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Universidad pedagógica nacional (UPK)

Deiber mauricio Antolínez acosta


Didáctica de las ciencias sociales
Tercer semestre 27/03/2023
Reporte de lectura N°2

Doce formas básicas de enseñar: una didáctica basada en la psicología / Hans Aebli / cap 2:
forma básica 1: narrar y referir (pp 35-60)

En el presente texto titulado forma básica 1: narrar y referir, se nos da una pequeña
referenciación histórica y epistemológica de la narración, de como esta sirve como agente
de socialización para los métodos de formación pedagógica y psicológica tal y como dice el
autor: “En culturas en las que no se dispone ni de libros, ni de escuelas, se da algo
que sustituye a la transmisión escrita: la narración.

Narrar es un modo primordial de encontrarse. Cuando escuchamos a alguien referir una


larga historia, no sólo llegamos a conocer el relato, sino también a la persona que lo
ha contado. A la mayoría de los niños les gusta escuchar narraciones. A los pequeños se les
puede contar y volver a contar la misma historia multitud de veces, en esto también se nos
hace un gran cuestionamiento y es ¡Qué es lo que hace que gusten tanto las narraciones,
qué es lo que se refiere qué es lo que sucede en ellas?, todo esto refiere a la reacción de la
persona ante esta narración, En general cabe afirmar que: las narraciones reproducen o
reflejan las actividades y los padecimientos de unos seres vivos; tienen lugar en una
situación determinada espacial y temporalmente. Una narración resulta viva cuando surge
de la representación viva del narrador. Cuando éste conjura en sí mismo imágenes llenas de
vida, cuando los episodios se recalca claramente ante sus ojos, cuando los acontecimientos
han llegado a realzar en él emoción.

Cuando el narrador intenta decir lo que quiere relatar, simplemente toma sus recuerdos y as
hace palabras, del que se extraen los vocablos que van formando la narración, Estas
representaciones, en primer término, concretas, son ricas en colorido y detalles reflejan un
trozo de vida concreta. Pero en nuestras narraciones aparecen también elementos de índole
más abstracta: hablamos de la distancia que ha recorrido el viajero en una jornada del clima
del lugar, de las tradiciones o de la pérdida de ellas entre sus habitantes, el proceso que
entonces ha de desarrollarse se designa como ”codificación verbal”. Se basa en la
asociación de contenidos significativos y unidades de lenguaje. Como unidades de lenguaje
podemos considerar, de momento, las palabras. (En realidad, la situaciones más compleja,
como veremos más adelante.) Si no nos queremos perder en especulaciones
anatómico-cerebrales, de las que no existen aún pruebas sólidas, tenemos que
entender de modo funcional la asociación entre los contenidos del pensamiento y las
palabras. El pensamiento infantil está más vinculado a lo perceptivo-concreto que el
pensamiento del adulto. Las descripciones y narraciones del profesor han de ser, por
tanto, más intuitivas y basadas en imágenes cuanto menos edad tengan sus oyentes. Los
detalles concretos y las comparaciones basadas en la experiencia concreta del niño
sustituirán a las correlaciones abstractas y generales. Con escolares de once años, el
profesor no tratará aún “Las comunicaciones en la Europa medieval”, sino que contará
cómo viajaba un peregrino de aquella época desde París a Santiago de Compostela o de
Marsella a Viena; no definirá la personalidad de Hernán Cortés mediante conceptos
generales, sino que describirá sus decisiones y actos, el curso de sus campañas.

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