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ALUMNA: LUDMILA AILEN MOLINA BERGARA

CURSO: DERECHO ADMINISTRATIVO


CARRERA: ABOGACIA
16/11/2022
TRABAJO PRACTICO

El presente trabajo practico tendrá como tema central la “Ejecutoriedad del acto” o como
también es conocido “Fuerza ejecutoria” pudiendo relacionarlo de forma clara y concreta
con un caso practico que ha sido resuelto por la corte suprema de la justica de la nación.

Para un mejor análisis, dedicare los primeros párrafos a la explicación y desarrollo del tema,
tomando como referencia los conceptos y alineamientos principales de este, de dos
importantes autores de derecho administrativo comprendiendo a Julio Rodolfo Comadira
(obra: “Curso de derecho administrativa”) y a Juan Carlos Cassagne.

En mira de ambos, ha de entenderse a la ejecutoriedad del acto como aquella facultad que le
ha sido otorgada a los órganos en el ejercicio de la función administrativa, para poder
disponer por si misma o per se la realización o cumplimiento de los actos administrativos
emanados de estos sin la necesidad de la intervención judicial.

De tal noción, se desprende la existencia de actos administrativos que se cumplen


plenamente, produciendo desde su emisión todos los efectos jurídicos y de manera directa
respecto de terceros sin el empleo de la coacción. Sin embargo, este ultimo supuesto ha de
comprenderse como una causal de excepción a la regla general contemplada en la ley
nacional de procedimiento administrativo (19.549)

En la mencionada ley, específicamente en el art. 12, se dispone con claridad que tal la
fuerza ejecutoria faculta a la administración para poner en practica sus actos por sus propios
medios. En otros términos, surge como la potestad administrativa de ejecutarlo por si
misma, mediante la utilización de la coacción o sin necesidad de emplearla.

Tal como se ha expresado en párrafos anteriores, el empleo de la coacción para ejecutar el


acto administrativo implica una excepción, puesto que la autorización para incursionar de
manera coactiva tanto sobre la persona como sobre el patrimonio de esta es, en principio,
materia privativa de la justicia.

Así mismo, en la tesis sobre el presente carácter del acto administrativo se traduce que este
es una atribución inherente a la función administrativa y no limitada a la denomina zona de
reserva puesto que sino no se podría admitir la posibilidad de los órganos judiciales y
legislativos del dictado de actos administrativos debido a que no todas las facultades que
derivan de la función administrativa pertenecen a la zona de reserva.

Para rematar, se han referido a que tal principio o facultad se encuentra integrada en el
contenido de la función administrativa en donde halla fundamento en el articulo 99, inciso 1
de nuestra carta magna fundamental.

En el mismo artículo al que nos hemos remitidos (art. 12 de la ley de procedimiento


administrativo) también expresa de manera clara que tal ejecutoriedad del acto
administrativo impide que los recursos interpuestos por los administrados suspendan su
ejecución y efectos, salvo que norma expresa preceptúe lo contrario. Aun así, de la expuesta
prerrogativa administrativa que ha de ser comprendida como un principio de derecho
público indubitable, no es absoluta puesto que se admiten dos excepciones, la suspensión en
sede administrativa y la suspensión en sede judicial, cuestiones que no se han de traerse a
colación en el presente trabajo por razones ajenas al objeto en el que me concentro.

Una vez que hemos logrado dar una explicación lo suficientemente abarcativa sobre el tema
en el que se circunscribe el trabajo practico nos concentraremos a explayarmos sobre el
fallo que ha de encontrar la correlación necesaria.

A partir de un exhaustivo análisis y mediante una previa lectura sobre una gran variedad de
sentencias de la corte suprema de justicia de la nación, he decidido que el que mejor se
adopta a lo buscado es: “RECURSO DE HECHO DEDUCIDO POR RICARDO L. MASE
Y RICADO J. SERVENTE (PRESIDENTE Y SECRETARIO DEL CLUB
UNIVERSITARIO DE BUENOS AIRES) EN LA CAUSA CLUB UNIVERSITARIO DE
BUENOS AIRES CONTRA MUNICIPALIDAD DE MALVINAS ARGENTINAS”. A
continuación, las cuestiones jurídicas mas importantes:

En el presente fallo, nos encontramos con la particular circunstancia de que la


municipalidad del partido de general Sarmiento, ubicada en la provincia de buenos aires,
había autorizado mediante una ordenanza a proceder al cerramiento perimetral de un barrio
habilitado por sus socios que se hallaba ubicado en la localidad de Villa de Mayo
perteneciente al referido partido. Tal autorización había sido conferida con apoyo en el art.
67 de la ley provincial 8912, lo que a su vez traía aparejado la asunción de obligaciones
comprendidas en ellas la realización de trabajos y la prestación de servicios en beneficio de
todos los vecinos, que fueron cumplidos a costa del club. De igual manera, amplio los
gastos al incorporar la construcción de casillas de vigilancia.
Sin embargo, el estado de situación fue alterado con el dictado de una nueva ordenanza la
cual derogaba a la anterior dejando, por lo tanto y a su efecto, la autorización conferida a lo
ateniente al cerramiento del barrio anteriormente mencionada nula.

Ante tal circunstancia, la actora solicito, en base al art. 22 del código contencioso
administrativo local, que se dictara una medida de no innovar a fin de suspender los efectos
de la disposición que derogo la autorización para el cerramiento. No obstante, fue denegada
por el aquo.

Ante el transcurso del tiempo y la carencia en una solución, el club universitario de buenos
aires destaco, mediante un escrito, el dictado de un decreto por parte del intendente
municipal que lo intimaba a la remoción del cerramiento bajo apercibimiento de ejecutarlo
la municipalidad. Por otra parte, presento notas dispuestas por los vecinos en donde se
ponía en conocimiento la preocupación latente por la seguridad física de los habitantes del
barrio que se encontraba actualmente amenazada y por los daños irreparables que pudieran
surgir de una actitud errónea.

De lo expresado en el párrafo precedente, ha de considerar el valor jurídico a preservar por


parte del club, ha sido la seguridad de las personas que habitan el barrio cuya
representatividad acredito.

En mira de todo lo expuesto en los considerandos, la corte entiende que la medida


precautoria (la de no innovar) se funda en la protección de la seguridad física de los
habitantes del barrio y en la presencia de actos delictivos ocurridos en dicho vecindario con
posterioridad al dictado de la disposición impugnada resultando evidente que el
mantenimiento de la decisión apelada altera el ámbito sobre el que ha de recaer la decisión
final de la causa.

En efecto, el acto en cuanto dispone la demolición del cerramiento importa exponer a los
habitantes del barrio afectado a una situación de riesgo de la cual las autoridades del
municipio de General Sarmiento habían pretendido sustraerlos mediante el dictado de la
primera ordenanza.

En este orden de idea, el a quo no considero que en el sub lite el cerramiento fue autorizado
a fin de garantizar condiciones de seguridad a los vecinos del barrio, tal como había expresa
el intendente municipal de general sarmiento al rechazar las impugnaciones deducidas
contra la ordenanza. Es decir, que fue la propia autoridad municipal quien reconoció la
existencia de un estado de potencial afectación de la seguridad de los habitantes del barrio
comprendido en la ordenanza, por lo que les confirió un tratamiento distinto del resto de los
vecinos

Es por ello que la resolución recurrida no contiende una ponderación de la realidad


comprometida ni de la secuela que puede llegar a producir cumplimiento inmediato del acto
administrativo dictado al amparo de la ordenanza impugnada.

Para concluir, es necesario remitirse a la disidencia del señor ministro Don Adolfo Roberto
Vázquez, en donde ha de traer a colación la doctrina por parte de la corte, en donde el único
requisito que prevé el texto del art. 22 del código contencioso administrativo de la provincia
de buenos aires para admitir la procedencia de la suspensión de los efectos de una
resolución administrativa es la irreparabilidad de los perjuicios que su ejecución pudiera
causar frente a la presunción de legitimidad que emana de los actos.

En torno del artículo del código ha dispuesto por regla general, que toda resolución
administrativa es ejecutiva en las condiciones que lo resuelva el poder que la dicta. Sin
embargo, una vez impugnada por un particular interesado, si los perjuicios que su ejecución
puede producir son importantes, la suprema corte debe estar facultada para decretar la
suspensión tomando todas las precauciones necesarias a fin de que esa suspensión no
perjudique los intereses públicos. En otra palabra, estamos ante la presencia de un Juicio de
irreparabilidad que ha de formularse acerca de los daños provenientes de la aplicación de la
disposición que se impugnan, debiendo resultar de aquellos de difícil reparación.

En base a sus argumentos expuestos, el doctor ha de expresar el siguiente criterio: “No


puede admitirse un interés público preponderante en la ejecución inmediata de un acto que
con probabilidad se releva como ilegitimo, menos aun si exige un sacrificio de los intereses
individuales de los propietarios de las fincas que forman el predio.”

Con todos lo anteriormente señalado, la corte ha hecho lugar a la queja, declaro procedente
el recurso extraordinario y dejo sin efecto la resolución apelada.

En base a todo lo expuesto, en lo relativo al tema como a su correlativo fallo, he de concluir


con la exhibición de una presentación personal sobre ambas cuestiones.

Como se ha dejado entrever a lo largo del texto, hemos de entender a los actos
administrativos como aquellas declaraciones emitidas de los órganos estatales o no estatales
con la eventual característica de realizarlo a través del ejercicio de la función administrativa
bajo un régimen jurídico exorbitante, principio del derecho administrativo, productora de
efectos jurídicos individuales y directos respecto a terceros.
En mira de “Los efectos jurídicos individuales y directos” se desprende de la característica
más importante y la que mas peso presenta en el actual trabajo, la ejecutoriedad del acto.
Esto quiere decirse, que desde su emisión los actos administrativos se cumplen y producen
aquellos efectos sin la necesidad de recurrir a ninguna herramienta judicial para lograrlo; ya
por el mero hecho de recabar todas las características del acto administrativo se ha de
cumplir por si mismo.

De esta forma, en la sentencia de la corte suprema de justicia de la nación, nos hallamos en


la presencia de actos administrativos en cuyo caso reciben el nombre de ordenanzas. La
primera de ellas, en forma de autorización correspondiente a un cercamiento sobre un barrio
con la clara intención de resguardar la seguridad de sus vecinos, en donde, comenzó a
cumplirse produciendo instantáneamente sus efectos puesto que las autoridades
correspondientes comenzaron a realizar los trabajos necesarios para llevar a cabo lo
dispuesto en aquella disposición administrativa acarreando en gastos diversos.

Sin embargo, el problema apareció con el dictado de la segunda ordenanza donde declinaba
todo lo dispuesto por lo anterior y por lo tanto suspendiendo los efectos conferidos en torno
al cercamiento, afectando a los vecinos que veían en aquella decisión un gran peligro ante la
posibilidad de volver a someterse a una nueva situación de peligro. Así mismo, para
completar, el intendente del partido donde se desarrolló toda la cuestión, dicto un decreto
que intimaba a los sujetos integrantes del club universitario a la remoción del cerramiento.

Cuando llega a la corte, esta ha entendido que dejarle producir los efectos propios de un
acto administrativo, es decir, individuales y directos respecto de terceros implicaría no
tomar en consideración la realidad que están atravesando los vecinos y las secuelas que
puedan derivar del cumplimiento que derivan de la ordenanza.

Para mayor explicación de la imposibilidad de permitir la ejecutoriedad del acto


administrativo, el voto del doctor Don Adolfo Roberto Vázquez ha de manifestar con mayor
claridad que no puede admitirse un interés publico lo suficientemente importante o
sobresaliente que permita la ejecución inmediata, es decir, que con el cumplimiento y los
efectos que surjan como consecuencia de esta decisión impugnada no se busca lograr una
satisfacción al interés publico sino que se encuentra lejos de aquello puesto que se exige con
tal cumplimiento un sacrificio de los intereses individuales vinculados principalmente con
la seguridad de los propietarios de los hogares que forman el predio a cercar.

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