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Cuestiones Contables

Fundamentales

Enrique Fowler Newton

La Ley

Buenos Aires

2004

4ª edición actualizada

ISBN: 987-03-0537-7

Este material se utiliza con fines


exclusivamente didácticos
CAPÍTULO 7. VALORES RECUPERABLES Y COSTOS DE CANCELACIÓN

7,1. INTRODUCCIÓN

En los capítulos anteriores nos referimos a estos atributos de los activos:

a) su costo histórico (que debe ajustarse por inflación, cuando los estados contables se presentan en
moneda de poder adquisitivo de la fecha a la cual corresponden);
b) su costo de reposición;
c) su valor neto de realización (VNR);
d) los valores descontados (VD) de los flujos netos de fondos a percibir por su cobranza, venta o uti-
lización;
e) en los casos de participaciones en otros activos, el porcentaje de ellas sobre las medidas contables
de dichos bienes.

Dado un activo o un grupo de ellos:

a) su medida contable primaria debería establecerse considerando el atributo que resulte más ade-
cuado en el caso;
b) su medida contable final no debería superar a su valor recuperable (VR).

Esto es, la medida contable final de un activo o de un grupo de ellos debería ser el menor importe en-
tre su medida contable primaria y su VR. Esto obliga a la comparación de ambas magnitudes, salvo cuando
la medida primaria es en sí un VR.

Sucede, por ejemplo, con los activos cuya medición primaria se hace a su VNR.

En el caso de los pasivos, su medición debería hacerse de modo que no queden expresados por deba-
jo de su costo de cancelación. En algunos casos, éste puede operar como medida contable primaria y en otros
como límite a la medida contable final.
Dicha medida contable debería estar basada en el atributo del pasivo o pasivos del caso que resulte
más adecuado entre:

a) su importe histórico (que debe ajustarse por inflación, cuando los estados contables se presentan
en moneda de poder adquisitivo de la fecha a la cual corresponden);
b) su importe histórico ajustado por inflación (aunque los estados contables no se expresen en mone-
da de cierre);
c) su costo de cancelación a la fecha de los estados contables;
d) el VD de los flujos netos de fondos a erogar para su cancelación en el futuro.

En este capítulo nos referiremos a:

a) los problemas que plantean la caracterización y la medición contable de los VR y de los costos de
cancelación;
b) la contabilización de:
1) las desvalorizaciones puestas en evidencia por las comparaciones con VR;
2) sus reversiones.
7,2. CRITERIOS PARA LA DETERMINACIÓN DE LOS VALORES RECUPERABLES

A) CRITERIO DEL DESTINO INMEDIATO PREVISIBLE

Nos parece evidente que el VR de un bien o de un grupo de bienes está dado por el valor de salida
que se obtendría por su venta (valor de cambio) o su utilización (valor de uso) de acuerdo con el destino
inmediato previsible de los bienes1.
Por lo tanto, pensamos que como VR debería considerarse:

a) para los activos destinados a la venta o realización, su VNR;


b) para los restantes activos, su valor de uso (VU), también denominado valor de utilización económica.

B) CRITERIO DEL EMPLEO ALTERNATIVO MÁS RENTABLE

Con otro enfoque, con el cual discrepamos, hay autores y organismos emisores de NC que conside-
ran que el VR de un bien o de un conjunto de bienes es el mayor importe entre su valor de cambio y su VU,
lo que implica considerar su empleo alternativo más rentable2.
La IASB defiende la aplicación de este criterio argumentando que refleja el comportamiento proba-
ble de una gerencia racional3. Sin embargo, y como señaló García en 1989, su aplicación supone que:

a) el empleo alternativo más rentable del activo es factible;


b) se han tomado o se tomarán las decisiones sobre el cambio de destino de los bienes que fueren ne-
cesarias para lograr el mejor resultado;
c) no hay restricciones a la movilidad de los activos4.

Por otra parte, la decisión de mantener un activo (o grupo de activos) podría:

a) no estar afectada por el resultado de la comparación de su VNR con su VU; o


b) depender de la comparación de su VNR con un VU calculado con un método distinto al previsto
por la NIC 36 o por cualesquiera otras NC.

Así, un empresario podría decidirse por la continuación del empleo de un grupo de bienes aunque el
VU de éstos fuera inferior a su valor de cambio porque planea efectuarle mejoras que:

a) incrementarán sus ingresos;


b) no deben ser consideradas para el cálculo de los VR de los bienes cuando éstos se determinan
aplicando la NIC 365.

Se podrá argumentar que el valor de cambio resulta de una evaluación del valor de los bienes. Es
cierto, pero:

a) el precio que podría obtenerse por la venta de los bienes depende de las condiciones del mercado y
no del empleo que podría darles el emisor de los estados contables;
b) si la venta no se concreta, el valor de cambio estimado termina siendo irrelevante para el actual
usuario de los bienes.

1
La expresión en bastardilla fue tomada de:
GARCÍA, Sergio, El valor recuperable de los activos, trabajo base presentado a las Jornadas Regionales 1989
de la Federación Argentina de Consejos Profesionales de Ciencias Económicas, págs. 45-70.
2
Idem, págs. 50-54.
3
Impairment of assets, International Accounting Standard 36 de la IASB, ¶BCZ23
4
Trabajo citado en la nota 1, pág. 51.
5
NIC 36, ¶44.

3
En definitiva, la aplicación del criterio del empleo alternativo más rentable puede producir medicio-
nes de VR que resulten incompatibles con uno de los requisitos de la información contable cuyo respeto es
exigido por diversos MC de NC: aproximación a la realidad.

C) EL COSTO DE REPOSICIÓN NO ES UN VALOR RECUPERABLE

No tendría sentido que como medida límite de un activo se tomase a su costo de reposición, porque:

a) la recuperación de los fondos invertidos en bienes se produce siempre a través de su salida;


b) el costo de reposición no es un valor de salida (como el VR) sino un valor de entrada.

7,3. LOS VALORES DE CAMBIO

Cualquiera fuere el criterio aplicado para la determinación de los VR, deben considerarse y medirse
valores de cambio y VU. A estos temas nos referimos en esta sección y en la 7,4.

A) CONSIDERACIONES GENERALES

Generalmente, el valor de cambio de un bien o grupo de bienes es su VNR, el cual está dado por los
ingresos que produciría su venta menos los gastos que demanden ella y, en su caso, la puesta del activo en
condiciones de ser vendido.

 En la versión modificada en 2004 de la NIC 36, la IASB se refiere al VNR con la expre-
sión valor razonable menos costos de venta (fair value less costs to sell)6. Antes lo había hecho con
la expresión precio neto de venta (net selling price), lo cual era inadecuado ya que el importe corres-
pondiente a este concepto no representa un precio.

Para que el VNR represente un valor del momento de la medición, los precios a considerar deben ser
los de contado, netos de bonificaciones. En el poco esperable caso de que tales precios no existiesen, debería
reemplazárselos por VD, calculados considerando:

a) como flujo a percibir, los resultantes de considerar precios de operaciones a plazo e incobrabilida-
des probables;
b) como plazo: el que va desde la fecha de la medición hasta la de cobranza estimada de las referidas
operaciones, teniendo en cuenta las moras que sean probables;
c) como tasa de interés: una de mercado que excluya el factor riesgo, ya que éste estaría contemplado
al estimar los flujos de fondos y sus momentos considerando probables incobrabilidades y moras.

Si el procedimiento anterior fuera trabajoso:

a) el flujo de las ventas podría estimarse considerando las sumas totales a cobrar y los vencimientos
normales;
b) como tasa de interés podría computarse una que considere los riesgos de incobrabilidad y mora.

Si existieran opciones de compra o de venta deberían tenerse en cuenta las consideraciones que pre-
sentamos en el § 6,4,b)2).

B) MERCADERÍAS PARA LA VENTA

En el caso particular de las mercaderías para la venta, puede ser necesario hacer agrupamientos y
segmentaciones que consideren las modalidades habituales seguidas por el ente para su comercialización.

6
NIC 36, ¶6.

4
Ejemplos:

a) si las ventas a distribuidores tienen precios distintos de las efectuadas a otros clientes, correspon-
dería clasificar a las existencias por destino probable y aplicar a cada grupo los VNR que corresponda;
b) si se venden paquetes con diversas mercaderías, los VNR deberían calcularse por paquete.

Por otra parte, parece lógico que la comparación entre las medidas contables primarias y los VR de
las mercaderías para la venta se haga en conjunto, dentro de cada segmento de negocio, porque no siempre
las empresas pretenden ganar con todos los productos.

Por ejemplo, algunos supermercados venden mercaderías por debajo de su costo para atraer clientes
que adquieran otras.

Cuando los cálculos se efectúan por grupos de bienes se determinan desvalorizaciones iguales o infe-
riores a las que se establecen cuando las comparaciones se hacen individualmente.

A una fecha dada, las comparaciones entre los costos (mediciones contables primarias) de las merca-
derías de reventa de una empresa y sus VNR son las siguientes:

Costo
Producto Costo VNR o VNR
el menor
A-1 350 340 340
A-2 600 650 600
Medición final resultante de la comparación:
• Individual 940
• Grupal 950 990 950

7,4. LOS VALORES DE USO

A) MEDICIÓN

Parece haber acuerdo en considerar que los VU deberían ser medidos sobre la base del VD de los
flujos netos de fondos que el ente obtendrá por:

a) el empleo continuado de los bienes;


b) su disposición, una vez que se deje de utilizarlos.

Naturalmente, se trata de una estimación complicada y laboriosa, que requiere:

a) el pronóstico de:
1) los ingresos (normalmente indirectos) que resultarán del empleo de los bienes;
2) los costos adicionales necesarios para obtener tales ingresos;
3) los momentos en que dichos ingresos y costos tendrán efecto sobre los flujos de fondos;
b) la elección de una tasa de interés.

La tarea de presupuesto se complica cuando el emisor de los informes contables tiene:

a) activos que sólo producen ingresos en conjunción con otros;


b) activos que prestan servicios a diversos segmentos de negocios, como los afectados a la gerencia
general.

5
La forma práctica de encarar estos temas no parece haber concitado la atención de la doctrina, aun-
que sí de la IASB, que trata el tema en su NIC 36, sobre cuyos conceptos basaremos los desarrollos que pre-
sentamos en el resto de esta sección.

B) LA CUESTIÓN DEL DESCUENTO

Se ha discutido y discute si los flujos de fondos a considerar deben tomarse por sus importes nomina-
les o por sus VD.
A favor de lo segundo, está el hecho de que el descuento refleja el valor tiempo del dinero (un peso
cobrado en cierto momento no vale lo mismo que un peso percibido en otro).
Contra el descuento está el argumento de que, siendo el VR una medición contable límite (y no un
criterio primario de medición), la detracción de intereses puede conducir al cómputo inmediato de desvalori-
zaciones a sabiendas de que existirá un posterior reconocimiento de ganancias (por el rendimiento futuro de
la inversión, a la tasa de interés elegida).

Las siguientes cifras corresponden a bienes utilizados en la actividad productiva por una empresa lo-
calizada en un país sin inflación:

• Medición contable primaria (costo menos depreciación acumulada): $ 700


• Valor neto de realización: $ 720
• Flujo neto de fondos que generará el empleo de los bienes:
• Nominal: $ 675
• Descontado: $ 620

La empresa no planea vender los bienes porque espera una recuperación de los precios de las merca-
derías que produce con ellos.
Las cifras resultantes de aplicar los dos criterios básicos, con descuento financiero y sin él, son las
que siguen:

Criterio del destino Criterio del empleo


inmediato previsible alternativo más rentable
Conceptos Importes nominales VD Importes nominales VD
Medición contable primaria 700 700 700 700
Valor de cambio (VNR) 720 720 720 720
VU 675 620 675 620
VR 675 620 720 720
Medición contable final 675 620 700 700

Si la medición contable final de estos activos se llevase al VD de uso ($ 620) y la realidad posterior
convalidase los presupuestos efectuados, el importe nominal de los futuros flujos netos de fondos sería de
$ 675, de modo que en ejercicios posteriores se reconocería una ganancia de $ 55, como si se obtuviesen
intereses sobre una inversión de $ 620.

De todos modos, parece existir un consenso favorable al descuento.

C) NIVELES DE COMPARACIÓN

Los ingresos obtenidos gracias a las actividades de producción y venta resultan normalmente del
empleo conjunto de activos, incluyendo a los bienes de uso y los intangibles. Cuando esto ocurre, no hay otra
alternativa que:

a) calcular VU por conjuntos de bienes;


b) definir para ello un criterio de agrupamiento de activos.

6
Para la solución del problema, diversos emisores de NC adoptaron el criterio de agregar los bienes al
nivel de unidades generadoras de efectivo (UGE), que son los agrupamientos más bajos para los cuáles existan
flujos de fondos identificables y mayormente independientes de los generados por otros grupos de activos.
Para la identificación de las UGE es preciso:

a) tener en cuenta los segmentos de negocios del ente;


b) determinar en qué medida las entradas de fondos pueden asignarse a bienes o a grupos de bienes
específicos.

Cuando se elaboran productos que no son vendidos sino utilizados internamente, pero existe un mer-
cado activo para su venta, los bienes productivos podrían ser asignados a la misma UGE que los productos
que el ente vende en ese mercado.
Las asignaciones de activos a las UGE pueden ser dificultosas, especialmente en los casos de:

a) los que la NIC 36 denomina activos corporativos, que son bienes de uso general, como los edifi-
cios de la oficina principal o del centro de cómputos;
b) cualquier plusvalía reconocida como activo.

Para encarar este problema, parece razonable proceder así:

a) dado un bien cuya posible desvalorización se esté tratando de medir, lo primero que se debe inten-
tar es la determinación de su VR individual;
b) si ello no fuera posible, debería calcularse el VR de la UGE a la cual el bien pertenece, a cuyos
efectos:
1) deben definirse UGE que no incluyan a los activos corporativos y a la llave de negocio;
2) por separado, debe intentarse la asignación de los activos corporativos y de la plusvalía a
las UGE definidas o a grupos de ellas;
c) si la asignación indicada en b)2) fuere posible, la comparación entre las mediciones contables
primarias y los VR debería hacerse para cada UGE, incluyendo en la medición contable de ésta a la porción
asignada de los activos corporativos y de la llave de negocio;
d) si tal asignación fuera imposible, deben hacerse comparaciones en dos niveles:
1) primero para cada UGE, sin incluir en la medición contable de ésta ninguna porción asig-
nada de los activos corporativos y de la llave;
2) luego al nivel de la UGE más pequeña a la cual puedan asignarse la llave de negocio y los
activos corporativos sobre una base razonable y consistente.

Supongamos que:

a) una empresa opera en tres UGE (A, B y C);


b) a la fecha de los estados contables se han determinado estas cifras:

Conceptos Medidas primarias Valores recuperables


Bienes de uso
Asignados a la UGE A 2.000 1.800
Asignados a la UGE B 1.000 2.500
Asignados a la UGE C 800 1.100
Comunes de las UGE A y B 200
4.000
Plusvalía del negocio que incluye
a las UGE A y B7 1.520
5.520 5.400

En este caso, primero se realiza una comparación que no incluye a los bienes de uso generales ni al
valor llave:

7
Esta llave podría haberse pagado con motivo de la adquisición de un negocio que incluía a las UGE A y B.

7
Conceptos Medidas Valores Medidas
primarias recuperables resultantes
Activos de la UGE A 2.000 1.800 1.800
Activos de la UGE B 1.000 2.500 1.000
Activos de la UGE C 800 1.100 800
Activos no asignados 1.720 1.720
5.520 5.400 5.320

Hasta aquí, sólo se computa una desvalorización de $ 200, correspondiente a la UGE A.


Luego, se efectúa una segunda comparación que alcanza a las UGE A y B, ya que todos los activos
comunes corresponden al negocio que las comprende. Las medidas anteriores son resultantes de la primera
comparación.

Conceptos Medidas Valores Medidas


anteriores recuperables resultantes
Activos de la UGE A 1.800 1.800
Activos de la UGE B 1.000 2.500
Activos no asignados 1.720
4.520 4.300 4.300

En este segundo paso se computa una desvalorización de $ 220, con lo que se llega a las siguientes
cifras:

Conceptos Pesos
Medida contable primaria 5.520
Desvalorizaciones (200 + 220) -420
Medida contable final 5.100

La medida contable final corresponde a esta suma:

Conceptos Pesos
Valor recuperable de los bienes vinculados
con las UGE A y B. Incluyendo los bienes corporativos 4.300
Medida contable primaria de los bienes asignados
a la UGE C 800
5.100

Las UGE definidas deberían mantenerse mientras no se justifique lo contrario.

D) ESTIMACIÓN DE LOS FLUJOS DE FONDOS8

La forma de estimar los fondos debe ser coherente con el tipo de tasa de interés empleada para el
descuento. En consecuencia, las proyecciones deben expresarse:

a) en términos nominales cuando la tasa de interés incluye los efectos de la inflación futura;
b) en moneda de la fecha de los estados contables, en el caso contrario.

Las estimaciones deben basarse en premisas razonables y defendibles, que representen la mejor es-
timación que la administración del ente pueda hacer de las condiciones económicas que existirán durante la
vida útil de los activos. A las evidencias externas debe dárseles mayor peso que a las internas.
Para su preparación debería considerase la condición actual de los activos, excluyendo el efecto que
sobre los flujos de fondos puedan tener las mejoras que todavía no se han efectuado o las reestructuraciones
que todavía no se han decidido.

8
El contenido de esta sección se basa principalmente en las propuestas contenidas en los ¶¶30-57 de la NIC 36, a las
que consideramos adecuadas.

8
Para la IASB, las proyecciones deberían basarse en los presupuestos financieros más recientes, den-
tro de los aprobados por la administración del ente, previa exclusión de los efectos de las mejoras y reestruc-
turaciones referidas en el párrafo anterior. Este requerimiento parece innecesario teniendo en cuenta que
dicha administración es responsable por la totalidad del contenido de los estados contables. Suponemos que
se lo ha incluido para fomentar un mayor compromiso de dicha administración con la determinación de la
información contable.
Por otra parte, podría ocurrir que:

a) los presupuestos aprobados hubiesen sido preparados sobre bases inconsistentes con los requeri-
mientos de las NC que corresponda aplicar en el caso; o
b) después de su aprobación hubieran aparecido evidencias de su falta de calidad.

En estos casos, y a los efectos de la determinación de los VR:

a) los pronósticos anteriores deberían ser ignorados;


b) deberían prepararse nuevos presupuestos;
c) si las NC del caso lo requiriesen, éstos deberían ser sometidos a la aprobación de la administración
del ente.

La IASB también considera que:

a) siendo poco frecuente que pueda contarse con presupuestos que cubran lapsos superiores a cinco
años y sean confiables, las estimaciones deberían basarse en pronósticos que no se extiendan más allá de ese
período, a menos que pueda justificarse el empleo de uno más largo9;
b) los flujos de fondos correspondientes a la parte del período total de las estimaciones que no estén
cubiertas por los presupuestos oficiales deberían estimarse por extrapolación, para lo cual debería usarse una
tasa de crecimiento que:
1) sea estable (igual a cero) o declinante (negativa), a menos que pueda justificarse el empleo
de una tasa creciente;
2) no supere a la tasa promedio de crecimiento en el largo plazo para los productos, indus-
trias o países en que el ente opera o para el mercado en el cual se emplean los activos, salvo que el uso de
una tasa mayor pueda justificarse.

El empleo de una tasa de crecimiento estable o negativa es prudente porque los buenos negocios es-
timulan la aparición de competidores y esto restringe el crecimiento del emisor de los estados contables. La
justificación del empleo de una tasa creciente es mencionada por la IASB en relación con las extrapolaciones
pero hace también a la preparación de los presupuestos oficiales que se utilicen como base para los cálculos
de los VR, por aplicación del criterio general de que éstos se basen en premisas razonables y defendibles que
consideren las condiciones económicas que se presentarán durante la vida útil remanente de los activos.
Los flujos de fondos incorporados al presupuesto deberían incluir:

a) las entradas atribuibles al uso continuo de los activos;


b) las salidas de fondos necesarias para la obtención de tales entradas, que puedan ser atribuidas a
esos activos sobre bases razonables y consistentes, incluyendo las que sean necesarias para que los activos
comiencen a producir ingresos;
c) los flujos netos de fondos a ser recibidos o pagados con motivo de la disposición de los activos.

Como la evaluación de los VR se refiere a la condición actual de los activos, no deben incluirse (ya
lo mencionamos):

a) los desembolsos futuros que se hagan para mejorar su capacidad de servicio;


b) los efectos de reestructuraciones futuras que aun no hayan sido decididas.

Tampoco deben computarse los flujos de fondos originados por:

9
NIC 36, ¶35.

9
a) los resultados de actividades financieras, por cuanto:
1) deben estar consideradas en los descuentos de los flujos de fondos; o
2) son independientes de los activos bajo evaluación;
b) las futuras cancelaciones de pasivos que a la fecha de la estimación han sido reconocidos como ta-
les y ya han reducido, por lo tanto, el patrimonio neto contable;
c) los pagos o recuperos del impuesto a las ganancias.

Para que las estimaciones de los efectos financieros de las ventas y compras consideradas10 sean más
objetivas, es mejor considerar precios de contado correspondientes a la fecha de la medición. En concordancia:

a) los flujos de fondos en monedas distintas a la de presentación de los estados contables deberían ser
convertidos utilizando un tipo de cambio adecuado que corresponda a la misma fecha;
b) para el descuento de los flujos de fondos debería usarse una tasa de interés que no contenga com-
ponentes inflacionarios.

La estimación objetiva de los precios futuros es más difícil. Si se decidiera utilizarlos –ya lo dijimos–
la tasa de descuento debería incluir la correspondiente cobertura contra la inflación.

E) TASA DE INTERÉS PARA EL CÁLCULO DE LOS VALORES DESCONTADOS

Esta tasa debería reflejar:

a) las evaluaciones que el mercado hace del valor tiempo del dinero;
b) los riesgos que sean inherentes a los activos y no hayan sido considerados al estimar el flujo de
fondos.

La tasa debe corresponder a la fecha de la estimación porque forma parte del contexto económico
dentro del cual se practica el cálculo del VR. Esto implica que para la estimación de un VU a una fecha dada
debe prescindirse de la tasa empleada en el cálculo anterior.

7,5. POSIBLE CONSIDERACIÓN DE UN “VALOR DE USO SIN DESCONTAR”

Algunas NC permiten que la comparación entre la medida contable primaria de un activo (o grupo) y
su correspondiente VR se omita cuando la primera está por debajo del importe que resulta de aplicar las re-
glas para el cálculo de los VU pero omitiendo el descuento financiero de los flujos de fondos esperados.

 En su versión de la RT 17, el CPCECABA caracteriza al resultado de este procedimiento


como un valor de uso sin descontar11, expresión que es inadecuada porque no hace referencia a nin-
gún valor.

De acuerdo con esta idea, la comparación con el VU sólo se haría si la medida contable primaria es-
tuviese por encima de su VNR12 y del valor de uso sin descontar. Los pasos requeridos por la aplicación de
las NC que permiten la consideración de este seudo valor son los que resumimos en el esquema siguiente,
donde empleamos esta simbología, referida a medidas monetarias del bien o grupo de bienes:

MCP: medida contable primaria;


MCF: medida contable final del bien;
VNR: valor neto de realización;

10
Ventas de los propios bienes y de los que se producirán empleándolos; compras de los insumos necesarios para obte-
nerlos ingresos.
11
Normas contables profesionales: desarrollo de cuestiones de aplicación general, resolución técnica 17 de la
FACPCE (versión CPCECABA), segunda parte, sección 4.4.2.
12
Si el VNR superase a la medida contable primaria, el VR también lo haría, pues su límite mínimo es dicho VNR.

10
La aplicación del criterio comentado es irrazonable porque:

a) requiere una comparación con un concepto (el valor de uso sin descontar) que:
1) no hace a la definición del VU ni de ningún otro valor;
2) está vacío de contenido;
b) desconoce el valor tiempo del dinero;
c) facilita la ocultación de pérdidas por desvalorización;
d) puede hacer que un cambio pequeño en la medida contable primaria o en el VU sin descontar mo-
tive el reconocimiento de una desvalorización mucho mayor.

Supongamos que una empresa posee bienes de uso que planea seguir utilizando y a los cuales, a la
fecha de los estados contables, les corresponden estos importes:

a) medida contable primaria (costo histórico menos la depreciación acumulada calculada sobre su
base): $ 100;
b) suma de los importes no descontados de los futuros flujos netos de fondos que pueden obtenerse
mediante el empleo de esos bienes: $ 101;
c) valor de uso (suma de los importes descontados de los mismos flujos de fondos): $ 83;
d) valor de cambio (VNR): $ 80.

Aplicando los criterios generales (basados en el criterio del empleo alternativo más rentable de los
bienes) debe computarse una desvalorización de $ 17, por cuanto:

a) el VR de los bienes es el importe mayor entre su VNR ($ 80) y su VU ($ 83);


b) dicho valor recuperable ($ 83) es inferior a la medida contable primaria del bien ($ 100) en $ 17.

Con el criterio bajo análisis se procedería así:

a) como el VNR ($ 80) es inferior a la medida contable primaria ($ 100) se compara a esta última
con el valor de uso sin descontar;
b) como este último ($ 101) supera a la medida contable primaria ($ 100), se omite la comparación
con el VU y no se reconoce la desvalorización del bien.

11
Ahora bien, si la medición contable primaria fuera solamente $ 2 más alta:

a) la medida contable primaria sería de $ 102 y superaría tanto al valor de uso sin descontar ($ 101)
como al VR ($ 83);
b) se efectuaría la comparación con el VR ($ 83), se rebajaría la medida contable de los bienes a este
importe y se computaría una desvalorización de $ 19 (la diferencia entre la medida contable primaria y el VR).

7,6. VALORES RECUPERABLES NEGATIVOS

Nada impide que un VR sea negativo, en cuyo caso debería reconocerse un pasivo.

Sucedería, por ejemplo, si:

a) se hubiese resuelto discontinuar de inmediato el empleo de un bien;


b) la venta del bien debiera estar precedida por su desinstalación;
c) el costo de la desinstalación fuera superior al precio de venta del bien.

7,7. VALORES RECUPERABLES DE LOS PRINCIPALES ACTIVOS

Seguidamente presentaremos nuestras ideas sobre la forma de determinar los VR de los principales
activos.
Lo haremos sin pretender la cobertura total del tema y aplicando el criterio del destino inmediato
previsible, que es el que consideramos adecuado.
Cuando se apliquen NC basadas en el criterio del empleo alternativo más rentable deberán definirse
criterios de determinación de los VU a ser comparados con los de valores de cambio y viceversa.

A) BIENES FÁCILMENTE COMERCIALIZABLES

Dadas las características de estos bienes, su VR es su VNR, que debería coincidir con su VC, de mo-
do que remitimos al lector a lo expuesto en el § 6,4,b).

B) DERECHOS A RECIBIR MONEDA

También en estos casos, el VR de estos activos debería coincidir con su VC, a cuya medición nos re-
ferimos en los §§ 6,4,c) y d).

C) DERECHOS A RECIBIR COSAS O SERVICIOS

Por razones obvias, los VR de los créditos no liquidables en dinero deberían medirse aplicando los
mismos procedimientos que se empleen para la medición de los VR de los bienes o servicios a recibir.

D) OPCIONES

Si una opción con cotización califica como bien fácilmente comercializable, le son aplicables las
consideraciones que presentamos en el § a): debería computarse a su VNR, cuyo cálculo sólo ofrece proble-
mas cuando el último precio de la opción no es de la fecha de cierre o no es representativo, en cuyo caso
debería estimarse un precio teórico basado en el último precio real conocido y en algún modelo matemático
de fijación de precios, como el de Black y Scholes.
Cuando la opción no tiene cotización, su VR debería ser estimado, recurriendo (también en este caso) a
modelos matemáticos. Si esto fuera imposible, no existiría, para este activo, un VR objetivamente determinable.

12
E) BIENES DE CAMBIO EN GENERAL

El VR de las mercaderías listas para la venta (productos terminados y mercaderías de reventa) es su VNR.
En cambio, el VR de las materias primas, materiales y productos en proceso está dado por su VU.
Estos activos deberán ser asignados a alguna UGE.

F) INVERSIONES ESPECULATIVAS

Cuando un bien se adquiere como inversión (ajena a la actividad principal) con el propósito de especu-
lar con sus cambios de precios, su destino final es la venta. Por lo tanto, como VR debería tomarse su VNR.

G) BIENES DE USO (PROPIEDAD, PLANTA Y EQUIPO)


Normalmente, el VR de los bienes de uso será su VU. Si los activos se hubieran retirado del servicio
(en cuyo caso ya no serían bienes de uso), como VR debería tomarse su VNR.

H) ACTIVOS ENTREGADOS EN ALQUILER

Como VR de estos bienes tendría que considerarse su VU, cuyo cálculo debería ser mucho más sen-
cillo que el de los bienes de uso, ya que los ingresos por alquileres y los costos necesarios para obtenerlos
son de fácil estimación.

I) BIENES INTANGIBLES

A los fines de determinar su VR, los intangibles utilizados en la operación normal del ente deberían
tratarse junto con los bienes de uso. Esto incluye a la llave de negocio.
Como VR de los intangibles generadores de rentas (como una patente usada por un tercero que paga
regalías) debería tomarse su VU.
Como VR de los intangibles adquiridos con fines de especulación debería tomarse su VNR.

I) PARTICIPACIONES EN OTROS ENTES

Como VR de las participaciones en otros entes debería tomarse:

a) su VU, si se las mantuviera para obtener rentas;


b) su VNR si existiera la intención de venderlas en el corto plazo.

Hay quienes piensan que como estimación del VR de una participación en otro ente podría tomarse
su valor patrimonial proporcional (VPP). No es así porque el VPP resulta de aplicar algún porcentaje a la
participación del inversor en el patrimonio de la empresa del caso, pero es sabido que un patrimonio contable
no necesariamente representa el valor de la empresa.
No obstante, si el VPP de una inversión contabilizada al costo estuviera por debajo de su medida
contable primaria, debería estudiarse si existe una desvalorización. En caso de duda, sería prudente reducir la
medición contable de esa inversión a su VPP, aunque éste no sea una VR.

7,8. FRECUENCIA DE LAS COMPARACIONES

Por lo que hemos visto, la determinación de los VNR es relativamente simple pero la de los VU re-
quiere el empleo de presupuestos cuya preparación puede ser complicada y trabajosa. Se plantea entonces un
problema de costo-beneficio de la información, pues es lógico esperar que:

13
a) los usuarios de estados contables quieran que ningún activo de ningún ente aparezca, en ellos, por
encima de su VR;
b) los emisores de tales documentos quieran disminuir los costos de su preparación, que se ven afec-
tados por la determinación de los VR.

Pensamos que una solución práctica al problema consiste en:

a) exigir siempre la determinación de los VR de los activos destinados a la venta y las cuentas por
cobrar, pues:
1) los cálculos necesarios son poco engorrosos;
2) en el caso de las cuentas por cobrar, la preparación de presupuestos de cobranzas es nece-
saria para el planeamiento financiero, de modo que el cálculo de VR tendría un costo marginal pequeño;
b) requerirlo para los bienes destinados al uso sólo cuando existan elementos de juicio evidentes que
permitan suponer que podría haber ocurrido una desvalorización.

Las NC suelen ser más flexibles, ampliando la lista de activos para los cuales el cálculo del VR sólo
es obligatorio cuando hay indicios de desvalorizaciones.

 Nos referiremos a ellos en los capítulos pertinentes de Contabilidad Superior, cuya quinta
edición esperamos ver publicada en 2005.

7,9. PÉRDIDAS POR DESVALORIZACIÓN

Cuando el VR de un bien o de un grupo de bienes es inferior a su medición contable primaria, debe


reconocerse una pérdida por desvalorización.
Todas las pérdidas por desvalorización deberían imputarse al resultado del período en que se las re-
conoce, tal como se hace con los resultados de tenencia puestos en evidencia por la aplicación de VC.

 Nos referimos al tratamiento contable de los resultados de tenencia en el § 6,6,b).

Sin embargo, este criterio admite una excepción cuando:

a) la medida contable del bien desvalorizado fue anteriormente aumentada con motivo de una o más
revaluaciones;
b) por así exigirlo o admitirlo las NC aplicables al caso, el mayor valor puesto en evidencia por la
revaluación no fue incluido en el resultado del período en que se originó y fue diferido en un rubro especial
de patrimonio.

En este caso, la pérdida por la desvalorización de los bienes previamente revaluados debe imputarse
al referido rubro especial de patrimonio, con el límite de las revalorizaciones no reconocidas previamente en
resultados. Esto, para mantener coherencia: si antes no se reconoció una ganancia, ahora no debe reconocerse
una pérdida que la revierte.
En los estados contables, la pérdida neta debería desagregarse entre:

a) el importe de la desvalorización;
b) el importe desafectado del rubro especial de patrimonio.

Ejemplo
En un país sin inflación, un terreno fue adquirido en $ 1.200 en 1995 y revaluado a $ 1.400 en 1997.
El mayor valor de $ 200 fue acreditado a una cuenta de patrimonio denominada saldo por revalúo.
En 2004, después de una inundación, se determina que el VR del terreno es $ 1.100. De los $ 300 de
desvalorización, $ 200 se imputan al saldo por revalúo y $ 100 al resultado del período. En el estado de re-
sultados o en una nota a los estados contables debería informarse que el importe de $ 100 es el neto entre la
desvalorización del período ($ 300) y la desafectación del saldo por revalúo ($ 200).

14
Cuando las desvalorizaciones no se calculan para bienes individuales sino por UGE, se plantea el
problema adicional de asignarlas a los activos correspondientes. Un arbitrio que parece razonable es el pre-
visto por la NIC 36:

a) en primer lugar, se reduce la medición contable de la plusvalía asignada a la UGE;


b) de quedar un remanente, se lo prorratea entre los restantes bienes de la unidad en proporción a sus
mediciones contables (las anteriores al cómputo de la desvalorización), pero de manera que ningún activo
quede:
1) por debajo de su VNR, si pudiera determinárselo; ni
2) por debajo de su VU (en el mismo caso); ni
3) con valor nulo,
lo que puede obligar a efectuar prorrateos adicionales de las pérdidas que (por respetarse los límites recién
indicados) no se hubieran asignado en la primera vuelta13.

El hecho de que la medida contable de un bien o de un grupo de ellos se haya reducido con motivo
de una desvalorización no cambia su costo (que fue determinado en algún momento anterior). Sin embargo,
hay NC que aplican el criterio opuesto, que nos parece inadecuado.

7,10. REVERSIONES DE PÉRDIDAS POR DESVALORIZACIÓN

Las posteriores comparaciones entre VR y mediciones contables primarias pueden poner en eviden-
cia recuperos totales o parciales de desvalorizaciones oportunamente contabilizadas.
En principio, estas reversiones deberían ser tratadas de modo de deshacer (hasta donde corresponda)
los efectos contables de las anteriores desvalorizaciones.

Continuemos con el caso anterior y supongamos que a final de 2005 se practica un nuevo cálculo del
VR del terreno y el importe obtenido se compara con la medida contable determinada en 2004 ($ 1.100),
luego de computarse una desvalorización.
Si dicho VR fuera de $ 1.130, la diferencia de $ 30 se reconocería como resultado del ejercicio.
Si, en cambio, fuese de $ 1.270, sólo se reconocerían en resultados los $ 100 que en el ejercicio ante-
rior se tomaron como pérdida. Con el resto de la diferencia ($ 70) se reconstituiría parcialmente el saldo de
revalúo, que de este modo reflejaría la diferencia entre la nueva medida contable del terreno ($ 1.270) y su
costo ($ 1.200).
Si el nuevo VR del terreno fuera de $ 1.500, su medida contable se elevaría hasta $ 1.400 (por ser és-
te el importe surgido del revalúo anterior), se reconocerían en resultados $ 100 y se reconstituiría totalmente
el saldo de revalúo antes disminuido ($ 200).

Sin embargo, debe prestarse una atención especial respecto de las plusvalías, porque es difícil distin-
guir entre:

a) la reversión de la desvalorización anterior de una llave; y


b) la creación de una nueva, ocasionado por un gerenciamiento eficaz.

Para encarar el tema hay no menos de dos enfoques. Uno, que aparece en la NIC 36 actual, consiste
en prohibir la reversión de desvalorizaciones de plusvalías, en cuyo caso el importe recuperado se prorratea
entre los demás activos de la UGE correspondiente14.
Otro enfoque consiste en admitir la reversión de la desvalorización de la llave únicamente cuando se
cumplen determinadas y rigurosas condiciones. Así, en una versión anterior de la NIC 36 y en la actual de la
RT 17 se establece que tal desvalorización sólo puede ser revertida si:

a) fue causada por un hecho específico, no controlable por la empresa y de naturaleza excepcional
cuya repetición no se espera15; y

13
NIC 36, ¶¶104-105. No logramos imaginar un caso en que un bien quede con una medida contable nula sin que al
resto de la UGE al cual dicho activo pertenece le ocurra lo mismo.
14
NIC 36, ¶¶ 122 y 124

15
b) los efectos de ese hecho fueron revertidos por acontecimientos externos posteriores16.

En estos casos, los recuperos se asignan primero a los activos distintos a la plusvalía y luego a ésta.
Cualquiera fuere el criterio seguido respecto de la reversión de la desvalorización de la llave:

a) los recuperos se imputan al resultado del período, excepto en la medida en que correspondan a
bienes previamente revaluados, en cuyo caso debería reconstituirse el pertinente saldo de revalúo para que
refleje el importe que tendría si nunca se hubiera reconocido una desvalorización;
b) ningún bien debería quedar con una medida contable superior al importe que sea menor entre:
1) la medida contable que habría tenido si nunca se hubiese reconocido una pérdida por des-
valorización; y
2) su VR.

7,11. EFECTOS POSTERIORES DE LAS PÉRDIDAS POR DESVALORIZACIÓN


Y SUS REVERSIONES

Las medidas contables resultantes de una desvalorización o de la reversión total o parcial de ésta deben
tomarse en cuenta para calcular las depreciaciones futuras y los resultados de las bajas y ventas de los bienes.

7,12. LOS COSTOS DE CANCELACIÓN

El costo de cancelación de un pasivo resulta de sumar los VC de los activos que el ente debería des-
prenderse para librarse de su obligación.

 En los pronunciamientos de la IASB y la FASB se habla de valor razonable (fair value)


de los pasivos, haciendo referencia a su costo de cancelación. No nos parece una terminología ade-
cuada, porque el valor es, en el lenguaje común, un atributo de los activos pero no de los pasivos.

A) OBLIGACIONES DE ENTREGAR MONEDA

El costo de cancelación de estas obligaciones está dado por la suma que el acreedor aceptaría, a la
fecha de la medición contable, para renunciar a su derecho. Si el acreedor no aceptase pagos anticipados (o
los admitiese pero sin reducciones) el costo de cancelación debería ser estimado mediante el descuento fi-
nanciero de las sumas a pagar, utilizando una tasa de interés que sea representativa del costo habitual de fi-
nanciación del ente.
Si las deudas estuviesen nominadas en moneda extranjera o tuviesen cotización en ella, el criterio in-
dicado debería aplicarse sobre los importes medidos en esa moneda, y el resultado final debería convertirse a
la moneda en que se expresa la información contable de acuerdo con el tipo de cambio de la fecha a la cual
corresponda dicha información.

B) OBLIGACIONES DE ENTREGAR COSAS O DE PRESTAR SERVICIOS

En estos casos deben considerarse:

a) los VC de los activos a entregar;


b) los VD de las erogaciones adicionales que fueren necesarias para liberarse de la obligación, como:
1) los de poner a disposición del acreedor los activos a entregar;
2) los de la mano de obra y los impuestos relacionados, cuando la obligación consista en pres-
tar un servicio.

15
Por ejemplo, la sanción de normas legales que prohíben o limitan la actividad a la que la llave se refiere.
16
NIC 36 de 1998, ¶¶ 109 y 112 y RT 17, punto 4.4.7.

16
Para el descuento financiero de las erogaciones referidas en b) podría emplearse la misma tasa usada
para la generalidad de los pasivos. De hecho, este tema no ha sido objeto de tratamiento profundo por la doc-
trina, de modo que podría existir un criterio mejor.

7,13. APLICACIONES CONTABLES DE LOS COSTOS DE CANCELACIÓN

Como dijimos al principio de este capítulo, los costos de cancelación de obligaciones deberían to-
marse como límite para la medición contable de pasivos, de manera que ninguno sea medido por debajo del
costo de cancelación.
Los costos de cancelación sólo deberían tomarse como criterios primarios de medición por razones
de consistencia con los criterios primarios empleados para la medición contable de los activos.

Ejemplo: si la medición contable de las mercaderías en existencia tuviera que hacerse a sus costos de
reposición, el mismo criterio debería aplicarse para la medición contable de los pasivos por anticipos de
clientes que obligan a la entrega de parte de esas mercaderías.

Fuera de tales casos, los costos de cancelación no deben utilizarse como criterios primarios de medi-
ción, pues ello llevaría al cómputo anticipado de resultados que aun no han sido ganados.

Ejemplo: si se recibiera el precio de una obra a construir y la medición contable del anticipo se efec-
tuara sobre la base del costo a incurrir para ejecutar la obra, se estaría tomando de inmediato la ganancia total
por la construcción, a pesar de que esta actividad (que es una parte sustancial del proceso de generación de
resultados) ni siquiera habría comenzado.

7,14. RESUMEN

Los VR y los costos de cancelación marcan los límites de las medidas contables asignables a los ac-
tivos y los pasivos, respectivamente. En consecuencia:

a) los activos deberían ser medidos por el importe que sea menor entre su medición primaria y su VR;
b) los pasivos deberían ser medidos por el importe que sea mayor entre su medición primaria y su
costo de cancelación.

Parece obvio que el VR de un bien o de un grupo de bienes está dado por lo que se obtendría por su
venta (valor de cambio) o por su utilización (VU) de acuerdo con el destino inmediato previsible de los bienes.
Sin embargo, algunas NC han adoptado el criterio de que el VR de un bien o conjunto de bienes es el
mayor importe entre su valor de cambio y su VU, dando así consideración a su empleo alternativo más ren-
table. La aplicación de este criterio puede dar lugar a mediciones de VR alejadas de la realidad por estar
basadas en hechos puramente imaginarios, como una venta hipotética que no se corresponda con ninguna
decisión realmente tomada.
Cualquiera fuere el criterio aplicado para la determinación de los VR, deben considerarse y medirse
valores de cambio y VU.
El valor de cambio de un bien o grupo de bienes es su VNR.
Parece haber acuerdo en considerar que los VU deberían ser medidos sobre la base del VD de los
flujos netos de fondos que el ente obtendrá por:

a) el empleo continuado de los bienes;


b) su disposición, una vez que se deje de utilizarlos.

A la fecha, parece existir un consenso favorable al descuento financiero de dichos flujos, lo que per-
mite reflejar al efecto tiempo, que hace que un peso a ser cobrado en cierto momento no valga lo mismo que
un peso a ser percibido en otro. Un argumento contrario a ese criterio es que siendo el VR un valor límite (y
no un criterio primario de medición), la detracción de intereses podría dar como resultado el cómputo inme-
diato de desvalorizaciones a sabiendas de que existirá un posterior reconocimiento de ganancias.

17
Como muchos bienes sólo generan fondos cuando se los emplea en conjunto, hay que buscar algún
criterio para su agrupamiento. El que ha ganado predicamento es el de agregar los activos al nivel más bajo
para el cual existen flujos de fondos identificables y mayormente independientes de los generados por otros
grupos de activos (unidades generadoras de efectivo).
Para el cálculo de los VU consideramos adecuadas las normas de la NIC 36.
No es razonable que la comparación con VU se omita por el hecho de que la medición contable pri-
maria esté por debajo de la suma algebraica no descontada de los futuros flujos de fondos, que algunos de-
nominan valor de uso sin descontar.
En el marco de la aplicación del criterio del destino inmediato previsible, las comparaciones con va-
lores de cambio deberían requerirse siempre, pero la de los VU (más complejas y costosas) sólo deberían ser
exigidas cuando existan elementos de juicio que permitan suponer que podría haber ocurrido una desvalori-
zación.
Si un VR fuera negativo, debería reconocerse un pasivo.
En principio, todas las pérdidas por desvalorización deberían imputarse al resultado del período en
que se las reconoce. Sin embargo, las que reviertan ganancias diferidas en cuentas especiales de patrimonio
deberían ser imputadas contra ellas. Para la asignación de las pérdidas a activos individuales, debe adoptarse
algún arbitrio. Los de la NIC 36 nos parecen razonables.
Los recuperos de desvalorizaciones puestos en evidencia por nuevas comparaciones entre VR y me-
diciones primarias deberían ser tratados de modo de deshacer los efectos de las primeras. Discrepamos con
quienes opinan que cuando se reduce la medición contable de un activo o un grupo de ellos a su VR se está
determinando un nuevo costo, a ser considerado como tal a los efectos futuros.
El costo de cancelación de un pasivo resulta de sumar los VC de los activos que el ente debería des-
prenderse para librarse de su obligación.
En el caso de obligaciones en moneda, podría ser imposible determinar las sumas que el acreedor
exigiría para libertar al ente de su deuda. En ese caso, el costo de cancelación podría ser estimado como el
VD de los pagos a efectuar, empleando una tasa de interés que refleje el costo normal de financiación del
ente.
El costo de cancelación de las obligaciones de entregar cosas o prestar servicios resulta de considerar:

a) los VC de los activos a entregar;


b) los valores descontados de las erogaciones adicionales que sean necesarias para liberarse de la
obligación.

Los costos de cancelación sólo deberían tomarse como criterios primarios de medición por razones
de consistencia con los criterios primarios empleados para la medición contable de los activos. No debe
hacérselo cuando ello lleve al cómputo anticipado de resultados que aun no han sido ganados.

7,15. PREGUNTAS Y EJERCICIOS

1. Indique si las siguientes afirmaciones son correctas o incorrectas. Para que una aseveración sea co-
rrecta debe serlo totalmente.

a) La medición contable de los activos debería practicarse a su VR.


b) La medición contable de los pasivos en especie no debería superar a su costo de cancelación.
c) Las NC requieren que el VR de un bien o de un grupo de bienes sea determinado sobre la base de
su empleo alternativo más rentable.
d) Hay acuerdo en considerar que el valor de cambio de un bien o grupo de bienes es su VNR, que
en general resulta de considerarlos ingresos que produciría su venta menos los gastos que ella ocasione.
e) La medida contable final de mercaderías para la venta es más baja cuando la comparación con los
correspondientes VR se hace bien por bien que cuando se la hace por grupos de bienes.
f) El descuento refleja el efecto tiempo, que hace que un peso a ser cobrado en cierto momento no
valga lo mismo que un peso a ser percibido en otro.
g) Por razones de costo-beneficio, es aceptable que las comparaciones con VU sean menos frecuen-
tes que las efectuadas con valores de cambio.

2. Enuncie los atributos que podrían servir como base para la medición contable primaria de los activos.

18
3. Enuncie el concepto de VR.
4. Enuncie al menos un argumento a favor y otro en contra del descuento financiero de los flujos de
fondos en la determinación de los VU.
5. Enuncie el concepto de unidad generadora de efectivo.
6. Indique qué flujos de fondos deberían considerarse para calcular el VU de un conjunto de bienes
afectados a la explotación.
7. Enuncie el concepto de costo de cancelación.
8. Mirador S.A. vende una mercadería bajo las siguientes condiciones:

a) precio, pagadero a los 30 días: $ 1.000;


b) descuento por pago a los 20 días: 1%;
c) descuento por pago a los 10 días: 2%;
d) descuento por pago inmediato: 3%;
e) bonificación por compras superiores a 144 unidades: 10% sobre el precio.

La empresa posee 600 unidades en existencia y la experiencia indica que el 40 % de las unidades se
venden con la bonificación indicada.
Los gastos de comercialización se estiman en un 5% de las ventas. Calcule el VR de las mercaderías.
9. Indique cuál debería ser la medición contable final de los activos de Titus S.A. que se indican en
el planteo 8 del capítulo anterior.

7,16. SOLUCIONES PROPUESTAS A LAS PREGUNTAS Y EJERCICIOS

1. a) Incorrecto. EIVR debe tomarse como límite, no como criterio primario de medición.
b) Incorrecto. No debería ser inferior.
c) Correcto, para la Argentina (es lo que establece la RT 17).
d) Correcto.
e) Incorrecto. Puede ser más baja o igual.
f) Correcto.
g) Correcto.
2. Son:
a) su costo histórico (ajustado por inflación, cuando los estados contables se presentan en moneda
de poder adquisitivo de la fecha a la cual corresponden);
b) su costo de reposición;
c) su VNR;
d) los VD de los flujos netos de fondos a percibir por su cobranza, venta o utilización;
e) en los casos de participaciones en otros activos, el porcentaje de ellas sobre las medidas conta-
bles de dichos bienes.
3. En nuestra opinión, el VR de un bien o de un grupo de bienes está dado por lo que se obtendría
por su venta (valor de cambio) o por su utilización (VU) de acuerdo con el destino inmediato previsible de
los bienes. Otras personas y algunos emisores de normas consideran que debe tomarse el mayor importe
entre los dos indicados, sin que tenga importancia el destino real de los bienes.
4. A favor: se considera el efecto tiempo. En contra: el descuento puede llevar al cómputo de desva-
lorizaciones en el período corriente que se verán compensadas con ganancias en períodos futuros.
5. Es el nivel más bajo de agrupamiento de activos para el cual existen flujos de fondos identificables
y mayormente independientes de los generados por otros grupos de activos
6. Deberían considerarse:
a) las entradas atribuibles al uso continuo de los activos;
b) las salidas de fondos necesarias para la obtención de tales entradas, que puedan ser atribuidas a
esos activos sobre bases razonables y consistentes;
c) los flujos netos de fondos a ser recibidos o pagados con motivo de la disposición de los activos.
7. El costo de cancelación de un pasivo resulta de sumar los VC de los activos de los que el deudor
debería desprenderse para librarse de su obligación.
8. De la existencia total (600 unidades) deben tratarse por separado el 40% (240 unidades) sujeto a la
bonificación y el 6 % restante (360 unidades).
En ambos casos debe tomarse el precio de contado:

19
1.000 (1 - 0,03) = 970

y deducirle los gastos estimados de venta:

970 x (1 - 0,05) =921,50

El VR de las mercaderías sujetas a bonificación es:

240 x 921,50 (1 - 0,10) = 199.044

Y el de las no sujetas a bonificación:

360 x 921,50 = 331.740

Luego, el VR total es:

199.044 + 331.740 = 530.784

9. En el caso de la moneda extranjera, su VC ($ 75 por unidad, que es el importe más alto que podría
obtenerse por su venta) coincide con su VR. Por lo tanto, su medición contable final es:
100 x 75 = 7.500

En el caso de las mercaderías para la venta, su VC (antes de considerar el límite del VR) es su costo
de reposición:

Televisores (10 x 60.000) 600.000


Grabadores (20 x 11.000) 220.000
Total 820.000

Los correspondientes VNR surgen de considerar los precios de contado, reducidos por el 15% de
gastos de venta:

Televisores [10 x 72.000 x (1 - 0,15)] 612.000


Grabadores [20 x 11.700 x (1 - 0,15)] 198.900
Total 810.900

Haciendo la comparación para el total de las mercaderías, se llega a la medición contable final de
$ 810.900, que es el importe correspondiente al VNR conjunto, inferior al costo de reposición conjunto
($ 820.000).
Si la comparación se hiciera bien por bien (criterio que no compartimos), la medición contable final
sería:

600.000 + 198.900 = 798.900

El terreno no ha sido aun afectado a la construcción de la planta, de modo que como VR puede to-
marse su VC, que se estima tomando el último precio y agregándole el 20% de incremento del índice de pre-
cios específico de los terrenos:

1.000.000 x (1 + 0,20) = 1.200.000

20

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