación en Educación. Definir el rol del docente investigador
(1993) establecen una tipología de las investigaciones realizadas
va más allá de modelos o enfoques investigativos, pues supone
por los docentes, la que está delineada a partir de las investiga-
como profesional una postura ideológica, ética y política que se
ciones efectivamente realizadas. De este modo, las agrupan en
devela frente a la forma en cómo concibe la realidad social y edu-
investigaciones conceptuales (trabajos teóricos, filosóficos o
cativa. Es decir, se asume la investigación educativa como una
análisis de ideas) y trabajos empíricos (con recolección, análisis
acción capaz de producir unos efectos que pueden ser tipifica-
e interpretación de datos), corroborando que este último tipo es
dos de acuerdo con los distintos ámbitos de resonancia de lo que
el que aparece con mayor frecuencia. En ese sentido, en base a lo
28

el investigador produce: ámbito local: en el cual el producto o guen y los desafíos para lograrlo. En ese contexto, se asume el
el resultado de una investigación educativa es un acontecimien- enfoque de enseñanza por competencias en la línea planteada
to con potencialidad para transformar las prácticas o el sentido por Perrenoud (1993), lo que supone entenderlas como saberes
de ellas; ámbito educativo: en el cual el acontecimiento tiene puestos en acción y resultantes de un aprendizaje, por lo tanto,
potencia para transformar la producción discursiva relativa a la el aprendizaje está vinculado con las condiciones dadas para su
organización, regulación y control de procesos de la educación desarrollo y con la propuesta de enseñanza y de evaluación. El fu-
formal en cualquiera de sus niveles, y ámbito de la formación de turo profesional irá incorporando paulatina y creativamente sus
docentes: donde lo producido tiene potencia para renovar los aprendizajes, atendiendo al mismo tiempo, aspectos tales como:
discursos y las prácticas correspondientes. el componente ético, la reflexión crítica y la toma de decisiones.

Por ello, la investigación educativa, como un campo de for- Perrenoud (1993) afirma que la iniciación a la investigación en
mación de los docentes, es una acción a través de la cual el la Formación Inicial Docente se justifica por tres razones com-
docente investigador puede volver sobre sí mismo y, a la vez, plementarias, pues constituye un modo de apropiación activa
desplegarse hacia el exterior para hacer de la formación un de conocimientos de base en ciencias humanas, una prepara-
principio de acción. Es una actividad que provoca experien- ción para la utilización de resultados de investigación educativa
cias, las cuales modifican el acontecer de su práctica y gene- o para la participación en su desarrollo, así como un paradig-
ra variaciones en las formas de pensar, conocer y aprender. ma que sustenta una práctica reflexiva. Aceptada la necesidad
de una iniciación en investigación educativa que prepare a los
docentes para formarse como investigadores en el contexto de
■■ Algunas consideraciones su ejercicio profesional, importa reflexionar sobre el modo de
didácticas desarrollar dichas competencias.

A partir de considerar la organización curricular de la Formación


Formar a un profesional de la educación como docente investi- Inicial Docente en Uruguay, es posible afirmar que ello está ga-
gador es, sin lugar a dudas, una actividad muy desafiante que rantizado en dos niveles. Por un lado, a través de la formación
interpela a los Institutos/Centros de Formación en Educación y al para la investigación en la asignatura Investigación Educativa,
sistema educativo en su conjunto. La investigación es uno de los como espacio específico para una formación teórico-práctica
espacios que mejor apoya la formación docente, pues permite sólida y diversificada. Por otro, a través de la articulación de la
producir conocimiento sobre la práctica y, con base en este saber formación para la investigación con otros componentes curricu-
y conocimiento, transformarla. El más valioso impacto que pue- lares, sean disciplinares o interdisciplinares, como es el espacio
de arrojar la investigación educativa es el de formar a sus propios de la Práctica Docente.
actores y, en consecuencia, el de contribuir a la transformación
de su práctica. Sin lugar a dudas, la articulación de los dos niveles representa
la opción más beneficiosa para la formación del docente inves-
Hablar de la formación investigativa de los docentes es un asunto tigador. En primer lugar, porque un curso (anual o semestral) de
central que no puede limitarse o reducirse a la revisión y análisis Investigación Educativa constituye un corto espacio temporal
de acciones metodológicas. Es un asunto complejo, pues si bien para familiarizar a los futuros docentes con metodologías de in-
se atiende en dicho proceso a lo metodológico, la acción forma- vestigación, incluyendo la variedad de técnicas de recolección y
tiva no se agota allí. Es deseable que la rebase y que ponga en análisis de datos, así como las formas de presentación y difusión
juego todos los elementos de una didáctica que se ocupe de la de los principales hallazgos y conclusiones. En segundo lugar,
práctica, de la tensión teoría-práctica, de la reflexión que emerge porque la enseñanza teórica de la investigación, descontextuali-
y dinamiza, pero que alcanza su mayor expresión en la afectación zada de la práctica, genera desmotivación y no contribuye al de-
y transformación de la práctica del docente. sarrollo de una actitud investigativa por parte de los docentes en
formación. La actitud investigativa y las competencias investiga-
Así, hay un aspecto relevante, previo al metodológico, que es
tivas deben estar presentes en todos los espacios curriculares del
necesario considerar: la formación en competencias que permi-
plan de formación, asumidas como un eje transversal y visibiliza-
tan, al docente en formación, interrogar la realidad educativa,
das en el ámbito de varias disciplinas, a través de la realización de
formularse preguntas en relación a los objetivos que se persi-
29

proyectos de trabajo conjuntos, con características similares a las sentida: reiterar la pertinencia y la necesidad de formar en inves-
que probablemente utilizarán cuando se desempeñen profesio- tigación educativa, desde un abordaje multi-metodológico que
nalmente como docentes. permita al docente investigador, diseñar propuestas y validarlas
desde diversas estrategias (Rodríguez Sabiote, 2003; Cisterna Ca-
Como sostiene Mejía (2011), los escenarios educativos actuales brera, 2005; Mejía Navarrete, 2011).Del mismo modo, es posible
son muy dinámicos y más enriquecidos que en el pasado, por reconocer que la formación en investigación educativa ha evolu-
lo que demandan una reformulación de la formación investiga- cionado en las últimas décadas, a partir de diferentes perspecti-
tiva de los docentes. Comprender la formación en investigación vas que han privilegiado distintos campos, temas específicos de
educativa de un docente es entender cómo el concepto de me- preocupación, formas de indagación y tratamiento de proble-
todología se encuentra inscripto en la complejidad del campo mas con miras a definir y diferenciar su objeto y método propios.
educativo. Ello se puede apreciar en referencia a los fenómenos Como señala Mejía (2011), ninguna otra disciplina tiene la capa-
que se estudian, a la diversidad de los enfoques que se utilizan, cidad de abordar y explicar los acontecimientos presentes en el
a la multiplicidad de perspectivas metodológicas, a los distin- acto de enseñar y de formar como la investigación educativa. Por
tos campos de aplicación y práctica, a su configuración teórica eso, tal como sostiene el autor, es posible afirmar que ello es un
(posturas epistemológicas, lenguajes, paradigmas) y a la misma rasgo distintivo de los docentes.
delimitación de su campo (sus fronteras, las relaciones que se es-
tablecen con otras disciplinas), entre otros aspectos. Esto implica, Es así como, de hace un tiempo, la investigación educativa deja
a su vez, una variedad de formas en la producción del conoci- de ser una actividad exclusiva de especialistas para convertirse
miento en torno a la educación, además de una red de relaciones en un acto cotidiano donde deben estar implicados los docentes,
diversas que se establecen entre los distintos componentes de dado que la intención primordial de la investigación educativa es
este campo: sus distintos desplazamientos, las tensiones y afec- la transformación de la práctica misma, así como la producción
taciones que se presentan en su interior. de conocimiento. En ese sentido, la investigación educativa reali-
za un aporte significativo a la orientación de procesos de cambio
Es en la complejidad de este entramado donde el docente, que y de mejora de la calidad de la educación, en la medida en que
forma a otros docentes, se moviliza al identificar y seleccionar las promueve nuevos valores y actitudes, y propicia otros estilos y
formas de trabajo que le van a permitir llevar a cabo el proceso espacios en la construcción de relaciones entre el conocimiento,
formativo. Entonces, los criterios para la selección de una meto- la sociedad y su entorno, además de animar la construcción de
dología que le brinde sustento para la toma de decisiones, se conocimientos y saberes. Asimismo, es importante evidenciar
encuentra en medio de una dinámica siempre cambiante. Por tal que la formación en investigación educativa no se puede con-
motivo, es posible afirmar que la formación del docente investi- cebir al margen de la consolidación de un saber pedagógico del
gador requiere, cada vez más, de una mirada multi-metodológi- docente, pues es este el que servirá de referente a sus propias
ca de la investigación educativa. acciones investigativas, el que le posibilitará la contextualización
y re-conceptualización de lo hallado en la investigación.
En ese sentido, la opción por uno o múltiples caminos para tran-
sitar la formación en investigación de los docentes está relacio- De esta manera, queda de manifiesto que el docente investiga-
nada con aspectos que son primordiales: el carácter del proble- dor, que relaciona la teoría con la práctica, deja de hacer un traba-
ma, la preocupación y el interés que se propone el docente inves- jo técnico, basado en el conocimiento de otros, para convertirse
tigador, las posturas epistemológicas que asume o entreteje él en un generador de su propio discurso y así adquirir autonomía
mismo, los campos de aplicación que se hayan seleccionado y los intelectual. Desde la reflexión propia sobre y en la práctica peda-
grados de dificultad con los que se encuentre. Sin embargo, no gógica, desarrolla capacidades investigativas, logra competencia
se puede eludir de considerar que las metodologías se organizan pedagógico-didáctica y autonomía profesional, genera diálogo,
y agrupan de acuerdo con los marcos epistémicos generales en discusión crítica y participativa, cuestiona la enseñanza que rea-
los que se demarca todo el campo educativo. liza, estudia y analiza su propio modelo de enseñar, permite que
otros profesores observen su práctica e intercambia experiencia
Señaladas estas cuestiones, a las cuales recurre el docente for-
(Perrenoud, 2004; André, 2016). Por dichas razones, se hace im-
mador al momento de seleccionar el o los caminos que recorrerá
perativo que el proceso de formación del docente investigador
en su accionar como investigador, se constituye una necesidad
comience por el fortalecimiento de la formación pedagógica, ya
30

que es a la luz de esta que se genera la formación en investiga- de recolección de datos, a analizar datos a través de software es-
ción, a la vez que se desarrolla con la realización, en paralelo, de pecífico como el SPSS y el Atlas.ti y extraer las conclusiones.
investigaciones concretas que apunten a la formación en herra-
mientas de investigación educativa.

A partir de lo explicitado anteriormente, se considera oportuno En consonancia con el enfoque propuesto, el proceso de eva-
señalar que en ese proceso formativo en investigación educativa, luación formativa a emplear, deberá estar orientado a la mejora
es necesario trabajar para construir con el docente los elementos de los aprendizajes, priorizando la evaluación de proceso para
que se requieren para analizar su práctica, reconocer hechos o comprender mejor los resultados. Se deberá emplear una mul-
sucesos que inspiren la exploración, develar sentidos, teorizar, tiplicidad de dispositivos que faciliten la aproximación al obje-
realizar registros y usar técnicas e instrumentos de investigación to a evaluar, por lo que las propuestas de evaluación deben ser
que le permitan la cualificación de su práctica pedagógica. Así, variadas, con dispositivos de trabajo individual pero también
algunas de las estrategias más significativas las constituyen el de trabajo colectivo. Los trabajos de producción facilitan la eva-
trabajo a partir de problemas, la asignación de un valor desta- luación, dando seguimiento a la capacidad de los docentes en
cado a la palabra, la promoción del desarrollo de la autonomía formación para interrelacionar y aplicar conocimientos para la
investigativa y el fortalecimiento de la dimensión ética, aspec- resolución de problemas en situaciones concretas. Así, por un
tos tensores que por sí mismos, de manera aislada, no producen lado, se hace necesario proponer la realización de actividades
transformaciones, sino que es la articulación entre todos ellos los de aprendizaje en cada unidad didáctica y, por otro, la realiza-
que realmente potencia la formación del docente investigador ción de una actividad final, que dé cuenta del proceso realizado.
(Sverdlick, 2012).

Para concretar el desarrollo de dichas estrategias será necesa- ■■ A modo de conclusión


rio proponer, a los docentes en formación, diversas actividades
a realizarse en espacios variados y en diferentes momentos. Se
considera relevante no solo centrarse en los contenidos, sino en Existe consenso en afirmar que la calidad de la educación es el
cómo desarrollar esos contenidos. Para ello, se estima fundamen- principio rector de la Formación Inicial Docente y la razón de ser
tal mantener un diálogo constante entre los diferentes integran- de un buen formador de formadores. No obstante, es necesario
tes del grupo, fomentando la discusión colectiva de textos y au- señalar que esa búsqueda de la calidad no se logra sin la investi-
tores abordados, además de que simultáneamente se propicie la gación educativa y sin el desarrollo profesional e institucional de
identificación de problemas vivenciados en su práctica pre-pro- los Institutos/Centros del Consejo de Formación en Educación.
fesional, se registren dichos problemas y se discuta, a nivel gru- Por ello, es necesario establecer relaciones entre la investigación
pal, cuáles son los mejores caminos para resolverlos, es decir, que educativa, la práctica que con ella se relaciona y la formación del
los docentes en formación sean partícipes activos en el proceso docente como investigador, potenciando diferentes modos de
de apropiación del conocimiento, en la mediación del formador desarrollarlas, aspectos sobre los cuales hemos brindado algunas
y en el aprendizaje interactivo y colaborativo (André, 2012). Se pistas a lo largo del presente trabajo.2
debe desarrollar en el alumnado no solo una actitud investigati-
va, sino también las competencias necesarias para la realización
de una investigación educativa, tales como: situarse frente a su
contexto profesional, problematizar la situación vivida, aprender
a localizar fuentes de consulta y seleccionarlas, a formular pre-
guntas orientadoras, a conocer y utilizar herramientas metodoló-
gicas como la observación, la entrevista, el análisis documental,
registro de audio y video, la encuesta; a construir instrumentos

2
El mismo fue elaborado a partir del proyecto presentado en el marco del Concurso de Oposición y Méritos para obtener carácter efectivo
en Docencia Directa en el Consejo de Formación en Educación, en la sección Metodología de la Investigación y Análisis Organizacional del
Departamento Área Sociológica del Instituto de Ciencias de la Educación.
31

■■ Referencias bibliográficas Enríquez, P. (2007). El docente-investigador. Un mapa para explorar


un territorio complejo. San Luis: Laboratorio de Alter-
nativas Educativas.
Achilli, E. (2000). Investigación y Formación Docente. Buenos Aires:
Fernández Rincón, H. (1993). Posibilidades y límites de la vincula-
Laborde.
ción de la docencia con la investigación, Perfiles Edu-
Alarcao, I. (2000). Profesor-investigador: Que sentido? Que for- cativos, 61(1), 19-25.
mação?,Cuadernos de Formação de Professores, 1(1),
Hernández, A. M. (2009). El taller como dispositivo de formación y
21-30.
de socialización de las prácticas, Sanjurjo, L. (Coord.).
André, M. (2012). Pesquina, Formação e Prática Docente, Papirus, (2009). Los dispositivos para la formación en las prác-
1(2), 55-69. ticas profesionales. Rosario: HomoSapiens Ediciones.
André, M. (2016). A Formação do Pesquisador da Prática Pedagó- Imbernón, F. (2007). La investigación educati-
gica, Plurais, revista muldisiciplinar, 1(1), 30-41. va como estrategia de formación del
Carr, W. y Kemmis, S. (1988). Teoría crítica de la enseñanza. Barce- Profesorado. Reflexión y experiencias de investigación
lona: Martínez Roca. educativa. Barcelona: Graó.
Carro, L. (2000). Formación del profesorado en investigación edu- Lankshear, C. y Knobel, M. (2003). La inves-
cativa: una visión crítica, Revista Interuniversitaria de tigación docente y la reforma
Formación del Profesorado, 1(39), 15-32. educativa democrática, Revista Mexicana de Investi-
CFE. (2016). Fundamentos y orientaciones de la Propuesta 2017. gación Educativa, 8(19), 705-731.
Montevideo: Comisión de Enseñanza y Desarrollo Cu- Mejía, M. R. (2011).La(s) escuela(s) de la globalización(es) II: entre
rricular. Disponible en: http://www.cfe.edu.uy/ima- el uso técnico instrumentaly las educomunicaciones.
ges/stories/pdfs/documentos_aprobados_cfe/ Bogotá: Ediciones Desde Abajo.
fundamentosyorientaciones_propuesta2017.pdf Mejía Navarrete, J. (2011). Problemas centrales del análisis de da-
Cisterna Cabrera, F. (2005). Categorización y triangulación tos cualitativos. Revista Latinoamericana de Metodo-
como procesos de validación del conocimiento logía de la Investigación, 1(1),47-59. Recuperado de-
en investigación cualitativa. Theoria, 14(1), pp. 61- http://www.relmis.com.ar/ojs/index.php/relmis/
71. Recuperado de http://redalyc.uaemex.mx/ article/view/11/1
pdf/299/29900107.pdf Monereo, C. (2001). Investigación educativa: al aula lo que es del
Cochram-Smith, M., &Lytle, S. L. (1993). Insideoutside: Teacherres- aula, Cultura y educación, 13(3), 287-393.
earch and knowledge.New York. NY: TeachersCollege- Moreira, M. A. (1996). A investigação-acçãonaformação reflexiva
Press. do professorestagiáriode Inglês. Brasil: Universidade
Dewey, J. (1910). Cómo pensamos. Madrid: La Lectura. de Aveiro.
Duhalde, M. A. (1998). La investigación en la escuela. Buenos Aires: Munévar, R. y Quintero, J. (2006). Investigación Pedagógica y For-
Noveduc. mación del Profesorado. Mananziales: Universidad de
Elliot, J. (1980). La investigación-acción en educación. Madrid: Mo- Caldas.
rata. Murillo, J. (2006). Retos de la innovación para la investigación edu-
Enríquez, P. y Romero, M. (2005). Espacios de pres- cativa. Madrid: La Muralla.
cripción del perfil docente: su Perrenoud, P. (1993) Práticas pedagógicas, profissão docente e for-
relación con la investigación educati- mação: Perspectivas sociológicas. Lisboa: Don Quixo-
va, Vitarelli, M. (Comp.).Formación docente e te.
investigación propuestas en desarro- Perrenoud, P. (2004). Diez nuevas competencias para enseñar. Bar-
llo. San Luis: Laboratorio de Alternativas celona: Graó.
Educativas, 137-150.
Rodriguez Sabiote, C. (2003). Nociones y destrezas básicas so-
bre el análisis de datos cualitativos. Recuperado de
http://www.ugr.es/~ugr_unt/Material%20M%F3du-
32

lo%201/Nociones%20y%20destrezas%20b%E1si-
cas%20sobre%20el%20analisis%20de%20datos%20
cualitativos.pdf
Soneyra, N. M. (2012). La investigación como innovación en la for-
mación inicial del magisterio argentino entre 1980 y
2010. Buenos Aires: Universidad de San Andrés.
Stenhouse, L. (1981). Whatcounts as research? British Journal of
EducationalStudies, 29(2), 103-114.
Stenhouse, L. (1985). Investigación y desarrollo del curriculum. Ma-
drid: Morata.
SUNFD. (2008). Sistema Único Nacional de Formación Docente –
Plan 2008. Documento Final. Montevideo DFyPD.
Sverdlick, I. (2012). La investigación educativa. Una herramienta de
conocimiento y de acción. Buenos Aires: Noveduc.

También podría gustarte