AÑO X X X . M A D R ID , 15 DE M A YO DE 1886. NUM. X V III.

B E L L A S A R T E S .

«D E C L A R A C IÓ N A M O R O S A .»
CUADRO DE C. D E LO R T, SEG Ú N F O T O G R A F Í A D IR E C T A DE M. L E C A D R E , DE PARÍS.
 298 LA ILUSTRACION
SUM ARIO.
T e x to .— C rónica Rcneral. por D. José Fernández Bramón.— Nuestros (.maba-
rlns, por D Ensebio Martinez de Velasen.—G recia y Europa, pot D . E m i­
lio Cautelar, de la Real Academia Espadóla.— L a V . Sor M ana de Jesús
( l a monja tic A gred a) , por D. José Fernández Bramón.— L os extraordina­
rio:; anima.es (Asiles del Musco de B ruselas, por D . Juan V ilanova y Fiera.
Á la la m a, oda, por D, José M aría Gutiérrez de A lb x -Q u in ce n a pari-
sien»e. f»>r el Sr. Marqué* de P ral de Nantouillet.— Sueltos.— Adverten­
cias Libros presentados á esta Redacción por autores ó editores, por V . -
Anuncio*.
G kaiiaiTos . B ellas A rtes: Declaración am orosa, cuadro de C . D clort. se-
KÚn lotoEratia dii-ccta de M. Lecadrc, de Paris Retrato de 1« venerable
madre Sor María de A gred a, aurora de las célebre* can as al rey I). F e­
lipe IV . Vista dei convento de ia Purísima Concepción de la villa de
A greda, fundado en i 6 j j pot la venerable madre Sor M atia de Jesús.—
O bras de limpieza en el T ib e r ( R o m a ) ; i , V illa O r s in i, adquirida por el á Exposiciones en el Retiro; la vaquería del citado Parque;
M unicipio para construir un pasco público : 2 >• 3 , trabajos de dragado y de
construcción de diques ft lo largo del T ib e r, para las nuevas v ía s; .(, Paseo
tle carruajes concluido recientemente en la V illa O rsin i i Composición y
dibujo del natural, por H . Estovan,)- B ellas A rtes: Cabria iIr estudio,
cuadro de Francisco Ma sn era , perteneciente á D. N ilo María Fabra. O la
de ranino, cuadro de M. Hopfer. Esqueleto, cabeza y rama izquierda de
la m andíbula, vista por dentro, del Itu a n o d in de Bcrnissort.- Pcrnainhuco
( Brasil 1: F.l puente 7 de Septiembre que une la isla de San Antonio con la
jienlnsuln de Rccife. ( I)e fotografía rem itida p or D . B. Carneiro. y E l pro­
greso industrial en el U ru gu ay: Fábrica de calzarlo L a .V a c io n a l, inaugu­
rada en Montevideo el 22 de Enero último. ( D e fotografía remitida por
1>. A Barrciro.) — Orfebrería moderna: Marco de oro con brillantes y per­
las , construido por el joyero de M adrid Sr. M arabini.
C R O N IC A G E N E R A L .
■ 7=3I^Sl discurso de ia Corona, leido en nombre de
L J '/ lv ' S. M. la Reina por el jefe del Gobierno se-
. ñor Sagasta, era el asunto «pie ocupaba en
estos dias á los políticos: el convenio sus-
, crito por los Gobiernos español é inglés con­
cediendo :i Inglaterra el trato de la nación
T-j nrás favorecida, en cambio de algunas ventajas
íiv : ’ Para lo» vinos españoles, preocupaba á comcr-
L j 'f cían tes é industriales: la división del Ministerio de
WQ Fomento en dos departamentos nuevos daba que
hablar á los numerosos funcionarios que dependen
de aquel M inisterio: el próximo alumbramiento de Su
Majestad la Reina Regente y los primeros ataques de la
minoría republicana en el Congreso, las noticias de G re­
cia y las carreras de caballos, eran motivos más que sufi­
cientes para mantener la animación de las conversaciones
en los circuios políticos, mercantiles, y aun en los salones.
E l vecindario modesto se preparaba á celebrar alegremente
la fiesta tradicional de San Isidro, cuando una catástrofe
inesperada y repentina vino á conmover y consternar á los
que habitamos en Madrid, señalando al 12 de M ayo entre
los días tristes de la crónica matritense.
El parte dado por el Observatorio de Madrid llama hura­
cán al fenómeno meteorológico que se produjo el día ci­
ta d o , á eso de las seis y inedia de la tarde, y qu e, redo­
blando su violencia de siete á siete y cinco minutos de la
m ism a, causó en tan breve intervalo desgracias irrepara­
bles. Poco antes las veletas hablan oscilado en diversas di­
recciones, habla descendido la tem peratura, el cielo se
hallaba cubierto de tristísimos nubarrones, se oían algunos
truenos y se velan relámpagos, uno de los cuales, en el
extrem o de O ccidente, nos hizo el efecto de que el sol re­
trocedía como si quisiera volver á salir por donde se ocul­ edificios fronterizos muchas jaulas de pájaro, dejando en li­
taba. Los que fuimos sorprendidos por la tempestad en la
parte Oeste ó N orte de la villa sólo vimos un copioso
aguacero mezclado con granizo, y sentimos pasar algunas
ráfagas de a ire ; pero no sospechábamos la tragedia que
ocurría en aquel mismo instante fuera y dentro de Ma­
drid. En efecto, una zona irregular del termino municipal
de esta corte y de los vecinos Carabanchelcs habla sido
combatida por torbellinos de agua y viento, que causaron
en pocos minutos grandes infortunios y muchas pérdidas
materiales. ¿Qué camino llevó el meteoro? N o es fácil
apreciarlo. Los árboles de la pradera de San Isidro que se
hallan en la margen derecha del Manzanares han sido de­
rribados en dirección de la ermita del San to, mientras el
ángel y los remates de piedra de un pilar del puente de
Toledo cayeron en dirección casi opuesta: casi todos los
árboles del paseo de las Acacias se troncharon en sen­
tido Noreste: los de la calle de Atocha y los del paseo del
Botánico forman un ángulo agudo: en el mismo jardín, los
primeros son desgajados hacia el N orte, y cambian luego
de dirección, dándose el fenómeno extraordinario de estar
casi intacto el jardín de la fachada Poniente del Museo. En
la plaza de las Cortes los dos magníficos árboles cuidos lo
están en direcciones contrarias. V en todas partes la cor­
pulencia de los árboles desarraigados ó tronchados prueba
la violencia irresistible de la tempestad, que pasó sobre
los trigos y cebadas sin hacer otra cosa que inclinarlos le­
vem ente, y se cebó en los árboles más gruesos y elevados,
recreándose en las masas vegetales de Vista A legre, del
R etiro y Botánico, y siguiendo como en un cauce las ca­
lles de arboles, haciendo zigzags incomprensibles.
L.t parte más sensible fueron las desgracias personales:
26 personas perdieron la vida, y de los numerosos heridos se
temen otras victimas. Ocurrieron casi todos estos acciden­
tes por hundimiento de una tienda-asilo en la calle de Dru-
m e n .e l lavadero Imperial, entre la ronda de Segovia y
Puente de Toledo , un paredón del cementerio de San L o ­
renzo, y la ruina de algunos paradores en el camino de Ca-
rabancíiel. En dichos sitios se acumularon de tal modo los
heridos, que los guardias detenían los carruajes para el ser­
vicio sanitario: la prensa diaria explica estos sucesos con
tal abundancia de detalles, que nada nuevo podemos aña­
dir. Estamos conformes con los periódicos que extrañan, á
pesar del número importante y doloroso de victim as, que
éste no fuera veinte veces mayor, á hora de tanto tránsito,
y que el vien to , capaz de partir como cañas robles y pinos
de un metro de diámetro, sanos y llenos de lozanía, no de­
jara un reguero de personas barridas y estrelladas contra
las verjas y las tapias. ¿Pasó la corriente impetuosa ¿ a l­
guna altura ? Deploremos todas esas desgracias, pero con­
vengam os, al ver los efectos del huracán, que han podido
ser mucho m ayores, y repetirse en Madrid la catástrofe
ESPAÑOLA Y AMERICANA.
que ocurrió en Londres hace 1S3 años, y en la cual mu­
rieron 8.000 personas, y en el mar 1.800 tripulantes de los
buques. _____
Los dos Carabanchelcs, y la hermosa quinta de Vista
Alegre, que fué del Patrimonio, y más tarde sitio de recreo titulado el otro, Ministerio de Obras públicas, Agricul­
que llenó de riquezas artísticas el ¡lustre y espléndido Mar­
qués de Salamanca; los hoteles y mataderos del camino de
Carabanchel; dos lavaderos; la tienda-asilo ya citad a; un
edificio en construcción inmediato al Observatorio ; el te­
rrado del palacio de Mcdinaceli; muchas casas que estaban
reparándose ó edificándose en toda esa zona y la del ca­
mino de las Ventas del Espíritu Santo; el edificio destinado
esto es en conjunto lo más saliente que se cita entre las
pérdidas materiales. Creem os superior en conjunto el de
las pérdidas pequeñas, que al lado de las grandes no hacen
bulto, pero que reunidas constituyen cantidades importan­
tísimas. Pero como ejemplo de destrozo y fuerza del tem ­
poral, excede á todas la fachada posterior del casón, ó sea el
Museo de Reproducciones, por ser casi todo de granito,
estar adherido á un robusto cuerpo del edificio, y tener un
peso enorme las columnas pilares y piezas de sillería de­
rribadas.
Y entre tantos estragos, causa pena, y se necesitará para
repararlo muchísimos años, el destrozo causado,en el Jardín
Botánico, en donde los remolinos de viento y agua hicie­
ron tales esfuerzos, que los árboles más gigantescos y aprc-
ciados han n sido destruidos, y todo aquel ameno sitio des-
organizado y revuelto, como si se tratase de un misero
puñado de espigas pisoteado por un niño. Ha quedado,
pues, incompleta y destrozada la hermosa colección creada
por los sabios y consolidada por el tie m p o : la mitad de
nuestro Museo vegetal se ha perdido en un instante.
Aunque algunos suponen que el centro de Madrid no
sufrió apenas los efectos del torbellino, se han equivocado:
personas ludio que se refugiaron en los portales de la calle
de la M ontera, y al ver la masa de agua que caia, y el Ím­
petu del vien to, creyeron que llegaba el fin del m undo; en
la Puerta del Sol hubo verdadero oleaje, que entraba por
la Carrera de San Jerónimo y rompía en las Cuatro Calles
y en la Carrera citada el viento volcó un coche, después de
haberle arrastrado un buen trecho; en la calle de Alcalá
otro carruaje de alquiler quedó con las ruedas hacia arriba
y el caballo en la misma dirección.
Volaron algunas personas, generalmente con singular
fortuna ; algunos obreros refugiados en el pórtico del Pa­
lacio de Exposiciones ante la resistente y cerrada puerta,
se vieron introducidos en el local por el viento, que abrió
de par en par las grandes hojas, y despidió rodando á uno
de los trabajadores por la puerta de enfrente, abierta de
igual violento modo.
La torre de la Trinidad osciló de un modo v isib le ; per­
dieron sus remates algunos chapiteles de San Jerónimo y
quedaron torcidas sus esferas y veletas; el gran mástil con
adornos chinescos del estanque de las Campanillas se dobló
por la mitad ; saltaron faroles; las chimeneas se torcieron
como si las casas llevasen sombreros ladeados; desapare­
cieron por el aire las gallinas de los corrales, y algunas en­
traron en la casa del ham briento; se estrellaron contra los
bertad al animal, y las afueras del Sureste de Madrid v los
lugares citados fueron recorridos por el vecindario, míe
admiraba aquellas acacias derribadas por el pie, ó troncha­
das ó peladas y reducidas á su tronco, mientras el suelo al­
fombrado de ramas y medios árboles parecía que con esos
ramajes celebraba una fiesta popular.
E11 Madrid las personas apenas se conocen unas á otras;
esto hace menos intimos los dolores de estas catástrofes
que llenan de luto y aflicción á tantas familias. Tan desco­
nocidos son para nosotros como para el resto de España
los nombres de las victimas. S. M. la Reina, á pesar de la
opinión contraria de los módicos, lia recorrido los sitios de
la catástrofe para consolar y socorrer á los afligidos. Dios
se lo recompense. _____
El meteoro que ha causado estos estragos es en Madrid
tan excepcional, que no recuerda aquí ninguno de los vi­
vientes otro parecido. L a preferencia con que ha atacado
las masas y lineas de árboles ¿obedecerá á algún fenómeno
eléctrico? Creemos que debe y puede estudiarse antes de
que se borren las huellas que ha dejado á su paso: tal vez
los surcos que lia causado la tormenta sean escritura fácil
para los meteorólogos, aunque á nosotros nos parezca tan
embrollada y tan confusa. l)e todos modos, el recuerdo
del 13 de M ayo de 1886 dará que hablar durante muchos
años á los que tuvimos la suerte de librar bien de los pe­
ligros que han costado la vida y la salud á tantos desdi­
chados.
De todos m odos, la fiesta de San Isidro, que ha empezado
con un destrozo de tiendas y puestos á medio arm ar, no
será tan animada y alegre como otros añ os: los pobres ven­
dedores han empezado con una pérdida y no jnicas heridas
y porrazos: daba lástima ver en la mañana del día 13 algu­
nos barracones medio deshechos, y al viento azotando al­
gunos jirones de lona destrozada que colgaban de los es­
queletos de armadura.; los árboles mayores de la pradera
tronchados por la m itad, y los más inmediatos al rio, que
por la humedad no podían romperse, vencidos y acostados
en la tierra; y en las diversas actitudes del estragóse vela,
mezclado por la N aturaleza, el h on o r, la extravagancia y
hasta la caricatura.
El Ayuntam iento parece inclinado á remediar en lo po­
sible la situación de las personas más necesitadas, y pro­
vecta destinar á ello los fondos de que pued3 disjxmer:
creemos bien empleadas en ello las cantidades que se ha­
bían recaudado para socorrer á los coléricos: pero esto no
basta para atender á las necesidades más urgentes, y eso
qu e, afortunadamente, la zona del estrago resulta más
limitada de lo que se creyó al principio. Ha sido una ver­
dadera catástrofe, cu va extensión se desconoce todavía.
o Jo sé F e r n á n d e z B r e m ó n .
o o
N.° X V I I I
Desde el próximo mes de Julio dejará de existir el Minis­
terio de Fomento: sobre sus ruinas se alzarán dos nuevos
Ministerios, denominado uno de ellos Ministerio de Ins­
trucción pública y de Ciencias, Letras y Bellas Artes; y
tura, Industria y Comercio.
Desde luego nos parecen muy largos los títulos de ambos
Ministerios, cuando todos los demás departamentos los
tienen lacónicos y suficientes. Bastaba el titulo de Minis­
terio de la Enseñanza, ó de Instrucción pública al uno,
pudiendo conservar el otro la antigua denominación de Mi­
nisterio de Fomento. Desde luego el público abreviará los
nombres de uno y otro llamándolos Ministerios de Ins­
trucción pública y de Obras públicas, como á las direccio­
nes suprimidas. Diráse que esto es una mera cuestión de
palabras, pero bus palabras son el medio que tenemos de
entendernos, y su acertado uso produce claridad ó con­
fusión.
En cuanto al aumento de estos centros oficiales, no nos
parece mal: hay tanto (pie hacer en favor de la enseñanza
pública y el desarrollo de los intereses materiales, que la
fuerza y la inteligencia de dos ministros que lo sean de
verdad no han de ser excesivas.
Las primeras carreras de caballos de esta temporada no
han sido concurridas como otras ve ce s: muchos aficiona­
dos creyeron que se habían suspendido, en atención á la
catástrofe ocurrida en Madrid el día anterior: esto no era
exacto; Madrid no renunció á sus diversiones de costum­
bre la noche misma del 12 dq^Mayo, y mientras se ex­
traían cadáveres de entre los escom bros, cantaban tiples y
tenores, hacían reír al público los graciosos y saltaban los
volatineros haciendo las delicias de las gentes. En vista de
eso ¿podría exigirse otra conducta á los que dirigen las ca­
rreras de caballos? ¿Se suspenderán los toros de esta tarde
como el tiempo no obligue á e llo ? ¿Dejará de llenarse de
gente alegre la pradera de San Isidro si el temporal lo
permite?
Lo que ocurrió en las carreras y produjo su desanima­
ción es q u e, preocupado el público con ios destrozos de
la tromba, no se acordó d e q u e corrían aquella tarde los
caballos, prefiriendo ir á contemplar otro espectáculo más
n u ev o : los troncos y los edificios derribados.
Como en la mayoría de los teatros de Madrid funcionan
compañías extranjeras, justo es que lijemos la atención en
el salón Rom ero, del que hemos salido muy bien impre­
sionados. Un sexteto formado por los Srcs. Raba naque,
Am ato, G óm ez, M artin, Salurich y Cardona, arranca al
público nutridos aplausos en el primer número. Después
se capta las simpatías del auditorio el barítono c ie g o , el
concertista Sr. Mozón Estéfani, para quien se ha organi­
zado la fiesta. Le acompaña el maestro Inzcnga. Inspira
verdadero interés aquel artista por su mérito y su desgra­
cia. E s muy aplaudido el Sr. Calvo al tocar en el violon-
cello el andante de Goltcrmann y un capricho escrito por
el ejecutante, y la Sra. Compagni canta el rondó de Lucia
con gusto y delicadeza, y concluye con estrepitosos aplau­
sos la primera parte del concierto.
La segunda parte es una verdadera novedad: tocaba por
primera vez el joven pianista Sr. Manzanos piezas difíciles
y variadas de Rubinstein, Moszkouski, C hopin, Duprato y
Listz. El Sr. Manzanos representa tinos veintitrés años de
edad ; es de regular estatura, barba negra y simpática figu­
ra. ; desde el primer momento se gana afauditorio por su
dominio del piano y esmerada ejecución. El público le
aplaude con calor en todos los números y le hace repetir
el SultareUo de D uprato.en el cual hace el Sr. Manzanos
brotar del piano una cascada de notas brillantes y jugueto­
nas. Abandonamos la sala antes de empezar la tercera par­
t e , dejando al auditorio muy satisfecho de conocer un
nuevo y excelente pianista. Tam bién nos lo parece, pero
profanos en el avie no damos á nuestra opinión valor al­
guno.
• •
N o todas fueron desgracias en la tarde del 12 de Mayo:
también ocurrieron algunos episodios cómicos ó capri­
chosos.
En el alero de un tejado quedó enganchada una peluca.
El viento abrió la ventana de un comedor en el momento
en que se sentaba á la mesa una familia, y cavó un pájaro
dentro de ia sopa. Y en el tocador de una amiga nuestra
se halló la rama de un rosal llena de flores. E l caño de la
fuente de la Puerta del S o l, torcido por el viento, le reci­
bió en la espalda un caballero, haciéndole el efecto de una
ducha.
Y un borracho, que rodó arrastrado por la ráfaga, decía,
rodando i>or el suelo :
— ¡ Señores! 110 vale empujar.
Cuando empezó la tormenta, una joven tocaba un vals en
su piano en una habitación de la calle de Atocha. Miró ha­
cia la calle y cayó desmayada de terror.
Había visto á los árboles valsar.
L a casa de un señor perdió todo el tejado.
-— E s preciso cubrirle ai instante— le dijo el arquitecto.
— Bueno — respondió el propietario; — pero estoy escar­
mentado y a : es preciso poner sobre el tejado nuevo algún
peso para que no vuelva á volar.
— Si quiere usted, le pondré un pisa-papeles.
Del corral de un amigo nuestro desapareció el gallo.
Cuando encontramos al am igo, le preguntamos si habia
sufrido algo con el huracán.
— S i— respondió ; — ha habido en mi casa una desgracia:
todas mis gallinas han quedado viudas.
 N.# X V I I I LA
nuestros g r a ba d o s . la antigua Olinda, notable por sus recuerdos históricos y porque
BELLAS ARTES.
de Helor» — Cahrea de estudio , cuadro de
Ti, ■ lanuiin a m o n ta , cuadro
Masnera-—V ia de catufo, cuadro de Hopfer.
El cuadro de C. Delort que reproducimos en la plana primera
Uesnin fotografía directa de Mr. Lecadre y compañía, de París)
< dje no de nota por su composición interesante y sencilla al
mismo tiempo, tanto como por la expresión de los dos persona­
je.« aue en él figuran.
Pn uno de los viejos hoteles de balcones voladizos que dominan
. ¿ahfa de Nápoles, la más hermosa del Mediterráneo, están de
sobremesa una linda muchacha y un militar que intenta enamo­
rarla ' él, >a enlra^° en ar,os' *'P° de noble segundón de media­
dos del siglo último, parece declararla sus amorosas ansias, y ella,
mis semejante á parisiense de pura raza que á contamina napoli­
tana le mira con picaresca gracia y murmura irónicamente:
« Por toda la vida?»
Y a actitud de las dos figuras está perfectamente estudiada; pero
la de ella, en especial, cautiva al observador por su naturalidad
* E|Sgrabado es obra de Brend'Amour, y bien se conoce por la
finura de sus rasgos, que reproducen fielmente la obra del artista.
La Cabeza de estudio aue reproducimos ( de fotografía de Lau­
rent) en el grabado de la pág. 304, es valiente obra artística de
Francisco Masnera, laureado autor de La Esclava: un árabe de
n e g ro s ojos y mirada ardiente, de angulosas facciones y tostado
cutis, de expresión gentil, altiva, llena de arrogancia y desdén
, °í¡ío es el moro inculto de Marruecos, ni el degenerado egipcio,
n", tampoco el servil hijo de las Regencias europeo-africanas: es
más bien el moro caballeresco de Granada, zegrí ó abencerraje,
galán y generoso en las justas de Bib-Rambla y bravo hasta la
muerte en los campos de I.ucena y en los sitios de Baza y Loja.
E * U bellísima obra artística pertenece á nuestro amigo y dis­
tinguido colaborador literario de este periódico, D. Nile Marla
Fabra.
Día de cantío es el título del cuadro de Hopfer que damos á
conocer en el grabado de la página 305.
I.a escena es en la época de la Regencia, en jardín espléndido
.. ¿ |a sombra de copudos árboles; numerosa familia celebra con
banquete al aire libre tina fecha memorable ó un fausto suceso, y
i los postres, mientras los niños juegan ó apuran las copas, y algu­
na pareja enamorada murmura sabrosa plática, un lindo abate,
un» de esos abates mundanos oue dejaron triste recuerdo de sus
costumbres en la historia y en la literatura de aquellos días, lee
en alta voz un libro de poesías ligeras....
Solo hay, entre toda la concurrencia, un semblante reposado
«• digno : él de la grave matrona que ocupa el centro de la mesa.
Este cuadro de Mr Hopfer es composición acertadísima, que
retrata por completo una época.
o°o
Retrato he la Venerable Madre Sor M aría he Agreda
(autora de las célebres Carlas al rey D. Felipe IV), y VISTA DEL
convento de la P urísima Concepción de i.a villa de
Agueda, fundado en Ib33 por la Venerable Madre Sor Marla de
Jesús.—(Véase el articulo La V. Sor María de Jesús, en la pá­
gina 302.)
o°o
OBRAS DE LIMPIEZA EN EL TÍBER.
La ciudad de Roma está dividida por cl Tiber en dos partes
desiguales: en la que corresponde á la orilla derecha «leí histó­
rico rio se levantan los montes Vaticano y Janlculo, y en la de
la izquierda el Pincio, el (Juirinal, el Viminal, el Esquilmo, el
Celio y el A ven ti no, especie de cadena montañosa separada
únicamente por depresiones del terreno y formando un ancho
circulo, en cuyo centro aparecen aislados los montes Palatino y
Capitolino.
Cuatro magníficos puentes antiguos, además de los modernos,
facilitan la comunicación entre las dos orillas del 'líber: el de
Sanl'Angelo, construido por el emperador Adriano enfrente de
su grandioso mausoleo, Moles Adnani, hoy castillo de Sant'An-
lo; el puente Sixto, que debe su fundación al papa Sixto V; el
E ruado det Quattro Ca*i y el de San Bartolomé.
Pues bien; el Municipio romano, ron plena aprobación del
Gobierno de Italia y del vecindario de la Ciudad Eltema, y casi
terminada ya la gran Via Nazionale, ha emprendido la impor­
tante reforma de limpiar el cenagoso cauce del Tiber y edificar
sólidos muelles á lo largo de la orilla izquierda del río, con el
triple objeto de purificar la atmósfera de la capital, librar de
inundaciones á los barrios bajos y construir un nuevo paseo pú­
blico.
Otra reforma ha concluido recientemente: la construcción de
un paseo de carruajes, para la cual ha sido necesario, atendiendo
al trazado, adquirir edificios tan notables como la Villa Orsini,
ton sus jardines y ancho término.
A estas reformas del Municipio romano se refiere el grabado
de la pág. 301, composición y dibujo del natural, que nos ha re­
mitido desde Roma el apreciable artista, colaborador de este pe­
riódico, D. Hermenegildo Estevan.
Los trabajos para la limpia del Tiber no son de ahora, sino
que datan de 1874, y ellos, como los practicados en el emplaza­
miento del Forum y en la apertura de la Vía Nazionale, han
»ido causa de hallazgos importantísimos para la historia.
Citaremos uno de éstos.
En Octubre de 1878, cerca del puente Sixto y casi enfrente de
la iglesia titulada det Cento Preti, encontraron los trabajadores,
* l 60 metros de profundidad, un fragmento de los famosos Fas-
Aó consulares, conteniendo los nombres de los cónsules que se
habían sucedido desde el año 755 al 760 de la fundación de Roma;
fragmento de inapreciable valla, por conservarse en el Capitolio
otro fragmento uue contiene la nomenclatura consular desde el
año 761.
Hoy se guarda dicho fragmento en el museo Kircher.
Es q u e l e t o d e l « I g u a n o d ó n * d e B e r n i s s a k t ; C a b e z a
^EL MISMO; R a m a i z q u i e r d a d e i . a m a n d í b u l a , vista por
dentro.— ( V é a s e el articulo Los Extraordinarios animales jodies
«•l Museo de Bruselas, en la pág. 303.)
o°o
EL PUENTE DEL «7 DE SEPTIEMBRE»
en Pernambuco (Brasil).
No ignoran nuestros lectores que la ciudad de Pernambuco c;
rf*?»** una l*e *as Prov'nc‘'as más fértiles y ricas del Imperio
del Brasil, y que su puerto ha adquirido grandísima importancia
rajmcrcial en el medio siglo último: obsérvese, en prueba de ello,
qne hace cuarenta años la población de Pernambuco no pasaba
rf,30-000 habitantes, y hoy, con referencia al censo de 1880, ex-
l 1*0.000. y continúa en progresivo aumento,
á-a ciudad está dividida en tres barrios principales (sin contar
ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA.
es la sede episcopal de la provincia), y son los llamados Bóa-
Vista, San Antonio y Recite, el cual está construido, como su
nombre indica, sobré un arrecife de larga extensión, que forma
península á la entrada del puerto y que es la verdadera capital.
Allí está el puente denominado 7 de Septiembre, que reprodu­
cimos en el primer grabado de la página 309, según fotografía
directa que debemos á la atención ael Sr. Cameiro, de Peinam-
buco.
Dicho puente, que tiene por nombre una fecha memorable en
la historia de la independencia brasileña, une la isla de San An­
tonio con la península de Recifc, y por lo tanto los dos barrios
así llamados; es de grandes dimensiones, de construcción muy
solida y de aspecto elegante ; constituye la vía de mayor tránsito
comercial en la ciudad, por hallarse en el centro de las más im­
portantes rasas, almacenes y depósitos de importación y expor-
En el extremo que se apoya sobre la isla se levanta el arco de
San Antonio, y en la extremidad opuesta, sobre la península, el
arco de la Concepción.
No lejos del puente está la Aduana, edificio de robusta fábrica,
que antiguamente fué convento de frailes del Oratorio.
• cias, por ninguno, como por ese pueblo helénico, al
• •
FABRICA DE CALZADO «LA NACIONAL», DE MONTEVIDEO.
F.n la tarde del 22 de Enero del corriente año se inauguró en
Montevideo, con magnífica fiesta, la fábrica de calzado titulada
Le> Nacional, construida de nueva planta en la playa de la Agua­
da, sobre terrenos ganados al mar, y propiedad de los señores
Marexiano hermanos.
Años hace ya que la vasta y arenosa llanura que se extiende
entre la calle de Miguclete y el Arroyo Negro, de dicha rapital,
era dominio del mar, cuyas olas batían la calzada rjue hoy con­
duce al Paso del Molino, y aun bañaban el cuartel ae Baslarricn,
donde ahora tiene su alojamiento un batallón de cazadores ; pero
el progreso moderno, que, semejante al titán mitológico, todo lo
domina, ba conseguido alejar de aquel sitio al Océano y trans­
formar en tierra firme la ancha playa de la Aguada.
«Obra fué costosísima (dice ¿a Pribuna Popular de Montevi­
deo) la de rol»r al mar sus dominios: el coloso se delatía con
furia por recobrar el terreno que diariamente se le robaba, y de­
rribó paredones y murallas, y cuando al siguiente día tornaban
los obreros, gemían desconsolados por la pérdida del trabajo de
dos semanas.
»¡Cuántas veces se creyó imposible dominarle! Todo, sin em­
bargo, lo ha vencido la inteligencia y la constancia del hombre,
y el Océano, aunque luchó desesperadamente, rindióse por últi­
mo ante la superioridad del genio humano.»
Hoy, en efecto, existen en los terrenos ganados al mar la esta­
ción del Ferrocarril Central del Uruguay, la fábrica de harinas
titulada de Sud América, la fábrica de calzado La Nacional y
otros muchos edificios, y pronto serán inauguradas una fábrica
de galletas, de los Síes. Ansclmi; otra de licores, de los señores
Pcnadesy Rodríguez; un establecimiento de litografía, del señor
Godel, etc., «de manera (dice La Tribuna Popular) que dentro
de breve plazo la antigua playa de la Aguada será el centro in­
dustrial de Montevideo.»
La fábrica La Nacional ( de la que darnos una vista exterior en
el segundo grabado de la pág. 3CÓ1 es un excelente edificio de 54
metros de longitud por 38 de anchura, que tiene las salas y de­
pendencias necesarios en un establee ¡miento de su clase, y am­
plitud suficiente, dentro de la zona de construcción, para instalar
nuevos talleres v galerías, en caso de exigirlo el desarrollo cre­
ciente de la industria; en ancho »Otario está montada la má­
quina de vapor, fuerza de 13 caballos, que pone en movimiento,
con preciaos aparatos de transmisión, la* diversas máquinas de
los salones y tallen ' ; en el primero de éstos, del piso bajo, cn-
trundo por la calle de (Jucguay, se recibe la obra concluida a los
obreros que no trabajan en la fabrica, aunque dependen de ella,
y hay exposición permanente de calzado de todas clases, desde
el más fino de charol y raso hasta alpargatas y zapatos de suela
gruesa; en una galería inmediata aparecen instaladas numerosas
máquinas para la elaboración de calzada en todas sus partes ó
secciones, comenzando por la operación de prensar la suela y
concluyendo por la de limpiar ó charolar la obra con el mayor
esmero, y trabajan en él 150 obreros de ambos sexos, que pueden
confeccionar diariamente unos 360 pares de bolinas.
Hay allí aparatos especiales para prensar la suela, recortarla y
agujerearla con el fin de facilitar el cosido; otros para numerar
los pares, según su tamaño, dar á las plantillas su forma defini­
tiva y adherir á ellas la parte superior de la botina, ó sean las
palas ; uno muy ingenioso que sirve para clavar los tacones a las
suelas con un solo golpe súbitamente; de manera que puede cla­
var en cada día de trabajo nada menos que 50 docenas de laco­
nes; otros, en fin, para clavetear, recortar, raspar, coser y lustrar
el calzado.
En el ya citado sótano, á un lado del salón de la máquina de
vapor, están situadas las sierras mecánicas para elaborar planti­
llas de zuecos y tacones de madera, y á otro lado grandes al­
macenes y depósitos para la exportación; en el piso principal,
destinado á talleres de talabartería, zuqueria y alpargatería, tra­
bajan 30 obreros y 50 bordadoras, costureras de obra fina y apa­
radoras; el piso segundo es una vasta galería de cristales, en la
que se pone al calzado la plantilla interior, y luego se le cuelga
por docenas, según el tamaño y la clase dé la obra, para que
se oree al aire libre ; finalmente, en el ala izquierda del edificio,
orientada al Norte, se encuentra el escritorio, con elegante ins­
talación en todas sus oficinas y dependencias.
Tal es, brevemente descrita, la magnifica fábrica de calzado La
Nacional, de los Sre9. Marexiano hermanos, la primera de la
culta capital del Uruguay, y una de las mejores del continente
americano.
o
o o
ORFEBRERÍA MODERNA.
Marco de oro, tallado y cincelado.
El grabado que publicamos en la pág. 312 reproduce un pre­
cioso marco de oro, tallado y cincelado, que ha sido construido
recientemente en la platería y joyería del acreditado artífice de
esta corte, Sr. Marabini (Montera, 7), por encargo de los seño­
res Marqueses de Sierra-Bullones, condes de Paredes de Nava.
F.l conjunto de la composición corresponde al más puro estilo
del Renacimiento, con detalles delicados v de gran riqueza; el
cerco, sostenido por dos angeles, esta formado con brillantes, y
en el óvalo concéntrico inferí r lleva la inscripción votiva A mi
inolvidable Madre— ib de Julio de 1884; un lindo monograma,
.también de brillantes, aparece en la parte superior, apoyándose
igualmente en dos ángeles, de actitud graciosa, que muestran
guirnaldas de flores; sobre este monograma descansa una .oronu
de marqués, enriquecida con gruesos brillantes y perlas; tres
medallones dos laterales con palmas, y uno en el lado inferior,
ostentan los emblemas de las virtudes teologales, Fe, Esperanza
y Caridad ; los remates, los ángulos y los lados del marco tienen
labores de mucho gusto y bien ejecutadas.
F.ste marco es joya de gran mérito artístico, que honra al señor
Marabini.
E c s e b io M a r t ín e z d e Y elasco
299
GRECIA Y EUROPA.
> 0 Inas Krave ‘1° cuanto ha sucedido en
Francia estos días es la intervención di-
plomática en los asuntos de Grecia. I-a
■I opinión creyó que esta intervención, en
tan buen hora venida, resolvía el con-
í/r») dicto de Oriente, y colocaba de nuevo
G lj al pueblo francés en el sitio propio de sus
ideas y de su historia. Estaremos trascor­
dados nosotros; mas interesándose la cultura
humana en el progreso y emancipación de to­
dos los oprimidos y en el establecimiento de todas las
naciones libres, por ningún pueblo tiene preferen­
cual debemos los gérmenes de todas nuestras ideas,
pues er* su frente resplandecen por vez primera los
albores de nuestro espíritu. Nada que importe á la
humanidad y á las varias manifestaciones de su vida
puede sernos indiferente. Interésannos desde los fe­
tiches, hundidos en las selvas vírgenes, que indican
las primeras efusiones religiosas del salvaje, hasta los
escombros bajo cuyo polvo yacen las esfinges, con
cuerpo de león y cabeza de mujer, mostrando cómo
el género humano se desciñe del mundo animal y se
alza, con la estrella de su racionalidad en la frente,
hacia los esplendores del cielo. Pero ni en el braha-
manismo indio, ni en el sabeísmo caldeo, ni en el
culto egipcio á la muerte y á la sepultura, nos en­
contramos nosotros, los arios occidentales, ó encon­
tramos la genealogía de nuestras ideas, aunque al­
gunas entre tales religiones pertenezcan á los pri­
meros timbres de nuestra raza, como en la religión
que puso al hombre divinizado allá por las cumbres
del Olimpo y vertió el alma en la Naturaleza, en­
cantándola con el coro inextinguible de sus diosas
armoniosísimas. Reniego de aquellos latinos que no
hayan experimentado las grandes satisfacciones de
un triunfo propio al recitar, en k>s versos de I.a
1lia d a , el primer combate gigantesco entre Asia y
Grecia; que no hayan aborrecido á los tiranos de
Media y Persia, como los aborrecieron Milcíades en
Marathon y Temístocles en Salamina ; que no hayan
crcido ver la pira de un sacrificio por su libertad y
por su patria en el desfiladero de las Termopilas;
que no hayan llorado con Edipo, y los versos de Só­
focles al acompañamiento de los ruiseñores de Co-
lonna, la fatalidad, cuya pesadumbre agobia nuestra
pobre complexión ; que no hayan bebido en las cla­
ras corrientes del Alfeo lns aguas cantadas por Pín-
daro, ni asistido en espíritu á las fiestas anfictióni-
cas, donde la gimnasia era como las matemáticas y
la useultura en acción; que no hayan alguna vez
admirado las ciencias experimentales derivándose del
sabio Liceo, y las intuiciones, los idealismos, las
teologías, la metafísica, de aquella inmortal Acade­
mia donde Platón hablaba de Dios y de sus arque­
tipos, de la trinidad y de sus hipóstasis, en magní­
fica lengua, filosófica y sacerdotal juntamente; que
no hayan bendecido las ciudades helenas estableci­
das ó renovadas por Alejandro y sus sucesores en la
desembocadura del río Kilo y en las encrucijadas del
continente asiático, ácuya ciencia se deben desde las
revelaciones del cielo material hasta los principios
abstractos del dogma cristiano; que no hayan hecho
una religión del helenismo, espíritu creador de la
edad moderna quizá más fecunda en ideas vivas y en
genios inagotables, esc Renacimiento, el cual ha re­
dimido la conciencia, y reanudado la historia, y de­
vuelto á la Naturaleza entera su alegría, y rehabili­
tado la forma humana envuelta en los sayales de la
penitencia, y puesto con pinceles como los de Co­
rreggio y Rafael, con buriles como los de Buonarroti
y Cellini, sobre la corona del género humano los lu­
minosos iris de todas las bellas artes en su mayor
grandeza.
Si la India es la madre natural de todo el mundo
ario, Grecia es la madre intelectual y moral. En ella
nos unimos escandinavos, sajones, alemanes, hele­
nos, latinos y hasta los mismos que hoy disputan á
Grecia la supremacía en Oriente, hasta los mismos
eslavos, ó esclavones, según nuestros padres les lla­
maban en los siglos medios. Por consecuencia, ó
como los vegetales, nos creemos reducidos al terruño
de que nos alimentamos; ó como los animales, al
radio de nuestra utilidad y al ejercicio de nuestros
instintos; ó viviendo en lo pasado por el recuerdo y
en lo porvenir |>or la esperanza, cual cumple á quien
tiene la razón entre sus facultades intelectuales y la
voluntad entre sus facultades morales, el hombre
debe interesarse por el humano espíritu y por
aquello que más lo haya embellecido y agrandado en
la tierra, como esa Grecia, la musa y la pitoni^ de
todos los tiempos y de todos los pueblos, desde que
apareció su alma y su vida entre las olas del celeste
Mediterráneo. Yo creo firmemente que lanzaría Eu­
. ropa un grito de auxilio y socorro á la patria helena.
 300 LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° XV11I

si no estuviese oprimida por el cesarisino germá­ Pero asi en Madagascar como en China, y asi
nico y el canciller Bismarck. Pero la fuerza, que en Egipto como en Grecia, Freycinet ha mos­
domina hoy al derecho, para probar todo su poder, trado conocer los resortes de la verdadera diplo­
como toda su injusticia, se opone al renacimiento macia y alcanzar el nivel más alto entre los
de los pueblos, y mantiene los imperios, aunque hombres políticos, probando cómo aún su patria
resulten á los intereses del género humano tan merece, á pesar de sus desgracias y de sus derro­
dañosos como el Imperio turco. Merced á esta re­ tas, la hegemonía intelectual y moral correspon­
solución de Alemania, las potencias han expedido diente á un pueblo elegido ix>r Dios para difundir
un ultimátum á Grecia, imponiéndola el pronto los humanos derechos por los ámbitos de la tierra
desarme y la renuncia total á sus recientes preten­ y por los senos de la conciencia. Ofreciendo á la
siones. nación herida y agraviada que sus quejas obten­
Recibir tal ultim átum , y querellarse Grecia drían satisfacciones cuando lo permitiesen las cir­
demostrando que preferia la muerte á la humi­ cunstancias, conjuróla con arte y sinceridad al de­
llación, ha sido en verdad obra de un momen­ sarme. Y Grecia, que no quiso desarmarse ante
to, como los que llama Bismarck momento psi­ las imposiciones europeas urdidas por el odio, es­
cológico. Poetas que han pulsado sus liras por cuchó estos reclamos del amor, prometiendo la
la patria y han recibido el estro de Tirteo; maes­ suspensión de todas las movilizaciones, y la en­
tros que han referido, desde las cimas de una cá­ trega de sus esperanzas al influjo moral ejercido
tedra excelsa, las esplendentes revelaciones del por el pueblo francés en la Europa moderna.
helenismo, esa segunda religión de la humani­ Y las nubes, que asombraban los cielos europeos,
dad; oradores dignos de recoger y continuar los se disiparon ; y un iris de paz resplandeció donde
ecos difundidos por la elocuencia clásica en las antes centelleaban los siniestros fulgores de la
viejas Agoras, se han puesto á una en guardia guerra.
contra las imposiciones europeas, y han dicho, en Pero ¿cómo toleran esto los que se arrogan el
reuniones públicas animadas por el mayor entu­ dominio absoluto sobre la Europa moderna?
siasmo, cómo podrían encontrarse las nacionali­ Gladstone, jamás en su política exterior á la
dades contemporáneas con el suicidio de un pue­ grande altura que alcanza en su política interior,
blo, si perseveraban en marcarlo por medio de había recibido la tristísima oerencia de los com­
imposiciones absurdas con deshonor eterno. La promisos conservadores, y no estaba en aptitud
guerra, y la guerra universal, rugía en estas ma­ de revocarlos, aunque pugnasen á una con todos
nifestaciones y atenaceaba con sus anuncios terri­ sus principios y con todos sus antecedentes. Ade­
bles el corazón de todos cuantos preferimos las más, por muy demócratas que los ministros bri-
soluciones pacíficas, siquier tardas é imperfectas, tanos de suyo sean, y por muy anulada que la mo­
á mejores soluciones traídas por la fuerza y por L A V E N E R A B L E M A D R E SO R M A R ÍA D E A G R E D A . narquía inglesa de antiguo esté, siempre le resta,
la violencia. Reunidos ya los plenipotenciarios ( A U T O R A DE L A S C É L E B R E S C A R T A S A I. R E Y F E L II’ E I V .)
or necesidad, algún influjo personal á la reina
europeos, y acordados en el propósito de suprema Tetona. Y ésta, empeñadísima en protegerá sus
inflexible amenaza, parecía no quedar alternativa queridos deudos, los de Battemberg, no puede
ninguna entre los dos extremos de la humillación quedó fuera del concierto europeo, encaminado i des­ olvidar corno las protestas de Grecia se dirigen
vergonzosa ó la guerra inmediata. Pero será suerte y concertar las esperanzas helénicas. Mr. Freycinet no tanto á la estabilidad material de Turquía, como
destinos de Grecia ; lo cierto es que inesperada salida pertenece al número de los políticos en quienes pre­ al recentísimo engrandecimiento de Bulgaria. Por
cambió por completo el aspecto de las cosas y el curso domina la irreflexión entusiasta, muy capaz de im­ su parte Alemania no puede ver sin recelo cómo
de los acontecimientos. provisaciones peligrosas. El ánimo suyo sereno, el después de haber maniobrado tanto en la obra de
Cuando menos podían esperarlo y creerlo los Go­ pensamiento fijo, la intención firme y el fin calculado anular á Francia, ésta renace y le muestra todo el
biernos europeos, aparece Francia con toda su gran­ y seguro, hanle valido ya varios triunfos diplomáti­ ascendiente que goza, y á perpetuidad conservará,
deza nativa y todo el prestigio que le dan, á los ojos cos muy renombrados y muy eficaces, aunque pro­ sobre los pueblos libres. No puede, pues, consentir
de los pueblos modernos, las instituciones republica­ curen negarlos tantos partidos interiores como des­ que la mano de Francia, despojada por Alemania
nas. El francés, viejo amigo de los hombres libres, garran á Francia y tantos enemigos externos como del cetro que llevara en otro tiempo, reaparezca de
hermano de Grecia por su ingenio y por su historia, tienen la república y la democracia en todo el mundo nuevo en el mundo vibrando los rayos extinguidos
temió asociarse á las obyurgaciones diplomáticas, y monárquico. por los germanos y sus victorias en el Prometeo de

COM ENTO DE L A P U R ÍS IM A C O N C E PC IÓ N DE L A V I L L A D E Á G U E D A , FU N D A D O EN 1613 POR L A VENERABLE M A D R E SOR M A R ÍA D E JESÚS.

 O B R A S D E L I M P I E Z A E N E L T í B E R (rom a ).

»• Villa Orsini, adquirida por el municipio para construir un paseo público. — 2 y 3. Trabajos de dragado y de construcción de diques d lo largo del T lb e r, para las nueras
vias. — 4. Paseo de carruajes concluido recientemente en la Villa Orsini. — (Composición y dibujo del natural, por H . Estovan.)
 302 LA
los pueblos. Austria no tiene más remedio que se­
guir á Bismarck y contrariar á Grecia. Y no tiene
más remedio que seguirá Bismarck, porque sin el
apoyo de tan poderoso aliado, todas las puertas se
le cierran en la cuestión de Oriente; y no puede
menos de contrariar á Grecia, porque Grecia le dis­
puta, con títulos justísimos, la posesión de Macedo-
nia. Además, por mucho que los Emperadores res­
pectivos se visiten, quedan los pueblos de su Impe­
rio en disentimiento abierto, y Austria recela de
Rusia, la cual no se ha mostrado tan resuelta en el
concierto contra la Hélade como los demás Gobier­
nos europeos. De aquí una resolución, pero una re­
solución tristísima: la de sostener el imperioso ulti­
mátum , desatendiendo á lo senii-acordado entre Fra­
ncia y Grecia. Según Alemania, Inglaterra, Austria,
Italia, y hasta Rusia, la contestación del pueblo
griego ño puede satisfacer á las grandes potencias,
por alejar el desarme y subrogarlo á condiciones in­
aceptables. Los griegos, por su parte, pláñense á una
de tanto rigor, y observan cómo el mundo europeo
se parece al mundo asiático en su retrogradación, sí,
al mundo asiático, que caía en los antiguos tiempos,
con tan abrumadora pesadumbre, sobre la gloriosa
Grecia. Poeta por su inagotable inspiración, heroico
por su naturaleza superior, el pueblo griego quizá
promueva un grande conflicto, sin pararse de modo
alguno en las consecuencias, si Europa lo veja y lo
humilla con ciega é insensata soberbia.
Y la pretensión de Grecia no puede ser ni más
clara ni más justa. Los tratados europeos le conce­
dieron la Thesalia y el Epiro en leyes internaciona­
les de claro texto y de autoridad indudable. Pero
cuando fueron á recoger estas concesiones de territo­
rio, debidas á su nacionalidad y alcanzadas tanto por
su prudencia como por su sabiduría política, encon­
tráronse los griegos con que les recortaban todo el
f >atrimonio prometido, y les ofrecían rectificaciones
¡gerísimas en sus inciertas y no bien recabadas fron­
teras. Aquella Janina, la cual, por circunstancias di­
versas, aunque análogas, aparece, á la vista de cuan­
tos defendieron la independencia griega, como apa­
rece nuestra Zaragoza, por tantos títulos, á la vista
de cuantos defendieron la independencia española,
quedó en los harenes del turco. Grecia, que hubiera
podido complicar la guerra última de Oriente lan­
zándose contra Turquía, permaneció tranquila sobre
sus armas, fiada en las virtudes múltiples de su nom­
bre y en los compromisos irrevocables de la Europa
moderna, para continuar su colosal obra. 1.a grande,
aunque gloriosísima carga de representaren la tierra
el helenismo, conservando las sacratísimas llamara­
das de ideas que aun esclarecen y divinizan la fuente
del género humano; esa carga preciosa cuesta mucho
y le impone abrumadores sacrificios á la hermosa
patria del genio. Dijéronle á una las potencias que
no alimentase la insurrección de Creta. Y aunque la
insurrección de Creta solamente le valiera grávame­
nos horribles, oyó á las potencias. Más tarde, por un
respeto ciego á sus valedores de Occidente, no entró,
como quizá debiera entrar, en las complicaciones de
Oriente. Y ahora, mientras Europa satisface al prin­
cipe Alejandro, que se ha reído á su sabor tanto de
Austria como de Rusia, que ha roto á su arbitrio el
tratado internacional de Berlín, que ha extendido
sus dominios contra el veto de Turquía, que ha es­
tado á punto de incendiar á Europa; mientras con
tal perturbador se guardan todo género de compla­
cencias serviles, déjase á los helenos, por prudentes,
por políticos, por mesurados, sin satisfacción alguna;
y se les niega el cumplimiento de las promesas escri­
tas, que constan, con claridad no usual entre diplo­
máticos, en los cánones más claros y más explícitos
del pacto de Berlín. Grecia tiene razón. Y en polí­
tica, como en todo, piensen cuanto quieran los escép­
ticos, la razón vale mucho. Lo cierto es que hace ya
tiempo las marinas europeas en son de amenaza na­
vegan por las aguas de Grecia y no han podido to­
davía decidirse, después de haber hablado mucho,
á obrar con resolución, indudablemente por conocer
que si ponen su mano sobre Grecia deslustran los
más gloriosos timbres de la humanidad y desirven
los más altos intereses de la civilización. A última
hora, y según las más recientes noticias, los repre­
sentantes de las potencias europeas han dejado Ate­
nas ; la escuadra mixta de acorazados diversos ha
puesto el siniestro bloqueo á las costas helénicas; el
envío de tropas á las fronteras turcas ha sobrevenido
por necesidad ; respirándose doquier, en todas aque­
llas sacras tierras, por los aires, la tempestad moral
que se halla difundida en las almas.
¡ Plegue al cielo que no extremen las potencias
europeas sus imposiciones hasta llegar al crimen, y
que no veamos al término de nuestro siglo caer
en la fosa pueblos, cuya restauración fuera el prin­
cipal título que ofrecer á la posteridad y el más
santo recuerdo que guardar para su bendita me­
moria !
E m il io C astelar .
ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA.
LA V. SOR M A R Í A D E JESÚS.
( 1.a m o n ja h e Ag r e d a .)
el hermoso prólogo que precede á las
cartas
c a r t a i : de la V.
rii» la V Sor M aría fde
S o r María l p Jesús
Tp c i 'i r de
( le
OMi'/j) Agreda, y que hemos alabado en otro
articulo, cuida su autor, D. Francisco
de Silvela, de fijarse únicamente en el
estudio político y humano de aquella co­
rrespondencia y de la época en que se es­
cribió, dándonos la clave de todos los sucesos.
Nosotros no tenemos las razones de prudencia
que guiaron al autor del prólogo para rehuir
aquel asunto delicado, y nuestra modesta posición
nos da gran libertad para discurrir sobre el carácter
fundamental de aquella venerable escritora, que aun
obligada á intervenir por accidente en las cuestiones
humanas y políticas, ni una sola vez pierde en ellas
su espíritu místico y devoto, ni deja de mirar al cielo
al dar consejos para el gobierno de los hombres. Si
la posteridad resucita esas cartas como monumentos
literarios y políticos; si á raíz de su muerte vuela su
fama de escritora, con la publicación y traducción á
otros idiomas de su Mística Ciudad, ello es que mien­
tras vivió retirada en su convento de Agreda fué po­
pular y venerada en toda España, no por sus escritos
ni por la influencia oculta que ejerció en el ánimo de
Felipe IV , sino por la resonancia de sus virtudes
y el olor de santidad que brotaba de la pobre y reti­
rada celda donde vivía en áspera y continua peni­
tencia (i).
No fué Sor María de Agreda la única religiosa que
tuvo en el siglo xvn fama de santidad; otras mu­
chas encerraban los claustros, que merecieron la ve­
neración de sus contemporáneos; hay una entre to­
das, que tiene con ella algunos puntos de contacto; y
si en orden á su edad la precedió en treinta y ocho
años, y murió cuando empezaba á difundirse la admi­
ración hacia Sor María de Jesús, como la relación
que se hizo de la vida de aquélla fué muy posterior
á su muerte, y posterior también á la publicación de
la historia de la abadesa de Agreda, hecha por el
P. Ximenez Samaniego, no podemos determinar si
las analogías que encontramos son coincidencias de
la vida de ambas, ó reminiscencias del que escribió la
vida de la Beata Mariana de Jesús.
Esta había nacido en 1564, en Madrid, en la calle
de Santiago, siendo bautizada en la parroquia del
mismo nombre, donde estuvo colocada su estampa
al lado de la pila bautismal. Como María de Jesús,
fué consultada por altos dignatarios y personas Rea­
les, aunque no en materias de Estado; como María
de Jesús, afírmase de ella que durante sus éxtasis su
cuerpo adquiría tal ligereza, que las personas inme­
diatas la desviaban con un soplo; como María de
Jesús, era escritora, pues escribió su vida y algunos
poemas, si bien los pocos versos que conocemos de
la venerable Mariana sólo tienen el mérito de la pie­
dad ; y una y otra se privaban del sueño y del ali­
mento, y extremaban la caridad, la virtud de la obe­
diencia, las mortificaciones del gusto y los cilicios:
ambas se aparecieron en espíritu en diversos lugares
y tuvieron visiones beatificas.
Pero si estas analogías sorprenden, en cambio las
desemejanzas son mayores : la admirable Sor María de
Jesús vive en un pueblo de la provincia de Burgos, y
siendo niña convierte su propia casa en convento, y
hace de ella su claustro con su madre y hermanas, é
infundiendo su espíritu á los hombres de su familia,
los hace entrar también en religión : sólo sale una
vez á la calle para trasladarse con su comunidad al
nuevo convento, fabricado con la limosna de los fie­
les : no tiene más historia que sus actos de virtud, y
vive y muere rodeada de sus monjas, sin haber visto
el mundo sino con su admirable intuición.
La Beata Mariana de Jesús tiene más historia:
vive en la corte y en una calle céntrica: su padre,
Luis Navarro y Ladrón de Guevara, pertenece á la
servidumbre de los reyes Felipe II y III, es el nom­
bre de su esposa, Juana Romero y Yillalpando ; la
hija se llama para el mundo Mariana Romero : tuvo,
palabras de ella misma, «sus cabezadas y sueñecillos
en orden al adorno y compostura para parecer bien»,
aunque vina muy recogida y salía á la calle honesta,
cubierta y recataba. Muerta su madre cuando tenía
Mariana doce años, sufrió los duros tratos de una
madrastra : quisieron casarla á los catorce, pero rehu­
só el estado y las joyas con que trataron de excitar su
codicia: recurre en aquel apuro al confesor : hace
voto de virginidad y se lo anuncia á su familia : cas-
tíganla y obligan la” á hacer el oficio de criada, y es
apaleada por su madrastra : escápase de su casa con
dirección á Ocaña, para ingresar en un convento,
pero retrocede en medio del camino : sus devociones
no tienen más testigos que su familia, y todos los
sábados acude á confesarse al lejano convento de San
( i ) Sabemos que se acaba de publicar el n tomo de la co­
rrespondencia de la V. Sor María con Felipe IV.
N.° X V I I I
Bcrnardino : siguiendo la corte con su padre, vive
algún tiempo en Valladolid, y cuando regresa á Ma­
drid se establece sola, con una criada, junto al con­
vento de Santa Bárbara, situado en la plaza del mis­
mo nombre, enfrente de donde estuvo el Saladero, y
hace tránsito hasta la iglesia del convento, siendo ex­
pulsada ignominiosamente por la dueña de la casa. Cé-
denla los religiosos un cobertizo ó almacén con puerta
á la calle, donde establece su celda; y basta el año 1614
no toma el hábito de descalza de Nuestra Señora de
la Merced, pronunciando únicamente tres votos, cas­
tidad, pobreza y obediencia, pero no el de clausura. Es
decir, que en vez de ingresaren una comunidad de re­
ligiosas, vive agregada á un convento de frailes. Allí
van á visitarla las gentes y pedirla milagros : de allí
sale y entra para practicar la virtud : en el huerteci-
11o de su celda brotan flores cuando se baja al suelo
para hacer ramos al Santísimo, y á su voz florecen las
plantas antes de estación : allí cura á los enfermos y
profetiza; pacifica á los que riñen ; detiene á un tran­
seúnte y le saca del bolsillo la cuerda con que va á
ahorcarse : Madrid se conmueve al anuncio de su
agonía, y se agolpa la gente en las inmediaciones del
convento : la celda se llena de gentes que buscan re­
liquias de la venerable Mariana, y muere en opinión
de santa, apareciéndose á sus devotos : el famoso pin­
tor Vicente CaTducho la retraté después de muerta,
y no cabiendo en las calles cercanas á Santa Bárbara
las gentes que quieren tocar rosarios y estampas al
bendito cuerpo, se extienden por los campos inme­
diatos, el 17 de Abril de 1624 (2).
Tenia veintidós años por entonces Sor María de
Jesús, y bacía años que estaba entregada en absoluto
á los ejercicios piadosos. Posible es y natural que tu­
viese noticias de la venerable Mariana; pero aquélla
pertenecía á otra religión, y era todavía discutida por
la emulación de las órdenes rivales en la piedad, que
no concedían los méritos eminentes de ésta, sino
cuando se los imponía la veneración general. Si Sor
Mariana es predecesora por orden de fecha de la ve­
nerable Sor Maria de Agreda, ésta no nos parece imi­
tadora de aquélla, pues las analogías que hemos ob­
servado entre ambas pertenecen á la primera edad
de la segunda. En cambio., leyendo la vida de la ve­
nerable Sor Clarado Jesús María, escrita por el reve­
rendo P. Fr. Marcos de San Antonio, todo indica
que en esta religiosa influyó el espíritu de la abadesa
del convento de Agreda, cuyos textos se citan á me­
nudo en aquel libro. Si Mariana es predecesora, Sor
Clara es sucesora y discípula de María de Jesús.
Y sin embargo, tiene Sor Clara carácter indepen­
diente y personalidad propia. No imita, siente la in­
fluencia mística de su predecesora en años y santidad,
y forma un tipo nuevo. Clara de Jesús nace en 1648
y profesa en 1673, es decir, ocho, años después de
muerta Sor María de Agreda, y cuando estaba más
fresca y extendida la fama de sus virtudes y milagros:
se llama en el mundo Isabel Portal, hija de pobres
labradores de Val de Oliva (Cuenca): queda huérfa­
na, y la llevan á Madrid á casa de su tía, que se aver­
güenza de su tosca simplicidad : entonces la recogen
y prohíjan un alemán establecido en Madrid y su
señora, en cuya casa es criada con cariño : lo que la
caracteriza más es su extraordinaria humildad, su fe
y su corazón caritativo: desde que dejó á su madre
se ha considerado huérfana, acogiéndose para su am­
paro á la Sagrada Familia, que la visita continuamen­
te durante toda su vida, y siendo pequeña juega con
el Niño Jesús oraciones contra ánimas del Purgatorio.
Cuando muere su protector, la pretenden para el ma­
trimonio, y ella se presenta ante el novio con los
arreos de un asno para probarle su bajeza: el preten­
diente insiste, pero Isabel ha decidido ser monja: su
señora la rehúsa la dote para impedirlo, pero encuen­
tra gente piadosa que se lo proporciona: entonces es
arrojada de la casa y se encuentra sola en Madrid,
que, por su vida recogida, le es desconocido. Cruza
calles buscando sus protectores sin hallarlos, y entra
en la iglesia de Santa Cruz y reza y llora : acude la
Virgen, que cree ser una señora caritativa que la
consuela y acompaña, hace despachar el asunto de la
dote, y la conduce á Barrionuevo, dejándola en casa
de una amiga. Desde allí sale para Toro, y en el ca­
mino llueve y no se mojan los que la acompañan:
reríbenla en el monasterio de la Purísima Concep­
ción de Mercenarias Descalzas, y toma el velo blanco
y el nombre de Clara de Jesús, en la clase humilde,
escogida por ella, de cocinera.
El carácter de sus milagros es el propio de aquel
estado : en varias sequías pide á Dios agua, y Jesús,
metiendo la mano en la tinaja, hace rebosar el agua
hasta los bordes. En cambio el demonio echa ceniza
en la olla, rompe la loza, mata la lumbre, y un día los
malos espíritus que entran y salen en el cuerpo de Sor
(2) En la sacristía de la parroquia de Santiago existe un re­
trato de Sor Mariana de Jesús. Fué beatificada por Pío VI en 1783.
V se conserva su cuerpo incorrupto en la iglesia de Monjas de
D. Juan de Alarcón, según refiere en su Madrid antigua el señor
Mesonero Romanos.
 N.° X V I I I LA
Micaela, monja poseída por ellos, estando Sor Clara
de Jesús preparándose á freir, la meten la mano en la
sartén y vierten el aceite: invoca á Jesús, que aparece
y sana su quemadura, y manda al aceite que vuelva
a la sartén, lo que ejecuta el liquido sin dejar man­
cha. Otra vez los diablos la cosen la boca á cabo y
lezna, ésta enrojecida. Cuando por orar descuida los
guisos y fregados, le ayuda Jesús y un ángel, y aquél,
bendiciendo los platos, los sazona ; y sucede á veces
que un enfermo cura comiendo los manjares adere­
zados por Sor Clara.
Vive en continua comunicación con Jesús, María
y José, y acompañada por un ángel: yes su vida una
serie continuada de apariciones, transportes á Tierra
Santa ) á los países donde hay cautivos, coros angé­
licos, luchas y visiones infernales, milagros y prodi­
gios que asombran y hacen meditar. Murió de ochenta
y cinco años, en 1733, y aquel año mismo escribió su
historia quien la había presenciado y visto al pueblo
de Toro proclamarla santa, invocarla en sus afliccio­
nes y pedir reliquias de sus vestidos y despojos. Exa­
minando su vida y escritos, hay en ella una sencillez,
inocencia y convicción que conmueven.
Hemos hecho un retrato de estas dos venerables
religiosas, ambas contemporáneas de Sor María de
Jesús, principal objeto de este artículo. Pero la cro­
nología verdadera de todas aquellas piadosas muje­
res empieza en Santa Teresa de Jesús: la influencia
del espíritu y escritos de la doctora de la Iglesia
produce durante dos siglos una serie de continuado­
ras, inspiradas sin duda en las obras inmortales de la
Santa; y el ejemplo de ésta induce á los confesores de
las tres monjas á ordenarlas que escriban su vida,
que es la relación de las luchas, triunfos y tormentos
de su espíritu : no vamos á hacer un paralelo de sus
virtudes : estamos haciendo un estudio de su diverso
carácter y de las relaciones que entre unas y otras
existieron. Veamos el de Sor María de Jesús, que es
de superior categoría literaria respecto de las otras
dos monjas, y es además una figura histórica notable,
como consejera del rey Felipe IV ; y consignemos
como mérito extraordinario que esa función política,
tan ocasionada á la soberbia ó al abuso, en vez de
afectar á la severidad de su fama y desinteresado mis­
ticismo, ha servido para depurarlo en un monumento
histórico; que tal consideramos esa serie de cartas pu­
blicadas por el S r. Silvela, instado por una ilustre
admiradora de Sor María de Jesús y poseedora feliz
de muchas de estas cartas en el archivo importante
que ha sabido reunir con gran criterio y gran erudi­
ción. Y perdónenos la modestia de la Sra. Marquesa
de Loring esta cita.
Nació en Agreda el 2 de Abril la venerable María,
y fueron sus padres Francisco Coronel y Catalina de
Arana, de familia noble, pero de mediana posición:
la educación espiritual que debió recibir desde su in­
fancia produjo los gloriosos frutos de su vida y de su
muerte: á los ocho años se ofreció á Dios: á los doce
pidió á su confesor que le diese las reglas para servir
á Jesucristo : se puede decir que sólo salió al mundo
en compañía de su madre para frecuentar el templo
y visitar enfermos: á los diez y seis años la casa de
sus padres, convertida en convento por inspiración de
su madre, la servia de claustro, donde se recogían
esta señora y sus dos hijas. Sólo una vez salió á la
calle para trasladarse al convento nuevo, hecho en
sitio más á propósito, quince años después: se la tiene
que dispensar la edad para ser prelada, y vive allí
ejerciendo todas las virtudes hasta su muerte, que
ocurrió á la hora de tercia del primer día de la Pas­
cua del Espíritu Santo, en 1665.
Á esto se reduce su historia humana, que apenas
tiene accidentes exteriores. Y sin embargo, su fama
de santidad estaba hecha antes de su clausura : un
grave sacerdote que la trataba desde su niñez solía
decir que la veneraba «porque la había conocido
santa desde que nació.» Los que vivimos distraídos
en el bullicio del mundo no comprendemos los fe­
nómenos espirituales que se verifican en quienes se
entregan á la meditación religiosa, á las mortifica­
ciones y á hacer la guerra á los sentidos : forman se
necesariamente una naturaleza distinta de la nuestra
y viven vida diferente; y si hay medios de que el
mortal entrevea ó distinga en este mundo las clari­
dades celestiales, no hay otro camino, fuera del de
la gracia, que ahondar con el pensamiento en los
misterios de la fe y entregarles de lleno el corazón;
y volviendo la espalda á la vida material, apagando
las pasiones, sutilizando el entendimiento en medi­
taciones religiosas incesantes, y dirigiendo á todas las
potencias á establecer comunicación entre el alma y
su Creador, como hizo desde su niñez la venerable
María, claro es que se han de obtener resultados que
el escéptico niega sin pruebas, el pensador explica
según su sistema, y el creyente admite sin vacilar
doblando la cabeza. De aquí los éxtasis y arrobamien­
tos ; las visiones atormentadoras ; la aparición de
ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA.
María Santísima, que cada vez se hace más frecuen­
te; los raptos y fenómenos que los . compañaban, sin
explicación natural; la aparición de Sor María en
Nueva Méjico, donde predica á los indios ; la luz di­
vina que ve y los seis ángeles que la acompañan ; la
inspiración con que se sintió impulsada á escribir su
letanía de la Virgen, y los fenómenos que acompa­
ñaron á la redacción rápida de la primera parte de la
C iuda d M ística de D io s , ó sea la H istoria de la V ir­
g e n y la prolongación de su vida fuera del limite que
se le había señalado; todo esto, referido por la misma
Sor María, constituye su verdadera historia y perte­
nece á un orden de ideas que no nos atrevemos sino
á consignar respetuosamente.
Caracterizan, pues, á esta venerable escritora, á
más de las virtudes y santidad, la índole elevada de
sus obras, que admiraron los teólogos; la elección
para prelada de su convento de la Virgen Santísima,
hecha para quitarse en lo posible la prelacia, que
contra su humilde voluntad la confirieron: la man­
sedumbre con que destruye su libro en el fuego cuan­
do se lo ordena el confesor; las muertes místicas,
ejercicios que consistían en prepararse como si hu­
biese de morir y asistir al Juicio final, meditando la
respuesta que había de dar al interrogatorio del Su­
premo Juez, cuyas preguntas, según el P. Ximenez
Samaniego, había escrito en un papel y hacían estre­
mecer ; el quinto voto que pronunció en manos de la
Madre de Dios, de imitar las virtudes de ésta, tal
como en su libro le habían sido reveladas; voto el
más terrible que haya pronunciado criatura. Y carac­
terizáronla, por último, su ciencia infusa y sus ad­
mirables consejos de gobierno en la correspondencia
con el Rey, tan desinteresada, que no hay en ella
más que una petición, la de que apoyase el Rey de
España ante Su Santidad la declaración dogmática
de la Inmaculada Concepción, de que fué ardiente
defensora.
Tuvo Sor María de Jesús, ó como la llamaban en
su tiempo, la monja de Agreda, semblante hermoso,
una gravedad y compostura que imponían, una hu­
mildad que la hacia muy amada : y fué tan honesta,
que sin afectación bajaba los ojos, mirando sólo al pe­
cho de los que hablaba: en la primera conferencia
que tuvo con el Rey se mantuvo con el velo echa­
do : supo ser, con admirable acierto, superiora de su
madre é hija suya: barrió aun siendo prelada, é hizo
los oficios más bajos y penosos, como tocar á maiti­
nes á la media noche: conservó en una tribuna, des­
pués de muertos, los cuerpos de su padre y madre, y
abría con frecuencia el ataúd de aquél para meditar
y rezar delante de sus huesos.
Todo el pueblo tic Agreda y los comarcanos, Na­
varra y Aragón, se conmovieron al anuncio y proxi­
midad de su muerte: se llevaron proccsionalmente á
su enfermería las imágenes y reliquias más milagro­
sas: antes de caer enferma reunió el capitulo en día
desusado, y anunció que seria el último á que asis­
tiese. El general de San Francisco llegó casualmente
á Agreda, aunque estaba fuera de su tránsito natural,
cumpliéndose el voto de Sor de María de morir ro­
deada, auxiliada por muchos venerables sacerdotes:
murió muy lentamente, como había deseado, pidiendo
perdón y bendiciendo á todas sus hermanas. El pre­
lado la bendijo á su vez, y cercando su cama, prela­
dos, religiosos y todas las monjas del convento ento-
tonaron los cánticos sagrados, formando, mientras
espiraba, según escribe quien asistió á aquella con­
movedora ceremonia, «un coro más sobresaliente en
lágrimas que en voces.»
Murió en opinión de santa, y el general de San
Francisco tuvo que usar de gran prudencia para que
no fuese aclamada prematuramente por el pueblo:
doscientos veinte años han transcurrido: su memoria,
en vez de borrarse, se engrandece : ¿asistiremos á la
confirmación canónica del voto popular? Sólo dire­
mos, para terminar, lo que dijo el Rmo. Fr. José Xi-
ménez Samaniego:
O m n i a S tíb c o r r e c t i o n c S a n c t a r R o m a n a : E c c l c s i t e .
Jo sé F B rem ón.
ernández
LOS E X T R A O R D I N A R I O S
ANIMALES FÓSILES DEL MUSEO DE BRUSELAS.
y ) o s tan notables y bajo muchos conceptos cu-
(j riosos los descubrimientos científicos últi­
mamente realizados en territorio lielga , que
no resisto al deseo de darlos á conocer en L a
) I lustración' mediante una somera, concisa
misma en 1884, de los interesantes reptiles de Ber-
nissart, que constituyen, sin género alguno de duda,
uno de los más bellos ornatos del Museo de Bruse­
las. Respondemos de esta manera á la acertada tendencia
que en todos tiem pos, pero muy particularmente en estos
303
últimos, se advierte en la ilustrada R evista, dando cabida
en sus columnas á noticias v asuntos científicos, asi nacio­
nales como de procedencia extranjera, con lo cual se satis­
face cumplidamente y con notorio acierto la más legitima
aspiración de los numerosos y cultos suscritores de una
publicación q u e , para honra del país y provechosa gloria
de la casa editorial, sostiene en todos los terrenos la com­
petencia con las más acreditadas de Europa, á muchas de
(as cuales supera en condiciones, asi materiales como lite­
rarias y artísticas.
Distínguese el Museo de la capital belga, creado por los
eminentes naturalistas Omalius d'H alloy y Dumorrt, y di­
rigido hoy por mi excelente amigo D. Eduardo Dupont,
muy principalmente por la abundancia y variedad de sus
colecciones mineralógicas, geognósticas y zoológicas, entre
las cuales merecen una especial mención las que se refieren
á las admirables medallas naturales que, enterradas allá en
remotísimas edades en el seno de la costra terrestre, se
convierten, sabiéndolas interpretar con acierto, en los más
auténticos y trascendentales monumentos de la peregrina
historia, asi del planeta que los contiene, como del más
egregio de sus moradores, ó sea de la especie humana,
desde que apareció la primera pareja en su superficie en
tiempos aun no bien determinados, siquiera siempre muy
antiguos.
Grato por todo extrem o, á la par que útil y provechoso,
seria poder dar una idea, aunque fuese breve y compen­
diosa, de todas aquellas riquezas científicas cuya contem­
plación nos ha embelesado muchas v e ce s : pero obligados
por la Índole especial del escrito y por sus reducidas di­
mensiones, tendremos forzosamente que limitarnos á dar
cuenta sucinta de lo más selecto y culminante que en las
salas de aquel vasto establecimiento se encierra.
Hará como cosa de veinte años realizáronse en Bélgica
dos órdenes de conquistas científicas de la mayor y más
trascendental importancia, á saber: la relativa á la primi­
tiva historia de aquella parte del territorio europeo, estre­
chamente relacionada con los aborígenes del resto del con­
tinente, y la de los incalculables despojos de ballenas y
elefantes fósiles que aparecieron al abrir los cimientos
sobre que se levantaron poco tiempo después las nuevas
fortalezas de la ciudad de Ambercs.
Cosa parecerá á primera vista singular, por m asque va
no cause hoy extrañeza á las personas doctas, el que no se
encierren ni baya que buscar en los archivos y bibliotecas
los testimonios más auténticos de la primitiva’ historia hu­
mana, sino en las más recientes capas terrestres, en lasque
hállanse indeleblemente escritos los últimos capítulos de
las múltiples é interesantes vicisitudes por que desde su
origen pasó nuestro planeta. Y es que siendo la especie
humana la última que apareció en el globo, como digno
coronamiento de la maravillosa obra de la creación, encon­
trándose los despojos de su cuerpo y de la naciente indus­
tria en el seno de la tierra, según probaron las pesquisas
en estos últimos tiempos realizadas, claro á la par que lógico
es que su historia y la del globo en que vive converjan en
el mismo punto, comenzando la del habitante en aquel
donde la de su temporal albergue concluye.
Este linaje de disquisiciones, cualquiera que sea el con­
cepto que merezca á los ojos de los q u e, si por ventura se
tomaron la molestia de abrir alguno de los infinitos libros
en que se consignan, es permitido creer que no los enten­
dieron, constituye hoy por hoy la base más firme de la his­
toria humana, si ésta ha de representar la serie total de
acontecimientos y transformaciones que ha experimenta­
do nuestra especie desde que hizo su primera aparición en
la haz de la tierra. Si hay, pues, un grupo de conocimientos
á los que con más ó menos exactitud se los llama hoy cien­
cias históricas, no cabe la menor duda que entran de lleno
en esta categoría los prc, ante ó profohistóricos, como re­
presentantes del primer término de la serie, no alcanzando
á comprender la razón en que puedan fundarse los que
le niegan inconsideradamente semejante carácter; pues si
todos los mencionados estudios forman un estrecho enca­
denamiento de sucesos enlazados por la razón constante
del progreso que el hombre ha ido realizando, dicho se
está que no ha de ser potestativo en quien quiera que sea,
el separar en dos porciones la mencionada serie de cam­
bios y metamorfosis, calificando á éstos de serios ó históri­
cos, y á aquéllos de fantásticos y fuera de los dominios de
la historia propiamente dicha.
Podrán permitirse hacer este deslinde los q u e, al pare­
c e r, ignoran cuantos hombres serios hacen de semejantes
estudios el objeto predilecto de sus desvelos, entre los
cuales, á ser otra la Indole del escrito, |K>dria citar no pocos
sacerdotes y aun prelados católicos, amén de muchas per­
sonas nada sospechosas por cierto bajo el punto de vista
de la ortodoxia de su doctrina; pero la verdad es que hoy no
sólo se han dilatado sobremanera los ya vastos horizontes
de la historia, sin peligro alguno para nada ni para nadie,
dando cabida dentro de lo que generalmente hase consi­
derado como tal, á multitud de conocimientos antropoló­
gicos, antes en absoluto desconocidos ó desdeñados, sino
que se trata de que el suntuoso templo á estos estudios
consagrado no carezca, como carecía antes, de verdadera
base, representando los datos protohistóricos que nos su­
ministra el estudio de la geología y de otros ramos del sa­
ber, los cimientos del edificio cuya solidez dependerá, sin
la menor duda, de la mayor ó menor extensión y del acierto
con que todos aquellos materiales se apliquen al esclareci­
miento de la historia de nuestra especie.
Dejando, empero, para ocasión más oportuna el entrar
en más amplios detalles acerca de asunto tan importante,
mirado por desgracia entre nosotros con sobrada indife­
rencia, y viniendo ya al objeto principal de estos mal per­
geñados renglones, debemos manifestar que en este con­
cepto el Museo de Bruselas .es uno de los más ricos é
interesantes de E uropa; y es que en aquella nación tan
ilustrada todo el mundo se interesa por este linaje de dis­
quisiciones, lo cual hizo que las Cámaras votaran, á pro­
puesta del Ministro de Instrucción pública, un fuerte sub­
sidio que se entregó al actual director de aquel estableci-
304 LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° X V I I I

B E L L A S ARTES.

«C A BE ZA DE ESTUDIO.»

CUADRO DE FRANCISCO MASRIERA P ERTE N EC IE N TE Á D. NILO MARÍA FABRA

BE L L A S A R I' E S . — « d í a d e c a m p o . » c u a d r o d e m . h o p f e h
 306 LA ILUSTRACION
miento para que ilustrara el comienzo de la historia patria,
explorando ;i este fin las muchas grutas v cavernas exis­
tentes en la cuenca del rio L csse, que tuve por cierto el
gusto de reconocer en 1869, de regreso de ini viaje á D i­
namarca y Suecia, siquiera con escaso resultado por loque
á botín sé refiere, por cuanto el Sr. Du|>on1 apenas habla
dejado en aquellos antros terrestres más que los depósitos
diluviales v las capas de estalacmita que separaban unos ho­
rizontes do otros, pero ni un solo objeto de verdadero in­
terés. Y cuenta que fueron tales los tesoros por mi amigo
y sus diligentes auxiliares encontrados, que sólo de la
cueva de G oyet llevaron al Museo de Bruselas, donde los
v i , aunque sin tener paciencia para contarlos, sobre 30.000
instrumentos de pedernal, con muchos despojos humanos
y de varios animales fósiles, entre los que descuellan el
reno, el mammufh y otros en número considerable v de
todas edades, figurando como ejem plar, á mi conocimien­
to único, que me causó la mayor sorpresa, un feto entero
de pocos meses del oso llamado de las cavernas, cuyo di­
minuto objeto figura en calidad de joya de inestimable va­
lor, en la colección prehistórica, protegido por elegante
urna de cristal, al lado de muchos esqueletos enteros de
la propia especie y de otras varias.
Com o legitima consecuencia del grave compromiso por
el Sr. Dupont contraído al aceptar el delicado cargo que el
Gobierno confiara á su reconocida pericia, escribió aquel,
y mandó publicar éste, como parece natural y lógico, gran
número de folletos y Memorias acerca de los aborígenes
de aquella parte de E u ro p a: publicaciones que han con­
tribuido eficacisimamente á esclarecer de un modo admi­
rable el recóndito comienzo de su historia.
Tales han sido los resultados para Bélgica del interés
con que la pública Administración ha mirado estos asun­
to s , con tan soberano desdén recibidos por regla general
entre nosotros, por efecto de causas varias, pero muy es­
pecialmente por la falta de amor al estudio de la geología
y antropología, ciencias encantadoras y cuya principal
misión es conocer la historia del planeta y del más egregio
de sus moradores. Merced al celo de todos los naturalistas
de aquel país, que son muchos y muy insignes, y en par­
ticular á la perseverante actividad deí Sr. D upont, el M u ­
seo de Bruselas se enriqueció, allá por los años 1866 y 67,
con el descubrimiento en Am bcres del esqueleto entero de
un elefante primitivo, de extraordinarias dimensiones y
en mejor estado de conservación que el de San Pctersbur-
go, procedente del animal entero y cubierto con su propia
piel poblada de luenga y espesa cabellera, que á principios
del siglo extrajo el Sr. Schmidt de una masa inmensa de
hielo, cerca de la embocadura del rio L ena, en el mar de
Siberia. L a transcendencia del hallazgo hecho en Am bcres
es muy notoria, por cuanto justifica, junto con muchos
otros datos registrados allí misino, en Francia, Italia y E s­
paña, la idea que tienen hoy los hombres de ciencia res­
pecto al carácter frío v extremadamente húmedo á la par
que destemplado, que hubo de afectar el clima de casi toda
Europa en el periodo que los geólogos llaman cuaternario
ó diluvial, en el que señalan , tanto éstos como los arqueó­
logos de más reconocida fama, el comienzo de la historia
humana.
Ciertam ente que entre los hechos más curiosos que re­
gistra la geografía zoológica de los últimos periodos de la
historia terrestre, dehe figurar el hallazgo de esos inmensos
depósitos de huesos y defensas del elefante prim itivo, lla­
mado mammuth por los rusos, en las regiones polares árti­
cas , hecho confirmado últimamente por el intrépido viajero
sueco Sr. Nordenskyold, quien en el relato del viaje á bordo
del Vega asegura que muchas islas de las que encontró á su
paso están literalmente formadas de restos óseos, de dien­
tes y defensas de aquel enorme mamífero, objeto hace mu­
chos años de un lucrativo comercio. La explicación de este
hecho, por tantos conceptos importante, ha puesto en ver­
dadera tortura á los sabios más em inentes, atribuyéndolo
unos al cambio periódico ó irregular de dirección del eje
terrestre, y achacándolo otros á la acción de enormes y te ­
rribles corrientes que hubieron de transportar la colosal
masa de despojos desde las regiones tropicales donde supo­
nían haber vivido las inmensas manadas del gran probos-
cid eo, hasta donde hoy se encuentran.
El estudio atento de esta complicada cuestión ha eviden­
ciado, sin em bargo, en estos últimos tiempos no pocos
hechos que invalidan en absoluto las anteriores explicacio­
nes y dan la razón á los que admiten que el m am m uth, á
diferencia de lo que sucede hoy con los elefantes vivos, no
estaba organizado para habitar en los trópicos, sino más
bien en regiones polares, como entre otras particularidades
de su organismo lo acredita la espesa y larga capa de áspero
v rojo pelo que revestía su piel. Siendo, pues, hoy este un
hecho perfectamente averiguado, siquiera no sea tan fácil de
asegurará qué especie de cataclismo hubieron de sucumbir
tantos y tantos elefantes y otros grandes mamíferos como
encierra el subsuelo congelado de Siberia, claro está que el
hallazgo del esqueleto entero en Am heres, asi com o los des­
pojos encontrados en muchos otros países de Asia v Euro­
pa! entre otros el nuestro, como lo acreditan las defensas v
huesos que se conservan en el gabinete de Historia natu­
ral , procedentes de San Isidro del cam po; todo esto, repito,
tiene una grandísima significación como testimonio vivo
de las condiciones climatológicas que caracterizan precisa­
mente el periodo último de la tierra, donde también por
primera vez se encuentran los más auténticos testimonios
de la existencia de nuestra especie y de su primitiva y tosca
industria.
Pero no se limita al enorme y magnífico esqueleto del
mammuth lo que se encontró en los alrededores de Ambe-
res, habiendo tenido que destinar un salón inmenso, el
primero á mano derecha al entrar en el establecimiento,
para contener las inmensas riquezas científicas, cuya pro­
cedencia claramente indica un gran rótulo colocado sobre
la cancela. Y es más aún, pues aparte de los huesos de di­
ferentes especies de ballenas y de otros curiosos animales
que llenan los armarios, los escaparates y el techo del salón,
del cual penden los de mayor tamaño, en el gran recibi­
ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° X Y 1 II
miento que precede al en que está situada la estatua de hallazgo de Bernissart, con la suma próximamente de fran­
O m alius,seaprovecharon los ángulos para colocar dentro cos joo.ooo.
de grandes alambreras algunos quintales métricos de pe­ Resta tan sólo decir que la Sociedad propietaria del te­
dazos indeterminables de huesos de- ballenatos , los cuales rritorio minero donde aparecieron tantos v tan preciados
recuerdo que fueron tomados por uno de nuestros compa tesoros científicos, rivalizando en patriotismo con todos
ñeros de viaje por leña para el invierno, como asi se lo ma­ los que al tal descubrimiento contribuyeron, no sólo se
nifestó at director D upont, felicitándole por su acertada apresuró por medio de su ingeniero Sr. Árnould á dar parte
previsión. de la novedad cuando apareció el primer hueso, sino que
Pero con ser lo hasta aquí relatado tan notable cuanto inundó suspender todos los trabajos de investigación en
importante bajo el punto de vista histórico lo recogido en busca de la tilla hasta que hubiéronse extraído todas las
las cavernas belgas, y e n el concepto científico lo encon­ inmensas é inapreciables alhajas científicas que hoy her­
trado en el osario de A m bcres, apenas puede compararse mosean y dan al Museo de Bruselas una importancia ca­
con el hallazgo posterior y en estos últimos años realizado pital y de primer orden. ¡ Dichosos naturalistas, á quienes
en los alrededores de Bernissart, pueblo situado cerca de tanto deben la ciencia y sus amigos!
la ciudad de Mons, no lejos de la frontera francesa. Y ofrece
para nosotros en el caso presente tanto mayor interés, Jt AX V i i . a s o v a v P ie r a .
cuanto que precisamente los dibujos elegant ísimos que mo­
tivan el desaliñado relato, y que figuran en este número de
1. a I l u s t r a c i ó n y en el A L U de la del año 84, represen­
tan dos tipos de lós extraordinarios reptiles allí descubier­ A L A LU N A.
tos, podiendo asegurar que lo dicho hasta aquí sólo debe
considerarse com o una especie de introducción al relato
del famoso hallazgo, encaminado al propio tiempo á demos­ ODA.
trar la importancia de aquel centro científico.
El acontecimiento de Bernissart, localidad antes insigni­ ¡Cuántas noches, oh Luna, distraído,
ficante, v hoy de fama imperecedera, merced, como se dirá Con los ojos clavados en tu esfera,
más adelante, á una porción de felices casualidades,es,sin El movimiento rápido he seguido
disputa, uno dé los más extraordinarios que se registran en De tu masa rodando en el espacio
los anales de la peregrina historia terrestre, tratándose Como inmenso topacio
Del cetro de los mundos desprendido!
nada menos que de la aparición, á más de 300 metros de la i Cuántas, en delicioso arrob#hñento,
superficie, de cuatro capas sobrepuestas con pasmosa regu­ Con creciente avidez te he contemplado,
laridad , de arcilla negruzca, conteniendo una riqueza tal de Por atracción extraña subyugado,
despojos de plantas y animales como no se habla visto aún, Sin poder dominar mi pensamiento!
entre los cuales figuraban más de veinte esqueletos enteros
de los reptiles gigantescos que representan los adjuntos di­ Al verte silenciosa
bujos, á los cine aplicaron hace tiem po los hombres de Atravesar del éter insondable
La región siempre fría y tenebrosa,
ciencia el nomnre de Iguanodon, que significa animal que Sobre nuestras miserias reflejando
lleva dientes estriados como los de la Iguana, reptil vivo El rayo inagotable
am ericano: y decimos gigantescos, porque miden de la ca­ Que el padre de la luz y la alegría,
beza á la extremidad de la cola nada menos que 9 metros, Su amoroso desvelo demostrando,
v cerca de 5 metros de altura, siendo su posición natural Desde su trono ardiente nos envía,
la que en la figura se señala, y es la que se ha dado á los F.l mismo sentimiento en mi alma brota
ejemplares admirablemente montados v expuestos dentro Oue ai contemplar el mísero cadáver
De un pobre sér humano
de elegante urna acristalada en el patio del Museo de Bru­
Que <lc otra forma de existencia ignota
selas. Agregúese á esto, que ya de por si constituiría uno Va á descubrir el pavoroso arcano.
de los mayores hallazgos v más sorprendentes con que la
geología ó sus adeptos han enriquecido sus anales, el de Como en él, ya tu aliento se ha extinguido;
varios enormes crocodilideosenteros, puesto que á más de El fuego que en tu seno se agitaba,
los huesos del esqueleto conservaban aún la mayor parte Y de leves, diáfanos vapores
de las placas que cubren y dan fortaleza á la p ie l: de ellos 1 11 atmósfera formaba,
el que figura en la mencionada Ilustración «le 1884 repre­ Está tari apagado ó escondido,
Que ya no se distinguen sus fulgores.
senta un género nuevo, al cual se le luí dado el nombre de f 11 suelo, en otro tiempo rico y bello,
Bernissartin , en recuerdo del punto donde se encontró, Quizás de lindas flores adornado,
para perpetua memoria. O tro tanto se hizo con la especie Por corrientes purísimas regado
nueva de Iguanodon, llamándola Bernissartensis, y es la Y de tu actividad mostrando el sello,
que alcanza mayor tamaño; la otra es la que de antiguo se Hoy, mudo, estéril, desolado y triste,
habla dedicado al insigne geólogo inglés Sr. M antcli, pero Montón informe de materia inerte,
con la particularidad de 110conocerse de esta especie, hasta Al misterioso funeral asiste
este famoso descubrimiento, sino los dientes y alguno (jue Que se celebra por tu propia muerte.
otro hueso de la cabeza y de las extremidades. La aparición No eres ya la poética hermosura,
y estudio de este gran número de esqueletos enteros de Sensible y pudorosa,
tan extraordinarios reptiles ha puesto en claro la antes De tierna y celestial melancolía,
apenas sospechada y singular estructura de aquellos seres, Que entre la sombra obscura,
pertenecientes, por el terreno donde yacían, al promedio Circundada de tibios resplandores,
del periodo secundario de la historia terrestre, en la base de Amante siempre y siempre desdeñosa,
lo que llaman los geólogos sistema cretáceo, cuyos mate­ Nos pintaba con vividos colores
f'na vana y pueril mitología.
riales en gran parte arcillosos, representando una forma­ El hombre, por la lente auxiliado,
ción lacustre como de cieno ó barro, ocupaban una enorme De tu antigua existencia
grieta, de antemano abierta en el seno del terreno carbo­ El profundo secreto ha penetrado:
nífero. Del fuego, en tus entrañas ya extinguido,
Dos preciosos anfibios del género Hylcebatrachus, tres Ve en cráteres horrendos la violencia,
grandes tortugas lluviales pertenecientes á los géneros Y montes de basalto derretido,
Y anchurosos desiertos
Chitracephalus y Pcltochelvs, sobre 1.500 especies de peces De traquita y de lava,
igualmente de agua dulce, y un número prodigioso de plan­ Y extensos llanos de arenal cubiertos
tas fósiles que fueron ya clasificadas por el insigne Marqués Donde un tiempo la vida se ostentaba.
de Saporta, completan la interesante lista de las maravillas
de Bernissart, con que se ha enriquecido de un modo tan No tienes ya ni atmósfera ni ambiente,
admirable el mencionado Museo de Bruselas, que hoy com ­ Ni fuerzas ni calor; huecos sombríos
pite con los primeros de E u ro pa, siendo el único que po­ Tu esqueleto perforan,
Donde los genios de la noche moran;
see tamos y tan colosales reptiles, cuyo estudio y minu­ Y' si el astTo esplendente
cioso examen forma el objeto de los desvelos y afanes de En la arista del cráter más saliente
naturalistas tan distinguidos como D u pont, Van Bcneden, Su clara luz refleja
y en particular del joven Sr. D ollo, á quien se deben mu­ Y envía un rayo á nuestro pobre mundo,
chas é interesantes Memorias sobre todo ello. A este pro­ Al resplandor semeja
propósito, y para que se vea la importancia de lo de Ber­ Que allá, de obscura estancia en lo profundo,
nissart, recordaré la fras? que me dirigió el Profesor de Despide una mezquina candileja,
Cuando su luz medrosa
Paleontología del Jardín de Plantas de París en mi última
Alumbra la pupila vidriosa
entrevista, pues hablando de los famosos Iguanodon decia Y la pálida taz de un moribundo.
el insigne paleontólogo, gloria de la Francia:¿no es verdad,
amigo Vilanova, que para un solo Museo son demasiados Mas como nada en la creación perece.
tantos extraordinarios reptiles? A lo que si bien la educa­ Tú , sér petrificado,
ción exigía que en alta voz le contestara que tenia razón, Quizás de todo espíritu privado,
como asi lo hice, sotlovoce no podía menos de decir que Esperas que otra vez tu vida empiece.
tampoco se desprenderla él de ningún esqueleto, por más Y empezará. Cuando el vigor se acabe
que los hubiera encontrado á docenas, como aconteció en De la fuerza invisible y misteriosa,
Activa y portentosa,
la famosa localidad de Pikermi, cerca de A te n a s, donde ex­ Que tus distintos elementos liga,
trajo Gaudry y llevó á Paris riquezas incomparables en C uya esencia y virtud sólo Dios sabe,
mamíferos fósiles, á pesar de lo cual, no se halla muy pro­ Como la roca truécase en arena,
picio á ceder á nadie lo que hoy constituye uno de los más Como ¡a planta en humus se convierte,
bellos ornatos de las galerías paleontológicas del Museo Y el animal, en lo que llaman muerte,
C uvier en el Jardín de Plantas. De los vínculos rotos se desliga;
Y se abre para todos nueva escena,
Para terminar este mal hilvanado relato diré que los Formándose de arena nuevas rocas,
operarios estuvieron trabajando á 300 metros de profundi­ Pasando el humus á otros vegetales
dad sobre tres años seguidos, bajo la dirección del jefe del En forma de alimento,
laboratorio de Bruselas, Sr. D epaw , quien luego se encar­ Y volviendo, al morir, los animales
g ó de montar los esqueletos con pasmosa habilidad ; la su­ Su préstamo á la tierta, al mar y al viento,
ma de materiales transportados y que he visto en los sóta­ Así también la cósmica materia.
Por fuertes atracciones agrupada,
nos de aquel establecimiento asciende, según Dupont, á A ineludibles leyes sometida,
unas 60 toneladas, incluyendo el y eso co n q u e por pre­ Y por ellas mil veces disgregada.
caución tuvo que envolver aquél los huesas para evitar su Proseguirá e! eterno movimiento
destrucción ; por últim o, la Administración ha contribuido De esa cadena nunca interrumpida
generosamente al gran triunfo científico que representad En que luchan las fuerzas, de tal suerte,
 N.° X V III LA
Que va en la muerte el triunfo de la vida,
Y en la vida el anuncio de la muerte.
Tú, en tanto, alrededor de nuestra esfera,
De la que el ser acaso recibiste,
Girando sin cesar sigues tu rumbo,
Y en nuestra vida influyes de manera
Oue á tu atracción los rnare- se levantan,
Ha savia por los árboles asciende,
Los tallos en su germen se adelantan,
La atmósfera se agita,
Y tal vez nuestra sangre en las arterias,
Si tu influjo se activa ó se suspende,
Con mayor rapidez se precipita.
El lento y progresivo enfriamiento
Del misero planeta que habitarnos
También alcanzará su complemento;
Y si no sobreviene un cataclismo
Oue en el tiempo su término acelere
Y hunda su sér en insondable abismo,
El golpe sufrirá que á tí te hiere :
Desde el insecto al hombre,
Desde el sutil y efímero infusorio
A l cetáceo gigante,
Y desde el musgo al árbol que á las nubes
Su altiva copa ¿leva,
Todo de formas cambiará y de nombre ;
Y cuanto el sello de la vida lleva
Encontrará su lecho mortuorio
Entre detritus ya pulverizados
De los seres que fueron
Y en la masa común se confundieron.
Cuando ya todo espire
Y en un resto de atmósfera asfixiante
Nada exista que aliente ni respire,
Capas de denso hielo
La tierra cubrirán como un sudario;
Los gases hasta el suelo
Condensados caerán, y ya extinguida
La atracción del sistema planetario,
Y en pavesas su masa convertida,
La absorberán las fuerzas criadoras,
Y entre llamas de fuego abrasadoras,
Tomando el germen aesu propia esencia,
Darán á nuevos mundos existencia.
; Y qué habrá sido entonces
Del espíritu humano?
¿Qué del pequeño y mísero gusano
Que, de soberbia y vanidad henchido,
En mármoles y bronces
Su nombre eternizar procuró en vano?
¿Conservar podrá el alma la conciencia
Que de luz le ha servido ;
Sentir embriagadoras emociones,
Y en alas de más noble y pura ciencia,
Comprender cómo lucha y por qué lucha
La materia en sus mil transformaciones,
Y contemplar las nuevas criaciones,
Como el águila altiva
En las rudas tormentas
Oye á sus pies bramar los aquilones ,
Ve el choque de las olas turbulentas,
Y . despreciando el trueno, el rayo esquiva?
¿ Podrá ella desde incógnitas regiones
Gozar en los contrastes, admirando
De la luz y la sombra
Las batallas violentas,
Y fijar en los mundpssu pupila,
Como la fija el águila, mirando
Tras de la tempestad que no la asombra,
Y al través de una atmósfera tranquila,
Las nubes que ligeras van cruzando,
La tierra sonriente,
Sereno el mar, diáfano el ambiente?
Si ese del alma humana es el destino,
Bien hayan la amargura y los dolores
De que es la vida raudo torbellino ;
Mas si, después de tántos sinsabores,
La conciencia del hombre aniquilada
Entre las fuerzas ciegas se confunde,
Cual luz que en el espacio se difunde,
Que es como ir á perderse entre la nada....
¡No merece la pena
De seguir arrastrando esta cadena!
Jo s é M a r í a G u t i é r r e z d e A l b a .
Octubre de 1885.
L A Q U I N C E N A P A R IS IE N S E .
M ad rid . 14 de M ayo de 1886.
S r. D irector de L a I lustración E sfaSola y A mericana.
L v V v .- X 1 muy querido director y distinguido amigo:
Dos acontecimientos notables, ó más bien
dos hechos de Índole diversa, han logrado
ocupar la atención de ese famoso Todo-
París, «que tan sólo para bullir sirve», en la
presente quincena. La víspera de mi salida
de aquella ciudad se abrió el Salón; días antes se
verificó en el bosque de Vincennes, si mi memoria
no me es infiel, el desafio entre Mr. Arthur Meyer,
¿ director del Gau/ois, y Mr. Drum ont, autor de la
* France f u ive y periodista distinguido.
Cúpome la suerte de asistir al vernissage, especie de
ensayo general de la Exposición anual de Bellas A rte s, al
que son admitidos los que de buen grado ó por fuerza
forman parte del susodicho heterogéneo Todo-Paris, y sin
pretender invadir el terreno de Mr. Armand G o u zie n ,
que con tanta discreción como pericia hace desde años la
critica del concurso pictórico del Palacio de la Industria
en nuestro periódico, doy por lo que valga la impresión
fiue en su conjunto me han producido las obras expuestas.
ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA.
Aquello no es una Exposición artística, y si un inmenso
muestrario de aleluyas. Soria faltar al respeto ¡i los maes­
tros en el arte de Apeles el tratarlos con reprochable lige­
reza de pintamonas, y tal no es mi ánim o, porque si á tal
me atreviera, me consideraría como el más |jedantc Don
Hermógencs de ambos hemisferios : no ; Donnât, Carolus
D uran, H enncr, Benjamin Constant, Puvis de Chavanne,
Cabanel, C or mon, Comerre, G ervcx, Israel* Jules Lefebvre,
1.aurens, Pelez R o ll, V ibert, Bouguereau, Rochegrossc,
Stwart, representados se hallan en lois salones del palacio de
los Campos Elíseos con obras dignas de su ingenio; pero
si individualmente cada uno de sus cuadros es acaso, si no
un chef-d'œuvre, al menos una obra estim able, rodeado de
tanta hojarasca, esas flores pierden su lozanía, su aroma, y
hasta ajadas resultan. De españoles he visto pocas produc­
ciones : Mélida ha expuesto una maja, tan extraordinaria­
mente correcta, que parece una grande de España disfra­
zada de manóla contemporánea de G oya : Rafael Ochoa ha
enviado tres retratos de tres mujeres muy bonitas, á juzgar
por lo que de la pintura resulta; acaso O choa (Madrazo por
su madre) siga la tradición de la familia, y adule, no con la
lengua, mas con el pincel, á cuantos y cuantas tienen la
fortuna de poser ante él. Ochoa representa la branche ca­
dette de la dinastía Madrazil; no destronará nunca á la
rama primogénita ; jamás llevará á cabo un 1830 artísti­
co; |)ero logrará ser principe del arte.
Vanse á escandalizar los que me lean ; pero ante todo,
soy sincero: e! Spolliarium de Luna ha pasado desaperci­
bido páralos críticos y para el público. I-a obra del amable
y distinguido pintor filipino parece en el Salón un boceto
monstruo, ni más ni menos. Q u e Luna tiene condiciones,
extraordinaria aptitud, es innegable; pero perdóneme mi
distinguido amigo Ramón Correa y la legión de admira­
dores de nuestro excelente com patriota; Luna está á lo
sumo en su segundo cuarto; para llegar á Luna ¡Una tiene
aún mucho que trabajar; nadie como yo desea y espera
que Luna logre convertirse en Sol. Asi sea.
•
• *
Ardua y espinosa de tratar es la cuestión Meyer-Drum-
mont. M eyer ha dado en más de una ocasión pruebas in­
negables cíe tener valor, M eyer se ha batido más de una
vez con una corrección intachable, M eyer conoce los pro­
legómenos de la esgrim a, las reglas del duelo, y á pesar de
su reconocida pericia en lances de honor, M eyer ¡x>r dos
veres ha cogido con la mano la espada de su adversario. El
pretende que ambos ademanes han sido obra de sus ner­
vios. Sus enem igos, sus émulos ( y cuantos viven del, por
y para el público cuentan por centenares los adversarios ó
envidiosos), en su inquina llegan á tratarle de asesino: ni
tanto ni tan poco. M eyer, él lo reconoce y lo deplora, no
ha sido dueño del indiscreto movimiento de su m ano; mas
por fortuna Mr. Drumont se halla completamente resta­
blecido de la herida que el director del Gaulois le infirió en
el muslo, y este incidente no tendrá, ni para los conten­
dientes ni para sus testigos, las desagradables consecuen­
cias que los pesimistas, que los que quieren mal á Arturo
M eyer vaticinaban con mal disimulada alegría. Que domine
sus nervios en sus futuros lances de honor, y que /'homme
du monde, como de a|x>do se le llama en París, siga siendo
el paladin de España en aquella prensa: tal es mi anhelo;
que á fuer de español, serla un ingrato si no reconociera
que A rturo M cy er, uno de los organizadores de l'aris-
M urcia, aprovecha cuanta ocasión se le presenta para
ser útil y agradable á nuestro pals y á nuestros compa­
triotas.
Pasemos sin transición del duelo á la mesa, de M eyer á
Bignon. Tentado estoy de dedicar á este gran artista culi­
nario las siguientes lineas:
M E.VS S A N A IN C O R P O R E SA N O .
E l Bearnés, el ¡lustre fundador de la dinastía de Borbón
en Francia, al que nadie negará las condiciones que tenia
de gran político, fundaba su sistema de gobierno en el an­
helo de que no existiera un solo ciudadano en sus dominios
que no pudiera comer gallina. En efecto, Enrique IV , que
era un gran filósofo, tenia ra zó n : no pueden prosperar ni
ser felices los pueblos que se alimentan m al; el orden es
incompatible con el hambre. L a revolución francesa tuvo
por prolegómeno la carestía del trig o ; las turbas que Mai-
llad capitaneaba y que invadieron á Versalles, pidieron, no
libertad, no derechos, pidieron pan, y la mayor acusación
que se fulminó contra la desgraciada María Antonieta fué
que acaparaba la harina para matar de hambre al pueblo.
« E l hombre bien comido y bien bebido— dccia el famoso
torero La vi á D.n Isabel I I — se echa en la cama y se queda
dorm ido», es decir, no vela, y en su insomnio no fragua
tenebrosas conspiraciones. ¿Qué son los nihilistas, los so­
cialistas, los anarquistas, los comunistas, sino sectas de
hombres hambrientos? Quien bebe y coiné bien, bendice
á D ios, se resigna con su suerte, trabaja v echa al traste
todo complot.
Estas consideraciones metafisico-comilonas me las su­
giere la exposición gastronómica que va á tener lugar en
P arís, la ciudad de Europa donde se come y bebe mejor y
más sólidamente. Figuran en tan raro certamen todos los
utensilios propios para confeccionar los manjares, desde el
modesto puchero de barro hasta el complicado y artístico
molde de cobre que sirve para dar elegante forma al orna­
mental centro de mesa. N o contentos con presentar arte­
factos, los expositores se reunirán más tarde en congreso
culinario, en el que se discutirán salsas y se probarán platos
nuevos, concediendo el premio de honor al que descubra
algo en la difícil y cual ninguna útil ciencia de Brillat
Savarin.
E ste hombre eminente ( y no empleo en broma tan en­
comiástico adjetivo) ha d ich o : * L a gastronom ía abraza la
vida entera del hombre. Desde el llanto del recién nacido
307
solicitando el seno de la nodriza, hasta el afán con que el
anciano moribundo recibe la cucharada de la poción en
que funda esperanzas, to d o .c n la peregrinación por este
valle tic lágrim as, se relaciona más ó menos directamente
con la comida.» Tenia razón, porque la influencia que los
alimentos ejercen sobre el estado físico, moral é intelec­
tual del hombre, ha sido siempre predilecta materia para los
pensadores, y los Gobiernos prestarían indudablemente
más servicios á los pueblos que regir pretenden si se cu i­
dasen más de proporcionar á las masas alimentos sanos y
baratos, en vez de engolfarles en laberintos de leyes, ó
confusas ó innecesarias, y casi siempre contradictorias y
de difícil aplicación.
Hasta ahora la Exposición no revela grandes novedades.
Los aparatos de precisión para los asados, las máquinas
para deshuesar las aves, para mondar y cortar las patatas,
para freirías, para convertirlas en serujiées, es decir, para
¡lincharlas, para sacar las espinas á los pescados y hacer
todo género de combinaciones con aves y pescados, caza
y carnes de carnicería, todo era ya más ó menos conocido.
Lo que si ofrece alguna novedad, por el perfeccionamiento
del sistem a, es el gas y la luz eléctrica aplicadas á la co­
cina.
Respecto d guisos, tampoco hay nada de extraordinario;
el ingenio de nuestros primeros/íy« sigue circunscrito á las
sopas, al fr ito , al asado, ahogándose las entrees en el mar
formado por las múltiples salsas conocidas.
La Exjxjsición culinaria, si bien curiosa, no será ni útil
ni benéfica; en vez de los moldes y aparatos de lujo para
la repostería, hubieran debido exponerse modelos de coci­
nas económicas para los proletarios.
Entonces, si, este certamen hubiera merecido el califica­
tivo de filántropo; y dado el estado aflictivo de los pue­
blos, dada la crisis financiera por la que atraviesa el mun­
do, habría merecido bien de la humanidad quien hubiese
organizado una exposición, un certamen de guisos sanos y
baratos. E l día en que nadie pueda morirse de hambre, se
habrá cerrado la era de las revoluciones violentas.
Y pues que de gastronomía se trata, no concluyamos
con la materia sin dar cu en ta, á guisa de postre, de otra
Exposición tan original como la que anuncio.
Me refiero á la de las fresas, que tuvo lugar ha meses en
H ietzinc, cerca de Viena. Había en el universal concurso
fresas de todas clases, de todo género, desde las enormes
que producen los invernaderos imperiales hasta las diminu­
tas que, sin cultivo alguno, nacen en los bosques. Unas
tenían la forma de un corazón, otras habla que se aseme­
jaban á la cresta del gallo; las habla ingertas en albarico-
que, en niña, en h ig o ; las habla blancas, color de rosa,
encarnadas y negras como la mora; en una palabra, se
habla llegado al último limite del arte, pues hasta se ha­
blan expuesto fresas que no tenían ni el aroma, ni el gusto,
tii el color de tan preciada fruta.
De toda Europa, seguro que es París donde se consu­
men más fresas. La mayor parte de ellas procede de una
aldea cerca ele Brest, de P longaslcl, que vive de dicha in­
dustria y que envía á la capital de Francia anualmente más
de dos millones ele kilogramos ele tan aromático como sa­
broso fruto. Orleans y Angcrs tienen también fresas de e x ­
celente calidad ; Londres cultiva sus fresas en el condado
de K c n t ; en España no hay fresa comparable á la de Aran-
juez. En Alemania, Stoflem berg, cerca de Baden-Baden,
W erder, cerca de Berlín, y sobre todos los alrededores de
Dresde, dan fresas de primer orden; pero el país del
mundo que produce y consume más fresa son los Estados
Unidos. El 9 de Junio de 1885, según un despacho de Ha-
vas, publicado en el Boletín Agrícola Belga, llegaron á Fila-
delfia 166 vagones cargados de dicha fruta.
Antes de firmar esta ca rla , que casi pasar podría por un
menú, permítame usted, Director querido, traslade á mis
lectores los aforismos de Brillat Savarin que sirven de pro­
legómenos á su obra La Fisiología del gusto, y de base
eterna á la ciencia.
I. El universo es todo por la vida, y todo lo que vive se
alimenta.
II. Los animales se nutren, el hombre se alim enta; sólo
el hombre de talento sabe comer.
III. El destino de las naciones depende de la manera
como se alimentan.
IV. Di me lo que comes y te diré quién eres.
V. El C reador, obligando al hombre á comer para vivir,
le invita por el apetito y le recompensa por el placer.
VI. La golosina es un acto de nuestro juicio por el que
damos la preferencia á las cosas que son agradables al
gusto sobre las que no Jienen esta calidad.
V il. El placer de la mesa es de todas las edades, de
todas las condiciones, de todos los paises, de todos los
dias. Puede asociarse á todos los demás placeres, y si se
queda el últim o, es para consolarnos de la pérdida de los
otros.
V III. La mesa es el solo sitio en donde nadie se fastidia
durante la primera hora.
IX. El descubrimiento de un guiso nuevo vale más para
la dicha del genero humano que el descubrimiento de una
estrella.
X. Los que de indigestión sufren y los que se emborra­
chan , no saben ni com er ni beber.
X I. El orden de los comestibles debe ser de los más sus­
tanciales á los más ligeros.
X II. El orden de las bebidas debe ser de las más enca­
bezadas á las mas perfumadas.
X III. Pretender que no se debe cambiar de vinos, es una
herejía: la lengua se satura, y después de la tercera copa,
el mejor vino produce tan sólo una sensación obtusa.
X IV . Un postre sin queso es como una mujer hermosa,
pero tuerta.
X V . Se puede llegar á ser cocinero, pero se nace
asador.
 30« LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° X V I I I

a H ueso premaxilar. n' Fosa postemporal.

b Su apófisis nasal. b' H ueso cuadrado.
c Su apófisis maxilar. t' Apófisis terigoidea.
</ N ances externas. <i' Agujero cuadrado.
e Su tabique anterior. t Extremidad articular
f Comunicación entre del hueso cuadrado.
ambas narices. f' Fragm ento del hueso
g Maxilar superior. hivoides.
h N a s a le s ! O? Fragm ento de hueso
/' Fosa prelacrimal. extraño á la mandí­
k Frontal. bula.
I Supvaorbitario ante­ tí Huesos hyoides.
rior. í Mandíbula.
m Idem posterior. k' Hueso presinfisis.
7t Lacrimal. / Fosa latero-temporal.
o Orbita. vi A p ó f i s i s coronoides
p Postfrontal. de la mandíbula.
<] Zigomàtico. 11' B o r d e superior del
r Cuadrado zigomàtico. presinfisis.
s Escamoso. o’ Muescas d e l hueso
t Su apófisis p r e c u a ­ presinfisis.
drática. // Prefontal.
u Su apófisis postcua­ </ Apófisis escamosa del
drática. parietal.
v Su apófisis parietal. r Supraoccipital.
.V Parietal. s' Fosa supratempora!.
y Apófisis parótica. í Idem postemporal del
z Cóndilo occipital. parietal.
u Gran agujero.

C A B E Z A D E L I G U A N O D O N D E B E R N I S S A K T.

tí Apófisis terigo-etoterigoidea.
-v' Coronoides.
r' Dental.
z' Articular.
t i' Supraangular.
b'' Angular.
c' Esplénico.
</' Ranura en la apófisis coronoidea.
C Apófisis ascendente del hueso articular.
Agujero del articular.
g" Columnilla del oído.
h" Apófisis basíterigoidea.
í' Idem cuadrada del terigoideo.
tí’ Terigoideo.
/" Borde externo aplanado del premaxilar.
m" Sinfisis aplastada de la mandíbula,
a" Fractura en el hueso presinfisis.

ESQUELETO D E I. IGUANODON D E 13 E R N I S S A K T .
 N.° X V I I I LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. 300

PERNAMBUCO ( b r a s il ). — e l pu e n te «7 de s e p t ie m b r e *, que u ne l a is l a de san A n t o n io con l a p e n ín s u l a de r e c ip e .

(D e fotografía remitida por D. B. Carneiro.)

XVI. I.a cualidad más indispensable en el cocinero es la
exactitud ; la misma debe adornar al convidado.
XVII. Esperar demasiado á un invitado inexacto, es fal­
tar á las consideraciones que se merecen los demás que se
hallan presentes.
X V III. Quien ;i sus deudos recibe y no se ocupa de la
comida que les ofrece, es indigno de tener amigos.
XIX. I.a dueña de la casa debe tener esmerado cui­
dado en que el café sea excelente, y el anfitrión ha de te­
ner la seguridad que sus licores sean de primera calidad.
XX. Convidar :i alguien, e s encargarse de la dicha de
quien bajo su techo se cobija.
Tal es el doble decálogo del distinguido filosofo, del
filántropo escrito r, verdadero profeta del gusto moderno,
evangelista de la buena m esa, apóstol de la higiene.
L os que asegurada tienen la existencia, los que ñ o co
inen para vivir v si viven para comer delicadamente, los
Xaurmets, no los gourmands groseros, aprecian en lo que
vale Brillat Savarin, y le consideran con justicia como bien­
hechor de la humanidad. Q ue si es cierto que mens sana
in corpore sano, no es menos positivo que no hay cuerpo
sano cuando el estómago está malo, y no hay estómago
enfermo con alimentos bien condimentados.
E s de usted, mi querido Director, devotísim o amigo y
servidor afectísim o, Q . S. M. B.,
P edro de P rat.

E L PROGRESO IN D U S T R IA L EN E L U R U G U A Y . — f á b r ic a de calzad o « i „\ n a c io n a l », in a u g u r a d a en Mo n t e v id e o el 2 2 de enero ú ltlm o .

(D e f o t o g r a fía r e m itid a por D. A . B a r r e i r o .)
 310 LA ILUSTRACIO N ESPAÑOLA Y AM ERICANA. N.° X V I I I

Se nos pide nuestra opinión sobre el mejor de los biberones; d e l p echo y de la g argan ta. No conteniendo ni opio, ni m o rfin a , ni A D V E R TE N C IA S .
después ae lomados los más amplios informes de los médicos codetna , puede darse sin temor á los niños que padecen de tos.
competentes, podemos decidirnos en favor del b ib eró n R o - Depósitos en las farmacias del mundo entero. El considerable número de originales literarios ad­
b e r t , fle x ib le , con tapón de c u e rn o , que es el mas con­
veniente, y el único que no aniquila á los niños. Este biberón Recomendamos se pidan en las fondas, cafés, ultramarinos, etc., quiridos por esta Dirección, y el escaso espacio que
ha recibido altas recompensas en diferentes exposiciones, y sobre los acreditados y excelentes vinos de Burdeos de la casa Prospcr dejan disponibles las secciones fijas que tiene estable­
él se han emitido dictámenes sumamente lisonjeros. Molina Fils.
Los pedidos al por mayor y menor, en el establecimiento «La cidas L a I l u s t r a c ió n E s p a ñ o l a v A m e r i c a n a , la
H igiene del c u tis : Belleza de la tez . Para proteger la Europea», Atocha, 24 y 26, frente á San Sebastián. obligan á suplicar á las muchas personas que anun­
epiderníis contra las influencias perniciosas de la atmósfera, para cian el envío de nuevos escritos, se abstengan de ha­
devolver ó conservar al rostro f r e s c u r a , ju v e n tu d , aterciopelado, Aconsejam os A las personas que hacen uso del V ino C hassaing . que se ase­ cerlo, á fin de evitarse inútiles molestias y á la Direc­
basta con adoptar para la toilette diaria la CüEMA SIMON á la guren bien de la autenticidad de los Irascos que compran. E l gran consumo de
glicerina. En la misma casa: P olvos de a r r o z y jabón Simón. este producto h a dado lugar á numetosas falsificaciones, por lo que debe ca í - ción la contrariedad de tener que archivarlos por un
Depósito general: S imón , 36, rué de Provence, París ; perfu­ girse : I .° , la tirma C h a s s a in g sobre la etiqueta ; s.°, la m ism a firma en cuatro tiempo indeterminado.
colores sobre la llanda que rodea las c á p su la s; 3.0, sobre cada página del
merías, farmacias y sederías de España y Ultramar. folletito que rodea lo» frascos, la filigrana Chassaing-G uinon t i O . París
(v isib le al trasparente) : t " el timbre de L a U nion d e los Fabricantes, obli­
Señorita B. de la F., Sevilla. terado por la firma C hassaing . E l depósito de las tapas especialmente fabricadas por
Hemos tomado nota de su nueva dirección. La P á te E p ila - D. G. Siquier, de Barcelona, para encuadernar tomos de
to ire D u s s e r se encuentra en todos los buenos establecimien­ año ó semestre de L a I lustración E spañola y A merica ­
tos de perfumería; es una preparación muy reputada. na , continúa establecido, por cuenta del mismo, en esta A d­
ministración, A l c a l á , 23.
P * 11 TVUfiTTRTP A W T rauy apreciada para el tocador y Precio de cada juego de tapas para tomo de año ó se­
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constituir el pecho sin nereridad de recurrir al
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tas -an-ugas en cualquier edad ; el V e llo d e N i­
ñ ó n . el más sano de los polvos de arroz, como
lo ha probado el sabio doctor Constantino James E S P E C I A L I D A D en máquinas
NEVRALGIAS
en sus conferencias, que comunica al rostro una
blancura ideal: la S a v ia ce .jil, que hace brotar
de vapor, Bombas y toda ciase Píldoras del Doctor Moussette
sin artificio las cejas y las pestañas.— La P e r fu ­ de Máquinas para industrias. Las Ncvralfilas tan dolorosas y con tanta frecuencia rebeldes à todo tratamiento,
m ería N in ón manda á todos los países los produc­
batí sido objeto, durante inucbos años, de estudios constantes hechos por el Doctor
tos que se le piden, cuando acompaña al pedido MOUSSETTE.
un cheque sobre un Banco de París.— La P e r fu ­
m ería N in ón expide á todas partes sus prospectos
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y precios corrientes. recientes el Doctor Moussette ha logrado componer las Píldoras antinevrálglcas
bien superiores a todas las preparaciones empleadas basta el día.
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y dolorosas que han re.-dstí'lo á todos ios demas remedios.
Las V e r d a d e r a s P i l d o r a s M o u s s e t t e deben tomarse en las co­
COFRES-FORTS midas K1 primer dia se tornaran tres, una por la mañana, una al medio día y otra por
todo Hierro la noche- Sí no se encuentra alivio, se tomaran A píldoras el segundo dia, dos
por la mañana, una por la Uruc y una por ia noche. No se deberán tomar mas de seis
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Iflxtan' O ÍB O ID A O E L A P E T IT O , D E L A S E U E fU A S
ral, se ocupa de toda clase de asuntos, mediar, cen tra d a à la O ncidia de España,
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 N.° X V I I I LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AM ERICANA 311

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frasco la inscripción impresa del nombre Anti-Bolbos.
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v J IM r \ IM W n I n U J n por medio del Nasalbor, nuevo preparado de la
• F lor de R amillete de B odas, 1 Perfumería Exótica, 35, rue du 4 Septembre, Paris.
I AC DA D I C I C M C C C todas tienen manos regias, gracias al uso que
L H O I n n l o l u l M O L O lucen de la Pasta de los Prelados, de la Perfu­
fedra hermosear la tez. mería Exótica, 35. me du 4 Septembre, Paris.
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POR MEDIO DE LA APLICACION DE LA FLOR DE “ I l l n L U Exótica de la Perfumería Exótica, 35, rue du 4 Septembre, Paris.— El ca­
tálogo de los productos se envía franco á todos los países.
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TE, ESPLENDOR INCOMPARABLE Y LA ENCANTADORA
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EL MUNDO EN CREAR, RESTAURAR Y CONSERVAR LA
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F A R M A C IA S IN G L E S A S —F A B R IC A E N L O N D R E S , 114 Y A En la antigua fábrica de hules, C a r r e t a s , 14, se acaba de recibir la segunda remesa.
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Martin, 63.
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Adoptados por U moda. antes ni dttputi
Huta la *'U*1 U mié adelantada
APLI CACI ON F a r l L
al roatm ilal Bochorno,
4a la> Manchas de Bo)ex ORIZAYELODTÉ Roaultado Inm ediato
No uiMneh.» U pial, ni parjudiaa
T 4a las Arroyas J la aalml
PÓLVO de FLOR di ARROZ f» lean le> Pirlumenn
idherenUAIaolel. r Peluqueóte. MQ
^TOUnsLSPARFlUW^S! Lodo si Afelpado del *vi’\ -Jh> —
molocwtnt.
D e p o s it o lirln c ip a j 2 0 7 , o n lia B a o H o n o r é Hnna

r R e u m a t ism o s. Gota, d o l o r e s . ^
S o l u c ió n del Doctor Clin
i Premiado por la Facultad de Medicina de P a rís.— Premio Montyon.
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eticada, incontestable en las i f e r c i o n c s r r n iiitit ir .m a y m itin y c r ó n ic a n , en
el Líelunatismo uotoso, en los Dolores articulares v musculares, V todas las veces que se
quiera calmar los padecimientos atroces ocasionados po<- estas enfermedades
Para o b te n e r todos lo s b u en os resu ltados q u e d e b e «lar e l s a i l c i l a t o d e S o s a ,
e s m en ester ten er a su disiio-uciou un p rod u cto nhnnl u ta m e n te p u r o y d e una
c o m p o s ic ió n in variable.
TS d1j TI^H o Tc!h1 ^ ^ À rì^ ^ ^ 1
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oprob.’ por la A ca d .* (le Cieñe.* M édicas
r>ara la cu ra c ió n rápida d e la a n em ia,
loa ileM arregloM d e lan j o » m e e .
GLICERINA CREOZOTIZADA
d e C ATILLO N
Recelo, la con el m ejor C n lo contra la«
PASAMANERÍA y cordonería M OVIDA Á VAPOR.
r J*F E R M E D A D E 8 d el PEC H O , R E S FR IA D O S .
la d e b i l i d a d , inapeten cia, palidéz y
Ja« n O L E .V C IA M D E L E Ü T O V IA & O
C A T A R R O S . A S M A . B R O N Q U IT IS , L A R IN G IT E S ,
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PLAZA DEL CARMEN, I, MADRID.
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la C reo a o ta . Heemplaza el Aceite ae hígado d e baca­
Pasamanería de última novedad, para muebles y colgaduras.—Casa montada ¿ la al­
lao con ta ven taja de que io toleran iodos los esto­ tura de las mejores de su clase en e! extranjero.
m ago« aún d ira n te los calones.
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b e p é tlto en l u p rin cip a le « farm acias. T e lé fo u u , núm. * 5 3 .
 312 LA ILUSTRACION ESPAÑOLA Y AMERICANA. N.° X V I I I

LIBROS PR ESEN TAD O S Hospital (Madrid) durante la epidemia colé­

O RFEBRER íA M O D E R N A. rica de 1885. Folleto de 43 páginas en 4° (Ma-
Á ESTA REDACCIÓN POR ALTO RES Ó EDITORES.
drid, 1886).
P a lm a » y ram os, por J>. Francisco Arcrha-
E l C o m lc «le V illm m -tlía n n , estudio bio-
vala, con la colaboración de distinguidos escri­
gráfico-critico, ron varias poesías ineditas del tores. Es el torno V I1 de la Bibliotecafestiva. Se
mismo, por 1). Emilio Cotarvlo y Mori. F.s, en vende, á 2 reales, en la Dirección de la referida
efecto, esta obra un estudio biográfico y criti­ Biblioteca, Madrid (Concepción Jerónima, 19).
co, pero concienzudamente hecho, del célebre,
morda? y desventurado poeta D. Juan de l as- Al •m«»ria <-lin««‘a acerca <!«• la ¡ntcrmU
sis y Peralta, ronde de Viltamedmna y correo lentey el cólera; analogía de estas enfermedades,
mayor de F.spaña y Ñapóles ; estudio que me­ deducida de las experiencias hechas durante la
rece erí verdad ese nombre, y que no pasará epidemia del año 1885, por D. Vicente Gomts
como tantos libros que hoy se publican exor­ y Martínez, médico titular de la villa de Car-
nados de pomposos elogios, sino que será una cagente, precedida de un prólogo del Dr. don
prenda muy estimada en la biblioteca de los José .'Crous y Casellas, catedrático de la Fa­
amantes de las ciencias históricas; estudio, en cultad de Medicina de Valencia. Estudio cientí­
fin, que no necesita de nuestra recomendación fico que forma un opúsculo de vm-103 páginas
para ser bien acogido.— Elegante volumen de en 8." mayor, y se vende, á 2 pesetas, en Va­
344 paginas en 4.u menor, correctamente im­ lencia, librería de D. Pascual Aguilar (Caba­
preso en el establecimiento tipográfico Suctso- lleros, 1), y en Carcagcnte en casa del autor.
res de Rivadeneyra (Pasco de San Vicente, 2o, L a Dem ocracia y su p o rie u lr social y
Madrid). Véndese, á 6 pesetas, en las principa­ religioso, por Monseñor Gilbcrt, arzobispo de
les librerías, y los pedidos se dirigirán al editor, Burdeos. Primera versión al castellano por don
D. Victoriano Suárez, Madrid (Jacometre- Eloy Perillán y Buxó, ron un Prólogo de don
z o , 72). Emilio Castelar. F-ste profundo estudio reli­
E l M a r ln e r « l<*rj.«Ml¡st:«, breve recopilación gioso-político del Prelado de Burdeos ha sido
de las principales ideas sobre torpedos, redac­ traducido correctamente al castellano y presen­
tadas para uso del marinero por el teniente de tado al público en elegante forma por el pro­
navio D. Joaquín de Borja y Goveneche. Este pietario y director de E l Tribuno, Sr. Perillán
libro llena un gran vacío en la bibliografía mo­ y Buxó. Véndese, á 3 pesetas, en la adminis­
derna, referente á la instrucción de los indivi­ tración de dicho perióüico, Madrid (plaza de
duos de la Armada, y ha sido recomendado á Matute, 11).
los mismos en general, y declarado de utilidad
práctica para la Escuela de cabos de cañón, por L a R e lig ió n «l«‘l afrior. (Poema) por D. Ave-
Reales órdenes de 28 de Abril de 1885 y 23 de lardo Morales Ferrer, con un prólogo de don
Febrero de 1886. Un tomo de 193 páginas, ilus­ Antonio Cortón. El poeta y el prologuista son
trado con iq lámina«, que se vende, A 4 pesetas escritores puertoriqueños: aquél, desconocido
en la Península y 7 en las provincias de Ultra­ todavía; éste, ya acreditado por sus críticas en
la prensa ultramarina y peninsular. El Sr. Mo­
mar, en las sucursales del Depósito Hidrográ­
rales Ferrer es todavía muy joven, y sin em­
fico de la Guerra y en la librería «le D. E-udaldo
l’uig, Barcelona (Plaza Nueva, 5). bargo, tiene una discreción y un estilo que
muchos le envidiarían. Se puede asegurar por
Almacén «le «fu¡(a penan, vcrsoyprosa, por esta primera muestia de su talento que hará en
1). Luis Maravcr y Alfaro. Hemos recibido un lo sucesivo obras de importancia. El autor ol­
ejemplar del primer cuaderno de poesías del vida poner el precio y los puntos de venta del
que lué director de E l Cencerro; precédelas un poema.
Prólogo áe\ Sr. Alcalde y Valladares. Opúsculo l>ivÍKÍ«'»ii «I«- plaza- Las fiestas de toros impug­
en 8.° menor, que se vende, á una peseta, en
las principales librerías. nadas por Ü. José Navarretc. Es un interesante
folleto en que su autor rebate cuantos argumen­
t o a Ite v o lu e S o jifi* , canto, por D. Cándido tos se han hecho en favor de la fiesta popular,
Rttiz Martínez. Folleto de 45 páginas en 8.°, y recopila, añadiendo otros de su cosecha, los
que se vende, á una peseta, en tas principales que aconsejan la supresión de las corridas, que
librerías de Madrid. el autor reclama con energía. F.l titulo D w isbln
Iliacurao leído en la junta general de las Con­ de filma está justificado por ser el primero de
ferencias de San Vicente «Te Paul de Jaén en dos opúsculos, éste en contta y el venidero en
14 de Marzo de 18R6, por I). Emilio Mariscal favor del espectáculo taurino, que está escri­
Mendoza. Folleto de 13 páginas en 8.° ( Jaén, biendo el afamado revistero de toros Sobaqui­
rS86). llo. Tiene el librilo elegantes viñetas, y se ven­
M A R C O 'DP. ORO CON HR 1 L L A N T E S Y 1* K R I. A S , de, á t peseta, en las principales librerías.
M e m o r ia sobre la organización y gestión eco­
nómica de la Junta de socorros del distrito del construido por el jo y c T o de Madrid Sr. Marabini. V.

NEURALGIAS DOLORES^DE ESTÓMAGO I PILD0BAS HOLLOW AY.

y todas las enfermedades nerviosas, se curan al ins­ PÀTÉ AGNEL * AMIDALINA Y GLICERINA
Ehlo esculento Cosméttco bhmquen u sua vita hi /del y In proserva do corta&uraa. trr Un­
Estas Píldoras purifican la sangre, corrigen to­
tante con las P ild o ra s A n ti-N o u rá lg ica s ciniles, ptcntcnts. dandolo un atorclopcladu agratlable. Eu elianto a la» mauos, Ics da solide/ dos los desórdenes del Hígado, del Estómago de
y iransparencia a las una». los Riñones y de los Intestinos, y son incompa­
del Docteur CRON IER. E ti la P e r fu m o r ia C o n tr a i d e A G N E L . 1 6 , A v e n u e de l ’O p e r a
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Cada cuaderno, profusa y ricamente ilustrado por los más notables artistas nacionales v extranjeros, constará de veinticuatro columnas y una preciosa
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Se han publicado doce cuadernos. Se garantiza que no se publicará ninguna edición económica de la misma obra.
B arcelona .— E n la casa editorial A . E L IA S Y C .'A, calle de Santa M ónica, núm. 3 bis.
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S a n t i a g o t e C i i i i .e y Y a l f a R a í s o . — Sres. V iíet Raldrich v C .u

Im preso so b re m aquinas de U cas» P . A L .ll'Z C T , de P a n a (P a ssa s? S ta n is la s . 4 |.

Reservados todos loi derechos de propiedad artística y litera« «a. M A D R ID . — Establecimiento típozrááco « S a fe sores de RivadcneyTa »,
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