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OTOMÍES

Historia
Los otomíes son de origen muy antiguo y llegaron al altiplano procedentes del oriente o del
sur de las costas del Golfo de México, se les relaciona estrechamente con los olmecas y
ocuparon un área territorial muy extensa que comprendía la región noroeste del Estado de
México, gran parte de Hidalgo y algunas porciones de los Estados de Guanajuato,
Querétaro, Michoacán, Puebla, Veracruz, Morelos y Tlaxcala.
Ya en el altiplano, después de sucesivas emigraciones se establecieron en el lugar donde
posteriormente los toltecas fundarían Tula, que fue la capital de su imperio y a su caída a
manos de los chichimecas, al mando de Xólotl los otomíes se dispersaron y una fracción se
desplazó hacia la zona de Jilotepec, Chapa de Mota y áreas colindantes.
Los otomíes tienen raíces profundas en Mesoamérica y desempeñaron un papel
fundamental en el florecimiento de sus culturas, desde el surgimiento de las primeras aldeas
hasta nuestros días.
En el momento de la Conquista había numerosos señoríos otomíes interactuando con los
demás centros de poder, y había barrios otomíes en buena parte de los señoríos plurilingües.
Las fronteras políticas rara vez coincidían con las fronteras lingüísticas; los hablantes del
otomí se dividían entre los principales bloques de poder que disputaban los excedentes
económicos de la región.
El concepto de una “Nación Otomí” en tiempos históricos tiene poco fundamento; lo que
había era un grupo lingüístico, políticamente y culturalmente integrado con sus vecinos.
Breve reseña histórica:

5000 Hay consenso que hacia el 5.000 a. C. grupos otomíes habitaban en Mesoamérica,
a. C. para algunos autores la etnia más antigua en el centro de México.

En la medida que comienzan a dominar la agricultura, inician su expansión


3500
geográfica, diferentes grupos empiezan a separarse surgiendo variaciones
a. C.
lingüísticas.

1200
Se consolidan las primeras sociedades complejas. La ausencia de otras cadenas
a. C.
lingüísticas en la región supone que los otomíes formaban la base demográfica en
-
los valles de México, Toluca, el Mezquital y probablemente sectores Morelos,
600 a.
Puebla y Tlaxcala.
C.

150 d. Aunque su grandeza y hegemonía comenzó a forjarse varios siglos


C. antes, entre los años 150 a. C. y 650 d. C. Teotihuacán fue el centro
- más importante de Mesoamérica, una ciudad formada por
650 pobladores de filiaciones étnicas diferentes, donde la mayoría era otomí. Con su
caída, y una gran migración de pueblos de lengua náhuatl al centro de México, los
otomíes se desplazaron hacia Tlaxcala y la Sierra Madre Oriental.

Localización

Los pueblos originarios se concentran básicamente en el medio rural, en


43 municipios como a continuación se describen: el pueblo mazahua, se ubica 
principalmente en los municipios de: Almoloya de Juárez, Atlacomulco, Donato Guerra, El
Oro, Ixtapan del Oro, Ixtlahuaca, Jocotitlán, San Felipe del Progreso, San José del Rincón,
Temascalcingo, Valle de Bravo, Villa de Allende y Villa Victoria; el pueblo otomí, se
localiza en los municipios de: Acambay de Ruiz Castañeda, Aculco, Amanalco, Capulhuac,
Chapa de Mota, Jilotepec, Jiquipilco, Lerma, Metepec, Ocoyoacac, Otzolotepec, Morelos,
Soyaniquilpan, Temascalcingo, Temoaya, Tianguistenco, Timilpan, Toluca, Villa del
Carbón, Xonacatlán y Zinacantepec; el pueblo nahua, se asienta principalmente en los
municipios de: Amecameca, Capulhuac, Joquicingo, Malinalco, Sultepec, Tejupilco,
Temascaltepec, Tenango del Valle, Texcoco, Tianguistenco y Xalatlaco; respecto a los
pueblos tlahuica y matlatzinca, se localizan en los municipios de: Ocuilan y Temascaltepec,
respectivamente.

Cultura
Al igual que el resto de las entidades de la República Mexicana, parte de la población del
Estado de México está constituida por pueblos indígenas, que se caracterizan por sus usos,
costumbres y tradiciones; elementos que en general, constituyen los pilares de la cultura
indígena.
Es común observar en las comunidades indígenas de nuestra entidad la ayuda mutua, que
representa la forma de organización social mediante la cual realizan trabajos en beneficio
de sus familias y de su propia comunidad; grupos de música y danzas tradicional quienes
alegran las festividades religiosas o patronales; así mismo, el uso de la medicina tradicional
para atender padecimientos de la salud no graves. Pueblos, quienes dentro de
su cosmogonía prevalece el respeto a su entorno y cuidado a la madre naturaleza.
En este apartado puedes encontrar aspectos generales de la cultura de los pueblos indígenas
originarios, elementos que les permiten diferenciarse del resto de la sociedad, como:
lengua, vestimenta y principales festividades.
 El pueblo otomí es una etnia con un pasado cultural bastante rico, al ser una cultura que
venera a las fuerzas de la naturaleza, como el sol y la lluvia, más las tradiciones adquiridas
de la iglesia católica, hacen de este un pueblo bastante diverso en cuanto a riqueza cultural.
Es un pueblo del pasado con una extensa cultura, que ha adoptado distintas tradiciones por
varias influencias, más que todo de la iglesia católica. Adoran a la lluvia y el sol, el viento y
otras fuerzas de la naturaleza.

Costumbres
El trueque como forma de comercio
Como en muchos pueblos del pasado, este se manejaba con trueques, es decir; intercambios
que se basaban en bienes materiales por otros bienes materiales de igual valor, también se
hacía por servicios y alimentos, reemplazando el uso de la moneda.
Al paso de los años, comenzaron a incluir a la moneda como forma de pago en sus sistemas
de comercio, aunque el hacer los trueques aún se mantiene adentro de esta cultura. Por lo
mismo los integrantes que aún quedan de estas comunidades sienten ese vínculo fraterno
hacia sus iguales de la misma etnia.
Para empezar el pueblo otomí conserva la costumbre de comerciar en la modalidad de
trueque, en la cual intercambian bienes y servicios por otros bienes y servicios,
sustituyendo el uso de monedas como el peso.
Si bien el pueblo ha aprendido a comerciar utilizando el peso como objeto de intercambio,
la costumbre del trueque continúa arraigada dentro de la sociedad. Por este motivo los
miembros actuales de la comunidad muestran un vínculo más cercano entre sus parientes de
la misma etnia.
El Moshte
Se trata de una costumbre que se ha mantenido por cientos de años, que va únicamente de
la mano con los miembros de esta cultura.
Se trata básicamente en rendir tributo a los familiares muertos, ya sea con agua, comida,
alcohol (para los mayores) y muchas veces con comidas que solían disfrutar mientras
estaban vivos.
Todo esto sucede durante la cosecha, cuando todos se ayudan mutuamente para realizar este
festejo y en algunos casos, un ritual funerario.
Esta es una costumbre que ha sobrevivido los siglos, se trata de un gesto que caracteriza a
los integrantes de esta etnia: durante la época de la cosecha, se le ofrece ayuda a las
familias que realicen un festejo de algún tipo o un ritual funerario.
En él, los miembros de la comunidad colaboran con comida, agua, dinero u otros artículos
de valor. Pero en especial cosechas de frutos, tubérculos u otros comestibles.
Fiestas
Tienen distintas fiestas a lo largo de los años donde participan activamente de forma
masiva, son bastante llamativas gracias a sus colores, decoraciones, rituales, desfiles y
ofrendas. Las fiestas más importantes corresponden a algunas que también celebran junto a
las de los católicos.
Por ejemplo, algunas de estas fechas son el 5 de mayo y el 20 de noviembre, fechas en las
cuales se realizan actos cívicos, pero también son valoradas por estas personas que
participan gustosamente.

La danza y la música son expresiones culturales vinculadas con la tradición otomí; su


ejecución es acompañada con cantos, alabanzas y movimientos que les permiten manifestar
su agradecimiento a Dios, la madre tierra, la naturaleza y el cosmos.

Tradiciones
El día de los muertos
Si por algo es conocido México es por su gran festival del día de los muertos, fecha en la
cual la tradición explica que los muertos vuelven al mundo de los vivos.
Los otomíes celebran este día con ofrendas ante un altar dedicado a las almas de los
difuntos. A los muertos chiquitos (espíritus de niños) se les ofrece todo tipo de golosinas,
dulces, chocolate, leche y pan.
Sin embargo, para los muertos adultos no bastan este tipo de ofrendas. A ellos se les dan
muestras de tabaco, café y bebidas alcohólicas, además de cualquier alimento que estando
vivos preferían degustar.
Todos los altares se adornan ostentosamente, con calaveras hechas de azúcar, se le colocan
inciensos de distintos aromas, flores y velas y borregos de alfeñique.

BIBLIOGRAFIA
https://pueblosoriginarios.com/meso/valle/otomi/historia.html
https://cedipiem.edomex.gob.mx/cultura
https://etnias.mx/otomies/costumbres-y-tradiciones-otomi/

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