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La prescindencia de la acción penal procede en casos

específicamente reglados por la normativa vigente en cada País y


está referida a que el ente persecutor del Estado es decir la
Fiscalía, entidad encargada de la persecución de la acción penal,
puede apartarse de un caso específico y cesar la persecución de la
acción penal en procura de los intereses de la sociedad, es decir
procesar o no al o los justiciables por una conducta delictiva cuando
esté en juego un interés común mayor, como lo es el
esclarecimiento de otro hecho de mayor relevancia o la conclusión
de un trámite procesal prolongado para un caso de poca relevancia.

Dentro de la legislación boliviana la prescindencia de la acción


penal está expresamente descrita en los arts. 20 y 21 de la Ley
1970 que establecen:

“Artículo 21º.- (Obligatoriedad).

La Fiscalía tendrá la obligación de ejercer la acción penal pública en


todos los casos que sea procedente.

No obstante, podrá solicitar al juez que prescinda de la persecución


penal, de uno o varios de los hechos imputados, respecto de uno o
algunos de los partícipes, en los siguientes casos:

1. Cuando se trate de un hecho de escasa relevancia social por la


afectación mínima del bien jurídico protegido;

2. Cuando el imputado haya sufrido a consecuencia del hecho, un


daño físico o moral más grave que la pena por imponerse;
3. Cuando la pena que se espera por el delito de cuya persecución
se prescinde carece de importancia en consideración a una pena ya
impuesta por otro delito;

4. Cuando sea previsible el perdón judicial; y,

5. Cuando la pena que se espera carezca de importancia en


consideración a las de otros delitos, o a la que se le impondría en
un proceso tramitado en el extranjero y sea procedente la
extradición solicitada.

En los supuestos previstos en los numerales 1), 2), y 4) será


necesario que el imputado, en su caso, haya reparado el daño
ocasionado, firmado un acuerdo con la víctima en ese sentido o
afianzado suficientemente esa reparación.

Artículo 22º.- (Efectos).

La decisión que prescinda de la persecución penal extinguirá la


acción pública en relación con el imputado en cuyo favor se decida.
No obstante, si la decisión se funda en la irrelevancia social del
hecho, sus efectos se extenderán a todos los partícipes.

En el caso del numeral 5) del artículo anterior, sólo se suspenderá


el ejercicio de la acción penal pública hasta que la sentencia por los
otros delitos adquiera ejecutoria, momento en el que se resolverá
definitivamente sobre la prescindencia de la persecución penal. Si
ésta no satisface las condiciones por las cuales se suspendió el
ejercicio de la acción penal pública, el juez podrá reanudar su
trámite.”
Es decir nuestra legislación establece que el fiscal puede solicitar al
juez de la causa, otorgando esa facultad al Ministerio Publico que
en aplicación del principio de objetividad que rige su actuar, pueda
prescindir de la acción penal en los casos descritos en los
numerales 1), 2), 3), 4) y 5), debiendo en consecuencia la autoridad
jurisdiccional valorar y emitir una resolución fundamentada
extinguiendo la acción penal en favor del o los justiciables.

Así mismo conforme al art. 203 de la Constitución Política del


Estado las decisiones y sentencias del Tribunal Constitucional
Plurinacional son de carácter vinculante y de cumplimiento
obligatorio, por lo que las Sentencias emitidas por este máximo ente
de interpretación y control constitucional, son aplicables en el
Estado Plurinacional de Bolivia, bajo ese entendido tenemos la S.C.
2258/2013 de 16 de diciembre de 2013 que en los fundamentos de
su decisión realiza un entendimiento de lo que se debe entender por
la prescindencia de la acción penal, en conclusión refiere que:

“…ello no significa que el Ministerio Público tenga la libertad para


decidir si ejercita o no la acción penal, sino que su decisión será
consecuencia directa de la aplicación de los parámetros
establecidos en la Ley como la escasa relevancia social por la
afectación mínima del bien jurídico protegido, cuando existe: a)
Escasa relevancia social por la afectación mínima del bien jurídico
protegido; b) El imputado haya sufrido a consecuencia del hecho un
daño físico o moral más grave que la pena a imponerse; c) Cuando
la pena que se espera por el delito de cuya persecución se
prescinde carece de importancia en consideración a una pena ya
impuesta por otro delito; d) Cuando sea previsible el perdón judicial;
y, e) Cuando la pena a imponerse carezca de importancia en
consideración a las de otros delitos o a la que impondría en un
proceso tramitado en el extranjero y sea procedente la extradición
solicitada.

En este sentido, con excepción del inc. 3) del art. 21 del CPP,
previamente -en el marco procedimental- es necesario que el
imputado haya reparado el daño de la víctima y pese de que se
permita al imputado firmar un acuerdo con la víctima u ofrecer
fianza suficiente para garantizar la reparación, la o el querellante
tiene el derecho de oponerse al criterio de oportunidad reglada
cuando no haya sido reparado el daño causado; además, el
legislador otorga la posibilidad de convertir la acción según el
alcance jurídico previsto por el art. 26.3 del referido Código; y
asumir la titularidad del ejercicio de la acción penal.”

Es decir este fallo del Tribunal Constitucional amplia los


establecimientos de la norma adjetiva penal y acentúa el hecho de
que para solicitarse la prescindencia de la acción penal, es
necesario que el justiciable haya reparado el daño a la víctima y en
caso de que no lo haya hecho la victima puede oponerse a la
solicitud y en su caso solicitar la conversión de acción establecida
en el art. 26. 3 del C.P.P.

Sobre la legislación comparada se puede citar lo establecido en el


art. 59 del Código Procesal Penal de la Republica de Nicaragua,
que indica lo siguiente:
“Artículo 59.- Prescindencia de la acción penal. El Ministerio
Público deberá ejercer la acción penal pública en todos los casos en
que sea procedente, con arreglo a las disposiciones de la ley. No
obstante el representante del Ministerio Público podrá prescindir
total o parcialmente de la persecución penal, limitarla a alguna o
algunas infracciones o personas que participaron en el hecho,
cuando:

1. La participación en el delito objeto del principio de oportunidad


sea menor que aquella cuya persecución facilita o el delito conexo
que se deja de perseguir sea más leve que aquel cuya persecución
facilita o cuya continuación o perpetración evita, y el acusado
colabore eficazmente con la investigación, brinde información
esencial para evitar que continúe el delito o se perpetren otros,
ayude a esclarecer el hecho investigado u otros conexos;

2. El acusado haya sufrido, a consecuencia del hecho, daño físico o


moral grave que torne desproporcionada la aplicación de una pena,
o cuando concurran los presupuestos bajo los cuales el tribunal está
autorizado para prescindir de la pena, o,

3. La pena o medida de seguridad que pueda imponerse por el


hecho o la infracción de cuya persecución se prescinde, carezca de
importancia en consideración a la pena o medida de seguridad ya
impuesta, o a la que se debe esperar por los restantes hechos o
infracciones, o la que se le impuso o se le impondría en un proceso
tramitado en el extranjero. En estos últimos casos podrá
prescindirse de la extradición activa y concederse la pasiva.“

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