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Guía para estudiantes

Lengua y Literatura
II° medio
Etapa 5: Guía Nº2 OA 8
Nivel 2: Lengua y Literatura II° medio
Guía Nº °2 OA 8

Estimado/a estudiante:

Al desarrollar la siguiente guía, aprenderás a formular interpretaciones literarias relacionadas a la


visión de mundo y contexto histórico en el que se inspiró o situó la obra, aportando más
información relevante a tu lectura. Al finalizar las actividades habrás desarrollado la capacidad de
formular interpretaciones literarias vinculadas a aspectos de una obra como contexto de
producción y/o contexto histórico a través de ejemplos pertinentes.

Objetivo de la clase: Formular una interpretación de los textos literarios leídos o vistos, que sea
coherente con su análisis, considerando la relación de la obra con la visión de mundo y el contexto
histórico en el que se ambienta y/o en el que fue creada, ejemplificando dicha relación.

Actividad de Inicio (10 minutos aproximados)

Pregunta desafío: ¿Cómo piensas que la literatura ayuda a comprender eventos


conmocionantes como, por ejemplo, el exilio?

Elogio de la lengua
Cristina Peri Rossi

Me vendió un cartón de bingo


y me preguntó de dónde era.
“De Uruguay”, le dije.
“Habla el español más dulce del mundo”,
me contestó mientras se iba
blandiendo los cartones
como abalorios de la suerte.
A mí, esa noche,
ya no me importó perder o ganar.
Me di cuenta de que estaba enganchada a una lengua
como a una madre,
y que el salón de bingo
era el útero materno.

a. ¿Por qué el poema se llama “Elogio de la lengua”? ¿Crees que sintetiza bien la idea global del
poema?

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A mí, esa noche,
ya no me importó perder o ganar.
Me di cuenta de que estaba enganchada a una lengua
como a una madre
b. ¿A qué hace referencia la poeta Cristina Peri Rossi en los versos anteriores?

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c. ¿Cómo crees que vivió la autora de este poema el proceso del exilio? Construye tu respuesta
utilizando uno o más versos para ejemplificar tu postura.

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Práctica Guiada (20 minutos aproximados)

1. Desde la expulsión de Adán y Eva del paraíso, el exilio es una experiencia cotidiana en la historia
de la humanidad. La expulsión como forma de castigo debido a un comportamiento incompatible
con el orden establecido por un poder omnipotente- arbitrario-represivo, es (a veces) una
alternativa (preferible) a la exterminación física como medio para eliminar los elementos
indeseables que existen en determinada comunidad. El exilio es un "gesto" que para los entes
políticos es siempre conveniente ya que es utilizado como manera de liberarse de individuos
indeseables sin necesidad de encarcelarlos o aniquilarlos y sin sufrir toda la repercusión a la que
esta solución conllevaría.

2. El destino del pueblo judío, desde la huida de Egipto, el exilio babilónico, pasando por las
incontables diásporas que culminaron en el holocausto, demuestra la consistencia y la
transformación del exilio como una condición humana sufrida por millones de personas a través
de los siglos y hasta nuestro tiempo. Si la religión era considerada la principal razón del exilio en
tiempos medievales, la disidencia política se convirtió en la más importante causa del éxodo en
tiempos modernos. La formación y consolidación del Estado moderno, combinado con la
proliferación de corrientes ideológicas en los siglos XIX y XX no solamente ha incrementado el
número de emigrantes políticos, sino que ha adicionado más complejidad a un problema complejo
ya por naturaleza.
https://www.babab.com/no25/exilio.php
Fragmento
1. Sintetiza en una o dos afirmaciones máximo la idea principal de cada párrafo en el siguiente
esquema. Apóyate en las palabras ennegrecidas.

Párrafo 1

Párrafo 2

2. ¿Qué razones han impulsado a lo largo de la historia la experiencia del exilio, según lo expuesto
por el autor? ¿Qué ejemplos ofrece para comprenderlo?

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3. ¿Por qué el último párrafo cierra señalado que el exilio en los tiempos modernos “ha adicionado
más complejidad a un problema complejo ya por naturaleza”?

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4. Si el exilio es una experiencia dramática para el ser humano, ¿cuál es el drama que se refleja en
el poema anterior de Cristina Peri Rossi?

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Chequeo de la comprensión (20 minutos aproximados)

a. Lee y luego responde:

La misma esquina del mundo


POLI DÉLANO

Cuando la mujer rubia de ojos claros tipo nórdica volvió a cruzar la calle desde el teléfono público
al paradero de autobús, el hombre de aspecto agobiado que al pasar había querido perforarle la
mirada y luego la siguió unos pasos, todavía estaba ahí. Entre los límites de la esquina, iba y venía
nervioso y a la vez despreocupado, más o menos como si muchas burbujas calientes se agitaran en
el espacio de su cráneo, y más o menos también como si nada pudieran contra él los apremios del
tiempo. La lluvia – esos chubascones intensos y rápidos de las tardes de verano – se hacía tenue y
en el comienzo del anochecer los altos neones multicolores de Insurgentes Sur intentaban
reflejarse sobre el pavimento mojado. El hombre detuvo sus pasos junto a la mujer rubia de ojos
claros. Un autobús hizo chirriar los frenos y sus pasajeros desertores empezaron a descolgarse
amontonados. La mujer rubia, inquieta, pestañeante, se dirigió por fin al hombre.
-¿Me servirá éste para ir a la ciudad universitaria?
El hombre lanzo la vista hacia la fachada del bus.
-No- le dijo-. Dobla antes.
-¿Me podría decir cuál es el que tengo que tomar?
El hombre frunció el ceño.
-Uno que vaya por Copilco-dijo luego con cierta indecisión.
El bus arrancaba llevando su nueva carga y martirizando a la pequeña multitud de la esquina
con la espesa y asfixiante humareda de su vómito y con ese despiadado rígido del escape
libre.
-No eres mexicana ¿verdad? – pregunto el hombre mirándola
-Soy uruguaya.
-Yo soy chileno- dijo él como en un saludo de colegas-. ¿Llevas mucho aquí?
-Apenas cuatro días. ¿Tú?
-Ya casi un año… ¿Te viniste por…?
-Sí – dijo la mujer bajando la vista
- Oye, tengo un auto a media cuadra y si quieres te llevo hasta la universidad. Olemos a sur, sabes.
- Bueno – dijo ella sin vacilar.
- “Aventón” se dice aquí.
La mujer sonrió. Se alejaron de la esquina.

a. ¿Cómo se reconoce el “exilio” en este cuento? Menciona y explica 1 ejemplo.

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b. ¿Cómo describirías el exilio presente en este cuento en comparación a los otros textos leídos?

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c. ¿Cómo se relaciona el título del cuento con la historia que se narra?

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d. ¿Se puede observar que el hombre quiere incluir y ayudar a la mujer del cuento? ¿A través de
que acciones se puede observar? Menciona y explica dos.

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Práctica independiente (30 minutos aproximados)

a. Lee y luego responde:

II
(o el momento en que los aeropuertos se convierten en lugares tristes)
María José Viera Gallo
Tuve una infancia con escalas.

Aprendí a dormir en aeropuertos, a recoger monedas de toda Europa del suelo, a medir el tiempo
de las despedidas según los llamados de embarque. Aprendí también que los viajes felices eran en
auto; los tristes, en avión.

El primer viaje triste fue en 1974. El último, en 1985.

Mis conocimientos geográficos de Chile se reducían a un póster de Valparaíso que teníamos en la


entrada de la casa y a las visitas a Santiago que hacíamos para las vacaciones del colegio.

Durante esos viajes, el exilio pasaba a ser apenas un juego de manos y estaciones; una mano se iba
con mi mamá al invierno color ceniza de Santiago, la otra dejaba a mi papá y su Olimpus en el
bullicioso verano de Roma.

Para llegar a Chile, a veces teníamos que pasar por África, sólo porque era más barato que los
vuelos directos. En los jumbos de entonces no existían pantallas individuales ni menos un menú de
monitos animados. La mitad del avión fumaba y bebía, la otra leía. Yo y mis hermanas dormíamos
debajo de la corrida de cuatro asientos, tendidas en el suelo, y nunca jodíamos a la azafata con
lápices, jugos o golosinas. Sólo le pedíamos que nos avisara cuando empezáramos a cruzar el
océano. Durante años fuimos expertas en cronometrar ese suceso.

En cuanto pisaba el aeropuerto Pudahuel recuperaba la jota de mi nombre pero perdía a mi papá.
A mi papá en realidad lo perdía mucho antes, cuando quedaba confinado al otro lado del vidrio de
policía internacional.

He intentado reemplazar sin éxito la imagen detrás de ese vidrio por otra más actual y quizás
veraniega. En mis recuerdos siempre lleva un impermeable beige, una boina negra cubriéndole el
escaso pelo y tiene menos de cuarenta años. Se ve cansado, pero no derrumbado. Cansado —y
ahora lo entiendo— de criar a tres hijas, de hacer largas filas para todo (permisos de estadía o de
trabajo, inspección en aduanas por culpa del estatus de refugiado político en su pasaporte), de
despedirse de nosotras verano europeo por medio.

La de agosto de 1983 fue la última despedida.

Normalmente viajábamos desde Fiumicino, pero ese año mis papás encontraron una oferta en un
Lufthansa que salía de Zúrich. Sin dudar subimos las maletas a la parrilla de nuestro Volskwagen
blanco rumbo a Suiza. Fue un viaje de once horas, un viaje en auto, un viaje feliz. Atravesamos el
túnel más largo del mundo, cantamos himnos de la resistencia partigiana anti fascista, («Bandiera
rossa» era nuestro hit), paramos en una gasolinera a comer yogures blancos suizos.

Por un momento quise que nuestras vacaciones no dejaran nunca esas autopistas que otros
veranos nos llevaban a lagos, playas, hostales con gatos y casas de chilenos amigos, siempre
acompañados de nuestra bolsa de picnic y de una cámara de fotos cargada de un rollo de
diapositivas.

Llegamos al aeropuerto sin entrar a la ciudad. El vuelo a Chile se había atrasado y mi papá no
quería dejar a mi mamá sola en la sala de embarque. Nos ingeniamos para hacer hora en el duty
free. Creo que fue entonces cuando aprendí que los Toblerones se miraban y no necesariamente
se compraban.

En nuestras escalas nunca gastábamos innecesariamente y el paso siguiente fue buscar nuestro
lugar de picnic. No era fácil. El terminal estaba lleno de familias hindúes, pakistaníes, africanas,
haciendo lo mismo que nosotros: ahorrando. Aburridas, con mis hermanas nos pusimos a correr
por unos pasillos anchos, luminosos, donde sonaba una música ambiental (¿Jean-Luc Ponty?) y
todo olía a cacao, tabaco negro y a hombres con bigotes y chaqueta de cuero. En esos pasillos,
Suiza era el futuro, Italia la prehistoria.

Cansados de buscar asientos libres, terminamos sentándonos en la mesa de un autoservicio. La


fórmula era pedir sólo bebidas y abrir nuestra bolsita de picnic debajo o arriba de la mesa,
dependiendo de la amabilidad del lugar.

Pero mi papá esta vez no quería saber de panini de salame. Tenía cincuenta dólares y quería
gastarlos.

Empezaron a discutir. Ese billete no era de él. Mi mamá le exigió que lo devolviera al bolsillo
camuflado donde llevaba el resto del dinero.

Mi papá no le hizo caso y pidió una fondue de quesos, postres y una botella de vino blanco de
Alsacia. Fue un almuerzo con mucho gruyere y pocas palabras.
Luego de beberse casi la totalidad de la botella de vino, rompió el hielo y empezó con sus
recomendaciones: cuidado con los autos sin patente, con decir su nombre (el de Juan Bautista
también), con responder el teléfono después de las diez de la noche, con hablarle a extraños,
etc...etc.

¿Cómo vas a manejar hasta Roma?, fue lo único que le dijo mi mamá.

b. ¿Cómo describirías el concepto de exilio presente en el cuento anterior?

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Tuve una infancia con escalas. Aprendí a dormir en aeropuertos, a recoger monedas
de toda Europa del suelo, a medir el tiempo de las despedidas según los llamados de
embarque. Aprendí también que los viajes felices eran en auto; los tristes, en avión

c. La narradora menciona y describe como fue su infancia. ¿Cómo piensas que una visión del exilio
en la infancia ayude a visibilizar lo complejo y chocante que puede ser aquel proceso?

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d. En el cuento se observa la vigilancia y persecución política hacia la familia exiliada. Nombra un


ejemplo presente en el cuento y explícalo.

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e. La autora del cuento, María José Viera-Gallo, retrata parte de su infancia en el cuento. Siendo
hija de un padre exiliado político durante la Dictadura debieron vivir en Italia por 13 años dejando
de forma abrupta su vida en Chile. ¿Cuál es la relevancia de relatos como el de la escritora? ¿Cómo
se relaciona con el título de su cuento?

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Actividad de Síntesis (10 minutos aproximados)

Metacognición:

Pregunta Respuesta
¿Cómo me siento al terminar esta guía
de trabajo?
Tickear la figura que más se acerca.

¿Qué fue lo más complejo de realizar


en esta guía? ¿Cómo logré superarlo?

¿Qué aprendí de mis compañeros?


Conocimientos, opiniones, estrategias,
formas de trabajar, etc.

¿Por qué crees que es necesario leer y


reflexionar sobre el exilio?

Contesto la pregunta desafío en un


máximo de tres oraciones.

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