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Señor director:
Ya pasados varios años desde el surgimiento de las redes sociales, de la masificación de internet y
de los diarios digitales, se ha puesto en el ojo del huracán el derecho a la libertad de expresión.
El problema, mas que haya un vacío legal ante las “Fake News”, es como estos diarios abogan
contra la denuncia el uso de su derecho a la libertad de expresión, y como cualquier acto en contra
de ellos, no es mas que censura, incluso siendo defendidos por las redes sociales.
Aunque la constitución dicte que en efecto existe la libertad de expresión, y que ninguna persona
puede ser perseguida o discriminada por expresar su opinión, la constitución de igual forma dicta
que las personas deben hacerse responsables de los crimines que cometan.
El problema es que en Chile no hay ninguna ley que dictamine la “Fake News” como un delito,
aunque hay un proyecto descansando en la cámara. Incluso si estas “Fake News” tienen un sentido
malicioso, si no se comprueba que esta difamando o dañando la honra de un sujeto, no se le podrá
sancionar, e incluso si se comprueba una difamación, solo terminará con un presidio menor, o una
multa, lo que de ninguna manera soluciona el problema que existe en las redes sociales.
Tal es el caso de múltiples cuentas de Twitter o Tik Tok, en las cuales se publican una gran cantidad
de “Fake News”, las cuales son denunciadas por parte de la comunidad como difundidores de
“Fake News”, pero son rápidamente bloqueadas o acusan difamación.
Aunque Google ha hecho un avance en este tema, creando el Fact Check, organización que se
encarga de verificar información, pero, en este punto entran los bots, o granjas de bot, estas se
encargan -principalmente por beneficios- de darle una mayor difusión a estas “Fake News”, como
también son las principales defensoras de las cuentas que difunden “Fake News”.
Esta claro que las Fake News son un gran problema tanto para nuestro país como para el mundo,
ya que debido a la gran difusión que pueden tener, junto con el vacío legal que existen en las
RR.SS. estas pueden dañar la democracia o incluso influir en la opinión publica de una forma
éticamente cuestionable, es por esto que deberían ser consideradas un crimen.