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18-D-2012

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA: San Salvador, a las diez horas veintidós minutos
del veintinueve de marzo de dos mil doce.
VISTOS: en competencia negativa suscitada entre el Juez Segundo de lo Mercantil y el
Juez Segundo de lo Civil, ambos de la ciudad de San Salvador, en el Juicio Sumario Mercantil de
Rendición de Cuentas, promovido inicialmente por los abogados JOSE RAMÓN LUNA
CANALES, JOSE MARIA MENDEZ MARIONA Y OSCAR ORLANDO ALFEREZ
SALGUERO, finalmente continuado por el licenciado OSCAR ARMANDO ESTRADA
ARDON, actuando en su carácter de Apoderado General Judicial de la señora MARIA LORENA
LOURDES DEL CARMEN M. P. conocida por LORENA M. P., en contra de los
Administradores de la Sociedad Compañía "MEARDI PALOMO Y HERMANOS" señores
MARIA ENRIQUETA M. DE H. c/p MARIA M. DE H., TOMAS M. P. c/p TOMAS MEARDI
y ROBERTO AUGUSTO M. B., a fin de que rinda cuentas sobre la Administración de la
Sociedad referida.
VISTOS LOS AUTOS Y CONSIDERANDO:
I.- Los abogados, Luna Canales, Méndez Mariona y Alférez Salguero, en la calidad antes
mencionada, presentaron demanda ante la Secretaría Receptora y Distribuidora de Demandas, la
que asignó la misma al Juzgado Segundo de lo Mercantil de San Salvador, en la cual se manifestó
en lo medular que: En virtud del proceso declarativo de obligación promovido ante ese mismo
Juzgado y confirmado por la Cámara Primera de lo Civil de la Primera Sección del Centro, se
ordenó a los demandados rendir cuentas a favor de su representada, sentencia que fue declarada
ejecutoriada por resolución pronunciada en fecha seis de julio de mil novecientos noventa y ocho;
en ese sentido, habiéndose declarado la obligación de rendir cuentas venían a demandar a los
señores María Enriqueta M. de H., conocida por María M. de H., Tomas M. Palomo conocido por
Tomás M., y Roberto Augusto M. B., la primera del domicilio de San Salvador; el tercero y el
segundo del domicilio de Berlín, en sus calidades de Administradores de la Sociedad "Compañía
Meardi Palomo y Hermanos", a fin de que rindan cuentas de la Administración de la Sociedad
referida a su patrocinada; en base a todo lo cual, pidieron que se les admitiera la demanda y se
ordenara a los demandados dar la rendición de cuentas.
II.- El caso de autos se inicia en lo medular, por resolución pronunciada por el Juez Segundo
de lo Mercantil de San Salvador, a las once horas del día siete de enero del año mil novecientos
noventa y nueve, en la que admite la demanda de mérito e inició el procedimiento a que se refiere
el art.569 Pr.C., ordenando a los demandados que rindieran cuentas en un plazo de treinta días.
Posteriormente se apersonó el abogado David Israel Córdova Mena, como Apoderado de la
demandante, presentando cuenta Jurada para dar cumplimiento a lo regulado en el art.569 Pr.C.,
la cual consta agregada a fs.51/52 de la primera pieza; situación a partir de la cual no ha sido
posible notificar a los demandados respecto de lo reclamado por la parte actora, ya que algunos
de los socios han muerto y no se ha logrado localizar y determinar a sus respectivos herederos.
Posteriormente, en fecha veintiocho de septiembre de dos mil diez, comparece al proceso uno de
los demandados, el señor Roberto Augusto M. B., por medio de su Apoderado doctor Carlos
Amílcar Amaya, quien en lo medular sostuvo que el proceso sumario de Rendición de Cuentas
tramitado ante el Juzgado Segundo de lo Mercantil, era absolutamente Nulo, ya que alegó que la
rendición de cuentas, no podría ser ventilada jamás en sede mercantil ni mucho menos por la vía
del Juicio sumario, puesto que la circunstancia de que los demandantes sean socios de una
sociedad colectiva no es suficiente para determinar, ni la mercantililidad de los actos, ni que de
ello se deriven responsabilidades que puedan o deban ser ventiladas o reclamadas en juicio
sumario mercantil, pues alega que falta el elemento esencial que tal como lo ha dicho la Corte
Suprema de Justicia, lo constituye la masividad de los actos derivados de esa supuesta
administración, por lo que concluye que no se refiere a una cuestión competencial, ni alegaba
incompetencia del Tribunal, sino que se trataba de falta de jurisdicción del Tribunal por razón de
la materia, por lo que solicitaba la nulidad imposible de ratificarse o convalidarse, conforme al
art.1130 Pr.C. argumentación que consta en libelo agregado a fs.366/374 de la 2° pieza.
Sobre dicha solicitud, el Tribunal emite una resolución de las catorce horas y quince minutos del
día cuatro de octubre de dos mil diez, en la que decide declarar la caducidad de la Instancia en el
"Juicio Ejecutivo Mercantil" (sic) de Rendición de Cuentas.
III.- No obstante lo anterior, el Juez Segundo de lo Mercantil de San Salvador, decide
posteriormente acceder a lo solicitado por el doctor Carlos Amilcar Amaya, según consta en auto
de las catorce horas y cinco minutos del día ocho de junio de dos mil once, a fs.397/398 de la
segunda pieza, en la que consideró que la documentación presentada no determina que los actos
que se hayan celebrado durante la administración de la cual se piden cuentas sean de naturaleza
mercantil, ni que de tales actos se hayan derivado derechos y obligaciones, cuya responsabilidad
deba ventilarse en sede mercantil y en base al art.1130 Pr.C. declaró NULO todo lo actuado en el
presente proceso a partir del auto de las once horas del día siete de enero de mil novecientos
noventa y nueve, y todo lo que fuere su consecuencia; y además, de conformidad a lo prescrito en
los arts.3 y 4 del Código de Comercio, arts.1 y 3 de la Ley de Procedimientos Mercantiles, y
art.1204 Pr.C., se declaró INCOMPETENTE para conocer del presente caso, por razón de la
materia, ordenando por consiguiente, remitir los autos al Juzgado de lo Civil de esta ciudad para
que conozca del presente caso.
IV.- El Juez Segundo de lo Civil de San Salvador, mediante interlocutoria de las diez horas
y veinticinco minutos del día nueve de enero de dos mil doce, resolvió que, la pretensión incoada
por la señora María Lorena Lourdes del Carmen M.P., conocida por Lorena M. P., como heredera
del socio Rafael Ernesto Enrique M. P., sobre Rendición de Cuentas a los administradores y
representantes de la sociedad Compañía M.P. y Hermanos de Capital Variable, desde el día
veintitrés de junio de mil novecientos setenta y ocho a la fecha, se considera que es de naturaleza
mercantil y no civil, puesto que dicha ejecución es producto de la obligación legalmente
establecida, que tienen los administradores de dar cuentas del estado de la administración de la
sociedad a sus socios, determinada en el artículo 83 del Código de Comercio; por ende, el trámite
de dicha pretensión debió de realizarse en la forma prescrita en el numeral 1 del artículo 2 de la
Ley de Procedimientos Mercantiles, y en consecuencia, estimó que ese Juzgado era incompetente
para tramitar dicha causa y por tanto resolvió rechazar la competencia para conocer del proceso,
ordenando su remisión a esta Corte para que dirimiera el conflicto de competencia suscitado.
V.- Los autos se encuentran en este Tribunal para dirimir el conflicto de competencia
negativa suscitado entre el Juez Segundo de lo Mercantil y el Juez Segundo de lo Civil, ambos de
esta ciudad, a efecto de establecer el competente para conocer del presente caso. Analizados los
argumentos expuestos por dichos funcionarios, esta Corte hace las siguientes
CONSIDERACIONES:
Para el caso de autos, el conflicto de competencia suscitado, estriba en que en virtud del Juicio
de Rendición de Cuentas de la Sociedad "Compañía MEARDI PALOMO Y HERMANOS", se
exige a los Socios integrantes de la misma, den cuenta de su administración, a la señora María
Lorena Lourdes del Carmen M. P., en su calidad de heredera de uno de los Socios, cuya
obligación fue previamente declarada en juicio sumario de establecimiento de obligación, con lo
que se sustentó el derecho a pedir cuenta siguiendo el trámite señalado en los Art.569 y sgts del
Código de Procedimientos Civiles. Dicho procedimiento, se inicia ante el Juez Segundo de lo
Mercantil de San Salvador, quien ante una argumentación de parte de un Apoderado de uno de
los socios, refiere señalar una nulidad procesal por falta de competencia del Juzgado de lo
Mercantil, por carecer de la misma en razón de la materia; aspecto que fue aceptado, y por
consiguiente, declaró la Nulidad de las actuaciones realizadas en ese estado, ordenando su
remisión ante un Juzgado con competencia en materia Civil, específicamente al Juez Segundo de
lo Civil de San Salvador, quien declina de conocer del referido procedimiento, ya que estimó que
la ejecución que se pidió es producto de la administración de una Sociedad regulada por el art.83
del Código de Comercio, lo que conduce a incoar la respectiva pretensión en la forma prescrita en
el art.2 numeral 1° de la Ley de Procedimientos Mercantiles.
Primeramente, es preciso mencionar que la petición de Rendición de Cuentas, es un
procedimiento que tiene como objeto principal examinar y revisar la administración de aquél a
quien se le ha confiado la gestión de uno o más negocios de otra, con el fin de garantizar un
interés particular.
Partiendo de tal premisa, doctrinalmente se reconoce que la posición jurídica de los
administradores tiene consideración legal de mandatarios.
En ese sentido, de las reglas aplicables a todo encargo o gestión que se confía respecto de una
administración, deriva ineludiblemente la obligación de dar cuenta sobre la misma, en cuya
oportunidad en que se debe cumplir con esta obligación, es necesario distinguir la Ley ante la
cual se encuentra sujeta.
Para lograr determinar la categorización jurídica de los actos emanados de una administración
en especifico, es pertinente establecer el origen de la naturaleza del comitente que lo encarga; en
esa virtud, vemos que en el caso sub lite, la obligación de Rendir Cuentas ante la petición de
quien tiene intereses y derecho para ello, recae sobre los socios que integran una Sociedad regida
por disposiciones de carácter mercantil, tratándose la Sociedad "Compañía MEARDI PALOMO
Y HERMANOS", de una Sociedad en nombre Colectivo, cuya regulación se halla a partir del
art.73 del Código de Comercio.
De lo antes indicado, se colige que el ordenamiento jurídico en el ámbito mercantil, ha
previsto un mecanismo de contraloría propia de todos aquellos actos que conciernen a la
administración de una sociedad como la mencionada. Hay que tomar en consideración que los
administradores son los encargados del uso de la firma y razón social de la Sociedad, encaminado
a realizar la finalidad típica de la Sociedad que estipulan poner en común, bienes o industria, con
el objeto de repartir entre sí los beneficios que provengan de los negocios a que se dedican;
finalidad misma, que se configura a través de actos en masa ejecutados por medio del órgano
administrador de la Sociedad misma.
De ahí resulta, que el ente o persona encargada de administrar los beneficios que provienen de
aquellos negocios, no se escinde en naturaleza de la actividad inherente a la finalidad misma del
Comerciante Social, más bien se conjuga en su organización; de modo tal, que su administración
se encuentra regulada bajo el mismo orden jurídico, según lo señalamos anteriormente, y de
conformidad a lo establecido en el Art.83 del Código de Comercio, que expresa: "Los
administradores están obligados a dar a conocer a los socios, por lo menos anualmente, la
situación financiera y contable de la sociedad, incluyendo el balance general correspondiente y el
estado de pérdidas y ganancias." En materia de reparo sobre la administración de la Sociedad en
cuestión, debe entenderse que su gestión vierte actos de comercio ejecutados por administradores
para el desarrollo de su finalidad en nombre de aquélla.
Ello es así, porque la Sociedad a la que los socios demandados pertenecen, necesitan para
cumplir con sus finalidades, que se actúe por medio de personas físicas a las que se atribuyen
facultades de administración y de representación de la colectividad, en virtud de lo cual se ha
establecido un sistema colectivo legal de administración, regido en el Código de Comercio, a
partir del art.78 y siguientes.
Ante dicha circunstancia, cabe concluir que la rendición de Cuentas de una Sociedad
mercantil, por la o las personas obligadas a ello, ejercen actos de comercio en relación a su
organización misma, y por tanto en correspondencia a lo previsto en el art.3 C.Com., el ejercicio
de su administración concierne al ámbito mercantil; estando la entrega de sus cuentas, ligado al
derecho adjetivo civil únicamente en lo relativo a la aplicación supletoria de las reglas señaladas
al procedimiento especial establecidas para tal efecto.
De esta consideración y de los datos ya expuestos, esta Corte estima que a pesar de la
actuación del Juez Segundo de lo Mercantil de San Salvador, que no es conforme a derecho al
sancionar con nulidad todos los actos y declararse incompetente para conocer del procedimiento
de petición de Rendición de Cuentas, ordenando pasarlo al Juez Segundo de lo Civil de San
Salvador; e incluso resolver con anterioridad declarando la caducidad de la instancia, a
fs.378/379 de la 2° pieza; en función de establecer a qué Tribunal judicial le corresponde instruir
el procedimiento de autos, conforme a la naturaleza jurídica del mismo, tal como se ha apuntado
que corresponde al ámbito en materia mercantil, será en consecuencia el Juez Segundo de lo
Mercantil de San Salvador, el competente para sustanciar y conocer del procedimiento de
Rendición de Cuentas, lo que así se determinará.
POR TANTO: De acuerdo a las razones expuestas, disposiciones legales citadas y Arts.
182 at. 2ª Cn., y 1204 C.Pr.C., a nombre de la República de El Salvador, esta Corte
RESUELVE: a) Declárase que es competente para conocer del juicio a que se ha hecho mérito,
al Juez Segundo de lo Mercantil de San Salvador; b) Remítanse los autos a dicho funcionario, con
certificación de esta sentencia; a fin de que realice el llamamiento a las partes para que
comparezcan en el término legal correspondiente a hacer uso de sus derechos; y, c) Comuníquese
la misma al Juez Segundo de lo Civil de San Salvador, para los efectos de Ley. HÁGASE
SABER.
-------- “E. S. BLANCO R.”----------------- PERLA J-------------- M. A. CARDOZA.--------
----- M REGALADO---------- M. POSADA--------------R.M. FORTIN H-------------L.C DE
AYALA------------E.R NUÑEZ--------- PRONUNCIADA POR LOS SEÑORES
MAGISTRADOS Y MAGISTRADAS QUE LA SUSCRIBEN.----- S. RIVAS
AVENDAÑO------- RUBRICADAS.------

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