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El Polvo del Sahara, polvo del mundo

Mateo Parada Dimate – Geología Universidad Nacional de Colombia


mparadad@unal.edu.co [01/09/2022]

¿Arena o polvo?

Sin lugar a duda el planeta tierra tiene sistemas y ciclos


tan complejos y vivos que generan un desencadena-
miento de proporciones cósmicas, esto naturalmente es-
capa de nuestra percepción por la magnitud del asunto,
sin embargo, cada vez el avance nos permite ver todo el
panorama y reconsiderar nuestro rol en la ecuación de la
vida.
Estos mecanismos dinámicos de la tierra estuvieron des-
de hace mucho antes de que existiéramos y seguirán
perdurando después de nuestro deceso, porque todo
echo y fenómeno natural es un balance aparentemente
aleatorio y estos conllevan consecuencias, tanto negati-
vas, como positivas.
Uno de estos extraños sistemas que interfieren en todo
planeta es la gran cantidad de polvo que emana del de-
sierto más grande del mundo, ubicado en Chad, África,
el Sahara constituye el cuerpo arenoso más masivo e im-
ponente, un común denominador sería pensar que las
partículas que son arrastradas por el aire son arena,
pero resulta ser algo inesperado.
Millones de toneladas de este polvo se disipan todos los años a
gran parte del océano atlántico y aún una buena parte alcanza a
extenderse hasta América del Sur en el Amazonas, pero esta
sustancia granulada no es necesariamente arena, son los fósiles
desintegrados de peces que habitaron esa región cuando hubo una
bonaza de agua en aquel desértico lugar, el evento es
exageradamente masivo que desde las imágenes satelitales se
puede identificar fácilmente como una ventisca polvorosa viaja de
Oriente a Occidente, tal evento de esa magnitud influye en
huracanes, ecosistemas marinos e inclusive da paso a la biosfera
de la selva Amazónica, siendo el principal aportador de nutrientes
para fertilizar la tierra.

En el recinto capitalino hemos experimentado recientemente el


polvo en nuestras calles, en nuestros hogares, conviviendo con
nosotros. “Bogotá (Febrero 17 de 2022). La directora general del
Ideam, Yolanda González Hernández, dio a conocer que se preveía
el ingreso en los sectores del norte y oriente del territorio nacional
masas de aire con concentraciones de aerosol de polvo procedente
del desierto del Sahara y que esto afectaría las precipitaciones,
disminuyéndolas” (Ideam, 2022)
Este patrón anual podría ser la clave para afrontar uno de
los riegos más inminentes de la edad moderna, el cambio
climático, de por sí, ya regula la producción de Dióxido de
Carbono directa e indirectamente, dado que su
configuración particular posibilita el transporte de
minerales necesarios para fitoplancton y para cualquier
vegetal y a su vez dispersa y hunde literalmente las
partículas de carbono que se encuentran en reposo en el
lecho marino.

Además de ser un evento natural que nos deja


asombrados, la nube de polvo del Sahara tiene propósitos
que inclusive no hemos descubierto, estos efectos
buenos no cesan en la Amazonia, ya que desde ahí el aire
que viene del hemisferio norte cruza el Ecuador, entra y
va hasta la Patagonia. Hasta ahí llega ese aire húmedo
que literalmente transporta agua y permite que se den
muchas siembras, que la temperatura tropical
permanezca estable, entre otros resultados y así continúa
desencadenando ciclos que finalmente terminan
afectándonos.
Finalmente, se puede afirmar con toda seguridad que intervenir
en un proceso geológico implica afectarlos a todos, no importa
la magnitud, agujerar la red empieza a crear vacíos que solo el
planeta sabe solucionar, porque excede nuestras capacidades,
pero suficientes agujeros pueden crear daños irreversibles y los
principales responsables, por no decir los únicos, somos los
humanos, es por esto que el compromiso corporativo o
industrial no solo es una bandera sin sentido, es el enfoque, el
énfasis, la guía que todo profesional debe respetar y sin
importar la actividad, no debe interferir negativamente en estos
procesos, ya hay bastante evidencia de cruzar este límite.

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